Partida Rol por web

Caerwyn se había calado bien la capucha cuando se acercaron a la cabaña. Y había dejado que sus compañeros tomaran la iniciativa en la conversación. Cuando tuvo claro que el viejo chiflado era inofensivo, intervino. 

—Ya hemos matado a unos cuantos de esos... ¿cómo los has llamado? ¿follacabras? -rió Caerwyn-. La verdad es que nos vendría bien alguien que nos fabricara pociones. Pero ¿no estaría más seguro en el puesto de Oleg? 

Khastal sonrió. Un loco hermitaño era buena señal, si el podía sobrevivir ahi o bien era un poderoso aliado o bien la zona no era tan peligrosa. Escuchó a Caerwyn invitarlo al puesto de Oleg y la verdad es que no les vendría mal alguien que les fabricase pociones a cambio de una comida caliente y un techo. Las pociones eran caras y esa sería una buena forma de poder permitirselo.

- Vaya vaya, así que parece que los bandidos han encontrado la forma de recuperarse de las heridas en este páramo donde no hay nada que parezca un templo o un médico cerca. - comenté con una sonrisa mientras observaba al anciano. - Es un placer Bokken, por cierto, mi nombre es Mara. -

- Bien, ¿Así que nos ayudaríais? La verdad es que nos vendría bien, esta zona no es sencilla y pronto tendremos que enfrentarnos de nuevo a los bandidos para acabar con ellos. Usted que tiene trato con ellos, ¿Sabe que significa el venado que lleva su líder como símbolo? Y.. otra pregunta, ¿Sabe donde se pueden encontrar rábanos lunares?-

El viejo loco miro a Caerwyn durante unos segundos y negó con vehemencia -¡Diablos no!... Yo quiero quedarme en mi cabaña... Estoy a una distancia apropiada como para ir a buscar las cosas que puedo necesitar y a la apropiada para estar tranquilo... El hombre se enderezo un poco y os miro. -Ummm... Asi que queréis de mis servicios ¿no? Esta bien... Mientras que paguéis las pociones no tengo mayores problemas... Y si tenéis tiempo libre, podría ofreceros un pequeño trabajillo a cambio de un descuento... ¿Os parece bien?... Solo seria ir a recolectar unas bayas que necesito para mis pociones... Estas están a unas 55 millas hacia el suroeste pasado el río espino... Es todo un valle plagado de unos arbustos espinosos con pequeños frutos parecidos a frambuesas... Si me traéis suficientes como para hacer pociones, os ofreceré un descuento de un 25% durante un mes...El viejo se giró hacia Mara y negó con la cabeza. -En cuanto a tus preguntas jovencita, no tengo ni idea... Se que su líder se hace llamar Lord Venado... Pero a parte de eso, no se nada mas... En cuanto a lo del rabanal... bueno... si no recuerdo mal, había uno cerca de la linde del bosque, no muy lejos de aquí... ummm a unas 20 millas hacia el oeste...  

Iskal suspiró con resignación para sus adentros: La pregunta recurrente del gato empezaba a resultar aburrida. Tenía miedo de que aquella gente fuera capaz de llegar a la conclusión de que echarle un ovillo a un tigre obtendría el mismo resultado que con un gato casero solo porque "se parecían".

¡Lo siguiente sería comparar lagartijas con cocodrilos!

«Ya podía Oleg habernos mencionado la existencia de este hombre»

Había acertado en lo del alquimista, y concretamente el típico alquimista solitario que no quería estar más que él y punto. Le parecía legítimo. Claro que aquello no quitaba que hubiera estado bien saber de antes que vivía ahí.

—Svetlana ya nos dijo dónde había rábanos lunares, no hay problema—recordó a nadie en particular—. Aunque a este paso nos vamos a convertir en recolectores profesionales de frutas y verduras. 

No sabía si alguna de sus compañeras querría comprar algo en aquel instante pero como por el momento conservaban las pociones de los bandidos, él no encontraba muy provechoso que se desviarseen aquel momento específicamente para ir a por las bayas.

—Si os parece, cuando nos toque explorar esa zona, podemos aprovechar para traer unas cuantas—propuso.

Caerwyn soltó una risita cuando escuchó el comentario de Iskal.

—¡Únete a los Señores de la Espada de Restov! ¡Harás turismo y recolectarás verdura! 

Le sonrió al eremita, aunque el labio derretido distaba mucho de convertirlo en un gesto agradable.

—Gracias por todo, Bokken. Te haremos una visita si necesitamos pociones —le dijo—. Pero antes de que nos vayamos me gustaría hacerte unas preguntas. ¿Qué más nos puedes contar qué más sabes de las tierras de alrededor? ¿Cuáles son las criaturas más peligrosas que has visto? ¿Sabes dónde tienen, exactamente, el campamento los bandidos a las órdenes del Lord Venado?

Parecía que, poco a poco, se iba haciendo evidente que la gente que vivía por aquí tenia miedo a salir solos a buscar recursos necesarios. Primero Oleg y ahora este ermitaño. Aún así, iban sobreviviendo a la dura vida que se les había planteado.

Estaba claro que, una vez descansáramos, volveríamos a investigar las tierras de los alrededores para limpiarlos de cualquier peligro que hubiera, y eso nos llevaría a conseguir los ingredientes que nos estaban solicitando. Al fin y al cabo, hasta que no dejáramos una ruta limpia, sería nuestra responsabilidad el conseguir los suministros a estas gentes.

Con esos pensamientos permanecía cerca de la puerta, escuchando a medias lo que decías mis compañeras y que, por lo que logré escuchar, tenía toda la lógica del mundo, y esperaba que lograran sacarle cualquier información valiosa para nuestras expediciones.

Cuando Bokken contestó, aproveché para hacerle una última pregunta Bokken ¿cómo eran esos bandidos que venían a extorsionarte? ¿recuerdas si se llamaba Haaps o algo así?

-AHHHH jajajaja... ¿No habíais sido enviados a hacer de este sitio un lugar mejor? Jejejeje... Pues si tenéis que moveros por estas zonas, no creo que os cueste nada recoger algunas bayas cuando paséis por esa zona... ademas... es algo que os interesa... si me traéis bayas podréis tener unas buenas pociones y mas baratas... El hombre sonríe mostrando su dentadura incompleta, mientras frota el pulgar y el indice haciendo el gesto de dinero...

El viejo os miró unos segundos pensativo mientras se rascaba la barbilla. -Ummmm... criaturas peligrosas... Pues sin lugar a dudas de lo mas peligroso que puedes encontrar por la zona, son los osos lechuza... Bueno... también estan los tatzlwyrm que son como una especie de serpientes con cabeza de dragón... Suelen habitar por las zonas frondosas de los bosques... Y luego lo típico, lobos, huargos, alces, osos, arañas gigantes, jabalies, lobos marsupiales... El hombre toma aire con una amplia sonrisa... -Jejejeje... definitivamente es un lugar encantador para vivir...

No puedo evitar sonreír al oír al pobre hombre. Supongo que, después de estar tanto tiempo solo, es inevitable el ir perdiendo un poco el juicio, aunque lo cierto es que esperaba que, en un breve espacio de tiempo, comenzáramos a realizar más visitas al loco Bokken.

Pero eso debería de esperar. Lo que nos había pedido se alejaba mucho del plan inicios previsto para poder inspeccionar y limpiar la zona. ¿O no? En ese momento la duda se cruzó en mi mente, apuntándola para comentarla cuando saliéramos de la cabaña.

Muchas gracias por tu ayuda Bokken. No dudes que te traeremos esas plantas que nos has pedido, pero mientras tanto, cuídate.

Sin nada más que decir, miro al resto esperando que nadie tuviera nada que decir. Una vez que todas nos miramos de la misma manera, asiento antes de salir por la puerta, camino de los caballos.

Con una mano, agarro un lado de la brida, concentrada en subir al animal con la escasa pericia que tenía, aunque subir no era complicado, ni mantenerse. Lo malo,vendría cuando al caballo se le antojara hacer lo que quisiera, momento que sería difícil hacerle cambiar de opinión. 

Ya montada y con un paso ligero, me giro hacia el resto sé que trazamos un plan o ruta para inspeccionar la zona de la forma más organizada y rápida posible, pero lo de ir a por las plantas de Bokken, aunque queden a desmano, podría estar interesante. Si vamos a enfrentarnos a bandidos y monstruos, no nos vendría nada mal una ayuda en forma de pociones, ¿no os parece? Sería como una inversión de tiempo, porque si no, tendríamos que volver al puesto de Oleg, a parte de pagar más por el mismo producto.

—Es que tenemos que volver al puesto de Oleg—comentó Iskal encogiéndose de hombros. Aunque la verdad es que empezaba a sentirse en medio de un inmenso deja vu con tanta redundancia sobre lo mismo—. O al menos ahora: aún debemos reaprovisionarnos de comida y no creo que las pociones sirvan para sustituir a las raciones de viaje.

Caminó de vuelta hasta su caballo cuando las demás hicieron lo propio.

»Cuando volvamos a tener provisiones, si queréis hacer una pausa de la exploración e ir a por las bayas, podemos aprovechar y recoger también los rábanos lunares de Svetlana para matar dos pájaros de un tiro. Ambas cosas quedan más o menos en la misma dirección solo que a diferente distancia.

Miro unos segundos, un tanto extraña a Iskal hasta que, por fin, caigo en que la percepción de lo que decimos, no está lo suficientemente claro para alguien que no está acostumbrado a estar entre humanos, por lo que con una sonrisa asiento a nuestro compañero.

Si, efectivamente Iskal. Es lo que quería decir. Y me parece buena idea la que has comentado. 

Está claro que nuestra primera etapa ahora mismo es volver donde Oleg a coger provisiones para unas semanas

-Será mejor entonces que nos pongamos en marcha, creo que preferiría dormir en una cama caliente esta noche ya que estamos-dijo la semielfa a sus compañeros. No dijo nada de lo estúpido que resultaba estar buscando rabanos y flores pues no quería discutir con nadie y al fín y al cabo tenían que explorar toda la zona lo mejor que pudieran, pero sus compañeros parecían bastante conformes con la idea de hacer de recaderos.

—Conforme —dijo sucintamente Caerwyn. 

- Estoy de acuerdo, al fin y al cabo por lo que hemos visto y lo que nos ha comentado Bokken este sitio parece un lugar hostil, y bastante poblado así que no hay motivo para tener prisa. Tengo la sensación de que nos va a llevar bastante tiempo. - comento con sus compañeros mientras regresaban al puesto de Oleg.

Tras despediros del viejo loco el cual os mira marchar desde la puerta de su cabaña, iniciasteis vuestro camino de regreso hacia el puesto de Oleg...

Tras apenas unas tres horas a caballo, divisasteis la parte Sur del puesto, de la cual, para vuestra sorpresa no colgaban los cuerpos de los bandidos muertos... Un tanto intrigados por el cambio de parecer del Posadero, os encaminasteis hacia la puerta avanzando por el lado este del puesto... Conforme avanzabais divisasteis un pequeño campamento con cuatro tiendas de campaña en torno a una fogata improvisada, las telas de las tiendas lucían el emblema de Brevoy.

Sentado sobre un tocón cortado, un hombre pelaba patatas que iba sacando de una cesta y las echaba en una olla llena de agua sobre el fuego.

Al fin se dibuja en el horizonte el puesto de Oleg. Eso significaba camastro y comida caliente, aunque solo fuera por una noche. Suficiente para descansar los huesos y músculos, reventados de las horas a caballo a las que no estaba nada acostumbrada.

Según nos acercamos, y vemos el emblema de Brevoy, me giro con el ceño fruncido al resto

- ¿Qué significa esto? ¿habrán venido los refuerzos de los que comentó Oleg?

Caerwyn se irguió hacia delante, en la montura, cuando divisó el estandarte de Brevoy. De pronto parecía ansiosa, y miraba todas las caras como si estuviera buscando alguna conocida.

El Diamante de Brevoy espoleó a su caballo para ponerlo al trote. Se caló bien la capucha.

—Vamos a comprobarlo —dijo por encima del hombro, cuando estuvo por delante de sus compañeros.

—No sé. Se suponía que los Señores de la Espada querían que no parecería que están reclamando esta tierra sin dueño... — comentó Iskal parpadeando anecdóticamente—. Por eso nos mandaron a nosotros.

Obviamente algo estaba pasando y hasta que no fueran a ver no iban a saber lo que era así que acercarse le pareció la opción más lógica. Se encogió de hombros y asintió cuando Caerwyn la propuso.

No obstante, era dado a prestar atención a los detalles... así que no se le pasó por alto el hecho de que su amiga parecía estar algo inquieta. No sabía por qué pero no era el momento de preguntar así que se limitó a darle unos toquecitos con la cola en el costado para llamar su atención y cuando consiguió que lo mirase le dedicó una afable sonrisa felina para confortarla un poco.

Él estaba ahí para lo que necesitase, aunque eso ya lo sabía.

- Quizá no nos manda la misma gente. Puede que sea una expedición de otro noble que quiere reclamar las tierras. O igual son refuerzos. Hay muchas posibilidades diferentes. - Respondí a mis compañeros observando la escena. Tenía que admitir que era extraño pero si algo sabía es que la nobleza era caprichosa y avariciosa. De modo que un cambio de parecer no sería extraño.

- ¿Te puedo acompañar Caerwyn? - 

Con distintas ideas recorriendo vuestras cabezas acerca del porque de la presencia de ese campamento en las Tierras Robadas, os encaminasteis hacia las tiendas de campaña. 

Conforme os acercabais, visteis como el hombre os vio acercaros y dejando el cuchillo y la patata que estaba pelando, se acerco a la tienda mas grande y al momento salió un hombre de pelo corto entrecano con barba, el cual mantenía un porte militar, mientras os veía acercaros en vuestros caballos...

-Saludos, soy Kesten Garess, imagino que vosotras sois las mercenarias contratadas por Restov ¿no?

El campamento constaban de tres tiendas pequeñas y una mas grande, cuando os acercasteis hacia el hombre que parecía estar al mando, viste que se le unieron dos hombres mas, ademas de el de las patatas.