Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Capítulo 1 - Un nuevo comienzo

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30/09/2019, 19:57
Darao di Todoel

Todo pasa muy rápido. El tuerto levanta su pistola y dispara al extraño tipo de los tatuajes, casi a la vez que Rivier y Llamara. La bala surca el aire y alcanza en el cuello al tipo que cae hacia atrás, llevándose las manos hacia la garganta.

Pero Darao no ve nada de eso porque algo, algo muy fuerte, un chorro de viento o fuerza o algo imparable le lanza hacia el cielo. Como si fuera una bala de un cañón, vuela, con varias de sus costillas rotas. Vuela. Sus brazos se agitan, zarandeándose mientras su pistola cae... Y choca contra el tejado, tres plantas por encima del suelo, de una de las casas. Todo para empezar a rodar por este hacia el suelo.

Darao intenta agarrarse como puede a las tejas, mientras rueda, y cae.

- ¡No, no, jodeeeeer! - grita desesperado mientras se afianza sobre un canalón ... Que se rompe. 

Y así, como todo sube, todo baja. Y el tuerto se precipita hacia el pavimento de la calle, estrellándose con un chasquido y un grito ahogado, tan desagradable que el causante de su desgracia, Edirian, se ve forzado a apartar la mirada.

Y allí queda. Borboteando sangre, inmóvil, con los brazos y las piernas en posiciones imposibles. Como un juguete roto.

- Tiradas (2)
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30/09/2019, 20:02
Director

Todo ocurre en apenas diez o veinte segundos. Tan rápido como siempre. El combate es muerte, es dolor, es impredecible. Hace unos instantes notabas tu pecho palpitando, y ahora sujetas el fusil, apoyado contra la pared de un edificio.

Antes te atacaban cuatro enemigos. Ahora uno huye, hasta el punto de que está al borde del callejón. Otra se encuentra ya lejos, gruñendo con un brazo roto y viendo claramente que la mejor opción que le queda, es huir. Y los dos que quedan... Uno es un amasijo lloriqueante medio roto, con los huesos en extrañas posiciones y borboteando sangre. 

El gigante, en cambio, está desangrándose, pero aun sujeta su espada. Está aturdido. Herido. Quizás no te ataque. Quizás si. Pero lo que si sabes es que te ha apuñalado de gravedad, y que esa herida, esa herida puede llevarte a la tumba. 

Y tus compañeros. Observas a Edirian con estupefacción. Las balas rebotan sobre su cara como si nada. Ha lanzado a un tipo volando hasta un tercer piso. A la mujer la ha propulsado diez metros por el callejón. Todo sin moverse de donde se encontraba, cubriéndote como puede.

Eikon... Quizás su gesto te haya salvado la vida. Sabes que las balas que fueron hacia él habrían ido hacia ti. Pero... Ahora mismo, dudas si apenas le quedará un minuto hasta desangrarse. No sabes si podrías hacer algo por él, ni aunque lo intentaras.

Notas de juego

Tu turno :). Intensito todo. Ya avisé de que los combates probablemente serán escasos, pero cuando os topéis con uno, serán MUY peligroso :P. Eso si, lo tienes bastante facil, Edirian ha violado a Darao xD.

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30/09/2019, 20:08
Director

De una forma u otra, desde distintos lugares de la mansión, todos observáis la misma escena. Algunos desde el balcón del segundo piso, otros desde las ventanas del salón, desde el umbral de la puerta de entrada, o incluso asomados en el exterior. 

La plaza delante de la mansión se encuentra vacía. El lugar, grande, solo tiene a Eikon, que está corriendo a toda velocidad hacia el callejón al fondo y desaparece nada más girar por la esquina. Es la única entrada a la plaza, o la única salida de la mansión según se mire. Probablemente, en otros tiempos hubiese guardias vigilando aquel acceso, os planteáis. Las rarezas tendrían controlado quien accede a su plaza, lo más seguro. Pero... Eso quizás fuera en otros tiempos. Ahora no tenéis reclutas suficientes, o si los tenéis no habíais pensado que alguien pudiera atacaros.

Pero lo que todos observáis es que el combate viene del callejón. No podéis verlo, y desde la casa estáis seguros... Pero recordáis, algunos de vosotros, que un par de vuestros compañeros han ido hacia el callejón... Allí los disparos siguen sucediéndose, e incluso se distinguen gritos. No es difícil de oír, con la tranquilidad absoluta de la plaza. 

Y en ese momento, algo extrañísimo pasa, que todos los que estáis mirando contempláis atónitos. Veis que una persona surge desde el suelo del callejón por encima de los edificios, zarandeándose por los aires, como si alguien le hubiese lanzado como un trapo. Sobrepasa la altura de tres plantas de uno de los edificios del callejón, y cae sobre su empinado tejado. El hombre no parece muy herido, pero veis que nada mas chocar contra las tejas, empieza a rodar. Intenta agarrarse como puede, pero no lo consigue... Y se precipita hacia el vacío mientras grita. Y allí dejáis de verlo, cubierto por los edificios del callejón.

Notas de juego

Si queréis reconocer al tipo, Advertir 15.

Si queréis llegar en este turno al lio, los que estéis fuera o en el umbral, Atletismo 10, en la primera planta, Atletismo 15, en la segunda 20. Si no, llegáis al siguiente :).

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30/09/2019, 20:14
Gavilano
Sólo para el director

Gavilano, que había observado con cierta tranquilidad cómo las dos gemelas salían de la sala agobiadas por la situación, miró a Yria sin dar señal de que los disparos lo hubiesen alterado. Al fin y al cabo, no parecía que fuesen dirigidos a él, así que no era tan terrible. Pero no dejaba de resultarle curiosa la reacción tan preocupada de Esla.

-Pues así están las cosas. –Comentó, sacando con desgana su propia pistola del cinto y dedicando una media sonrisa a la pelirroja. –¿Te has divertido, por lo menos?

-Pretendía esperar a que la señora comandante avisara a todos, pero parece que ya no es importante, ¿verdad? –Añadió, pasados unos momentos. –Vamos, coge tus armas y ven conmigo, a lo mejor tenemos que meternos en algunos líos. Y después de tanta gilipollez, casi lo agradecería.

Sin prisas, se acercó a una de las ventanas del salón, se pasó la manos por los ojos mientras murmuraba algo, tal vez una queja, y observó fuera.

-Estos ojos tienen la agudeza de los de un gavilán. *

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30/09/2019, 20:41
Director

Miras al otro lado del espejo. Una frase que no tiene nada que ver con los espejos en el suelo.

Tiene que ver con mirar al mundo que espera más allá de los espejos. En mirar al mar de éter como solos Aetherium podéis hacer. En mirar al río de hilos del destino. Así que volteas tus pupilas y dejas de ver el mundo en el que vives. Esa mentira ponzoñosa que es la "realidad".

Y miras al otro lado.

No por nada sabes que mirar los hilos tiene un efecto embriagador. Cuando lo haces, todo desaparece. No hay mesas, no hay suelo, no hay nada. Nada existe. Solo existen... Sus hilos. Infinitas hebras cada una de un color distinto. Y hay tantos colores. Tantos. La gente cree que hay pocos, que los colores son los que la luz y su espectro deciden, pero no. Tu ves mucho más. Opacidades iridiscentes, azules tan variados como gotas de agua pueda tener el mar. Todo es una explosión sensorial sobre la negrura más profunda que es la nada.

Ves los hilos de hormigas, de la madera, de la mansión, de las moscas, tu hilo, el de otros seres humanos, ves el hilo de un gato, ves el hilo grisáceo de algo extraño, probablemente un pájaro. Ves el hilo del alcohol que reposa en el salón, de la ropa que llevas puesta, de un anillo, de... Tanto, tanto, tanto. No. Ves tantos colores que resulta abrumador. Lo ves todo. Y entre tanto color no hay forma de distinguir nada, todo se entremezcla, como una maraña tormentosa y danzante de hebras que se entrelazan, se mueven, surgen, avanzan, se quedan quietas... Es tanto, tanto.

Filtras. Como si pusieras una rendija delante de tus pupilas, filtras todos los colores que no sean el del cristal. Un semitransparente verde ocre. Extraño, pero ese es el color del cristal. Todo lo demás se vuelve oscuridad. Dejas de ver tu propio hilo, el suelo, todo lo que no sea verde ocre. Estás a ciegas, excepto por esas hebras de verdes ocre, tan parecidas. Cientos de pequeñas hebras, tantas como trozos de espejos había en el suelo. 

Filtras. De nuevo. No te basta con eso. Necesitas reconstruir uno de los espejos, ver si eres capaz de rastrear el resto de piezas que lo componían entre los añicos. Así que ahora coges uno de los trozos (tanteando con cuidado, porque estás ciego mientras lo buscas) y lo sujetas, observando su hilo de cerca. Es el mismo color que el resto... Excepto para alguien acostumbrado a buscar como tú. No. Hay algo distinto. Una pizca de... Una pizca de un color indefinible porque nadie lo ha definido jamás. Filtras eso, y todos los otros hilos desaparecen, excepto siete. Los siete fragmentos de dicho espejo, que recoges con cuidado. 

Con ellos en la mano... Los ves juntos, y decides tirar del hilo. Como una costurera que saca con su aguja un hilo suelto, tiras, arrancando del espacio tiempo, del propio objeto, el hilo que había en el pasado. No es un... Hilo físico. No es un tirón físico. Es tu voluntad exigiendo a ese objeto que te enseñe lo que había tiempo atrás.

Pero no. No funciona. Quizás necesitas mas tiempo, o quizás esté demasiado lejos, pero en vez de volver a entrelazarse para darte el hilo del espejo original antes de romperse, los hilos se deshilachan, se separan, se sueltan... Guardas los pequeños fragmentos en tu bolsillo. Quizás con más tiempo.

Ya llevas demasiado sumergido en el otro lado: pronto empezarás a sentir la adicción, la pulsión. Es un temor importante. Contemplar la VERDAD hace que volver al mundo ficticio que todos los demás vean sea tan, tan decepcionante. Pero lo haces.

Tus pupilas vuelven a la normalidad. Parpadeas unos instantes, y cuidándote de no tambalearte, con el sabor extraño en tu boca de que el mundo es una mentira triste en comparación con el otro lado del espejo, te asomas hacia la ventana. Aún no hay nadie fuera, pero con los disparos, no dudas que comenzarán a salir de allí pronto. 

Así que esperas, preparándote para mirar.

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30/09/2019, 22:10
Inara

Tras ver la escena del hombre subido al tejado y cómo se cae, corro en esa dirección a ver qué ha sucedido y cómo se encuentra. Llevo un arma en la mano, no quiero quedar demasiado al descubierto si es que vuelven los disparos

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pasadas ambas

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30/09/2019, 22:16
Gavilano
Sólo para el director
- Tiradas (2)
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01/10/2019, 06:16
Viero

Con su mano en la herida, estupefacto y sintiendo como su aliento se iba poco a poco, observaba a Edirian tomar el control de la situación como si nada. Asi que ese era el poder de una Rareza.

- Claro que no tenía oportunidad - dijo con un leve impulso por reir, mientras veía volar a Darao y sus dos hermosas pistolas.

Observó a Eikon moribundo, no entendía por qué alguien que no le conocía de nada habría intervenido de ese modo, pero justo en ese momento solo pensaba en vivir a toda costa.

De los cuatro enemigos solo estaba el gigante, no sentía que tuviera a donde huir si Roco decidía atacarle de nuevo, aunque parecía a punto de caer... estaba muy malherido para arriesgarse. Aún así, no podía dejar a Eikon ahí tirado e indefenso después de su accionar.

Tenía la intención de ir a acercarse y escuchar sus últimas palabras, como era ya su costumbre con respecto a sus camaradas a punto de fallecer. Pero si el gigante seguía cerca, no podría hacer tal cosa.

Tomó su fusíl con sus manos llenas de su propia sangre, y con algo de esfuerzo, apoyándose contra la pared lo recargó y apuntó automáticamente al gigante, sin pensarlo, sin mediarlo...

Entonces disparó.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La habilidad "armas de fuego" es igual a "armas de distancia"? porque no la vi en la lista, y tengo dudas sobre si el espejo del éter entra dentro de esa categoría.

Edit: Era una pregunta xD, olvidé el signo ?

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01/10/2019, 12:15
Cael di Venture
Sólo para el director

Uno de los motivos principales por el que había urdido todo esta venganza llena de odio y rencor contra su padre justamente se hallaba ante sus ojos. La verdad, la única y verdadera verdad que los rodeaba, la verdad del universo, de las cosas… de todo. Un don que le había concedido su madre, más bien un regalo que sabía apreciar como el sediento caminante del desierto que tiene entre sus manos las últimas gotas de un acabado oasis.

Pero como toda belleza sabía que hipnotizaba y te hacía olvidar por unos segundos quién eras o a dónde ibas, encandilado por los múltiples de hilos conectados, siendo una droga a la que tenías que surtirte con pequeñas dosis para no acabar enganchado. Justo cuando sentía que el otro lado era su verdadero lugar, sabía que era hora de volver al teatro de máscaras falsas.

Cada vez era más difícil cruzar esa puerta de salida, sobre todo porque al pestañear varias veces la belleza se había transformado en muebles viejos y cristales esparcidos en un mundo de papel.

Se pasó una mano por el rostro para quitar una gota de sudor por el esfuerzo sobrehumano que acababa de hacer, tomándose unos segundos para recomponerse. En su mano tenía los trozos de un espejo roto que creía poder reconstruir, pero era demasiado peligroso internarse en un plazo tan corto de tiempo al otro lado, necesitaba otra forma de unir los trozos… o a una estudiosa del éter.

Echó un vistazo para saber quién había sido el causante de todo el alboroto, queriendo saber sólo la identidad del susodicho. Se imaginaba que el resto habrían acudido rápido así que de nada serviría unirse a la cola de espectadores. Sin embargo sabía que podía aprovechar eso para salir de la habitación y escuchar, simplemente estar atento desde el pasillo por si escuchaba cualquier sonido proveniente de las habitaciones adyacentes.

Tal vez Fantina, desde su escondite, se habría removido por los disparos y sería más fácil encontrarla.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Si puedo, después de mirar (por cotilleo) quién es el superman, voy al pasillo (no bajo las escaleras, tampoco las subo) para escuchar movimiento o cualquier cosa fuera de lugar.

Si sólo se puede una de las dos cosas, voy a por lo de Fantina.

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01/10/2019, 15:10
Esla d'Iridar

Esla observó atónita desde la puerta. Mierda… Aquella ciudad tenía ojos y oídos en todas partes. Aun no habían hecho su aparición en sociedad, y ya tenían a alguien atacándoles.

Trató de ver quien era la persona que había salido volando mientras salía a la plaza. Abrió su chaqueta y del interior sacó la pistola de éter que guardaba. Procuraba no llevarla a la vista, pero rara vez se deshacía de ella. Después siguió a Eikon hacia el exterior. Se dio prisa, pero se aseguró de mantenerse cerca de la pared, cubierta de cualquier disparo que pudiese venir del exterior. Se detuvo en la esquina.

Quería ver que había al otro lado antes de mostrarse. Usó la pared para mantenerse oculta y se asomó.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Imagino que me ven los que han visto la escena anterior.

No se si la tirada de sigilo me hace falta. La dejo por si acaso. 

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01/10/2019, 22:55
Cael di Venture
Sólo para el director

Por no escuchar, ni siquiera notaba ese cosquilleo en la coronilla que sentía cada vez que Gavilano hablaba, como si fuese un adelanto a un posible futuro de cabeza tras tantas palabras seguidas, así que intuía que estaría callado.

Tengo que volver.- Aunque la idea de patearse las Casas habitación por habitación, esquina por esquina, resultaba cuanto menos entretenida, el tiempo era oro y para todo lo que tenía en mente debía acortar las tareas, sabiendo que la forma más rápida era volver al otro lado. La idea no le desagradaba, ya que ahora que llevaba un par de minutos en la parte trasera y fea del mundo echaba de menos el brillo de colores y detalles de los hilos, tal vez pudiera visitarlo una última vez al día. Sólo una más.

Se metió en la siguiente habitación de la lista, la enfermería y, tras inspeccionarla brevemente para comprobar que la joven Fantina no se haya dentro, intentó volver al otro lado teniendo en cuenta que, si sus cálculos no fallaban, en el piso superior debían estar Adalo y Varian.

Notas de juego

Entro en la "Enfermería". Si se puede vuelvo al modo ojetes, sólo para buscar el hilo de persona y luego salir (si veo esos hilos en la parte superior, tener en cuenta que deben de haber 2 mínimo)

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02/10/2019, 01:32
Peara de Valdebrian

 Peara, si bien en un inicio asustada por los disparos y la conmoción ante semejante escenario, no se echó para atrás. A pesar de no reconocer a aquel hombre caído, presentía que debía ser algo relacionado con la Casa. O por lo menos, algo de lo cual la Casa se beneficiaría en enterarse.

 Con una muetsra considerable de destreza, la maga se mueve hasta el lugar. Corazón en mano.

- Tiradas (2)
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02/10/2019, 15:00
Gavilano
Sólo para el director

La discusión se había estancado hasta tal punto que incluso los que habían aguantado en el salón hasta el final lo abandonaron. Finalmente, fue Yria la que los sacó de su absurdo enfrentamiento, algo que hizo pensar a Gavilano. Aunque, el joven estaba seguro, no habría causado el mismo efecto en su nueva comandante. Una comandante que, tan pronto como se escucharon ruidos de conflicto, abandonó el salón corriendo sin siquiera dar una sola orden. A solas con Yria, Gavilano ni siquiera se molestó en ocultar su mueca de desagrado.

-Pues así están las cosas. -Comentó, sacando con desgana su pistola de éter del cinturón, y dedicando una media sonrisa a la pelirroja. Si iban a vivir en el caos, al menos debería molestarse en disfrutarlo un poco. -Espero que, por lo menos, te hayas divertido con todo esto.

-Supongo que, dadas las circunstancias, debería actuar un poco como un oficial, ¿no? -Dijo, pero parecía más un soliloquio en voz alta que una conversación. Sólo entonces, después de una pausa, el joven se volvió hacia la guerrera norteña y su actitud cambió, sustituyendo la desidia por firmeza. -Yria, coge tus armas y ven conmigo. Hay lío ahí fuera, y parece el momento de meternos en algunos líos. Nos servirá para relajarnos. Dioses, menudo panorama…

Sin esperar respuesta, se acercó a la ventana para observar por ella. A través de ella, le llegaban amortiguados los sonidos de disparos y gritos. Comenzó a abrirla, dispuesto a salir por ella para no perder tiempo, pero entonces se detuvo. Perplejo, observó cómo un cuerpo salía volando del callejón, alcanzaba los diez metros de altura, y caía rebotando sobre un tejado.

-Vale… eso no me lo esperaba. ¿Has visto quién era? -Miró a Yria, pero sólo por un momento, porque su atención se dirigió de nuevo al callejón. -Bah, da igual. Vamos de una maldita vez. Sígueme.

Y tras esa última orden, saltó por la ventana hacia el patio.

Notas de juego

Anula y sustituye

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02/10/2019, 15:11
Gavilano

Instantes después de que Eikon desapareciera camino al callejón, y que el cuerpo volador fuese vencido en su desafío a la gravedad, una de las ventanas del salón de la casa se abrió de par en par y Gavilano saltó por ella, aterrizando en el suelo de la plaza con la agilidad de un felino. No había desenvainado su espada, pero en su mano derecha ya sostenía la pistola de éter.

Sin molestarse en prestar atención a nada más, el joven echó a correr, atravesando la plaza por el camino más corto hacia el lugar en el que instantes antes había desparecido de la vista el hombre tatuado. El rostro del nuevo oficial estaba tenso, y parecía estar murmurando maldiciones mientras avanzaba.

Aunque la distancia era larga, los que estaban también en la plaza alcanzaron a escuchar fragmentos sueltos como. “Menuda mierda de día” y “Espero que ése sea el enano”, mezclados con diversos improperios y otros fragmentos más ininteligibles.

Sólo cuando vio a Esla, que avanzaba también hacia el mismo lugar, pero dando un rodeo pegada a la pared, su expresión cambió y se permitió una sonrisa antes de alcanzar la esquina y prepararse para disparar a lo que sea que los estuviera atacando.

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02/10/2019, 15:12
Gavilano
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Notas de juego

Gavilano suelta maldiciones en voz más alta para disimular las frases etéricas en susurros. Y porque le apetece, además. Que tengo que pensar qué dice, o si dice algo. O si me da tiempo a postearlo. Pero ahí te lo dejo, con tirada y todo xD.

 

Frase probable: "Nada puede atravesar la piel de este cuerpo"

 

Es sencilla, no protege de golpes... pero si de esas molestas balas y espadas que tratan de romper los órganos internos.

 

Hum... Tampoco protege de caídas, espero no volar, que no soy tan Gavilano.

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03/10/2019, 06:18
Arden d'Iridar

Al ver la escena de la plaza me entra un sudor frío. Casi por reflejo me lanzo rápidamente hacia el callejón, viendo a Esla delante mío al llevarme ventaja por su posición.

Mientras corro desenvaino el florete como puedo y la pistola, lista para cualquier cosa. "Sangre fría, mis pequeñas, más importante es no dar un paso en falso que diez estocadas certeras" Las palabras de Verdoc se repiten en mi cabeza mientras me preparo mentalmente para el combate.

- Tiradas (2)
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04/10/2019, 00:20
Vairan

En aquella planta no había nada de interés y, sobre todo, no había rastro de Fantina por ningún lado. Quizás la muchacha se hubiera atrevido a subir a la planta superior y hubiera intentado entrar en las habitaciones de los oficiales, en las mismas en las que mis compañeros habían dicho que había trampas, aunque por su bien esperaba estar equivocado.

Me disponía a subir a la última planta cuando los disparos en la calle me alertaron y, al igual que Adalo, me acerqué a una de las ventanas pero era incapaz de ver nada desde allí.

De acuerdo —le dije al veterano militar—, vayamos a ver qué está pasando.

Éramos los que nos encontrábamos más lejos de la entrada de la casa así que, cuando llegamos al patio, sólo alcancé a ver a un tipo que salía disparado desde el suelo hacia uno de los tejados y volvía a desaparecer de allí. Me quedé observándolo con atención, haciendo un esfuerzo para ver sus facciones mientras el resto de mis compañeros se alejaban, arma en mano, hacia el callejón.

Cuando vi desaparecer al desconocido me quedé donde me encontraba, con mi mano reposando en el pomo de mi arma, mientras observaba al resto de los nuevos miembros de la casa. Últimamente las pistolas de éter se han puesto muy de moda, me dije a mí mismo mientras enarcaba una ceja divertida al ver el despliegue de los otros.

- Tiradas (1)
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04/10/2019, 00:25
Hiparchia de Menas

Mientras prácticamente todos corren para ver qué ha pasado, Hiparchia permanece atrás, con una expresión de sorpresa dibujada en el rostro, y con la cautela en el corazón. Acababa de ver a un hombre salir disparado hasta la altura de un tejado, para más tarde volver a caer al suelo. A saber qué demonios había provocado semejante demostración de fuerza. 

Demasiada prisa os dais por llegar al ojo del huracán. 

 

- Tiradas (1)
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04/10/2019, 19:25
Director

Desde diversos puntos de la mansión o la plaza, muchos de vosotros os fijáis en el hombre volador. Si es que puede llamarse así al tipo que grita mientras cae de lo alto de un tejado. El hombre, un tipo cercano a la mediana edad, os es desconocido. Lleva ropajes oscuros, el pelo despeinado (posiblemente por el vuelo que acaba de realizar) y un parche negro en el ojo.

Jamás lo habíais visto antes. Está claro que no es uno de los vuestros.

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04/10/2019, 19:29
Director

No crees que el resto conozcan al individuo, pero el parche y su nariz afilada son inconfundibles: Darao di Todoel es un mercenario de las ciudades libres bastante reputado. Independiente, de una reputación bastante dudosa más por su carácter que por su habilidad, has tenido el placer o la desgracia de cruzarte con él en unas cuantas ocasiones. Suele buscar trabajo en los antros del Barrio Portuario, en especial en un tugurio mal llamado "La Taberna del Gato Muerto". 

El tipejo no anda con una banda fija, aunque suele colaborar con otros de su calaña. Algunos peores que él, otros mejores, algunos más simpáticos, otros más desagradables, algunos más guapos y otros más feos. La combinación de factores varía. El único que suele trabajar a menudo con él es un gigantón medio idiota al que llaman Roco.