Partida Rol por web

—Porque creo que es de ella. —Responde Cross. —Aunque, bueno, pensé que era mío hasta ahora. Esto vino conmigo cuando aparecí aquí.

Lo saca del baúl con cuidado y lo coloca sobre el escritorio. El objeto continúa solicitando un nombre.

—No tengo idea de lo que es, ha estado interte desde que lo tenemos. Es la primera vez que lo oigo hablar. Y es la primera vez que te acercas a él. Coincidencia? me parece que no.

Se queda un rato pensando, mirando el objeto desde varias direcciones, inspeccionándolo mejor. —Msí, creo que va a ser mejor que te lo quedes. Empiezo a pensar cada vez más que esto no es mío, o al menos sabría hacerlo funcionar. Por qué no le dices tu nombre?

- ...

Por un momento me quedé quieta al ver que el tipo que nos estaba dando aquellos problemas iba disfrazado como un vagabundo loco. Eso solo aumentó mi ira por todo lo sucedido, volviendo a manifestarse mis ojos rasgados y mis dientes afilados. Me lancé contra él, y lo primero que tocaba era cortar su retirada, así que le puse la zancadilla mientras lo empujaba por detrás para arrojarlo contra el suelo.

- Última oportunidad para darme una excusa para no matarte.

—Maldita sea! Has localizado mi magnífico escondite! —El sujeto trata de huir, pero te le lanzas encima, echándolo al suelo y quedando a tu merced.

Demasiado intimidado por lo que puedas hacerle, queda congelado allí debajo tuyo y sin poder levantarse. —Por favor! No me comas! —Balbucea otro poco, pensando en alguna excusa para que no lo mates, y no consigue concentrarse para poder usar su matriz.

Reddo y Earth vienen detrás, pero entre la selva de plantas todavía no saben dónde estás.

Al fin el chaval ese parece que se va, aunque me da algo de miedo saber lo que hará con esa información. La gente que voy conociendo mayormente en esta institución no están muy bien de la cabeza. Solo espero que la información no vaya a ser exagerada de mala manera o algo parecido. Ya no me gusta demasiado ser el foco de atención de la gente, como para, aún por encima, serlo por meras mentiras o exageraciones.

- Es que acaso no os llega que pasase una noche en el calabozo y esté pendiente de juicio?.- Le espeto a Wil mientras continúo con el entrenamiento, aprovechando que el chaval ya está lejos.- Y fue por salvar a dos personas inocentes. No se tu, pero al menos yo entreno mis habilidades por ocasiones como esta.- termino, para continuar centrado en el entrenamiento. Ya me llegó mi sesión de calentamiento con una escoba persiguiendo mi espalda por faltar al entrenamiento de ayer. No pienso dejar que otra vez se le vaya la cabeza a mi sensei y volver a pasar por lo mismo.

—Mi hermana y yo te estamos muy agradecidos, de verdad. Si hay algo que podamos hacer para compensarlo...

Ifi junta las manos y sonríe —genial, pero eso te lo piensas después, ahora es hora de prácticas.

Tras decir eso va hacia ti y te quita la espada de bambú para darte la tuya —ha pasado solo una semana desde que estás aquí y ya noto bastante mejora, es increíble.
—Quiero que tengas un combate de prueba con Wil para ver una cosa, así que les pido por favor que se junten aquí. Octavio, ven y practica conmigo, y alejémonos un poco de ellos porque se puede poner intenso.

—Como digas. —Entonces Wil va hasta donde estás y te saluda con una reverencia, poniéndose en postura de combate frente a ti.

Al fin mi espada está de vuelta en mis manos, la sensación de su tacto, su peso, sus pequeñas imperfecciones... todo es reconocido al instante por mi cuerpo, como si una propia parte de este le hubiese faltado durante el tiempo que entrené con el arma de práctica. Puede que la ausencia del arma durante este tiempo haya causado que mi cuerpo reconociese la espada todavía más de lo que hacía hasta el momento? O el combate contra aquél mafioso y la sensación de tener que luchar más adelante contra tantos enemigos ha agudizado mis oídos? La verdad es que la siento extremadamente bien en estos instantes

- De acuerdo, veamos lo que ocurre.- sonrío tanto a la maestra como a Wil. Me pongo delante de mi oponente, hago una reverencia al mismo tiempo que él y me pongo en posición de combate. De verdad, me siento extremadamente bien en estos momentos en la posición de combate con mi espada...- Estilo Ishikawa...- Me lanzo contra Wil en ese mismo instante. Mis pies se sujetan perfectamente al suelo, mi carga ha sido casi perfecta dentro de lo que acostumbro, bajo mi posición al estar acercándome a él, con la esperanza de que una posición algo por debajo de la suya sea más efectiva. No tengo ninguna intención asesina contra él, la verdad es que incluso me cae bien, pero que me haya derrotado dos veces el mismo día la primera vez que nos enfrentamos sigue siendo algo que me repatea y que quiero enmendar cuanto antes. Por ello, mi golpe va a ir directo a su estómago, intentando pasar de largo para, en el siguiente movimiento, dar un pequeño salto hacia atrás y utilizar mi técnica de ataque a distancia, que aumenta considerablemente mi capacidad de ataque también.

Le dí una patada directa a la boca del estómago para que dejara de balbucear estupideces. Por un momento ponderé mis opciones. No sería la primera vez que me manchara las manos de sangre, y matarlo daría un claro mensaje a sus compañeros sobre lo que estaba dispuesta a hacer para que me dejaran en paz. Por otro lado si lo mataba me arriesgaba a que Reddo, y por extensión Lord Rondinelli decidieran que era mejor no arriesgarse a protegerme, pues no parecían de los que están dispuestos a matar, y esconder el cadáver no solo no era una opción en aquellos momentos, sino que además eliminaría el propósito de matarlo.

Puse mi pie sobre el pecho del mendigo, obligándolo a quedarse quieto si no quería que le pasara algo peor.

- ¡Reddo, aquí!

¿Estás seguro? Ni si quiera sabemos para qué es…- Tenía ciertas dudas aun, pero finalmente me acerque hacia el escritorio para mirar el objeto. Lo observe durante un momento antes de volver a mirar a Cross y después a Remiel. Finalmente suspire y enfoque la mirada una vez más en el objeto.- Hanako  Izekawa.- Dije mirando el objeto y cualquier reacción que pudiera tener.

Te desplazas como un rayo mucho antes de que Wil sea capaz de siquiera reaccionar, y le partes el estómago de un maderazo. El muchacho vomita en el acto y es enviado con fuerza hacia atrás, dando una vuelta en el suelo y cayendo inconsciente antes de que te prepares para tu siguiente golpe.

Octavio queda paralizado, sin poder creer lo que ve.

—Muy bien, muy bien, para ahí. —Ifi no se muestra enojada por tremenda exageración, sino más bien feliz. —Un verdadero Ishikawa, agresivo desde el primer instante. —Te pone una mano en el hombro —pero deberías cuidar de no asesinar a mis alumnos, sí? —y sientes un escalofrío recorrer tu espalda.

—Octavio, lleva a Wil a enfermería.

—S-sí!

Te quedas entonces solo con la maestra.

—Pero todavía te falta perfeccionar la finura, atacas demasiado a lo bruto, y aunque con precisión, no eres capaz de contener el golpe cuando utilizas tus técnicas.

—Allá están!  —Reddo aparece entre la vegetación.

Tu patada en el estómago lo deja sin aire, Doble Z suelta un bufido de dolor y queda semiinconsciente en el suelo, sin hablar y casi sin respirar.

—No sé si sirva de algo atarlo, es un usuario de matrices y ya sabemos cómo nos puede manipular. Será un problema cuando despierte.

Y lo único que ocurre es que ahora el aparato se queda calladito.

—Mmm bueno, el problema del ruido está resuelto.

Cross sigue examinándolo, pero sin llegar a más conclusiones. Recoge el objeto misterioso y te lo pone en las manos —tuyo —y se despereza —feliz cumpleaños, supongo, aunque sería más bien una herencia de tu mamá.
—Voy a seguir con lo que estaba haciendo, debo investigar sobre aquél sujeto de la capa de anoche, que me tiene preocupado. —Y se va.

El asunto entonces queda contigo, inerte como al principio, y ahora sin efectuar ningún sonido.

—Qué aburrido, pensé que haría algo interesante.

—Por cierto —Cross se para en la puerta —cuándo es tu cumpleaños? Para así saber cuándo preparar un regalito.

A diferencia de nuestros últimos combates, Wil no ha sido capaz de reaccionar a mi velocidad en esta embestida. El estilo de mi familia en estado puro, una carga veloz capaz de acabar con el enemigo en un instante o, como mínimo, poner a la defensiva al enemigo para continuar con cargas todo el tiempo hasta que uno de los dos quede exhausto y no pueda seguir luchando... esa es la esencia del estilo Ishikawa y el por qué el entrenamiento del cuerpo y el espíritu es tan importante.

- Lo siento.- Comento con voz calmada a la sensei mientras pongo otra vez mi espada en reposo y Octavio se lleva a Wil a la enfermería.- Supongo que ya lo sabe, pero nuestro estilo destaca precisamente por el descontrol de la fuerza sin ninguna pérdida de precisión... Y tanto mi padre como mi abuelo nunca me han permitido luchar con alguien inferior a ellos; la verdad es que no estoy acostumbrado a luchar contra alguien tan siquiera de mi nivel.- Continúo hablando mientras observo mi espada. Desde que llegué aquí he tenido derrotas humillantes que no me causaban ningún pesar al jamás luchar contra gente de mi nivel, pero... De verdad mi estilo puede ser tan brutal? Mi último combate contra el mafioso ha terminado en un corte que lo ha partido por la mitad y en este combate, de tener mi espada en su forma de combate, habría partido tranquilamente a mi rival sin problemas también.- Supongo que para esta época necesitaré adaptar una técnica que me permita controlar la potencia de los golpes, porque las técnicas que tengo dominadas por ahora son asesinas puras, aunque selectivas... Lo único que he hecho hasta ahora ha sido aumentar mis sentidos de combate.- Termino, buscando alguna posible respuesta a esta cuestión. No puedo ir por el mundo matando o mutilando a todo aquel con el que luche... necesito algo que me permita dejar a alguien inconsciente o simplemente neutralizarlo sin llegar a matar.

-Parece que nos quedaremos con la duda de para qué sirve.- Mencione cuando el objeto deja de pedir un nombre de usuario. Cross recoge el artefacto y lo deposita en mis manos cuando pronuncia sus palabras noto como un pequeño escalofrió recorre mis brazos al contacto del objeto. No por ningún efecto de este, sino por la referencia a mi cumpleaños. Asentí ligeramente cuando informó que iría a investigar al tipo de la capa.

Sigo con aquel objeto entre las manos como si aún no pudiera decidirme qué hacer con el cuándo escucho como los pasos de Cross se detiene en la puerta y realiza una pregunta. Mi mirada se gira hacia el como si aquello no tuviera mucho sentido para mí. Fue entonces cuando agite la cabeza de forma negativa.- Agradecería que no lo hicieras. No le tengo mucho aprecio a mi cumpleaños.- Además de que no me gustaba celebrarlo, tenía como costumbre ir a visitar el lugar donde descansaban mis padres.

No parecía que fuera a dar muchas más explicaciones y fue Remiel la que hablo.- Deberías montarle una fiesta sorpresa para cuando sea. Con confeti y fuegos artificiales, seguro que es más alegre que el cementerio.- Dijo Remiel sin pensárselo mucho. No tardo mucho en ver como la estaba mirando, era evidente que no aprobaba aquello y me estaba enfadando.- ¿Qué?.- Pregunto mientras se encogía de hombros.-Dudo mucho que tus padres quisieran que no volvieras a celebrar tu cumpleaños por ir a ver su tumba…

¡Ya vale!.- Dije en voz alta algo enfadada. – He dicho que no y punto.- Me gire nuevamente hacia Cross con la esperanza de que no hiciera ningún comentario sobre aquello y marchara.

—Entiendo...
Ifi asiente y sonríe otra vez. —Entonces de ahora en adelante practicarás conmigo. Prepárate.

Y sin decir más se pone en posición de combate, prepara su escoba y la toma como si fuera una espada.

—Maestra, es... su es..c..c-c-coba —Octavio por un instante se paraliza de miedo, pero consigue reunir suficiente fuerza de voluntad como para terminar apenas de hablar.

Ifi emite un aura púrpura oscura, advirtiéndote ocn ella que no debes contenerte y que vayas con todo, porque si no pasarás mal. Un aura que espantaría a las personas más débiles y quitaría su voluntad de combatir. Aunque careces de la capacidad de sentir el ki de las personas, sientes un frío extraño en tus huesos.

—El hada mágica tiene toda la razón, pero la pena es que como lo dijo, ahora ya no será sorpresa. —Cross queda callado un segundo, y luego baja la vista cerrando los ojos y sonríe. Parece haberse dado cuenta de algo.
—Hanako —se dirige a ti mirándote con cariño —tú sabes con exactitud lo que es una sheele, verdad?

La sensei estaba hablando y de repente se pone en posición de combate y, aunque todavía no soy capaz de percibir el ki de las personas, un siniestro aura que muestra su determinación en el combate empieza a emanar de su cuerpo. El antiguo instinto que siempre había tenido luchando contra mi padre y mi abuelo todavía está arraigado en mi, aunque el aura no es tan fuerte, y doy un salto hacia atrás, pero actualmente tengo técnicas que me permitan atacar desde la distancia y todavía no había deshecho la técnica inicial, por lo que, cargando el ki en la espada y arremolinando el aire en torno  esta, -Tajo...- asesto un golpe horizontal cogiendo distancia entre nosotros con la esperanza de que no pueda contraatacar al instante y coger espacio entre nosotros para decidir el curso de actuación en la siguiente acción.- De aire!!.

Ifi no consigue evadir el impacto y se come de lleno el tajo de aire, arruinándole el uniforme de kendo y soltando la coleta que recoge su pelo. Puedes ver las vendas que cubren su pecho debajo. Un hilo de sangre sale por su boca.

—Je... jejeje... —Le brillan los ojos, como si su instinto de combate asesino estuviera aflorando, y ves como su aura púrpura se incrementa y ríe sádicamente.

Luego de recuperarse del desquiciado golpe que recibió, como si no hubiera sido nada, sale disparada hacia adelante, con la escoba por encima y da un tajo vertical hacia abajo sobre tu cabeza —MEN! —grita.

Octavio casi se desmaya, por ahora está observando el combate, con los lentes empañados.

La reacción de Iffi-sensei hace que mis instintos afloren. Parece que mi golpe dando un paso hacia atrás no solo no ha sido tan efectivo como me gustaría, probablemente por la falta de inercia al moverme rápidamente hacia atrás, sino que aún por encima parece que he encendido ese interruptor de luchadora que todos los que luchamos cuando nos contenemos se haya encendido al recibir el primer golpe. Y ese no es el mayor de los problemas... es que además es la esposa de Taisei-dono, quien ha entrenado con mi padre durante toda su infancia y adolescencia y conocer a la perfección el estilo Ishikawa. Es más... Puede ser que ella esté utilizando una variante de este mismo estilo? Su reacción en combate ha sobrepasado con creces la mía después de este golpe así que muy probable.

Después del golpe de la sensei, aunque evadiendo un golpe crítico que me habría dejado inconsciente en el momento, los recuerdos de las palabras de mi abuelo resuenan en mi cabeza. "_{Chico, has pensado qué ocurriría si algún día te encuentras con alguien que conozca nuestro estilo y supere tu velocidad de reacción?-} pregunta este en mi cabeza.- _{"Sorpréndelo! No te centres en atacar más rápido, es inútil. Utiliza su fuerza contra él, como ellos harían con nosotros!!"}. Esas palabras encienden mi propio interruptor. He estado practicando esta técnica en secreto, como él me había dicho cuando era un niño y le prometí que lo haría; una técnica que ni siquiera había sido pasada a mi padre y que utilizase contra él cuando estuviera preparado. Este debería ser el momento idóneo...

Cambio la posición de mi katana, creada exclusivamente para nuestro estilo y me coloco en una posición "agua" más típica del kendo tradicional, centrando todo mi ki en mis ojos y la reacción de mi cuerpo. "Es la primera vez que la utilizo en combate y es la mejor oportunidad para ponerla a punto... Veamos qué ocurre" pienso mientras observo los movimientos de mi sensei.- Antishikawa no ryu...- Así espero el siguiente ataque de mi sensei para asestarle otro golpe, aún con el gasto de ki que esta técnica requiere.

Mi cara seguía con expresión de enfado, pero al ver sonriera a Cross esta se agrava ligeramente más, por alguna razón, aun después de todo lo que había pasado aun me caía ligeramente mal por lo que había ocurrido con Remiel en el interior de aquella grieta. Aun con ello, cuando dijo mi nombre y formulo la pregunta, mi expresión tercio confusa, como si no supiera a que venía aquella pregunta.

- Claro que lo sé, son elementales de magia ligados a la vida de una persona.*- Dije con confianza mientras giraba mi mirada hacia Remiel. Había sido ella misma la que me había dicho lo que era después de la muerte de mis padres.- Se supone que grandes convocadores las pueden traer y atar a una persona.- Y aquello era lo que había hecho mi madre para conseguir que sobreviviera. Al principio no lo sabia, pero tras estudiar un poquito me di cuenta que esa había sido la razón de la aparición de Remiel y el porqué no había muerto como mis padres.

- ¿Qué sugieres que hagamos con él entonces? ¿Lo entregamos a la policía? ¿A la Inquisición quizá? No, eso mejor no, nos metería en un montón de problemas...

Llamar a la Inquisición sería un dolor en el culo. Pese a ser un Animal, tal como había acabado no tenía la menor duda de que cantaría rápidamente, y eso me obligaría a volver a huir y hacerme con una nueva identidad, esta vez con mucho menos dinero del que había empezado. Un quebradero de cabeza que además podía terminar fácilmente con mi muerte teniendo a lo que quede de la Casa del Sol Naciente y la Inquisición buscándome.

- Tal vez lo mejor sea deshacernos de él.