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EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

Al principio no entendí bien lo que quería decir el noble, hasta que noto que también tiene en cuenta la presencia del niño. Entonces, creo comprender.

- Como te dije anoche, el objetivo del ritual no era... eso. 

Comencé a entrar en el agua, solo hasta que me cubrió poco más de los tobillos, y me senté en la orilla haciendo que el agua me llegara al ombligo. La baja temperatura del agua hace que la piel se me ponga de gallina.

- Eso sólo es el pago. Yo... debo asegurarme de que no vuelve a ocurrir, y las plantas no siempre son efectivas. Mi error fue saber tarde que no debo... tener esa opción.

Odiaba hablar, y más aún si no podía hacerlo de forma clara y directa, así que obviando el hecho de que ya le había dicho que se lo contaría en otro momento, me concentro en lavarme.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

AVANZADA LA TARDE. HABITACIÓN DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RAVENGRO ASIGNADA A GHEORGHE Y KONRAD.

. Gracias, hermano.- Agradecía de veras su ayuda aunque esperaba que no tuviera que detenerlo de ninguna manera.- No te molesto más. Me alegro de volver a verte.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

Aunque aún le faltaba mucho por conocer de Sascha, comenzaba a comprender, por sus enigmáticas palabras, que fuera la única mujer que no se había asustado de su otro yo. Ella veneraba a un monstruo y él era otro igual, sino peor, por lo que parecía estar acostumbrada. Su nueva ama de llaves se sentó en la orilla para que el agua fría adormeciera su dolor, o eso supuso Konrad. Se quedó callado en los alrededores, mirando a sus dos nuevas adquisiciones y preguntándose si sería una buena idea. Estaba claro que con aquellos dos no hacía falta hablar demasiado y hasta sonrió un poco pensando en que quizá Rhakan fuera el más dicharachero de los tres.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

Gañancito no entendía muy bien de qué hablaban los dos adultos, pero eso no importaba demasiado. Si era algo importante, Sascha se encargaría de explicárselo luego, como siempre hacía. En la oscuridad reinante, el pequeño semiorco era muy consciente de la proximidad del señor Konrad, el cual a pesar de su ofrecimiento inicial no parecía muy dispuesto a mojarse después de todo. El chico se encontraba a un lado de Sascha con el agua por las espinillas, asida la tela que le había pedido que tuviera presta en ristre, para que pudiera secarse cuando acabara de asearse.

Y eso empezaba a ser un problema, porque la vista en la oscuridad le brindaba una imagen clara de la línea de la espalda, los lechosos hombros, y uno de los níveos pechos surcados de pecas de Sascha. Sus redondeadas caderas asomaban sobre la línea del agua, y todo esto hacía que un abultamiento empezara a hacerse patente en la raída tela que hacía las veces de pantalón del casi adolescente semiorco. Esperaba que debido a la pobre vista nocturna de los otros no se fijaran en ello, mientras bajaba la tela que sujetaba para ocultar sus agrandadas vergüenzas...

- Agua ser fría, agua ser fría, frio bajar hinchazón golpes, frío, frío y más frío... Grwlllllllii... - Se repetía como un mantra tratando de pensar en otras cosas tratando de olvidar la palpitación de su entrepierna, mientras luchaba por desviar la vista en otras direcciones. Se dedicó a mirar al señor Konrad, esperaba que eso bastara.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE. ESTABLOS DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO.

El semiorco sacudió la cabeza furiosamente.

- Intentar no bastar Velkan. Tú irte. Tú dejarnos solos. Gruñido entender hombre buscar su camino, su caza, su familia. Pero mujeres ser diferentes. Ya saber. -

Gruñido tenía muy claro que las mujeres podían ver y notar cosas que los hombres no podían. No en vano sangraban cada mes por esos privilegios. Sangre para los dioses. La sangre que pagaban para poder llenar sus vientres de nuevas vidas. Eso acabó con el Clan, no vinieron nuevas vidas. Intentó dejar esa idea atrás.

- Poder usar ese instrumento para tocar algo algún día. Nosotros poder hacer hoguera una de estas noches del mes para cantar y celebrar como antes con el Clan, ¿sí? Sascha gustar eso. -

El cochero tenía gratos recuerdos de aquellas noches de reuniones y celebraciones alrededor de una fogata, bebiendo y contando historias. A su memoria vino una de las primeras ocasiones en las que Velkan y él siendo aún unos niños, espiaban a las mujeres del Clan. Fueron momentos agradables. Sin embargo no recordaba cómo había acabado aquella aventura...

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

La sangre tardó un par de minutos en dejar de salir de seguido, siendo ofrecida al agua, al igual que antes regó la tierra del claro del bosque. Presentía que durante días seguiría dejando un rastro rojo, al igual que cada mes durante la misma luna.

No me encontraba bien. Aunque el frío del agua me despejaba, me sentía débil. Con dificultad me levanté y acepté la tela que me ofrecía Gruñido, y aproveché la cercanía del semiorco para abrazarle, y apoyarme en él para poder andar.

- Estoy muy cansada.

Apenas podía mantener los ojos abiertos. Quería dormir.

- Podemos quedarnos aquí esta noche... o volver a tu casa, pero yo necesito descansar. No te preocupes, en poco tiempo estaré bien, fuerte y dispuesta para... lo que quieras. - Dije ladeando la cabeza hacia el lugar en el que intuía que estaba Konrad, ya que ahora las ganas de permanecer con los ojos cerrados y la oscuridad no me permitían verle.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

Por suerte después de unos minutos el frío y la observación de la figura del señor Konrad se habían aunado para que desapareciera la inflamación de la entrepierna del adolescente semiorco, y cuando Sascha solicitó la tela que lo ocultaba hasta entonces para envolverse en ella y secarse, no había rastro de la misma.

Ayudó a la muchacha a entrar en calor frotándola furiosamente la espalda cuando se apoyó en él, y la orientó en dirección al señor Konrad para salir del agua en la oscuridad. Escuchó con alegría la posibilidad de ir al hogar del señor Konrad. Sin duda allí estarían a salvo de todo peligro.

- Grwllll... Sí, casa del señor Konrad segura para Sascha. ¿Ir ahora? -

Sin dejar de sujetar a la joven, más alta que él y sin embargo de un peso similar debido a la corpulencia del niño, eleva con un pie el hatillo que contiene sus pertenencias y la ropa de Sascha, preparado para partir hacia donde los adultos marcaran.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

¡Aquí!- Konrad no lo dijo en alto pero su rostro lo decía todo. La sola idea de acampar allí, en esa casucha de madera le ponía la piel de gallina. Con un poco de suerte el estado de Sascha y la escasa luz hicieran que su expresión pasara desapercibida.- Creo que lo mejor sería volver a la casa del profesor Lorrimor y ya mañana partir a Alabustriel.- ¿Cómo se adaptarían los dos salvajes en Colina Carroña?- Tienes que descansar como para hacer el viaje ahora y no sé si Gruñido será capaz de hacer todo el camino él solo.- Ni se le pasaba por la cabeza conducir él mismo el carro o ir en el pescante junto al semiorco.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

Cuando se mencionó hacer noche en la cabaña, el señor Konrad puso una cara que le recordó a Gruñido los momentos en que recogía tapaculos del bosque y cuando se zampaba alguno se daba cuenta de que era una cagado de conejo. La verdad es que Gruñido tampoco quería volver a la cabaña.

Había dejado atrás su antigua vida en lo que tardó en recoger sus exiguas pertenecías, y prefería seguir a aquel hombre hacia donde les llevara. Sascha parecía estar más fuerte y recordó que el hombre tenía un carruaje.

- Grruwwwlll... Señor, Gañancito poder conducir carro, ser bueno con animales. -

El pequeño semiorco había llevado algún carro de campesinos tirado por un penco alguna vez para ganarse algún chusco de pan duro, y la verdad no se le había dado mal. Lo que había en él que repelía a la gente parecía que no ejercía ese efecto en los animales, y tenía buena mano con ellos.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías. El ofrecimiento del niño semiorco le hizo reflexionar. Al final no le habían dicho a Lorrimor que volverían así que regresar a su hogar de nuevo sería volver a molestarlo. Una vez era aceptable pero dos días seguidos...

- Está bien.- Se acerco al semiorco y le puso una mano en el hombro a la vez que le mostraba el anillo familiar que lucía orgulloso en su dedo y que lo identificaba como el dueño y señor de Alabustriel.- Este anillo os abrirá las llaves del cielo pues me habilita como señor feudal de Alabustriel. Pero, ¿crees que podrás llevarnos tú solo si te indico la dirección de Colina Carroña? Yo tengo que ir dentro con tu hermana para que no le pase nada. Si dudas para el carro y asomaré la cabeza por la ventana.- Ya se iba a meter dentro del confortable carruaje cuando se detuvo y se dirigió al semiorco.- Ah, y si lo haces bien, te haré un regalo cuando lleguemos.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

Mientras caminaban y Gañancito ayudaba a la debilitada Sascha, parece que el señor Konrad se pensó el dejarle conducir el carruaje hasta su casa. Cuando le dirigió esas palabras y le mostró el impresionante anillo, el pequeño semiorco sintió como la cabeza le daba vueltas. ¡Él conduciendo ese carruaje! ¡Y era señor de una fortaleza! No podía creer la buena suerte que les había llegado al fin. Siguiendo un impulso puso la frente en el anillo del señor Konrad al modo de los que ofrecían su servicio a los líderes de clan.

- Nosotros ir tu castillo señor. Yo ya mayor, llamarme Gruñido si querer. Yo conducir carruaje, no preocupar sólo decir por dónde ir. -

No cabía en sí de gozo pensando en el regalo que le esperaba al llegar a la casa del señor Konrad. Aparte de sus hermanos que le habían dado algo de comida cuando se retorcía de hambre, nunca nadie le había regalado nada. No podía imaginarse qué sería, pero esa incertidumbre lo ilusionaba aún más si cabía.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

- Muy bien, Gruñido.- Dedicó unos instantes a dar las indicaciones precisas para llegar a la finca de Alabustriel y después se metió en el carro junto con la debilitada Sascha.- No te presiones demasiado, muchacho. Si no sabes por donde ir, para el carro y te daré más indicaciones.- Dijo Konrad sacando la cabeza por la ventanilla, aunque deseaba un viaje tranquilo y sin hacer nada. De pronto le volvieron a asaltar las dudas sobre si no sería mejor volver a buscar a Richmond. ¿Estaría cometiendo una locura dejando en manos del joven semiorco la seguridad de su preciado carro? Pero ni siquiera esas dudas hicieron que el noble se pusiese a los mandos del carro, o en el pescante junto a Gruñido. Golpeó dos veces el techo del carruaje para indicar a Gruñido que podía ponerse en marcha.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Por la noche, en las cercanías del Lago Lías.

Después de dejar a Sascha en el interior del carruaje, Gruñido se aproximó a los dos alazanes que lo tiraban. Sacó un corazón de manzana que guardaba para un caldo y lo partió en dos trozos, dejando primero que lo olfatearan a él y después la comida. Cuando consiguió una respuesta positiva de los animales, y tras que el amo Konrad le explicara el mecanismo del freno, se subió al pescante con mucho respeto. Estaba muy alto, más que los carros que había conducido.

El viaje transcurrió sin más incidentes que un par de paradas para pedir indicaciones al Amo Konrad, el cual se las dio algo apático. Sin embargo Gañancito iba henchido de gozo. Viajaba a un nuevo hogar, a una nueva vida, y llevaba las riendas de su futuro y el de su hermana. Sólo lamentaba que Velkan no estuviera allí con ellos.

Finalmente llegaron al caserón. La vista del imponente edificio acabó por hacer del Amo el nuevo señor del clan, ya que sólo alguien magnífico podría poseer un lugar así. Gañancito había abandonado aquella cabaña en el Lago Lías, y Gruñido había llegado a Colina Carroña. Gruñido y nada más, Gañancito había quedado atrás para siempre.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

NOCHE. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

En el momento en que sube las escaleras para afrontar un dudoso descanso, Sascha es abordada por Gruñido, que le pide con un silencioso gesto que le acompañe al final del pasillo, cerca de la ventana.

El semiorco parece algo nervioso y echa miradas furtivas a la habitación que la mujer comparte con Kendra Lorrimor.

- Hermana, decir tú algo Gruñido ver hace unas horas. Señorita ir a dormir y Gruñido estar practicando leer libro cuando ver una sombra que subir escaleras.

Gruñido seguir y mirar, pero sombras muy espesas. Aún así tras el velo del Otro Lado se reveló un figura: Un enano en harapos con una almádena y cabeza de hueso flotar encima de hombro. ¿Saber qué poder ser? Recordar historia de los hombres muertos que llamar a otros para morir también. Fantasma... Grwwwwwllll. -

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

NOCHE DESPUÉS DE LA CRIPTA. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Después de llegar a la casa de los Lorrimor y, ya habiéndome asegurado de que Alexei descansa apaciblemente en el cuarto que compartiría con Gheorghe, busco a mi maestro para conversar con él.

Le encuentro en el salón, solo, probablemente meditando en silencio antes de irse a dormir. Me acerco a él, sabiendo que mi pesada armadura me anuncia para no parecer un asaltador furtivo. Cuando me he asegurado de que sabe de mi presencia, me acerco y le hablo:

 - "Maestro, Alexei descansa y su recuperación avanza favorablemente. Antes de dormir, quería hacerle una pregunta, si me lo permite."

Espero su aprobación, aunque sea silenciosa, antes de continuar:

 - "Cuando abandonábamos el cementerio, no pude evitar notar que una de las lápidas llamó su atención y, lo que estaba escrito en ella, le causó una impresión. ¿Que fue lo que vio, Maestro?"

La verdad es que el rostro que se plasmó en Gheorghe no es algo común de ver en el paladín. Por un lado aquello es sumamente curioso para mí, pero por otro lado, no consigo imaginar qué podría, en un lugar como ese de un pueblo como este, afectar a un caballero de Última Muralla.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

NOCHE DESPUÉS DE LA CRIPTA. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Al llegar a dormir, a la habitación que compartimos con el Doctor Vandel, mientras me saco mi pesada armadura, le hago una pregunta:

 - "Doctor, usted es un hombre letrado y conocedor de cosas que yo ni siquiera podría imaginar. ¿Qué cree, realmente, que sucedió con Velkan? Jamás había escuchado de algo así. Todo es tan extraño."

Suelto las correas con calma, para poder conversar un poco antes de rezarle a Sarenrae por sus bendiciones y protección, como acostumbro hacerlo antes de dormir y al despertar.

Awwwwwh...-bostezó-¿Qué? Ah, sí... Yo creo que Velkan sigue vivo, y que su cuerpo ha sido transportado al "mundo" de la Farasma. De todas las posibilidades factibles, es la más optimista, ya que es la que nos permitiría encontrar a Velkan y traerlo, sin deshacernos de Alexei.

Claro que hay otra posibilidad... Puede que los espíritus de Alexei y Velkan se hayan intercambiado. Alexei tendría el cuerpo de Velkan, que se habría transformado con la posesión. Si solo hay un cuerpo, eso implica que solo podremos mantener en este mundo a uno de ellos: o a Alexei o a Velkan. Deberemos elegir sacrificar a uno de ellos para salvar al otro.

La opción improbable es que ambos estén en el mismo plano de existencia. Eso me llevaría a pensar que Alexei estaba retenido por alguna fuerza terrenal, como un mago o un liche, que ahora tendría a Velkan. Sería estupendo, porque aumentaría las probabilidades de recuperar a Velkan, pero es una hipótesis irreal. Veras, Janos... Que Alexei estuviese en las manos de un mago no encajaría con la transposición de espíritus y/o cuerpos. Un mago no ha hecho esto. ¿Por qué habría de renunciar a Alexei? No tendría sentido.

Por contra, la inestabilidad de un individuo A en otro plano de existencia, si implicaría que las leyes físicas de ese plano tratasen de expulsarle. Un vínculo espiritual o psíquico con un individuo B sería la canalización perfecta para traerlo de vuelta a este plano. Oh, sí, qué interesante... Verás... Dos almas pueden ocupar un mismo cuerpo, pero dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo. Eso conlleva irremediablemente a la transposición de cuerpos. ¡¿No es genial?! Si nosotros tenemos a Alexei y solo a Alexei, la prueba de que Velkan no hable a través de Alexei implica que ha habido transposición de cuerpos y espíritus, y no solo de espíritus. ¡Eso descarta la posibilidad de un único cuerpo! Entiendes, ¿verdad? ¡Sí! ¡Exactamente! ¡Signifca que no tenemos porqué renunciar a uno de los dos! ¡Podemos salvarlos a los dos!

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

NOCHE. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Escruto los gestos del mestizo mientras me habla. Puede que sólo sea coincidencia, pero ese "otro lado" está metiéndose donde no le llaman demasiado a menudo últimamente. Sin embargo, todo puede ser fruto de la imaginación de Gruñido.

¿Lo habrá soñado?

No, algo me dice en los detalles y la convicción de sus palabras que no es sólo imaginación.

- ¿Fantasma? - Pienso durante unos instantes. - No, Gruñido. No tengo ni idea. Las religiones y creencias de los habitantes de la piedra siempre me han sido desconocidas. En el bosque no hay fantasmas. Los grandes dioses hacen las cosas por sí mismos, no envían a nadie... ¿Dices recordar una historia sobre algo parecido a lo que viste?

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

NOCHE. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

Gruñido gañe ligeramente mientras mira al suelo sacudiendo la cabeza ligeramente. A lo mejor la Bruja no le había contado esa historia a Sascha.

- Gruñido, ver, sentir, como ese no muerto mandar sombras a la casa desde lejos. No querer o poder hacer daño. ¿Buscar algo? ¿Libros malos del Profesor Lorrimor? -

Un gesto vago cuando habla de "lejos" acompaña sus palabras. Luego el semiorco mira intensamente a la mujer de rojos cabellos.

- Bruja Roja contar historia hace muchas, muchas estaciones, pero Gruñido recordar. Y no ser historia de gente de casas de piedra. - El sirviente relata a Sascha la historia de Asjuur hijo de Theobald*. Tras lo cual vuelve a sacudir la cabeza.

- Dioses sí enviar cosas hermana, enviar maldiciones a los que les desafían. - Asiente seriamente mientras hace un gesto para alejar la mala suerte.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO (LUNA NUEVA), 4 DE ABADIO.

NOCHE DESPUÉS DE LA CRIPTA. CASA DE KENDRA LORRIMOR.

El Doctor me responde con una sarta de palabras cuyo sentido ni siquiera soy capaz de dilucidar. Un poco mareado y sintiendo que sale humo por mis orejas, le respondo:

 - "Siento que, después de escucharlo, sé exactamente lo mismo que antes."

Me río un poco antes de continuar:

 - "Debe perdonarme, Doctor, pero no soy un hombre instruido como usted. Probablemente no soy tan instruido como el más básico de sus posibles aprendices, por lo que no he entendido casi nada de ello. Solo me ha quedado en claro que no sabe tampoco y que prefiere no creer sin algo en lo que basarse. La vieja diferencia entre conocimiento cierto y fe."

Y yo soy un hombre de Fe, por lo que tiendo a elegir una posibilidad y creer en ella por fuerza antes que mantenerme neutral en espera de pruebas que quizás jamás lleguen. Bueno, hombres como él son necesarios pues el Profesor Lorrimor era igual y así es como hizo grandes y buenas cosas.

Supongo que cada uno a su manera puede hacer el bien. Eso es algo que he aprendido al trabajar junto con Gheorghe.