Partida Rol por web

-¡ADELANTE, EMPUJAAAAAD! -gritó Ponzoña situándose justo al lado de Matagatos-. Iré describiendo cuanto vea, Cabo. Serpiente ha caído al suelo tras su hechizo que diría es el que ha levantado a los muertos de la tierra. Debo suponer que están sujetos a su voluntad y no a otra, pero no sé si en su estado podrá mantener el control sobre ellos. No haber sido advertidos sobre la naturaleza de su hechizo, esa invocación antinatural -escupió a un lado-... Ha sido un error. Un dragón se ha alzado y ha escupido fuego sobre algunos Dolorosos. ¡EMPUJAAAAAD!

Empujaba. Ciertamente no era factible más que una especie de trote cochinero con semejante trasto. Se preguntó si alguna de las carroñas se pondría en su camino, y si lo pisotearían. Se preguntaba también qué sabor tendría la carroña. Era carne, después de todo. Los gusanos que salían y entraban de las llagas de aquellos muertos eran gordos y jugosos. ¿Estarían buenos? Consideraba el experimento maquinalmente mientras procuraba ignorar cómo el madero que tenía al hombro se clavaba en él sin misericordia.

- Los Hostigadores han avanzado un mapa hacia el Sur, encontrando a Serpiente, quien parece aturdido y desorientado.

- Matagatos parece mucho más recuperado, aunque su visión se limita a unas pocas casillas a su alrededor. No corre peligro de perder la vista permanentemente, tan sólo tiene una irritación ocular que le impide ver bien a más allá de corta distancia.

MAPA GENERAL DEL LLANO: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178747

MAPA 7: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178852

Sacudiendo la cabeza el viejo guerrero se mordía los labios para no estallar y decir algo de lo que pudiera arrepentirse. Pero, finalmente, pudo más su corazón que su cabeza. Quizá para bien. Quizá. Porque, a veces, y sólo a veces, los asuntos complicados requieren más del primero que no de sesuda reflexión.

-¡Señor! -Pronunció claro y fuerte, dirigiéndose a quien dirigía a los Hostigadores, sin aclarar si se refería a Matagatos o a Ponzoña.- Permiso para ir a hablar con mi hij... con Mago Serpiente. Lo que ha hecho, hecho está. Pero no servirá de nada si no se centra y lidera la horda de... muertos vivientes. Contra el enemigo. Puedo intentarlo.

Se acercó al aturdido Serpiente con más preocupación de la que hubiera querido demostrar, y se colocó frente a él, asiéndole por los hombros. Sabía que el mago odiaba verse tocado, pero era un modo de hacerle reaccionar.

-¡Hijo! ¡Escucha! ¡Te necesitamos, todos! ¡Debes ordenarles que ataquen, te obedecerán! Es tu momento, es lo que has estado preparando durante todo este tiempo... ¿me... oyes...?

Siguiendo las órdenes de Matagatos y Ponzoña, al unísono del resto, Guepardo empujó del carro con todas sus fuerzas. A cada poco que se acercaban a la muralla, el nivel del suelo se hacía un poco más cuesta arriba. Por otro lado, lodazales y socavones recién creados del suelo hacían el avanzar aun más complicado.

Oyó voces, principalmente la de Ikharus, alertando sobre la presencia frente a ellos de Serpiente, el invocador de las aberraciones. El jaguar lateralízó su cabeza hacia su derecha y observó un repulsivo jirón de sombras. No tuvo que concentrarse para disiparlas y ver quien estaba debajo de ellas, pues conocía a su dueño, arrodillado a una docena de metros. Parecía indispuesto.

- Bien, bien. Es perfecto. Justo en mitad de la trayectoria. Ahora es el momento. Empuja con todas tus fuerzas, eunuco, y aplasta a esa culebra. - exhortó el espectro de Sacorroto, repentinamente presente y más vívido y putrefacto que nunca -. Vamos, todos estarán de acuerdo.

Guepardo se sorprendió del repentino aparecer de la vengativa aparición y mucho más de verla perfectamente opaca, como si fuera real. La sintió junto a él. Olió su hedor. Tal vez la invocación mágica había causado más efectos de los esperados. Giró secamente la cabeza al frente mirando la espalda de Manta, delante suya, para evitar hacer caso al espíritu.

Pero la verdad era que, algo dentro de él, comenzaba a ceder a la tentación de Sacorroto. La repulsa que el k'hlata sentía hacia el mago era mayúscula. Casi irracional, no pudiendo explicar exactamente a que se debía. Un ansia homicida comenzó a crecer en él.

Si Serpiente muriera en esta batalla casi nadie lo echaría de menos, se justificó con el beneplácito del espectro que asintió conforme. Tan rápido como vino el instinto desapareció, sustituido por un sorprendente sentimiento: lástima.

Nadie le echará en falta...

Parpadeó y pareció volver en sí. Sacorroto parecía haberse esfumado. Por el momento. Respiró pesadamente y se concentró en seguir las indicaciones de sus superiores. Serpiente no era de su incumbencia y su ayuda era necesaria. Mal que les pesase.

MATAGATOS, PONZOÑA:

- El armatoste con ruedas usado para desplazar la escala pesada ha conseguido un sorprendente ímpetu y movimiento, especialmente al incorporarse al esfuerzo Guepardo y el propio (aunque con visión limitada) Matagatos.

- La presencia de Serpiente, y en especial que Ikharus haya dejado de hacer su parte del esfuerzo está empezando a sofrenar el esfuerzo. Si mantuvierais el ímpetu que tenéis, es probable que lograrais avanzar otro Mapa en el tiempo deseado, coordinados con el resto de la Compañía, si os paráis ahora, es probable que quedéis retrasados en el avance general de la batalla.

- También es posible que os den alcance los Campamenteros, con lo que juntos, y pese a las nieblas protectoras, seguramente os convertiríais en el blanco más apetecible para el Dragón de Triplet sobre todo el campo de batalla.

"El jóven con ojos de serpiente" La voz llegó como venida de ninguna parte, al ver al alfeñique derrumbado en medio del cieno. Tuvo visiones de un rostro pálido e inquisitivo en la oscuridad. Dejó todo de lado para empujar. Le importaban un bledo aquellas imágenes que asaltaban su cabeza algunas veces. De momento solamente existía aquel conjunto de maderos que cada vez se hacía más pesado. Sus pies se movían a ritmo regular. A veces resbalaban, lo que hacía que se movieran sobre el mismo suelo sin avanzar, mecánicos, pero el desequilibrio inherente a tal circunstancia se veía compensado por lo regular del ritmo que mantenía.

El pálido de largas barbas dejó su puesto, que estaba justo a su lado. Eso hizo que el madero se clavara más y más en su hombro.

De vez en cuando, con su paso, hacían que saliera a la superficie, desde el cieno, una burbuja de gas apestoso. Daba igual. Se podía respirar. Se podía continuar el movimiento hacia el premio rojo y jugoso de la sangre, propia o ajena. Había animales ahí delante, subidos a unas piedras, que se podían cazar, matar, devorar, destrozar.

Aquello no estaba bien. K'Hlatas y Oscuros debían estarlo sintiendo por igual. Manta intentaba no centrar su mirada en la horda de muertos vivientes que se acababa de levantar por todo el llano; sin embargo una y otra vez su atención volvía a los putrefactos cuerpos de miradas vacías. Cuando los Hostigadores dieron alcance a Serpiente, e Ikharus fue a zarandearle, Manta se dio cuenta de que todos los muertos miraban en su dirección... No, no a la de los Hostigadores, si no a la de Serpiente. Un escalofrío recorrió la espalda del muchacho.

«Cuando volvamos de esas condenadas puertas, la Compañía va a tener que replantearse el contrato. Esto está mal. ¿Cómo se le ocurrió a Analista entregarles al Capitán a estos malditos brujos?»

A lo lejos, el retumbar de las armas de asedio que hacían llover virotes de madera, piedras y fuego sobre el campo frente a la Puerta le hacía oscuras promesas a los miembros de la Duodécima y sus aliados.

-Ikharus, regresa a tu puesto. Cabo, hemos llegado a la altura de Serpiente. Permiso para recogerlo y subirlo al carro -dijo Ponzoña.

Ikharus se le había escapado, casi sin dar tiempo a que contestara, aún confuso por su carencia de visión. Sin embargo Ponzoña fue rápido, y Matagatos asintió a la vez que hablaba.

-Permiso concedido. ¡Seguid empujando, ni se os ocurra parar! ¡Si nos retrasamos demasiado, seremos un blanco muy jugoso para sus ataques!

Dudó. Una orden era una orden, y Serpiente...

Pero la orden no decía nada de volver a su puesto con o sin su hijo. El mago seguía en silencio, aturdido y postrado. Las miradas que otros hombres le dirigían dejaban claro lo que sentían al respecto de él, del servidor del Nigromante.

Joder...

-Sí, señor. -No podía hacer otra cosa. Así que pasó el brazo por los hombros de su hijo, y regresó hacia los Hostigadores tratando de llevarlo con él. Cuando llegó junto a Ponzoña le dejó, lo había intentado. Y ocupó su puesto en la escala, para seguir empujando sin añadir palabra.

Gruñó suavemente pero no dijo nada. Tan pronto Ikharus dejó a Serpiente, Ponzoña lo tomó en brazos y lo depositó en el interior del carro. Tras ello, retomó su posición.

-Ya lo tenemos, Cabo -informó-. ¡AVANZAAAAAD! ¡EMPUJAAAAAD!

GRUPO DE BATALLA I:

- Todos los Grupos de Batalla avanzan.

- Por un momento, parece que la presencia de Serpiente vaya a hacer que los Hostigadores, las fuerzas especiales de la Compañía Negra, vayan a perder su impulso. Sin embargo, Matagatos da la orden de recogerlo, como quien dice, "al vuelo". Ponzoña obedece y sube en brazos al aturdido Serpiente a la parte delantera del primer carro.

- El grupo al completo presiona con renovados esfuerzos, pese a que ahora se añade el peso de Serpiente, y unos cuantos y dolorosos minutos después, los Hostigadores cambian del Mapa 7 al 8.

- Entretanto los Reclutas de la 2ª de Dolorosos parecen haber recuperado el ánimo al ver avanzar a los Hostigadores hacia ellos, y se mueven a su vez un mapa hacia el Sur, pasando del Mapa 8 al Mapa 9.

- En el suelo se ven, todavía humeantes aunque ya no ardientes, los restos de la Escuadra 1 de Dolorosos destruida por el Dragón de Triplet. Aquí han muerto once hombres dando su vida por la Compañía Negra.

- LLANO DE GALDAN: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178900

- MAPA 8: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178902

PONZOÑA:

- Tiradas de Mando (o Profesión Soldado) y de Otear.

PONZOÑA:

- Has asumido el mando temporalmente ahora que Matagatos está parcialmente cegado. Parece que los Hostigadores te siguen sin rechistar, son un Pelotón disciplinado.

- Crees que el grupo está listo para reaccionar ante cualquier circunstancia.

- Te parece percibir una gran perturbación hacia el Sudeste. Es como si allí hubiese una anómala concentración de no muertos y de allí llegan unas extrañas y sobrenaturales ondas pulsantes de luz rojiza.

¡ATAQUE ZOMBIE!

MAPA GENERAL FASE DE BATALLA 3: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178907

GRUPO I: MAPA 8: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=178903

Suelto la escala, desenvaino mi lanza corta especial y levanto mi escudo preparándome para el ataque. Uso el transporte de la escala para que proteja mi espalda. 

Acción estándar: defensa total.