Partida Rol por web

Una mujer de aspecto extraño, que a pesar de lo adulta que era no aparentaba ser mucho más que una niña y que desde luego sería alguna especie de mujer gnomo, porque cada uno de vosotros por lo menos le sacaba una cabeza.

La clase en la que os encontrabais era muy sencilla, parecía más una clase muggle que una clase de un colegio de magia. Tan solo había algunos pupitres donde tomar asiento para la clase teórica y luego una especie de lugar de prácticas.

La mujer estaba de pie en el estrado observandoos mientras os miraba seria y casi con cara de amargada. A pesar de su tamaño era la típica profesora que no os transmitía "buen rollo" y sin duda era posible que fuera bastante dura.

Desde su pequeña estatura os miraba como rápidamente tomabais asiento, cuando llegaron todos los alumnos escribió en la pizarra.

"PROFESORA GREEN"

Después trazó una gran raya y puso

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"Agotattem"

Después tomó su varita y sin decir nada sacó su libro de "Encantar Encantamientos Encantados" y con la varita lo hizo moverse por el aire para mostraroslo a todos. Sin duda aquel conjuro estaba en la primera página.

- Bienvenidos, soy la Profesora Green y esta es la clase de Encantamientos. Hoy vamos a practicar el primer conjuro. Se llama Agotattem. Como os indiqué en la sala común espero que todos hayáis elegido ya vuestra pareja, porque no quiero perder más tiempo en ello.

Ahora tomad nota sobre los movimientos que haga con la varita. Ya puedes salir - De pronto un elfo doméstico entró en la sala y se subió al estrado donde estaba la maestra. Medían exactamente lo mismo. La profesora sacó unas hebras de lana de su bolsita de ingredientes e hizo unos movimientos rápidos y fuertes, de arriba a abajo y gritó; "Agotattem". Las hebras se quemaron mientras el rayo salía disparado contra su adversario. El elfo doméstico desenfundó su varita pero fue demasiado tarde y cayó al suelo algo aturdido. Parecía sentirse desubicado, como con la sensación de no saber donde se encontraba.

Como veis este conjuro atontará a vuestro adversario, recordad sacar unas hebras de lana de vuestra bolsita de ingredientes que se consumirán al instante.

Bien poneos en pie y practicad. No olvidéis desenfundar vuestra varita para evitar con vuestra fuerza de voluntad evitar el conjuro.

Cuando alguno de vosotros trató de murmurar algo más allá de las palabras del conjuro os echó una mirada inquisidora que daba verdaderamente miedo. Lo mejor era practicar y callar y única y exclusivamente hablar del hechizo y la clase. Aquella profesora parecía tener muy malas pulgas.

Entré a clase seguido de mis compañeros de casa. Saludé a la profesora Green y me situé junto a mi compañero Cassius, preparado para seguir los consejos que nos estaban indicando.

Cuando el elfo salió despedido, no pude evitar sonreir, me daba algo de pena, pero esas cosas eran inevitables.

Cuando la profesora pareció enfadada, me hizo darme cuenta de que ese tipo de profesores eran los que me gustaban, serios, estrictos y con interés por los hechizos prácticos.

Me coloqué dispuesto a lanzar el hechizo, saqué las hebras que nos dijo, hice los movimientos oportunos con mi varita y...

¡Agotattem!

Primero empecé yo, luego me tocaría a mí defenderme.

Ingresen a clase justo detrás de Morpho, quien sería mi compañero en esta clase. Nos ubicamos cerca y escuchamos atentamente las instrucciones de la profesora, una sonrisa se dibujo en mi cara al ver al pobre elfo.
Estaba apunto de decir algo cuando la mirada severa de la profesora me frenó con lo que me concentrar en el encantamiento, Morpho tomo la iniciativa por lo que yo debía de responder.

Me preparo y alerto en cuanto Morpho saca las hebras y grita ¡Agotattem!, rápidamente muevo mi varita y me trato de contenerlo.

Arthur entró junto con el resto de alumnos de Slitheryn en el aula de la profesora Green. Desde luego su nombre tenía un significado notorio, especialmente cuando vieron su aspecto.
Tomó asiento en uno de los pupitres junto a Sam y atendió paciente a la explicación de la profesora. Aquel, sin duda, parecía otro de esos hechizos "útiles", aunque se ahorró cualquier comentario al respecto tras la mirada de advertencia de la profesora. Una vez esta hubo terminado salió junto al resto de alumnos a la zona de prácticas llevando consigo la lana y la varita. Se situó frente a Sam y le sonrió extendiendo hacia el frente la mano con las hebras.

-Las damas primero... ¡Agotattem!

Rápidamente agitó la varita como les habían indicado al tiempo que pronunciaba el encantamiento.

Sam llegó tras Arthur a clase y la observó. Al principio no le gustó mucho, pues le recordaba a esas clases de su antiguo colegio. Pero pensó que si era tan basta sería por una razón, y seguramente serían los tipos de conjuros. Eso hizo que Sam sacara una media sonrisa sarcástica y acompañara a Arthur hasta el asiento.

Contempló a la profesora. Parecía que iba a ser lo que prometía: Una mujer áspera, borde y seca. Y ese tipo de carácter le gustaba a Sam.

Atendió sin decir ni una palabra. No quería caer mal a esa profesora y hablar para cualquier tipo de cosa sería ayudar a eso.

Cuando les tocó prepararse para el hechizo metió las manos en la mochila y cogió unas hebras de lana. Las apretó en la mano izquierda, en la que no llevaba la varita, ya que Arthur estaba dispuesto a atacar primero.

Sin responder a sus palabras, Sam se puso en guardia. No tardó ni un segundo en ver el rayo que salía disparada hacia ella. Pero con un rápido movimiento de varita, consiguió deshacer el ataque

Podemos hacerlo mejor pensó otra vez con esa medio sonrisa sarcástica. Alzó la mano de las hebras para indicarle a Arthur que iba a atacar. Imitó los movimientos de la profesora y dijo las palabras sin levantar la voz

Agotattem

Las hebras se consumieron al tiempo que el rayo se dirigía hacia Arthur

Bien Cassius...te has defendido bien, veamos qué tal atacas - le dije amistosamente en voz baja, mientras me preparaba para defenderme de su ataque.

Cuando ví lo que hizo Sam, le miré y le dije:

¡Uauh!, ¡eso ha tenido nivel!

Logro detener el encantamiento de Morpho, lo cual era bastante esperado, después de todo es un encantamiento algo sencillo, mi abuela me lo trato de enseñar hace tiempo.

Gracias, ahora me toca, respondo a las palabras de Morpho cuando veo la actuación de Sam, quedo algo sorprendido y le hablo. Es verdad eso ha sido muy bueno. 

Saco las hebras y las suelto en el aire mientras apunto con la varita y digo con firmeza. ¡Agotattem!

Entré a la clase y saludé silenciosamente a Daphne, Sara y Filipp, los tres chicos que conocía de Hufflepuff. 

Al ver a la profesora me sorprendí un poco- yo creía que los gnomos no podían empuñar varitas -pensé, pues algo sabía sobre las famosas guerras de los gnomos. Decidí no darle importancia y me senté junto a James que había salido detrás de mí del comedor y me había pedido que fuéramos compañeros para esta clase.

Saqué el libro abriéndolo por donde mostraba la profesora, saqué la bolsita de ingredientes y de esta las hebras de lana y presté mucha atención al movimiento de la varita y a como pronunciaba las palabras.

-Bueno James, ataco yo primero, ¿vale? -dije sonriendo y entonces moví la varita como lo había hecho la profesora- Agotattem -pronuncié con claridad y ví como se quemaban las hebras y el hechizo iba directo hacia James.

Cuando llego a la puerta de la clase, hablo con Amon para ponernos como compañeros de clase.

Al aceptar entro junto a él y me siento a su lado.

Veo a la profesora y me quedo sorprendido.

¿Ésta es la profesora?

James atendió a la profesora al ver sacar la lana y de pronto realizar el conjuro Agotattem.

Interesante, muy interesante.

Impaciente comienzo a buscar la lana en el bolsillo. Una de las característica de James es que no solía ser muy ordenado, por lo que tardo bastante en encontrar la lana ya que se había enrollado con otros materiales.

Debería ordenar esto en algún momento.

Amon me dice que comienza él con el hechizo.

De acuerdo, yo lo recibo.

Al recibirlo, consigo aguantar el hechizo de Amon y le digo:

Ahora me toca a mí.

Levanto las hebras de Lana y digo: Agotattem.

Ví cómo Cassius me lanzaba el hechizo...

Parecía como si pudiera ver a cámara lenta cada movimiento de su brazo, de su mano, todo me resultaba sencillo...Ví las cenizas en mi mente, cómo su conjuro nacía de su varita y se proyectaba hacia mí...

Con un gesto más que aceptable lo logré detener...

Arthur miró sorprendido a la chica. Había tenido la sensación de realizar el hechizo con la potencia suficiente para tumbar a un centauro y sin embargo ella lo había resistido con gran maestría. Desde luego aquella parecía una chica increíblemente cualificada. Quizá la había subestimado en un principio.
Cuando la vio prepararse para lanzar el hechizo Arthur colocó la varita frente a si, apuntando hacia el suelo, con calma. Sin embargo por dentro estaba algo nervioso, cosa que no solía sucederle. Si por cualquier motivo fallaba y caía víctima de su hechizo estaría demostrando su incapacidad no solo frente a toda la clase, sino también a si mismo. Era algo que no pensaba tolerar...

Cuando su compañera lanzó el conjuro estaba ya alerta. Agitó la varita y lo rechazó. En su mente un profundo alivio desterró cualquier duda. Por supuesto que estaba capacitado. En su rostro solo se reflejó una suave sonrisa y sus labios esbozaron unas palabras sin llegar a pronunciarlas: "Buen trabajo".

Entro en la clase y escucho a la profesora.. sin duda a los de la S.. no termina de agradarles ella. Pero no importa, a mi me parece una mujer muy agradable.

Miro a Mircea.

¿Preparado? sonrío contenta por tener a un compañero con quien praticar, eso no me pasaba muchas veces..

Alzo la varita , después de tener la bolsita de los ingredientes que había indicado la profesora y grito ¡Agotattem! Sonrío contenta cuando el hechio sucede..

Vi como James recibía el hechizo y lo aguantaba- ¡Muy bien, James! -le felicité, entonces el dijo "me toca"... y no lo pude ver venir, hizo el hechizo con tanta soltura y rapidez que no pude hacer nada para evitarlo.

En ese momento noté como si mi mente fuera gelatina, veía las cosas borrosas y no sabía muy bien ni que hacía ni donde estaba ni nada...

Junto con Ardeen eramos de los primeros de Huffelpuff en llegar a la clase, el resto al parecer pertenecian a Slytherin. Aunque no llegaba a conocerlos a todos, tras la explicacion de la profesora con consiguiente tomada de nota por mi parte, procedemos a ponernos con mi compañera a practicar, casi sin darme tiempo a nada la muchacha me lanza el encantamiento. 

Por fortuna conocia el encantamiento, asi que pude resistirlo sin dificultad, para con una sonrisa maliciosa disponerme a devolverselo, saco rápido las hebras de lana de mi bolsita y agito la varita con movimientos determinados y firmes de arriba hacia bajo, para luego vociferar.

- Agotattem.

El conjuro sale raudo de mi varita hacia mi compañera dudaba que ella pudiera resistirlo y profundamente algo en su interior se regocijaba de ello.

Suspiro cuando el hechizo me golpea y  me tambaleo.

Tras recuperar el aliento ligeramente miro a Mircea, sin duda no se ha andado con tonterías. Intento sonreir a mi compañero quitándole hierro al asunto y alzo la varita volviendo a pronunciar..

Agotattem! digo apuntándole. Suspiro mirando mi varita... un poco triste al ver los potentes hechizos que lanzan los de la S...

Edward entro con sus compañeros de casa y escucho atentamente a la profesora, el hechizo le gusto bastante, aun que no imaginaba como en un duelo podía sacar tiempo para prepararlo.

Luego de que terminaran las explicaciones y varios de sus compañeros iniciaran el ejercicio, el joven se acerco a la profesora y le dijo sin expresar miedo alguno -Saludos profesora, disculpe as molestias, pero todos los presentes están ocupados, ¿ podría usted ser mi pareja?

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Luego de eso, el joven Malfoy un poco nervioso, inhalo bastante fuerte y exhalo algo lento y pausado, todo como un ritual para prepararse a realizar el hechizo ya que su contrincante no seria menos aterrador.

Sacó unas hebras de lana de su bolsita de ingredientes e hizo unos movimientos rápidos y fuertes, de arriba a abajo y gritó -Agotattem-

El efecto que este causaría en caso de que acertare en su objetivo, seria simplemente confundirlo, nada del otro mundo, su interés era mas que todo lograrlo.

Llegué a clase junto a Daphne y me sorprendió ver una clase tan sosa; las demás habían sido muy bonitas y entretenidas, ésta, sin embargo, me recordaba al dormitorio de las monjas.

La profesora me daba miedo. Un escalofrío me recorrió el cuerpo a pasar por su lado e hizo que me llevara la mano a la cruz. Mientras caminaba hasta los asientos, conseguí relajarme.

Sólo es una profesora me repetía una y otra vez mientras ella hablaba e intentaba atender. Casi grito al ver cómo atacaba a aquel elfo. ¡Qué vergüenza! ¡Le había atacado sin que el pobre hubiera podido sacar la varita! Eso me indignó muchísimo.

Me levanté enfadada de mi silla y me puse en posición mirando a Daphne.

Yo primero, Daphne. Llevé la mano a uno de los bolsillos interiores de la túnica y cogí las hebras de lana. Las apreté con fuerza

¡Agotattem!

Daphne entró tras su dulce compañera y saludó a los de Slytherin alzando una manita tímida para los que no conocía especialmente y sonriendo abiertamente a aquellos con los que sí había tratado.

Sara empezó con el encantamiento y Daphne evitó el ataque empuñando con firmeza su varita.

-¡Uauh Sara eres genial!-se emocionó sacando sus hebras del saquito de ingredientes. Después, realizó los mismos movimientos que había hecho la profesora y apuntando hacia Sara dijo con voz clara

-¡Agotattem!-las hebras se quemaron, consumiéndose y un rayo salió disparado hacia Sara.