Partida Rol por web

ESTADO FISICO MAÑANA DEL 14 DEL CASTOR DE 201:

HOSTIGADORES:

1. Attar: Sano. Descansado.
2. Campaña: Sano. Descansado.
3. Caracabra: Sano leve. Descansado.
4. Dedos: Sana. Descansada.
5. Guepardo: Sano. Descansado.
6. Ikharus: Sano. Descansado.
7. Khadesa: Sana. Descansada.
8. Loor: Herida leve. Descansada.
9. Matagatos: Sano. Descansado.
10. Ojopocho: Sano. Descansado.
11. Pelagatos: Sano. Descansado.
12. Peregrino: Herido grave. Fatigado (-2 a todo).
13. Ponzoña: Herido moderado. Descansado.
14. Rastrojo: Sano. Descansado.
15. Serpiente: Sano. Descansado.
16. Sicofante: Sano. Fatigado (-2 a todo).
17. Uro: Sano. Descansado.

Hostigadores heridos: Loor (leve), Peregrino (grave), Ponzoña (moderado).

CAMPAMENTEROS:

1. Asesina: Herida moderada. Descansada.
2. Avestruz: Sano. Descansado.
3. Belleza: Sana. Descansada.
4. Chamán Rojo: Sano. Descansado.
5. Derviche: Sana. Descansada.
6. Keropis: Sano. Descansado.
7. Lengua Negra: Sano. Descansado.
8. León Anciano: Sano. Descansado.
9. Lombriz: Sano. Descansado.
10. Manta: Sano. Descansado.
11. Michou: Sano. Descansado.
12. Misteriosa: Sana. Descansada.
13. Niña de Oro: Herida leve. Descansada.
14. Odio: Herido leve. Descansado.
15. Perdida: Sana. Descansada.
16. Piojillo: Sano. Descansado.
17. Plumilla: Sana. Descansada.
18. Reyezuelo: Sano. Descansado.
19. Sabandija: Sano. Descansado.
20. Tarado: Sano. Descansado.

Campamenteros heridos: Asesina (moderada), Niña de Oro (leve), Odio (leve).

EXPLORADORES:

1. Sargento Falce: Sana. Descansada.
2. Cabo Berrinche: Sano. Descansado.
3. Astado: Sano. Descansado.
4. Correcta: Sana. Descansada.
5. Enmascarado: Herido moderado. Descansado.
6. Escudo: Sano. Descansado.
7. Frontera: Sano. Descansado.
8. Hermana: Sana. Descansada.
9. Lejana: Sana. Descansada.
10. Masutsu: Sano. Descansado.
11. Niño Guerrero: Sano. Descansado.
12. Pipo: Sano. Descansado.
13. Ridvan: Herido grave. Descansado.
14. Sino: Sano. Descansado.
15. Tristeza: Herida moderada. Descansada.
16. Provisionalmente: Ballestero: Sano. Descansado.

Exploradores heridos: Enmascarado (moderado), Ridvan (grave), Tristeza (moderada).

Con la llegada de un nuevo día tocaba hacer el repaso de todas las heridas. Cada vez eran menos los convalecientes que tenía que atender, pero la premura de la batalla lo obligaba a poner todos los sentidos en eso pues no quería mandar hombres malheridos a luchar. Como siempre intentó hacer su trabajo lo mejor posible atendiendo uno a uno a los heridos, limpiando sus heridas y cambiando las vendas por otras más limpias.

SABANDIJA:

- Qué mala suerte, un zorro enfermo cayó en la trampa y la destrozó en su lucha por escapar. No es comestible ni aprovechable.

- "Falce, Matagatos, Lengua Negra. Me temo que el enemigo ya nos conoce, esta vez no van a subestimarnos. Estoy seguro que los supervivientes de las recientes batallas se han unido a las fuerzas del Fuerte Chuda. Saben que podemos vencerles incluso aunque ellos tengan la superioridad numérica.

Creo que esta vez estarán preparados y atrincherados. No dejarán las puertas abiertas para nosotros, seguro que estarán cerradas y tendremos que abrirlas si queremos poder atacarles a caballo.

Disponemos de cuerdas y arpeos. Unos diez de cada en total. Que vuestros mejores trepadores se equipen con ellos, es probable que tengamos que escalar su empalizada.

Somos unos cincuenta y nos enfrentaremos, calculo, a unos sesenta o setenta enemigos, suponiendo que el resto se enfrenten a la Infantería y al Capitán.

Su mayor protección será la empalizada, de tres metros de altura y con foso de estacas según me han informado.

Será una batalla dura, pero creo que las hemos tenido peores." -

Matagatos escuchó las palabras del Teniente. Parecía que la situación sería mucho peor de lo que imaginaban y esta vez habría que lanzar a la gente contra una fortificación a la que solo podrían acceder trepando por lo que parecía. Sería un ataque suicida más, pero Matagatos no objetó nada, en la Compañía Negra quizá lo mejor era morir luchando.
Miró a la Sargento Falce pues era la que estaba a cargo de los Exploradores y también de sus Hostigadores y era ella quien debía repartir los arpeos.

-Sargento, me ofrezco a llevar uno de los arpeos y encabezar la ofensiva.

Sino dio un paso al frente al escuchar a Matagatos. El oscuro se le había adelantado.

- Sino ser gran trepador. - dijo palmeándose el pecho con fuerza. - Y tener cuerda propia. - añadió orgulloso como si eso le diera puntos. 

- Sino honrado si ser nombrado para ir en primera línea. Alcanzaré la cima de la empalizada, mataré enemigos y abriré las puertas para la caballería de la Compañía. - una vez finalizada su afirmación agachó la cabeza a modo de saludo y esperó en silencio que la Sargento Falce le confirmara que podría ir con la primera ofensiva.

El ansia recorría el cuerpo de Sino, necesitaba actividad cuanto antes.

- Matagatos, cuenta conmigo para ir a tu lado en el primer grupo que suba a la empalizada. - digo apoyando una mano sobre su hombro. Juntos haremos estragos entre los enemigos mientras Sino abre las puertas para que entre la Caballería.

- Además. - añado. Al igual que Sino tengo cuerda propia por lo que podríamos ser más los que treparamos.

Contempló como Niña de Oro entró en la tienda de los heridos. Esperaba que se recuperase pronto, igual que ella misma y todos los demás. Se acordó de que Niña de Oro era la que tenía al lado cuando fueron a trepar la empalizada del campamento en la última batalla, pero no se acordaba de lo que había pasado con ella. Creo que consiguió subir la empalizada y luego... A saber. Durante la batalla tuvo bastantes problemas, no tuvo tiempo de fijarse en lo que hacían los demás. Por sus heridas podría decir que lo había pasado bastante mal, puede que tanto como ella.

Miró a su alrededor mientras dejaba correr el tiempo esperando que se le curasen las heridas cuanto antes. Observaba los quehaceres de los campamenteros y el movimiento de estos, sintiendo sus músculos entumecidos. Pero tampoco tenía ganas de moverse. Observó como salían los Oscuros de la Tienda de Mando junto con algunos altos mandos. Detuvo la mirada sobre Matagatos, al que sonrió cuando cruzó la mirada con ella. ¿Qué habría pasado?

Siguió observando el movimiento del campamento. Poco a poco se quedó adormilada. El tiempo pasaba y cada vez sentía menos molestias en las heridas. Pero pronto se despierta alarmada, al escuchar la voz de Correcta, avisando del acercamiento de dos escuadras, aunque se calma cuando el Cabo Berrinche avisó de que eran el Sargento Virote y sus arqueros. Menos mal, porque no podría ni defenderme ahora mismo, de ser que nos atacasen... Suspiró.

Antes de que lleguen los arqueros al campamento Dedos reparó en el ritual que Rastrojo le estaba haciendo a Guepardo. Se queda embobada, mirando con interés. ¿Qué estarán haciendo? 

Poco después llegaron los arqueros. Volvían enteros. Se alegró mucho de que no hubiesen tenido bajas, al igual que se alegró de escuchar que los Altos Mandos tenían localizados a todos los enemigos. Quizás así tengan más suerte y acaben de una vez por todas con esos asesinos. Ojalá todas las Campañas terminasen como la de los arqueros. 

Tras escuchar las órdenes del Teniente escucho a Matagatos ofreciéndose para liderar la ofensiva, arriesgando su vida. Es un guerrero honorable, mi lugar está junto a él y al resto de honorables soldados que encabezarán el ataque.

A pesar de mi estado, que podrá provocar que no logre el puesto que ansío, doy un paso adelante igual que otros dos de mis compañeros y me ofrezco voluntaria -Sería un honor para mi el hecho de partir a vuestro lado. Soy buena trepadora y tengo cuerda propia. Además, se usar muy bien esto-continúo enseñando mi machete.

No quiero volver a fracasar por culpa de los mandos y a Matagatos le confiaría mi vida.

-Teniente, comparto su previsión y ante tal eventualidad, quizás debiéramos prever posibles alternativas -señaló Lengua negra-. Un asalto mediante arpeos siempre es arriesgado, especialmente si no contamos con un adecuado fuego de cobertura mediante ataques a distancia. Contamos con la experiencia del campamento de los castores y esto no va a ser ni siquiera similar. Las estadísticas están en nuestra contra. Si el enemigo nos espera y sorprende nuestro acercamiento, un asalto a la empalizada puede convertirse en una empresa difícil por no decir casi imposible y el número de bajas puede no justificar la empresa. Quisiera proponer alternativas o cuando menos, refuerzos a ese asalto. Que los arqueros de nuestros pelotones disparen flechas de fuego al interior del campamento fortificado. Hemos podido comprobar que en todos ellos hay tiendas y un incendio de dichas tiendas, distraería forzosamente al enemigo. De igual manera, podríamos construir un ariete improvisado. Bastaría con talar un árbol de las proporciones adecuadas. Incluso con una cabeza desbastada de forma primitiva en forma de cuña y llevada por varios guerreros con la fuerza suficiente o incluso empleando uno de los carros como soporte del ariete, creo que serviría para romper las defensas el enemigo.

La Quinta escuchaba en silencio. Poco podía hacer. Pero por poco que fuera, no quería que la dejaran atrás, pensando que debía quedar a salvo.

-Yo no puedo trepar, y tampoco cargar un ariete. Y llegado el caso, puedo hundir mis dagas en un enemigo, pero no puedo pretender luchar como los Hermanos. Sin embargo, tengo cuerda, que estoy dispuesta a dar a quién la pueda usar. Y puedo también poner mis dotes como pitonisa a vuestra disposición, quien lo desee puede pedirme que le pinte un símbolo de suerte en la piel. No os cobraré nada por ello.

Miró a su hermano, sabiendo que quizá se opondría a lo que iba a decir a continuación, y con la mirada le advirtió que no lo hiciera.

-Y estaré en la batalla junto a Serpiente. Tengo la seguridad de que puedo ayudarle en sus hechizos. Poco, pero algo sí. Y quiero intentarlo, cualquier poco que sume, es algo más que nada.

Pipo, alucinado, mira a los que hablan con atención, como si comprendiera todo...

Pipo no sabe bien qué hará, depende de el que está en el agujero de su cabeza. Pipo tiene jabalinas que usa para cazar. Sabe trepar, sabe manejar una cuerda.

Ha dejado de tocar la flauta hace un buen rato.

Piojillo estaba bastante cansado después de entrenar duro aquellos dos días, pero su cuerpo había cogido ritmo y ahora le llevaría a la batalla con ese mismo ímpetu. El joven Recluta se acercó para ecuchar als palabras del Teniente y sintió preocupación, sería complejo y arriesgado.

Él era más partícipe de las alternativas que comentaba Lengua Negra, pues probablemente se salvarían vidas y ellos estaban en desventaja. Como no era buen escalador no dijo nada más, esperaría a que le encomendasen una misión, o un puesto en la batalla.

El entrenamiento de los últimos días había cansado al tagliano. Estaba claro que debía tomárselo con mas calma a partir de ahora. Y más teniendo en cuenta lo que vendría dentro de poco tiempo. Debía estar en condiciones óptimas para el combate. Sicofante, como alguno de sus compañeros, se acercó hacia donde el Teniente, escuchando sus palabras. No dijo nada durante la conversación que se generó. Al fin y al cabo, los planes de combate eran mas conjeturas y preparativos que otra cosa. Suponía que aún pasaría un poco mas de tiempo para pulir el plan de ataque. 

Era evidente que el plan del Teniente tenía sus riesgos y desde luego, coincidía con las palabras de Lengua Negra. Si la escalada quería salir con buen éxito, una distracción sería mas que necesaria. Lo que estaba intuyendo es que de nuevo dejaría los caballos para otra ocasión. 

- "La mayoría de los Exploradores sabemos utilizar el lazo y disponemos de cuerdas para ello. El lazo es menos ruidoso que un arpeo, aunque requiere de mucha más destreza.

Un arpeo para Sino y otro para Pipo. Los otros ocho podéis repartirlos entre Hostigadores y Campamenteros." -

- "Herrero." - Dice el Teniente, volviéndose hacia el padre de Campaña, que está cerca. - "¿Podríamos disponer de flechas incendiarias y un par de braseros en los que prenderlas? Yo me haré cargo de los costes." -

- "Puedo conseguiros un máximo de cincuenta flechas incendiarias y dos braseros. Estará todo listo para el ataque de mañana. Os acompañaré en el camino hasta el Fuerte Chuda y prepararé los braseros." -

- "Podemos llevarnos un carro para usarlo de base para un ariete. Aunque temo que eso nos ralentice. Además, talar un tronco lo bastante grueso y recio puede ser problemático, pero se puede intentar." -

- "Matagatos, tú eres nuestro mejor jinete. Es mejor que aguardes con tu caballo para la carga de caballería en cuanto se abran las puertas.

Matagatos, Lengua Negra, Sicofante, Piojillo, y yo somos los cinco que tenemos caballos de guerra, cargaremos en cuanto sea posible.

Pelagatos, tu montura no está entrenada para la batalla, es mejor que la dejes atrás antes de entrar en combate.

Los más ágiles treparán con cuerdas, ya sean de lazo o con arpeo. Los que tengan arcos les cubrirán con las flechas de fuego de Herrero, y algunos más con jabalinas o lanzas cortas.

El resto ayudarán con el ariete." -