Partida Rol por web

Historias de Horror I.

CC: 5- Exteriores de Piedra Alzada.

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30/11/2017, 22:18
(CC) Gruñido.

PLANTA DE LOS TERRENOS DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

El ruido del derrumbe tomó por sorpresa al fornido cochero. Su primer impulso fue correr hacia los escombros, pero su apego por las monturas sumada a la amenaza de las ratas le hicieron mantenerse en su puesto al ver que los demás acudían raudos a socorrer al Doctor y a Sascha.

Tras unos momentos de incertidumbre pudo oír a Sascha jurar lo cual sin duda hablaba de su buen estado de salud, y en poco tiempo fueron liberados lo cual hizo respirar tranquilo a Gruñido. La zona era sin duda peligrosa en cuanto a su estabilidad lo cual añadía más preocupaciones a la cabeza del semiorco además de la presencia de los odiados engendros de la tumba.

Una duda le asaltó, y Gruñido se fijó a fondo en la reacción del lobo cuando Sascha había corrido peligro. ¿Tendría el animal algún deseo o ansiedad de proteger a la mujer? Aunque Sascha era una bárbara habituada a la vida en la naturaleza, nunca había mostrado un vínculo especial con los animales al menos hasta ahora. Es posible que el lobo fuera un espíritu con el que la reservada mujer había hecho algún tipo de pacto místico. Después de todo era la última Bruja de pelo rojo del Clan Gorra Roja.

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30/11/2017, 22:30
(CC) Velkan Matacambiantes.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Los condenados esqueletos explotaban y uno de ellos le hizo daño cuando explotó, no se lo esperaba. Por suerte Janos pudo sanar las heridas que había sufrido. Velkan le agradeció el gesto con un movimiento de cabeza. Sin duda el joven era un buen miembro del grupo, tenerle allí aseguraba poder recuperarse de las heridas sufridas. La tranquilidad no duró mucho y mientras él terminaba de recuperarse Sascha y el anciano Querio se adelantaron a explorar un edificio en mal estado que terminó por caer sobre ellos y sepultarlos. El salvaje se movió con velocidad y comenzó a retirar los escombros de encima de ambos acompañado del resto de compañeros. Tras un rato retirando los cascotes y trozos de madera pudieron sacar a ambos. Sascha no quiso demasiada ayuda y Velkan aceptó eso sin presionarla, el Doctor por su parte se vendó él mismo.

Todavía no hemos entrado y ya hemos sufrido bastantes peligros, dentro será peor. Estad preparados.

Volvió a sacar su hacha y su escudo tras pronunciar aquellas palabras, las había guardado al retirar los escombros bajo los que habían estado Sascha y Querio Vandel.

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01/12/2017, 20:33
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Es poco lo que podemos hacer para evitar que la construcción se derrumbe. Solo podemos conformarnos con intentar ayudar a Sascha y Vandel. Comenzamos a mover los maderos podridos y los ladrillos cuando los encontramos. Están bien y Sascha no quiere que la ayuden, por lo que me limito a ver si están muy heridos. No es el caso y prefiero guardar el poder que me queda para sanar casos más críticos dentro de la prisión, que estoy seguro de que habrán.

Preparo mi escudo y mi arma nuevamente listo para continuar con la exploración. Las palabras de Velkan son certeras y es algo que deberíamos tener en cuenta, pero que no es tan simple pues debemos explorar a fondo el lugar para encontrar aquel mal que siento que va creciendo y que en cualquier momento va a estallar, no solo en nuestra cara sino que en toda la de Ravengro.

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02/12/2017, 19:26
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Se rindió. No había nada entre los escombros que sustituyera su preciada maza. Tendría que conformarse con sus puños.  Se consideraba un pujilista del montón, aunque sabía defenderse.

- Bueno, habrá que moverse. Por esa charca inmunda puede haber una entrada pero quién quiere meterse en ese agua infecta. Mejor probemos la entrada convencional.- La mirada del noble se detuvo en los adornos de las balconadas. No le hacía gracia acabar como el Profesor Lórrimor.

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02/12/2017, 23:16
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Gruñido observaba los alrededores en un intento de encontrar alguna posible ventaja sobre el terreno y su influencia sobrenatural. Por último se dirige a las puertas antorcha en mano, tras poner su garrota de nuevo al cinto. Una vez allí las entorna de nuevo, aislando de ojos curiosos a los que se encontraban en el interior del recinto.

Un rápido trotecillo le lleva de vuelta al carruaje el cual comienza a mover para situarlo al norte de las ruinas que ahora son la edificación donde planeaba guarecerlo. Escucha las palabras que los demás van pronunciando mientras hace un gesto de ánimo a Sascha, que aún está cubierta por el polvo de los escombros de los que acaba de salir.

- Señor Gheorghe no preocupar. Gruñido quedar con caballos. Aunque poder ser mejor acabar con nido de ratas ahora y evitar peligro a las monturas. Aunque si lobo de Sascha quedar con Gruñido a lo mejor no acercar. Si no tener mucha, mucha hambre claro... Grwwwlll. -

La mirada de Gruñido se fija en el lugar que ocupan los peligrosos roedores. No confiaba mucho en su capacidad para mantenerlas apaciguados aunque lo intentaría si se daba el caso de que amenazaran a él o a las monturas.

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03/12/2017, 10:45
(CC) Doctor Querio Vandel.

Es que hay que acabar con todas las amenazas que puedan cortarnos el paso. ¿Y si había un mago o un ballestero vigilando en el interior de la casa que se acaba de desplomar? Podría cogernos por la espalda. Lo sensato era explorar y descartar la presencia de enemigos dentro de la mansión.

Lo mismo con las ratas...

Dejó ese pensamiento en el aire mientras terminaba de vendarse de manera tosca un rasguño del brazo. Tras esa pausa, continuó con su exposición.

Podemos ahuyentarlas. Alguien puede subirse al techo del carruaje y disparar una flecha en llamas a las ratas para que se dispersen. Yo no, por supuesto... No es que tenga miedo a subirme a lugares altos, es solo que no tengo un arco con el que realizar esa tarea. Ya ni siquiera tengo bastón, solo una daga. Y ha pasado los últimos años pelando patatas y troceando manzanas sin que su filo llegase a tocar sangre.

Entonces la daga era como su dueño: una herramienta en desuso que dejaba el trabajo duro en manos de otros.

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03/12/2017, 22:58
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

El semiorco asentía vigorosamente a las palabras del Doctor. Cuando se exploraba no convenía dejar amenazas atrás. Luego podían caer sobre uno cuando estuviera débil o expuesto. Pero cuando habló de flechas de fuego Gruñido frunció el entrecejo. No sabía si se podría lanzar una flecha en llamas sin quemar el arco y tampoco parecía que nadie de la compañía tuviera un arco a mano. El señor Konrad tenía su ballesta cierto era, pero tampoco sabía si funcionaría.

- Errrr... Doctor, poder usar aceite si alguien tener a mano. Arrojar frascos y luego lanzar antorcha si no haber flechas de fuego. Ratas odiar fuego, grwwwwlll. -

Gruñido miró el pelapapas del Doctor con algo de pena. Él tenía un buen puñado de armas siempre a mano, pero dudaba que el Doctor supiera usar alguna de ellas sin hacerse daño a él o a otros, así que guardó silencio en ese sentido.

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04/12/2017, 21:16
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

- Espera Velkan.- Advirtió al enorme salvaje antes de que abriera la puerta de la prisión. Al parecer los otros debatían sobre la conveniencia de acabar con las ratas que plagaban una de las torres por seguridad de las monturas. Era algo bastante sensato y, viendo lo que habían pasado con los esqueletos, sería mejor no abrir un flanco más, en caso de que la apertura de las puertas de la prisión les trajera otra sorpresa.- Esperemos a que acaben, por si acaso.- Hizo un gesto a Gruñido dándole su consentimiento con su plan. Echar allí el aceite y luego prenderlo con la antorcha le parecía la mejor idea. Miró a su hermano con compasión. Esperaba que el fuego no volviera a hacerlo flaquear e hincar la rodilla de nuevo.

- Gruñido, aseguraos de que no nos quedamos sin antorchas para explorar los interiores de Piedra Alzada.

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04/12/2017, 22:07
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Después de dedicar unos momentos a cerrar las puertas de acceso al recinto, el chófer vuelve con un ligero trotecillo en dirección al carruaje, sólo interrumpido por el ofrecimiento de un frasco por parte del Doctor. Llevaba en su mano la antorcha aún encendida y a pesar de tener una mano libre no hizo ademán inmediato de agarrar el frasco que se le tendía.

Lo cierto es que a Gruñido no le hacía mucha gracia acabar con las ratas. Allí los invasores eran ellos, y los animales sólo defenderían su territorio. En el otro lado de la balanza ese tipo de animales eran peligrosos además de probables portadores de enfermedades y harían un bien eliminando ese peligro. Podrían haber atacado al difunto Profesor inclusive.

Las indicaciones de Konrad impidieron que siguiera pensando y disculpándose con un encogimiento de hombros ante el Doctor, se dirigió al carruaje a contestar la pregunta de su señor. Le llevó unos momentos agarrar el fardo del que había tomado la tea y contó de manera lenta y deliberada.

- Grwwwwll... Haber nueve teas en el carro señor Konrad. Ser suficientes para unas horas, pero no para estar un día entero o así. Aunque con tan poco aceite... - Gruñido señaló la solitaria botella del Doctor Querio. - Eso sólo servir para hacer que rabien más. Necesitar más aceite y si querer usar allá abajo, a lo mejor no querer gastar ahora. -

El sirviente quedó en una posición pasiva al lado del carruaje los caballos, dejando claro que su rol principal se debía al cuidado y protección de estos, más que lanzar aceites y antorchas y pisotear ratas.

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04/12/2017, 22:34
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Avanzamos hacia las puertas y estamos listos casi para abrirlas, cuando comienzan a comentar acerca de lanzar fuego para alejar las ratas. Les miro un poco incrédulo, después de los discursos varios que se suceden y luego comento:

 - "No creo que sea sabio causar un incendio que vaya a prender el pasto seco, los árboles muertos y estos escombros, con maderas viejas y carbonizadas."

Miro el lugar y pienso en lo malo que sería si, una vez dentro de la prisión o cuando necesitemos irnos, estemos rodeados por las llamas de un campo ardiente. No me parece una buena estrategia.

Espero a que decidan qué hacer mientras me preparo a abrir las puertas junto con Velkan, cuando él me de la señal.

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06/12/2017, 11:09
(CC) Doctor Querio Vandel.

Querio se encogió de hombros. Se sintió un poco estúpido al creer que cuando Gruñido reclamaba el aceite tenía algo parecido a un plan.

Dispongo de tres frascos de aceite y una linterna que alimentar, así que solo puedo prescindir de dos frascos de aceite. Si crees que los vas a necesitar, puedes quedarte con dos, ¿de acuerdo?-se reafirmó mostrando el índice y el corazón para que Gruñido comprendiese-Do-os. Dos. A lo mejor los demás te dan más aceite. Como veas, Gruñido. Si quieres te dejo los dos frascos, y si no quieres, me los llevo.

El Doctor se quedó espectante, a la espera de que la mente de Gruñido procesase la información. Si el Profesor Lorrimor estuviese vivo, habría encontrado interesantísima esta interacción desde el punto de vista antropológico. Lamentablemente, el señor Vandel no tenía la antropología como uno de sus campos de interés. Lo que sí tenía era paciencia.

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06/12/2017, 13:26
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

- ¿En serio estáis pensando en enfadar a las ratas con fuego? ¿Queréis que salgan corriendo y se descontrolen, y que cada una vaya por un pasillo y puedan aparecer en cualquier lugar del edificio?

Preguntaba, aunque sin mirar a los demás. Centraba mi mirada en Velkan y en la apertura de puertas.

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06/12/2017, 21:46
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Mientras con paso ligero se dirige hacia Konrad, el semiorco levanta las manos en actitud de impotencia hacia el Doctor. Parecía que al resto, o al menos a Janos y a Sascha no les parecía buena idea quemar las ratas así que para Gruñido ahí acababa la posibilidad de usar el aceite.

- Mejor guardar su aceite Doctor, seguro que necesitar ahí abajo par poder ver, grrwwwlll. -

La idea de bajar por el túnel no le causaba problemas al chófer, más dejar las monturas a merced de una manada de ratas hambrientas era más de lo que podía soportar. Él velaría por los caballos mientras los demás exploraban. Al menos esperaba que Tharath, el nuevo compañero de Sascha se quedara allí como refuerzo disuasorio contra las alimañas.

- ¿Qué decir señor Konrad? Apenas oír con el ruido de las puertas. Ah sí, ser buen sitio, ahí al lado de las piedras caídas y además cerrar puertas para enemigos no ver desde fuera. -

Miraba aún con recelo al agua del que habían surgido los llameantes esqueletos, pero quería suponer que ese lugar había agotado sus peligros, al menos por el momento.

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07/12/2017, 00:50
(CC) Velkan Matacambiantes.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Después de acabar con los esqueletos que explotaban y recibir la cura mediante la imposición de manos que Janos le había hecho, Velkan ayudó a Querio a salir de los escombros y tras eso se quedó esperando como el resto de sus compañeros. Sin embargo no le gustaba estar en aquel lugar en medio de la nada sin activarse por eso decidió tomar él la iniciativa. Se acercó a grandes zancadas y con decisión a las puertas que marcaban la antesala del peligro. Apoyó sus manos sobre las pesadas hojas de las puertas y miró de reojo a sus compañeros por si alguno tenía algo que decir antes de abrir aquellas puertas. No se sorprendió al encontrar a Janos a su lado, el joven estaba demostrando ser capaz, valiente y con recursos, era bueno tener gente de ese estilo a su lado.

Pocos segundos después ambos dos empujaron las puertas que hicieron un ruido infernal antes de abrirse. A Velkan le cupo la menor duda de que los posibles enemigos que estuvieran dentro ya sabían que ellos habían llegado. Sin dudarlo, y empuñando su hacha y escudo, se adentró en el interior a la espera de ver que peligros podía encontrarse.

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07/12/2017, 17:59
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Aunque a Gruñido no le gustaba la idea de no ir con Sascha al interior de ese lugar, sabía que Velkan se encargaría de protegerla si fuera necesario. Si él no hacía lo propio con las monturas podrían tener un mal final o verse atacadas por esas alimañas hambrientas.

- Gruñido quedar aquí fuera para cuidar caballos y carro, señor Konrad. No preocupar por nada aquí, tener antorchas y garrota para apalear ratas, si venir.

Sascha, ¿poder dejar Tharath conmigo? Grwllll... -

Era la primera vez que el semiorco se refería al inquieto lobo por el nombre que la mujer le había dado, pero ahora era como si ese hubiera sido su nombre siempre, lo supo en cuanto lo pronunció. Había un vínculo entre mujer y bestia, algo que Gruñido no acababa de entender pero sí sentía claramente. Era como un palpitar sordo, sólo lo escuchabas si te proponías hacerlos específicamente, y únicamente durante esos momentos. Sentía como algo así podía crecer en su interior al mirar a Tharath, pero aún no sabía cómo exactamente.

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07/12/2017, 18:18
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

No esperaba menos de la disponibilidad de su servicio.

- Está bien, Gruñido. Si ocurre alguna cosa sólo grita, como acabo de hacer yo hace un rato.- El noble se quedó mirando a la Bruja algo expectante. Estaba muy rara con el lobo. ¿Le gustaría dejarlo junto a Gruñido y separarse de él, o, por otro lado, preferiría llevarlo a su vera? No era su problema, así que se limitó a seguir a los demás que se introducían por las puertas de la prisión. Miraba desconfiado a las alturas , por si le caía algo encima, y se llevó la mano a la cintura donde solía colgarle su fiel maza. 

- ¡Tks!- Se maldijo por no recordar que ya no la tenía a su lado. Otro sirviente que le abandonaba.

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08/12/2017, 21:58
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Sascha no le había contestado aunque la presencia del lobo cerca del carro parecía hablar de sus intenciones y que aprobaba su petición de respaldo en el exterior. Y eso es porque el semiorco sentía que la mujer pelirroja tenía una conexión a nivel íntimo con Tharath. Gruñido estaba seguro de que podría hacer reaccionar al animal con solo pensarlo.

Obsevó como iban entrando uno a uno en la oscuridad del vestíbulo. Esperaba que alguno de ellos tuviera alguna forma de iluminación aparte del buen Doctor, y asintió brevemente al ver hombre mayor con algo de aceite de lámpara a mano. Eso les daría para unas horas. El chófer echó un vistazo al fardo de antorchas que tenía en el carruaje del cual había retirado recientemente la que ardía a un par de pasos bien sujeta entre unas piedras. Suponía que si las necesitaban alguien tomaría alguna.

Por último dedico unos momentos a observar al caballero Gheorghe. Parecía que no se había repuesto del susto ya que se había quedado petrificado como una gárgola, mirando los dioses sabían qué. Seguramente querría cubrir la retaguardia, un lugar harto peligroso en una exploración, ya que los hostiles buscaban a menudo la trasera de un grupo desprevenido. El chófer cabeceó satisfecho, parecía que el grupo estaba bien preparado.

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09/12/2017, 16:40
(SA) Gheorghe Mykas.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Al final, su advertencia sobre las ratas, y la necesidad de liquidarlas o espantarlas para asegurarse de que no hicieran nada a las monturas, había caído en saco roto. Como tantas, tantas otras veces. Y si no hubiera tenido razón anteriormente, aún sería comprensible, pero parecía que nadie quería escucharle nunca. Con un suspiro, negó suavemente con la cabeza, antes de encaminarse hacia las puertas. 

Lanzó una última mirada a su caballo, una noble bestia que no merecía el final que probablemente le aguardaría, atado e indefenso, devorado por unas ratas que casi parecían potrillos. El caballero esperó con toda sus fuerzas equivocarse, pero, quizás con algo de orgullo, sabía que no lo hacía. Que nunca lo hacía. Y que seguramente pagarían caro el dejar bestias peligrosas a sus espaldas. 

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09/12/2017, 22:33
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

El semiorco dedicó un gesto de despedida al joven Gheorghe deseándoles interiormente suerte en su labor. No sabía si el paladín lo había visto, pero seguro que los dioses sí lo habían hecho. Toda ayuda les haría falta para superar la negra oscuridad en la que se internaban.

Pintadas en estatuas, unas stirges sedientas de sangre, esqueletos en pleno Ravengro y ahora más no muertos alimentados por el fuego. Era un tremendo despropósito. Había algo que desencadenaba todos esos eventos y las mentes de los más inteligentes de entre ellos les habían traído a este lugar. ¿Estarían preparados para afrontar lo que allí habitara? ¿O serían una baja más como lo había sido el bueno del Profesor Lorrimor?

Negros pensamientos acudían al semiorco, que los combatía pensando que allí estaban Sascha y Velkan, dos luchadores del Clan de la Gorra Roja. No dejarían que una maldición o no muerto les arredrara, al menos mientras los Dioses del Otro Lado no estuvieran tras todo esto. Gruñido pensaba que él podía hacer algo, podía marcar la diferencia... Pero luego recordaba que era un simple cochero y que su lugar estaba aquí fuera, manteniendo a salvo las monturas del señor y los caballeros. Ese era su papel y lo llevaría a cabo.

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10/12/2017, 20:08
Historias de Horror.

TERRENOS DE LA PRISIÓN DE PIEDRA ALZADA:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL FUEGO, 7 DE ABADIO.

MEDIA MAÑANA.

POCAS MILLAS AL SUR DE RAVENGRO.

Tras derrotar a los esqueletos que salieron de las turbias aguas al este, y provocar sin demasiadas consecuencias el derrumbe de la pequeña mansión que en su día debió ser la vivienda de los Hawkran; el grupo se separa mientras la mayor parte se adentra en el edificio principal de la prisión.

Gruñido se queda atrás, junto con el lobo Tharath, al cuidado del carruaje y los caballos del grupo. En un momento dado, parece que Gheorghe también se vaya a quedar atrás, pero finalmente, resignado, el Paladín se apresura (todo lo que le deja su armadura) por dar alcance a los demás.

Notas de juego

// Salen de escena: Doctor Vandel, Gheorghe, Janos, Konrad, Sascha, Velkan. - Siguen en: "Prisión de Piedra Alzada".