Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Capítulo 1 - Un nuevo comienzo

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19/08/2019, 23:02
Inara

Oh, vaya, lo siento - qué vergüenza estar así - lo que fuera que me ha pasado ha provocado toda esta... porquería. ¿Llevo mucho tiempo así? ¿Qué ha pasado? - Perdí la consciencia cuando sufrí el pinchazo y apenas recuerdo algo fuera del dolor que sentí.

Señora Hiparchía, habéis vuelto, siento las circunstancias- Seguramente estará molesta- Peara, ¿me habéis curado, vos?

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19/08/2019, 23:15
Gavilano

Cuando Corlas, seguido de Fantina y Peara, cargó a Inara escaleras abajo para llevar a la inconsciente mujer a algún lugar más privado en el que poder cambiar sus ropajes, Gavilano aún esperó unos momentos antes de ponerse en marcha tras ellos. Unos instantes en los que aprovechó para meditar, ordenar sus ideas, y aceptar que, en realidad, sería peligroso seguir insistiendo en ese lugar.

-Arden. –Llamó a la noble de cabellos dorados mientras descendían las escaleras en busca de algunas habitaciones que llamar propias. Sin prisa, se acercó a ella hasta caminar a su lado. –Ahora todavía hay mucho que hacer… pero luego, antes de que nos retiremos, me gustaría hablar contigo.

-No es nada importante, en realidad. –Añadió, encogiéndose de hombros. –Pero me ha gustado cómo has manejado la situación antes. Y hay algunas cosas… -Miró a su alrededor, sabiéndose consciente de que seguían siendo multitud. -En fin, más tarde, si quieres.

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19/08/2019, 23:07
Peara de Valdebrian

 Finalmente había vuelto en sí aquella mujer, lo cual le trajo paz al corazón de Peara. Intentando traer tranquilidad a Inara, la académica relato lo ocurrido con suavidad.

- ¡Oh, gracias a la Coherencia que estáis bien! Luego de intentar abrir la puerta del Cuarto del Comandante, fuiste pinchada por un dardo que surgió de la nada misma. El dolor, seguramente provocado por algún conjuro arcano, fue tal que Gavilano vio como mejor opción reducirte al sueño con la esperanza de que terminara tu pesadilla. Sin embargo, al desmayarte con alguna clase de técnica que él maneja... provoco que... bueno, te ensuciaras. Vimos prudente traerte hasta una de las habitaciones para que tengas un poco de privacidad. Fantina te está preparado un baño, y en aquel armario hay ropa para que... te cambies...

 Peara, muchacha pudorosa y educada finamente, apenas podía hablar cuando el tema escatológico surgía. Habiendo tanta gente en aquella casa que seguramente no tenía problemas en decir "mierda" o "cagarse", la chica se vio enfrascada en la tarea de explicar la situación; aunque tal vez era la que con más delicadeza podía explicar lo ocurrido. Además, decir todo eso en frente de Hiparchia sumaba el rubor en las mejillas de la académica.

- Ehm, Hiparchia... ¿venías a ver como estaba tu amiga?

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19/08/2019, 23:40
Gavilano
Sólo para el director

Notas de juego

En algún inpass le dejo algo de ropa a Fantina para Inara.

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19/08/2019, 23:44
Gavilano

Las horas pasaban inexorablemente, y la claridad del día dejaba paso de forma lenta, casi renuente, a la penumbra del crepúsculo. Por todo Duriel, como si también la ciudad se resistiera a rendirse a la noche, comenzaron a encenderse luces que convertían las calles en un mosaico de luz. Y mientras eso sucedía, en el interior de la Casa de las Rarezas también las velas y lámparas se prendieron a medida que sus nuevos inquilinos daban con ellas.

Tras ocupar una de las habitaciones con su escaso equipaje, Gavilano bajó a rebuscar en las plantas inferiores y tomó la cazuela más grande que encontró para llevarla al que había reclamado como su cuarto junto a una notable cantidad de agua. El proceso le llevó una buena cantidad de tiempo, por lo que cuando finalmente estuvo satisfecho y bajó al salón, encontró a casi todos reunidos y pudo ver cómo Edirian y la gemela morena entraban en la sala haciendo tintinear un buen manojo de llaves.

-¡Buen trabajo a los dos con esas llaves! Pero en cualquier caso, tranquilo, compañero. –Respondió Gavilano al entusiasmo de Edirian con una alegre risa, llegando a la altura del muchacho y palmeándole la espalda con camaradería. –Por mucha sed que tengan los parroquianos de Duriel, es poco probable que acaben con toda la bebida de esta ciudad antes de que nos unamos a ellos.

Cuando el chico preguntó por los ausentes, el joven se limitó a encogerse de hombros con gesto despreocupado.

-Fantina y las demás estaban tomando un baño con Inara… -Contestó. -Supongo que ya habrán acabado. De todos modos, subiré a avisarlas para que se den prisa… si no, nos adelantaremos nosotros y entonces sí que se arriesgarán a quedarse sin nada de beber. –Bromeó guiñando el ojo a Edirian.

Después se adelantó hacia la salida que conducía hacia las escaleras, pero antes de salir, como si hubiera recordado algo importante, se detuvo. Hubo algo en la forma en la que lo hizo, en su lenguaje corporal, que hacía pensar que fuese lo que fuese, era importante.

-Ah, una cosa más. –Añadió volviéndose desde la entrada del salón, dejando que su mirada pasara por todos los reunidos, y por un momento el tono alegre de su voz se esfumó para adquirir un tono más grave y severo. –Las habitaciones del comandante en la última planta están abiertas, pero no intentéis cruzarlas… hay una trampa arcana que bloquea la entrada. Sería terrible empezar nuestro primer día con un entierro.

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20/08/2019, 00:04
Hiparchia de Menas

Hiparchia se arrodilló junto a Inara y le acarició el cabello. Si acaso percibió el mal olor, lo supo disimular muy bien. Al fin y al cabo, acababan de desembarcar de una travesía de semanas, donde las condiciones de higiene no eran mucho mejores que las de una pocilga cualquiera. 

- Sí, tranquila mi querida Inara, estoy de vuelta. Descansa, descansa y mantente en calores. El veneno es tramposo, pero no soporta las altas temperaturas. 

Asintió a las explicaciones de la joven prostituta y miró a Peana con dureza. 

- Ha sido una insensatez jugar a las exploradoras aquí, en esta casa, sin la menor precaución. ¿En serio pensabais que la Casa de las Rarezas aguardaría abierta, de par en par, esperando al primer curioso que cruzase la puerta? -quizá estaba siendo demasiado dura con Peara, quien probablemente no había sido la artífice de la fatídica idea, y que además estaba encargándose del cuidado de su compañera. Aún así, Hiparchia se resistió a disculparse por sus palabras. Dejadla tranquila, dadle intimidad. 

Escuchó el irritante tono del caballero azul viniendo desde la planta baja. Se mordió el labio con rabia. 

¡Y dile a ese idiota que ni se asome! -Ordenó, en clara alusión a Gavilano, que ya subía las escaleras con vete tú a saber qué propósito. Lo que les faltaba, el galán de los siete reinos asomando el hocico por ahí.

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21/08/2019, 09:26
Arden d'Iridar

Me encuentro bajando las escaleras cuando Gavilano me llama. Me sorprende un poco su petición de hablar a solas pero imagino que debe tener un buen motivo.

-Por supuesto, será un placer. Ah, y no llegué a decirlo en voz alta, pero te agradezco tu actitud antes, cuando, bueno, tuve mi lío. Sonrío al decir recordar esto dando la impresión que, si bien aun resulta algo embarazoso, empiezo a tomármelo con humor.

-Después de cenar, ¿entonces? Con la prisa que parece tener Edirian dudo que tengamos un momento tranquilo antes.

Notas de juego

Ah, un comentario, por lo que yo tengo entendido Esla y yo tenemos apariencia idéntica (fuera de ropa o peinado). Lo digo por lo de "gemela morena" que comentas, me pareció que nos identificabas como la gemela rubia y la morena por las descripciones y quiero evitar lios luego. A menos que el masteroso me contradiga :p

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21/08/2019, 09:58
Director

Notas de juego

Totalmente idénticas, en el retrato hay algo de diferencia pero son iguales.

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21/08/2019, 10:01
Gavilano

Notas de juego

Mil perdones entonces, me he dejado guiar por la imagen del avatar xD

Y entonces... ¿Soy capaz de distinguirlas, masteroso? xD

Supongo que no pero por preguntar ...

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21/08/2019, 10:08
Arden d'Iridar

Mientras bajo las escaleras hacia la entrada me doy cuenta que mi paso se ha aligerado por el alivio de ver a Esla volver sana y salva. Al parecer los hechos tensos de antes me habían hecho preocuparme inconscientemente de ella, aunque no hubiera razón real para ello.

Me llevo a Esla a un aparte para comentarle los sucesos mientras estuvo fuera.

-Hola Esla, ¿fue todo bien por tu parte? Aquí hemos tenido un rato movidito. Suspiro al decir esto, mostrando la preocupación que tenía hasta hace poco.

-Bueno, para resumir, hemos dado un vistazo a fondo a las zonas comunes y algunas habitaciones sin encontrar mucho. Y lo digo en serio, nada de signos de lucha, nada de sangre, nada de entradas forzadas. Combinado con lo concienzudo de la destrucción de los espejos... La verdad empiezo a creer que más que sufrir un ataque los miembros se fueron por cuenta propia destruyendo los espejos para que nadie les pudiera encontrar. Y esa posibilidad me preocupa. Mi ceño se frunce al llegar hasta aquí, mi teoría no me convence del todo a ni a mí misma. Demasiados cabos sueltos aun así... -Lo más interesante para mí son unas hojas que encontramos en el almacén, según Eikon no son de este continente, así que pueden ser una buena pista.

-Por lo demás, como dijo Gavilano no es buena idea intentar entrar en las habitaciones por la fuerza, Caedus dejó una trampa arcana en la suya y casi se nos muere Inara al intentar entrar. Y, bueno, hay un gato negro por ahí, si le ves no le trates de hablar, no se va a molestar en contestar el muy maleducado.

La última frase la digo con un tono y expresión de sorna que alguien que Esla puede reconocer rápidamente de cuando me meto en algún lío de poca importancia y quiero quitar hierro al asunto.

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21/08/2019, 16:41
Inara

¿Podría ir a bañarme? - necesito quitarme estas ropas, necesito lavarlas también; pero principalmente necesito bañarme yo y ponerme una muda limpia. Porque vale que el viaje en barco no había sido lo más pulcro que había vivido, pero en las actuales circunstancias necesitaba mejorar el aspecto y poner distancia con todo lo ocurrido.

Teniendo constancia de que Peara e Hiparchía no se llevan bien, no tienen buen trato, aunque desconozco la causa, agradezco a la primera todo su desempeño, porque supongo que ha sido ella quién ha logrado curarme, antes de que llegara Hiparchía - Quizás os deba la vida, Peara, no lo olvidaré.

Al final, ¿encontraron algo en la habitación del comandante? - la apertura de la puerta sé que se logró, porque fue la causa de todo lo que me sucedió después, pero me entra la duda de si abrir la puerta de la habitación sirvió para algo.

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21/08/2019, 19:36
Peara de Valdebrian

 Peara se asusta ligeramente ante las palabras que le dirige Hiparchia. Como si solo mirar a esa mujer le erizara todos los pelos de la nuca. Aunque su susto inicial se transforma en una mirada de indignación, sabiendo bien que ella no merecía aquellos reproches. De todas formas no respondió a los reproches; como si el silencio frente a la humanista fuera la mejor opción.

 Cuando Inara le habló, sin embargo, Peara respondió rápidamente. Le sorprendía la gratitud de la pirata, sintiendo que incluso era un poco inmerecida dado a que el gavilán Gavilano fue el héroe de la historia.

- Oh, no hace falta que me agradezcas Inara. Por cierto... puede que en tu hombro tengas una pequeña... marca de quemadura Gavilano, entre todas las opciones que evaluó, vio conveniente... apoyar un cuchillo al rojo vivo en el lugar en el cual te dio el dardo. Cuchillo calentado con mi éter. Creyó que podía tratarse de algún veneno. No funcionó... pero supongo que la intención es lo que cuenta...

 Esta última parte, que posiblemente le sacaba un poco de heroísmo a la historia, hizo que Peara hiciera una pequeña reverencia en señal de disculpas.

- Pido disculpas. Gavilano y yo tendríamos que haber estado más seguros de lo que hacíamos. Quieres... ¿Quieres que me vaya? Si te hace sentir más tranquila, claro...

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21/08/2019, 23:14
Adalo di Taran

Terminadas las tareas y viendo como iban tomando habitaciones mis compañeros hice lo propio siguiendo la corriente del grupo, una vez aseado y cambiado de ropas baje a reunirme justo para escuchar como Eridian y Gavilano charlaban sobre la cena.

- Siento ser la voz discordante de nuevo pero me gustaría recordaros que no hay mucho por lo que celebrar... Somos miembros en el papel de la casa de las rarezas, por supuesto, pero todos sabemos que hasta que un miembro no nos acepte solo somos impostores documentados. 

Ajuste la vaina de mi sable y me senté en una de las sillas del salón, estaba un poco cansado por el viaje a caballo.

- Lo que ha comentado Gavilano sobre la puerta del comandante me da pie a comentar que quien o quienes hayan conspirado en contra de la casa pueden estar observándonos en todo este tiempo, quizás esperando el momento para terminar el trabajo, o que clase de amenaza somos para sus planes. Por lo que pediría prudencia y por supuesto no emborracharse y perder la consciencia ebrios como cubas.

Algunos botones del traje eran incómodos sentado como estaba, era un traje de gala militar muy pulcro y ornamentado, hice un gesto como para desabrocharme algunos pero lo refrene y continué hablando.

- No deseo ser un aguafiestas de unos jóvenes tan entusiastas, perdonadme si soy brusco, pero estoy sentado en lo que parece ser un posible lugar de un crimen, y esta ciudad es donde se esconden nuestros enemigos, los que hemos heredado como tales al firmar el documento, debemos ser cuidadosos compañeros o quizás desaparezcamos todos una buena mañana como los otros miembros de esta casa.

No estaba muy a gusto sermoneando a mis iguales, tampoco estaba muy acostumbrado a estas situaciones, decidí terminar y quedarme sentado esperando que decidía el resto.

 

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22/08/2019, 13:11
Gavilano

Gavilano, que seguía detenido en el umbral de la puerta, escuchó la réplica en contra del plan de la cena del veterano guerrero con cierta curiosidad. Comenzaba a hacerse una idea de la personalidad del militar y, aunque no estaba de acuerdo con su forma de ver las cosas, al menos era capaz de comprenderla. Era un hombre de guerra. Y en la guerra, cuando el enemigo está al alcance de tu arma, las cosas más complicadas pueden volverse simples.

-Adalo, tienes razón en muchas cosas. -Respondió con voz tranquila. -Sin lugar a dudas, estamos en peligro. Quienquiera que haya causado la desaparición de las Rarezas sin duda no ha sido derrotado. Probablemente esté atento a todos nuestros movimientos. Incluso si fueron ellos mismos los que cubrieron su huida, eso no nos garantiza seguridad. Todos tenemos que ser conscientes de que el riesgo pende sobre nosotros…

Dejó morir su última frase, de tal forma que sus palabras quedaron colgando un instante en el aire como un funesto presagio antes de que el silencio se alzara para tragárselas.

-Pero te equivocas también en algo. -Continuó de pronto, rompiendo el silencio, mientras su voz parecía cargarse de energía a cada nueva palabra. A pesar de todo lo que había dicho anteriormente, ningún miedo se reflejaba en los ojos azules del joven, sino simplemente determinación. -Sí que tenemos motivos para celebrar esta noche. Aunque sea sobre el papel, aunque luego tengamos que ganarnos el puesto delante del verdadero comandante, hoy somos Rarezas. Brindaré por ello, por todos nosotros, y por el tremendo trabajo que nos espera.

Hizo una pequeña pausa para tomar aliento, en la que cruzó una mirada con algunos de los presentes. Y entonces, con una sonrisa, continuó hablando con el entusiasmo empapando su voz de barítono.

-Y sobre todo, brindaremos porque no sabemos cuándo podremos volver a hacerlo. Mañana será el primer día de muchos. Los caminos que nos han traído a muchos de nosotros aquí han cruzado el mundo. Con todo lo que ha pasado estamos preocupados, cansados, tal vez asustados incluso. Y no nos conocemos. Pero tenemos que hacerlo, porque ahora somos compañeros. Somos familia. Y por eso vamos a salir. Edirian, Corlas, Yria, yo, y todos los que queráis acompañarnos. Y volveremos siendo un poco más de lo que éramos antes. Falta nos hace.

-Nadie va a quedarse tirado borracho debajo de una mesa de taberna, Adalo. Aún tenemos sentido común, y estaremos atentos. -Añadió, dedicando una sonrisa conciliadora al militar con voz más tranquila. A pesar del énfasis de sus palabras, Gavilano parecía que sabía lo que estaba haciendo. -Pero, aunque alguien acabara así, te aseguro que no le pasará nada. Porque las Rarezas cuidamos de los nuestros. Y creo que a todos nos gustaría que nos acompañaras también, compañero. Estaremos más seguros contigo a nuestro lado, estoy convencido.

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23/08/2019, 15:27
Inara

¡Vaya! - me miro a ver la marca/cicatriz que me ha quedado - ahora ya llevo la marca de la casa ajjajaja.

La verdad es que no tenía ningún problema con que se quedara, tampoco si se iba - puedes quedarte Peara, no tengo inconveniente - y si decide irse, antes de que lo haga, me apresuro a preguntar- ¿De qué os conocéis? ¿Sois de la misma ciudad? - la curiosidad me asalta, sabía que se llevaban mal, pero no sabía la causa, y me intrigaba.

Notas de juego

Después de que me comenten me iría a bañar

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23/08/2019, 18:49
Hiparchia de Menas

Hiparchia se relajó al ver que la valiente marinera se tomaba su nueva cicatriz con humor y filosofía. Pero poco duró el momento de comodidad, pues la pregunta de Inara volvió a tensar las cosas. 

¿De qué se conocían? 

Parecía como si hubiera pasado una eternidad desde aquel. Desde aquellos tiempos. Peara e Hiparchia. Hiparchia y Peara. Las alumnas más sobresalientes de aquel año en la Facultad del Éter. Las dos brillantes, pero de carácteres opuestos. Incompatibles, quizá. Una debía su éxito a una dedicación y sacrificio extraordinario, la otra hacía uso de recursos menos ortodoxos... y legales. La rivalidad entre ambas, de sobra conocida por los profesores y alumnos a las pocas semanas de empezar el curso, había explotado en más de una ocasión. Acusaciones cruzadas, malentendidos, algún que otro enfrentamiento... Solo la distancia había puesto paz entre ambas. Y quizá el tiempo habría podido curar las heridas. 

- Peara es una vieja amiga. -Sonrió con una sonrisa burlesca. Y una excelente vocalista, casi la mejor, diría. Recalcó el casi, como sin darle importancia, con cierto deje de condescendencia. Coincidimos unos meses durante nuestra formación académica. ¿No es así, Peara?

 

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24/08/2019, 07:56
Peara de Valdebrian

 La curiosidad de Inara había traído un tema desde el fondo de los recuerdos de las dos académicas. Un tema que probaría ser el elefante de la sala, debido a que hasta el momento ambas mujeres habían evitado el trato directo. Recordar viejas añoranzas de su pasado en la Facultad del Éter podía ser algo incomodo, pero tampoco era cuestión de velar todo tras un manto de misterio por mera infantilidad. Por lo que, luego de que Hiparchia buscó apoyo en ella para contar su historia (sin dejar pasar la oportunidad de dar un guiño a su vieja rivalidad), Peara tomó la palabra.

- Pues... pues es como dice Hiparchia. Ella y yo nos conocemos de nuestros estudios en Valdebrian... en la Facultad del Éter, principalmente. Yo soy oriunda de aquella ciudad, mientras que... bueno, ya lo debes saberlo, Hiparchia es de Menas. Era extranjera. Recuerdo haber querido guiarla por la academia cuando la vi por primera vez por los pasillos de la Universidad... aunque rápidamente mostró haber estado muy bien plantada sobre sus pies. Luego de eso, hemos compartido algunos cursos... y bueno, la investigación en el éter ha sido una pasión de ambas. Casi... una sana competencia para avanzar en tal divino campo de conocimiento. Si bien soy una vocalista agraciada, como ha dicho Hiparchia... ella no se queda muy atrás mío. Y sus técnicas en gramatología son admirables; si bien muchos de sus estudios estuvieron basados en mis hipótesis lexicológicas de trabajo...

 Peara se mostraba emocionada al hablar del éter, como si estuviese dispuesta a desplegar todo su desempeño académico si no la parasen. Mas era evidente que el ego de la académica era grande al referirse al éter; rápidamente clasificándose como superiora a Hiparchia en un área y dejando en claro que aquella mujer partió de ideas suyas en otra área. No parecía ser hecho en mala intención, pero aquella actitud podía evidenciar parte de lo que podría haber causado una rivalidad... no tan sana en el pasado.

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24/08/2019, 10:11
Hiparchia de Menas

Hiparchia ahogó una carcajada que interrumpió el pretencioso discurso de la estudiosa. 

... hipótesis que, por otro lado, resultaban evidentes. Carecían de actividad creativa, querida. Y si crees además que fuiste la primera en formularlas, estás errada. Te recomiendo que consultes los manuscritos de Manix y Pompeo, cariño, es probable que se te hayan pasado por alto. -Sabía de sobra que las hipótesis de Peara era de valor y conllevaban cierto ingenio, pero cualquiera hubiera podido formularlas con un poco de estudio basándose en el trabajo de aquellos que vinieron antes. 

Era aquella soberbia lo que le había sacado de sus casillas entonces y lo seguía haciendo ahora. Qué pretencioso atribuirse la entera originalidad de aquel trabajo, obviando el esfuerzo de muchos otros que la precedieron. Qué fácil era ver tan lejos cuando uno estaba sentado sobre los hombros de gigantes. 

Con un gesto de prestidigitador, sacó una moneda de hierro de la nada. Bueno, en realidad la guardaba en uno de sus múltiples bolsillos secretos, siempre fácilmente accesibles, si sabías dónde estaban. La lanzó al aire y la siguió con la mirada. Cuando la moneda caía, a la altura de los ojos de Peara, la pieza se detuvo, quedándose posada en el aire, como sostenida por una mano invisible. Si uno se fijaba con atención, la moneda no había detenido del todo u caída, sino que se desplazaba a una velocidad muy reducida, como sumergida en un entorno viscoso. 

La mano izquierda de Hiparchia rozaba el caldero de agua caliente, mientras su diestra estaba alzada, ligeramente tensada. La superficie del líquido vibró emitiendo un suave tono metálico. Hiparchia sonrió, satisfecha. 

- Pero no todo en esta vida es el estudio del éter. Si bien coincido contigo en que la instrucción y la práctica lleva a una a alcanzar la perfección, hay cosas que no se pueden aprender en los libros, ni en las clases.

De nuevo había puesto el dedo en la llaga. Sabía que Peara odiaba aquello, su capacidad innata para hacer aquellos trucos. Sin lexicología, gramatología y, sobre todo, sin pronunciar una sola palabra. La moneda cayó, como sujeta por un hilo invisible, lentamente, hasta apoyarse en el regazo de la de Valdebrian. 

-Pero basta de cháchara, nuestra querida amiga Inara necesita un poco de privacidad. Además, el tiempo se nos echa encima y aunque prefiriera cortarme un dedo del pie que asistir a esa estúpida ceremonia, creo que todas deberíamos estar presentes, y puntuales. Por su parte, no tenía ninguna intención de prepararse, ya fuera con maquillaje o con un atuendo más elegante, así que estaba lista. 

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25/08/2019, 18:51
Director

Tras la pequeña charla de Hiparchia y Peara, rememorando vuestra vieja rivalidad y con la extraña curiosidad de coincidir en el mismo lugar en circunstancias tan particulares, ambas mujeres salen a sus respectivos cuartos (eligiendo dos cualesquiera de los que están abiertos) para prepararse para la cena. 

De la misma forma, Inara se da un baño y cambia sus pantalones por unos que encuentra en el armario que parece que le sirven perfectamente. Casualidades del destino, eso y que Corlas tuvo la habilidad de elegir la habitación adecuada. Al final todas podéis arreglaros más o menos (Inara, sin maletas y sin ropa adecuada, menos) y al cabo de una media hora o cuarenta minutos bajáis a reuniros con el resto del grupo que os espera para salir en la planta baja de la mansión, en el salón. 

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25/08/2019, 19:03
Edirian

Mientras esperáis que las tres mujeres bajen, veis que Edirian escucha el intercambio de Adalo y Gavilano con una abierta sonrisa y curiosidad, comentando (o explicando) lo que ocurre a Corlas, que se rie abiertamente y comenta algo hacia el muchacho que asiente.

- Corlas quiere recalcar, maese di Taran, que nosotros no somos unos indocumentados - dice el muchacho interviniendo en la discusión-. Nosotros tenemos contratos firmados por Andon Dubio: el Hacedor Sombrío, salvador de dinastías. Vuesa merced puede no sentirse un miembro de pleno derecho, pero por mi parte, no tengo nada de lo que avergonzarme. Y voy a salir, y beber, y divertirme, porque... - suspira, sin saber muy bien que decir, hasta que se encoge de hombros y lo dice-. Porque me apetece. No tengo miedo de nada ni de nadie, si soy sincero - sonríe el chico con afabilidad-. De nada sirve una vida de apatía y paranoia aparte de transmitir debilidad. Alguien que solo mira detrás de su hombro no inspirará confianza ni se ganará el respeto de los suyos.

Luego se vuelve hacia Gavilano, un segundo, con una expresión amable y jocosa.

- Amigo mío, vas a discurso inspirador por minuto - se ríe, divertido-. Me siento tan inspirado ya que no sé si un par de buenas copas van a levantarme más el ánimo. Reserva algo de tu campaña electoral para mañana, porque yo pretendo olvidarme de todo a base de copazos, y seguro que no soy el único, la... ¡Ahí vienen las señoritas!