Sacudí la cabeza, asintiendo.
—Efectivamente. Nos pondremos malos, y será peor— dije, negando con la cabeza—. Es mejor ir a un lugar calentito, con un fuego apacible, descansando…
Cuando lo narré, la imagen mental se me apareció en mi mente, y sonreí, algo distraída.
—Sí, vamos— dije, y salí tras Perry y Ryan.
A la Sala Común :D
Con los infolios, tratados, manuales y almanaques adecuados, Mircea se marchó al area de leyes mágicas donde sabía que nadie le molestaría.
Quitose los guantes, la capa y la túnica en invierno, quedándose con tan solo el uniforme escolar, aunque hacía algo de fresco en la biblioteca, prefería poder estar a gusto y no agobiarse como se había sentido en el exterior redactando el trabajo de CCM. De su sombrero sacó todos los útiles de escritura y dispuesto a pasarse toda la mañana hasta la hora de la comida, se quedó haciendo averiguaciones sobre la Snitch para el trabajo optativo de Vuelo.
Pero el desayuno escaso, el frío de la mañana que se le había metido en los huesos y los pensamientos que no terminaban de centrarse en el trabajo hicieron que aquellas horas pasaran sin haberlas aprovechado.
Recogiendo todo, se marchó al comedor.
Motivo: Investigar Snidget Dorado
Dificultad: 0
Habilidad: 0+11
Tirada: 1 2 7
Total: 2 +11 = 13 Éxito
/al comedor
Despidiéndose del elfo, Morpho salió de allí para ir a comer.
Al comedor ^^
Maxwell llegó a la biblioteca corriendo, y solo contuvo el paso para evitar el resonar de las zapatillas contra las baldosas de aquel lugar donde el silencio era considerado sagrado.
—Nas —saludó brevemente al elfo libréstico de los grandes ojos azules al tiempo que sacudía la cabeza. Quería que le diera tiempo a poner en marcha el trabajo y a comer antes de la clase de duelo, por lo que no podía permitirse perder ni siquiera un minuto en una conversación.
Se adentró entre los pasillos y se dirigió directamente al que estaba buscando: la sección sobre zoología mágica. Rebuscó en las estanterías los libros sobre ofidios mágicos hasta dar con un par que, aunque no eran exactamente lo que buscaba, tendrían que bastar. Indeciso, decidió llevarse ambos.
Antes de salir, los dejó en el mostrador frente a Booky.
—Estos dos —pidió—. ¿Trabajas también durante las vacaciones?
Motivo: Buscar + Basiliscos
Dificultad: 0
Habilidad: 0+8
Tirada: 3 4 10
Total: 4 +8 = 12 Éxito
Tirada trabajo CCM sobre basiliscos.
Booky estaba triste. Era raro, muy raro en él, pero lo cierto es que Hogwarts había dejado de ser lo que era. Se planteaba incluso si no sería culpa de su posición como bibliotecario lo que hubiese ocasionado el hundimiento de la escuela. No solo los humanos tenían la habilidad que él denominaba ombliguitis, de creer que su vida tenía sentido en vez de ser un simple fallo de evolución, no, casi cualquier criatura consciente la tenía y Booky tenía claro que su papel en la escuela era muy importante.
Cada vez llegaban menos alumnos al santuario del saber y le dolía no por sentirse solo, porque entre tanto libros nunca se sentía solo, sino que lo lamentaba por todos los volúmenes, almanaques, infolios y demás encuadernaciones que esperaban su momento para ser adoptados y cuyas hojas se pudrían lentamente, dándole aquel fabuloso aroma a la biblioteca.
El resonar de pasos por el pasillo animó a Booky y pegó su grandilocuente sonrisa a su rostro para recibir a Maxwell. Nas, devolvió tal cual.
Mientras el único visitante del día rebuscaba, el elfo se recolocó las gafas sin dioptrías y siguió leyendo el libro con el que había estado desde primera hora y que tan largo se le estaba haciendo. Era malo pensar tanto, te impedía leer...
Cuando Max volvió al mostrador, Booky seguía sonriendo. Comenzó a sellar los dos agraciados elegidos y a firmar en el libro de registro. Claro, los elfos no tenemos vacaciones, sonrió como si aquello fuera la mejor noticia del mundo.
—La biblioteca no es mal sitio para pasar las vacaciones —concedió, encogiéndose de hombros—. Supongo que el viejo me hará volver a casa. Si no, estaré por aquí casi todo el día.
Cogió los dos libros sellados y se los colocó bajo el brazo, junto con el manual de CCM y el estuche. En momentos como aquel echaba de menos la mochila que había rechazado cuando le explicaron que solo tendría dos asignaturas cada día.
—Aún tengo que comer antes clase —se despidió—. Taluego.
Y salió por la puerta, rumbo al comedor.
/Al Gran Comedor.
Aaaaadios, se despidió Booky, usando aquella jerga extraña que usaba Maxwell.
Y cuando el alumno salió, Booky volvió a ponerse pesaroso, su sonrisa borrada, las orejas caídas e incluso las arrugas que no debería tener aún siendo tan joven, marcadas.