Partida Rol por web

La Casa de las Rarezas

Capítulo 1 - Un nuevo comienzo

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16/09/2019, 00:48
Esla d'Iridar

Mientras Inara intervenía no le apartó la mirada. No tenía un gesto especialmente hostil, pero apretó tanto el cubierto con la mano que al soltarlo le quedaba una marca en la palma. 

Notas de juego

-Por si alguien quiere fijarse, o tirar percepción, o algo así. 

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16/09/2019, 12:16
Adalo di Taran

Adalo había estado esperando el momento para intervenir, asintió a algunas palabras de Viero y Gavilano y rascando ligeramente su barba ante la intervención de Esla, pensativo ante lo que la joven argumentaba. Pero cuando Hiparchia se refirió a el en aquellos términos no pudo contenerse.

La silla en la que estaba sentado voló por los aires y se rompió parcialmente tas chocar con una de las paredes del salón, su mano se había movido rapidamente hacia la empuñadura de su sable y su mirada no dejaba lugar a dudas, las afrentas contra él se pagan con sangre. Repitelo. Pensó para si mismo mientras usaba toda su fuerza de voluntad para no lanzarse contra la erudita, poco a poco dejo que la tensión se fuera deshaciendo, pero su mano se negaba a abandonar el tacto de la empuñadura.

- Haríais bien en cuidar vuestras palabras Hiparchia, puede que vuestra vida dependa de ello algún día. Y ya que os he dado este consejo sin que me lo hayáis pedido os daré otro por el mismo precio. Leer algún libro de historia reciente, la casa de las rarezas ha sido expulsada de Turia, por lo que relaciones favorables con mi nación son más que improbables.

Dio un largo suspiro y miro con algo de arrepentimiento a la silla parcialmente rota. ¿Cuanto aprenderé a controlarme? Volvió la vista al grupo y continuo.

- Como supongo que les pasara a todos estoy de acuerdo con algunos puntos aquí expuestos y en contra de otros, intentemos buscar los puntos en común y dejemos las pullas para las conversaciones de taberna. Como bien dice Viero las aptitudes de cada uno son lo que podemos aportar al grupo, y desde un punto de vista estratégico vital tanto para los oficiales como para los compañeros... Pero ahora mismo creo que su mayor valor reside en que sería una prueba fehaciente de la confianza que como COMPAÑEROS nos profesamos unos y otros, pruebas que solo he visto en vacíos brindis y flirteos.

Soltó por fin su sable y continuo hablando:

- Comenzare yo para dar ejemplo, como militar he sido entrenado en el manejo de casi todas las armas disponibles en un arsenal militar, he sido instruido en la etiqueta desde niño y mi don me permite acelerar la fuerza cinética que genera mi cuerpo. Vuelvo a poner sobre la mesa mi anterior propuesta, cuatro capitanes serán elegidos inicialmente y ente ellos elegiremos un comandante que se halla ganado el puesto y nuestro respeto con sus acciones y liderazgo. 

Trago saliva y durante un momento quedo en silencio.

- Para terminar os diré que mis intereses actuales podrían chocar con los de esta casa, por lo que no me postulo para ninguno de los cargos que estamos discutiendo hoy, pero si se me permite seré consejero del que quiera aprender de un veterano soldado.

Adalo volvió a mirar con ojos desafiantes a Hiparchia y buscando otra silla de la misma mesa volvió a sentarse y beber un poco de su taza de café sin apartar la mirada de ella, como un cazador que ha seleccionado una presa.

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16/09/2019, 18:01
Cael di Venture

El joven de los Venture realmente tenía ganas de inspeccionar la casa, sobre todo después de saber las trampas arcanas que se escondían tras esas paredes, sumido en la curiosidad de saber qué custodiaban con tanta fuerza. Tendrá que esperar. En realidad se hubiera marchado tan tranquilamente si no fuera porque parecía estar todo descolocándose, creyendo que no tardarían en sacar las espadas y batirse en duelo entre todos.

Asintió en silencio a la petición de Gavilano de esperar, quedándose con la espalda pegada a una de las paredes simplemente esperando a que terminaran los discursos, los intentos de convencer al resto de quién era mejor y comprobando las ansias del puesto de los más discretos, adjudicándose el papel entre palabras. Resultaba incluso divertido, al menos hasta que Hiparchia abrió la boca.

- Vamos, ¿no erais amigos de juerga? – Se acercó lentamente hacia el centro de la sala, colocándose entre Hiparchia y Adalo. No dudaba que pudiera defenderse, más bien quería evitar una disputa innecesaria.- Primero pedís confianza pero, ¿por qué no dejamos de lado las florituras y etiquetas? Aquí somos todos parte de “Rarezas”, es decir compañeros ¿no? Mientras estemos bajo este techo no hay nadie de Iridar, ni Turia, ni Venture, simplemente somos Esla, Arden, Adalo y Cael.- Desconocía si el resto tenía algún título significativo de tal envergadura, aunque se entendía a qué se refería.- Con eso claro podéis elegir un comandante o capitán. Todos tendrán ventajas e inconvenientes, que no os líen por un título.- No sabía si se había entendido su propuesta aunque, en realidad, tampoco ayudaba demasiado al problema. Poco van a durar.

Dicho aquello, fue directo hacia la mesa donde estaban las cosas para coger un vaso y echarse un café, dándole un sorbo y esperando a que siguieran con la charla.

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16/09/2019, 18:15
Edirian

- Divertido, ¿eh? - ríe desde su asiento Edirian, que ha cogido uno de los dulces y lo disfruta observando la escena. Durante todo este rato ha hecho de traductor hacia Corlas, que está sentado a su lado. Cuando se ríe, se lleva la mano a la cabeza, con dolor evidente por la resaca-. No lleváis ni cinco minutos y ya estáis echándoos al cuello. Fabuloso.

Moja el dulce en el café, mientras continúa. Se ve que la situación le divierte y molesta a partes iguales.

- Venga. Yo rechazo cualquier cargo de Comandante. Es mejor que mis habilidades queden en un cómodo segundo plano. Por tanto voy a pedir que se desestime un concurso de capacidad porque os vencería a todos - afirma, con tal seguridad en si mismo que no dudáis que cree lo que dice-. A diferencia de Adalo prefiero no revelar cuales son mis dones, pero en cualquier caso, si llega la hora de mostrarlos os aseguro que son dignos de esta casa. Y esto viene a cuenta de algo. A Corlas, a Yria y a mi, nos firmo el contrato el bueno de Andon Dubio. De la misma forma firmó el de Viero. Y el de las Iridar está firmado por Caedus, ¿no es así? En cambio, escucho a algunos como el bueno de Gavilano dar lecciones sobre lo que debe ser o no un comandante de esta casa, cuando nunca fue realmente admitidos por un verdadero miembro de la casa. Ya me entendéis. 

De un trago, se mete el dulce en la boca y comienza a masticar.

- Mi voto, si es que vamos a votar, es para Esla - dice con la boca llena-. Y voy a explicarlo. Habláis de neutralidad como si tuviera sentido alguno. Refrendo lo que ella ha dicho: las Rarezas no son neutrales, toman partido y hacen enemigos. Como bien ha dicho Adalo, fueron expulsados de Turia, causaron la ruina de los Andrimel, y son temidos por casi todas las casas de esta ciudad.  Habláis de su pasado como algo malo, y yo ahí veo una historia de las que encajan en esta casa. Una historia de asesinatos, venganzas, un nombre temido por esta ciudad. Eso es algo digno de las Rarezas, y algo que dará que hablar. Y no sé si sois conscientes, pero necesitamos que tenga relumbre. Ahora mismo somos cuatro desconocidos habitando el salón de héroes de epopeyas. Necesitamos... Un nombre de peso.

Da un trago al café antes de continuar. 

- Pero de todas formas, lo único que me importa es que es la única con narices de ser sincera. Hiparchia, Gavilano, Inara, Viero, jugáis a proponeros como el comandante pero no tenéis el valor de decirlo con claridad. Cael tiene razón: el ser sibilino y articulado os funcionará muy bien en según que casos, pero de un líder espero que diga su opinión y que la exprese con ganas. Os sobra labia pero os falta entereza, en mi opinión. Ala. Esla tiene mi voto. Ah, y dama Inara, si tan segura estás de burlarte de ella, rétadla a un duelo, por favor. Seguro que es digno de verse - se ríe. 

Parece que va a terminar de hablar, volviendo su atención a los dulces, pero el muchacho levanta la mano.

- Oh... Me olvidaba. Adalo no me conoce, pero yo a él sí. No en persona, pero si por reputación, de mis tiempos en Turia. Todo el mundo sabe que defendió a las Rarezas cuando fueron expulsadas de Turia y se ganó muchos enemigos por ello. El buen general es el tipo más leal a esta casa de los presentes. 

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16/09/2019, 18:17
Yria

En ese momento oís una carcajada desde la puerta.

- ¡JA! - se ríe Yria, apoyada en el marco de la entrada del salón-. Claro. La nena los rizos, pa que s'escojonen de nosotros to Duriel. Un pijo. S'hay que elegir a uno, mi voto pa la pirata - comenta señalando a Inara-. Guapa, fuerte, nadie s'escojonará d'ella. El Gavilano ese no, que me la agarra con la mano - suelta sin más, y empieza a reirse a carcajadas.

Un discurso mucho menos articulado, pero eficaz de todas formas.

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16/09/2019, 18:20
Finnaes di Bassid

Finnaes prefiere permanecer en un cómodo silencio. Pero lo interrumpe en un par de ocasiones.

- Yo no tengo voto. Si queréis mi opinión sobre quien debería mandar, la daré, pero recordarlo: soy externa a la casa. Si perteneciera a ella no podría defenderla ante la ley. Así son las cosas. No puedo dirigir ni votar, simplemente no es mi papel. Mi papel es actuar de guardiana del cumplimiento de las leyes internas de la casa. 

Bebe un poco de café.

- El sistema de decisión es claro: se elige a un comandante interino. Este comandante elige a los capitanes. Si queréis acordar entre todos que se elijan los cuatro oficiales primero, y luego el comandante... Eso deberíais estar todos de acuerdo. Pero la normativa es esta - explica la abogada-. De cara a la elección de un nuevo comandante, pues podéis votar. Podéis hacer un torneo para dirimir quien es el combatiente más hábil. Yo diría que si vais a votar sea a mano alzada, pero también podríais hacer un voto secreto. Es cosa vuestra. 

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16/09/2019, 18:24
Corlas far Fusseim

Corlas permanece sentado, en silencio, mirando su cuaderno. Pero escucha. El enorme pelirrojo parece atender a toda la escena y a lo que Edirian le explica en su idioma. Llegado este punto de la discusión se levanta y dice, sin más.

- Andon Dubio. 

Y se vuelve a sentar.

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16/09/2019, 19:23
Vairan

Al escuchar la intención del joven Venture por un instante tuve la tentación de ir tras él para acompañarlo, al fin y al cabo yo aún no había explorado la casa ya que la noche anterior simplemente me había dejado guiar por mi instintos y había aparecido en la zona de las habitaciones de los miembros de la casa, tomando posesión de la primera que me pareció ver libre, pero no había hecho nada más ya que tenía asuntos más urgentes, y más agradables, que tratar.

Pero con la sucesión de discursos que vinieron a continuación prefería mantenerme sentado en mi sitio, escuchando los desesperados intentos de muchos de los presentes por optar al puesto. No iba a negar que el día anterior había aparecido allí con la misma intención, pero después de haberlo meditado tranquilamente ya no estaba tan seguro que ser comandante fuera lo mejor para mis intereses. Y quien se llevaba la palma de la desesperación por conseguir el puesto era una de las muchachas d’Iridar.

Fue precisamente su discurso el que me alteró especialmente y, a medida que escuchaba sus palabras sentía el dolor de mi mandíbula firmemente apretada y me di cuenta que mis puños estaban igual de apretados. No podía mostrar mis emociones tan claramente, y mucho menos debía explotar como acababa de hacer Adalo, así que respirando hondo intenté tranquilizarme, aunque me resultó bastante difícil conseguirlo.

No esperaba que un grupo de desconocidos se llevaran bien nada más conocerse, pero allí había rencillas demasiado arraigadas, intereses demasiado egoístas, heridas demasiado profundas que saltaban por los aires al más mínimo roce. No está mal, pensé esbozando una sonrisa de medio lado dándome cuenta que muchos de los presentes se mostraban demasiado transparentes en sus emociones.

Visto lo visto y que aquella reunión, como no se controlaran, tenía todos los visos de terminar muy mal, opté por levantarme de mi asiento para dirigirme a la puerta pero, a mitad de camino, me detuve para hacer un par de comentarios, los últimos por el momento o eso era lo que pretendía.

Quisiera hacer un par de puntualizaciones a lo dicho por algunos de los presentes —miré primero a Eidirian—, el comandante Caedus no sólo firmó el contrato a las damas d’Iridiar pues mi contrato también lleva su firma, aunque no sé hasta qué punto eso puede ser importante —en esos momentos a cínico no me ganaba nada. Después centré mi atención en Esla d’Iridiar, mirándola profundamente a los ojos antes de hacerle una leve reverencia que imitaba a la perfección el comportamiento de los nobles—. Estoy de acuerdo que la Casa de las Rarezas nunca ha sido ni será neutral —estaba haciendo un gran esfuerzo para no rechinar los dientes—, de hecho siempre se ha guiado por sus propios intereses sin vincularse con nadie. Se ganará nuevos enemigos al igual que se aliará con nuevos… amigos. Pero si el nuevo comandante es alguien perteneciente a la Casa d’Iridiar, o a cualquier otra casa de renombre, ¿no partirá con más enemigos de los que ya tiene la Casa de las Rarezas? —Hice un gesto con la mano como si estuviera espantando moscas—. Sí, ya sé, ya sé… también aliados —esto último no pude evitar decirlo con un poco de sorna—. Y una vez hechas mis puntualizaciones —volví a hacer una nueva reverencia, esta vez dirigida a todos los presentes y de una forma más exagerada— y con el permiso de todos los presentes me retiro. Como ya he dicho anteriormente no os conozco a ninguno, de hecho creo que ni recuerdo la mayoría de vuestros nombres, así que mi voto deberá quedarse… neutral —sonreí de medio lado mientras dirigía una mirada traviesa a Esla—. Es decir, mi voto es en blanco, seguiré las órdenes sin rechistar de aquel que salga elegido como nuestro comandante porque sé que lo elegiréis con sabiduría, algo que parece que a mí me falta.

Di media vuelta con la intención de salir de aquel salón para hacer lo que no había hecho el día anterior, explorar mi nuevo hogar, pero antes de salir giré la cabeza para decir unas últimas palabras.

Por cierto, el grandullón parece el más inteligente de todos —volví a sonreír y esta vez sí me dispuse a marcharme.

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16/09/2019, 20:08
Inara

Dejé que me respondiera Esla mas cuando iba replicarle, llegó la reacción de Ádalo. La verdad es que podría haber intervenido, sin embargo, permití que ocurriera (sus palabras y el destrozo de la silla), pues no advertí amenaza alguna contra Hiparchía a pesar de las palabras y los gestos del veterano - lento - Más para mí que para el resto. Y es que habían transcurrido unos instantes, quizás demasiados, entre que el viejo había asumido el comentario de Hiparchia y su reacción enfervorecida. 

Luego llegaron los comentarios de Edirian, Yria, Finnaes y Corlas, estaba claro que cada cual tenía su opinión y su valoración, también yo.

No te equivoques, Edirian, no estamos discutiendo sino tanteando - no era muy habitual luchar y hablar a la vez - Gracias Yria - no creí que surgiera un apoyo en el grupo, tampoco lo había pedido; pero me gustó. - La verdad Edirian, es que, te creía más avispado, en ningún momento me he postulado como comandante - es evidente, igual esta gente confundía el hablar con presentar candidatura a un puesto - Ésto es una casa, no un barco - pateo el suelo - no hay agua debajo. Podré prestaros mi ayuda cuando sea oportuna, pero yo no me veo con capacidad para dirigir ésto - el enano estaba muy equivocado conmigo, vamos... pretender que yo me postulara a dirigir a toda esta gente en el continente, me entra la risa.

Y de igual manera que yo no me veo, también podré decir a quién no veo - traté de no ser muy incisiva, no fuera que rompiera más sillas - Él mismo se ha descartado y lo aplaudo porque yo tampoco te veía - la experiencia es un grado de conocimiento pero era lento y perdía los nervios con facilidad. En un primer momento pensé que de mayordomo con ese carácter y dado que le gustaba dar órdenes podría funcionar muy bien, de contramaestre en un barco tendría su aquél - Tampoco veo a Viero, aunque bien podría ser uno de los capitanes o Gavilano. Tampoco descarto que lo fuera Peara o Hiparchía, sabiduría no les falta. La verdad es que, tras la noche de ayer, me salen unos cuantos nombres como candidatos a muchos puestos.

Vuelvo a por otro rosco de crema - no te veo Arden, pero de capitán sí y - clavando la mirada en Edirian - en un duelo puede que me derrote, o no; veo a muchos con armas aquí y por su colocación, su tamaño y qué gesto hacéis cuando tocáis la empuñadura, puedo deducir muchas cosas - la ventaja de pasar unos cuantos años en los barcos es que, a falta de cuadros, de libros, de universidades, te fijabas en las personas, en los detalles, los estudiabas: ese gesto, aquella mueca, las costumbres, las manías... Todo estaba ahí, sólo había que fijarse - En el continente hay reglas para los duelos... - que si la etiqueta y el protocolo - ... para todo hay reglas. En alta mar hay más libertad.

¿Por dónde iba? - Con tanta interrupción, cuesta centrarse en lo que se quiere decir - Como bien dice Cael, ahora somos compañeros, así que, si te he ofendido Arrrrdddenn, mis disculpas ¿se dice así? Lo dicho, no contéis conmigo para comandante, y para capitán pues teniendo a tanta gente de la noblezzza, habiendo algunos sido elegidos por antiguos miembros de la casa, teniendo tanta exxxperiennnncia en toddddoo, reconozco que va a ser difícil que alguien a parte de Yria decida que una pirata que ha llegado poco menos que por casualidad aquí, ocupe semejante cargo -  y además viendo la competencia, ¿para qué? con la libertad que da tener cuantas menos ocupaciones mejor, menos responsabilidades. 

La verdad que formar parte de la casa para mí ya es un premio, y no soy avariciosa - a pesar de ser pirata.

Vairan, quédate, aún hay roscos de crema - aún no me los he comido todos.

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16/09/2019, 20:49
Encapuchado

Mientras todos comienzan a tirarse a la yugular los unos de los otros, de pronto notas a alguien detrás tuya. Te giras y ves la misma sombra del día anterior, apoyada de pie contra la pared. Observa los dulces y el café, desde las profundidades de oscuridad de su rostro. Casi dirías con anhelo.

Buenos días, Pee - comenta-. ¿Están ricos los pasteles? Mejor que esos chiflados de tus compañeros seguro. Ay... Las ansias de poder. Lo sabré yo bien, oh, si. No digas nada, que te oirán, tu come tranquila. Daba lo que fuera por probar un pastelito de esos. Tendré que crear uno, pero al final no sabrá del todo igual. Lo más...

En ese momento se gira. Ves que mira a Gavilano que, te das cuenta, está mirando hacia el con cara atontada.

Anda. Ese puede verme - dice el encapuchado, y desaparece sin más.

En ese instante te encuentras bien, solo un poco aturdida. Te queda la duda de si contar eso de nuevo o guardarlo para ti. Lo cierto es que... No sabes si alguien aparte de Gavilano podría creerte.

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16/09/2019, 20:50
Encapuchado

Mientras toda la escena discurre a tu alrededor, con puyas, insultos y ataques, de pronto te giras y ves a una figura detrás de Peara. Flota. Una capucha cubre su rostro, no dejando ver que se oculta tras la oscuridad velada que tienes delante. Y aunque parece que habla hacia Peara, que está oyéndole con claridad, nadie más que ella, y tú, parece ser capaz de verlo. 

De pronto la figura vuelve su rostro de sombras hacia ti. Y dice con una voz masculina y sorprendida.

Anda. Ese puede verme.

Y desaparece. No sabes si decir algo o no, porque lo que está claro es que aparte de Peara, nadie ha visto ni oído nada. 

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16/09/2019, 20:50
Edirian

Siento decepcionarte, Inara querida, pero soy avispado - responde Edirian con sorna-. Lo que habéis hecho no es postularos, es insinuaros, algo que se os da muy bien. Defender vuestras virtudes y lo importantes que sois en medio de una charla sobre elegir el comandante es a lo que suena. Pero me alegra ver que te has borrado del cargo, porque honestamente, por mucho que la buena de Yria piense lo contrario, creo que serías una elección equivocada... En base únicamente a que en menos de un día en este casa fuiste la única en estar a punto de morir. Dice poco de tus aptitudes.

Se vuelve hacia el resto, en especial Gavilano e Hiparchia.

En todo caso, aclarar que no creo que ni Hiparchia ni Gavilano hayan actuado como han actuado por mala fe. Gavilano, mi buen amigo, eres así: palabras y palabras salen de tu boca con mucha virulencia, mucho más que la mía. E Hiparchia, respeto vuestra maestría y sabiduría, y me imagino lo difícil que será moverse en ese mundo. Solo digo que en mi humilde criterio, es mejor ser claro en esto, en si uno debe ser o no el comandante de esta casa, y muchos habéis insistido en quien no debe ser, pero excepto Esla, nadie ha dicho que quiera serlo. Eso es todo.

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16/09/2019, 21:03
Peara de Valdebrian

- ¡Oh, gracias Inara! Mi cabeza da más vueltas que el nudo gordiano...

 Peara, agarrándose la cabeza a dos manos, casi se emociona al escuchar el ofrecimiento de Inara de prepararle un té (o cualquier cosa que le hubiese dado; no le haría asco a nada que le sacara la resaca). Al recibir aquel brebaje, se lo toma sin segundos miramientos. Lo que le provoca una expresión de empalago ante la bebida. Aunque el segundo sorbo ya fue más aguantable; y el tercero hasta daba gusto tomar. El aguardiente no era lo suyo, pero lo aceptaba. 

- A los que veo con futuro para ser comandantes, hasta el momento... son a Gavilano, Inara y Lady Esla d'Iridar. Han sido las personas que han mostrado más carisma y actitud al mismo tiempo; combinado con seriedad cuando se la necesita. Es verdad que en muchos aspectos todavía somos extraños, pero uno nunca termina de conocer a los que los rodean... más cuando somos un grupo tan heterogéneo... Heterogéneo significa de distinta clase o naturaleza, por cierto...

 Esto último lo dijo mirando al gigantón Corlas; que seguramente se debe haber mareado entre todo el lenguaje rebuscado que manejaba la académica (que aún con resaca se las arreglaba para ser compleja en su habla). Entre el debate, escuchó que la pirata nombró su nombre como una posible candidata a capitana. La idea le parecía extraña; pero no del todo disparatada.

- Yo no me ofrecería como comandante. Se requiere un temple de acero para ese puesto; y yo no puedo levantar un tronco y tomar una copa sin tambalear. Sin embargo... me ofrecería como una capitana enfocada en la investigación. O consejera, incluso... si dejamos que el comandante elija a sus capitanes, le pido que nuestro futuro o futura jefe me tenga en consideración...

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16/09/2019, 21:08
Hiparchia de Menas

La reacción de Adalo fue tan predecible como esperaba, pero no por ello menos entrañable. Ahh, que simple es el corazón del hombre orgulloso. Como una espada oxidada, feroz en apariencia y robusta al peso, pero solo hace falta golpearla en el punto exacto para que quiebre y quede hecha añicos. En ningún momento despejó su mirada analítica de los gestos del antiguo capitán turiano. Aunque es verdad que si en algún momento mostró algún signo de alarma o preocupación resultaron del todo invisibles para los presentes. Hiparchia bebió tranquilamente de su copa, al tiempo que aguantaba, con una sonrisa endiablada, el chaparrón del viejo. A punto estuvo de soltar una carcajada cuando Adalo le dio su inestimable consejo. No pudo evitar echar una ojeada rápida a la portada del libro que estaba leyendo, y que ahora reposaba cerrado. En su portada de cuero marrón se podía leer el título, Cien años de guerras, la historia moderna de Iredia

No se sulfure, honorable Adalo, no estoy juzgando su pasado. Tan solo remarcaba un hecho objetivo, que a la vista de su reacción no podía ser más que puramente veraz. Es un desertor del ejército de Turia, sus motivos tendrá. Y unas relaciones rotas con el reino turiano no es lo mismo que una enemistad frontal. No había, de verdad, maldad alguna en sus palabras. La verdad era la verdad, independientemente de cómo reaccionase la gente al oírla. 

Se me ha denunciado por no ser clara en mis propósito y no puedo más que concederos la razón. Al igual que el resto de los presentes, he venido a la Casa por un motivo muy personal. ¿Qué clase de persona sería si errase por el mundo sin motivación alguna? Pero mis intereses no rozan ni siquiera tangencialmente el del resto de los aspirantes, de hecho, de solo imaginarme como comandante me entra la risa floja. Renuncio al cargo, por si hubiera alguna duda. Su mirada se posó en Peara. Aunque si tuviera que ostentar algún oficio, consejera se adecuaría perfectamente a mis cualidades. Me postulo en contraposición a la señorita Peara de Valdebrian. La competencia siempre ha sido enriquecedora.

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16/09/2019, 22:03
Gavilano

En silencio, Gavilano escuchaba las intervenciones de los demás, unas intervenciones que se estaban agriando rápidamente. El semblante del joven, que era impasible al principio, fue cambiando poco a poco. Desde un ligero hastío cuando Hiparchia volvió a lanzarle pulla tras pulla, hasta un profundo cansancio al escuchar la dureza en la voz de Esla, un cansancio que no parecía en absoluto motivado por el cansancio de la noche anterior.

-Escucha, yo… -Comenzó a decir en voz baja hacia la noble, pero de pronto se calló y abrió de golpe los ojos, sorprendido por la explosiva reacción de Adalo. Sin llegar a reaccionar, escuchó las palabras del viejo militar, unas palabras cuyo fuego fue apagándose gradualmente. Había sido una salida de tono muy poco adecuada, desde luego, y sin embargo se encontró asintiendo interiormente a la intervención del veterano.

Aún en silencio, escuchó a Cael con atención, pero fue el discurso de Edirian el que le afectó visiblemente. A medida que el joven burgués hablaba, el rostro de Gavilano fue cambiando. Sorpresa, indignación y tristeza pasaron fugaces por sus facciones, antes de que pudiera recuperarse y convertirlas de nuevo en una máscara inexpresiva. Para cuando Yria y Corlas hubieron dado sus opiniones, ya parecía haberse recuperado y levantándose, echó a andar hacia una de las ventanas del salón. Poco después, el ave rapaz que lo había acompañado en su llegada se posaba sobre la repisa de piedra y él se dedicó a acariciar la parte superior de su cabeza, pensativo, mientras Finnaes y Vairan daban su propia opinión. Chasqueó la lengua, terminando de ordenar sus ideas. Tarde o temprano debía contestar. Si decidía ese camino.

-Te la agarro con la mano. –Dijo mientras se giraba, mirando a Yria con una indiferencia que casi podría haber parecido que no veía a la bárbara. Las palabras caían arrastradas, una tras otra, retenidas por el cansancio. De todo lo que había oído, era con diferencia lo más absurdo, pero aun así empezó por ello. -Fascinante.

-Sinceridad. Vale, bien. Partiré de la base de que he al menos yo he sido sincero en todo momento. Sí, he bromeado, he exagerado, y he intentado pasármelo bien. Supongo que porque creía que estaba entre compañeros, y es así como creo que debería ser. –Se encogió de hombros, mientras miraba duramente a los que habían tenido los últimos turnos de palabra. –Veo que estaba equivocado. Y ya que parece que es el momento de ser más directos, seré más directo. Todo lo directo que sé ser.

Tomó aire, y torció el gesto, contrariado. Una reacción extraña, pero que para el que supiera observar dejaba claro que al apuesto joven no le resultaba fácil en absoluto hablar de sí mismo. Pero a pesar de todo, lo hizo, no sin cierta dosis de amargura.

-No tengo la más remota idea de a qué habéis venido los demás a la Casa de las Rarezas. Qué intereses tenéis o para qué queréis el poder de esta casa. Yo… yo me he tirado toda la vida sin un lugar propio. Viajando sin tener nada que abulte más que la bolsa que podía cargar conmigo y mi compañero. Si he venido a Duriel era porque tenía la esperanza de encontrar aquí un lugar distinto, uno en el que dejar de huir. Un sitio que poder considerar un hogar. Sí, entre la guerra. Entre las intrigas, los combates, todo. Pero en las Rarezas, al fin y al cabo… un sitio con otros a quienes llamar compañeros. Y eso no me hace mejor o peor que nadie. Como mucho más estúpido, porque cada vez veo más claro que soy el único con esa idea. No tengo interés alguno en usar esta Casa para ningún fin propio, ni busco poder. Tampoco aspiro a que lo entendáis, al menos no todos.

Los ojos de Gavilano barrieron la estancia, pero se posaron durante más tiempo en Esla y Edirian. Por un momento, el joven pareció luchar contra sí mismo, intentando detener el torrente de palabras que salía de su interior. Pero o bien perdió esa batalla, o bien decidió que en efecto era el momento de no dejar nada en el tintero. Cuando siguió hablando, la decepción y el enfado se mezclaban en sus palabras y hacían vibrar su voz.

-Me habéis llamado cobarde por no presentarme a comandante, varios de vosotros, de manera más o menos clara. ¿Se os ha ocurrido pensar, siquiera por un momento, que si no lo he hecho es porque no he querido hacerlo? Qué si he reflexionado y dado mi opinión sobre lo que se necesita en un comandante es porque quería ayudar a esta Casa y no porque estuviera intentando… ¿qué? ¿Robaros el poder? ¿De veras? ¿Y para qué cojones querría yo esa responsabilidad? Si no me había descartado de antemano es porque, de hecho, pensaba que mis habilidades podrían ser las que se necesitan ahora mismo, y que podría ayudar. Y porque quería ver primero qué tipo de personas sois.

-Porque no me gusta el cargo, y porque prefiero seguir a alguien en quien confíe que liderar yo. Pero si no encontraba a nadie al que seguir y aún considerara que merecía la pena ayudar a reconstruir la Casa de las Rarezas… a pesar de todo, podría haberme ofrecido.

-Pero sólo veo miserables rapiñando poder. Tan miserables que veis vuestra propia miseria y ansia de poder reflejándose en los demás. Si recordáis, yo os dije que un líder debe tener la confianza de aquellos que le siguen. Anoche sonreíais, y ahora os ha faltado tiempo para empezar a despellejaros como chacales sobre un trozo de carne. Dudo que yo no tenga vuestra confianza, pero desde luego vosotros no tenéis la mía. Creía que venía a un sitio distinto y esto es la misma mierda de siempre.

-En cuanto a ti… has tardado poco en volver a poner cara amable, pero hace un segundo estabas desestimando mi opinión porque no he sido invitado por un oficial antiguo. –Dijo dirigiéndose a Edirian, y en su voz se hizo aún más patente la decepción y el enfado. Era evidente que no se esperaba la actitud que había demostrado el joven burgués.  -Finnaes, por favor, resuélvenos una duda. Creo que a todos los que firmamos ayer nos gustaría saberlo. Trata sobre los aspectos legales del asunto que con tanta facilidad ha mencionado el señor Edirian. ¿El origen de nuestros contratos ofrece alguna diferencia? ¿Existen Rarezas de primera y de segunda? ¿Tal vez, los que pertenecemos a esa segunda generación no podemos dar nuestra opinión?

-¿Sabéis lo que opino de los que creéis que vuestros contratos de Anton Dubio y Caedus os hacen mejores que al resto? Parafraseando a Yria, cuyo contrato al parecer vale más que el mío, podéis agarr… ¿pero qué demonios? –Gavilano interrumpió su discurso de golpe, mirando hacia Peara, y parpadeó, dubitativo. Fue sólo un momento, pero sirvió para que el enfado del joven rubio se esfumara, sustituido por perplejidad, de forma que cuando finalmente continuó hablando, volvía a ser el de siempre, aunque sin la alegría de la que había hecho gala el día anterior.

-Ah… creo que me he dejado llevar un poco. –Dijo, sin referirse a nadie en concreto. –Pero al menos creo que he cubierto mi parte de sinceridad ¿no? Haced lo que queráis con ella. Y todo lo que he dicho… no lo decía por todos, aunque creo que es evidente. Y sin dar mi voto, doy una opinión. De todos los que estamos aquí, sólo seguiría a Adalo, Peara y Arden. Los tres me han demostrado, de distintas formas, que merecen mi confianza.

-En cualquier caso, a pesar de todo, la votación me parece secundaria ahora. Nos falta un miembro de la casa, y deberíamos preocuparnos por ella antes que por repartirnos las migajas de poder. Algo podría haberle pasado a Fantina.

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16/09/2019, 22:30
Cael di Venture

La Casa de las Dagas Voladoras.

Habían tardado apenas unos minutos en tirarse mierda unos a otros, algunos de forma más sutil, otros llamando a la puerta de un duelista sorprendiendo al noble de la estupidez humana. Sí, confirmaba que estaba siendo sumamente divertido.

Creo que he visto suficiente.- Terminó el último sorbo de su taza de café, dejándola en la mesa, a un lado, para diferenciarla del resto mientras se separaba de su rincón.- Parafraseando a Vairan, “mi voto es en blanco”. Me niego a escribir un nombre cuando parece que algunos se pelean como críos recurriendo a burlas o trapos sucios. Si eso es lo que nos espera para un futuro comandante no tendrá mi apoyo.- Había intentado, por petición de Gavilano, quedarse a la votación y escuchar sus propuestas, pero llegó a un punto que creía estar perdiendo el tiempo.- Si aceptáis un consejo, me tomaría un descanso de 10 minutos para reflexionar antes de seguir hablando, algo así como un “tiempo muerto” antes de que desenfundéis vuestras armas.

Ahora, si me disculpan, voy a dar un paseo por la casa para conocerla. Si alguien quiere acompañarnos, es bienvenido.- Agachó la cabeza como muestra educada de despedida, encaminando sus pasos al lado de Vairan.

Notas de juego

Perdón por el doble post, pero así sacaba a Cael de escena :)

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16/09/2019, 23:13
Inara

Me acerco a Edirian con un rosco de crema y café - Para el señor avispado - a ver si así cerraba el pico de una vez - tengo mis virtudes y mis defectos, como puedes apreciar, pero te equivocas porque mi grandeza no reside en no haberme caído nunca sino en haberme levantado siempre - le guiño el ojo - no siempre vas a tener razón, pequeño enano - aunque muchas veces aciertes - que aproveche.

La verdad es que, aprovecho para llevar roscos de crema y café al resto de compañeros que hay en el salón. 

Notas de juego

la verdad es que, soy la que más tropiezos ha tenido en menos tiempo: lo de la puerta y lo del barco, esperemos que la tercera tarde en llegar.

Me siento bendecida xD

O que el demonio cuida bien de los suyos^^

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16/09/2019, 23:27
Finnaes di Bassid

- No, Gavilano. Quien firme el contrato es irrelevante. Y viendo que esto se está caldeando... Permítanme darles un consejo - dice entonces la abogada, justo antes de que Edirian alce la voz para responder.

Y lo hace en un momento oportuno porque hay una mirada de ira en Edirian muy peligrosa, cuando escucha a Inara acercarse a él. Es Corlas quien le pone una mano encima al muchacho, y comienza a hablar con este antes de que haga algo que se pueda arrepentir. 

Finnaes avanza hacia el centro de la sala.

- Aquí ha habido discusiones peores. Relajaos - dice con tono distendido-. Es parte del oficio. Quizás no por poder, porque esta situación no se ha dado. Pero si porque misiones tomar, que caminos seguir. Las habrá peores. Yo, personalmente, no veo capacitado a ninguno de ustedes para ser comandante. No lo digo como insulto, lo digo porque tienen que llenar unos zapatos muy, muy grandes. Pero si pudiera votar a alguien votaría a Corlas o a Peara. Dado que Corlas no habla darguiano, diría que Peara.

Mira al grupo con calma.

- Algunos nadais en la ira, en la tensión - les dice mirando a Adalo, a Esla y Edirian-. No sé que buscáis, ni que esperáis, pero no forjaremos un lugar unido si seguis por ese camino. Debéis tranquilizaros, cortar los insultos y acusaciones. Y otros - dice volviéndose hacia Hiparchia e Inara- os comportáis con una frivolidad que me pasma. Este momento es determinante, puede servir para decidir el futuro de esta casa. Vuestra casa. Todos tenéis contratos firmados, de igual validez, que tienen un gran salario y unas condiciones estupendas, pero que también implican obligaciones y responsabilidades. Los únicos que han actuado con mesura, pensando sus palabras, y sin arrogancia han sido Peara y Corlas que... Parece que quiere hablar.

La abogada retrocede dejando al grandullón, que se pone en pie mirando a Edirian. Pero antes de que este hable, Finnaes hace un comentario.

- Este momento es complicado. Lo sé. Elegir quien gobernará este lugar, quien será el responsable de tomar según que decisiones... Entiendo que sea dificil. Y tenso. Por favor, les ruego que recapaciten. Estamos a tiempo de enmendar según que cosas. 

Notas de juego

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16/09/2019, 23:50
Edirian

Edirian, que va a hacer de traductor, pone la mano en el hombro del gigante, antes de que este intervenga. 

- Perdonadme... Quizás Finnaes tenga razón - reconoce, con sinceridad, volviéndose hacia Gavilano-. No digo que tus contratos sirvan o no sirvan, Gavilano. Digo que estáis desestimando que Esla pueda ser una comandante cuando fue seleccionada por Caedus en persona. La diferencia no es en el peso, la diferencia es que estas personas, incluyo a Vairan del que me había olvidado, fueron invitadas por los antiguos señores de este lugar. Quizás porque vieron algo en ellos. Otros de vosotros, no. Y es una realidad. Quizás si las circunstancias fueran distintas algunos no habríais sido admitidos - suspira. Da la sensación de que quería disculparse y está haciendo lo contrario, así que niega, frustrado-. Nadie pasó ni la más mínima prueba de habilidad para entrar porque era necesario que hubiera reclutas. Los que fuimos seleccionados antes de esta terrible situación lo fuimos por algo, así de simple. Sé que suena a un insulto pero es cierto. Los que tienen contratos previos demostraron ante la casa su capacidad. Eso es, en sí, un argumento. Pero no tengo nada en tu contra, lo creas o no, y me disculpo. 

Hace una reverencia honesta hacia el rubio caballero, que ve herido por sus palabras.

- Yo vengo de ambientes distintos a los tuyos. Vine aquí por necesidad y por una invitación en un momento oportuno. Pero yo he navegado mucho tiempo entre palabras dulces y labias desmedidas. Y sé moverme entre ellas... Pero no es lo que quiero para este lugar - explica, intentando hacerse comprender-. Quería sinceridad, claridad, como tú dices, Gavilano, la camaradería para ser claro y no andarse sin rodeos. Y permíteme que te diga esto... No eres directo, Gavilano. Ahora sí has sido claro, pero has hablado mucho antes de esto, llenando el salón de tus palabras en las que, dilo como quieras, te presentabas como candidato para comandante de la casa entre florituras y excesos. Y... Lo dicho. Que sepa manejarme entre los juegos de palabras, entre las verdades y las mentiras, no quiere decir que me guste. Por eso he dicho que mi voto va para Esla, porque es obvio que ella también podría haber hecho lo mismo, y sin embargo, ha sido clara. Pero... Me cuesta entender si eres honesto o no, y es simplemente porque disfrazas la verdad con florituras. Y eso me recuerda a la corte y a lo que se mueve entre los velos de la nobleza. En todo caso, tienes razón con lo de Fantina... Cuanto antes resolvamos esto, antes podremos ir a buscarla. ¿No está en la casa? En fin, Corlas quiere hablar, no le hago esperar más.

Se vuelve hacia Corlas.

- Adelante, amigo mío.

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17/09/2019, 00:03
Corlas far Fusseim

Desde la voz de Edirian, oís la traducción de unas palabras que no entendéis. Corlas habla con voz profunda, grave, que resuena con serenidad en la sala.

- "Tengo poco que decir. Ya he explicado que mi elección es Andon Dubio. Está en Darguia, traigámosle y nombrémosle comandante. Es el Hacedor Sombrío, el más famoso de las Rarezas, y nos daría un peso que ninguno de nosotros tendrá. Pero entre tanto, no podemos estar..." - Edirian para un segundo preguntando algo al gigante, asiente y continúa- "... inoperativos."

Toma aire, y continúa.

- "Creo que antes de seguir, deberíamos ver quien está dispuesto a comandar esta casa. De momento, solo Gavilano y Esla han admitido que lo harían. Yo no me veo capacitado hasta aprender el idioma. Edirian..." - Edirian interrumpe la traducción, riéndose a carcajada limpia, palmea el hombro del gigante y continúa-. "Edirian es un zoquete arrogante e insufrible, pero tiene buen corazón y es el hombre más inteligente que he conocido jamás." - Edirian asiente, y dice algo en ventur-. "Le votaría sin dudarlo, pero sin embargo rechaza el puesto. Votar a Yria es ridículo. No sabe leer. No creo que quiera liderar. La decisión es simple... De los que quedáis... ¿Aceptaríais el cargo o no? Hiparchia lo ha rechazado, Peara también, Inara también, Cael, Adalo, a su manera lo mismo. Nos quedan Eikon, Vairan, Arden y Viero. Por favor, decirnos lo que queréis hacer. ¿Aceptaríais el cargo?"