Partida Rol por web

La noche había vagado entre aburrida y sin sentido.
Cosas que no tenían demasiado interés pululaban por allí, no parecía que fuera a matarse nadie debido a la borrachera. Poco más había que hacer allí.

No acababa de entender tampoco el sentido de marchar con grupos de seis. Algunos de esos guerreros eran capaces de bastarse solos si se daba la ocasión. Y además lo harían con gusto

Se levanta y se acerca a una distancia prudencial de Malamente, cruzada de brazos y también molesta por ese particular al tener que irse. Al acercarse, dice : - Yo también me marcho -después se vuelve para comprobar si algún otro abandona el lugar

Malamente asiente con la cabeza mirando Codorniz en señal de aceptación.

Odio tampoco tenía ganas de quedarse por allí, pero encontrar a otros cinco que quisieran irse.. bueno, ese no era el problema, sino el comunicarse con el resto.. algo que no le apetecía en absoluto.

Empezó a caminar para ver si podía unirse a algún grupo.. cuando escuchó a Malamente preguntar si alguien quería irse, era su oportunidad.

- Yo también quiero salir de aquí - le dijo sin más

Loor se levanta casi como una autómata y se acerca al lugar en donde Malamente, Codorniz y Odio se preparar para marcharse.

- Iré con vosotros - dice escuetamente, con la mirada perdida, mientras su mano reposa sobre su bastón de batalla, pensativa

Ansia de Dominio sujeta a Guepardo con una mano que tiene un tacto muerto y frío, igual que una rama podrida, y, con una sonrisa horripilante, le entrega una moneda de brillante y reluciente plata.

El mestizo se acercó al grupo que se preparaba para irse. El tiempo había pasado muy rápido, pero ya llevaban algunas horas de celebración, y por bien que lo estuviera pasando, no se le olvidaba que mañana tendría que entrenar. 

Así que se echó su espadón al hombro, se acercó al grupo y dijo en K'hlata:

-Attar ir también. 

- Después de la marcha del Pelotón de Caballería, con Portaestandarte y el cuadro de Magos, se organizan varios grupos más para regresar al Palacio de la Discordia.

- El primero es el formado por Malamente, Codorniz, Odio, Loor, Attar, y los miembros de la Escuadra Diana del Pelotón de Arqueros, que deciden acompañarles.

Viendo que la gente comenzaba a irse, Keropis pensó que sería lo mejor, asique buscó a Ojopocho

-Crrreo que ssserrría una buena idea que nosss fuerrramosss iendo... perrro tenemos que bussscarrr a un parrr de compañerrrosss másss,. ya sabesss, porrr el aquel deque nosss ataquen durrrante el trrrayecto

Se quedó esperando una posible respuesta de Ojopocho

Plumilla hace caso del consejo de León Anciano, poniéndolo en práctica en ese momento.

Hay mucha gente bebiendo, pequeños y grandes grupos, comiendo, disfrutando de la conversación. Y movimiento.

No sólo movimientos de festejos, movimientos de retirada.

-Belleza-extiende una mano hacia la muchacha hasta rozar la piel ébano de su compañera- hay quien se está marchando.

No esta alarmada, ni preocupada, es un comentario con curiosidad, como invitando a dar la opinión sobre si es momento para dar por terminada la celebración y salir con alguien del sitio. Al tiempo, busca la mirada de aprobación de León Anciano, como gesto de deferencia.

Guepardo no tuvo valor para contestar con otra sonrisa a aquella feísima cara de Ansia de dominio. Cogió la moneda y enseguida se dio la vuelta. Era hora de marcharse de ese lugar. No le gustaba el sitio y no le gustaba aquella gente. Pensó en irse solo, pero de todos eran conocidos los peligros de las ciudades...él los vivió en sus propias carnes. Quizás fuera un buen momento para escapar, pero siendo la ciudad de El Dios del Dolor no pensó que fuera un buen momento. Escuchó como un ser con voz siseante le proponía marcharse a Ojopocho. Era su momento. Se acercó a él y le dijo: - Yo voy con vosotros. -Echó un vistazo a su alrededor por si veía a Ponzoña. Estaba por allí. Era momento de devolverle el favor. Se le aproximó y le comentó: - Ponzoña, yo voy a volver al palacio con...con... -no sabía el nombre- con ese -señaló a Keropis- y con Ojopocho. Deberías acompañarnos -se quedó esperando la respuesta de ambos.

Belleza bosteza.

- "Es tarde y creo que muchos tenemos ya ganas de volver. Además, seguro que mañana nos tendrán corriendo de un lado para otro." -

- "O más bien montando guardia. Yo también estoy pensando en regresar." -

-Siempre podemos irnos ahora y evitar salir solos-dice Plumilla en una invitación abierta a marchar juntos.

- Vayamonos. - respondo a Keropis.

Guepardo, Plumilla, Belleza y León Anciano también se retiran con nosotros. Ya somos 6 que es el mínimo necesario para retirarnos.

Con un asentimiento de cabeza Keropis salio con ellos, a ver como se daba esta noche

Campaña lo estaba pasando realmente bien, no había nada mejor que comida, bebida y buena compañía, pero se estaba haciendo tarde y algunos empezaban ya a retirarse para descansar. El gigante se levantó del suelo y le dio la vuelta al barrilete de cerveza para comprobar que no quedaba nada dentro. Se encogió de hombros y lo tiró al suelo sin preocuparse mucho por dónde iba a parar.

- Hermano, es hora de irse - le dijo a Ponzoña.- Mañana hay que entrenar.

Campaña esperó a que Ponzoña estuviera listo para volver, seguramente alguno de los Hostigadores quisiera volver también al campamento.

La gente va retirandose: Cada vez quedan menos allí, y con mayor tendencia a soltar la lengua. Principalmente ni le iría ni le vendría ver lo que la gente tiene que ocultar, pero, sin embargo, le llamaba fuertemente la atención la gente que se había reunido allí.

Renunció a todo aquello con un suspiro, cuando escuchó hablar a Campaña: Las peleas de borrachos eran divertidas, si, pero bien por la mañana necesitaba ir a aquella tienda que había visto, si era posible. Y para ello tenía que despertarse, y que no se le pegaran las sábanas. 

Se acercó al grandullón, y no cruzó palabras con el. Quizás ya con su presencia daría por hecho de que ya iba a marchar con ellos.

No... Mejor era asegurar. Lo miró, por un segundo y le dijo.

-Me marcho con vosotros. Las arenas del tiempo son demasiado caprichosas: Unas veces es efímero, y otras, una eternidad.

Luego esperó a que alguien mas se uniera a ellos. Reprimió un bostezo, y volvió a mirar a su alrededor, curioso: Aunque fuese a irse, nada le impedía observar con una sonrisilla a los que habían dado todo allí. Había veces en las que pensaba que era el alcohol lo que los impulsaba a luchar. Así les iría en un combate real, los primeros en caer. Eran tan necesarios como los de la retaguardia.

Dejó de pensar, como si apagara un interruptor en su cabeza, y hasta sonrió.

No es que me haga mucha gracia... Quiero decir, todo esto. Pero al menos hay buenos comercios y comerciantes.

Murmuró, para sí.

Yo también me uno, dice el pequeño jorobado. No le gustaban las ciudades, y menos esta. La simple idea de caminar solo por la ciudad era suficiente para helarle los huesos.

Cuando se disponía a marcharse,  una idea le recorrió la mente, Khadesa. Aun no sabía si la pitonisa había dejado de pertenecer al grupo de hostigadores, o aun formaba parte. Pero parte de su deber era protegerla. Caracabra se acercó decidido a la Khadesa, ¿quieres acompañarnos? Estamos formando un grupo para ir al campamento.

Mi padre se despidió, finalmente, y con un cabeceo lleno de orgullo, yo de él.

- He oído que vamos a enfrentarnos al Reino Pastel. - dije siguiendo la conversación con Sicofante. - Pero sólo un alto mando te podría decir el destino real...o el Señor Dolor, aunque no creo que nadie contestase a una pregunta como ese: El soldado va a dónde la Compañía le ordene.

La fiesta siguió avanzando y la gente empezó a retirarse poco a poco. No teniendo mucho más que hacer allí y deseando un descanso merecido, pues no estaba del todo recuperado, me despedí de Sicofante.

- Voy a retirarme por hoy. Buenas noches.

Después me acerqué a Campaña, quien parecía estar comentando de irse al Palacio.

- Campaña, -  le dije en Oscuro. - ¿Volvéis a palacio? Si es así, iré con vosotros.

Khadesa mira a Caracabra con cansancio en los ojos y dice:

- "Sí, iré con vosotros." -