Partida Rol por web

No tardé mucho en retirarme a mi tienda. La fiesta continuaba, pero yo no quería emborracharme. Era irresponsable. Era una pena ya que invitaban los mandos y tal vez consideraban maleducado que no se aceptasen, epro no quería arriesgarme a una resaca la mañana siguiente. Sin duda tenía que mantenerme fresco y preparado. Hoy, mañana y siempre.

Tras terminarme la cena servida por Astado me retiré a mi tienda sin prisas. No me molesté en despedirme de nadie, pues al fin y al cabo mañana por la mañana seguirían ahí (algunos literalmente, incluso).

Antes de quedar dormido Sino observó los últimos trazos de la fiesta en el campamento... él había declinado tres de las jarras de grog gratuitas, aquellas a las que invitaron los mandos. El explorador dudaba de que tanto alcohol fuera bueno para acabar de sanar sus heridas.

Con la espalda apoyada en el árbol como venía siendo costumbre las últimas noches, Sino apoyó una de sus manos en el pomo de la cimitarra y dejó caer la otra hasta que todo su cuerpo encontró una posición relativamente cómoda.

Sin prisa pero sin pausa, al principio al ritmo de la melodía de Pipo y luego ya con los últimos sonidos del campamento, los ojos de Sino se fueron cerrando invitándole a un profundo sopor.

- Unos pocos han estado entrenando como verdaderos dementes, otros han aprovechado para descansar y recuperarse todo cuanto han podido.

- La mayoría se han situado en algún punto intermedio entre entrenamiento y descanso.

ESTADO FISICO MAÑANA DEL 13 DEL CASTOR DE 201:

HOSTIGADORES:

1. Attar: Sano. Descansado.
2. Campaña: Ileso. Cansado.
3. Caracabra: Herido moderado. Descansado.
4. Dedos: Ilesa. Descansada.
5. Guepardo: Sano. Descansado.
6. Ikharus: Ileso. Descansado.
7. Khadesa: Ilesa. Descansada.
8. Loor: Herida moderada. Cansada.
9. Matagatos: Ileso. Descansado.
10. Ojopocho: Ileso. Descansado.
11. Pelagatos: Sano. Descansado.
12. Peregrino: Herido grave. Cansado.
13. Ponzoña: Herido moderado. Fatigado.
14. Rastrojo: Ileso. Descansado.
15. Serpiente: Ileso. Descansado.
16. Sicofante: Ileso. Descansado.
17. Uro: Ileso. Descansado.

CAMPAMENTEROS:

1. Asesina: Grave. Descansada.
2. Avestruz: Ileso. Descansado.
3. Belleza: Herida leve. Descansada.
4. Chamán Rojo: Ileso. Descansado.
5. Derviche: Herida grave. Cansada.
6. Keropis: Ileso. Descansado.
7. Lengua Negra: Ileso. Descansado.
8. León Anciano: Ileso. Descansado.
9. Lombriz: Herido leve. Descansado.
10. Manta: Ileso. Descansado.
11. Michou: Ileso. Descansado.
12. Misteriosa: Ilesa. Descansada.
13. Niña de Oro: Herida grave. Descansada.
14. Odio: Herido grave. Cansado.
15. Perdida: Ilesa. Descansada.
16. Piojillo: Ileso. Descansado.
17. Plumilla: Ilesa. Cansada.
18. Reyezuelo: Ileso. Descansado.
19. Sabandija: Sano. Descansado.
20. Tarado: Ileso. Descansado.

EXPLORADORES:

1. Sargento Falce: Ilesa. Descansada.
2. Cabo Berrinche: Ileso. Descansado.
3. Astado: Ileso. Descansado.
4. Correcta: Herida leve. Cansada.
5. Enmascarado: Herido grave. Descansado.
6. Escudo: Ileso. Descansado.
7. Frontera: Ileso. Descansado.
8. Hermana: Ilesa. Descansada.
9. Lejana: Ilesa. Descansada.
10. Masutsu: Sano. Descansado.
11. Niño Guerrero: Sano. Descansado.
12. Pipo: Herido leve. Descansado.
13. Ridvan: Herido grave. Fatigado.
14. Sino: Sano. Cansado.
15. Tristeza: Herida grave. Fatigada.
16. Provisionalmente: Ballestero: Ileso. Descansado.

Como cada mañana Matagatos se aseó y se preparó para atender a todos los heridos. Afortunadamente eran cada vez menos y eso le permitiría atenderlos mejor cada vez. Uno a uno fue cambiando los vendajes y limpiando las supuraciones de las heridas inspeccionando con cuidado cada una de ellas así como las suturas que había realizado los días anteriores asegurándose que estas cerraban correctamente. Cuando terminó se tomó unos momentos de descanso. El resto del día tan solo tendría que atenderlos levemente para asegurarse que sus vendas seguían en su sitio y que ninguna de las heridas presentaba peor aspecto.

Hostigadores heridos: Caracabra (leve), Loor (moderada), Peregrino (grave), Ponzoña (moderado).

Campamenteros heridos: Asesina (grave), Belleza (leve), Derviche (leve), Lombriz (leve), Niña de Oro (moderada), Odio (moderado).

Exploradores heridos: Correcta (leve), Enmascarado (grave), Pipo (leve), Ridvan (grave), Tristeza (grave).

- "Se convoca una reunión de Mandos, Jefes de Pelotón y Magos. Ahora en la Tienda de Mando." -

Matagatos escuchó las órdenes del Teniente. Afortunadamente ya había terminado de atender a los heridos, así que dejó lo que estaba haciendo y se dirigió a la nueva reunión que habían convocado. Esperaba que aquella fuera más interesante que la anterior y que por fin supieran cual sería su siguiente misión.

- Analista, el Teniente, los Magos Escupeculebras, Tragasapos, Sedoso y Caratótem; los Sargentos Vientos, Falce y Virote, entran en la Tienda de Mando.

- Matagatos pasa a la Tienda de Mando.

Con el alba, algunos fueron convocados por el alto mando. Lengua Negra, dispuesto para entrenar con su pelotón, frunció el ceño y confió en que la reunión no se demorase en exceso. Había mucho que hacer y poco tiempo para ello.

Avanzó con largas zancadas, cruzando el campamento, para entrar en la Tienda de Mando. Posiblemente cuanto fueran a oír no sería especialmente halagüeño y tuviera que ver con lo que les esperaba en las próximas jornadas.

Piojillo se había levantado con el sol y antes de que diera tiempo a preparar siquiera las habituales gachas del desayuno ya comenzó a entrenar. Para evitar perderse la reunión, el recluta buscó una zona despejada, pero desde donde pudiera acudir si les llamaban.

Esta vez se dedicó a practicar arrojar su lanza contra el tronco de una vieja acacia. Una y otra vez lanzaba el arma y castigaba la corteza, aunque si se alejaba más de diez metros, prácticamente no era capaz de acertar.

Attar se levantó aquel día unos minutos más tarde de lo normal, quizás debido a la fiesta o a la jarra de grog, aunque no permaneció mucho tiempo allí. Pero no por no quedar despierto se podía aislar el mestizo del jaleo provocado por aquellos que sí estuvieron celebrando los ascensos y las victorias hasta tarde.

De todos modos, el guerrero se levantó y se dirigió a asearse y beber algo de agua para terminar de desperezarse. A continuación, con su mandoble en las manos, se encaminó a las afueras del campamento, a realizar un leve entrenamiento matutino, que le permitiera seguir recuperándose y entrenar algo. 

¿Nggggrewf?

Rastrojo estaba tumbado boca abajo. Lo único que fue capaz de despertarle era el calor que el sol de media mañana proyectaba en la tienda. Cuando estuvo lo suficientemente cocido, se dió la vuelta para ponerse de lado. Había usado la sagrada y gloriosa capa de la Compañía a modo de mantita. De un manotazo se la quitó de encima, pero eso no alivió en nada el calor que sentía.

Le dolía la cabeza más que la noche anterior, lo cual demostraba que las hierbas que en ocasiones fumaba eran completamente inocuas y la receta de grog del Gordo Wem era puro veneno. No recordaba muy bien sus actos de las últimas horas, y eso era malo. Pero la noche de desmadre pudo ser peor. Podría haberse despertado bajo Elefanta. O junto a Lagrimita. O peor aún, en la tienda de Khadesa, sucio y deshonrado por haber estado en el interior del útero de una impía pitonisa. Pero se despertó solo. Siempre solo. Lo suficientemente espeso como para no darse cuenta de lo triste que era su vida ni de compadecerse por su soledad.

Se quedó tumbado mucho rato más, pero lo elevado de la temperatura no le dejaba dormir. Daba igual. En estos momentos era como un lagarto al sol de la mañana, demasiado débil como para moverse y dependiente de las energías que el calor le pudiese proporcionar.

- Lengua Negra pasa a la Tienda de Mando.

Pipo abre los ojos cuando Matagatos atiende sus heridas, en el sitio en el que se ha refugiado inconscientemente de la luz. Se levanta con los ojos muy grandes y somnolientos y merodea por ahí. Mea largamente, bebe agua, busca algo de comer...

Luego se pasea por el campamento, completamente despistado.

Plumilla abrió los ojos, o más que abrirlos, los enteabrió. Tenía una manta por encima y junto a ella se encontraba Lombriz. Se incorporó con un atroz dolor en todo el cuerpo. Era lógico, había descansado poco al atender a los heridos y el día anterior había estado entrenando dándolo todo para cumplir con lo que se esperaba de ella.
La cabeza le dolía horrores, no era producto de la resaca, el grog solo había humedecido sus labios, y notaba como si tuviera arena bajo los párpados.
-Lombriz, deberías haber dormido dentro-dijo con evidente esfuerzo mientras trataba de incorporarse agarrándose a la lona.- ahora... ahora vuelvo.

Arrastró los pies hasta un lugar donde aliviarse y se lavó. El mero hecho de quitarse la porquería de encima le supuso un esfuerzo titánico y, durante unos instantes se preguntó si tendría fiebre. Ojopocho ya había dicho en su momento que si no descansaba enfermaría y, aunque le daba miedo esa idea, no la descartó.

Las huellas de sus pies mojados guiaron hasta la tienda de los heridos pero no entraban en ella. Se conformó con sujetarse la cabeza con ambas manos y cerrar los ojos, como si con ello el cansancio que estaba acabando con ella pudiera desaparecer.

Sino despertó con las primeras luces del alba. Un bostezo y un estiramiento de brazos acabaron de desperezarlo. Se sentó y levantó su espalda del suelo. Inconscientemente había ido cayendo al suelo desde que se apoyó en el árbol para dormir.

La noche de descanso le había sentado bien, habría sido mucho peor si hubiera apurado sus cuatro jarras de grog. Con movimientos cuidadosos retiró un poco el vendaje que cubría su herida y observó con atención. Había cicatrizado por completo. Ahora sólo le picaba un poco pero apenas era una molestia menor. Los días de descanso recibiendo atención médica habían dado su fruto... ahora ya podría dedicarse a tareas más importantes como entrenarse como era debido para acabar con el enemigo.

Y nunca en mejor momento, puesto que los mandos acababan de convocar una reunión. Sino se levantó, recogió sus cosas y cogió una pieza de fruta para desayunar algo. Con pasos seguros se encaminó a un área algo más despejada y desenvainando su cimitarra comenzó a entrenar con un calentamiento ligero y unas estocadas contra el tronco de un árbol...

De momento empezaría con algo sencillo y según notara sus fuerzas ya iría aumentando.

Levanté fresco y despejado, aunque seguramente otros estarían maldiciendo el ajetreo matutino. Observé con satisfacción que mis heridas estaban cerradas y en buen estado. Los cuidados de Matagatos y el descanso habían dado sus frutos. Podría entrenar con más fuerzas a partir de hoy. 

Con la armadura puesta y la espada al cinto, salí de mi tienda disfrutando de una mañana despejada. Cómo hacía cada día últimamente, me dirigí a los establos a comprobar que el estado de Orgullo, cómo el mío, seguía mejorando y sus heridas cerraban. Mientras me alejaba escuché cómo se preparaba una reunión de mandos (y magos...) a la que yo obviamente no estaba invitado.

"Aún."- pensé con calma. - "La paciencia da sus frutos."

Llegué a los establos poco después y me aseguré de que a mi caballo no le faltaba de nada. Después salí a campo abierto para entrenar. Debía mantenerme en forma. La guerra estaba acercándose.

Ponzoña se levantó un día más con las primeras luces. Seguía sintiéndose fatigado y aunque mejoraba, su salud no parecía dispuesta a recuperarse totalmente, como un polluelo remolón reacio a desplegar sus alas para su primer vuelo. Se acercó a uno de los barriles de agua y cogió un cubo para llenarlo. Tras ello, procedió a lavarse con calma hast ael momento en que oyó las voces que lo reclamaban a la tienda de mandos.

Dejó todo y con la piel aún perlada por el agua, se dirigió a la tienda de mandos.

Un nuevo día amanece.

- Día nuevo. Vida nueva. - pienso.

Sin duda me siento bien con mi nuevo estatus dentro de La Compañía. Tanto tiempo he deseado estar en la posición en que me encuentro que ahora que por fin la tengo deberé de buscar nuevos cometidos para alcanzar para no acomodarme pues nunca he sido un conformista.

Me aseo y me dirijo a la Zona de Entrenamiento para estirar los músculos y hacer algo de ejercicio. De camino veo pasar a Matagatos, Lengua Negra y Ponzoña.

- Otra Reunión de Mandos. - pienso. Menos mal que a mi no me toca estar en esas Reuniones tan "amenas".

- ¿Recriminarán a Matagatos el anuncio anoche del Ascenso de Rango de los Hostigadores?

Me encojo de hombros ante esta última cuestión que me viene a la cabeza y sigo andando tras saludarlos con un ligero movimiento de cabeza.