Partida Rol por web

Six y Ronud entendieron las palabras dichas por el trasgo.

-Guthma es el puño de la Legión de la Quimera. Él os encontrará cuando sea el momento, cuando pise sobre los escombros de esta inmunda ciudad de Targos.-

Poe parecía escrutar alrededor atentamente, pendiente de las monedas que seguían en el suelo. Pero algo pareció llamar su atención. Luego de graznar pronunció "Pergamino" en la lengua de los orcos, antes de salir volando hacia un rincón de la mina, aunque por la poca luz era difícil ver que estaba picoteando.

El cuervo de Six lanzó un graznido, más no fue eso lo que llamó la atención de Rionud, sino que pudo escuchar en la lengua orca que aquel animal decía la palabra "Pergamino", antes de lanzarse a volar hacia uno de los rincones de la mina, aunque el semiorco no se atrevió a quitar la mirada de su presa como para averiguar a qué se refería.

Casi al mismo tiempo que el cuervo soltaba el graznido, Luthien pudo ver que en uno de los rincones de aquella mina parecía encontrarse un trozo de pergamino, algo que descuadraba por completo de lo que sería común hallar dentro de una mina. El ave, luego de pronunciar una palabra en un idioma oscuro, que Luthien sospechó que era orco aunque no entendió lo que dijo, se lanzó hacia el rincón donde estaba el pergamino y comenzó a picotearlo.

Me quedé observando el vuelo del cuervo y al ver que picoteaba algo del suelo, fui a ver qué era lo que había atraído su atención. Según avanzaba, me preguntaba quién sería ese tal Guthma, ¿Sería un jefe tribal orco o trasgo? ¿Algún humano que se hubiera pasado al mal y quería adueñarse de esta zona?

Seguía pendiente de cualquier ruido o movimiento que se diera por los alrededores.

Ronud había comprendido las palabras que había pronunciado aquel jefecillo trasgo. Dirigió una mirada a Six, casi seguro de que el elfo también le había entendido.

-Dice que Guthma es el líder de la llamada "Legión de la Quimera". Dice que él nos encontrará cuando pise los escombros de Targos -El semiorco se encogió de hombros-. Amenazas, sin más. Dudo que le saquemos más. Si queréis, podemos seguir interrogándolo o le atamos las manos y se lo llevamos a los soldados de la ciudad para que lo hagan ellos.

El bárbaro semiorco no pasó por alto que el cuervo de Six había lanzado un graznido, hablando en lengua orca, indicando una palabra que, en un primer momento, no tuvo mucho sentido para Ronud. Principalmente porque era extraño que hubiera un objeto como ese en los túneles de unas viejas minas.

-Creo que ha encontrado un pergamino -le comunicó a sus compañeros.

Viera se mantenía un poco mas atrás atenta al entorno, por si algún grupo de trasgos aun quedaban en las minas y pudieran atacarlos, pero también prestaba atención cuando era necesario a los que podía decir el prisionero, claramente sin entender pero mirando a Six o Ronud para oír en nuestro idioma lo que el trasgo les decía.

Ninguno de los nombres que menciono Ronud, se le hacían familiares, pues la verdad la experiencia de viaje de Viera era muy escasa para tener un amplio conocimiento del mundo fuera de su pueblo.

El cuervo de Six atrajo la atención de todos, y mas aun cuando el semiorco menciona lo del pergamino, sentí curiosidad, pero aquellas no eran mis artes y seguramente el hechicero podría entender de que se trataba.

El trasgo no iba a soltar palabra, es una criatura muy obstinada que está acostumbrado a este tipo de métodos. Lo bueno es que Ronud le comprende y de alguna manera, tenemos una línea para seguir con esa escasa información. Quizás el semiorco algún día pueda enseñarme a comprender aquella lengua, nunca es tarde para ello. 

- Si, lo estoy viendo. A ver que dice... - digo al acercarme y cogerlo. - Espero pueda entender la escritura. 

Tenían un nombre y una afiliación. Legión de la quimera. No sonaba agradable, sobre todo si tenía monstruos bajo su mando. Estos no se dejarían doblegar por alguien normal, debía ser fuerte, brutal, un líder al cual seguir.

-Shaaker migaek og inaghat an khaags- continuó Six, dándole una rápida mirada a Poe. Sonrió, debería darle algo de carne al llegar a la posada, se lo merecía. Claro que era poco discreto, la elfa ya se acercaba a poner sus dedos en él…-. Orghach ank- dijo en otro idioma, igual de extraño.

Tenían un nombre y una afiliación. Legión de la quimera. No sonaba agradable, sobre todo si tenía monstruos bajo su mando. Estos no se dejarían doblegar por alguien normal, debía ser fuerte, brutal, un líder al cual seguir.

-Cuéntame todo sobre sus fuerzas- continuó Six, dándole una rápida mirada a Poe. Sonrió, debería darle algo de carne al llegar a la posada, se lo merecía. Claro que era poco discreto, la elfa ya se acercaba a poner sus dedos en él… -. No le lastimes- dijo en Orco.

Apenas presto atención al pergamino y no molesto ni en ir a examinarlo, pues doy por sentado que no sacaré nada en claro de él.

Y bien, ¿qué queréis hacer con este despojo?- pregunto mientras acerco peligrosamente el hacha al trasgo.

El trasgo parecía menos presto a contestar las palabras del elfo, pero la amenaza del semiorco seguía gobernando por encima de sus propios intereses. -Daan okec mal ogaar duun akel'dakhaan Targos.- Dijo, mirando más hacia Ronud que hacia Six. Incluso parecía ignorar a Izmael y a Snorri, aún cuando éste último también representaba una amenaza para su otro pie. -Daan'zaan rhaac maagaan duun kuuc. Duun ghakec dran. Duuraan oc daan rhagan druuc'd magaan duun rhaan ac daan shuuch, ach dar ac shuukec.- Su tono parecía de queja o molestia, incluso frustración. Su mirada pasó entonces hacia Luthien y Viera, y pareció relamerse. -Hac der daan herekaar...-

La elfa llegó hasta donde estaba Poe, el cual pareció pensarse si picotearle la mano o no. Al escuchar las palabras pronunciadas por Six, pareció decidir dejar que Luthien tomara el pergamino. Dio algunos saltitos y volvió a volar hasta llegar al hombro del extraño elfo.

Esto fue lo que entendieron Six y Ronud de aquellas palabras en un idioma tan chillón y molesto.

-Sólo teníamos órdenes de infiltrarnos en Targos. Hemos estado aquí demasiado tiempo. Demasiados días. Los que siguen en las barracas no tienen que pasar tanto frío, todos calientitos y cómodos. Jugando con las prisioneras...-

Efectivamente, se trataba de un trozo de pergamino, aunque Luthien no pudo entender lo que estaba allí escrito, parecían ser una serie de garabatos sin sentido. El pergamino se encontraba deteriorado y parcialmente quemado, sin embargo la elfa pudo deducir que no debía tener demasiado tiempo en aquel lugar, pues no estaba cubierto de los sedimentos que parecía llenar cada rincón de la mina, y seguramente se habría convertido en polvo de haber estado allí desde que las minas fueran abandonadas.

Izmael se encontraba atento alrededor por si había más de aquellos trasgos escondidos en los pasillos de la mina, más de momento no parecía haber más ruido ni movimientos alrededor que los que ellos mismos estaban produciendo. Lo más probable era que no quedaran más de aquellas criaturas en el lugar.

Detube mis pasos al ver que la atenta elfa se abalanzaba sobre la presa del cuervo y recogía del suelo un pergamino. Sería interesante ver qué tenía escrito. Me giré y volví a tomar posición junto a mis compañeros. No escuchaba nada que viniera de los sinuosos túneles que salían de esta estancia, así que parecía que no había más enemigos cerca.

-"Ronud, por favor, pregúntale hacia dónde se dirigían y si hay más de los suyos por estos túneles."

Al escuchar las palabras del trasgo, Ronud supo que el goblinoide no merecía la piedad que había pensado darle. Puede que sólo estuviera intentando provocarle para que le matara, pero había sabido tocar la fibra sensible del semiorco. "No más Ronuds..." escuchó su propia voz en su cabeza, sabiendo que estaba haciendo lo correcto. Tomando su hacha con ambas manos, Ronud decidió descargarla con fuerza sobre el pie derecho del jefecillo trasgo, como había indicado que le haría minutos atrás.

-Ahora nosotros también estamos jugando con nuestros prisioneros -comentó, primero en lengua común y después en trasgo, dirigiéndole al rehén una sonrisa maliciosa-. Tenían órdenes de infiltrarse en Targos -comunicó a sus compañeros, para luego volver la mirada hacia el trago-. ¿Cuántos más de los tuyos hay en estos túneles? ¿Y qué es ese pergamino? -señaló al pergamino que había agarrado Luthien-. ¿Por qué lo llevabais?

-Y tienen prisioneros- terminó de rematar el informe de Ronud el elfo, mirando como el pie del trasgo era separado de forma tan simple y brutal. Ni siquiera pestañeó, sintiendo la calidez de la sangre en su rostro-. Creo que adelantaron el ataque- la paciencia no era una virtud en este tipo de criaturas, así que no era algo anormal… pero eso significaba que pensaban realizar un ataque más grande, desde varios frentes-. Dudo que sepa lo que dice el pergamino- sus ojos dorados fueron hacia la elfa, estirando su mano-. Déjame darle una mirada cuando termines- arrugó el ceño un instante, agregando un-. Por favor.

Una vez tengo el pergamino en la mano, intento descifrar los garabatos que se encuentran allí escritos y la verdad es que no lo comprendo. Pero al menos puedo detectar la poca antigüedad que tiene el papel pese al maltrato que ha recibido. Lamentablemente no comprendo ese tipo de lengua, así que mientras Ronud lo interroga. 

Luego el elfo me lo pide y se lo entrego sin rechistar, quizás conoce la lengua o entiende los garabatos. Toda ayuda siempre sirve, además se puede aprender de ello. 

- Toma. ¿Lo conoces? ¿Qué es? - le pregunto a Six. 

Levanto la ceja al ver como Ronud amputa el pie al trasgo. No pensé que fuese capaz de hacerlo. Reconozco que era una buena forma de amenazar a nuestro enemigo, pero no creí que ninguno de nosotros llegásemos a llevarlo a cabo.

- Espero que tengas sed, te debo una cerveza.