Partida Rol por web

Lengua Negra recorrió todo de un vistazo. Su pupilo estaba cerca, así que el hizo una seña para que se aproximara a él.

-Confío en que tengas todo tu material contigo. Lo que dejes atrás, atrás queda y no podrás recuperarlo. Si tienes un odre, aún estás a tiempo de llenarlo. Si no lo tienes, deberás conseguir uno cuanto antes o pasarás sed. Una de las primeras cosas que debes aprender es a ser autónomo. Lo que no hagas por ti nadie lo hará -señaló antes de encaminarse hacia su montura-. Este es mi caballo, Dante. Es una montura con genio de modo que, salvo que tengas habilidades para su cuidado, te aconsejaría te muestres discreto con él. Últimamente, tras su entrenamiento, muestra cierta tendencia a dar bocados -dijo con una media sonrisa-. Ignoro cuál es tu forma física, pero deberás mantener el paso del caballo durante nuestra marcha. De igual modo, parte de mi instrucción consistirá en formarte como jinete. Y te guste o no, supondrá una ventaja para ti. Son pocos los capaces de montar y aún menos los capaces de combatir a lomos de un caballo. Durante nuestra marcha, quiero que me hables de ti, de tus habilidades, de tu estilo de lucha. Quiero saberlo todo para saber qué es lo que más necesitas para mejorar. ¿Entendido? -preguntó al tiempo que subía a lomos de Dante, que piafó inquieto.

Fue entonces cuando vio llegar a Serpiente. Su forma de caminar, penosa y aun tiempo con el orgullo que el caracterizaba, venía adornada de un labio hinchado. Sus párpados se entrecerraron pero no dijo nada, mientras tiraba de las riendas y encaminaba a su caballo hacia el carromato.

-Primo, ¿cómo estás?

El Hiena se acercó a su grupo, mirándolo por encima. Era un buen grupo, si bien estaba por ver cómo funcionarían los campamenteros y cómo casarían entre ellos. Por de pronto, Piojillo demostraba cierta hambre de cachorro por hacer y demostrar su valía, aspecto que le gustaba.

-Preparados para partir cuando nuestro líder dé la orden de partida. Ahora somo uno y como tal hay que funcionar. Somos ramas de un mismo árbol. Saldremos en fila de a dos, cada Hostigador acompañado de su compañero Campamentero. Piojillo y yo encabezaremos la marcha. Una vez fuera de la ciudad, pasaremos a ocupar el flanco correspondiente. Os quiero vigilantes y alertas siempre. Cuando solo tengamos el cielo y la tierra y no la piedra del hombre como compañía, os daré nuevas instrucciones.

Salió de la celda de Serpiente con mala cara, parecía cansado y su cuerpo dolorido no ayudaba a que la situación se volviera más agradable. Esperó a que su primo, finalmente, se subiera a la carreta y comprobó que llevaba todas sus cosas encima y que todo estaba listo. Ponzoña y Peregrino se habían encargado de sus respectivos grupos, así que todo estaba preparado para la marcha. Se acercó a ellos para dar las últimas instrucciones.

-En cuanto salgamos de la cuidad os abriréis hacia los lados hasta casi perdernos de vista. Usaremos los jinetes para comunicarnos o avisarnos de posibles peligros. Cuando llegue el final de la jornada que los exploradores busquen un lugar para acampar, si es posible acamparemos todos juntos. Si no tenéis nada más que decir, os deseo buena suerte.

Al terminar la conversación Matagatos dio la orden de partir, con su grupo en cabeza, y seguir la dirección que la Sargento Falce les había marcado.

- De acuerdo Ponzoña. - le digo.

- Si te parece bien Sabandija y yo ocuparemos el Flanco más alejado del Grupo pues ambos somos Exploradores y podremos permanecer más atentos a posibles incursiones por los Flancos. - le comento. Además de que mi Arco y las Jabalinas de Sabandija tienen más alcance que vuestras Armas Cuerpo a Cuerpo.

-No te preocupes, lo llevo todo aquí. Pulga indicó la mochila llena que tenía a la espalda y giró su tronco ligeramente para enseñársela a Lengua Negra. Y llevo dos pellejos llenos de agua, no pasaremos sed.

Pulga se fijó en la montura que Lengua Negra le señalaba, aunque tras la advertencia de este sobre su carácter prefirió no acercarse sin su dueño.

-Vaya, parece un magnífico animal. Y no te preocupes, se montar, no tan bien como tu seguramente, pero al menos no me caeré de un caballo.

Lengua Negra quería saberlo todo sobre él, aunque la conversación se vio interrumpida con la salida de Serpiente y Matagatos. Parecía que comenzarían la marcha en breve. Dejó a Lengua Negra ir a saludar al mago, pero no se acercó, ese oscuro le daba muy malas sensaciones y no quería saber nada de magias, bastante tenía con las maldiciones últimamente.

-Yo te espero aquí, me aseguraré que nadie moleste a tu caballo.

La mochila comenzaba a pesarle y todavía no había comenzado a andar. Se apoyó en la lanza para desviar el peso de su cuerpo sobre ella al usarla de bastón y esperó a que Lengua Negra regresara. Al menos con él podría hablar, algo bastante difícil de hacer con el resto.

Mientras nos disponemos a partir y luego de escuchar las ordenes miro hacia mis lados a instancias de ubicar al campamentero que he elegido como mi aprendiz.
Algunos de entre ellos ya se están ubicando al lado del hostigador que le corresponde por votación e incluso veo a muchos charlando animadamente.
Pero una tónica general que se impone ante el resto es la diferencia de “estatus” o experiencia.
Tratar al otro como escoria poniéndose en un pedestal, subestimando e incluso menospreciando las cualidades y habilidades del que le acompaña, sin tener en cuenta que en medio del combate cualquier filo puede cortar la carne.

Al parecer Tarado es alguien que no suele ser puntual me digo, mientras acomodo mis pertrechos.

Al ver que Codorniz no decía nada ni me seguía, pensé que tal vez, aunque fuese oscura, no entendiese el idioma. 

"Qué mal decisión entonces, la mía."

Mientras esperaba a que la chica reaccionase, cargué a Orgullo con mis enseres, excepto mis armas y uno de los pellejos de agua tras haberlos rellenado, colocándolos en mi cinturón. 

Palmeé a mi corcel mientras pensaba que iba a ser duro separarme de él cuándo nos asentásemos y lo dejase en manos del rufián para el entreno. Miré a Codorniz una vez más para ver si reaccionaba de algún modo.

-Intentaré no ser un estorbo, y sobrevivir - dijo en algo que pudo asemejarse a una sonrisa. Estaba extrañamente con un humor diferente. Le gustaba la idea de salir, de tener la posibilidad de ser útil y de aprender de alguien que ya era miembro de la compañía. Por alguna extraña razón, la pequeña Loor le gustaba, pese a que, en apariencia, no tenían nada en común.

- No dudes en pedir lo que necesites de mi - sentenció mientras permanecía al lado de la joven.

Después de asegurarse que no se deja nada atrás, y rellenar el pellejo con agua, Tarado se presenta ante Mentiroso con sus pocas pertenencias, listo para partir.

- Disculpe el retraso, señor. Estaba aprovechando el tiempo muerto para meditar. Pero ya estoy preparado, señor. ¿He de llevar algo? Si no lleva agua, señor, yo podría ir a por ella. - Tarado adopta una postura firme y un tanto altiva, manteniendo la dignidad, pero sin excesivo orgullo. El tono de sus palabras es el de respeto hacia un superior, pero se puede apreciar que este respeto no conlleva una humillación propia.

El guerrero se mantiene expectante, esperando a que su superior le de una orden o le asigne una tarea.

Acomodo las mulas, y controlo que las que estén atadas detrás tengan los nudos bien hechos para no perderlas y subo a la carreta, mirando por sobre mi hombro a Serpiente y su labio hinchado. ¿Se habría peleado con Matagatos?

-¿Te encuentras bien? –

Le pregunte algo preocupada, no solo por sus heridas que continuaban sangrando sino por su expresión, antes de tomar las riendas para poder manejar el carro, lista para avanzar.

Sonreí ante la llegada de mi interlocutor y mas al escuchar sus palabras sin interrumpirle cuando habla.
Me dicen Mentiroso aunque no sea el nombre que prefiero a decir verdad.
Te he elegido como aprendiz y espero dejar algunas cosas en claro antes de comenzar si te parece bien.
Respire un poco mientras miraba a los otros hostigadores para luego volver a mirar a Tarado.

1 – llámame por mi apodo o si prefieres por mi nombre en igualdad de condiciones, porque ambos somos hombres mortales ante los ancestros y eso es lo que en verdad me importa.

2 – intentare enseñarte todo lo que puedas aprender, pero quiero que sepas que no soy infalible y es muy probable que en muchas cosas tú seas mejor maestro que yo, porque entiendo que no hay humano vivo que pueda decirse independiente de enseñanza alguna.

3 – caminaremos a la par como hermanos, comeremos lo mismo, lo mismo beberemos y si no tienes cobijo estaré gustoso de brindarte el mío, ya que nada vale para mí el que enseña algo que no está dispuesto a vivenciar.

4 – nunca dudes de hacerme ver un error si lo cometo, y sabe que soy una persona que acepta y agradece las sugerencias, cuatro ojos ven más que dos ¿verdad?.

Me rasque un poco la barbilla mientras pensaba si estaba olvidando algo…
Por el momento creo que con eso basta Tarado, ¿alguna pregunta?.

R'Gaa bajó la cabeza y suspiró delante del raro ermitaño.
-Lo siento, no pretendo quebrar tu confianza desde el primer momento. Antes, parte de mis cosas iban en el carro de Khadesa. Ahora, que ella se ha marchado, tengo que cargarlo todo, sola, y me es imposible. Tú tienes muchas pertenencias? Lo mío ya está recogido, solo lo tenemos que repartirlo. No olvides que a partir de ahora seremos uno. Yo te enseñaré todo lo que he aprendido y tú tendrás que ayudarme a ser más fuerte.
La pequeña exploradora ahora miraba fijamente a Malamente en los ojos y todo lo que le decía iba acompañado de gestos con las manos. No le gustan los malentendidos y quería que su futuro acompañante la entendiera bien.
-Ahora dime, que llevas, tienes manta, tienda, agua, comida? Si hace falta lucharemos como uno, pero antes hay que sobrevivir como tal.
R'Gaa mira con curiosidad lo que su futuro compañero recoge y en cuanto éste se da la vuelta, la chica le sonríe y espera su respuesta.

Sabandija se preocupó. Había estado optimista durante bastante tiempo. Le había tocado un combatiente a distancia como instructor y, por ello, pensó que su misión sería relativamente segura mientras se mantuviera pegado a él. Pero ahora que Ojopocho había mencionado lo de colocarse en la parte más exterior de la columna le había entrado un sudor frío.

Por supuesto no exteriorizó esos sentimientos. Se mantuvo mirando hacia Ponzoña esperando a ver que decía.

``Bueno, si vemos venir al enemigo antes que él a nosotros nos las apañaremos´´- se dijo a si mismo tratando de tranquilizarse.

- Finalmente, como si fuese una ocurrencia de última hora, Pelagatos acude con su caballo pesado de monta, Orgullo.

- Khadesa acude desde la zona de los seguidores de campamento para despedirse de los Hostigadores.

- El nutrido grupo compuesto por los Hostigadores y los Campamenteros se reúne en el vestíbulo cuando Matagatos da la señal de partir.

- Ballestero y Akatsuki abren las puertas principales del Palacio de la Discordia y despiden a los miembros de la Compañía Negra que parten con gestos silenciosos de respeto.

-Por el momento os mantendréis en vuestras posiciones, Ojopocho. Una vez en terreno abierto, os adelantaréis y observaréiS el terreno, pero os quiero siempre a la vista y en ningún caso quiero que entréis en combate con nadie. Ante cualquier alarma, regresaréis al grupo -dijo antes de levantar un brazo y gritar con voz potente, siguiendo así las instrucciones de Matagatos que había dado la orden de partida-. ¡EN MARCHA!

Me impresiona la forma de tratarme de mi tutor. Más que un tutor, me parece un compañero de armas que compartirá conmigo sus vivencias. Eso es bueno... y a la vez no. No realmente porque a mí me vaya a molestar, todo lo contrario, me es muy agradable. Pero quizá terceras personas que no estén al tanto del trato que vayamos a tener lo vean raro, en el mejor de los casos, o en el peor, una falta de respeto a las autoridades. Pero, al fin y al cabo, el trato que tengamos entre nosotros es cosa nuestra, y nadie tendría por qué meterse.

- Ninguna pregunta - contesto aún perplejo. Entonces me doy cuenta de algo. - Un momento, si tengo una. ¿Cual es el nombre por el que debería llamarte, si tu apodo te disgusta? Y además de esto, quisiera saber en qué campos destacas y en cuales estás algo más verde, ya que eso podría ayudarme a comprender correctamente qué enseñará cada uno al otro.

"Si Mentiroso realmente se comporta como dice que lo hará, seguramente tenga el mejor tutor de todos los que podría haber encontrado."

TRANSCURREN LOS DIAS.

KHADESA:

- La batalla que presenciaste, la lucha, la sangre, la extrema violencia; te dejaron muy impactada, de hecho estremecida.

- No sabes lo que sentiste, pero te impresionó demasiado, tal vez fue la muerte, tal vez sencillamente tuviste miedo.

- Has estado días pensando, reflexionando, descansando.

- Una parte de ti no te ha dejado en paz en todo este tiempo, la parte que piensa que le has fallado a tu hermano y a los Hostigadores cuando se dirigían a batallas mayores. Eres la Quinta, la Pitonisa de los Hostigadores, y no has estado allí, en los barrizales anegados de sangre, con ellos...

KHADESA:

- Un día después de la partida de Exploradores, Hostigadores, Campamenteros, la mayor parte de los Reservas, Arqueros, Caballería, y tropas aliadas, el Capitán ordena la marcha hacia el Sur de la Infantería junto con todos los seguidores de campamento que quieran seguirle para establecer un nuevo campamento principal.

- Aproximadamente un centenar de seguidores de campamento quieren marchar del Palacio de la Discordia para estar más cerca de las tropas. En muchos casos son familia de Soldados, o mantienen alguna otra clase de relación afectiva con ellos.

- Otro medio centenar, principalmente esclavos, enfermos, tullidos y parásitos de diversa clase; se quedarán en el Palacio, aprovechando su comodidad y seguridad. El Sargento Gulg se quedará al mando, con la Cabo Rompehuesos como su Segunda, y dos escuadras de diez Reservas cada una compondrán la fuerza de seguridad del Palacio.

- Es un baluarte rico e importante en la capital de Cho'n Delor. Es lógico que el Capitán no quiera abandonar del todo esta posición privilegiada, pero es obvia que todas las operaciones militares se trasladan directamente al frente, al territorio de Cho'n Delor invadido por las fuerzas de guerrilleros del Triplete. El peligro allí fuera es muy real, por lo que es lógico que unos cuantos no quieran arriesgarse.

- Analista anima a las Pitonisas (y a las meretrices también) a unirse a la mayoría de seguidores de campamento que parten ahora a establecer el nuevo campamento principal.

- Madame Yamila y Zina, Primera y Segunda, están predispuestas a ir con el grupo principal. Yumma la Medio Calva y Kamaria (Tercera y Cuarta), prefieren quedarse.

- Analista habla personalmente con Khadesa, intentando animarla a volver con los Hostigadores para ayudarles a mantener alta su moral, pues dice que lo necesitarán. Khadesa no está todavía lista en ese momento, sigue encerrada en su concha de paralizante temor, por lo que dice que irá en cuanto le sea posible.

- Así, un día después salen del Palacio: el Capitán, el Teniente, Analista, los cuatros Magos (Escupeculebras, Tragasapos, Sedoso y Caratótem), el Segundo Pelotón (Infantería, con la Sargento Vientos a la cabeza, y acompañada de los Cabos Lemur y Barril). Les acompañan casi un centenar de seguidores de campamento, incluyendo a Yamila, Zina, Usurero, Herrero, Carpintero, Gordo Wem y casi toda la gente de Usurero (incluyendo a Ikharus el Leñador, padre de Serpiente). También se van prácticamente todas las prostitutas. Comerciantes, rufianes, criminales, familiares preocupados, no combatientes de todo tipo. Es un grupo realmente variopinto.

- Un día antes salieron hacia la batalla Exploradores, Hostigadores, Campamenteros, treinta Reservas bajo el mando del Cabo Cortaplumas, Ballestero y Akatsuki; el Pelotón de Arqueros (ahora compuesto sólo por dos escuadras, Mostaza y Diana, bajo el mando del Sargento Virote) acompañado de las tropas aliadas de irregulares de la Coronel Mindy (los Escorias de Cho'n Delor) tienen otra misión: cubrir los flancos del ataque.

- Al día siguiente sale otro grupo a la batalla, pero en otra dirección. Se trata de la Caballería, bajo el mando del Sargento Rompelomos, y acompañados del guerrero invencible: Portaestandarte.

- Portaestandarte se despide personalmente de Khadesa, aunque ambos a duras penas intercambian palabras, tan sólo una breve mirada.

- Pasan los días en el Palacio, bajo la fría tiranía del Sargento Gulg.

- El lugar es un hervidero insoportable de rumores de toda clase.

- Se dice que los Exploradores capturaron espías que estaban vigilando a los Hostigadores y Campamenteros cuando éstos salieron de la ciudad hacia el Sur. Una maniobra orquestada para lograr averiguar el paradero de las fuerzas enemigas, los temidos Fantasmas Irredentos. Si eso es cierto, los espías habrán sido interrogados y torturados por Sedoso, un destino verdaderamente horrible.

- Se dice que el Teniente se adelantará a la fuerza principal, llevando el mando de los Reservas para reforzar a tres grupos separados de ataque, formados por grupos mixtos de Hostigadores y Campamenteros bajo el mando de Matagatos, Ponzoña y peregrino.

- Se habla mucho de la partida del poderoso Portaestandarte y la elite de la elite: el Primer Pelotón, Caballería. Fueron en dirección a Idon. Seguramente para restaurar las rutas comerciales cortadas por el enemigo.

- Al parecer los Fantasmas han cortado casi todas las rutas de caravanas y han saqueado la mayor parte de campos, cultivos y aldeas. Diríase que de Cho'n Delor sólo queda libre la capital y dos enclaves importantes: el Templo del Dolor y la Pirámide de M'i.

- Khadesa conserva su carro y las dos mulas, aunque técnicamente estaban asignadas a los Hostigadores (ellos al parecer han recibido otro carro y otras mulas). Se han llevado provisiones, además de su coraje, para enfrentarse a las lanzas del Triplete...

- Rastrojo buscará convertirse en hermano juramentado, lo mismo que todos los que aún son Reclutas. Serpiente seguirá persiguiendo el poder mediante la magia negra. Otros buscarán la gloria y el botín. ¿Y qué es lo que busca Khadesa? Tal vez tan sólo tener un sitio, o estar con aquellos a quienes ama.

- Kamaria siembra inquinas y discordia hacia Khadesa, difamándola a la primera oportunidad. La Medio Calva intenta mediar entre ambas.