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Icewind Dale: Una Guerra Inicia

Parte I: Muelle de Targos

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22/12/2019, 23:26
Snorri Gurmersson

- Me parece buena idea, iremos a ver a los demás antes de acompañar al soldado.

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23/12/2019, 14:27
Lyanna Deleron

Amordil asintió ante mi propuesta de ir a ver a Lord Ulbrek, adelantándoseme en el pago de aquellas dos pintas, siendo yo la que asintió cuando hizo mención a que ya pagaría yo la siguiente ronda. Le había dicho que le invitaría, pero no era momento de discutir aquello. Ojalá nuestro mayor problema fuera quién pagaba una ronda.

Alcé una ceja cuando el tal Geoffrey me habló de aquella manera ante una pregunta que ni siquiera le había hecho a él. Al parecer era de ese tipo de gente que necesitaba machacar a los demás para sentirse superior, y aprovechaba hasta la más mínima oportunidad para ello, lo cuál terminaba siendo incluso ridículo.

Decidí ignorarle, al menos por el momento, y tomé una de aquellas pintas mientras escuchaba a la llamada Pike; quien sí quiso responder a mi pregunta. Pero no fue eso todo lo que dijo. Amordil había llamado la atención de la mujer, y aunque su supuesto líder no parecía quererlo en el grupo, ella sí; proponiéndole que me dejara para unirse a ellos.

La jarra no llegó a tocar mis labios, deteniéndome ante la propuesta lanzada por la mujer, mirando de reojo al semielfo antes de posar la jarra y girarme enteramente hacia él. Amordil se quedó mirándome, y yo a él, dibujándose una pequeña arruga en mi entrecejo mientras aguardaba su respuesta. Me preocupaba lo que pediera decidir.

Finalmente, Amordil tomó su decisión, y yo respiré aliviada. Decidió no unirse a aquel grupo para que ello no perjudicara su nombre, pero no tardó en añadir algo más. Si la propuesta se extendía a ambos, Amordil estaba dispuesto a aceptar, pero aun así no parecía creer probable que esta pudiera llevarse a cabo; pues Geoffrey no le quería en el grupo.

¿Me uniría a aquella gente junto a Amordil si me lo proponían? La verdad era que no lo sabía, pero tampoco creía tener que ir a decidir algo así. Aunque Geoffrey aceptara finalmente a Amordil en el grupo, tanto él como la mujer habían dejado claro lo poco que les agradaba yo.

Dedicaría media sonrisa el semielfo cuando nuestras miradas se cruzaran, y me dispuse a tomar nuevamente aquella jarra. Me di la vuelta y me apoyé en la barra, dando un sorbo de cerveza, mientras escuchaba a Amordil hablar sobre los demás compañeros de aquella gente y bromear al respecto. Fue entonces cuando vi entrar a uno de los “nuestros”, pero en lugar de acercarse a la barra, se detuvo a charlar con aquel hombre que nos había saludado cuando habíamos entrado.

Di un trago más a la bebida y me giré hacia Amordil, acercándome a su picuda oreja para susurrarle algo.

- Ronud está aquí, hablando con aquel tipo que mercadeaba cerca de la entrada. - le informé, antes de separarme de  su oreja y alzar mi jarra hacia él y los presentes, volviendo a echar un nuevo trago.

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27/12/2019, 15:37
Guthewulfe Henghelm

El barbaró soltó una carcajada. -Ciertamente, Ronud; ciertamente.- Dijo, siguiendo la mirada del semiorco hacia la barra, adivinando lo complicado que seguramente era tratar con descendientes de tan altanera raza. En sus ojos hubo la brillante chispa del comerciante, antes de hacerle una seña para que mirara por sobre la mesa los sacos, que fue abriendo uno por uno. -Tengo armas y armaduras en muy buen estado, algunas traidas de tierras orientales.- Dijo, mostrando efectivamente una variada colección de espadas, dagas, bastones, también municiones como flechas y virotes. Ronud pudo ver entre ellas una espada de hoja ancha, pesada, y un hacha cuya manufactura le era familiar. Las armaduras eran de distintos materiales, para grandes y pequeños. El último saco lo abrió con mucho cuidado. De allí sacó una caja pequeña que al abrirla mostraba varios compartimientos para botellas pequeñas. Sólo quedaban cuatro botellas llenas de un líquido color rojo brillante. Puso la caja en la mesa, y volvió a inclinarse para sacar esta vez una botella más grande con un líquido oscuro y espeso. El sonido al remover en el saco daba a entender que tenía más botellas como esa última allí dentro. -Esto, hermano, es Braegh. Receta propia. No encontrarás bebida más fuerte que ésta en todo Icewind Dale.-

Mientras dejaba que Ronud examinara con detenimiento los artículos, recorrió la forma del lobo en su amuleto con el pulgar. -¿Esto? No, hermano. Es un amuleto de protección, me fue entregado por mi tribu cuando decidí salir a recorrer las tierras como comerciante.- El hombre pareció jugar con cierta idea en su cabeza, pero no agregó más.

Notas de juego

En resumen:

Guthewulfe tiene armas simples y marciales, además de algunas exóticas (una espada bastarda, un hacha orco, una red). Además puedes comprarle munición para armas a distancia (flechas, virotes, piedras)

Tiene además armaduras ligeras e intermedias.

Tiene en total cuatro pociones.

Tiene Braegh... Sea lo que sea.

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28/12/2019, 15:41
Blanchard Pike

Informado por Lyanna, Amordil pudo ver también al semiorco sentado en la mesa con el otro hombre que los había saludado al llegar. Éste último soltó una carcajada y miró hacia la barra donde se encontraban los mercenarios y ellos. Luego siguió hablando con Ronud, mostrándole el interior de unos sacos junto a la mesa.

La mujer se encogió de hombros a la respuesta del semielfo. -Dudo que haya otras oportunidades, cariño.- Dijo, devolviéndole el guiño. Ya iba a volver con su grupo al escuchar las preguntas. Pareció pensarse bien si seguir hablando con la pareja, por lo que tardó unos segundos en contestar. -Dos, si. Phaen se nos unió en Luskan, y se fue apenas desembarcamos diciendo que se estaría quedando en la ciudad. Koluhm no quiso quedarse a celebrar en la taberna, debe estar descansando en La Viuda Sollozante.-

-Deja de perder tiempo con esos dos.- Insistió de nuevo Geoffrey. Pike rodó los ojos. -Ya nos veremos.- Dijo a los dos semielfos, alzando la cerveza en su dirección, antes de volver junto a su grupo en su lado de la barra.

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28/12/2019, 16:08
Narradora

El soldado asintió vigorosamente. -Muchas gracias, de verdad. Os... Os espero aquí.- Dijo, al parecer un poco reacio a regresar al interior de la taberna. Izmael, Isadora y Snorri atravesaron el portal de la entrada. Al cruzar la puerta de la taberna, el cambio de ambiente resultó chocante.

El local no estaba lleno, pero había movimiento. Un tercio de las mesas estaban ocupadas, algunos parecían ser los clientes habituales del local, ya dormidos sobre las mesas o mirando perdidamente el interior de sus pintas. En una de las mesas cerca de la puerta los enanos y el humano pudieron ver a Ronud conversando con otro hombre de gran tamaño y aspecto algo salvaje, que le mostraba el contenido de unos sacos.

Por el lado de la barra, vieron a Lyanna y a Amordil, que bebían una pinta. En el momento que ellos entraban, una mujer con ropa de aventurera se alejaba de ellos para reunirse con otros dos hombres, uno de ellos con cara de malas pulgas, el otro era un sujeto grande con un gran hacha.

Notas de juego

Ya sea si van a hablar con uno o con otro, pueden agregar al resto de sus compañeros en los detinatarios.

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29/12/2019, 14:04
Ronud

Ronud observó los distintos objetos que portaba el comerciante, y alguno de ellos le llamó poderosamente la atención, en especial el hacha orca. Era sin duda un arma adecuada para él.

-Te la compro -le indicó, señalando al hacha orca. Luego, sus ojos se posaron de inmediato en las pociones de líquido rojizo y en la botella de líquido más oscuro y espeso-. Te compro también una de las pociones y el... Braegh o como se llame. Si un hermano dice que es la bebida más fuerte de todo Icewind Dale, le creo.

El semiorco sacó entonces alguno de los objetos que portaba encima y que había requisado de los cuerpos sin vida de los trasgos: la armadura de cuerdo que seguía utilizable, los dos pequeños escudos, la jabalina y el Morningstar. No creía que unas armas de manufactura tan típica costaran demasiado, pero esperaba poder cubrir con ella la compra del hacha orca.

-Se las conseguí a los trasgos que matamos al norte de aquí -le explicó al bárbaro-. No son gran cosa, pero, ¿cuánto me darías por todas ellas? -Arqueó una ceja al oír que el amuleto del lobo se trataba de un amuleto de protección. Sabía lo importante que solían ser objetos como ese para un bárbaro-. Es bonito. Supongo que no está en venta, ¿verdad? -Esbozó una sonrisa, dando a entender que esperaba que el hombretón no se tomara a mal su pregunta.

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29/12/2019, 16:59
Amordil

Una de mis cejas se alzó hasta sentir el cosquilleo de mi flequillo desordenado, cuando Lyanna me susurró. Mis ojos observaron en la dirección que me indicaba, tratando de recordar aquel nombre, Ronud. Ah, sí, el semiorco, cuya presencia me hizo esbozar una expresión entre el aburrimiento y el hastío.

Ah, sí... ¿Nos habrá visto? Igual te estás perdiendo una interesantísima conversación por mi culpa... -Comenté a la semielfa, habida cuenta de que, si nos hubiera visto y aún así hubiera decidido no acercarse, a buen seguro sería por mi culpa. No parecía que hubiera caído muy en gracia en aquel grupo, aunque realmente era el paladín quien más claramente lo había evidenciado.

Aún así, al menos la tal Pike ofrecía por el momento algo de palique, y sabía por experiencia que solía salir algún detalle jugoso dando palique a la gente adecuada. De modo que, mientras sus compañeros lo permitieran, aprovecharía el buen talante que la mujer me había mostrado hasta el momento.

Nunca se sabe, Pike, la vida da muchas vueltas. -Repliqué con humor- Hoy puede ser una oferta de oportunidad única, y mañana... ¿Quién sabe lo que nos depara el mañana?

Esa era, a mi modo de ver, la jugada más conveniente. Dejar puertas abiertas, no granjearse enemigos innecesarios, y dejar que el tiempo decidiera. El mañana podía ponernos a ambos lados de una misma contienda, debiendo batiremos al servicio de otros hombres; como rivales, compitiendo por obtener primero una recompensa; o como aliados a quien confiar nuestras espaldas. Al fin y al cabo, en eso consistía la vida del aventurero, la mayor parte del tiempo, en ser mercenarios al mejor postor.

Feliz celebración, Pike. -Me despedí de la mujer, alzando también mi jarra, cuando tuvo que retirarse por la insistencia de los suyos.

Lo cierto era que tenía la impresión de haber ganado yo aquella mano. Después de todo, ella tenía que pasar el rato con aquel idiota, y yo tenía a mi lado a Lyanna. Al menos, por el momento.

Tal vez ese Koluhm haya sido el más listo de todos. Debería seguir su ejemplo... -Bromeé volviéndome hacia Lyanna, queriendo conocer sus impresiones, tanto sobre el grupo de mercenarios como acerca de la presencia del semiórco. Pero, sobre todo, acerca de nuestro futuro más inmediato.

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30/12/2019, 16:22
Snorri Gurmersson

-Deberiamos buscar a enano ¿Estáis de acuerdo? Para ver qué hacemos con lo que sacamos del cofre.

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31/12/2019, 12:30
Lyanna Deleron

No supe si Amordil estaba siendo sarcástico con lo que me dijo tras saber que Ronud estaba allí, aunque si así hubiera sido, tampoco me hubiera parecido mal. Estaba claro que a aquella improvisada compañía que habíamos formado poco antes de desembarcar le faltaba mucho para ser un grupo en el que reinara la armonía.

Precisamente por eso no respondí al semielfo, pues mis pensamientos no podrían más que echar leña al fuego. ¿Que si nos había visto el semiogro? Tenía que habernos visto. Aquel lugar no era tan grande y la barra era fácil de ver. Habíamos quedado allí, lo lógico era que hubiera echado un vistazo general con el que nos habría detectado. Y si resultaba que no nos había visto, sería porque ni nos había buscado.

Me apoyé en la barra, mirando en dirección al semiogro y al hombre de la barba, terminándome la pinta mientras Amordil continuaba hablando con Pike. Me giré hacia estos nuevamente al oír hablar a Geoffrey, quien cada vez me caía peor.

- Hasta otra. - me despedí de la mujer tras el semielfo, posando mi jarra vacía en la barra.

Amordil no tardó en volverse hacia mi, bromeando sobre lo que había hecho el tal Koluhm.

- ¿Tu crees? Pasarse el día durmiendo tampoco es bueno para el negocio. - le dije con media sonrisa, separándome de la barra. - Deberíamos irnos de aquí si no queremos tener problemas, pero es donde hemos quedado con los demás. - miré brevemente a Ronud, antes de mirar nuevamente a Amordil. - Quizás debamos acordar un nuevo punto de encuentro. Podríamos subir a la ciudad, hablar con Lord Ulbrek e informar al resto en la Viuda Sollozante. - sugerí.

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04/01/2020, 16:14
Izmael

Al entrar en la posada, lo que vi me dejó perplejo. Acababa de haber un ataque al puerto y aquí había gente capaz de ayudar, que sin embargo se habían quedado bebiendo en vez de actuar. Vi que los semielfos estaban saciando la sed y habían terminado de hablar con una mujer que parecía otra aventurera. La seguí con la mirada y vi que se reunía con otro grupo. Ronud estaba hablando con un tipo asalvajado y mirando sus mercancías. Al hablar Snorri, le contesté con seriedad:

-"Sí, buscadle por la sala y si le véis, preguntadle. Voy a hablar con los otros para decirles si vienen a los puestos de vigilancia."

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04/01/2020, 18:16
Izmael

Me acerqué a los semielfos, que estaban tomando una pinta en la barra, sin dejar de mirar alrededor. Quería tomar nota de los sujetos que había en este lugar.

-"Hola, ya hemos regresado. Espero no cortar ninguna conversación privada... Conseguimos los objetos que había en el cofre de ese enano ¿Sabéis dónde está? Snorri quiere preguntarle unas cosas. Por cierto, nos hemos encontrado al soldado al que ayudamos, quiere que le acompañemos a los puestos de guardia. Nos va a presentar a su superior, para darnos las gracias. Está afuera, le hemos dicho que espere un momento, para poder hablar nosotros primero. ¿Váis a venir? ¿Por qué estáis separados de Ronud? Snorri, Isadora, ¿podéis ir alguno a avisarle por favor?"

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05/01/2020, 12:01
Amordil

La réplica de Lyanna me hizo enarcar una ceja no sin cierta ironía. Sus palabras eran acertadas a medias, como la saeta que acierta al enemigo pero sólo superficialmente, sin causar un daño capaz de detener su avance.

Tampoco el cansancio, y me temo que éste agota mis capacidades mágicas. Nadie contrata a un hechicero cansado y con sus capacidades mermadas.

No obstante, mi gesto se agrió ante las propuestas de Lyanna. No porque no me parecieran correctas, que lo eran. Dejar la taberna donde parecía haber hostilidad de más hacia nosotros, al menos por parte del amigo de Pike, y acordar otro punto de encuentro con los demás. Era ese "los demás" lo que me arrebataba la alegría. Ese "los demás" incluía al semiorco que había entrado en la taberna y en lugar de acudir con nosotros se había sentado a departir con un desconocido. Ese "los demás" incluía al clérigo que me había retirado la palabra a saber con qué excusa. Ese "los demás" representaba un grupo del que no me sentía parte.

Claro que ¿cuándo me había sentido yo parte de ningún grupo?

Mis ojos se pusieron en blanco al por a mi espalda la voz, precisamente, del clérigo. De hecho, en un principio no le hice mucho caso, puesto que asumí que sólo venía a hablar con Lyanna, e incluso me planteé si no le propondría irse juntos y dejarme allí, ignorando mi presencia, y lo que podría hacer yo si se daba el caso. No es que estar sólo fuera algo nuevo para mí, y desde luego mucho tenían que cambiar las cosas para ir me replantease mi negativa a Pike.

No obstante, terminé girándome lleno de extrañeza, al oír al clérigo preguntar por el enano. ¿Ahora me hablaba? Y no estaba sólo, sino que le acompañaban "nuestros" dos enanos.

Por lo que dijo, pensaba quedarse protegiendo su barco. -Le respondí con escasa convicción- Supongo que no debería estar muy lejos de donde nos encontramos con él. ¿Te encuentras mejor, Isadora? -Pregunté por cortesía a la enana, esperando que lo encontrado en casa de aquel tipo le hubiera servido para un pronto restablecimiento.

Di un nuevo trago de mi pinta, sin entender a qué venían aquellos cambios de actitud por parte del humano. Sin embargo, en seguida perdí el interés en ese asunto, pues las nuevas que traía suponían una posibilidad de negocio. El soldadito quería presentarnos a su superior, para recibir un agradecimiento, su que aquello me sonaba más a oportunidad de oferta de trabajo. De modo que tenía la opción barajada por Lyanna de ir directamente a ver a Lord Ulbrek, o la de ir a ver a ese oficial. O ambas. En cualquier caso, no dije nada al respecto, aún planteándome si realmente pintaba algo acompañando a aquel variopinto grupo, y percatándome del paralelismo y mala fortuna de mis dos ofertas de trabajo grupal. En el grupo de Pike sólo ella parecía querer tenerme entre sus filas, y en aquel amago de compañía... tan sólo Lyanna parecía realmente interesada.

En un mundo ideal, formaría grupo con ambas, pero el mundo distaba mucho de ser ideal y lo mismo terminaba totalmente sólo.

Ha llegado después que nosotros y ha optado por otra compañía. -Resumí acerca del semiorco, quien no se había molestado ni en saludar a su llegada, aunque no me molesté en hacer ninguna apreciación al respecto. Me limité a encogerme de hombros, después de todo para gustos estaban los colores. En cambio, di un trago a mi pinta y me quedé pensativo, meditando si realmente tenía otra opción aparte de ir con ellos, como seguramente querría hacer Lyanna.

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05/01/2020, 13:32
Isadora Darkbeard

-Mejor, sí gracias. ¿Y tu? Estoy segura que una de estas pintas revitalizan cuerpo y mente -dijo Isadora sonriendo. El cuervo graznó y batió las alas.

-Le caes bien a Hårga, felicidades. Normalmente lo único que desea es arrancar ojos y beberse sus fluidos.

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06/01/2020, 16:17
Amordil

Sonreí sinceramente ante la confirmación de Isadora de que se encontraba completamente restablecida, apurando la pinta finalmente y suspirando al terminarla.

Realmente, las pintas no están nada mal, pero yo lo que necesito ahora, creo, es un buen descanso. -Indiqué a la enana, dedicando a Lyanna una mirada de soslayo, pues habíamos estado hablando de ese tema recientemente- Me alegra caerle bien a tu amigo, je, no es algo que acostumbre. -Repliqué con ciertas dosis de ironía, estirándome- En fin... creo que subiré hasta la Viuda Sollozante a descansar como es debido, y luego... no se, me buscaré la vida por ahí. Siempre hay buenas oportunidades para alguien con mis capacidades en una ciudad como ésta, algo que recientemente ha quedado constatado. -Expuse guiñando un ojo a Lyanna, testigo de cómo acababa de recibir una oferta de trabajo hacía tan poco, el cual había rechazado por su falta de cortesía únicamente. Lo cierto es que estaba convencido de poder buscarme la vida en una ciudad llena de conflictos como aquella, como había hecho toda mi vida, y para ello no precisaba adherirme a un grupo como aquel, tan descoordinado, anárquico y falto de profesionalidad- Rubita, ha sido un placer, pero me temo que nuestros caminos se separan aquí. Buscaré fortuna con otras compañías, pero si la suerte nos sonríe puede que coincidamos más adelante. Y tú, Isadora... -Medité unos instantes qué decir, exactamente, a aquella loca enana. No contaba con mi confianza en sus posibilidades, dado su actuar, pero sí con mi simpatía- ...no te metas en líos, ¿eh? -Le pedí palmeando su hombro, al tiempo que le guiñaba un ojo, dispuesto a alejarme.

Sin embargo, también hice un gesto de despedida a Snorri, el otro enano, por el que no sentía especial simpatía ni antipatía. Fue un gesto fugaz, silencioso, como silenciosa fue mi partida hacia la puerta, surgiendo al exterior y perdiéndome en la fría noche, dispuesto a adentrarme en las calles de la ciudad, y buscarme la vida en solitario como siempre había hecho.

Notas de juego

Y con ésto, me despido. Mucha suerte ;)

P.D.: Isadora... ¡los destinatarios! XDD

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06/01/2020, 16:38
Guthewulfe Henghelm

Los enanos y el humano se reunieron con los semielfos en la barra, donde resumieron en pocas palabras lo que habían encontrado en la casa de Jorun. Luego de meditarlo con su cerveza, Amordil decidió continuar el camino por su cuenta, y despidiéndose de quienes habían sido sus compañeros de viaje en el Pícara Mozuela, dejó la taberna para dirigirse a la ciudad.

Desde la barra, los aventureros vieron a Ronud que conversaba con el mercader de aspecto fiero. Guthewulfe le mostraba la mercancía en sus sacos: armas y armaduras de buena calidad; sobre la mesa puso también una caja donde habían cuatro botellitas pequeñas, y una botella más grande. El semiorco se interesó por un arma de manufactura orca, una de las botellitas pequeñas, y la botella grande. -El hacha serían 60 piezas de oro. Por la poción, 50. El Braegh lo vendo en 180... Pero puedo dejártelo en 140. Serían 250 por todo.- Dijo.

Ronud puso entonces en la mesa los objetos que había tomado de la primera pelea con los trasgos. Una javalina, una morningstar, dos armaduras de cuero (una de ellas muy dañada), dos escudos de madera, y un colgante con camafeo. Guthewulfe examinó los objetos. -Te puedo dar 6 piezas de oro por las armaduras, 3 por los escudos, 4 por la morningstar, y 5 piezas de plata por javalina.- Revisó el camafeo con interés. -Hum, por esto te puedo dar 7 piezas de oro y 5 de plata. En total, 21 piezas de oro.-

El mercader sonrió mucho más ampliamente al la última pregunta del semiorco. -No, no está a la venta... Sin embargo...- Tamborileó sus dedos en la botella grande. -Podrías intentar ganarlo. ¿Que dices? Una competencia de Braegh, y si ganas, es tuyo.-

Notas de juego

Ya pueden agregar a todos en sus destinatarios.

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06/01/2020, 21:07
Snorri Gurmersson

Hago una pausa en la búsqueda del enano para despedirme de Armordil

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07/01/2020, 00:58
Izmael

El semielfo se despidió de casi todos y salió al exterior de la posada, perdiéndose en la fría noche. Dejé a los demás en la barra y me dirigí a donde se encontraba Ronud; mirando, mientras me acercaba, qué tipo de mercader era ese gran humano de los sacos. Según llegué oí de lo que hablaban. Le dí un pequeño apretón en el robusto hombro al semiorco.

-"Perdona Ronud, cuando termines con este hombre tenemos que hablar de una cosa. Te esperamos en la barra."

Volví con los demás, para debatir si iríamos todos con el soldado. Una bebida no me vendría nada mal después de lo acontecido.

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07/01/2020, 11:58
Ronud

Ronud observó que Amordil, el semielfo, se retiraba despidiéndose de todos ellos. No supo a dónde se dirigía el semielfo después de haber hablado con el trío de rufianes, pero tampoco le dio demasiada importancia, pues en aquellos instantes el semiorco estaba centrado en escuchar lo que le decía Guthewulfe.

Sintió que Izmael le daba un apretón en el hombro para luego indicarle que tenían un asunto del que hablar. Tenía cierto aprecio por el clérigo después de haber visto cómo había ido directo a ayudar a la anciana Kerdos sin dudarlo, por lo que asintió a sus palabras y añadió:

-Un momento. Termino estos asuntos y voy con vosotros.

El semiorco escuchó los precios que le ofrecía Guthewulfe. No tenía tanto dinero encima, por lo que tendría que escoger qué comprar y vender los objetos que ya había encontrado.

-No llevo tantas monedas, pero te vendo las armaduras, los escudos, la morningstar, la jabalina y el camafeo. Con eso tendría suficiente para comprar el hacha -indicó Ronud, observando el arma de manufactura orca. Colocó sobre la mesa cuarenta monedas de oro que servirían para alcanzar la cifra que necesitaba, sumado a las veintiuna monedas de la venta-. Sobre el amuleto... Me interesaría ganártelo, sí. Vamos. Hagamos esa competencia de Braegh.

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08/01/2020, 11:03
Lyanna Deleron

Las palabras de Amordil sobre el cansancio hicieron que incluyera una modificación en mi propuesta, comentándole la posibilidad de descansar cuando subiéramos, antes de hablar con Lord Ulbrek; después de todo, el semielfo parecía saber mucho más de aquellas cuestiones que yo, quien había comenzado hace relativamente poco a buscarme la vida de aquella manera.

Fue tras ello cuando me di cuenta de que Izmael se encontraba tras Amordil, pronunciándose el clérigo acto seguido y pudiendo apreciar la reacción del hechicero ante ello. Comenzaba a sospechar que el gesto agrio en su rostro no se debía a haber excluido el descaso del propuesto plan en un primer momento.

Tras saludarnos, a lo cual respondí con un gesto de mi mano, Izamel nos puso al día y nos hizo una serie de preguntas; a las cuales respondió Amordil a excepción de una: si iríamos con ellos. La pregunta en sí no me gustó, no porque supusiera ofensa alguna, después de todo; no sería la primera vez que alguien se separaba del grupo sin una planificación conjunta en muy poco tiempo. Se trataba más bien de que era una especie de muestra de que no estábamos logrando trabajar adecuadamente en equipo. Parecíamos tener objetivos y visiones del mundo muy distintas, y eso no ayudaba a caminar por un sendero común.

Mientras Amordil charlaba con Isadora, yo pensaba en la respuesta a aquella cuestión. ¿Iríamos con ellos? ¿O sería mejor seguir el plan que le había propuesto a Amordil y reunirnos más tarde? Pero entonces, el semielfo salió por otro lado, dejándome helada. De manera repentina, y con su acostumbrada actitud amigable hacia mí, ponía fin a su tiempo con nosotros. Tan solo acerté a sonreír con cierta amargura cuando habló de quizás nos encontrásemos más adelante si la suerte nos sonreía. Quería decir algo, pero no pude, tendiéndole mi mano a modo de despedida; y viendo descorazonada cómo salía de la posada cuando terminó de despedirse.

¿Encontraría Amordil otra compañía con la que trabajar? ¿Una en condiciones? Porque si todo en aquel lugar eran grupos de mercenarios como el de Pike... No me gustaba la idea de que el semielfo tuviera que asociarse a gente como ese patán de Geoffrey, ni la de que tuviera que estar deambulando solo por ahí, aunque probablemente había hecho eso durante mucho tiempo.

Alterné mi mirada entre el resto del grupo y aquella puerta, una sola vez, y es que una vez superada la sorpresa inicial; no tardé en determinar qué era lo que debía hacer, lo que quería hacer. Habiendo ya vuelto varios a atender los asuntos que creyeron convenientes, Isadora era la única que quedaba a mi lado, y algo me decía que probablemente la única que echaría de menos al semielfo.

- No puedo dejar que se vaya solo, me necesita más que vosotros. - le dije a la enana, apretando su hombro ligeramente, mientras afloraba en mi mente la idea de que quizás también yo necesitaba al semielfo. - Despídeme del resto, por favor. Y tened cuidado. - le pedí a la maga con una tenue sonrisa.

Tras aquella despedida, me alejé con rapidez hacia la salida de la taberna, terminando por salir por aquella puerta casi a la carrera, dispuesta a dar alcance al hechicero.

- Hay quien dice que somos nosotros mismos quienes nos granjeamos nuestra propia suerte. - le diría a Amordil al darle alcance, dedicándole una sonrisa.

Notas de juego

Yo también me despido. Disfrutad de la partida.

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08/01/2020, 18:57
Izmael

La semielfa tomó el mismo camino que su compañero. Lo último que vi de ella fue su cabello rubio ondear por el aire, cuando abrió la puerta y salió en pos del hechicero.

En la barra, junto a los dos enanos, esperé a que viniera Ronud. Le habíamos dicho al soldado que esperara un momento para avisar a nuestros compañeros de que habíamos regresado, pero algunos decidieron ir por otro camino.

-"Snorri, Isadora, ¿pedimos una cerveza hasta que venga Ronud? Parece que se va a entretener un ratillo. En cuanto le comentemos lo de ir con el soldado, habrá que decidir qué hacer. El chico está afuera esperando."