Partida Rol por web

Lejana se acerca a Analista y recoge ceremoniosamente la capa negra para Manta.

Después se sitúa junto a otros Hermanos de Capa, que ya están preparados.

Avestruz estornuda y se dirige a la Compañía allí reunida.

- "¡Ejem! Debo decir algo..." - Hace una pausa y algunos le miran a ver qué tiene que decir ese Recluta.

- "Aún no me... no me siento preparado para tomar el Juramento. Esperaré a ser más meritorio a ojos de mis futuros hermanos." -

- "Yo tampoco soy digna. Aguardaré a otro momento más propicio." -

- "¡Perdida tampoco Jurará!" - Mira con timidez a su alrededor. - "Aún no estoy lista." -

- "De acuerdo. Los Reclutas que no vayan a jurar que se sitúen un paso atrás, junto a Misteriosa, Plumilla y Tarado." -

Avestruz, Niña de Oro y Perdida se apartan de la formación de Campamenteros y se sitúan con los tres que ha mencionado Analista.

- "Por tercera vez en este Año Doscientos Uno desde que la Última de las Doce Compañías Libres partiera de Khatovar, nos encontramos reunidos para ser testigos del Juramento de nuevos hermanos de nuestra Compañía. Para verles convertirse de Reclutas en Soldados y hermanos juramentados.

Esta noche, antes de Celebrar la Victoria en las recientes batallas contra las fuerzas del Triplete, tomamos juramento a los nuevos hermanos que desean unirse a nosotros libremente para que puedan brindar, beber y celebrar como nuevos Soldados." -

- "Ahora oiremos a estos Reclutas, que de sus labios nos cuenten cómo derramaron sangre por la Compañía y por qué son merecedores de unirse a nuestra tradición de doscientos años.

También escucharemos los nombres de sus Hermanos de Capa, que libremente han decidido apoyarles y apadrinarles, otorgándoles su confianza.

Adelante, pues." -

Analista calla y mira a los Reclutas que van a Jurar.

Piojillo se situa junto a los reclutas que no jurarán hoy. Luce sus mejores galas y en su semblante sólo se puede ver seriedad y respeto. Esta noche escuchará los relatosd e los demás y verá como sus compañeros visten la capa negra.

Soy la primera en dar los pasos decisivos y en encontrarme en el centro de las miradas de todos. En parte lo hago por orgullo y por respeto a aquel que ha aceptado ser mi hermano, Sicofante.

Soy Asesina, recluta. He participado en una batalla contra el Triplete en la que formé parte de un grupo de infiltrados para tratar de debilitar a nuestros enemigos. Nos descubrieron antes de tiempo y nos rodearon. Recibí ataques por parte de ocho hombres del Triplete pero me dió tiempo a matar a uno de ellos y dejar muy herido a otro. Mis heridas demuestran mi espíritu de sacrificio por esta compañía pero, lo que de verdad demuestra mi lealtad hacia ella, es estar aquí, en medio de todos vosotros, de haber rechazado a la muerte que tanto me llamaba y luchar para seguir sintiendo dolor, para seguir viviendo, con el único fin de provocar dolor a aquellos enemigos de la Compañía Negra -exclamo, tratando de usar mi tono mas alto, aunque no es precisamente elevado -Tengo el honor de tener como hermano de capa al noble Sicofante, al cual le estoy muy agradecido.

Miro a todos los presentes, sabiendo que ya había dicho todo lo que debía y que ahora solo me quedaba esperar.

Después de las palabras de Asesina y de ver con algo de rabia como no había llegado a tener a su mentor como hermano de capa, Michou dio unos pasos al frente.

- Yo, Michou, he participado en una batalla de asalto contra una base del tripléte, esta misma en la que estamos ahora. Junto a mis hermanos de la compañía, di muerte a uno de nuestros enemigos enterrando mi lanza en su cuerpo y bañando la tierra con su sangre, también herí a muchos otros de los cuales otros dieron cuenta. No he recibido heridas, no puedo mostraros cicatrices de esta batalla para mi desgracia, pero también demuestra eso que soy un soldado que sabe defenderse, cuidar de si mismo y de los que le rodean.- Hizo una pausa respirando aire detenidamente.- Luchare por la compañía hasta mi ultimo aliento, hasta que los dioses decidan llevarse mi alma, no postrado como un abuelo, sino luchando junto a la compañía y llevando a muchos otros conmigo.

Girando el rostro hacía Sino, lo señalo con una mano.

- Mi hermano de capa es Sino, ambos derramaremos la sangre de los enemigos de la compañía y así cubriremos de honor ha nuestros hermanos, tantos los vivos como los caídos.- Dicho las ultimas palabras permaneció recto, orgulloso de sus palabras y esperando que los demas pudieran ver que no vacilaría en cumplirlas

La ceremonia del juramento comienza rápidamente desde el momento en el que abandono la tienda de los heridos para mirar el campamento. Veo como se posicionan todos los participantes y recuerdo claramente como es que las cosas sucedieron durante mi nombramiento... y los que le sucedieron, incluido el que se hizo en Cho'n Delor, donde el Señor del Dolor sacrificó hombres para nuestra supuesta gloria.

Ahora están todos los que nos acompañan reunidos, como ha sido siempre para esta ocasión. Camino y me acerco a Analista, de quien recibo la Capa Negra que pondré sobre los hombros de Derviche. Una vez la tengo, tomo posición al lado del resto de los Hermanos de Capa, apoyándome en la lanza larga que me dieron. La herida del pecho aun me duele mucho y limita gravemente mi movimiento, pero no lo suficiente para formar parte de este ritual tan importante para nosotros.

Sino se había adelantado para recoger de las manos de Analista la capa negra que posteriormente habría de depositar en los hombros de Michou, luego retrocedió hasta situarse junto al explorador y escuchó atentamente en posición de firme a todos los novatos que juraban. Escuchó las palabras del que a partir de hoy sería un nuevo miembro de pleno derecho de la Compañía: Michou.... y asintió orgulloso a todas y cada una de ellas... en especial cuando habló acerca de derramar sangre de los enemigos.

Por un momento el raro explorador de la cara pintada se sintió tentado de darse un tajo en un brazo para derramar algo de sangre y sellar el juramento, pero las costumbres habituales de la compañía no eran así, y seguramente le mirarían raro como siempre... Decidió que no sería aprobado y esperó en silencio a que el resto de reclutas juraran.

Mi turno.

Rastrojo rompe la formación y se adelanta un poco para dar el discurso de sus heroicidades. Ese es otro discurso que no se molestó en preparar.

No sé porqué tenemos que dar la nota con esto. Es la primera vez que se nos hace hablar durante la ceremonia de juramento. ¿Qué pasa si a uno se le da por emplear el Oscuro? ¿Qué hubiera pasado si a uno le cortaran la lengua en combate? ¿Qué pasaría si...? Espera, Rastrojo, ¿y si doy la crónica en Oscuro? Pfff... si hago eso, el resto de K'Hlatas me van a matar a collejas por repelente y lameculos.

Llevaba treinta segundos de charla interna cuando se dió cuenta de que estaba en silencio con todos aguardando sus palabras.

Yo... Como sabréis, me llamo Rastrojo. Todos vosotros ya me conocéis, como mínimo, por haber oficiado los funerales de ayer. Esta es la historia de cómo conseguí mi derecho a portar esa capa-dice señalando hacia Enmascarado-. El pelotón de los Hostigadores, acompañado del de Campamenteros y del de Exploradores, se dividió en tres columnas. Yo estaba en la columna del este... ¡oeste, perdón! La columna del oeste. Viajamos hacia el sur intentando localizar las posiciones del Triplete. Nos tendieron una emboscada. Yo estaba en ese momento encargado de mantener la hoguera encendida. No, no era de noche. Estábamos en pleno día. Excentricidades de Ponzoña, que era mi superior directo en esa expedición. Para tratar de ahorrar leña, me puse a llamar a los espíritus... Es que soy chamán. Entré en trance y los entes espirituales avivaron las llamas para la Compañía. Yo no sé qué pasó luego, pero creo que los del Triplete esperaban escondidos en las cercanías a que el chamán estuviese ocupado para poder atacar con algo de ventaja. El caso es que cuando abrí los ojos, estaban todos luchando enfrente mía. Me puse en pie, pues para el ritual me había arrodillado, y corrí hacia la batalla. Para cuando me incorporé a la escaramuza, tan solo quedaba en pie un Fantasma Irredento. Bastante bueno luchando, porque ninguno lograba acabar con él, y él en cambio sí había matado a un par de los nuestros. En fin, estaba yo enfrentándome a esa mole de seis pies y medio de altura, cuando pedí la intercesión de los espíritus. Un gran martillo surgió en mis manos y de un solo golpe el Fantasma cayó muerto. El que es mi Hermano de Capa esta noche, Enmascarado, fue testigo de todo.

Ah, sí, por cierto... En cuanto a la falta de cortes y cicatrices... nunca he sido herido en combate, ¡alabados sean los espíritus por su protección y su gloria! Lo digo porque a pesar de que la magia no me haga un guerrero al uso, y no tenga marcas en la piel que como medallas marquen mi fiereza, quiero que me consideréis un Hermano más. No soy ni mejor ni peor que vosotros, simplemente los espíritus me han elegido a mí.

Sabandija miraba con admiración a Rastrojo mientras  contaba su relato.  ¿Cómo era posible que los espíritus que a él le atormentaban tanto otorgaran esos dones a Rastrojo? Sentía que salir a contar su historia detrás del chamán era algo humillante, puesto que la suya no era algo de lo que enorgullecerse. Al fin de al cabo era una derrota. Sin embargo, inspiró  profundamente e hizo lo que debía hacer.

- Soy Sabandija, de los Campamenteros. Mi historia no es tan espectacular como la de Rastrojo.  El estigma de la cobardía ha pendido sobre mi cabeza desde que estoy en la Compañía.  Puede que sea cierto. – El joven retira el pelo engalanado que le caía sobre los  hombros- Cuando fuimos sorprendidos por tropas pertenecientes a los Fantasmas Irredentos del Triplete pasé miedo, he de reconocerlo. Sin embargo, cuando vi a mi mentor, Ojopocho, herido por una lanza del enemigo …-La voz de Sabandija se entrecortaba por el recuerdo.La historia volvía a repetirse. Las imágenes que le venían a la mente no eran las de Ojopocho herido, sino las de su difunto hermano. Sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos de la mente.// No, ahora no//, se dijo.- …maté a ese guerrero , vengando así a mi mentor al que yo creía ya muerto. – Omitió que el guerrero al que había matado ya había sido herido por un flechazo de Ojopocho.  No era bueno hablando en público como para dar muchos detalles.-  No recuerdo mucho más, puesto que varios guerreros me cayeron encima, provocándome una gran herida en mi vientre que me dejó inconsciente.- Se llevó la mano al costado aún tirante.-  Las palabras no son suficientes para expresar la alegría que sentí cuando, al recuperarme, vi que Ojopocho estaba vivo.  Todo el dolor que pasé ha merecido la pena si en algo ayudé a que mi Hermano de Capa esté aquí ahora para darme su consejo.- Ahora miró directamente a su mentor-  Te prometo que haré todo lo posible por no defraudarte. – Le reconfortaba saber que para Ojopocho también era importante que le hubiera elegido como Hermano de Capa, puesto que él no había tenido ninguno. Ya era reconocido como un soldado importante dentro de la compañía, pero Sabandija esperaba que fuera un honor y reconocimiento  también para él.
 

Pipo se ha quedado dormido tras el entrenamiento. Y ha estado todo el rato en un rincón, hecho un ovillo. Despierta cuando llaman a la ceremonia. De un brinco se levanta y va a buscar un tronco. Tarda un rato, pero ahora ya lo tiene preparado: sobre dos piedras planas ha puesto el tronco. Se ha hecho también con dos estacas y, a modo de mazo, comienza a golpear suavemente y con ritmo sobre el tronco. El hecho de que el tronco quede al aire, produce que los golpes tengan sonoridad y matiz, según dónde lo haga.

Acompaña sin tapar las voces de los oradores, subrayando las frases más sonoras. Entre uno y otro, imprime más volumen y velocidad, haciendo música salvaje.

La entrega de la capa, en cambio, la deja en el silencio más solemne.

Los viejos hábitos tardan en morir. Un instante de duda, y Manta se encontró en su posición natural. Tal y como ocurrió durante el adiestramiento, cuando un poco más de esfuerzo e iniciativa le hubieran permitido colocarse cómodamente entre los veinte elegidos para formar el pelotón de hostigadores. Pero él no quería destacar, ni positiva ni negativamente. Y, de nuevo, se adelantaba tras unos cuantos de sus compañeros de promoción, y antes de unos cuantos más, en el cómodo centro.

—Me llamo Manta —dijo en voz alta antes de levantar la mirada. Había visto a la multitud congregada desde su lugar en la línea, y temía quedarse en blanco al verse como centro de atención de toda la Compañía.

Ya he hablado, ahora se trata de seguir moviendo la lengua. Levantó la cara y miró hacia un punto indeterminado frente a él. De pie, en el centro del círculo de luz formado por las hogueras, apenas podía ver las siluetas de los compañeros, alineados en la oscuridad. No había rostros que clavaran su mirada en él. Inspiró profundamente y prosiguió.

—Formaba parte del tercer grupo —recitó las palabras que había practicado mientras se escondía en el entrenamiento de esa mañana—. Habíamos acampado, a la espera de órdenes para avanzar o unirnos a uno de los otros grupos. Uno de los grupos de mercenarios del Triplete, más numeroso que el nuestro, trató de asaltar nuestra posición. Los exploradores que se encontraban con nosotros fueron los primeros en entablar batalla, probablemente porque sabían que la mayoría de nosotros veíamos combate por primera vez. Para cuando llegué hasta el enemigo, varios de ellos ya habían caído.

»Combatí con cuatro de ellos —prosiguió, tras para un instante a recuperar el aliento—, aunque no al mismo tiempo, por suerte, o no estaría hoy aquí. Maté a dos, y uno me hirió. Lejana, que ha aceptado ser mi hermana de capa, fue una de los exploradores que contuvieron a los asaltantes lo bastante como para que pudiéramos llegar todos los demás al mismo tiempo.

Manta cerró la boca. No había preparado nada más, y prefería no improvisar y meter la pata. Se quedó quieto, erguido, esperando a que la exploradora se acercara a colocarle la capa y el broche que lo identificarían, en adelante, como hermano juramentado de la Compañía Negra.

El ermitaño se acercó cuando Manta terminó de hablar- Sssoy Kerrropisss y derrramé la sssangrrre de un enemigo del trrriplete en el asssalto a una bassse con Matagatosss y Lengua Negrrra al frrrente. En esssa batalla murrrierrron Pulga y Cochinillo. No pude hacerrr mucho porrrrque la carrrga de la caballerrría fue bloqueada en las puerrrtasss de la bassse y yo no sssoy hábil trrrepando, porrr lo que me tuve que quedarrr en la parrrte de atrrrásss y evité, junto con Lengua Negra, que nuessstrrrasss fuerrrzasss fuerrran flanqueadasss.

Miraba a todos los presentes- No tengo herrrmano de capa, perrro me ganarrré el derrrecho de tenerrrla no porrrque alguien ponga sssu confianza en mí, sssi no porrrque demuessstrrre mi valía y me gane el rrressspeto de la Compañía.

Tras decir esto se giró de nuevo y volvió a su posición inicial, quedándose quieto, pero habló solo para añadir una cosa más- No fui herrrido en combate.

Derviche estaba en la fila de los que iban a jurar, lo consideraba un honor. Ser hermana juramentada y demostrar con ello, la capacidad de su tutor en instruirla, era lo que más le importaba. Sus taparrabos limpios y su extraño color bronce, tanto la piel como el pelo, la hacían difícil de distinguir entre las llamas del fuego, en la oscuridad de la noche.

Como una extraña aparición, dio un paso enfrente. Saludó a los mandos, con una breve y fría inclinación de cabeza, bajó la mirada al fuego, como si en él estuvieran escritas las palabras que iba a decir.

- Maté a tres. Era lo único que tenía que decir, Manta ya les situó antes en la escena y les contó que pasó, no iba a repetir lo mismo. Su cuerpo magullado hablaba de lo dura que fue su batalla y no necesitaba mostrar cada herida en parte. Mi Hermano de capa es Peregrino, el que me escogió como pupila, quien me cuidó y me entrenó. Su mirada buscó por un momento a Manta pero siguió hablando. Quien compartió todo conmigo y suyo es el merito por todo lo que soy.

Manta estaba a su lado y Derviche miró hacia arriba para poder verle la cara. Al lado de él, la fanática parecía diminuta, pero eso poco importaba, le tenía que dar las gracias y si no la miraba, se lo iba a decir más adelante.

Odio había permanecido en silencio todo el tiempo. Pero ahora era el turno de decir porque merecía ser Hermano de Capa. Dio un paso al frente, levantó la vista y, por unos instantes, recorrió con la mirada a todos y cada uno de los allí presentes. Tomó aire y habló, lo hizo de forma pausada y tranquilo, con la voz profunda y ronca que le caracterizaba. No había matices en sus palabras, no había sentimientos, pero se sabían sinceras.

- Derramé sangre por la compañía y perdí la mía propia. Seguí al enemigo hasta la extenuación, lo herí y, finalmente, también acabé con su vida. - Hizo una pausa aún más larga - Pero, por encima de todo, he aprendido a valorar aún más a la Compañía y a comprender el significado de la palabra Hermano. - Terminó el discurso y su mirada se dirigió a Loor, que sin duda era quién le había enseñado todo aquello.

- Se hace un silencio.

- Faltan por hablar: Belleza, Chamán Rojo, León Anciano, Lombriz, Reyezuelo, Ikharus.