Partida Rol por web

Historias de Horror I.

Diálogos.

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15/06/2017, 21:32
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

DURANTE LA TARDE. BIBLIOTECA DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO

Entretenido como estaba, charlando con el Doctor Querio Vandel, Konrad apenas se inmutó cuando Sascha le pidió permiso para tener un rato de esparcimiento con sus hermanos. Con un gesto de la mano le indicó al ama de llaves que podía retirarse.

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17/06/2017, 00:49
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

MEDIA TARDE. DETRÁS DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO.

Guiado por el indefectible sonido de las armas que se entrechocan, Gruñido acaba por encontrar a los dos jinetes que estaba buscando. No quiere interrumpir la danza que están construyendo, y puede que el Señorito Gheorghe esté dando alguna clase al joven Janos que le acompaña en todos sus viajes.

Cuando hacen una pausa, el semiorco se acerca mirando alternativamente al suelo y a el escudero Janos. Con el sombrero entre las manos, parece algo avergonzado.

- Grwwwlll... Señor, quería decirles... sus caballos... no sé, no se fían de mi, ¡No me dejan acercarme! Grwwwwwl... Ya lo siento Señor, trataré de ganar su confianza pero, puede que tarde unos días. -

Las palabras de Gruñido traslucían un mensaje claro: "No me puedo ocupar de vuestras monturas, ¡Muerden!".

El cochero se queda de pie esperando las palabras de respuesta de los jinetes, mientras desplaza su peso de un pie a otro, en un gesto que denota incomodidad. Evidentemente parece que no es algo que le pase muy a menudo.

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17/06/2017, 06:42
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

MEDIADOS DE LA TARDE. EXTERIOR DE LA CASA DE KENDRA.

Bajo la cabeza ante sus palabras, sus reproches y le respondo, haciendo réplica de cuando indica que no porque los malvados avancen matando inocentes, teníamos nosotros que hacer lo mismo:

 - "Pensaba que nuestro deber era precisamente eliminar al mal donde sea que esté, en todo momento y no cesar en nuestra búsqueda jamás."

Aparte de eso, le respondo, entendiendo pero no del todo conforme aún:

 - "Entiendo que no es aplicable en este caso pues estos tipos no son el mal real sino solo unos paletos enojados y furiosos pero, si se van sin castigo. ¿Donde está la justicia? Entiendo lo útil y grandioso de la redención de quienes estaba transitando el camino erróneo, pero tampoco puede ser gratuito. ¿Donde queda la justicia si no las personas no reciben lo que merecen?"

Sería sumamente fácil tener una vida de crueldad y crimen para, al final, recibir una expiación sin haber pagado un precio por mis actos, solo con arrepentirme. Esa clase de creencia solo crearía una sociedad de mentirosos y cínicos que viven con toda clase de atrocidades y se vuelven bondadosos solo al ir al templo. No es el camino del paladín ni de un sacerdote guerrero.

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17/06/2017, 13:33
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE. ESTABLOS DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO.

Gruñido había dedicado un buen rato a acondicionar parte de los establos. Sin duda estaban dejados de la mano desde hacía meses si no años, ya que los viajes del Profesor se habían interrumpido hacia ya tiempo, y el mantener una montura de manera permanente se le había hecho innecesario. Podía alquilarla si la necesitaba en todo caso.

El cochero había fregado suelo, quitado la herrumbre a algunos utensilios y lavado los abrevaderos, para poder acondicionar allí a las monturas del numeroso grupo que ahora constituían. Si iban a pasar un mes en este lugar, los caballos debían estar cómodos igualmente si deseaban seguir contando con sus servicios. Gruñido sabía que tendría que hacer algunas compras en el pueblo, pero lo conocía como la palma de la mano, y sabía dónde encontrar lo que necesitaba sin preguntar a nadie ni dar muchos paseos innecesarios.

Olió el aroma de Sascha antes de verla trasponer la puerta. Tenía el labio algo hinchado aún, y algo de sangre seca en el pelo. Apenas se distinguía ya que su pelo era del mismo color rojo, pero se había oscurecido notablemente con el paso de las horas. Le hizo un gesto para que pasara mientras seguía con sus labores, indicándole un taburete que había conseguido rescatar de un rincón. Lo había dado un agua, y parecía que podía soportar el peso de Sascha bastante bien. Una vez se hubo sentado, se acercó con un bol de madera lleno de agua pidiendo a la mujer que se quedara quieta con un gesto simple. Mojó el pelo apelmazado con movimientos algo toscos pero eficientes, y frotó con fuerza hasta deshacer el coágulo.

- Gwllllllll... ya estar hermana, tu pelo ser otra vez sangre pura, jerg, jerg. Lista para vestir la Gorra Roja*. -

Velkan había sido testigo del trabajo y la reunión de los hermanos, y decidió entrar en los establos en ese momento.

Sonriendo, Gruñido se acercó a su hermano con un par de zancadas y lo saludó al modo del clan, entrechocando sus manos, para darse un corto abrazo, y sin separarse ni soltarse, con los puños agarrados a la altura del pecho, iniciar una demostración de fuerza entre hermanos de clan.

Notas de juego

* La Gorra Roja sólo se vestía dentro del clan en ocasiones especiales, o para matar a alguien en un enfrentamiento premeditado, de modo que se lavaba con sangre de otro.

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17/06/2017, 18:44
(CC) Konrad Mykephoros.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Al atardecer, en la casa del Profesor Petros Lorrimor.

Konrad había descansado como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Combatir constantemente las fuerzas que pugnaban en su interior era agotador y, su encuentro con Sascha, aunque violento, había sido como una válvula de escape por la cual dejar escapar la presión. Se sentía por tanto renovado, animado incluso, a pesar del intenso dolor de cabeza que "comer" opio le había provocado. Se miró en uno de los grandes espejos de la casa del Profesor Lorrimor y le pareció que sus ojos eran más humanos que nunca.

No sé si esto le gustará a ella.- Después de todo, a Sascha, lo que él había intentado ocultar siempre con todas sus fuerzas era lo que le gustaba de él. Negó con la cabeza aún incrédulo de que la salvaje pudiera estar tan mal de la cabeza. Podría haberla matado. No sería la primera vez que pasaba.

Fue un accidente...

Haberse criado como noble había hecho a Konrad algo clasista, amante del lujo y elitista, pero también curioso por todas las cosas que pudieran parecerle exóticas, en un amplio sentido de la palabra. Ahora que había llegado un nuevo día, la idea de tomar a aquellos dos personajes a su servició iba madurando en su cabeza. Se imaginaba en un futuro llegando a los sitios en su majestuoso carro conducido por Gruñido y flanqueado por la imponente mujer. ¡Lo que iba a dar que hablar! Pero antes, tenía que ver algo.

El día transcurrió con bastante normalidad. Si había algo que Konrad había hecho durante toda su vida era no dejarse influenciar por el qué dirán. Por eso no le importó dar explicaciones al Profesor sobre dónde había dormido. Hasta le había comentado su intención de tomar como sirvientes a los dos desconocidos. Consideraba al profesor como un buen amigo, al que había mantenido al día de todo el turbio asunto de la relación con su padre y su maldita herencia. Por supuesto omitió los detalles más escandalosos de la noche anterior y no le importó que el antipático gato del profesor cargara con la culpa de los objetos rotos.

- Esta noche vamos a salir a dar una vuelta los tres, ¿verdad, Sascha? Tenemos que ir a buscar a ese tal Rakhan.- La imaginación de Konrad volaba por culpa de las enigmáticas palabras de la salvaje acerca de un tercer compañero.- Un paseo nocturno nos vendrá bien.- Gruñido era un semiorco y como tal no le importaría salir en plena oscuridad. Además, era mejor que los ciudadanos de Ravengro, después de lo que habían intentado, no lo vieran de día. Era demasiado reconocible.

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18/06/2017, 23:47
(SA) Gheorghe Mykas.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

AVANZADA LA TARDE. HABITACIÓN DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RAVENGRO ASIGNADA A GHEORGHE Y KONRAD.

Mientras afilaba el arma, tuvo la incómoda sensación de tener los ojos de Konrad clavados en la nuca, lo que le hizo fruncir levemente el ceño. Estaba empezando a ponerse algo nervioso, no solo por sentirse observado, si no porque parecía que su hermano quería algo... Pero no se atrevía a decir el qué. Finalmente optó por dar por terminado el mantenimiento, y pasó a mirar a Konrad. 

Escuchó sus quejas sobre las camas, aunque a diferencia suya, él no estaba acostumbrado a lujos, si no más bien a algún camastro en el castillo Firrine, o incluso dormir a la intemperie en las patrullas. Después vino el tema de las cartas, que le hizo apartar levemente la mirada. Las cosas no habían ido bien en su relación postal, y sinceramente prefería no ahondar en ello.

Sin embargo, la mención a padre hizo que tanto la mirada como su atención se centraran en Konrad.

-¿A qué te refieres?-preguntó. En cierto modo, estaba preocupado. Era evidente que aquello le pesaba a su hermano, ¿qué sería tan importante?

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18/06/2017, 23:53
(SA) Gheorghe Mykas.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

MEDIADOS DE LA TARDE. EXTERIOR DE LA CASA DE KENDRA.

Gheorghe se permitió sonreír levemente ante el ardor de su escudero. La juventud nos otorga mucha energía y confianza, pero a veces en exceso. A veces creemos saberlo todo, y actuamos de forma impulsiva, y no dudamos en señalar y condenar. Eso Gheorghe lo sabía bien.

-Nuestro deber es castigar el mal... Pero el mal no solo se castiga con las armas. Una actitud firme o serena, o una palabra amable o bienintencionada en el momento adecuado pueden ahorrar sangre y sufrimiento al mundo... Y bien saben los dioses que no nos vendría mal algo así. En cuanto a la justicia... Han recibido la humillación de ser derrotados, algunos unas cuantas contusiones, y el fracaso de no impedir enterrar al profesor. ¿Qué más quieres hacerles por haberse exaltado un poco?

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19/06/2017, 00:06
(CC) Gruñido.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Al atardecer, en la casa del Profesor Petros Lorrimor.

Gañancito despertó con las primeras luces, descansado como si hubiera dormido mucho tiempo. Había visto a Sascha en la cama con el Señor amable. A lo mejor le había estado haciendo cosas como le hacía a Velkan. Aunque el pequeño lo dudaba, ya que Velkan y Sascha hacían mucho ruido en esas ocasiones, y no había oído nada raro en toda la noche.

Pasó el resto del día cerca de Sascha, sólo alejándose de ella en las ocasiones que el amable anciano se ganaba su confianza enseñándole a su gato, o la vez que la niña - ¡Qué guapa era! - vino a ofrecerle algún caramelo más. Exploró un poco de la casa a última hora, cuando ya empezaba a coger algo de confianza.

El hombre amable dijo que quería ir al bosque de noche, cosa que a Gañancito le daba algo de miedo después del asunto de la noche anterior. Pero se dio cuenta que si ocurría algo el hombre podría arreglarlo de nuevo con la fuerza de sus palabras. Era una magia poderosa sin duda. El niño se sonrió cuando habló de buscar a Rakhan, pero no dijo nada, sabiendo que eso eran cosas de mayores, como cuando Sascha montaba a Velkan. Se dirigió a esta última.

- Gnarrrggg... Salir noche bosque, ¿sí Sascha? -

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19/06/2017, 18:29
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE. ESTABLOS DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO.

Me senté donde me indicó el semiorco. La verdad es que lo agradecí bastante pues había estado en pie desde que me bajé de carro, exceptuando el momento en el que había estado tirada en el suelo gracias a aquellos amables aldeanos.

El tosco masaje me relajó un poco. Era algo familiar entre todo aquel caos. Estaba a gusto entre mis dos hermanos a solas, con la única excepción de los animales. Aquella gente "civilizada" en grandes dosis me ponía de los nervios.

Después de que ambos varones se saludaran, miré a Velkan con simpatía y melancolía en los ojos.

- Me alegro de verte.

Le hubiera dicho muchas otras cosas, después de tanto tiempo. Por ejemplo, que me dolía no verle más a menudo. Que seguía sin gustarme que nuestros caminos se hubieran separado. Le habría pedido que se uniera a Konrad. Quizás otra mujer lo habría hecho, pero no yo.

- ¿Cómo te ha ido?

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19/06/2017, 20:14
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Al atardecer, en la casa del Profesor Petros Lorrimor.

Gran parte del día se fue en atender al niño, en observar cómo se adaptaba, y en saber si la noche anterior le había dejado alguna secuela. También busqué el mejor momento de darle la noticia sobre nuestro futuro, cosa que vi fácil cuando, al atardecer, Konrad propuso ir al bosque, y el semiorco pareció estar de acuerdo.

- Escucha, Gañancito. Sí, iremos al bosque. Vamos a la cabaña a recoger a Rhakan y algunas de nuestras cosas, porque nos iremos a vivir a casa de Konrad. Ahora él es nuestro líder. Nos ha salvado la vida, y es un hombre de familia noble y antigua. 

Y tocado por los Dioses. - Omití a propósito, sabiendo que con la referencia a su familia seguramente Gruñido sabría qué quería decir.

Deseé fervientemente que el niño no se enterase de que la forma de averiguar el don de Konrad había sido correr el peligro de que el hombre me matara, y mucho menos iba a saber explicarle por qué después de eso, había aceptado dormir con él, aunque por otra parte, Gruñido se había criado igual que yo, entendiendo que los dioses son peligrosos y crueles.

También temí que preguntara qué había pasado con la autoridad de Velkan y tener que explicarle que quizás no volvería, que posiblemente encontraría otra tribu.

Y otras mujeres.

- Estaremos más seguros con él. Pero antes, debo acabar lo que comencé anoche. Esta vez vosotros podéis estar atentos, así que no tengas miedo. Lo de anoche no volverá a ocurrir.

Un momento después, ya listos para salir, de nuevo hablo a Konrad.

- Nuestra cabaña está junto al Lago Lias. Tengo que pasar primero por allí.

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19/06/2017, 20:18
(CC) Velkan Matacambiantes.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE. ESTABLOS DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO.

Siguió a Sascha hacia el exterior sin hacer mucho ruido, no tenía nada que hablar allí dentro. Le agobiaba el estar tanto tiempo encerrado en aquellas paredes, estaba acostumbrado al aire libre de la montaña y las ciudades siempre lo incomodaban, más ahora que no estaba el Profesor con vida. 

Observó con atención como Gruñido terminaba con sus tareas y prestaba atención a su hermana Sascha, él se apoyó en la pared y se quedó en silencio con una suave media sonrisa debajo de su espeso bigote rubio. Intentó calcular el tiempo que llevaban los tres sin estar juntos, pero lo dejó de hacer con rapidez, no era demasiado bueno para los números y su memoria tampoco era la mejor del mundo. Sabía que hacía mucho tiempo, quizás demasiado y eso era lo único que importaba. Cuando terminaron, Velkan se acercó a ambos y saludó a Gruñido como a un hombre, se lo merecía. Ya no era el niño que habían tenido que cuidar, ahora era grande y fornido.

Ya eres todo un hombre por derecho propio Gruñido.

El tono de Velkan mostraba orgullo en sus palabras, palmeó el hombro de su hermano después de saludarle. Escuchó las palabras de Sascha y asintió.

Yo también me alegro de veros, ha pasado mucho tiempo.

Observó a ambos y retrocedió un par de pasos para tenerlos a la vista a los dos, sin tener que mover la cabeza de uno a otro cuando hablara con ellos.

Bien, supongo que bien.

Era complicado sintetizar todo lo que le había pasado en su vida desde su último encuentro y hacer un balance que se ajustara a la realidad, Velkan no había reflexionado lo suficiente como para ofrecer una respuesta justa y coherente por lo que optó por una contestación sencilla. Seguía vivo, así que estaba bien.

¿Y vosotros?

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19/06/2017, 20:54
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

AVANZADA LA TARDE. HABITACIÓN DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RAVENGRO ASIGNADA A GHEORGHE Y KONRAD.

Konrad no se quedó tranquilo hasta que Gheorghe volvió a enfundar el arma. No sabía cómo se iba a tomar el asunto. Muy pocas personas conocían lo que le pasaba a Konrad, la herencia que su difunto padre le había dejado. Muchos menos lo habían presenciado. Una cosa era saberlo y otra poder soportarlo. La muerte del Profesor Lorrimor había sido un acicate para contárselo a su hermano. Sabía de antemano que Gheorghe iría al funeral y se había preparado para este momento. Aún así tenía miedo. Miedo a un nuevo rechazo por parte de su hermanastro y miedo a su reacción. ¡A veces era tan intransigente! Pero había unas palabras que resonaban en su cabeza.

La familia son los pilares que aliviaran tu carga, Konrad. - La voz del anciano sonaba cansada, pero le resultaba tremendamente familiar, a pesar de no ponerle cara. ¿Era la del Profesor Lorrimor? No, no podía ser la de él, pues la reconocería al instante. El caso es que sabía que podía confiar en sus fieles sirvientes. Eran parte de su familia, sin duda. Pero para soportar la maldición que había heredado, sin volver a caer en el agujero de alcohol y drogas en el que se había sumergido, necesitaba más apoyos.

- Me refiero a la maldición de nuestra familia. - Sentenció, manteniendo fija su mirada en la de su hermano. - Verás... ejem, no es fácil confesarte esto para mí... Supongo que algo habrás escuchado sobre nuestro padre. Al final no era más un viejo caballero atormentado por pecados del pasado. Según los rumores, sus viles actos le habían acarreado una maldición familiar. Pues siento decirte que hay más verdad en esos chismes que la que me gustaría admitir. - Konrad se mantuvo unos segundos callado, reposando sus ideas y con el gesto serio. No parecía el alocado hermano que había sido en otras ocasiones, como si se hubiera quitado una careta cansado ya de interpretar ese papel de noble disoluto.

- Gheorghe, necesito tu ayuda. Tu apoyo para no sucumbir yo también a esa maldición, que he heredado inevitablemente, y ha amargado, hasta ahora, mi existencia.

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20/06/2017, 00:25
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

MEDIADOS DE LA TARDE. EXTERIOR DE LA CASA DE KENDRA.

Niego con la cabeza a su pregunta final antes de contestarle:

 - "No quiero hacerles nada más, pero tampoco querría hacerles menos de lo que hice. Corrí a golpear al viejo no porque considerase que el combate debía seguir, sino porque permitir que el cerebro del ataque huyese sin haber recibido un castigo, le haría creer que esa clase de acciones no tienen consecuencias y eso no es así. Que se hubiese ido de ahí indemne no habría sido justo."

Le hago entender que no es más que lo hecho lo que buscaba. No tenía más intención que la de darle su merecido y no fue más que eso lo que hice. No había odio en mí, solo la necesidad de justicia.

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20/06/2017, 20:06
(CC) Konrad Mykephoros.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Al atardecer, en la casa del Profesor Petros Lorrimor.

Líder...- Konrad no quiso intervenir en aquel momento. Cuando ya fueran pasando los días hablaría otra vez con Sascha y también con Gruñido. Konrad, a pesar de lo que viera la salvaje en él, no se consideraba un líder. Ni siquiera había sabido ser un buen primogénito, guiando a su familia al éxito, como para hacerlo con otros. Preferiría que se dirigieran a él como Señor, como habían hecho todos los empleados al servicio de su familia.

- Nos vendrá bien tomar algo del aire fresco de la noche.- Sería estupendo que Gruñido creciera a su servicio para sustituir a Richmond. Los semiorcos eran cotizados cocheros porque permitían a los nobles viajar cómodamente de noche mientras dormían por el camino.- Vayamos al lago, pues. Le pediré al profesor Lorrimor que nos permita llevarnos algo de comida. ¿Es bonito ese lago?- La idea de un tentempié en la orilla del lago con el manto de estrellas reflejado en sus calmas aguas era una idea atrayente.- Está allí Rahkan, en esa cabaña, digo.- Se frotaba las manos con la idea de llegar a hacerse con un tercer sirviente.

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21/06/2017, 10:40
(SA) Gheorghe Mykas.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

AVANZADA LA TARDE. HABITACIÓN DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RAVENGRO ASIGNADA A GHEORGHE Y KONRAD.

Gheorghe siguió escuchando, algo frustrado por no saber aún de qué se trataba exactamente, aunque poco a poco su hermano parecía ir hablando. La maldición familiar... Algo había escuchado sobre ella, aunque muchas veces le parecía poco más que un cuento para justificar la decadencia y dejadez de su padre primero, y su hermano después. Sin embargo, mientras Konrad hablaba, hubo un cambio en él. En cierto modo, ya no parecía el mismo. Ni su tono ni su actitud, y realmente había preocupación en él. 

-He oído algo de la maldición, aunque no sé en qué consiste, y parecía un cuento... Pero lo que estoy viendo, aquí y ahora, me inclina a pensar que es cierta. ¿Qué ocurre, Konrad? ¿En qué puedo ayudarte?

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21/06/2017, 10:47
(SA) Gheorghe Mykas.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

MEDIADOS DE LA TARDE. EXTERIOR DE LA CASA DE KENDRA.

-Creo que has dado con parte del problema: estaba huyendo-concluyó con calma Gheorghe-no es digno de siervos del bien y la justicia no dar cuartel a sus enemigos en esas circunstancias, al menos en casos como este, en los que no hablamos de grandes males como diablos o similar. La lección había sido aprendida con la derrota, y a veces un golpe de más puede empeorar las cosas antes que mejorarlas. 

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21/06/2017, 19:26
(CC) Konrad Mykephoros.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

AVANZADA LA TARDE. HABITACIÓN DE LA CASA DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RAVENGRO ASIGNADA A GHEORGHE Y KONRAD.

- Verás...- Volvió a tomar la palabra visiblemente incómodo, como si se hubiera puesto una camisa demasiado apretada al cuello y le costase tragar.- Mi vida consiste en una lucha continua y sin cuartel. Una pelea por contener algo que llevo en mi interior, una bestia amante del caos y la destrucción. Durante años la he adormecido a base de opio y alcohol pero el Profesor Lorrimor , junto con otros,- Se refería a Sascha, a Gruñido, y a aquel anciano sabio, sacerdote de Pharasma, del que no recordaba ni el nombre.-me abrieron los ojos. Quizá no era la mejor manera de hacerlo pero era la única que funcionaba. ¿Entiendes? Para muchos soy un monstruo, hermano, y ni siquiera conocen mi verdadero yo. Porque forma una parte indivisible de mi ser y, a veces, siento que de verdad somos lo mismo pero con otra forma. Cuando la bestia se apodera de mi cuerpo, ni siquiera soy consciente de lo que me rodea. A veces lo que la despierta es un deseo irrefrenable por algo, o sufrir una experiencia cercana a la muerte. Otras, una simple caída genera una reacción en cadena tan fuerte que soy incapaz de contenerla. Y entonces, sucede.  Me transformo en una Bestia y, cuando eso pasa, es mejor que no haya nadie cerca, hermano. Estoy aprendiendo a controlarla, a luchar contra su voluntad para imponer la mía propia, pero aún me cuesta. Por eso te pido ayuda. Si algo pasase en estos días....Mira ayer mismo. Cuando los aldeanos nos atacaron, dí gracias a que Gruñido se interpuso en su camino pues, si me hubieran golpeado a mí, no sé que podría haber pasado.

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21/06/2017, 19:35
(CC) Gruñido.

EQUINOCCIO DE PRIMAVERA DEL AÑO 4702.

DÍA 13 DEL MES DE FARASTO.

Al atardecer, en la casa del Profesor Petros Lorrimor.

El pequeño semiorco asiente serio a las explicaciones de su hermana de clan. No sabe porqué es tan importante para Sascha el terminar ese ritual, pero ya intentó entenderlo una vez sin conseguirlo. No le iba a pedir más explicaciones. Es probable que no tuviera la edad suficiente para ello, después de todo era pequeño.

También le dice que el hombre de la voz es el líder ahora, cosa que Gañancito sí puede entender. En él hay fuerza, y ellos respetan eso en un hombre. Antes Velkan tenía ese papel, pero con él lejos sería buena cosa tener un líder a quien servir.

Mira alternativamente a Sascha y al hombre, y resopla decidido. Era un Gorra Roja y no conocía el miedo mientras tuviera a sus hermanos y a su líder de clan al lado. Sascha quiere tener a Rahkan a su lado para evitar que algo como lo de la otra noche pudiera pasar. Con ella a mano no se hubieran atrevido a ponerles una mano encima los gusanos cobardes que cultivaban la tierra.

- Grrriiiiwwwllll... Hombre fuerte líder, Sascha decir verdad. Gañancito ver bien de noche y guía, ¿sí? -

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21/06/2017, 21:05
(CC) Gruñido.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE. ESTABLOS DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO.

Gruñido asiente balbuceando mientras reparte algo de baba a diestro y siniestro, con sus grandes colmillos asomando entre los labios. Recordaba la garra de Velkan más fuerte, pero quizás era el semiorco el que había crecido y la comparación ahora tenía un cariz diferente.

Estaba muy alegre de tener a Velkan al lado de nuevo, el clan se había reunido después de tantos años. Pero quizás también albergaba un cierto resentimiento latente, que culpaba a Velkan por no haber estado cuando casi fueron quemados vivos por aquella turba. Pero también gracias a eso había conocido al Amo y su vida había cambiado radicalmente.

- Estar bien hermano. Mucha pena dentro por el buen Profesor. Tratar bien a Gruñido, ¡enseñarme muchas cosas! Y tratar como persona. Haber venido a despedirle con el Amo, como tú... ¿Cómo conocer tú al Profesor, Velkan? -

Gruñido se preguntaba a qué habría dedicado su hermano mayor todo este tiempo, y porqué le había decidido pasar casi todo su tiempo lejos del clan.

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21/06/2017, 21:49
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 3 DE ABADIO.

A MEDIA TARDE. ESTABLOS DE LA FAMILIA LORRIMOR EN RANVEGRO.

Asentía despacio y seria a la conversación que tenían mis hermanos, con una postura aún sentada mirando al suelo casi todo el tiempo. Recordar aquel reencuentro inesperado en el que vi que me había equivocado con lo de la tribu y las mujeres y Velkan había estado solo, encontrando entonces al Profesor y trabajando para él, me hacía sentir culpable.

Largos años pasaban y yo seguía sin atreverme a proponerle de forma abierta que se uniera a nosotros, viendo que él seguía su camino sin saber si volveríamos a verle.

- Sí, nosotros bien. Vivimos tranquilos y relativamente seguros con Konrad, aunque a veces echo de menos nuestra cabaña.

Después esperé a que el salvaje contestara a la pregunta del semiorco. Era cierto que nunca habíamos sabido cómo Velkan había encontrado al Profesor hacía casi diez años.