Partida Rol por web

Hijos del Kaos

Prólogo: The Hunt

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09/09/2019, 00:32
- Narradora -

Los sonidos, y especialmente los olores, llegaban a él con una intensidad punzante y distrayente. Era… Francamente extraño, habitando un cuerpo ajeno y que funcionaba de forma bastante diferente. No era como sencillamente estar a cuatro patas, no. Aquello parecía sacado de otro universo, de una peli de ciencia ficción. Algo en su interior se removía ante todos aquellos estímulos, tratando de descifrarlos sin mucho éxito. Parecían una melodía mal compuesta, llena de altibajos y notas discordantes, pero que formaban una canción única e irreplicable llena de color y personalidad. La personalidad del bosque en el que habitaban. Era un canto de miles de voces solapadas unas con otras, hiladas a través de milenios de tradiciones y ritos y mensajes todavía por descifrar. Así olía el bosque, o así lo sintió a través de sus delicadas orejas y su afilado olfato.

Varios minutos fueron suficientes para cogerle el chiste a eso de andar, y tan solo necesitó un par más para sentirse cómodo trotando con las cuatro patas y el viento azuzando su espeso pelaje. Era liberador, era nuevo. Era algo completamente único que no se parecía a nada que hubiese experimentado hasta entonces, y aunque el momento no fuese exactamente idóneo, encontró cierta felicidad en sencillamente ser un animal trotando por el bosque dejándose guiar por sus propios instintos. No tuvo muy claro cuánto tiempo pasó en aquella forma zigzagueando por el bosque siguiendo los pasos de Luna-Viajera, pero el olor a humo anunció la llegada a cierto lugar.

Unos destellos de luz se atisbaron al fondo, entre el follaje y los gruesos troncos de las sequoias. Conforme se acercaron, el olor a hoguera se fue haciendo más y más intenso, tanto que molestaba, y el calor del fuego le descubrió un asentamiento muy peculiar. ¿Cómo no se daban cuenta los humanos de que aquello estaba allí? ¿Cómo no se había enterado él, que vivía a un tiro de piedra? No era un camping, ni tampoco una comuna de indios nativos, como había imaginado. Se parecía más a un asentamiento rústico, con cabañas de madera, farolillos y hogueras varias donde troncos pulidos hacían las veces de asientos. Un riachuelo dividía el lugar en dos, separando lo que parecía una cabaña comunal abierta y sin techo del resto de casuchas. Había totems y pinturas, cazasueños colgados de las ramas y más de una hamaca maltrecha. No era… exactamente lo que había imaginado, aunque tampoco estaba seguro de lo que debía esperar.

Un aullido sonoro y musical los recibió, y en ese momento Hannah-en-hóminido-y-con-parche se volvió para dirigirle una cálida sonrisa.

Bienvenido al Clan Aullido de la Eterna Noche, Oliver.

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09/09/2019, 01:13
Oliver

Hubo un buen rato de gemidos y bufidos mientras Oliver trataba de expulsar todos los olores que se le estaban metiendo en la nariz sin su permiso. En el hocico. Moverse sobre cuatro patas tampoco fue fácil al principio. Andar despacio no era tan complicado, pero correr no era tanto correr como saltar en horizontal.

Y entonces se pusieron a trotar entre los árboles. Todo era nuevo: parecía más grande y a la vez más cerca que antes. Miraba el mundo desde más abajo, pero era más fuerte y más rápido y podía ir a donde quisiera. Hubiera sido fácil para Oliver perderse en aquellas sensaciones, en aquel cuerpo nuevo. Dejar que su mente se disolviera y ser solamente un lobo.

Fue en ese momento cuando se encontraron de nuevo con la civilización. El lobo negro frenó en seco, y en el frenazo la conciencia de Oliver despertó. Y Oliver quiso gruñir, pero el lobo que era Oliver sabía que aquel no era su territorio, que era un intruso, y que gruñir no era buena idea. En vez de eso imitó a Hannah y cambió de nuevo por inercia, más por costumbre de seguirla e imitarla que porque quisiera volver a estar temblando de noche en el bosque. Y aunque su nariz humana ya no podía olerlo, tenía grabado en las fosas nasales el olor de su propio pis. Aún así hizo lo posible por devolverle una sonrisa temblorosa.

—¿Gracias? Hm. ¿Lleváis aquí mucho tiempo? ¿Cuántos... Cuánta gente hay?

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09/09/2019, 19:57
- Narradora -

Alrededor de unos quince, número arriba, número abajo —explicó mientras se quitaba la chaqueta y se la tendía de nuevo. Era finales de agosto y las temperaturas refrescaban bastante durante la noche, aunque el abrigo del bosque les protegía bastante más de lo que había imaginado.—. Nuestra Parentela es bienvenida, pero no siempre están todas las manadas, o las manadas al completo.

Desde una distancia prudencial, diversos pares de ojos asomaron curiosamente tanto en forma de homínido como en lupus, escudriñando al joven muchacho que acababa de poner los pies en el túmulo. Una loba de hermoso pelaje cobrizo, casi dorado, se acercó olfateando a su alrededor hasta que Hannah le dio un golpe suave en el hocico.

Ahora no. —Pero la loba protestó con una serie de aullidos y gemidos quedos, y Oliver pudo ver una horripilante cicatriz que le cruzaba la parte diestra del rostro no con una, sino con varias cicatrices mal curadas que el pelaje medio escondía—. He dicho que no.

La loba se sentó, obediente, y abrió la boca en un bostezo -o algo similar-, observando cómo marchaban hacia la cabaña principal.

Cruzaron el riachuelo por encima de unos troncos que, a juzgar por el musgo y la cantidad de vegetación que crecía a su alrededor, llevaban ahí más tiempo del que él llevaba vivo. Se acercaron a la gran hoguera, donde el calor lo recibió con ganas, además del olor a conejo asado. Allí, sentado, había un hombre de piel oscura y cabeza rapada cuyas mejillas estaban marcadas por más cicatrices. Aquello no resultaba nada halagüeño. También había una loba vieja cuyos colores parecían haberse desgastado bajo el sol, mordisqueando un hueso distraídamente. Ambos lo observaron silenciosamente en lo que Hannah hacía las presentaciones.

Este es Oliver, el nieto de Sean.

El hombre sonrió y se levantó pesadamente para acercarse y tenderle una mano gruesa y rechoncha.

Bienvenido, cuarto de luna. Es un placer tenerte entre nosotros. Yo soy Bruma-Umbría.

Sin embargo, el placer no parecía extenderse a nadie más, porque la loba que mordisqueaba el hueso le dirigió un gruñido ronco, arrugando el hocico y echando las orejas hacia atrás. Duró apenas unos segundos, antes de devolverle su atención al pedazo de hueso, pero fue suficiente para que Oliver comprendiese que para ella, no era bienvenido.

Ninguno de los otros dos dijo nada al respecto, más allá de intercambiar una breve mirada.

Imagino que querrás lavarte. También tenemos algo de ropa que puedes usar. ¿Tienes hambre? —inquirió Hannah, poniéndole una mano sobre el hombro.

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09/09/2019, 20:36
Oliver

Oliver se puso la chaqueta y asintió como si agrupar a la gente en manadas tuviera todo el sentido del mundo. Habitar el cuerpo y la mente del lobo había hecho mucho por calmarle, y aunque el estómago seguía intentando salirle flotando por la boca y toda aquella experiencia era tan surreal que casi podía ver el filtro desenfocado propio de una secuencia onírica cubriendo los alrededores, Oliver había alcanzado un estado de equilibrio interior absoluto, a la vez sumergido en y más allá de la ansiedad.

Le ofreció una mano a la loba. No la extendió hacia ella, pero giró la muñeca un poco para mostrarle la palma de la mano y separó el brazo del cuerpo, solo un poco, por si quería acercarse. Pero Hannah tenía otras ideas, así que Oliver se encogió de hombros a modo de disculpa y cruzó el riachuelo con su guía.

Antes de ver a la gente que estaba allí, lo primero que notó Oliver fue el calor de la hoguera y el olor a carne asada, que primero le hizo salivar y después le revolvió la tripa. Mientras Hannah le presentaba, Oliver paseó nerviosamente la mirada por los alrededores. No fue hasta que notó movimiento que Oliver centró su atención en el hombre que se había acercado. Oliver se limpió la mano en la chaqueta de Hannah antes de estrechar la de Bruma-Umbría.

—Hola. Oliver, encantado. —Después de un instante de duda Oliver abrió la boca para hacer una pregunta, pero en ese momento la otra loba le gruñó y se le olvidó lo que iba a decir. Se quedó en silencio, un poco encogido, hasta que Hannah salió al rescate—. Sí, por favor.

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09/09/2019, 22:34
Hannah Luna-Viajera

La Hija de Gaia alcanzó una de las piezas que todavía estaban tostándose al fuego, sujetada en un palo, y se la tendió A Oliver antes de hacerle un gesto para que lo siguiese. Lo llevó detrás de una cortina que daba a una habitación, si es que se le podía llamar así, con un camastro y varios armarios desvencijados de donde Hannah comenzó a sacar ropa variada que bien podrían haber adquirido en cualquier mercadillo.

En ese cajón de ahí hay jabón. Es natural, nos los trae Cynthia de uno de sus proveedores —explicó mientras dejaba sobre la cama una pila de ropa—. Algo de esto te tendría que vale. Si sales por esa puerta —señaló una puerta corrediza entreabierta— das al río. No te voy a mentir, el agua está helada pero es lo que hay. Te diría que te acostumbrarás, pero no es así. Y toma, una toalla. Lávate, come, ponte cómodo, y cuando estés listo reúnete con nosotros allí afuera.

Hannah dudó un momento, y finalmente se animó a sonreír en un gesto maternal, tomándolo por el mentón en un gesto cariñoso. Había algo en su mirada, en aquel ojo castaño, algo gentil.

Sé que no significa mucho todavía, pero me alegro de que estés aquí, Oliver.

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09/09/2019, 22:56
Oliver

Oliver cogió el plato y siguió a Hannah. No tenía ninguna gana de comer, pero menos aún de llevarle la contraria a nadie. Aún así se olvidó bastante rápido del conejo asado cuando le mencionaron el jabón, y dejó el plato encima de uno de los armarios para ir a buscarlo. Dejó la pastilla de jabón encima de la toalla y se quitó la chaqueta para devolvérsela a Hannah, una vez más ojeando la mancha de vómito con aprensión antes de dársela.

Aquella mujer le había visto llorar mucho en las últimas horas, y eso creaba una conexión hasta entre los desconocidos más desconocidos. Por eso Oliver, ignorando que todavía cabía la posibilidad de que le acabaran de secuestrar con la bendición de su familia, le dedicó una sonrisa temblorosa, pero llena de agradecimiento.

Una vez que Hannah se hubo ido, Oliver se puso en marcha. El agua estaba tan fría que le cortaba la respiración, y lavarse llevó mucho más rato del que le hubiera gustado estar expuesto al río, pero no se atrevía a meterse mucho y tenía mucha sangre seca en el pelo. Tampoco ayudaba que se detuviese cada pocos instantes para acercarse la pastilla de jabón a la nariz de forma mecánica y desapasionada. Era el mismo que usaban en la granja. La limpieza fue exhaustiva, y probablemente quedara alguna que otra costra de sangre y un poco de tierra bajo las uñas, pero para cuando terminó olía a colada limpia y a casa.

Cuando salió, ni diez minutos después, Oliver llevaba unos pantalones de chándal grises, chanclas, y un suéter blanco con un segundo suéter azul por encima. Se había vestido muerto de frío y con tanta prisa por ponerse el jersey que se le había olvidado buscar una camiseta. Tenía que apartarse el pelo húmedo de los ojos cada poco tiempo, y estaba pálido por pasar tanto tiempo en el agua fría, pero estaba cómodo y limpio y tenía los dedos y la comisura de los labios manchados con la grasa del conejo que había estado mordisqueando. Buscó a Hannah con la mirada y se acercó despacio, arrastrando los pies.

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10/09/2019, 01:55
Hannah Luna-Viajera

Los tres Ancianos estaban reunidos junto al fuego, aunque en vez de una loba ahora había una mujer anciana pero de verdad, escuálida y con la piel moteada por el sol y grisácea como un libro viejo. Todavía se notaban las pecas aquí y allá, y aunque en general parecía ir a romperse en cualquier momento, sus ojos tenían la vitalidad de alguien mucho más joven. No ayudaba el hecho de que no llevase ropa, nada, y apenas le quedase vello en cualquier parte del cuerpo. Como la mayoría, tenía más de una cicatriz particularmente espantosa, pero que a aquellas alturas quedaba bastante escondida por los pliegues de la piel.

Los tres estaban sentados junto al fuego, y los tres le miraron detenidamente cuando regresó junto a ellos.

Ven, siéntate —pidió Hannah, señalando un tocón a su vera. En la lejanía, al otro lado del río, se había congregado un grupo de curiosos que mantenían las distancias y que aun así intentaban poner oreja en lo que pasaba allí—. ¿Te sientes mejor?

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10/09/2019, 02:16
Oliver

Oliver se acercó al tocón y se sentó lentamente, sintiendo el peso de todas las miradas sobre él. No era la primera ni la quinta persona mayor a la que veía desnuda, pero había dos cosas nuevas: las cicatrices, y preguntarse si era el mismo lobo que estaba ahí hacía un rato. Subió los pies al tocón y se abrazó las rodillas, abandonando las chanclas en el suelo.

—Sí. Mhm, gracias. —Oliver carraspeó y miró a los tres, pero la mayor parte de su atención estaba dirigida hacia Hannah—. ¿Qué es este sitio?

Y había una cierta carga en la pregunta, un significado nuevo. Lo había notado mientras estaba en el río, un tirón desde ninguna parte, una doblez en el espacio que nunca había sentido en ninguna otra parte, y que era decididamente distinto del resto de aire surrealista en el que se estaba moviendo desde hacía un buen rato. Ojos familiares, pero era consciente de ellos con una claridad nueva.

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10/09/2019, 04:31
Flecha-del-Sol

La pregunta flotó en el aire sin respuesta durante unos segundos, y las reacciones fueron bien diferentes. Los gruesos labios de Oswald se estiraron en una sonrisa complaciente, mientras que el ceño de aquella mujer se arrugó todavía más, antes de espetar:

—¿Es que no te han enseñado nada?

Hannah resopló.

—Acordamos que no, ¿recuerdas?

Los ojos de la mujer se clavaron como dagas en Luna-Viajera, y su argumento de poco sirvió porque al instante se volvió hacia Oliver, y a este no le cupo duda de que desde aquel momento, por alguna razón, estaba a prueba.

—¿Qué crees que es, balach? ¿Qué te dicen tus entrañas? —La mujer se inclinó hacia adelante, hablando con un inglés roto de fuerte acento escocés que resultaba nada agradable al oído.

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10/09/2019, 04:56
Oliver

Oliver miró a Bruma-Umbría, y a Hannah, y a la mujer que nadie le había presentado. El silencio repentino le hacía pensar que había metido la pata y preguntado algo que no debía. Sus sospechas crecieron hasta rozar el pánico cuando la anciana desnuda se dirigió a él, y se encogió un poco más. Tuvo la certeza de que ni Hannah ni Bruma-Umbría iban a salir en su ayuda, y se encontró tratando de tartamudear una respuesta.

—No lo... ¿No lo sé? Es... Más. O menos. Menos pesado, aquí. Menos lejano. No sé lo que son Lo siento. No sé lo que son. Solo sé que son —trastabilló Oliver, haciando lo posible por no mirarla directamente a los ojos ni a ningún otro lado mientras a la vez procuraba no pedir ayuda a Hannah con la mirada.

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10/09/2019, 18:45
Oswald Bruma-Umbría

La mujer se relamió los labios en un gesto difícil de explicar, los ojos enredados como zarzas en él, dispuestos a no dejarle escapar. Había algo silencioso y amenazador en ella, como un cazador escondido entre la maleza, acechando.

Ese es un buen intento de explicarlo, joven —premió el hombre con una tibia sonrisa en el rostro, ignorando deliberadamente a la Anciana—. Es bueno que tengas los sentidos abiertos, dispuestos. Eres un Theurge, como yo. Naciste bajo el cuarto de luna, y eso quiere decir que tu espíritu está conectado con el mundo espiritual de una forma mucho más íntima que la gran mayoría. Esa cercanía que sientes, es la proximidad del mundo espiritual que aquí es mucho más delgada que en cualquier otra parte. Por eso se siente menos “pesado”.

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10/09/2019, 19:05
Oliver

Oliver estaba haciendo todo lo que podía por escapar del escrutinio de la mujer sin levantarse. Apartaba la mirada y la mantenía gacha, pero sin agitarse demasiado ni hacer movimientos bruscos. A esas alturas no estaba seguro de si la mujer le estaba tratando mal de verdad, o si estaba proyectando en ella todo el miedo que se estaba esforzando en reprimir y en realidad estaba siendo perfectamente educada. El hecho de que ni Hannah ni Bruma-Umbría comentaran al respecto le hacía sospechar lo segundo.

—Lo has dicho antes, cuarto de luna. —Oliver dirigió su atención hacia Bruma-Umbría. Fuera su imaginación o no, prefería evitar hablar mucho con la mujer hostil—. Mundo espiritual, como... ¿fantasmas?

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11/09/2019, 02:45
- Narradora -

Preferimos llamarlos espíritus, aunque también hay fantasmas, en el sentido más tradicional de la palabra. Pero, ¿por qué no dejamos ese tema para más tarde, hm? —pidió Hannah entrelanzado las manos sobre el regazo—. Será una gran parte de tu educación, y Bruma-Umbría será tu mentor en ello, pero creo que es mejor andar antes de correr y la Umbra…

¿Eso crees? Lo lleva en la sangre, decís. No debería resultarle tan complicado.

Hannah inspiró profundamente en un intento de mantener la calma.

¿Sabes, Flecha-del-Sol? No tengo cuerpo para tus tonterías —dijo finalmente, incorporándose—. Hubo un voto y todos acordamos acatar lo decidido. Ha sido una noche complicada, así que deja tus comentarios para otro rato.

Lo peor de todo fue la sardónica sonrisa que aquella vieja dibujó en su rostro, una mueca de triunfo y orgullo espeluznante.

Comentarios, ¿eh? Quizás el título de Madre no te va tan a mano como esperabas.

La Galliard bufó dándose la vuelta y cogiendo la chaqueta que descansaba a un lado.

Demos un paseo, Oliver.

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11/09/2019, 02:57
Oliver

Oliver observó el intercambio sin entender nada, salvo que a la anciana, que al parecer se llamaba Flecha-de-Sol, no le caía bien. Y si le daban la oportunidad de alejarse de ella, desde luego iba a aceptar encantado. Se puso las chanclas, que suponía que no iba a tardar mucho en perder porque le iban un poco grandes, y ya estaba de pie y listo para marcharse antes de que Hannah terminara de decir su nombre.

Antes de alejarse con ella Oliver se volvió para despedirse con una sonrisa débil de Bruma-Umbría, y con un gesto con la cabeza todavía más débil de Flecha-del-Sol. Trotó para alcanzar a Hannah, dándose un momento para decidir cuál de las tres preguntas más inmediatas que tenía iba a hacerle.

—¿Madre? ¿Eso es como un trabajo aquí? —preguntó tan pronto estuvo caminando al lado de Hannah.
 

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11/09/2019, 19:54
Hannah Luna-Viajera

La mujer caminó en un asfixiante silencio, guiandolo hacia la linde del bosque, lejos de la cabaña principal y la marea de curiosos que todavía campaban al otro lado del riachuelo. Parecía sumida en sus pensamientos, con el rostro contraído en una mueca nada agradable. Sin embargo, al escuchar la voz de Oliver suavizó su expresión.

Madre o Padre de la Guarida, sí. Es quien se encarga de la educación de los nuevos cachorros, como tú, de guiarlos en sus primeros pasos. Ese es mi trabajo, entre otras muchas cosas. —Se detuvo en seco, volviéndose hacia él—. Oliver. Tarde o temprano esto va a terminar saliendo a la luz, y creo que deberías escucharlo de la forma correcta y de mano de la persona adecuada. Sé que tus abuelos no querían que lo supieses de esta manera, pero Flecha-del-sol no lo va a dejar pasar, y creo que deberías estar al tanto.

Su mirada se alzó hacia la copa de los árboles, como buscando una fuente de inspiración que le permitiese dar el siguiente paso.

Tu abuelo era como tú, un garou. Uno con muy buena reputación. Pero hizo algo que contradijo lo que se esperaba de él y decidió retirarse. Puede que no suene a mucho, pero renunciar a ser un garou es… Es algo muy grave, Oliver. Es una mancha que no se borrará jamás y que tú has heredado sin querer. Esa es la razón por la que Flecha-del-sol es tan hostil hacia ti. Cree que las traiciones se heredan con la sangre, y Sean es poco más que eso en estos momentos, un traidor.

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11/09/2019, 21:34
Oliver

A Oliver se le escapó una risilla incrédula, que asfixió inmediatamente. De todas las cosas que había visto y oído aquella noche, aquella era la primera que le costaba creerse. Porque era cierto que Sean y Cynthia evitaban hablar del pasado de una forma que indicada que había algo muy importante de lo que evitar hablar, pero había ciertas cosas que, simplemente, no podían ser.

—Sean no es un traidor. Es mi abuelo, es... Dijisteis que era Cynthia, ¿no? Que tenía que guardar el secreto porque es... algo... de la tribu —dijo con la clase de sorna que delataba una corriente oculta de pánico y negación—. Y de todos modos, Sean nunca se ha retirado de nada y creo que lo sabríamos si fuera un hombre lobo.

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12/09/2019, 01:08
Hannah Luna-Viajera

Hannah se quedó mirándolo seriamente, sin atisbo de ir a echarse a reír y a decirle «nah, era broma, chaval». No parecía la clase de persona que bromease con esos asuntos, claro que Sean y Cynthia tampoco parecían la clase de personas que le podían ocultar la pertenencia a una especie secreta de seres sobrenaturales… Hasta aquella misma noche.

¿Por qué me inventaría algo así, Oliver? —preguntó, muy seria.

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12/09/2019, 01:29
Oliver

Oliver se preguntaba lo mismo, pero no iba a permitir que la lógica manchara el nombre de Sean. Se encogió de hombros, más intentando retraerse dentro de su propio torso que intentando expresar desconocimiento o indiferencia.

—No lo sé, porque, porque... —empezó, antes de aceptar que tal y como ya sabía no había un por qué convincente—. Sean no es... Y si fuera un traidor y eso me fuera a, a... traer problemas a mí, mis abuelos no habrían dejado que me trajeran aquí. ¿Verdad?

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12/09/2019, 01:40
Hannah Luna-Viajera

De nuevo, Hannah permaneció en silencio dejando que sus propias palabras cobrasen el peso que necesitaban para caer por sí solas, sin necesidad de ayuda o explicación alguna.

—Los garous vivimos en manadas, en un Clan. Sin eso, estarías condenado al mismo destino que él eligió. Sean quería que tuvieses opciones, y para hacer una elección adecuada, uno debe conocerlas todas de antemano.

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12/09/2019, 01:59
Oliver

La agitación de Oliver empezó a disiparse. No había alcanzando mucha fuerza en ningún momento, porque era consciente de que si perdía los nervios por cualquier motivo, acto seguido los iba a perder mucho más todavía por todos los demás motivos que tenía para perderlos, que no eran pocos. Pero aquello no fue cosa de Oliver manteniéndose en control, sino apagándose un poco.

—¿... eso somos? Cynthia y S... ¿Una condena?