Partida Rol por web

-Podemos... podemos jugar a cartas.

Busca en la mochila una baraja de cartas, de las normales, porque seguro que en el mundo mágico hay barajas de cartas más chulas que las de su mundo, pero en casa no tienen de esas. Coge otra galleta y de la un mordisco.

-Podemos jugar a las parejas...

La rana me había sorprendido un tanto, me había tirado hacía atrás para protegerme, pero recordé que era solo un chocolate y me reí suavemente. Pero luego volví a mi típica compostura silenciosa y tímida. 

-Yo no se jugar cartas - Digo apenada - Solo se lo que son, pero realmente nunca he visto tampoco.

Me encojo de hombros, después de todo era la verdad. 

Miro a la chica con curiosidad. No conocía las ranas de chocolate por lo que tenía que ser hija de muggles, pero si no conocía las cartas tampoco... entonces ¿qué era exactamente? ¿había vivido toda su vida en una cueva o algo? Estaba muy morena para eso.  Una pena que me hubiera advertido mi madre de no preguntarle nunca a nadie de origen mágico sobre su familia. Dice que todas son muy raras y tienen sus peculiaridades, y que si quieren contártelo lo harán ellos. Y para unos amigos que tengo no quiero fastidiarla por meterme donde no me llaman.

- Yo he jugado alguna vez. Es divertido. - digo mirando las cartas de la chica sin nombre. Me gustaban más que las mágicas, en las mágicas las figuras hablaban y era fácil saber cuales eran. - Se reparten todas las cartas menos una y luego tu vas cogiendo una del compañero de la izquierda por turnos. Te descartas de las parejas y el que se quede sólo con la carta desemparejada pierde. Podemos probar y si no te gusta el juego probamos con otro.

-Esta baraja tiene el comodín, así que no hace falta quitar una de las cartas.

Le deja la baraja a Mark para que baraje él y las reparta. Ella seguramente acabe tirándolas por el suelo porque no está acostumbrada a barajar y sus manos son pequeñas. Saca una botella de zumo y bebe un poco para quitarse el gusto de chocolate de la boca.

Tras repartir las cartas se queda mirando sus cartas y espera su turno para coger carta... por desgracia no tiene ninguna pareja. Mira a los otros por encima de sus cartas, estudiando sus expresiones.

Barajo las cartas de manera torpe. No solía jugar con ellas, salvo cuando me dejaban con los abuelos y venían sus vecinos a que jugáramos todos al chinchón o al continental*. Esos días estaban divertidos. La abuela siempre hacía limonada y se volvía una verdadera competición ver quien ganaba, aunque tenían todos tanta experiencia que era difícil.

- Veamos... - comienzo a decir mientras me voy descartando todas las parejas que tengo en el principio. Le cojo una carta a Tabatha. - ¡Bien!

Sonrío mientras me descarto de dos. Pero pese a todo tenía el comodín, y eso era malo. Las coloco para que quede más o menos en el centro. La gente siempre cogía la carta del centro. 

- En fin, lo siento por lo de las grageas. No quería haberlas tirado. - comienzo a decir. Aunque fuera competitivo, ése juego sin hablar se haría algo aburrido. - ¿No sabréis hacer algún hechizo ya, verdad? Mi madre no me quiso enseñar ninguno antes venir. Al menos ninguno interesante. - sus clases sobre pronunciación y como coger la varita bien fueron un verdadero rollo.

-He leído algo en los libros... pero no se nada de magia...

Sigue mirando a los demás por encima de sus cartas. Se lamenta porque se ha quedado una carta que podría haberle ayudado a tener alguna pareja. Se inclina hacia adelante para coger una de las cartas de Morgan y cuando la mira, se deshace de una pareja.

¡Un juego muggle! Conocía alguno que otro pero aquel se me escapaba un poco. Traté de estar atento cuando oí las reglas, por lo que alguna noción se me quedó. En ocasiones había jugado a juegos muggles, cuando me escapaba de casa para jugar con otros niños, pero aquello era distinto. Era raro jugar a algo no mágico con gente mágica. 

- Vale, creo que lo he entendido - dije mientras miraba las cartas que me tocaban - Tengo que esperar mi turno, ¿no? - pregunté mientras miraba concienzudamente las cartas y me las ordenaba en la mano.

La conversación mientras jugábamos derivó en la magia. Vaya, era lo usual entre niños como nosotros.

- Yo sé algún que otro hechizo, me los enseñó mi hermano. Pero son cosas muy básicas...

Me había quedado un poco estancado en el juego porque no sabía lo que tenía que hacer o si me tocaba jugar o no.

El tren es una locomotora de color escarlata. No hay servicio de restaurante, pero si hay una bruja que lleva un carro donde los estudiantes pueden comprar varios tipos de golosinas y zumo de calabaza. Hay uno o dos vagones al principio del tren para los prefectos de Hogwarts. No suele haber tampoco adultos a bordo del Expreso Hogwarts, excepto la bruja que lleva el carro y el conductor.

Byron había entrado en el primer vagón y, sistemáticamente había empezado a colocar sus cosas en la zona destinada a ello, encima de la cabeza del asiento del lado de la ventana, mirando hacia delante del tren. Había intentado abrir una de sus maletas para recoger algo, pero Puppy se revolvía demasiado en sus brazos. Le había despertado de la siesta cuando tomó con velocidad el muro de 9 y 3/4 y ahora el cachorro de bóxer se vengaría impidiéndole hacer lo que él quisiese.

Se sentó en el asiento que había escogido y empezó a jugar con puppy.

-Muerde!- repetía- Muerde!- mientras le enseñaba un juguete hecho de una pelota de goma y una cuerda para sujetarla. Pero Puppy no parecía estar muy dispuesto, pues en vez de morder el juguete, empezó a chupetear la mano que le mantenía sujeto en su regazo.

Asterope entró con Hefesto en el primer vagón que encontró. Allí había solo un niño jugando con su perro.

Buenos días -dijo mientras empezaba a colocar sus cosas. Por suerte, la niña era fuerte, así que pudo subir el baúl sin dificultades. Dejó a Hefesto en un asiento. El buhó miró con curiosidad al cachorro un momento y luego siguió con su siesta habitual.- Me llamo Asterope Bletchley, de la familia de los Bletchley. Y este es Hefesto. Es un búho real, ¿sabes? Una de las mejores especies de aves mensajeras que hay -Asterope siguió hablando sin parar, con tono orgulloso, como si estuviera recitando de memoria su carta de presentación-. Es mi primer año en Hogwarts. Tengo muchas ganas por empezar. Yo supongo que estaré en Slytherin, como mi abuelo y mi padre, aunque Ravenclaw estaría muy bien también. Ahí trabajan duro. Aunque en Slytherin también se puede trabajar duro, claro -Por su torpe manera de presentarse, con tanta seriedad y sin apenas dejar al otro decir su nombre, estaba claro que a Asterope no se le daban muy bien las relaciones con otras personas. Aunque parecía dispuesta a cambiarlo, por su propio bien en la escuela. Por fin calló y miró al otro niño, esperando que dijera algo. Aunque controlaba bien los nervios, en este momento se le notaban un poco.

Byron se calló enseguida cuando entró la niña y observó a Puppy. Que se había girado oliendo e interesándose por el búho. Entonces ladró.

-Tsst! - le rechistó Byron a Puppy para girarlo hacia él.

La chica empezó entonces a hablar... A hablarle y Byron le miraba con ojos inquietos, como si no supiese donde meterse.

- Yo me llamo Byron Maxwell.- dijo antes de pensar en algo más.- Es muy bonito.- aludiendo al búho.

Byron no sabía que decir, la verdad es que nunca se había relacionado demasiado con niños. Su aspecto pequeño y débil, casi rozando el aspecto enfermizo, causaban más motivos de mofa que de amistad. Eso, con el tiempo, le había vuelto bastante tímido.

Selena se acerco a uno de los vagones, parecía que habia hueco. - EH HELIOS DATE PRISA O TE QUEDAS ATRAS!

Gritó la muchacha en la puerta del compartimento mirando hacia el pasillo por donde había venido. - Hola - Sonrió a los dos que ya estaban sentados. Levantó la maleta y la depositó en el compartimento. Dejo su lechuza a su lado mientras se sentaba y miraba a los dos. - Hola, me llamo Selena, Selena Mcgonagall - Se giro hacia el chico - Escuché que te llamas Byron, encantado - se giró hacia la chica - Y tu eres? - Abrió los ojos al ver el buho - Oh me encantan puedo verlo - No espero y se acercó un poco para verlo - Me encantan todos los animales que vuelan... bueno y los gatos pero ya teníamos uno por lo que mi padre no me dejo comprarlo. - Se volvió a sentar - veo que tu tienes un perro... no es que no me gusten pero no se llevan bien con los gatos. Por suerte no hay ninguno aquí.

- Es vuestro primer año en Howards? el mio si, entramos mi hermano y yo... Donde estará ese lento... somos hermanos, mellizos y estoy deseando aprender a mover la varita y a volar. Mi padre no me deja volar en casa dice que hasta que no aprenda en el colegio lo tengo prohibido. Por eso nos obligó a coger un traslador para ir. Habéis cogido uno te levantan así del estómago. - Hace un giro hacia atrás - Aún no he conseguido caer de pié pero pronto lo conseguiré. - La chica se levantó y miro por el pasillo su hermano se retrasaba - Qué estará haciendo el atontado? - Volvió a sentarse y se quedó mirando al resto con una sonrisa.

Byron observó a la chica, que entró como un remolino arrasandolo todo.

-Encanta...- pero parecía que ya se había girado hacia otra cosa, mostrando interés ahora por el búho.

Era verdad eso que las mujeres hablaban mucho. Asterope había entrado y se había presentado con un monólogo que parecía sacado de una obra teatral, y Selena había sido aún más exagerada. Están locas, pensó mientras acariciaba a Puppy.

Cuando la tal Selena entró, sí que dejó KO a Asterope. No paraba de hablar. Aunque se notaba que la chica sí que lo hacía de forma natural, no como ella. Y tiene un hermano. Como sea igual que ella... Parece que el vagón irá con bastante gente.

Me llamo Asterope Bletchley, de la familia de los Bletchley. Y este es Hefesto. Es un... –se dio cuenta de que estaba repitiendo otra vez lo mismo que le había dicho al Byron. Qué incómodo era eso. Menos mal que la chica se había quedado engatusada con su búho.

Se quedó pensando en lo que había dicho la chica y se dio cuenta de que con ella sería más fácil hablar que con Byron. Al menos, había encontrado algo que tenían en común. Al parecer, si le daban un tema de conversación era más fácil seguir hablando.

¿A ti también te gustan los gatos? A mí me apasionan. Tenía un gato de pequeña, pero ya murió de viejo. Aunque también me gustan mucho los perros. Y el tuyo parece muy bueno –añadió a Byron. Sentía que no era de buena educación ignorar a la mascota de alguien que estaba presente-. Luego mis padres me consiguieron este búho. También soy nueva en Hogwarts. ¿Tienes una casa predilecta? Le estaba contando a Byron que puede que vaya a Slytherin, pero que no me importaría estar en Ravenclaw. 

- Es un placer Asterope, genial así que también eres nueva, creo que va a ser emocionante. Yo... no lo tengo tan decidido y la verdad es que me da un poco igual la casa. No soy tan buena estudiando como mi hermano me aburro y creo que solo soy buena lanzando la pelota- dice un poco avergonzada. - En casa parece que soy el bicho raro mi padre siempre me echa la bronca a mi mi hermano es el niño perfecto. Ravenclaw creo que no se lo toman demasiado a pecho lo de estudiar libros aburridos, pero si mi hermano va ahí no me importa así le copio los deberes - Sonrie ante su propia gracia - pero lo que me importa es entrar a jugar al quiddich, estoy deseando aprender y poder dejar de ver los partidos desde la grada. Y volar me encantaría volvar. - Se gira hacia el otro chico que parecía haberle comido la lengua su perro - Y tu Byron tienes alguna casa predilecta? que te equipo de quiddich te gusta más? yo soy de los Holyhead Harpies solo son chicas y además sus partidos siempre son emocionantes. - Se calló para escuchar las respuestas. Su familia siempre la decía que hablaba demasiado y a destiempo. Tendría que aprender a callarse si quería hacer amigos en el colegio?
 

Árpád abre la puerta del vagón y...

—¡Hola! ¿Hay sitio por aquí? —pregunta mientras mira el interior—. ¡Guau! ¿Es eso un búho real? ¡Qué pasada! He leído que son muy buenos mensajeros —dice mientras entra en el vagón para acercarse al búho y mirarlo de cerca—. Es precioso. Y la lechuza también, muy chula. 

Árpád estaba cada vez más convencido de que tenía que haber llevado él también algún animal, pero se había empeñado en decir que no y ahora ya era demasiado tarde. Lo cierto es que le gustaban bastante los animales, pero no así hacerse cargo de ellos. 

—¿Está ocupado? —pregunta Árpád a Byron mientras señala el asiento vacío a su lado.

Byron observa a las chicas mientras acaricia los mofletes de su bóxer y éste le chupa la mano. Observó como las niñas empezaban a hablar entre ellas, era algo natural. Las chicas siempre hablaban.

Byron vió entrar a otro más, y sin quererlo, repasó el compartimento en el que estaban. Era bastante pequeño y cabían sólo 4 personas. Teniendo en cuenta que la chica, Selena, estaba esperando a su hermano... "¿Está ocupado?" escuchó y giró la cabeza hacia el chico nuevo, ¿cómo había dicho que se llamaba? Arpad Fek... uhmm con el nombre espero que sea suficiente.

Byron encogió sus hombros. Faltaba el hermano de la chica, pero él no era quién para decirle que no.

-Supongo que si...-dijo algo dudoso.

Asterope cada vez se sentía más incómoda. Ahora había entrado alguien nuevo y aún quedaba el hermano de Selena. Por suerte, Hefesto llama más la atención que yo. ¿Y este niño tan raro? Tiene acento extraño. Qué nervios, cuánta gente hay. Venga, debo relacionarme con ellos. A ver, piensa, Asterope, ¿qué hace la gente para ser amable? Mmmm... Ah, sí.

Puedo dejar a Hefesto arriba con el equipaje para que haya más sitio para todos. O quizá pueda dejarlo volar hasta Hogwarts cuando lleguemos a campo abierto. Es un búho listísimo, lo entrené yo. Si de algo podía presumir la niña era de su inteligencia y de sus dotes con Hefesto. Y, desde luego, le gustaba presumir. Cogió la jaula de Hefesto, y la subió al compartimento de equipajes.

Se volvió a Selena de nuevo.

Yo ahora no sigo mucho el Quidditch. Mi abuelo era Guardián del equipo de Slytherin hace años y yo de pequeña volaba mucho. Él sigue a los Muerciélagos de Ballycastle. Pero mis intereses son otros. Supongo que soy como tu hermano. Quiero tener una buena formación estos años. Quizá suene aburrido, pero es importante para el futuro y yo tengo planes para el mío. Aunque no seas buena con los estudios, todo es ponerse. El esfuerzo es esencial.

Cuando Árpád escuchó al niño del perro decir que suponía que el sitio estaba ocupado estuvo a punto de despedirse e ir a buscar otro vagón. Por suerte parecía que la niña del búho era amable, así que cuando hubo dejado a su mascota en el compartimento de equipajes se sentó allí con los demás.

—¡Gracias! —dijo.

Vaya, parece que están hablando de quiddich. ¡Pero si son chicas! Mejor me callo y espero a que se callen o cambien de tema para intervenir, porque yo no tengo ni idea de esto. ¿Sabrán hacer algún hechizo? Sería guay probar aquí las varitas.

...

Tras unos segundos decido presentarme.

—Por cierto, me llamo Árpád, y este es mi primer año en Hogwarts. ¿Y vosotros?

Selena se giró hacia la puerta encogiéndose de hombros - Ese lento... bah ya encontrará otro vagón si no llega a tiempo.

 Vaya que bien creo que somos todos de primer año! Si yo también pondré a mi animal arriba así estaremos más tranquilos. - Cogió la jaula y la subió a los compartimentos. Luego se volvió a sentar - Oh los murciélagos de Ballycastle una vez los vi con mi padre en un partido contra los Holyhead Harpies y su espectaculo con murciélagos y el murciélago mascota fue impresionante. Uff ponerme a estudiar será duro pero espero que luego merezca la pena yo pensaba que solo aprenderíamos hechizos pero mi padre y mi hermano me dijeron que no que tendríamos que estudiar mucho. - Sonrie al recordarlos - Encantada Arpad, yo soy Selena. Tienes alguna casa a la que quieras ir? yo no lo se y bueno me da igual la casa. Vosotros? tenéis alguna ya decidida? aunque bueno el sombrero nos pondrá donde quiera al final.