Partida Rol por web

CAMPAÑA EN CHO’N DELOR:

AVANCE HOSTIGADOR Y CAMPAMENTEROS:

GRUPOS:

Grupo 1: Avance Central:

• Matagatos. – Cochinillo.
• Lengua Negra (con Dante). – Pulga.
• Attar.
• Serpiente.
• Dedos. – No elige a nadie. Conduce el carro y cuida a los heridos.
• Uro. – Reyezuelo.
• Mentiroso (Camello de Mentiroso, Camello de Mancillado). – Tarado.
• Vieja Gloria.
• Carromato, cuatro mulas de la Compañía.

Grupo 2: Flanco Izquierdo:

• Ponzoña. – Piojillo.
• Campaña. – Plumilla.
• Loor. – Odio.
• Ojopocho. – Sabandija.
• Sicofante (con Recio). – Michou.
• Rastrojo. – Pesadilla.

Grupo 3: Flanco Derecho:

• Peregrino. – Derviche.
• Jabalí. – Meera.
• Caracabra. – Manta.
• Guepardo (con Pantera). – Chamán Rojo.
• Pelagatos. – Codorniz.
• R’Gaa. – Malamente.

Grupo 4: Retaguardia:

• Lombriz.
• Belleza.
• Asesina.
• Mongowa.
• Perdida.
• Misteriosa.
• Buscasol.
• León Anciano.
• Mogimba.

Quedan sin elegir:

• Keropis.
• Niña de Oro.
• Avestruz.

Ponzoña asintió en silencio y se volvió a Dedos.

-Está bien. No elijas a nadie por el momento. Cuando tus responsabilidades sean menores ya lo harás.

Miró a los tres grupos formados. Salvo por los heridos y Matagatos que había ido en su busca, estaban todos. Pero necesitaría ayuda y había que llevar el carromato hasta sus celdas para cargarlos en él.

-Te lo agradezco pero ya lo hemos cargado todo en nuestras seis monturas. Esas mulas que ves ahí y el camello. Queda alguna cosa, pero no es trabajo. Gracias de todos modos. Lo único, ¿hay entre los tuyos alguien que sepa cuidar de animales?

El asunto del entrenamiento estaba casi terminado, casi todos los Hostigadores habían elegido ya un Campamentero, así que sólo quedaba terminar de preparar el viaje y partir sin más demora. Campaña se había dado cuenta de que Ponzoña no estaba llevando nada bien el tiempo que estaban pasando en la ciudad. Se notaba que aquel no era su lugar, el Hiena estaba hecho para la Sabana y no para vivir encerrado entre los muros de un siniestro castillo. Campaña no compartía su postura, le gustaba Cho n Delor. Es cierto que tanto la ciudad como sus gentes resultaban un tanto extraños, pero en el Palacio de la Discordia se había montado el mejor que campamento que Campaña hubiera visto nunca.

No tenía intención de darle vueltas al asunto, ni siquiera de tratar de convencer a su amigo de cambiase de idea, simplemente quería ayudar para que pudieran marcharse y él pudiera sentirse mejor, Al romper la formación se acercó a él a grandes zancadas.

- Hermano, Campaña sabe que tú querer ir ya - dijo Campaña.- Tú di a Campaña qué hacer y lo hará rápido.

-Dedos, Ojopocho y tu compañero Sabandija. Vamos a ir a buscar a Matagatos y los heridos. Dedos, ayúdame a uncir la mula al carro. Ojopocho, Sabandija, id donde Matagatos. Está en la celda de Serpiente. Decidle que ahora llegamos con el carro y que tenga a los heridos dispuestos. Entre ayudaremos a que subirlos. Rápido -ordenó, al tiempo que se acercaba a la mula libre de carga y que había pertenecido a Sacorroto. La tomó por las riendas para acercarla al carromato, y una vez allí, ayudado por Dedos la unció al transporte-. Listo -dijo al acabar-. Vayamos a por los heridos. Peregrino, quedas al cargo de esto hasta nuestro regreso. Que no se dispersen y se mantengan en sus grupos. Cochinillo podrá ayudarte. Vamos, Dedos.

Entonces llegó Campaña.

-Te agradezco hermano. Y aunque no te duele y sé que eres testarudo como búfalo, ahora no hace falta que hagas nada. Debes cuidar tus heridas. Va a ser un viaje largo -dijo mirando a su compañero. Tenía suerte, formaba parte de su grupo, pero también sabía que decirle que se cuidara era en vano-. Pero está bien, acompáñanos con Plumilla hasta Matagatos.

Campaña sonrió, le gustaba sentirse útil para el pelotón, además estaba claro que acabarían antes de cargar las cosas si él ayudaba, no sería muy listo pero era muy fuerte.

- Plumilla, tú vienes con Campaña, hay que hacer cosas - dijo llamando a la que iba a ser su alumna por un tiempo.- Viaje más importante que esto - se señaló la herida.- Vamos, Hermano.

Plumilla acudió dando saltitos como un ratoncito hasta Campaña, manteniéndose un paso por detrás de él pero de forma que vistos de frente fueran uno al lado de la otra.

-¿No te duele, Campaña?-se preocupó la K'Hlata  abriendo de par en par los ojos dorados con las pupilas convertidas en apenas una mota oscura, fijándose en la herida del hostigador.

Los pasos de Campaña eran notablemente más largos que los de la muchacha que lo compensaba andando algo más rápido para igualar el ritmo.

- Esto no es nada - sonrió Campaña señalando la herida.- No duele nada... Una vez Escarabajo fue malo con Campaña y le hizo mucha pupa... hum, bueno, eso tampoco dolía pero Campaña una vez se cayó al suelo en medio de la Sabana, estaba recogiendo madera... y por un rato Campaña no supo dónde estaba, pero luego Ponzoña salvó a Campaña - entonces Campaña se dio cuenta de lo gracioso que resultaba mirar desde tal alto a la pequeña Plumilla, que trataba de andar todo lo rápido que podía para alcanzarle.- Tú eres muy graciosa ¿sabes? A Campaña le gustas.

-Cayó en arenas movedizas, torpe con un jabato de facóquero -dijo el Hiena, pensando en aquel lejano día-. Plumilla, Campaña puede ser como un búfalo y cargar con fuerza sin prestar atención a sus heridas. Nunca le duelen. Nada le duele. Aquello que a ti o a mí nos haría gritar, él no lo siente. Podría meter la mano en el fuego y ver cómo se quema y no le dolería. Pero perdería la mano. Campaña, ahora tienes una responsabilidad. Eres como la leona que enseña a cazar a sus cachorros ya crecidos. Ella no es como tú. A ella puede dolerle. Y tú, Plumilla, deberás cuidar de que no haga lo que no debe y si ves que sus heridas sangran o se envenenan con pus debes decírnoslo -dijo con tranquilidad.

Piojillo se apresuró a seguir a Ponzoña. Aunque el Hiena no le había mencionado a él directamente, el delgaducho K´Hlata había decidio tratar de ayudar en todo momento y aprovechar su entrenamiento desde el primer instante. También en respuesta a lo que había dicho Lengua Negra y para el propio Ponzoña, sugiere con voz taimada.

Si necesitáis ayuda con los animales, no se me da nada mal tratar con caballos, mulas y camellos. Se cuidar bien de ellos.

Una vez Escarabajo fue malo con Campaña y le hizo mucha pupa... hum, bueno, eso tampoco dolía pero Campaña una vez se cayó al suelo en medio de la Sabana, estaba recogiendo madera... y por un rato Campaña no supo dónde estaba, pero luego Ponzoña salvó a Campaña

-Cayó en arenas movedizas, torpe con un jabato de facóquero

-¡¡Pero eso es terrible!!- Plumilla se llevó las manos a los labios horrorizada y trastabilló varios pasos hacia delante haciendo botar su equipamiento a la espalda, cuando recuperó el equilibrio volvió a mirar hacia arriba como si no hubiera aprendido la lección para poder mirar al rostro de Campaña y el de Ponzoña alternativamente. -Menos mal que Ponzoña estaba ahí... cuando podamos tendrás que ponerte algo o se pondrá peor.- dijo como si fuera una entendida asintiendo con la cabeza haciendo bailar las rastas oscuras sobre sus hombros y sobre el pecho.

Tú eres muy graciosa ¿sabes? A Campaña le gustas.

-Yo también me alegro de ir contigo, Campaña-dijo la muchacha tomándoselo como le dio la gana y se apresuró un poco más para adelantar a los hostigadores y girarse hacia ellos andando de espaldas a pequeños saltitos.

 Plumilla, deberás cuidar de que no haga lo que no debe y si ves que sus heridas sangran o se envenenan con pus debes decírnoslo

- Por supuesto,-asintió dócil a Ponzoña antes de dirigirse a Campaña-yo te vigilaré para que no te pase como esa vez, sí sí- y dicho esto dio un nuevo salto girando sobre sí misma creando una espiral con su melena oscura y seguir caminando a la par de ambos hostigadores... pero más deprisa para poder seguir el ritmo. En el fondo se preguntaba el por qué ir a buscar a Matagatos, con lo serio que parecía... y seguramente era.

Insultado.
Le habían insultado nuevamente.
Al parecer en esta Compañía nada valían los actos y la buena voluntad brindados.
Si te descuidabas y parpadeabas la daga podía venir arteramente desde cualquier parte.
….
Así pensaba con huraño gesto mientras veía al resto moverse de aquí para allá, se habían apropiado de MI camello sin siquiera pedírmelo, pisoteando los derechos y heredados que con justa razón había recibido de un pariente.
Insensatos.
Pronto la rueda del destino giraría nuevamente para brindarme la oportunidad de cobrar lo que se me había arrebatado.
Y ese día, iba a ser muy feliz.

- Por supuesto Ponzoña. - respondo al Hiena. Vamos Sabandija.

Tras estas palabras nos encaminamos a las tiendas en busca de Matagatos.

Al llegar a la tienda de Serpiente miro a Matagatos.

- Nos envía Ponzoña. - le digo a nuestro líder. Están preparando el carro para transportar a Attar y Serpiente. En seguida llegarán con el mismo.

Sin vacilar, Sabandija sigue a Ojopocho. No añade ninguna expresión del tipo ``sí, señor´´ o algún saludo. Si su instructor es uno de esos hombres a los que les gusta mostrar su orgullo presumiendo de su cargo, desde luego no lo parece.

Al llegar a la tienda Sabandija se sitúa ligeramente detrás del hostigador, pero no tras su espalda, sino a un lado para atender a la conversación.

De momento permanece en silencio, observando a los interlocutores de Ojopocho.

- "Elijo a Avestruz." -

- El camello de Mancillado y la mula de Sacorroto se unen a la recua del carromato para ayudar a llevar la carga.

- Attar (todavía inconsciente) y Serpiente (herido y sangrando, pues se ha arrancado las vendas) son subidos al carromato que conduce Dedos.

- Todo está preparado para partir de inmediato.

AÑO: 201.

- Los últimos Exploradores ya han salido de Palacio.

- Es el turno de Hostigadores y Campamenteros.