Partida Rol por web

- Pues adelante, una emboscada. - respondo decidida. 

El plan me parece bien, sólo es cuestión de iniciarlo así podíamos sacar a esos trasgos de su escondite. Es necesario hacer que salgan, así el ataque es más efectivo. 

-Podría intentarlo- Mire a Tinuviel fijamente, la idea de ser la carnada para que los bichos esos me siguieran no me resultaba incomoda.

Observar al nuevo me produjo la misma sensación de curiosidad que cuando conocí a mi compañera, y aun mas la relación que tenia con la negra ave, sin duda mis ojos aun debían conocer mas, me sentía contenta por las experiencias que este viaje me atraía.

Mientras mis compañeros comenzaron a retroceder, di unos pasos mas adelantes lanzado piedras para captar la atención de los trasgos y esperar el momento oportuno para correr hacia mis compañeros y que la emboscada que preparaban funcionase.

Aun que claro, también existía la posibilidad de que algo saliera mal...o muy mal.

Me sitúo a un lado del túnel, esperando para caer cuerpo a cuerpo sobre los trasgos. Le hago señas a Ronud para que ocupe el otro lado.

Aunque soy consciente de que me verán en la oscuridad.

Busco un lugar donde esconderme y tener un buen punto para atacar... 

- Inténtalo. 

Los aventureros se desperdigaron a través del túnel para la emboscada. Sólo Viera permaneció en el centro, dispuesta a ser el señuelo para que el ataque de sus compañeros hiciera efecto. Pronto vieron a los enemigos que se acercaban, media docena de trasgos, cuatro de ellos blandiendo sus morningstars, y dos más atrás tensando sus arcos. En el centro de ellos, con una sonrisa perversa, una que Viera y Luthien podían aún recordar, se encontraba el trasgo que había acabado con la vida de su compañero.

La atención de los trasgos pasó un instante en el suelo donde brillaban varias monedas*, antes de fijarse primero en Vera, y luego en Six y Snorri, quienes al intentar esconderse habían quedado aún en su rango de visión. Por otro lado, Izmael, Ronud, y Luthien habían encontrado escondites más efectivos, la elfa incluso parecía haberse mezclado con la piedra y las sombras, siendo muy difícil de percibir.

Izmael sacó su ballesta y apuntó al trasgo más cercano que vio. -¡Por Tyr!- Exclamó. El virote alcanzó al trasgo, clavándose en una de sus orejas, aunque parecía que no le había hecho demasiado daño.

Una vez más sus pasos fueron infructuosos, quedando parcialmente expuesto ante la mirada de todos esos seres. Al menos logró dejar una buena cantidad de monedas, pero estando él en medio y la otra joven, seguramente esos seres preferirían atacarles y luego buscar el oro.

-Vamos maldito- murmuró pasando sus dedos por un cráneo humano que mantenía oculto bajo su ropa, firmemente aferrado al cinturón. Sin perder de vista al grupo de trasgos, movió su mano y comenzó a entonar un corto cantico. Su objetivo fue el centro, donde estaba el trasgo más grande y que supuso seria el jefe. Quizás no lograra dormirle a él, pero si a buena parte de su prole. Solo esperaba que atacaran luego a los despiertos, pues los dormidos despertarían fácilmente si algo puntiagudo penetraba sus carnes.

Si tenía suerte, los arqueros se dormirían primero, pero el hechizo era, como la magia que le daba forma, impredecible. Como fuera, la muerte no era algo que temiera o le importara en gran medida. La Muerte era una gran conocida.

-Veamos de que pasta estás hecho, criatura apestosa.

Me lanzo contra el trasgo más grande, que sin duda es el líder, con la intención de hacerle morder el polvo con un tajo descendente.

Habían localizado al grupo de trasgos que habían huido hacia las minas, incluido al que parecía ser el jefe trasgo que había matado al compañero de Lüthien y Viera. Eran tan solo siete, por lo que Ronud estaba confiado de que podrían hacerles frente si comenzaban a reducir su número sirviéndose de las habilidades que disponían.

El semiorco dejó escapar un claro rugido y, viendo que Snorri se lanzaba para atacar al jefe trasgo, decidió escoger otro adversario. Hacha en mano, Ronud descargó su arma sobre la cabeza de uno de los trasgos armados con morningstar que se encontraban más próximos a su posición.

Ronud se lanzó al ataque hacia el trasgo más cercano, aprovechando los últimos minutos de su fuerza aumentada mientras el efecto del Baergh comenzaba a dejarlo. Su nueva hacha cortó en dos a la criatura, dispersando sangre y sesos sobre el suelo de la mina. Six realizó su movimiento con rapidez, invocando palabras arcanas que conocía muy bien y moldeándolas usando de foco el cráneo escondido entre sus ropajes. El primero en caer dormido fue el trasgo que avanzaba junto al que parecía el líder, quedando dormido al instante. Pudieron ver entonces como el sargento de los trasgos se tambaleaba un momento, luchando contra el hechizo, pero finalmente sucumbió también.

Snorri tendría que pasar por encima de otro de los trasgos si quería llegar al más grande, por lo que descargó su fuerza contra el más cercano a él, el cual terminó pintando el suelo de la mina al igual que su compañero.

Todo está preparado y logro esconderme en un sitio que me convierte en una sombra más. Pero algo sucede, no logro tensar bien el arco y claramente la flecha sale mal. Así que furiosa, vuelvo a sacar otra flecha para tensar y mantener la mirada en el objetivo. 

El elfo había creado una buena ventaja y siento que no la estoy aprovechando en absoluto. Así que intento inhalar profundo, cerrar mis ojos y encontrar ese punto donde el arco es la extensión de mi cuerpo, donde solo somos uno y así cuando sea oportuno volver a disparar. 

Espero... Sin más inconvenientes. 

El plan estaba en marcha, presta al enfrentamiento pero confiada de que todo saldría bien, finalmente tenia el apoyo de sus compañeros, si algo tenia de bueno Viera era que no se achicaba ante las dificultades y con la frente en alto enfrentaba lo que viniera por delante, aunque aquello fuera un grupo de trasgos mas uno mas grandote de lo normal, pues nada, a darle con todo.

Cogió en su mano el estoque con la convicción de que las fortunas estarían de su lado esta vez y no como la anterior donde parecía que danzaba con el aire en vez de herir a los trasgos a su alrededor, pero al parecer no seria así y las fortunas o dios estaban muy molestos con ella o simplemente la muerte le asechaba mas de lo acostumbrado, pues nada de lo que tenia planeado parecía resultarle a la picara.

Maldijo su suerte pero la enfrentaría con la vista en algo y el pecho hinchado de orgullo, si la muerte la quería, le daría pelea a la muy maldita.

El ataque de los aventureros resultó con dos trasgos muertos, y el que parecía el líder durmiendo profundamente junto a otra de las criaturas. La flecha de Luthien había pasado muy alto sin llegar a alcanzar al enemigo. Viera intentó aprovechar aquella pequeña distracción para pasar por encima de los durmientes y llegar contra uno de los trasgos que estaba rezagado tensando un arco. Sin embargo enredó el pie con las piernas del trasgo caído, y aunque no se cayó, no pudo llegar con el empuje que esperaba contra su objetivo, quedando la punta del estoque a unos centímetros del pecho de la criatura.

El trasgo retrocedió un paso* e hizo un disparo elevado en dirección a Snorri, pero la flecha cayó junto al enano sin tocarlo. El otro trasgo disparó hacia el semiorco, fallando por muy poco. Soltó entonces el arco** y y se preparó para enfrentarse a la pícara. El trasgo más cercano a Snorri intentó golpearlo también, pero su arma sólo abolló levemente la armadura del enano.

Izmael colocó un nuevo virote en su ballesta, y apuntó al único trasgo que no se encontraba en cuerpo a cuerpo con ninguno de sus compañeros. Sin embargo el virote se incrustó en la pared de la mina sin tocar a nadie.

Ronud sonrió al ver que únicamente quedaban ya tres trasgos con vida. Se notaba que tener a Six en el grupo había sido de gran ayuda para ellos, pues en poco tiempo había demostrado poseer hechizos mucho más agresivos y útiles en combate que los que hiciera en su momento Isadora.

El semiorco no lo dudó y, aprovechando la clara desventaja numérica que ahora poseían los trasgos, se lanzó contra uno de los trasgos más próximos para hundirle su hacha en el pecho.

El más peligroso había caído presa de su hechizo, cayendo pesadamente al suelo junto a uno de sus súbditos. Aún quedaban muchos de pie, pero rápidamente despacharon un par más con fuertes golpes. Six calculó que podría dormir a los otros tres enemigos, pues la dama de negro quedó en una muy mala posición, rodeada de varios trasgos. Mas el enorme Ronund prácticamente partió a la mitad a otro enemigo.

-No gastemos hechizos mi amigo- le dijo al cráneo levantando su ballesta y apuntando al mismo trasgo que había intentado eliminar el paladín, moviéndose de tal manera de tener un disparo claro. Mas su puntería no fue la mejor, revotando el virote contra la roca-. Lo sé, lo sé, debí quedarme con lo que sé hacer.

El cuervo graznó como si se estuviera riendo de él, algo que no era del todo incorrecto, pues tenían una extraña relación. 

Ya más centrada, no lo dudo mientras mis compañeros intentan ofrecer una batalla digna contra el enemigo. No ha sido muy acertado el ataque anterior, pero siempre podemos recuperar fuerzas y dar el golpe necesario. Así que ya completamente fusionada con mi arma, cierro los ojos un instante y al abrirlos, disparo con presteza sin cambiar la ubicación en la que me encuentro. 

Tiene que ser esta vez, tiene que ser. 

Maldición...maldición, era las únicas palabras que en la mente de Viera se vislumbraban, su suerte en los enfrentamientos definitivamente la abandonaba, intento sacar su pie atrapado, empuño su estoque con firmeza e intento dar un paso para avanzar hacia el trasgo que se prestaba a tomar el morningstar.

Pero...algo iba mal, pudo sentir una pequeña punzada en su pie, un pequeño dolor que la distrajo por completo, donde si intento de ataque definitivamente no alcanzaría a su objetivo.

Una flecha enemiga roza mi armadura y sonrío de forma burlona al ver que la suerte me acompaña. No tengo el más mínimo deseo de parecer un alfiletero.
No dudo en descargar un tajo horizontal con mi hacha, mientras avanzo hasta el trasgo más cercano.

El hacha de Ronud se encajó en la caja torácica del trasgo, el cual exhaló su último aliento y quedó inmóvil. Six, por su parte, probó su puntería con otro de los trasgos más alejados, pero el virote se perdió en algún lugar del túnel. La pícara, al ver cómo parecía que uno de los enemigos que quedaba en pie se preparaba para atacarla de frente intentó atravesarlo con su estoque, sin embargo encontró resistencia en la armadura del trasgo, que llegó a rasgar más no penetrar.

El trasgo soltó una carcajada chillona y se disponía a contraatacar a Viera, pero Snorri fue más rápido clavó su hacha en el cuello de la criatura, sin llegar a cercenarle la cabeza pero causando un daño letal al perforar la clavícula. Por último, Luthien se movió rápidamente para poder tener en el rango de visión al enemigo que quedaba en pie, y su flecha entró en el ojo del trasgo, quien cayó de rodillas antes de empezar a desangrarse.

La batalla parecía haber terminado de momento, aunque había dos enemigos aún dormidos por efecto del hechizo de Six, el cual aún duraría medio minuto más. Izmael se acercó a verlos. -Criaturas tan viles no deberían morir tan pacíficamente en sueños.- Miró al extraño elfo. -Habrá que darles fin.- Con su espada, se acercó al trasgo que se ha dormido con el líder, y alzó la espada encima de él. -Tyr se apiade de ti.- La espada atravesó el vientre de la criatura, quién se despertó de inmediato con un grito de dolor, aferrándose con una mano a la hoja de la espada. Con la otra intentó golpear la pierna de Izmael usando su morningstar, pero su concentración para intentar no ser empalado vivo le impidió tocar al clérigo.