Partida Rol por web

De acuerdo, vayamos a descansar. Mañana lo intentaré de nuevo y esta vez lo conseguiré - dije pensando en mi madre.

Sam entró por la puerta de la Sala Común con la misma sonrisa extraña que había puesto en el gran comedor. Pasó por delante de Amon y Morpho y se despidió de ellos con un movimiento de cabeza

Linc pasó por la sala común sin decir mucho, pero se paró al estar rayado por lo que había pasado hoy -Joder... igual la cagué- Pensaba un poco mas calmado el chico, pero su orgullo se lo impedía ver de nuevo "Bah, ha sido ella la que me ha hecho saltar por los aires, ¡Que le den joder!" Y rascandose un poco la cabeza como queriendo olvidar se quedó tirado en la butaca pensando.

Asterope y Kendra llegaron juntas a la sala común, después de que Ithan las acompañara hasta alli y acabara volviéndose a la sala de Gryffindor. La morena parecía bastante contenta del devenir de la noche, al igual que Sócrates, que entró en la Sala Común, anunciando la llegada de ambas.

-¿Ves? Te dije que sabría qué hacer... - dijo, mientras cruzaban el umbral de la Sala Común. Miró a su alrededor, y casi habria supuesto que no quedaba nadie en la sala cuando, de repente, vio el pelo rubio de punta de Linc sobresalir por la parte superior de una de las butacas.

Kendra se quedó un poco parada, y apretó ligeramente el brazo de Asterope, señalando a Linc con un discreto cabeceo, alertándola de su presencia.

-Buenas noches, Linc... ¿Aun despierto? - preguntó Kendra, esperando ver como reaccionaba Asterope. Se agachó entonces, con intención de coger a Sócrates, y carraspeó ligeramente, señalando hacia la puerta del dormitorio- Yo... voy a la cama. Estoy reventada. -dijo, antes de dirigirle a Asterope una mirada de: "Haz lo que creas conveniente"- Buenas noches...

Y, sin más, se perdió en direccion a la habitacion, por si acaso.

Asterope entró en la sala común acompañada de Kendra, con la que llegó hablando. Claramente, se la veía algo más animada que durante la clase. Y es que al mal tiempo, buenos amigos. Aún estaba bastante afectada por lo que había pasado, pero veía las cosas de manera diferente- Sí, Ithan ha estado majísimo.

Pasó la mirada por toda la sala. Había algunos alumnos de otros cursos. Un grupo de cuarto en una esquina; dos de séptimo frente a la chimenea; Cassius con la varita en alto en medio de todo; y, tumbado en una butaca, la persona a la que sus ojos buscaban.

Kendra también lo había visto y se lo señaló. Pero no se atrevió a ir. Por muchas razones. Para empezar, aún seguía algo enfadada por lo que ocurrió. Además, no sabría qué decir; nunca se había encontrado en esa situación. Y, por último, estaba la confusión total que tenía encima por lo que sus dos amigos le habían contado. Y fue precisamente pensar en lo último lo que le provocó que su cara volviera a tomar un color rosáceo.

Así que ahí se quedó, paralizada a unos metros de su amigo mientras Kendra hablaba con él. Cuando la morena se despidió, Asterope no tardó ni dos segundos en bajar la cabeza y cruzar la estancia directa al dormitorio detrás de ella. Quienes estuvieran cerca de la pequeña cuando lo dijo, pudieron escuchar, en bajo: Buenas noches.

Ludmila entró en la sala común, con paso cansino. Saludó con un cabeceo a Cassius y a Morpho que parecían practicar un conjuro. Más allá había llegado Linc que parecía ensimismado. -Buenas noches Linc. y dicho esto se dirigió al dormitorio de las chicas

Pasé cabizbajo por la sala común, y al ver a Linc lo saludé con la cabeza.- Hey... ¿Qué haces aquí?.- Dije pero algo triste.- Voy para el dormitorio.- Al ver que no estaba de muy buen humor. No quería más problemas, había tenido suficiente con lo de mi abuela.

Lincoln levantó la cabeza cuando Kendra le habló -Hola- Dijo seco y un tanto rudo, pero al mirar bien y ver a Asterope tras ella, se le fue la cara de borde y cabreado que tenía, lo justo para levantarse unos centímetros de la butaca, como si fuera a buscarla, pero reaccionó rápidamente, se paró y miró con rabia de nuevo a Asterope y se volvió a sentar, ésta se largó corriendo hacia su habitación dejando un "Buenas noches" en el aire, cosa que Linc no contestó al menos no en voz alta "Buenas noches..." Dijo para si mismo, y soltó un leve suspiro, ni siquiera se dio cuenta de la despedida de la rubia de su casa  y de las palabras de Tony, porque no dejaba de pensar "Será mejor que me vaya a la cama ya..." Se levantó lentamente de la butaca y se fue escaleras arriba, esperando que esta semana pasara rápido y segundos después de que Ludmilla y Anthony desapareciera por las escaleras, Linc hizo lo mismo.

La pequeña bajó a la desierta sala común. El frío que hacía le trajo un escalofrío que le recorrió la espalda, así que se ajustó un poco más la capa del uniforme. Claramente acababan de encender la chimenea.

Se fijó en el tablón de anuncios. Hacía tiempo que no lo miraba, porque ya se sabía el horario de memoria y nunca había tenido interés por los anuncios de los alumnos mayores, en los que vendían ajedreces mágicos usados o apuntes de diferentes asignaturas. Pero esta vez vio que había un cartel en el que recordaban a los alumnos el picnic del domingo. Esta Kendra está en todo, pensó.

Giró la cabeza al escuchar un ruido en la escalera que llevaba a las habitaciones de los chicos. Pero eran solo dos estudiantes de quinto que ni siquiera se dieron cuenta de que estaba ella por ahí. De hecho, se acercaron al tablón sin reparar en la pequeña, como si no existiera. ¡Y eso que, por muy pequeña que fuera en edad, era bastante alta! Cuando uno de ellos le preguntó al otro si había algo nuevo, el segundo respondió: -Nada, una tontería de los enanos-. Asterope les dirigió una mirada fulminante. Y siguió su camino, ofendida, hasta la puerta de las mazmorras.

Linc bajó las escaleras a la sala común sin bostezar, como normalmente habría hecho, no había dormido casi en esa semana, pero estaba mas despierto que de costumbre, lo que no podía evitar era bajar pensativo, un poco ausente del mundo, ya que durante un buen rato parecía que solo existiera él en toda la sala común, se medio despejó, parpadeó un par de veces rápidamente, como si acabara de salir de un sueño y se movió para ir al gran comedor, tenía hambre y hoy tocaba al tutor de los Gryffindor "El idiota de Longbottom... genial" Pensaba mientras salía de la sala común dirección a sus tostadas de la mañana.

Kendra salió con su mochila en dirección a la sala común, tarareando. A diferencia de sus compañeros, Kendra no salio de alli, si no que buscó un lugar en una de las mesas: tenía trabajo que hacer, ya de buena mañana.

Asi pues, tras sacar pergamino, pluma y tinta, comenzó a escribir, intentando aprovechar al máximo el tiempo que tuviera antes de ir a clase.

Todo debía estar listo antes del mediodía.

La blonda entró en la Sala común y vio a Kendra haciendo algunas anotaciones. -Buen día Kendra. No le gustaba interrumpir los estudios de las personas, así que decidió no detenerse y salir directo al comedor. 

Kendra alzó la mirada, al ver a Ludmila pasar por la sala común- Buenos dias, Ludmila, ¿que tal? - le pregunto. Sin embargo, antes de que pudiera decirle nada mas, la rubia ya habia salido por la puerta, en dirección al Gran Comedor, con casi toda seguridad.

Kendra alzó ambas cejas, ladeando una sonrisa, y miró aquel primer pergamino, enrollándolo, para acabar buscando un trozo de cinta plateado con el que atarlo.

Ya sólo quedan tres. 

Sacó entonces el segundo pergamino, volviendo a repetir el mismo proceso de nuevo, copiando exactamente el mismo mensaje.

Aiden cruzó la Sala común como un zombie, haciendo esfuerzos para no cerrar los ojos y quedarse dormido por el camino

Kendra alzó ligeramente la mirada, al ver a Aiden pasar, más dormido que despierto- Buenos dias, Aiden. - le dijo, siguiendolo con la mirada. Sin embargo, el chico ni siquiera pareció percatarse de su presencia.

La chica sonrió, negando, divertida, y continuó escribiendo, acabando por enrollar el segundo pergamino, envolviendolo nuevamente con un lazo plateado. 

Y ya solo quedaban dos...

Cassius bajó las escaleras pensativo, más serio de lo normal y mirando al suelo. Se paró cuando vio a Kendra allí, copiando algo. Se dispuso a marcharse, pero cuando estuvo a punto de llegar a la puerta, se paró, girandose hacia la chica. - Kendra. - Llamó su atención, alzando la voz, mientras fruncía el ceño, observando que estaba haciendo, mientras se acercaba a ella. - ¿Qué haces? - Preguntó, cruzandose de brazos, intentando pensar en algo que no sea lo que acababa de soñar.

Kendra alzó la cabeza, mientras acababa la penúltima frase del tercer pergamino- Cassius... Buenos días. - dijo, esbozando una media sonrisa, al ver alli al chico de segundo. - ¿Qué tal?

Posó la pluma de nuevo en el pergamino, mientras comenzaba a escribir, de forma mecánica, la última frase- Estaba terminando de escribir las invitaciones para el picnic de mañana. Se me ocurrió que podria dejar una en cada mesa, para que todos se den por avisados. - le explicó entonces, sin detenerse, deseando terminar ya aquel trozo de pergamino- ¿Vas para el comedor? Bajo contigo, si me das treinta segundos... - añadio, ladeando su sonrisa, mientras se afanaba en darse prisa  por acabar.

¿Y vosotros?, ¿qué hacéis aún aquí?

Bueno, yo me bajo ya que creo que al ser sábado hay tarta de manzana, que es de los pocos dulces que tomo - dije casi salivando.

Ahora os veo.

Amon hizo su ruta directa por la sala común de camino al gran comedor, pero a esas horas si parecía haber alguien. Alzó la mano a modo de saludo y se fue al gran comedor a comer como no lo había hecho en días.

- ¿Estás copiandolas todas tu? - Preguntó, cruzandose de brazos. Él habría mandado a alguien hacerlo, en vez de tener que hacer las cosas él mismo. Pero suponía que no todos eran iguales, una verdadera pena. - Si, me disponía a bajar hacia el comedor. Te espero. - Comentó, más por educación y compromiso que por deseo real. Se mantuvo de brazos cruzados, esperando a que la chica terminara de copiar, cuando por allí pasó Amon. - Hasta luego, Amon. - Y fue a decirle a Kendra que se diera más prisa, cuando también apareció Morpho.

- Morpho. - Dijo, a modo de saludo. - Nada en especial. Ahora bajaremos al Gran Comedor, no olvides que después de clase tenemos conjuros que practicar. - Le recordó, mirandolo de reojo. - Ahora nos vemos. - Asintió con la cabeza, dejandolo marchar. ¿Tarta de manzana? Negó con la cabeza, mirando a Kendra. - ¿Terminaste? - volvió a preguntar, y cuando esta terminó y recogió sus cosas, Cassius la dejó pasar en primer lugar y se dirigió con ella al Gran Comedor.