Partida Rol por web

Historias de Horror I.

Diálogos.

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18/09/2017, 20:22
(CC) Gruñido.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav)

Gruñido asintió de manera diligente a las instrucciones que con voz firme le había hecho el Amo Konrad. A partir de ahora sería siempre así para él, el Amo. A pesar de su baja estatura ayudó con unos gruñidos a bajar a una débil Sascha del carromato, a la cual depositó en los brazos del Amo. Una punzada de desconfianza le recorrió, pero recordando el episodio del bosque y las hogueras, se disipó como el humo de un fueguecillo en un fuerte viento.

Se condujo a donde le habían indicado y bregó por largo tiempo con las correas, las cuales no entendía demasiado bien. Por fin dejó todo apilado, los caballos limpios y almohazados, y dedicó un buen rato a limpiar el carruaje por dentro y por fuera. Sólo tenía agua y paja, pero encontró algo de grasa de caballo que aplicó a correaje y madera por igual. Gañancito sabía como tratar las cosas para que duraran.

Cansado y sudoroso, se dirigió a la puerta a la cual llamó tres veces. Tras un largo rato de espera, el sonido de un descorrer de un cerrojo y una rápida carrera le advirtieron de que la puerta estaba abierta y también de que no había nadie esperándole al otro lado. Entro silenciosamente y cerró tras de sí todos los candados de la puerta. Percibiendo sonido de conversación escaleras arriba con sus sensibles orejas, se aprestó a subir al piso superior, donde buscó a Sascha y al Amo.

– Grwllll… ¿Sascha? – Llamó titubeante.

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19/09/2017, 20:04
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav)

Sonreí cuando Konrad comenzó a hablar. O al menos podría decirse que su tono jocoso había hecho que mis labios se torcieran en una muesca que parecía una sonrisa, aunque no era alegre, si no más bien lobuna.

- Bueno, el otro cuerpo, el grande, tampoco está tan mal. Pero es cierto que le faltan modales.

Pero no era momento para bromas. Él seguía sin entenderlo. Quizás por eso no era capaz de controlarlo.

- Un dios del caos. - Repetí sus palabras. - Por supuesto. Un dios con fuerza suficiente como para que sus descendientes aún noten su poder hoy en día. El error que cometéis aquellos que vivís ajenos a los dioses es pensar que éstos son benévolos, benefactores de la humanidad, y no es así. Esos son demasiado altivos y su poder es tan limitado que sólo pueden escuchar nuestras palabras, aunque no lo hacen a menudo, y de vez en cuando permitirnos algún acto de caridad como curar unas heridas. El verdadero poder reside en el dolor, y en la destrucción, pues es la única forma de crear algo que merece la pena. ¿Nunca has visto a una mujer parir?

Aprovechaba que él no había apartado el rostro para observar sus facciones y las reacciones de las mismas a mis palabras. Los ojos, siempre inquietos, se posaban a menudo en su boca, cuando no estaban atentos a algún cambio en los de Konrad, por detectar indicios de lo ocurrido la noche anterior. Esperaba no ponerle nervioso con mi cercanía y mis palabras, pues en ese momento no estaba en condiciones de defenderme si volvía a ocurrir.

- Quizás aún no te ha sido útil, pero puede que esa fuerza te salve la vida algún día. Respecto a ser la única que ha sobrevivido... puede que sea porque no tuve miedo. Puede que sólo yo haya sido digna hasta ahora de enfrentarme a ti. Puede que sólo yo haya sido la única hasta ahora que haya sabido lo que tenía que hacer...

El recuerdo del amargo sabor del opio se hace tan vivido que casi me parece poder masticarlo. Llevada por ese recuerdo, acerqué mis labios peligrosamente a los de Konrad. Justo cuando podría haberlos rozado, siempre y cuando él no se hubiera apartado, escuché la voz de Gruñido.

Me aparté entonces bruscamente de Konrad y miré hacia la puerta, con miedo a que el niño nos descubriera en un momento íntimo. Me recosté en la cama con cuidado.

- Ve a buscarle, por favor. Es capaz de perderse y entrar por la puerta que no debe.

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20/09/2017, 11:29
(CC) Konrad Mykephoros.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav)

- Jamás se me había ocurrido pensarlo de esta manera. Ya no tengo mucho que perder así que pensaré sobre ese nuevo enfoque del probl...de mi bendición.- Dijo asomando una sonrisa algo irónica y cansada. No le gustaba causar dolor a la gente que apreciaba. Desde luego no todos sabían defenderse como lo había hecho Sascha.  El opio y el vino habían adormilado su sentimiento de culpa por el daño que había causado durante sus incontrolables transformaciones. Al final, se había convertido en un cretino insoportable, forzando a los demás a abandonarlo. De esa manera se había asegurado una soledad forzosa que minimizaba el riesgo de dañar a sus seres queridos. Pero, echaba de menos tener a alguien cercano. ¿Y si la bruja tenía razón? Quizás, como decía ella, debía buscar compañías más adecuadas y no tendría porqué estar solo.

Konrad se sentía realmente atraído por aquella mujer que, incluso en su estado, parecía tentarlo, aún sabiendo a qué podría exponerse. Apretó los dientes con fuerza, tensando los músculos que definían su mandíbula. Sentía las sienes comenzando a palpitar y, como si fueran tambores llamando a la guerra, despertaban a su entrepierna, que ya empezaba a dar muestras de vida propia. Sus ojos se escaparon de la hipnótica mirada de la salvaje para posarse en la sábana que cubría su cuerpo sobre la cama.

¡SANGRE!

Piensa en otra cosa, Konrad.- Cuando se esforzaba por controlarse la voz de Gruñido interrumpió, muy oportunamente, la conversación.

- Ahora mismo te lo traigo.- Dijo no sin algo de fastidio. No solía ir a buscar a los que eran sus siervos. Normalmente bastaba con un grácil movimiento de muñeca para hacer sonar la campanilla que indicaba al servicio que debía a acudir a cumplir sus demandas. Pero por esta vez haría una excepción. Había que tener en cuenta el aspecto desagradable del chiquillo y el miedo y recelos que podía infundir en sus nuevos compañeros, aunque les hubiera prevenido. Necesitaban verlo junto a su Señor. Además, así podía despejar su mente y relajar su cuerpo, haciendo que la circulación sanguínea volviera a su cerebro y no a la entrepierna.

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20/09/2017, 11:56
(CC) Konrad Mykephoros.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav)

Konrad abrió la puerta del dormitorio donde estaba recostada Sascha y se encontró a Gruñido en el pasillo. Daba gracias de haber sido él y no uno de sus asustadizos sirvientes quien se lo topara en la oscuridad. Sonrió con afabilidad al muchacho y le hizo un gesto para que se acercara. Olía a una mezcla entre sudor y grasa de caballo, lo cual le hizo arrugar la nariz al noble en un gesto de desagrado casi imperceptible.

- Sascha está descansando aquí dentro. Puedes quedarte con ella, si lo deseas, u ocupar otra habitación.- Con un elegante gesto se apartó del quicio de la puerta y le indicó a Gruñido que pasara.- ¿Has hecho lo que te dije?- Quería escucharlo de su boca aunque, por supuesto, un buen Señor debería comprobarlo por él mismo, al menos hasta que confiara en Gruñido. Cuando dejara a los dos salvajes durmiendo bajaría a comprobar que el muchacho había dejado el carro y los caballos en condiciones. Así podría ver que carencias tenía el semiorco y en qué tendría que adiestrarlo. Konrad sabía cuidar a los caballos aunque hacía mucho que no lo hacía con sus propias manos.- Mañana en el desayuno te daré el regalo que te prometí. Ahora es tarde.

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20/09/2017, 18:54
(CC) Gruñido.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav).

Por suerte Gañancito no necesitaba de ninguna fuente de luz para moverse por la oscura casa, lo cual le hizo llegar a una puerta la cual finalmente se abrió, revelando al amo Konrad y a una yaciente Sascha. El hombre lo invitó a pasar con gesto majestuoso, cosa que el pequeño semiorco hizo. No pensaba alejarse de su hermana más de lo estrictamente necesario y desde luego pretendía dormir sin perderla de vista. Asintió a las preguntas del señor de la casa.

Grwwwllll… Sí, Gañancito hacer todo lo que Amo mandar.

Los ojos del niño se iluminaron con la perspectiva de un regalo, pero la lejanía de la mañana lo volvió a abatir rápidamente. Pero ahora lo importante era que Sascha se pusiera fuerte otra vez. Gañancito se acercó a ella y la observó mientras tomaba su mano, acariciándola torpemente.

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23/09/2017, 13:27
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav)

Tras agradecer a Konrad con un gesto que ejecutara mi petición a pesar de que empezara a ponerse nervioso - tengo que buscar la forma de evitar eso - intenté relajarme sobre la cama y esconder el malestar todo lo posible. No quería que el niño se preocupara. Todo lo vivido esos dos días habían sido estrés suficiente para todos.

Al verle asomar por la puerta abierta por el noble, extiendo una mano hacia él para que se acerque.

- Tranquilo, Gañancito. Mañana estaremos limpios, descansados, comeremos y tú tendrás un regalo. No te preocupes por nada, todo irá bien. Un baño y una noche durmiendo en un lugar seguro lo curan todo. Si tienes sueño, espérame en el cuarto que han preparado para nosotros. No tardaré.

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24/09/2017, 20:36
(CC) Konrad Mykephoros.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav)

Era divertido ver la ilusión que le hacía a "Gañancito" la idea del regalo. Sólo esperaba no decepcionarlo y que le gustase.

- Eso sí. No me llames Amo. Si vais a trabajar para mí, Señor es el término apropiado.- Cuando Sascha habló Konrad se dio cuenta de lo cansado que estaba.- Podéis quedaros en esta habitación sin problema. Mañana veremos. Creo que ha sido un día duro para todos. Será mejor que descansemos.

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26/09/2017, 19:40
(CC) Gruñido.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav).

Grrrwwwlllll… ¿Necesitar baño? Estar limpio, bañar en lago ya…

Parecía que al mestizo infante no le hacía mucha gracia el andar continuamente mojado y se mostraba mohíno ante la idea. No obstante acataría lo que Sascha marcara al respecto, claro.

Luego miró al amo Konrad. Y trató de vocalizar como mejor supo.

Ssi, Ssssseñior… Grwwllll.

Parecía que el exceso de afilados dientes y colmillos en la boca del pequeño no facilitaban la pronunciación de ciertas palabras, y “señor” era una de ellas desafortunadamente.

Luego se acurrucó en el suelo al lado del lecho de Sascha a la espera de que lo mandaran o no a la bañera.

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26/09/2017, 19:52
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav).

- No, Gañancito, no. La que necesita el baño soy yo. Sigo sangrando y tengo fiebre. El lago está frío, y cura las heridas, pero ahora debo entrar en calor. Tú puedes ir ya a dormir.

Después miro a Konrad y niego con la cabeza.

- No vamos a quitarte tu habitación. Somos nosotros los que estamos acostumbrados a dormir en cualquier sitio.

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26/09/2017, 20:13
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, 5 DE ABADIO.

MÁS AVANZADA LA TARDE.

COMEDOR DE LA CASA LORRIMOR.

Abrió los ojos de forma desacompasada, como si ambos ya no recordaran que pertenecían a un mismo cuerpo, y apenas lo hizo volvió a cerrarlos lamentando no poder hacer lo mismo con sus oídos. No obstante el pitido que antecedió a la voz que lo despertó de su sueño no tardó en convertirse en un expectante silencio que esperaba que él le interrumpiera.

- N...

Intentó hablar, decir algo, pero las palabras se trababan intentando escapar de una boca que parecía llena de melaza. Movió la lengua intentando acabar con una sequedad para la que definitivamente necesitaba algo de agua, y precisamente por eso no consiguió más que sentir el áspero tacto de la lija contra su paladar.

 - Pues la verdad que no estoy muy seguro- respondió intentando sonreír tras carraspear forzando hacia su garganta algo de humedad para poder hablar.- ¿Agua, por favor?

Sentía dolor, pero aun no sabía si este era real o el demasiado vívido recuerdo de un pasado no muy lejano en el tiempo. Además, aun no estaba muy seguro de que aquello fuera cierto. Después de la pesadilla en la que había vivido la quietud del presente le parecía un demasiado dulce sueño.

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27/09/2017, 10:37
(CC) Konrad Mykephoros.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 14 DEL MES DE FARASTO.

De madrugada, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav).

- ¡Por favor!- Hizo un ademán con la mano como si las palabras de Sascha le hubieran ofendido. - Hay habitaciones de sobra en mi mansión. Todas son mías.- Recalcó por si debido a su modo de vida la salvaje no comprendiera.- Descansa ahora y ya veremos mañana cómo nos arreglamos.- Retuvo a la mujer con una mano, obligándola a tenderse de nuevo en la cama.- Además, tú misma lo has dicho. No estás en condiciones.-Con un giro elegante sobre sus talones, que hizo que su pelo negro azabache ondeara y desprendiera en el aire un perfume que ya se agotaba, Konrad salió de la habitación y cerró la puerta tras él.

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27/09/2017, 10:44
(CC) Konrad Mykephoros.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 15 DEL MES DE FARASTO.

Por la mañana, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav).

Konrad no había dormido mucho, como atestiguaban las profundas ojeras alrededor de sus ojos. Hacía mucho tiempo que no pegaba ojo, temeroso de que La Bestia que convivía con él tomara control de su conciencia adormilada. Sólo el alcohol y el opio le permitían dormir a pierna suelta. Pero esa noche no se había dado el caso. Tras dejar a la pareja de salvajes en sus aposentos, Konrad rebuscó en el cuarto de uno de sus hermanastros, Alexei.

¿Dónde lo habrá metido?- Estaba seguro de haberlo visto cientos de veces jugar con aquel juego. Unas fichas de marfil en una cajita de ébano, su dominó. Su padre se lo había regalado a Konrad pero, poco interesado en un principio, Alexei había acabado por apropiárselo. Ahora pretendía recuperarlo para ofrecérselo como presente a su nuevo cochero. En los largos viajes que había hecho con Richmond se había acostumbrado a jugar partidas al dominó. 

¡Aquí está!- Comprobó que estuvieran todas las piezas y lo limpió con uno de sus pañuelo de seda. Ahora sólo tenía que coger unos dados y el regalo estaría completo. Se moría de ganas por ver la cara del mestizo.

Perfectamente arreglado esperaba en el comedor, con la mesa que habían preparado los escasos sirvientes que aún le quedaban. Había todo tipo de viandas, desde las más básicas a algunas más exóticas, pero nada comparado con lo que había sido una buena mesa de cuando su padre aún vivía. Aún así estaba orgulloso de poder mostrar a unos salvajes el poderío de la civilización.

- ¡Buenos días!- Dijo levantándose de la majestuosa silla que presidía la mesa al ver entrar a Sascha y Gruñido.- ¿Cómo te encuentras hoy?- Le preguntó directamente a la mujer dado su precario estado físico. Dio unos pasos haciendo sonar sus botas en la sala y extendió el brazo hacia las sillas libres, una a cada lado de la suya propia.- Podéis sentaros. Por hoy seréis mis invitados, así que tomad asiento. Gruñido...- Aún le costaba llamar así al semiorco.- En tu asiento tienes el regalo que te prometí. Espero que te guste.- A la izquierda de la silla de Konrad había una pequeña caja, finamente ornamentada, de madera de ébano. En su interior se encontraban las fichas de dominó talladas en caro marfil. Junto a la caja una bolsita de cuero guardaba un juego de dados, esta vez hechos de hueso. Konrad había visto en el lago las míseras pertenencias del mestizo, entre las que se encontraban unos roñosos dados. En cuanto los vio se dijo que debía darle unos en condiciones.

- Es un juego.- Trató de explicar al salvaje.- Sirve para pasar el rato de forma entretenida. Muy útil para un cochero y los largos viajes. Yo puedo enseñarte a jugar y así podremos divertirnos juntos.- Sonrió afablemente deseando ver la reacción del semiorco. De vez en cuando posaba la mirada en Sascha. Su aprobación también era importante para él.

- Pero qué maleducado soy. Por favor, comed, comed. Y si algo no os gusta o se os antoja pedidlo.

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27/09/2017, 11:07
(CC) Konrad Mykephoros.

SEMANA DE LA SIEMBRA DEL AÑO 4703.

DÍA 21 DEL MES DE FARASTO.

Por la tarde, en la casa del Profesor Petros Lorrimor, en Ravengro.

El tiempo transcurre muy rápido. Un año había pasado desde que Konrad se topara con Sascha y Gruñido y ahora volvían a encontrarse frente a la fachada de la casa de su viejo amigo. Al final iba a acabar cogiendo cariño a aquel pueblo de Ravengro, con sus intolerables habitantes que casi prenden vivos a sus dos lacayos.

No hizo falta que golpeara el techo de carruaje para indicar a su cochero que aminorara la marcha. Gruñido sabía perfectamente su destino y cómo proceder. Era impresionaste el cambio que había dado el muchacho en el último año. Erguido ya era más alto que Konrad. Los dos salvajes regresaban a un pueblo donde, si no hubiera sido por la intervención de Konrad, podían haber muerto. Se imaginaba que para ellos no sería muy agradable volver pero aún así no habían rechistado. No hablaban mucho, para el gusto de Konrad, pero en todo aquel tiempo se habían mostrado mucho más fieles que sirvientes que llevaban con la familia Mykephoros durante generaciones.

Konrad había dado órdenes al cochero de no detenerse en el pueblo. Ir directamente a la casa del Profesor sería lo mejor. Una visita rápida, quizá pasar allí un par de días, pero lo más discretamente posible. No quería armar revuelo en el pueblo por su presencia. ¿Y qué llevaba a Konrad a visitar a su viejo amigo esta vez? El motivo era la participación de la Casa Mykephoros en la Cruzada Brillante. La llegada de Sascha había sido un soplo de aire fresco para Konrad y la propia concepción que el noble tenía de sí mismo. Hasta había conseguido, sin pretenderlo, lo que muchos como su beato hermano Gheorghe habían intentado durante años. Konrad empezaba a parecer otro. Seguía fumando opio y bebiendo más de lo aconsejable, sobre todo en determinados momentos, pero se cuidaba de mantener su consciencia activa, la percepción de su propio ser. En su búsqueda interior, en su lucha por no despreciarse a sí mismo, el noble había dedicado bastantes recursos en el estudio del legado familiar. Lo último que había llamado su atención habían sido los polvorientos diarios de su bisabuelo. Y aquí es donde requería algo de ayuda del Profesor Lorrimor. Los libros no era algo que Konrad dominase demasiado bien. Por otro lado, el Profesor siempre había estado muy interesado en temas históricos, y tenia sus propias teorías sobre el legado de los Cruzados. 

Tras bajar del majestuoso carruaje, el noble se dirigió a la puerta seguido de su exótica ama de llaves mientras hacer a Gruñido con los caballos. Se divertía con el puesto que había otorgado a la salvaje. Más bien parecía su guardaespaldas, como indicaba la presencia de Rhakan siempre a su espalda. Aún recordaba la sorpresa que había sentido al comprobar que no era una persona sino un hacha.

TOC, TOC.

Hizo sonar la aldaba y se preparó para recibir un cálido recibimiento.

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29/09/2017, 00:19
CC: [RIP] Profesor Petros Lorrimor.

SEMANA DE LA SIEMBRA DEL AÑO 4703.

DÍA 21 DEL MES DE FARASTO.

Por la tarde, en la casa del Profesor Petros Lorrimor, en Ravengro.

Para sorpresa de Konrad, no es sino el mismísimo profesor Lorrimor quien abre la puerta. El erudito mantiene una impecablemente cuidada perilla, y un porte imponente. Pero tras abrir los ojos por la sorpresa, no tarda en reconocer a Konrad.

- "¡Querido amigo!" - saluda palmeando el hombro del noble. - "Pasad, pasad." - Dice haciéndose a un lado e invitando a todo el pequeño séquito de Konrad a aventurarse al interior de su mansión.

- "Maldito granuja, ya me contarás por qué has tardado tanto en venir a visitarme." - Dice con buen ánimo.

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29/09/2017, 19:13
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, 5 DE ABADIO.

MÁS AVANZADA LA TARDE.

COMEDOR DE LA CASA LORRIMOR.

Sólo un leve asentimiento con la cabeza, y después marché a la cocina a buscar un vaso y llenarlo de agua. Al volver, también traía algo en uno de mis puños cerrados, el de la mano libre del vaso.

- Aquí tienes el agua, y mastica ésto. - Le enseñé lo que llevaba en la otra mano. - Es corteza de sauce. Te hará sentir mejor. Si no crees ser capaz de masticar, puedo hacerte una infusión.

Me moría de ganas de hacerle las mismas preguntas que a Alexei, pero la expectativa de encontrarme con más intentos infructuosos de recuperación de memoria o información me desmotivaban, así que opté por callar, al menos hasta que el hombre espabilara un poco.

Además, sin Konrad, Gruñido o Velkan cerca, me costaba mucho ser capaz de elaborar frases largas, o de juntar más de cuatro.

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29/09/2017, 19:41
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 15 DEL MES DE FARASTO.

Por la mañana, en la finca de Alabustriel (en Colina Carroña, Versex, Ustalav).

Guiaba a Gruñido de camino al salón rodeado con los brazos y mirando constantemente a mi alrededor, como si temiera que alguno de los escasos miembros del servicio pudiera hacerle algo. Al llegar al salón, no le suelto, a pesar de que quedo bastante sorprendida por ver tanta comida junta.

- Me encuentro bastante mejor, gracias.

El bulto extraño a la altura de la pelvis bajo mis ropas delataba que me había puesto alguna tela bajo ellas para que actuara de empapador, por si acaso, aunque durante la noche ya apenas había manchado.

La noticia del regalo para Gruñido me da el último empujón para soltar al niño y entrar en el salón, ocupando el sitio que me señalaba Konrad. A pesar de que tenía bastante hambre y sabía que por mi bien debía comer, primero quise ver al semiorco recibir su recompensa. Miraba a Konrad siempre que creía que Gruñido no se daría cuenta, e intentaba sonreirle o al menos hacer un gesto simpático que transmitiera agradecimiento, pero no tenía muy claro si lo estaba haciendo bien.

Cuando el noble parece darnos permiso para pedir lo que quisiéramos, no me hago esperar.

- ¿Podría... Podría conseguir un vaso de agua caliente?

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30/09/2017, 14:13
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, 5 DE ABADIO.

AL ALBA.

EXTERIORES DE LA CASA LORRIMOR.

Apenas el sol iluminaba el horizonte que Konrad, perfectamente engalanado, salía de la casa del Profesor medio a hurtadillas.  Desde la noche anterior había echado ojo a una de las botellas de un vino carísimo y muy añejo que le había regalado al profesor con toda su buena intención. Ahora que estaba muerto, y viendo que aún no lo había degustado, y que no iba a hacerlo ya, pensó que sería una gran idea recuperarla. Sí, podía considerarse un robo, aunque uno leve, al fin y al cabo había sido suya en un principio. Además, estaba seguro de que Kendra no iba a echar en falta su ausencia. La hija del profesor era un poco anodina y, aunque no lo sabía a ciencia cierta, se imaginaba que no le gustaba el vino y usaba eso como excusa para sí mismo.

Demasiado fuerte para ella.- Y ahí iba él, con su buen porte y la botella en la mano, dispuesto a esconderla en el compartimento secreto de su lujoso carromato, cuando se topó casi de bruces con alguien.

- Ah...ehm...oh Janos. Sí que madrugas...-Lo que le faltaba. Que el escudero de su estirado hermano Gheorghe le pillara in fraganti recuperando otra de sus antiguas posesiones, justo después de haber recobrado su anillo familiar de la mano de un inconsciente Alexei.- Yo también. Desde hace mucho no consigo pegar ojo en condiciones. El fresco de la mañana es saludable.- Se arrebujó con su capa y aprovechó para quitar de la vista la botella bajo ella.- ¿Rezando?-Preguntó sin verdadero interés en conocer la respuesta. Temía el inicio de una aburrida conversación sobre salmos, cánticos y alabanzas y todo ese tipo de monsergas. No se imaginaba otra posible razón para que el escudero de su hermano anduviera pululando por ahí.

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30/09/2017, 15:37
[RIP] (CC) Buscador de la Verdad (Gabriel Alarico).

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, 5 DE ABADIO.

MÁS AVANZADA LA TARDE.

COMEDOR DE LA CASA LORRIMOR.

- No, creo que puedo. La... la... mandíbula es de lo poco que no... que no me duele.- Intentó sonreír y los ojos se le cerraron. Cuando forzó toda la maquinaria de su cuerpo para volver a abrirlos una vez más se abrieron de forma desacompasada.- Y gracias. Déjalo ahí, por favor. Ahora bebo.

Intentó incorporarse, ascender por el respaldo hasta que su cabeza pudiera reposar en la cumbre del sofá, titánica tarea en su estado para la que como un escalador experimentado se tomó varios descansos. Breves, pero no menos importantes por ello.

Tras masticar y masticar, extendió el brazo, lánguido y sin fuerzas, en un intento por alcanzar el vaso. Fue aquello, junto a la de llevárselo a los labios, otra tarea propia de un héroe de leyenda, de esos que afrontaban los mayores peligros para descubrir al final del día que el mayor enemigo siempre es uno mismo; en el caso de Buscador, su propio cuerpo.

- ¿Qué... qué leías?- dijo ladeando la cabeza hacia el libro que la había visto sostener. O eso creía. No estaba muy seguro de lo que veía cuando se pasaba la mayor parte del tiempo con los ojos entornados.

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01/10/2017, 03:21
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, 5 DE ABADIO.

AL ALBA.

EXTERIORES DE LA CASA LORRIMOR.

La mañana llegó y, después de mis oraciones y atender a Alexei, llegó el momento en que podía salir a tomar un poco de aire fresco y ver la inspiradora imagen del sol. Gheorghe se ocupa ahora de su hermano menor y así puedo descansar un poco de mis tareas de sanador.

En ese instante me encuentro con Konrad, alguien a quien jamás pensé encontrar tan temprano y en el exterior. Le miro y escucho. No sé si lo que dice es cierto o no, Gheorghe no me ha hablado cosas muy buenas de él y yo tampoco he visto conductas muy apropiadas en el poco tiempo que hemos coincidido.

Le respondo con amabilidad:

 - "Mis oraciones matutinas ya las hice, Señor Mykephoros. Solo deseaba apreciar algo del buen clima. ¿Qué hace usted acá, si se puede preguntar? No parece ser de los que aprecian demasiado la luz del sol."

No me ha pasado desapercibido el hecho de que oculta algo, pero no es nada que realmente me interese y sus vicios o pecados no tienen nada que ver conmigo. Mi trabajo no es juzgar ni reprender nada aquí, por lo que tampoco me meteré en sus asuntos.

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01/10/2017, 12:09
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL BIENESTAR, 5 DE ABADIO.

AL ALBA.

EXTERIORES DE LA CASA LORRIMOR.

- Oh, supongo que es normal  tanta presteza viniendo de alguien que es escudero de un paladín de la Orden de la Vigilia en Castillo Firrine.- Seguro que no había muchas cosas que hacer allí a partir del ocaso. Todos a dormir como angelitos. además su hermano era un hombre recto como pocos y estricto, al menos eso es lo que se decía de él.- Puedes tutearme sin problema y espero poder hacer lo mismo. Después de todo nos une que ambos tenemos una estrecha relación con Gheorghe. - Eso era discutible, sobre todo antes. Ahora intentaba que las aguas volvieran a su cauce.-No sé qué te habrá contado mi hermano pero seguramente ande un poco desactualizado. No puedo negar que antes llevaba una vida, digamos, poco sana. Pero eso no significa que no me guste el día, aunque aprecio también la argéntea luz de la luna. Su manto no es tan cálido ni deslumbrante como el del sol pero en las noches de insomnio es una buena guía también, como me ha enseñado Sascha.- Con sus dos sirvientes había pasado muchas noches en vela. Gruñido se manejaba bien en la oscuridad y Sascha, bueno, normalmente ella prefería la tranquilidad de la noche para sus asuntos.- El caso es que daba un paseo matutino aprovechando que tenía que dejar una cosa en el carro. ¿Me acompañas? Así podemos ponernos al día. Hacía muchos años que no nos veíamos.- Podría sacarle información sobre Ghoerghe aunque si era la décima parte de hermético que su hermano no sería gran cosa.