Partida Rol por web

El profesor Krum y Longbottom comienzan a charlas efusivamente sobre todo lo que ha pasado y lo ocurrido. Krum habla con aspavientos mientras señala al joven y menciona al resto de la gente que se encontraba en aquel momento

Sr. Johnson - dijo mirando inquisitivamente a la pequeña serpiente. Es usted un chico muy valiente jovencito. Ha sido capaz de manipular a al menos un miembro de cada casa y de convencerles de que el hombre lobo sigue suelto y de que usted es capaz de acabar con él. El sr... dice dudando por unos momentos, el hombre lobo está encerrado y custodiado y ya no corre ningún peligro, además si hubiera hecho el trabajo del Hombre Lobo, o si al menos hubiese prestado atención se hubiese dado cuenta de que los hombres lobos solo salen los tres días de luna llena. ¡Que vergüenza!

Así, por aquello de que es usted tan valiente como estúpido le voy a conceder un total de 100 puntos negativos para su casa. ¡Seguro que toda su casa se siente orgulloso de usted, sr Johnson!

Longbottom no podía creerse lo que había pasado, en aquel momento Krum se marchaba de allí de nuevo por la ventana para ver si todavía había alguien en el Bosque Prohibido.

Después, Neville miró hacia Noah:  y a ti te voy a dar 50 puntos negativos por ser un chivato, los niños que se chivan de sus amigos no encajan en la casa Gryffindor, pero como ha sido por su bien, y lo que cuenta es la amistad, creo que te recompensaré con 100 puntos positivos por avisarnos de lo que ha sucedido, y porque me temo que ahora van a correr falsos rumores sobre ti.

En aquel momento tocan a la puerta y aparecen Diana, Gwen y Oliver.

Cuando llegais al despacho del profesor Longbottom os dais cuenta de que allí está Noah y Cassius. El profesor estaba francamente alterado y la ventana del despacho estaba abierta, entraba una corriente fría que helaba la piedra maciza de la que estaba formado el despacho.

Neville os miró con cara de pocos amigos por lo que había pasado. Aún no teníais muy claro cómo, pero sabía que vosotros tres estabais metidos en el ajo también.

Así que tenía razón, dice Longbottom, parece ser que habías logrado atraer a un miembro de cada casa a esta fantástica excursión, dice con tono irónico. ¡Perfecto, así que 50 puntos menos para las tres casas! A este paso tendréis que ver qué casa tiene menos puntos de toda...

¡Que vergüenza!  Dice negando con su cabeza igual que hacía en clase cuando los conjuros no funcionaban.

Y ahora, marchaos a la cama, no os quiero ni ver a ninguno de vosotros. ¡Largos!

Ya veremos la decisión que toma mañana el director sobre vosotros cuatro.

¡Fuera!

¡Buenas tardes jovencita! Me alegro de que por fin se haya dignado a venir a recuperar alguno de los conjuros en los que falló. Dice Neville como siempre bastante firme en sus frases. Creo que Nikolay y alguno más de otras casas tendrían que haberse presentado aquí, también, pero bueno. Esperaré.

Mientras tanto, veamos, a ver si eres capaz de quitarme la varita de las manos.

Eli no había aprendido el conjuro, ni siquiera había vuelto a ensayarlo demasiado. Pero evitó que aquello rondara su mente. Estaba de bajón pero Eli creía que todo lo que bajaba también tenía que subir.

Así que miró al profesor, no desafiante si no concentrada, y asió con fuerza su varita.

-Expelliarmus,  Profesor Longbottom.

Pero una vez más no tiene la habilidad para hacerlo. Cualquiera diría que le han echado una maldición.

Lo lamento, Señorita Henman pero creo que tendrá que presentarse a las pruebas finales de diciembre. Una pena, pero la veré mañana. Luego Noah toca la puerta y aparece tras ella. Buenos días, Noah. ¿Qué te trae por aquí? ¿Vienes a mostrarme lo bien que se te da el conjuro de Protego?

- Eso espero. - le digo al Profesor Longbottom.

La última vez que estuve aquí hubo algún contratiempo inesperado de los que espero no ocurran más. Por lo menos conseguí contrarrestar los puntos negativos por la negligencia de Diana.

Pues adelante, le estoy esperando. Dice mostrando un rostro bastante firme y serio.

¡Buenas tardes, Señorita Seeworth! ¿Viese usted a recuperar Expelliarmus?

Buenas tardes, profesor. Así es, vengo a recuperar el conjuro dijo desenfundando la varita. Apunté al profesor mientras hacía los gestos que me había enseñado Cassius.

¡Expelliarmus! gritó. Sabía que la varita del profesor se iba a quedar en su mano, pero no por ello dejaba de ser un buen objetivo.

Tras recibir la respuesta del profesor, Sam se marchó de allí. Tenía cosas que practicar.

Al ver como Sam lanza el Conjuto de Expelliamus al Profesor veo la oportunidad de actuar.

- ¡¡Protego!! - digo apuntando al Profesor para evitar el Ataque de la chica.

El profesor Longbottom se llevó las manos a la cabeza, parecía un gesto habitual en él cuando daba clases a los Gryffindor. La varita del profesor no salió por los aires como imaginaba Sam, aún así la sonrió con alegría por el resultado. Pero lo que no podía creerse era lo que estaba haciendo Noah.

Está claro que te dormiste aquel día Noah. No solo nos has practicado el hechizo, sino que ni si quiera has entendido su utilidad. Este conjuro sirve para protegerse así mismo, y a parte de que no hay conjuro capaz de contrarrestar el expelliarmus, lo expliqué también en clase, el protego tampoco sirve para proteger a los demás, solo a uno mismo. Así que por favor, dice Neville bastante malhumorado, vete de clase antes de que en lugar de darte puntos te los reste... Le veré en el exámen.

Y en cuanto a usted, señorita Seeworth, apúntese 10 puntos más para Slytherin.

- ¿Como quiere que demuestre si lo he aprendido cuando nadie me ha atacado? - digo malhumorado mientras me doy la vuelta.

- Un hechizo de Protección es para protegerse de algún ataque pero usarlo así sin mas no tiene sentido. - continúo refunfuñando.

Por eso en clase os hice escoger una pareja, y aquí sería igual. Pero bueno, en vista de que sabes su utilidad y no parece que se te de mal, te lo daré por válido. ¡Así que no tendrás que venir al examen, al menos no para recuperar este conjuro!

¡10 puntos para Gryffindor!

Las palabras del Profesor Longbottom me pillan por sorpresa.

- Gracias Profesor Longbottom. - le digo intentando controlar la incredulidad de los recientes acontecimientos.
 

¡Buenas tardes, chicos! ¿Qué tal? ¿Cómo ha ido la semana? ¿Estáis bien? Dijo mientras esperaba a que le hiciesen el conjuro de recuperación.

Fue salir de clase nada más abrir Neville la puerta y Mircea empezó a correr por los pasillos. Tuvo la suerte de no encontrar a nadie mientras los recorría, o habrían visto al rumano llorando. Los espasmos llegaron y él aún no había llegado a su destino. Dio un puñetazo contra la pared, pero no lo sintió, el dolor provenía de su cabeza, que extendía chorros de lava por las cicatrices de su espalda, haciéndolas palpitar, como si tuviera vida propia y quisieran autoextirparse.

Resbaló al querer girar para meterse en los aseos y cayó golpeándose la frente en el suelo. Como un animal acorralado miró de un lado a otro, verificando que nadie le había visto y se metió en los baños. No quiso mirarse al espejo, temía lo que podía encontrar, así que se metió en una de las cabinas, cerrando la puerta y tapándose las orejas con las manos. Arrghhhhhh, gritó.

Daphne entró corriendo en el despacho del profesor Longbottom. Esperaba ver a Mircea dentro, pero aún no había llegado. Qué raro, si ha salido unos minutos antes que yo, ya tendría que estar aquí. ¿Se habrá olvidado de la recuperación? Esperaba que no, era la única oportunidad de recuperar ese hechizo antes de los finales. Y, por cómo era su amigo, sabría que no le gustaría nada saltársela. Otra posibilidad era que hubiera lanzado su conjuro y ya se hubiera marchado. Aunque mucha rapidez tenía que haberse dado.

- Buenas tardes de nuevo, profesor –Saludó a Neville-. Vengo a recuperar el Asetate, lo he estado practicando en mis horas libres –Como estaba ella sola, se sentía algo nerviosa. Esperaba que llegara alguien más, que Mircea apareciera de repente para no sentirse tan observada por el profesor.

Tan nerviosa se sentía que estuvo a punto de realizar el hechizo sin la cera correspondiente. A tiempo se acordó del “ingrediente” especial, que sacó de la bolsita que siempre llevaba en su mochila. Pringó la punta de su varita con un poco y apuntó al suelo-. Asetate Grassium et Solem.

Una gran superficie del suelo que tenía delante comenzó a brillar y adoptó un aspecto resbaladizo. Lo había conseguido. Sonrió y pegó un saltito de alegría al ver el resultado.

Cuando Mircea salió al fin de la cabina, ya estaba más tranquilo. No sabía cuanto había podido estar allí, pero al mirarse al espejo sus pupilas estaban completamente midriáticas*. Una mancha encima de una ceja empezaba a cobrar un color morado a causa de la equimosis* del golpe que se había dado, al igual que los nudillos de una de sus manos que tenían algo de sangre seca. Se refrescó con agua el rostro y las manos, frotando la sangre de la mano. Cuando volvió a mirarse al espejo sus pupilas volvían a ser del tamaño normal para la luminosidad existente, pero la mancha ligeramente morada seguía ahí. Se empapó el pelo y se lo medio peinó, bajándose el flequillo para tratar de ocultar aquello.

Ya más calmado salió de los baños y caminó aprisa hasta el despacho de Neville Longbottom. Notó que su cabeza flotaba, como si estuviera llena de algodones.

Al entrar, Daphne estaba a punto de ejecutar su recuperación y no quiso interrumpir a la chica. Sonrió al ver como lo lograba y ya saludó al profesor, yendo al grano. Venit să efectuaţi aceeaşi vrajă, profesorul Longbottom**, dijo según avanzaba.

Guiñó un ojo a Daphne a la vez que la sonreía por un trabajo tan bien hecho.

Con la varita en ristre, untó la cera necesaria en su punta y se acuclilló apoyándola en el suelo. Asientate vaselină pe planşeu, murmuró. Al ver que nada ocurría no lo entendió. Se levantó mirando el suelo extrañado.

El profesor Longbottom arqueó la ceja sin comprender en qué idioma estaba hablando Mircea, suponía que en su idioma natal, pero él no lo conocía. Así que, simplemente negó varias veces con la cabeza y dijo: Lo lamento, Mircea, pero el conjuro no te ha salido. Así que tendrás que presentarte al final, así como el resto de tus compañeros que al final no se han presentado hoy a la recuperación. En cambio, señorita Relish, su ejecución ha sido magnífica y por eso merece un premio de 10 puntos para su casa. ¡Un gran trabajo y ahora vayámonos a cenar!