Partida Rol por web

Al bajar del Expresso de Hogwarts un centauro, llamado Nicos, os lleva hasta un lago, alli os hace montar en barcas en grupos de cuatro, coincidiendo con vuestros compañeros de vagón. Al mirar el lago veis como hay cosas que se mueven bajo el agua, incluido un calamar gigante.

Una vez llegais a la orilla os hacen poneros en filas, varios alumnos de cursos mayores os esperan, los Prefectos. Cuando estais listos os hacen pasar al hall, donde una profesora o pide que la acompañéis

- Yo soy la Profesora Lovegood, soy la jefa de la casa de Ravenclaw y la suddirectora de la escuela. Uno a uno os iré llamando y quiero que os delanteis hacia donde esta el sombrero y os lo coloqueis en la cabeza.

El sombrero que teneis frente a vosotros empieza a cantar

-Oh, podrás pensar que no soy bonito,
Pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar
Un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
Sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
Y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
Que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
Dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor,
Donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
Ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff,
Donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
De verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta,
Porque los de inteligencia y erudición
Siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
Harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
Para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.

Cuando se hace el silencio, la Profesora Lovegood, agita su varita y aparece una lista
- ¡Aldridge, Colin!- dijo la profesora

Me bajo del vagón. Pese al incidente con los gatos, ranas y grageas había sido un viaje la mar de interesante y divertido. Habíamos comido galletas y jugado a las cartas. Y había hecho bastantes amigos, que esperaba que me duraran todo el año. Si todos los chicos de Hogwarts eran iguales este iba a ser un años increíble. Cojo a Nim y ayudo a bajar con Oliver* los baúles de las chicas del portamaletas antes de salir del vagón

Al ver dónde van todos mis compañeros, les sigo hasta llegar al lago, donde me quedo mirando con la boca abierta el mismo y el castillo lleno de luces al fondo. "Obligo" a mis compañeros del vagón a coger la misma barca que yo. No me importaba conocer a más gente, y menos ahora que había visto que todos eran geniales, pero la verdad es que los barcos por la noche, y la primera visita al castillo eran cosas que me daban un poco de miedo. Tenerlos al lado me tranquilizaba un poco, porque sabía que tendrían tanto miedo como yo. O puede que no. Yo tenía algo que pedirle al sombrero, y a lo mejor no me hacía caso.

Me coloco en fila con mis compañeros. Era uno de los últimos en ser avisado, mi nombre iba por W así que tardaría bastante antes de saber dónde iría. Susurro "suerte" a cada uno de mis amigos antes de que les toque.

Los nervios iban de mal a peor según cada uno va entrando y les van asignando una casa, hasta quedarme casi solo. Intentaba ser valiente y decidido, pero esa situación no era para mí. No tenía control sobre el sombrero, pero no podía dejar que me tocara allí. No podía darle esa decepción a mamá. Mamá esperaba que yo no fuera a esa casa. Ahora no éramos parte ya de esa familia.

Cuando me llaman avanzo temeroso, viendo como centenares de caras se fijan en mí. Nadie sabe si puede juzgarme o no, porque tengo una posibilidad entre cuatro de ir a su casa. Aunque se prepararían los insultos por si no iba a la suya.

- Por favor… a Slytherin no. Yo no soy uno de ellos y no quiero ir allí. Mándame a otra…¡mándame a Griffindor, yo soy valiente! O a Ravenclaw, también soy listo, pero allí no. - digo concentrándome en el sombrero. Yo no era como el resto de mi familia. Tanto mamá como yo éramos diferentes. Ya no me importaba tanto a qué casa ir, pero no iba a darle esa decepción a mi madre.

¡Seeworth, Sam!

Sam miró a la subdirectora cuando dijo su nombre. No estaba nerviosa. Alzó la cabeza y se abrió paso entre sus compañeros.

No me preocupa. Se cuál es la casa que me corresponde, el Sombrero sabe a qué casa me tiene que enviar. Si no, ya se lo explicaré

Estaba ante las escaleras y miró con determinación al Sombrero Seleccionador. Subió los peldaños respirando lentamente.

La subdirectora levantó el sombrero para que Sam se sentara. Al sentarse, fijó su mirada al infinito.

Slytherin. Soy una de ellos. No soy de otra casa. No hay opción. Slytherin

Observo con asombro, nunca me hubiera imaginado un lugar tan asombroso, mientras escucho la canción del sombrero, observo con atención las decoraciones...la casa con el leon realmente me atrae, se que mi madre estuvo ahí y queria conocer la casa donde ella vivó por un tiempo en su infancia...pero no quiero guardar las esperanzas, para luego llevarme una decepción, debo pensar en otras cosas... ohh ¿así que esos son los profesores? -Oh, que mala suerte, mi apellido empieza con W, ...supongo que tocara esperar...- digo al notar que nos llamaran por orden alfabetico....

-Relish, Daphne.

La niña dio un respingo al oir su nombre y les dirigió una mirada nerviosa a sus tres "amigos".

Ojalá estuviéramos juntos, deseó acercándose al taburete. Trastabilló hacia delante hasta casi caerse y enrojeció, consciente de que tenía muchísimos mas ojos de los que ella querría sobre ella.

Tenía miedo. Su familia esperaba que ella diera la talla, que no le pasara como a su padre. Claro que quería ir a la casa "familiar", así sus abuelos estarían orgullosos, pero la verdad es que ella se conformaba con que le dejaran quedarse ahí a estudiar. ¿Alguna vez el sombrero seleccionador había "deshechado" algún alumno?

Entonces la tela raída del sombrero parlante le aplastó los rizos dorados hasta cubrirla los ojos, sumiéndola en la oscuridad.

Por favor, no me eches.

Amon se quedó perplejo... el tren paraba y tenían que terminar la fiesta... que rollo, y no habían conseguido que Edward bailara... en fin...

Al ser el más grande comenzó a ayudar a bajar las maletas de los demás e intentó no despegarse mucho de ellos, ni durante el viaje en barca (que se quedó sorprendido con los tentáculos del calamar gigante) ni porque les viniera a buscar un centauro, lo que hizo que se intentara mantener lo más lejos posible de él.

Al entrar una señora se presento como la Directora y les dijo que un sombrero les seleccionaría... ¿una prueba? ¿una selección? ¿para qué? ¿y si lo hacía mal? Encima el sombrero cantaba... en fin

Era el primer Engel en venir a Hogwarts... asique en ese aspecto no tenía presión para ir a una casa en concreto como parecían tener otros que cuchicheaban antes de que fuera mi turno.

En fin, resignado y muy nervioso por la presencia de todos los alumnos del colegio esperaba su turno, y cuando fue nombrado se puso ese sombrero cantor en la cabeza y comenzó a oír muchas preguntas y valoraciones sobre su ser... solo pudo centrarse en una cosa.

Quiero poder para ser capaz de acabar con las criaturas malignas, quiero ese poder para así vengar a mi padre

- Ravnos, Nikolay- El joven casí se había asustado al oir su nombre, busco entre la multitud a aquellos que acababa de conocer y tambien a su hermanastra... tenía miedo, pero al fin la encontró, con los miembros de su casa.

Se adelanto con pasos cortos y con la mirada puesta en el suelo, esperando no tropezarse, se sentó y miro a la profesora Lovegood, casi en una suplica, aunque sabía que ella no tenía nada que decir, sería el sombrero. Noto como el sombrero se colocaba en su cabeza y comenzaba a moverse de forma extraña, le hacía un poco de cosquillas, pero decidio callarselas aun rojo por el momento.

"Quiero estar con mi hermanastra, quiero con mis nuevos amigos, por favor...¿puedo?"

Colin escuchó su nombre y se levantó despacio, con miedo. Miró hacia dónde estaba el sombrero y se dirigió hacia allí. Cuando se  sentó y el Sombrero se le puso en la cabeza notó una sensación rara pero agradable.

No te preocupes Colin, tienes una mente brillante ¿o acaso no recuerdas lo que te decían los profesores del colegio?: Irás dónde tu inteligencia te guíe, así que seguramente será el mejor lugar. No te preocupes, relájate y a esperar Colin. Ravenclaw... Ravenclaw...

Miró al frente y esperó al veredicto.

La conversación en el tren sobre quidich y sobre cosas mágicas a cada cual más alucinante finalmente llegamos a nuestro destinos. Mis ojos se quedan como platos al ver al castillo, parece sacado de un cuento, avanzo detras de los demas niños totalmente entusiasmada.

Un extraño sombrero suelta toda una bravata, casi ni lo escucho ya que no me puedo creer que un sombrero hable. Acto seguido la subdirectora empieza a llamar a los alumnos, esta claro que para algunos de ellos estar en una casa u otra es muy importante, por presiones familiares por lo que escucho a algunos alumnos.

Finalmente la subdirectora dice mi nombre, me acerco con paso decidida a sentarme aunque internamente estoy más que nerviosa.

Me pregunto si mis padres habrán sido magos o en que casa habrán estado... soy incapaz de quitarme de la cabeza eso ya que todos parecen querer ir a las casas de sus padres y yo ni siquiera se si vinierón a este colegio.

Cassius caminaba junto a los demás en silencio. Hogwarts era impresionante, de eso no había duda. Al fin llegaron al comedor, y ahí estaba el sombrero seleccionador. Cassius se permitió una sonrisa.

Bien. Esto era lo que estaba esperando. Dos años, dos largos años. Ahora todo cambiaria. Empezaba una nueva época, ¿por que habría de estar nervioso? Todo iba a mejorar en unos instantes.

Johnson, Cassius.

Cassius se adelanto con paso resuelto, fue hasta la silla y se sentó. El sombrero era de cuero, no tan basto como uno pensaría.

Vamos, ambos sabemos donde tengo que estar...Slytherin es mi casa.

El viaje había sido divertido. Tras perder algunas partidas a las cartas aprendí finalmente cómo se jugaba, y llegué a ganar alguna. Los juegos que se inventaban los muggles eran muy divertidos. Mark y yo bajamos los baúles de las chicas y luego los nuestros, y todos juntos nos dispusimos a bajar del tren. Prácticamente no nos despegamos en nuestro corto viaje hacia Hogwarts. 

Todo el mundo parecía asombrado, yo incluido. Aquel lugar era alucinante, y todavía no podía creer que fuera a pasar tantos años de su vida en un lugar como ese. El viaje en barca se me hizo corto, me divertí bastante. Finalmente llegamos a la prueba de fuego que decidiría nuestro destino en aquel colegio. El Sombrero Seleccionador. Yo era de los primeros así que no me dio mucho tiempo a reflexionar antes de que dijeran mi nombre.

- ¡Blackwood, Oliver! - me tensé un poco, aquella situación imponía un poco. Miré nervioso a los amigos que había hecho en el tren, buscando sus miradas y gestos. Mark murmuró "suerte" y sonrió con complicidad. Aquello me animó a dar un paso al frente y dirigirme lenta pero inexorablemente al taburete que se elevaba frente a nosotros. 

Una vez el sombrero estuvo sobre mi cabeza me volví a poner nervioso. Los pensamientos se me agolparon en la cabeza durante unos segundos, como voces dispares que hablaban para sí solas. Sólo en el último instante pude pensar con claridad. Pensé sobre mis inquietudes, y mis deseos. 

No quiero ir a la misma casa que mi hermano porque me da miedo. No quiero que me comparen más con él. Tampoco quiero  estar lejos de los amigos que he hecho, aunque supongo que seguiremos siéndolo estemos en la casa en la que estemos... 

Y al fin habíamos llegado. Con nerviosismo, bajé del tren acompañada de mis nuevos amigos, mientras nos acercábamos al muelle y mis ojos se abrían como platos al ver quien nos esperaba allí, ¿era un centauro? ¿de los de verdad? vaya, era increíble...
Pero no era la única sorpresa porque, mientras nos subíamos en los botes y empezábamos el viaje, vislumbramos a lo lejos un inmenso castillo y mi aliento se quedó congelado en mi garganta. Había leído que era grande pero... ¡no tanto!

Tras llegar, y ponernos en fila, empecé a mirar a mi alrededor, nerviosa, con un montón de mariposas en el estómago, mientras la Profesora Lovegood nos contaba lo que teníamos que hacer, y entonces, lo vi, un viejo sombrero raído sobre un taburete, que de repente, empezó a cantar.

Me había quedado mirándole embobada, sin darme cuenta de que ya habían empezado a llamar a mis compañeros cuando escuché de fondo, mi nombre.
"Edwards, Alexandra Moira"
entonces me di cuenta que era la segunda vez que me llamaban y roja hasta las orejas, salí corriendo hasta el taburete, intentando que me tragara la tierra y la gente dejara de mirarme.

Cuando me senté, todavía roja, sentí como el sombrero caía sobre mi cabeza, tapándome los ojos, y entonces sólo vi negro, antes de que empezara a hablar, dentro de mi cabeza.
La abuela no me lo ha dicho, pero sé que le haría ilusión que fuese a la misma que la bisabuela Mary, espera que siga sus pasos... pero cualquier casa estaría bien... donde pueda tener amigos estaré bien...

Una vez montados en la barca, poco estuvimos hablando entre los otros tres chicos y yo, así que cuando llegamos al embarcadero nos bajamos y nos fuimos hacia el castillo, donde la Subdirectora nos estaba esperando para dar paso a la ceremonia de selección...

Fueron llamando uno a uno y yo, muy atento, me fui fijando en cómo andaban, cómo miraban y cómo reaccionaban cada futuro alumno de 1º...

¡Morpho Venom! - anunció la Sra. Lovegood.

Mi objetivo va a comenzar muy pronto...Averigua mis intenciones y las cumpliré...

Mientras iba pensando eso con el sombrero sobre mi cabeza, no pude evitar mirar mi mano izquierda...

Al fin llegan a la estación de tren tras un viaje con unas cuantas partidas a las cartas aunque los otros dos niños no parecían entender muy bien el sistema de juego... hasta el final... después de perder unas cuantas partidas. Cuando bajan del tren, Tabby puede ver a lo lejos las luces del castillo... se queda sorprendida por lo grande que parece desde lejos y también siente un poco de miedo porque en medio de la noche, mirar esas luces en las ventanas del castillo hace que parezca algo fantasmal.

Se pega a los alumnos de su vagón ya que los conoce y no se siente tan asustada... de todas formas, las barcas en medio de la noche, navegando por un lago enorme del que no puedes saber el tamaño... eso asusta a cualquiera... incluso a los más mágicos de ese lugar... cuando ve pasar al calamar gigante por debajo de ellos, se encoje un poco más hacia el centro de la barca.

Sigue a la marea de alumnos de primero intentando que no se la lleven por delante y quedarse al lado de sus compañeros de vagón. Y tras eso, llegan a un gran comedor donde hay un montón de personas que les miran... se pega más a sus compañeros y baja la cabeza con miedo... no le gusta que la miren. Los alumnos van pasando y poniéndose ese sombre parlante en la cabeza y se van sentando... para su mala suerte es de las últimas, aunque hay niños que se sentarán después de ella.

-Tabatha O'Connell!

La profesora dice su nombre y cogiendo un poco de aire se despide de Mark y Morgan que van después de ella. Se sienta en el taburete y baja la cabeza esperando a que le pongan el sombrero. Ella no sabe mucho de las casas esas así que no sabe muy bien quien va a que lugar, pero por la canción del sombrero sabe que no pega mucho en Sl... Slytherin era?

-Como... como eres tan inteligente... seguro que sabes donde puedo ir... yo no se mucho de estas casas ni del mundo mágico... pero por tu canción se que no iré a Slytherin... pero me gustaría ir a la casa de alguno de los chicos de mi vagón... porque no se me da muy bien hacer amigos... pero... pero me estoy enrollando... no te entretengo más...

Había entrado totalmente intimidada al lugar donde estaba el sombrero, me muerdo los labios y juego nerviosamente con mis manos. Estaba en presencia de toda la escuela, y acompañada de todos los otros de mí curso. Había tenido pesadillas sobre este momento, y ahora estaba en el.

-Morgan Rootsorrow.

Había permanecido gran cantidad de tiempo sumida en mis pensamientos, pero ahora era mi turno. Doy unos pasos y tropiezo levemente, no alcanzo a caer al suelo, pero miro desconfiada al sombrero, pero sin embargo dejo que me lo pongan para que decida de en que casa estaré.

-Ahora, es cuando el dirá que estoy en una casa… y estaré marcada para siempre por esa casa… ¿en donde me pondrás sombrero? – Miro a las cuatro mesas de las casas y suspiro – Supongo que no es mi decisión, de todas maneras será imposible estar con todos los de mi vagón en el mismo lugar… Por favor… en Gryffindor no, no puedo estar en esa casa, no en la misma casa de ellos, no quiero ser igual que ellos.

Victor caminaba con el resto de sus compañeros por un pasillo que formaban las mesas, a el techo de la habitacion tenía un techo gigante en el que se podia ver un cielo estrellado y si bien todo lo que veìa era increible y magico, lo mas sorprendente era un sombrero que hablaba, y que no solo eso eso sino cantaba.

No pasò mucho tiempo hasta que el sombrero se ponga sobre las cabezas de sus compañeros, y diciendo en que casas estaban, mientras Victor miraba como sus compañeros pasaban frente al sombrero y recibian las casas, el joven miraba como todas las casas victoreaban cada vez que tenìan uno nuevo en sus filas. Justo cuando Victor no esperaba nada.

Victor Fisher!

La voz de la Profesora Lovegood retumbo en los oidos del niño, quien nervioso se acercò al sombrero, y cuando se lo puso su mente penso, "Quiero estar en Ravenclaw como mi padre".

Bajé como un rayo del vagón, dispuesto a ver aquel gran castillo del que tanto me habían hablado. Un mes para ver este día. Y era aún más impresionante en persona. En lo más alto de un gran acantilado tras aquel gran lago se alzaba el castillo, imponente. Y a flipar de nuevo con Bart.

-Bart, mira allí, ¡Un Centauro! Tenemos que montarlo algún día –Reí sin ningún pudor.

Nos acercamos rápidamente a por las barcas, y me puse con mis compañeros de vagón. Teníamos un plan para intentar hacer zozobrar algunos barcos, que al final, hizo aguas porque nos pillaron acercándonos demasiado al agua. Por más que intentara justificar que era “para ver el pulpo gigante que había en el lago”, no me dejaron volver a moverme del sitio, así que estuve de morros hasta llegar.

-Tranquilo Joe, seguro que podremos hacerlo en navidades, o al terminar el año –Bart intentaba animarme por todos los medios, y aunque no me lograra hacer reír, al menos me ayudó a quitarme el enfado.

El gran hall era impresionante. Las cuatro mesas llenas de gente daban un poco de respeto, así como la mesa alta para los profesores. Iba a estar delante de todos en el momento en el que iban a seleccionar, y me sentía intimidado, nervioso y emocionado a la vez. Incluso diría que un poco eufórico.

La profesora Lovegood parecía una mujer dura y estricta, y bastante directo. Dejó el sombrero encima del taburete, donde empezó a saltar y a cantar. Eso sí que me animó, tanto que convencí a mi hermano para dar palmas durante la canción. Me giré hacia Gwendoline, hacia Alexandra y hacia Morpho intentando que se animaran a seguirnos, pero sin éxito.

Y entonces, la profesora Lovegood empezó a llamarnos, por orden alfabético. Dios santo, eran muchísimos nombres hasta mí, y encima tendría que esperar por mi hermano…

-Stone, Bartholomew –Dijo la profesora.
-Deséame suerte, hermanito. Te animaré desde la mesa.

La casa a la que enviaron a mi hermano aplaudió cuando salió elegido*. Y entonces me tocaba a mí. El momento. Me tocaba ser seleccionado. Y las pulsaciones empezaban a acelerarse.

-Stone, Joseph.

Me acerqué con precaución al taburete, y sonreí a la profesora. Un aullido solitario se oyó desde una mesa. Probablemente mi hermano. Eso me puso más nervioso todavía. A punto de caerme de la silla, reí nerviosamente y me recuperé, sentándome mejor y con algo más de paciencia.

-Va venga, di algo rápido, que quiero saber dónde me vas a poner. Quiero empezar a divertirme ¡Quiero empezar a estudiar y disfrutar con la magia!