Partida Rol por web

Selena recogió las cosas muy seria y algo fastidiada.

-Voy a comer. Le dijo a Colin y sin esperar respuesta se fue de clase en dirección al comedor.

Voy a comer yo también.

Me quedo un poco fastidiada por la falla en la clase, había sido algo generalizado así que estaba claro que era un hechizo más complicado que el resto.

Recojo mis cosas y salgo hacia el comedor

-Espera, Sara, que voy contigo- murmuro recogiendo todas mis cosas rápidamente. De alguna manera, fallar no me ha parecido algo tan grave. 

Tampoco era como si esperase algo mucho mejor. 

Al parecer la clase no había ido demasiado bien, casi todo el mundo se había equivocado en la pronunciación del hechizo. Me sentí un poco mal por mis compañeros, pero seguro que practicando conseguirían dominarlo. 

Vi que todos iban hacia el comedor, así que seguí sus pasos.

- ¡A comer, sí!

Espera Selena - Colin, dijo mientras recogía todo rápido e iba trás Selena.

-Pues vaya, me he equivocado en el encantamiento... - Digo  meditando sobre la clase, después de todo no fue un fallo total, y en realidad era algo cómico.

Me levanto y me dirijo al comedor, me ruge la tripa, tras casi quedar dormida no alcance a ir antes como ayer. 

- Maldita erre... - digo por lo bajo.

Cojo mis libros y sigo a mis compañeros. Mejor ir detrás de ellos en todo momento, no me fuera a saltar otra clase más.

Una ligera vibración verificó que había logrado ejecutar el hechizo con éxito. Aunque el primer impulso del rumano fue sonreír para celebrar su éxito, decidió limitarse a asentir inexpresivamente con la cabeza dado el escaso margen de alumnos que consiguieron dominar el conjuro. Solamente un alumno de Ravenclaw, quien obtuvo el resultado más satisfactorio, y él mismo junto a Oliver fueron los únicos quienes superaron las expectativas del profesor Lupin.

- Gracias, Daphne.- agradeció Mircea mientras inclinaba ligeramente el rostro en una pequeña reverencia.- Vale. Nos veremos más tarde.

Recogiendo sus cosas sin darse demasiada prisa, fue testigo de como la gran parte de sus compañeros, cada uno presa de un humor distinto, iban abandonando paulatinamente el aula. Sin demorarse demasiado, pues eran cuantiosas las protestas que proferían sus tripas por tanto tiempo siendo desatendidas, el chico depositó sus enseres personales en el sombrero y se apresuró a salir de allí en dirección al Gran Comedor.

Los alumnos se fueron sentando uno a uno a medida que iban llegando. Una figura fantasmagórica estaba junto al profesor Longbottom que parecía estar tranquilamente sentado.

- Bienvenidos un día más a las clases de Defensa Contra las Artes Mágicas. La clase de hoy os la impartiré yo, ya que el Profesor Lupin se ha tenido que ausentar hoy.

Como imagino que habréis visto ayer, las clases son muy importantes y anoche antes de la cena tuvimos que reunirnos para tomar una decisión en cuanto a los alumnos que habían faltado. No sé si os lo comentó el Director Lupin en la clase anterior, pero si faltáis a tres clases seguidas de esta o cualquier asignatura no me quedará más remedio que informarle y la medida será exactamente igual que con el resto de alumnos. A no ser que tengáis algún tipo de justificante, en cuyo caso se mirará el caso particular y nos reuniremos para tomar una decisión.

Por lo demás, vamos a comenzar con la clase de hoy. Ha llegado el fin de semana, y ahora mismo ya habéis participado en tres clases de duelo. Habéis podido ver lo importante y peligrosas que pueden llegar a ser y como os dije en la clase anterior, ambas asignaturas están muy ligadas las unas con las otras. 

Pues bien, imaginaos que uno de vuestros compañeros os ataca con uno conjuro "Fulminis", pues bien, ya habéis aprendido el contraconjuro, ¿verdad? El "Fulminis Finite". Pues bien, ahora os voy a dar una respuesta a ese conjuro. Este conjuro no es tan ofensivo, pero es bueno para aquellos duelos en los que no queráis participar, como por ejemplo si estáis en inferioridad de condiciones, o en caso de no querer hacer daño a vuestro adversario.

Adelante, en ese momento la figura fantasmagórica que seguía a su lado se desvanece. Longbottom os apunta con su varita a todos vosotros. Y entonces dice las palabras del conjuro:

- ¡Flámatte!

De pronto de la varita de vuestro profesor surge un potente estallido de luz que ilumina toda la zona en la que estáis. Por un momento, os recuerda (a todos aquellos que conocen el mundo muggle) al flash de una cámara y comenzáis a parpadear rápidamente porque habéis perdido la visión por unos segundos.

Cuando recuperáis la visión, podéis comprobar que el profesor ya no está en la sala.

Después os llama la atención que le ha dado tiempo a rodearos y está detrás de vosotros.

- Como veis estos segundos que deja al oponente algo cegados os sirven perfectamente para poder escapar del combate. Es fantástico para poder huir sin ser visto. Pero si el conjuro no es lo suficientemente poderoso, o vuestro rival posee una gran fortaleza es probable que no surta efecto.

- Ahora, elegid a alguno de vuestros compañeros y apuntadles con vuestra varita. Comprobaremos qué tal se os da este conjuro.

Colin junto a sus compañeros estaban en la sala común de Ravenclaw y se les pasó el tiempo de comer y ya era lahora de la clase. Así que se fueron hacia allí. Una vez llegado Colin se sentó por alguna fila libre. Cuando el profesor sustituto terminó de explicar, me levanté y quería practicarlo. Ahora lo haría con Perry.

Alcé mi varita negra y dorada y apunté a Perry.

- ¡Flámatte Perry! - Y un estallido de luz salió de mi varita hacia Perry.

 Llegó de los primeros a clase. Daba sensación de que estaba malhumorado. No habló con nadie.
 Se sentó, atendió a las palabras del profesor y una vez tuvo permiso para probar el conjuro, se preparó y lo lanzó de improvisto al primer chic@ que vió sentad@ en un pupitre colindante con intención de cegarl@.

- Flámatte Gwendoline ... el pulso de luz que emitió su varita recubierta de espinas fué intenso y justo en la cara de la chica. Le causó gracia a Seth y sonrió pícaramente.

Llegué a clase seguido por mis compis...

Parece un conjuro interesante - me dije.

Veamos...¿A quién apunto?...tú misma - y lancé mi conjuro contra la chica que se llamaba Sara Lago.

¡Flámatte!

Selena parpadeó intensamente intentando quitarse los puntitos de luz que se le habían quedado en los ojos tras el hechizo del profesor. Se encogió de hombros.

No le había quedado muy claro todo el movimiento del hechizo, pero lo intentó igualmente.

-Vamos Victor. Preparate. Alzó la varita e intentó ejecutarlo. -Flámatte

No pasó nada. La niña se frotó los ojos aun molesta y volvió a intentarlo. -Flámatte!

Nada, no pasaba nada. Algo debía estar haciendo mal. Aquella asignatura parecía resistirsele. Según el profesor, ese hechizo estaba relacionado con los hechizos que aprendían en la clase de duelo, pero a decir verdad, ella lo encontraba muy diferente a la asignatura de duelo...

Daphne entró poco antes que Sara y atendió junto a la niña la explicación del profesor mirando extrañada la figura fantasmagórica, sin llegar a entender su procedencia.

Uno de los niños de Ravenclaw aprovechó el inicio para marcar a Sara como su objetivo de forma completamente casual. Daphne, al igual que ocurrió con Amon Engel en la clase del día anterior se vio en la necesidad de ayudar a su amiga (aunque ésta no necesitara ayuda)

-¡Flámatte Marcus!-dijo apuntándole con la varita sin contemplaciones.

¡Pero qué!. Apenas bajé mi varita, un conjuro salió disparado contra mí...

No pude hacer nada...

Ésta te la guardaré... - le dije, pero mi tono no era de venganza, sino de ganas de aprender a saber reaccionar. Lo cierto era que le gustó que le atacaran, pues así podría demostrarse a sí mismo si era capaz de atacar y defender prácticamente a la vez. Esta vez no fue así.

Daphne parpadeó asombrada, Krum hacía las veces de amuleto de la suerte.

No sabía como interpretar las palabras de Marcus asíque parpadeó abriendo los ojos azules de par en par intimidada durante un instante y arrugó la nariz y resopló en una mueca divertida para el niño.

La niña había llegado corriendo a clase pensando que no iba a llegar, peor por suerte el profesor Longbottom aún no había empezado la clase. La niña suspiró y escuchó atentamente las instrucciones pensando en levantar la mano para hacer la preguntaba que la inquietaba. Sin embargo antes de que pudiese hacerlo, un resplandor blanco inundo la sala y la cegó. Seth había hecho un buen conjuro y la niña pudo ver la cara de suficiencia que había sustituido a la hosca expresión que ofrecía minutos atrás.

Te hace gracia ¿eh?

Tras frotarse unos segundos los ojos apuntó hacia Seth y exclamó

¡Flámatte!

Al menos no mandamos a nadie a la enfermería por esto

Un rayo cegador salió de la varita de la niña, que sonrió satisfecha al comprobar que la había salido bien, a pesar de estar aún algo confusa. Mientras los rayos de la sala cesaban poco a poco, Gwendoline levantó la mano y preguntó.

—Profesor Longbottom, ¿Qué le ha ocurrido al director Lupin?¿Ha sido por el tema de los expulsados?

Cuando llego ante la puerta del aula de Defensa Contra las Artes Mágicas, ya se podía escuchar al profesor dar la clase desde el pasillo: habían llegado tarde -"Vaya, es la historia de mi vida. Vamos allá..."- Pensó y empujo la puerta con suavidad -"¡Hola! Sentimos la demora profesor"- Dijo en voz alta, asomando un poco la cabeza.

Le sujeto la puerta a Perry para que pasase al aula y se acerco al pupitre donde estaba Gwen. Azoto la mochila a un lado y se dejo caer en la silla, con pereza, moviendo todo el pupitre -"Que hay listilla"- Le dijo amistosamente a la chica, casi en un imperceptible susurro. 

Llegué medio deprimida a clase, pensando en mis cosas. Apenas prestaba atención al profesor hasta que pronució el conjuro. Levanté la mirada, animada por el efecto... Y me quedé ciega.

No había podido ni siquiera llevarme las manos a la cara cuando un niño estúpido me lanzó otro conjuro.

¡Aaah! grité cuando casi caigo al suelo. No sabía cómo se llamaba, ¿cómo iba a defenderme?

Pero entonces, Daphne gritó un nombre. Sí, seguro que es ese pensé cuando el chico hablaba. Apunté como pude con la varita hacia esa dirección, y grité

¡Flámatte Marcus!