Partida Rol por web

Sam llegó al aula de duelo, que estaba vacía. Sabía que había faltado a algunas clases, así que le tocaba recuperar los conjuros. Buscó entre algunas cajas hasta que encontró una piedra.

Veamos dijo sosteniendo la piedra en alto mientras la observaba. A los dos segundos, la lanzó y desenfundó su varita.

¡Raiinniin Petrus! gritó. Un rayo salió volando hasta la piedra, haciendo que estallara en mil pedazos e impactaran contra una de las cajas que estaba allí.

Conforme por haber aprendido el conjuro, Sam guardó la varita y se dirigió al Gran Comedor.

Selena entró una vez más a la Clase de Duelo y buscó otro sitio apartado. Dibujo unas marcas circulares en la pared con radios crecientes, una diana.

Se separó unos metros y amontonó una pila de pequeñas rocas. Tenía que sacarse ese hechizo como pudiera.

-¡Raiinniin Petrus! -¡Raiinniin Petrus! -¡Raiinniin Petrus! Se iba oyendo mientras ejecutaba el hechizo una y otra vez, practicando.

Aunque había mejorado ligeramente su puntería para darle a la piedra, esta rara vez se rompía por completo, por lo que no tenía el radio de acción que debía.

Exhausta de lanzar tantas piedras se rindió por hoy y se dirigió a cenar. "Quizá debería haber preguntado a Marcus que me ayudara..." Pensó mientras bajaba escaleras hacia el Gran Comedor.

El aula estaba vacía. Con la clase de recuperación cerca no sería de extrañar que no tardara en empezar a llenarse. Lo malo que ya era casi mediodía. Había perdido casi todas las primeras horas de la mañana que podría haber aprovechado...

Dejó su capa que aún tenía doblada y el sombrero sobre uno de los bancos que había en los laterales del aula. Si una cosa tenían estas aulas era que todo el área central se encontraba vacía, salvo en clases especiales como la del Raiinniin Petrus.

A ver, dijo haciendo memoria. La única que puedo recuperar luego es la del Aquus Guinae. No pude ir a clase, dijo apesadumbrado.

No se había olvidado que tenía que decirles quien estuvo aquella noche en el bosque con ellos. Pero ya habían estado mucho tiempo de cháchara. ¡Ahora era el momento de trabajar!

Lo primero que pensó Perry al llegar a la sala de duelo fue "Oh, Selena, qué gran idea has tenido".¿Por qué no habrían ido al lago? Ahora mismo no le apetecía ni ver a los Hufflelpuffs, aún así saludó con cortesía a Mircea y Oliver, obviando deliberadamente a Sam, la serpiente. Los ojos se le pusieron como platos al ver a Cassius y, miraba a Selena y al chico alternativamente con la boca abierta. A pesar de lo raro que sonaba, Perry consiguió articular algunas palabras hacia el chico.

-Me...alegro... de verte, Cassius...supongo.- Le dieron ganas de acercarse al soberbio  niñato y palparlo para ver que no era una ilusión, pero se conformó con esperar a ver si decía alguna cosa de las suyas. ¿qué harían aquí todos? ¿Castigados? 

- Cuando quieras Selena.- Perry se desenfundó la varita. Si no recordaba mal sabía qué hechizo era el que la rubia de Ravenclaw tenía que aprender.

Selena saludó a los Hufflepuff con un gesto con la mano y a los Slytherin solo con la cabeza, algo menos cordial. Ella tampoco tenía demasiada ganas de ver a las serpientes.

-Vale, es el Raiinniin Petrus. Me sale regular, a ver si puedes darme algún consejo. Preparado? Cogió una piedra y la lanzo a medio camino de Perry -Raiinniin Petrus! Apuntó con la varita.

Entré al aula tras Mircea y Oliver, y al igual que el primero, lo primero que hice es ir a un lateral a prepararme. Afloje el nudo de la corbata -algo poco usual, y posiblemente, la primera vez que los presentes vieran esto- y deje la chaqueta americana sobre el banco, extendida. Lleve las manos a la varita, agarrandola con la mano derecha, y encaminandome hacia el centro de la sala.

La idea de practicar clases de duelo me gustaba, era una materia con la que me sentia comodo, y de paso, a veces, podia liarla. ¿Aquus Guinae? No te preocupes, fijate en como lo hago. Y quizas, por primera vez desde que conociera a Mircea, no lo usaria como muñeco de practicas, si no que da un paso en lateral, apuntando al vacio de la sala, y alza la varita, con intencion de conjurar, cuando aparecen la pareja de Ravenclaw.

Bajé la varita, mirando a Perry de medio lado, con una media sonrisa en la cara. Lo miré de arriba a abajo, cuando vi que me miraba con esa expresion de incredulidad. Que pena que no pueda decir lo mismo... Supongo. Aun recordaba el desplante del Ravenclaw en la ultima clase de duelo, cuando le felicite y ofreci mi mano, y este rechazo cualquier gesto por mi parte. La coletilla final fue la guinda acompañada de una sonrisa de las que se me dibujaban cuando planeaba algo que no era precisamente bueno.

Una vez mas, se giro hacia Mircea, aun con esa sonrisa, y alzo la varita. Bueno, este conjuro sirve para golpear con un rayo de agua al enemigo, y apagar fuegos. ¡Asi! Trace un arco de lado a lado con el brazo con el que sujetaba la varita, y al acabar el arco. ¡AQUUS GUINAE! Grito, ahora dando un golpecito con la varita en la direccion que aparece un rayo entre blanco y translucido, impactando el suelo, y dejando el lugar empapado.

Si en vez de hacerlo asi, pones la varita en perpendicular, asi  El mismo hace el gesto que esta diciendo. Y conjuras, te servira para protegerte de los ataques de agua y de fuego. Pruebalo tu ahora. Señalo en la direccion que yo mismo conjure, esperando a que lo haga, cruzandome de brazos, observando. Ignore lo que hacian la pareja de Ravenclaw.

Perry y Selena se alejaron un poco de los demás para no hacerles daño durante el entrenamiento.  Tenía curiosidad por ver cómo hacía Selena el conjuro  que se había negado a ejecutar en clase. Le refrescó la clase y cómo debía hacer los movimientos, sólo hizo falta decírselo una vez, pues la chica era realmente aplicada.  Perry se puso en guardia presto a esquivar el ataque.  Había ideado  un sistema para defenderse del "raiinniin petrus" y tenía ganas de ponerlo en funcionamiento. Cuando Selena consiguió romper la piedra en el aire, Perry lanzó el "contraconjuro" que tenía pensado.

- ¡Reparo!

El hechizo "reparo" servía para reparar un objeto roto. ¿Sería suficiente para reconstruir la piedra que había roto Selena? Por si acaso trató de saltar a un lado y ponerse a cubierto de las piedras.

Oliver entró en el  aula, acompañado de Mircea y Cassius y, al ver que la cosa de repente se ponía tan concurrida alzó ambas cejas,  dibujando un gesto de sorpresa.

-¡Madre mía, pues sí que hay gente aqui!- exclamó haciendo aspavientos con la varita.  Y, cuando Mircea nombró el conjuro que necesitaba, Oli se dispuso a exclamar que él no  tendría problemas  en  enseñárselo cuando vio que  Cassius se le adelantaba. En lugar de decir nada, Oliver decidio guardar silencio: todos sabían que  Cassius y Mircea no se llevaban del todo bien, y el hecho de que hoy estuvieran tan unidos, decidió, podría suponer un cambio en su relación. Y no habría cosa que le alegrara más.

-¡Vamos, Mircea, dale caña!- animó entonces al chico, cuando vio que Cassius le enseñaba a hacer el hechizo. Y aprovechó, entretando para saludar al resto- ¡Eh Perry! ¡Qué tal! ¡ Hola Selena! Si necesitáis ayuda, ya sabéis... -se ofreció de inmediato, quedando en medio de las dos parejas, como  si estuviera supervisando aquello. Aunque lo que hacía, más bien era observar, curioso, hasta dónde serían capaz de llegar sus compañeros. 

Aquello era muy extraño. Hasta hace nada, la relación entre Mircea y Cassius era la de una enemistad respetuosa. ¿Ese tipo de relación incluía ayudarse uno a otro? En el fondo sentía un ligero odio hacia él y cualquier otro sarpe, conocidos por ser en su mayoría de sangre pura. Pero en aquel instante, al niño no le resultaba difícil aplastar ese pensamiento y ocultarlo en lo más profundo de sus pensamientos.

Tras saludar a los dos Şoim*, Mircea no pudo evitar sonreír ante el gesto de incredulidad de Perry. Momentos antes, él mismo había tenido la sensación de estar delirando cuando vio a Cassius. Si el chico supiera que fue el mismo Perry quien estuvo en el bosque aquella noche hacía una semana... Bueno, tampoco tardaría en enterarse.

Emulando los gestos de Cassius y obligándose a pronunciar correctamente, practicó el conjuro varias veces, sin llegar a completarlo en ningún momento. No quería fracasar en su primer intento. Cuando se vio preparado, apuntó a una de las chimeneas vacías. Aquus Guinae, espetó en su característica voz susurrada.

Un rayo no demasiado impresionante salió de su varita e impactó en el hogar. No pudo evitar recordar los libros de Kayla, Maginea de elemente que tanto le gustaba a él y a sus hermanas leer. Una gran saga que volvería a tragarse cuando volviera en Navidades a casa.

Vaya, me gusta este hechizo, dice acercándose al hogar. Pasó el dedo por la piedra y se chupó el dedo. Rayos, en su cara se podía apreciar que aquel sabor no era exactamente lo que esperaba.

Se levantó y se volvió a acercar a sus amigos. ¿Amigos? Oliver sí, pero ¿y Cassius? Gracias. ¿Necesitas ayuda tú con alguno?

-Hey Oliver! Saludó algo más animada al ver que el hechizo le había salido bien y el contraconjuro de Perry le había parecido genial.

-Bien pensado Perry! Ese hechizo a mi se me da de fábula, así que me acabas de enseñar una manera de contrarrestar el Petrus que me va a ir fenomenal. Le agradeció. Aquel conjuro era el último de la lista de pendientes.

-Yo con este ya estoy lista para los exámenes, creo. Respondió a la oferta de Oliver. -Tu como lo llevas? Le preguntó curiosa. Se imaginaba que los Sly lo llevarían bien y los Gryffindor no tanto. No tenía ni idea de como iban los Huffle.

Sam llegó con paso firme y paseó la mirada entre todos.

Gentuza, gentuza, gentuza... ¡Ah, allí está Cassius! Comenzó a caminar hasta él.

Cassius, necesito que me enseñes tres conjuros. El último de Transformaciones, de Duelo y de DCAM terminó su frase desenfundado su varita.

- Selena eres muy buena en esto. - La chica tenía potencial, era una lástima que no lo hubiera querido mostrar en la clase de duelo, pues muchos se hubieran puesto a temblar.- Pero Perry no tiraba la toalla y esperaba que la chica reaccionase, al menos si veía en peligro a los de su casa.- A mi sólo me queda aprender Leg Magiem DECTATTEM, no fui ni a clase. Lo demás creo que lo tengo controlado.- Perry había entrenado duro no sólo para ponerse al día de los conjuros sino para mejorarlos. Incluso había hecho algunas investigaciones por su cuenta para ver segundos usos que pudieran darse a los hechizos. Sin embargo adivinación se le resistía y ahora no le apetecía nada ponerse a practicar el conjuro. Le gustaban más los más moviditos. Devolvió el saludo a Mircea y Oliver. Todos estaban como si no hubiera pasado nada, por lo cual Perry tenía la impresión de haber tenido un mal sueño. Intentó sacar información por otro lado. Continuó hablando con los dos tejones.

- Pues lo llevo bien, me queda algún conjuro por aprender pero estoy vago ahora.  ¿Qué tal lleváis la redacción sobre los hombres lobo?-A veces Perry se asombraba de su propia sagacidad, pero no lo dijo en alto para no pecar de lo mismo que criticaba en los demás.  Ahora él también sonreía.

Asentí con la cabeza, dibujando una diminuta sonrisa al ver que habia ejecutado el conjuro perfectamente. Excelente.  Añadí, acercandome con el hasta la chimenea para observar como habia quedado. Disfrutaba enseñando a mis compañeros, hacia que me sintiera por encima, eso era inevitable, y me gustaba. Aun asi, ese orgullo no se limitaba a mi mismo, ver que la gente que le habia enseñado, conseguia hacerlo, me hacia sentirme tambien bien.

Si a eso se le sumaba que Mircea era algo asi como un.... compañero y rival, alguien con quien contaba para hacer lo que no debia, y para enfretarse a el a partes iguales. Desde su punto de vista, ganarle simplemente por que tenia ventaja no tenia merito. Y lo mas importante, Mircea, se habia ganado su respeto, lo que incluia tratarlo como un ser humano.

No, gracias. Desconocia el Flamatte, pero estaba empeñado en aprenderlo solo. Lo habia visto hacer mil veces, y no me veia con problemas de aprenderlo por mi mismo... a pesar de llevar semanas atrapado por el maldito conjuro. ¿Te falta alguno mas? ¿Oliver? ¿A ti? Escuche lo que le decia Perry a Selena, y no pude perder la oportunidad de meter baza, como no. Yo podria enseñartelo, Perry... El tono, de total superioridad y acomañado de una sonrisilla, no traia nada bueno. Pero aun asi, estaba dispuesto a enseñarlo. A enseñarle quien enseña. Y su mirada cambio de objetivo, hacia Sam, cuando esta le llamo la atencion y se acerco a el. Por desgracia, el juego con Perry deberia verse prorrogado, por ahora.

Me acerque a Sam, asintiendo con la cabeza, varita en mano. ¿Los tres ultimos? Extendio, Distendio y Expelliarmus...  Este ultimo sera el mas practico si necesito que me ayude cuando la liemos...

Bien, comencemos por Expelliarmus. Retrocede tres o cuatro pasos, y le meustral a varita. Haz esto, alzas la varita das un pequeño golpecito, y tras eso, apuntas a la varita de tu contrincante y dices "Expeliarmus" Lo vocaliza perfectamente, imitando los gestos lentamente para que los vea. Bueno, alla voy, si eres rapida, aparta la mano y evitaras que te quite la varita, aunque sentiras un pequeño pinchazo en el brazo.

Alza la varita y tras un leve contoneo en el aire, señala la varita de Sam ¡EXPELLIARMUS!  Alza la voz, haciendo el gesto con fuerza y determinacion.

Sam vio cómo no podía retener su varita y ésta volaba hacia la mano de Cassius. Asintió comprendiendo mientras se dirigía hacia su "profesor" y le cogía la varita.

Gracias, pero no es en este orden en el que quiero aprender los conjuros. No te enfades, pero por el órden de las recuperaciones, necesito primero aprender el de la clase de Transformaciones.

Recogí la varita al vuelo, jugando con ella entre los dedos mientras Sam se acercaba y se la tendí, para que la cogiera. En cuanto me dijo que no era el orden, me encogi  de hombros Como quieras... El de transformaciones es el menos util, pero todo sea por las recuperaciones.

Me aparte de ella, y me puse mirando en una direccion que no habia nadie.  Extendio es un cojuro que sirve para apagar fuegos, arrojando agua. Se parece a Aquus guinae, pero no tiene tanta fuerza, y si mas cantidad de agua. La profesora dijo que lo usaban los bomberos para apagar los incendios... Fijate. Haces un circulo con la varita... y luego la dejas un poco levantada respecto el fuego o donde quieras hacer el conjuro, asi...

Tal y como digo, traza un circulo con la punta de la varita y la dejo ligeramente alzada ¡EXTENDIO!. Cuando comienza a brotar agua en cantidad, hasta que finalizo el conjuro. Prueba tu.