Partida Rol por web

¡Buenas noches Marcus! ¿Sólo estás tú por aquí? Bueno, veamos, muéstrame si te ha salido el conjuro o no. Espero que lo hayas practicado.

Marcus llegó a la clase de recuperación no tan puntual como hubiera querido jadeante y deteniendose delante de la profesora esperando que no le hubieran visto otros alumnos llegar de ese modo, por suerte solo estaban ellos dos.

- Perdón ya estoy aquí. Y si... parece que solo yo - Carraspeó y tentó nervioso por las prisas su cadera buscando y encontrando su varita para obligarse a continuación a respirar hondo para concentrarse. Ese dichoso conjuro se le había resistido... tenía que quitarselo de encima. Iba como solia ir con ropa muggle como estaba acostumbrado, no le agradaba demasiado la ropa de mago... esas túnicas casi parecían mirando a las espaldas trajecitos pero se obligó a visualizarlo para que cuando lo consiguiese se visualizara bien el cambio.

- Artifficus - Dijo en voz alta pero neutral para no arriesgarse a que le temblase la voz, entonces de pronto se vio vestido con la túnica de mago y alzó la cabeza sonriente hacia Mathilda.

Bueno Marcus, parece que se te ha dado bien hacer el conjuro.

La profesora abrió sus cuatro ojos de par en par cuando vio entrar a medio Hufflepuff por la puerta. ¡Un momento! ¿Qué hacéis vosotros aquí? La clase del lunes se suspendió, no deberíais estar aquí... A no ser que queráis venir a recuperar el conjuro de Sonitus, en cuyo caso, me parece que llegáis demasiado tarde. Lo lamento.

Marcus había estado confiado era muy aplicado y se había concentrado al maximo para recuperarlo pero siempre queda esa pequeña duda en la que puede verse fastidiado el intento. Vestido con la túnica gracias al conjuró se giró hacia los chicos de Hufflepuff y sonrió levemente por llegar tarde,  no lo hacía con maldad peeeeero a su casa le vendría bien ese hecho.

- Gracias Profesora- Dijo educadamente mientras le asentía. - Me voy, hasta luego!. - Dijo con entusiasmo al resto mientras salía de la clase.

Oliver miró a sus compañeros, descolocado. Entonces... ¿Que tenían que hacer?

-Profesora Lance, entonces... ¿Cuándo podremos practicar el conjuro Artificus? Disculpe si ya deberíamos saberlo... Con tanta asignatura a veces se me olvidan las cosas, lo siento... - pidió disculpar de antemano por su mala cabeza, por si se trataba de un descuido. La parte positiva es que él no tenía que recuperar Sonitus. Esperó, a ver qué sucedía con los demás y qué era lo que le respondía la profesora.

Daphne suspiró, podría practicar el conjuro en la sala común.

-Sentimos las molestias, profesora Lance-dijo con una inclinación suave de cabeza haciendo que los bucles se deslizaran hacia delante .

Pero Ardeen, ¿tú que tienes que recuperar? Se negaba a odiar a la chica. Por poco menos le hubiera soltado algún comentario mordaz a Seth, pero con Ardeen nunca había tenido ningún problema. Además, se encontraba en la misma circunstancia que él: había perdido demasiadas clases y tenía que recuperarse antes de diciembre.

En el trayecto había ido concienciándose de hacer una recuperación que no se había preparado y la verdad que ahora se sentía desilusionado. Estaba seguro que si hubiera llegado a tiempo de ver a Marcus practicar su hechizo, él habría sido capaz de replicarlo. Bueno, al menos este hechizo puedes tacharlo de la lista a recuperar, asintió para sí.

Cuando ya estaba fuera del despacho, se decidió a preguntar a Daphne. Mañana tenemos recuperación de Adivinación. Me parece que Oliver y Ardeen tampoco fueron, ¿te importa enseñarnos qué hicisteis? Si Daphne accedía, esperarían a llegar a la Sala Común.

-¿Adivinación?-ladeó la cabeza con aire pensativo mientras alzaba la mirada al techo de piedra, haciendo memoria  sobre las clases, si no le fallaba, la última clase había sido la del color de la varita- claro, ¿en la Sala Común?

Miró a Oliver y a Ardeen enarcando las cejas, si la recuperación no la podían hacer ahí tendrían que volverse.

¡Y nos hemos dado prisa para nada!

Ardeen llegó somnolienta, había estado todo el día haciendo cosas y se sentía agotada, cuando la profesora les dijo que no había clase, una parte de ella se alegró.

Vaya... claro como estuve con el hechizo de sueño no me enteré.-dijo con decepción.- Bueno, hasta luego entonces. Vamos a la sala común, sí- y se fue junto a sus compañeros cabizbaja.

Oliver acabó marchandose con todos sus compañeros, con cierta desilusión.

No os preocupéis, tendríais que haber aprendido el conjuro el lunes, pero recordad que cancelamos la clase debido al baile de Halloween. Así que no temáis, pues para la próxima clase os lo enseñaré. ¡Venga, id a cenar que si no se os va a hacer muy tarde para la clase de mañana!

¡Buenas noches!

¡Buenos días, tejones! ¿Sólo estáis vosotros por aquí? Bueno, veamos, mostradme si os ha salido el conjuro o no. Espero que lo hayais practicado.

Después de dar varias vueltas, decidió preguntar a uno de los alumnos con los que secruzó por los pasillos. Encontrar el despacho de la profesora sin saber su nombre era una tarea harto complicada. De hecho, había pasado al menos tres veces por delante de esa puerta, y una de ellas incluso se había detenido a leer el carte que rezaba: Mathilda Lance. Pero no podía ser, una profesora de magia debía llamarse Morgana Norcaster, Especulina Miriandrix o Nigrissa Tumblecore, o algo por el estilo.

El chico que se había perdido las primeras clases también estaba por allí, a pesar de no haber tenido mucho tiempo para practicar. Max suponía que le habría salido, y querría quitárselo de en medio mientras todavía lo tuviera fresco en la mente.

—Hey —saludó al pasar a su lado.

¿Tejones?

La profesora fue al grano. Sin presentaciones, introducciones, discursos o quejas. Como debía ser, si quería que le diera tiempo a comer antes de la siguiente clase.

—¡Sonitus! —exclamó, haciendo un pase con la varita.

El sonido de un avión a reacción en la distancia fue incrementándose en intensidad hasta que pareció pasar por encima de sus cabezas, y se fue disipando, alejando, hasta silenciarse completamente.

La recuperación había sido culpa suya, si hubiera ido a clase seguramente se lo habría aprendido y no tendría que estar allí. pero no importaba, Matt creía que lo podría hacer, Neil se lo mostró minutos antes y no le pareció tan difícil... esperaba no equivocarse. Saludó con la cabeza cuando Neil le nombró e hizo lo propio con la profesora.

-Buenos días, señorita Lange- en realidad no conocía personalmente a la maestra porque no había ido a su clase, pero había su nombre de otros chicos- veamos qué tal me sale.

No dijo mucho más, si era como la maestra green le quitaría puntos por hablar de más. Así que se concentró en el hechizo, imitando lo que el chico que estaba ahora con él le había mostrado.

-Sonitus- y movió la varita hacia la mesa del despacho de Lange.

Un maullido de gato sonó de uno de los cajones.

-No se preocupe, profesora, he sido yo.

¡Buen trabajo a los dos! ¡20 puntos para Hufflepuff! Os veo en el comedor!

Maxwell guardó la varita en el bolsillo interior de la túnica, aliviado. Una preocupación menos. Era sorprendente cómo, en solo un par de semanas, se había empapado con el espíritu de la escuela. No se le daban mal las clases en el viejo colegio; no daba palo al agua, pero solía aprobar. Era mejor aprobar y no tener demasiados problemas con los hijos de puta de los profesores. Pero en Hogwarts era diferente; al principio porque sabía que el viejo podía devolverlo a casa en cualquier momento si no rendía como esperaba, pero con el paso del tiempo iba cogiéndole el gusto a sus nuevas habilidades. Aunque no eran nada espectacular, por desgracia, al menos no todavía.

Se dispuso a marcharse de allí, a tomar un bocado antes de la siguiente clase, pero antes de darse media vuelta miró a su compañero.

—Voy al comedor —dijo—, ¿vienes?

Sin esperar respuesta se echó a andar.