Partida Rol por web

La lógica de las hogueras

1. AGENTES DE FENRE - Novokovo

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23/03/2022, 19:59
Laurien Groote Stroek

Laurien esperó a que el hermano Cornelius dijera algo sobre aquellos libros y la información obtenida pero parecía que estaba demasiado afectado por lo sucedido con aquella mujer por lo que la joven simplemente comenzó a recoger aquellos manuscritos y pruebas de los pecados de la mujer.

Una vez lo tuvo todo lo llevó con ella junto con el cofre. 

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23/03/2022, 20:01
Laurien Groote Stroek

Cuando volvieron a reunirse de nuevo la joven Laurien le entregó al hermano Rostro de Plata los textos y manuscritos prueba de su culpabilidad. 

- Estos pergaminos están escritos en la misteriosa lengua de la extranjera pero en este - le mostró uno - Hay una lista de siete nombres foráneos peor hay dos que son de estas tierras... La lista vendría a ser algo así como "Portadores" e imagino que será la lista de a quienes ha dado cobijo y ocultado, también la ciudad en donde fueron encontrados. - Sabía que él sabría qué hacer con toda aquella información - Y este libro - mostró otro - es propiedad del boticario. ¿Qué sabemos de él?

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23/03/2022, 20:43
Director

Los pergaminos están escritos en la misteriosa lengua de la extranjera, uno de los tantos dialectos del Antiguo Oeste, compuesto por caracteres retorcidos y huidizos. Según Laurien es una lista de siete nombres. Casi todos los nombres son claramente foráneos, como el de la propia Shadha. Hay dos, sin embargo, que son de nombres de vuestro continente. La lista se titula Portadores. No es difícil darse cuenta de que es el listado de hechiceros (portadores, como los llama ella), a los que la extranjera ha dado cobijo y ha ocultado en quién sabe dónde. Al lado de cada nombre está escrita la ciudad en donde la persona fue hallada. No hay nadie que provenga de Novokovo.

El otro objeto es un libro escrito en la lengua común, vuestro idioma. Es una aburrido tratado sobre climatología. En la primera página del volumen el propietario ha anotado su nombre: Stanislav. Por lo que habéis escuchado hasta ahora, Stanislav es el boticario de Novokovo.

Notas de juego

Ya que Laurien muestra lo que encontró revisando la casa de la extranjera, copypasteo la descripción de ambos objetos.  Metarroleramente, aviso que ninguno de los portadores/hechiceros que nombra esa lista será relevante para esta partida. Es un aviso para que no perdáis tiempo en callejones sin salida. El nombre del culpable de lo que pasa en Novokovo no está ahí. La lista es simplemente evidencia de que Shadha ha ocultado brujos/brujas/portadores.

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25/03/2022, 15:52
Heinrich von Bassenheim

Heinrich soltó un suspiro y una sonrisa irónica ante la última frase que le dedicó el hermano Rostro de Plata, y sin desviarle la mirada, le contestó en alto y sin duda en su voz. Heinrich estaba cansado de la personalidad de aquel inquisidor.

-¿Queréis matar a la protectora de brujas? adelante, hacedlo aquí y ahora, yo mismo os apilo la madera. ¿Queréis que la mate yo? No me supone ningún problema ni remordimiento, pero creo que no es la mejor acción ahora mismo de cara a nuestros intereses. Vuestras ganas de matar y de torturar os ciegan desde el mismo momento que nos reunimos con la Alta Inquisidora, y eso es más un problema que una ventaja, compañero. Aún así, no os he cuestionado en ningún momento hasta ahora, pues Gertrud tendrá sus razones para tan peculiar grupo.

Heinrich volvió a suspirar, y miró al frente, al tumulto de gente que había que dispersar. Volvió a hablar.

-No me gustas, Rostro de Plata, pero me he callado hasta ahora por respeto al trabajo. Si en vuestro sádico sentido de la vida sois más feliz pensando que estoy aquí para librar a las brujas de sufrimiento, por mi bien, pero una de dos, os calláis la boca o formuláis una acusación formal y la resolvemos aquí y ahora. ¿He sido suficientemente claro, o os queda alguna duda?

Dicho lo cual, empezó a disolver a la gente, para que se fueran a sus casas.

Una vez llegados a la taberna, Heinrich se sienta y se dispone a hablar, en un tono bastante más serio de lo habitual:

-Como vosotros ya os sabéis la historia de la extranjera, y yo por encima, os cuento lo que hice antes de encontraros. He ido a hablar con Timur y con Erik. Tengo alguna novedad.

Como sospechaba, Timur en realidad es Waldo, un antiguo oficial de Herenhout que odiaba la guerra, no le culpo por ello. Acabó desertando y escondiéndose aquí como Timur el párroco. Por lo que he podido ver y escuchar en el pueblo, cumple de manera bastante informal con el culto a Fenre y la gente del pueblo lo tienen en estima, es un buen cohesionador. Lo he presionado bastante, y hemos pasado un momento tenso en el interrogatorio que ha acabado con una bala en su pierna, por lo que pienso que su discurso es bastante sincero. Se ha ofrecido, aunque no necesitamos tal ofrecimiento, a hacer sesiones de confesionario a nuestra medida para obtener información directa de los aldeanos que seguramente no nos contarían a nosotros a cambio de no revelar su identidad.

He visitado también a Erik, me ha ha parecido un garrulo de manual, entre lo que piensa y lo que dice no hay nada. No me ha contado nada que considere realmente de importancia, pero es transparente. Si por el fuera, quemaríamos a medio pueblo para asegurarse de que se mata a la bruja, aunque muriesen inocentes. Eso si, solo quemaría a aquellos de los que él sospecha. Como no. También me ha preguntado insistentemente por mi acento y ha dejado caer que mataría a cualquier Herenhoutiano, seguramente acabe teniendo problemas con él, si persiste en su actitud. De momento lo he dejado correr.

También he averiguado que es aquello que tanto comentan del incidente del granero, os resumo:-en este momento Heinrich mira directamente hacia Rostro de Plata, y no quita la mirada hasta terminar el relato-  En Herenhout había un cuerpo especial que se dedicaba a cazar oficiales de cualquier manera. Los Colmillos de Hierro. Resulta que mataron a unos oficiales que se escondieron en un granero de por aquí. Mataron también a la familia que poseía el granero, y le prendieron fuego a todo. Toda la aldea se enroló en la guerra para poder matar a los Colmillos de Hierro. Una aldea que hasta ese momento, había permanecido neutral y sin intención de atacar a Herenhout. Matar inocentes genera esas reacciones.

 

Notas de juego

Informaciones que he recogido sobre los distintos nombres que nos dio Minsk:

DE TIMUR:

—Erik... Erik es un bravucón. Es veterano de guerra. Luchó en la Guerra de los Destronados a favor del Imperio, como todo el mundo en esta aldea. Detesta a los que venimos de Herenhout. Digo, os detesta, a mí no me detesta porque nunca supo de mi verdadera identidad... si la supiera, ya podría darme por muerto. Pero Erik, qué quieres que te diga, será valiente, será corajudo, pero es tonto como una mula. Tonto y corajudo, mala combinación. Ya lo has visto, ahí, fuera del ayuntamiento. Si lo empujas lo suficiente es capaz de hacer cualquier cosa.

>>Miloslava es una buena moza, compasiva. Tiene su aquel, eh, que si yo no fuera sacerdote, ya hubiera intentado... ah, ejem, te decía, que es buena moza. Cada tanto viene a confesarse, y te digo, hermano, que es una mujer piadosa. Cuando comenzaron a nacer los terneros deformes todos los campesinos sacrificaron los suyos, menos Miloslava, que aun los conserva. Pero es que Miloslava ama a sus animales. Esa mujer no mataría a un animal ni aunque tuviera cinco cabezas, ocho pares de ojos y trece patas.

>>Osip tiene la sesera floja, pero no es mal chico. Ha sido padre hace poco. Dice que vio no sé qué cosa en el cementerio, y yo no le tengo por mentiroso. Es honesto y trabajador, pero tiene un crío de cinco meses. El pobre no duerme, ¿entiendes? Y la falta de sueño pudo hacerle imaginar cosas...

>>Stanislav... escucha, no digas que fui yo quien te lo dije, pero creo que es —baja la voz—... ateo. Nunca se confesó, nunca vino a mis sermones, en algunas ocasiones hasta me ha soltado comentarios socarrones sobre Fenre. Es un listillo. Es educado, y por eso se piensa más que los demás. Pero la gente le aprecia. Está todo el día en su botica, leyendo sus libros, y pasa buena parte de su tiempo con los niños huérfanos de la guerra. También he oído que se lleva bien con la extranjera.

>>Y sobre la extranjera, qué decirte, hermano. Te diría que no es trigo limpio, pero quién soy yo para juzgar a otros, ¿eh? —suelta una risa que se convierte en una mueca cuando un latigazo de dolor le azota la pierna—. Apenas comenzaron nuestros problemas, la extranjera llegó aquí, días después. Menuda casualidad, ¿eh? No te creas que nadie se ha dado cuenta de esto. Erik se ha dado cuenta, y muchos otros vecinos también. Tampoco es que la extranjera haga mucho para ganarse la simpatía de las gentes de Novokovo. No habla con nadie, excepto tal vez Stanislav. Los que viven al lado de la extranjera me han dicho, en confesión, que por las noches la escuchan hablando sola, en su lengua natal. Pues no sé, yo no quiero tener nada que ver con ella.

>>Sobre el alcalde...Un papanatas. Según me han dicho, antes era feroz, pero luego de que le cortaron la cara no es más peligroso que gatete recién nacido, jé. Nadie le respeta, como te habrás dado cuenta, y hasta él es consciente de sus límites. Lo único que le interesa a Minsky es que esto de la brujería se solucione cuanto antes, porque cada día que pasa, tiene un poco menos de autoridad. Y si las cosas siguen así, lo que viste ahí fuera del ayuntamiento no será nada en comparación a lo que ocurrirá.

De ERIK:
Miloslava. Todos hemos tenido el problema de los terneros deformes. No veas las monstruosidades que nacen. Apenas una vaca tiene crías deformes las pasamos a cuchillo. Todos los campesinos de la aldea lo hacemos... todos menos Miloslava, que decidió conservar a esas asquerosidades. ¿Es que soy el único que piensa que es sospechoso? 

—Osip es un cobarde que no quiso ir a la guerra. Que le den. Poco me importa lo que sea que vio en el cementerio. Stanislav no hace otra cosa que leer y llorar a su esposa muerta, pese a que lleva décadas bajo tierra. Un hombre que llora y que no sabe arar la tierra no es un hombre. Izolda... esa hembra habla y habla y habla y habla. Necesita un esposo que le diga cuándo callarse, pero esa mujer nunca se casó.

Minsk no tiene los cojones para ser un líder en los tiempos que corren. Si yo fuera alcalde, ya me hubiera encargado de la puta bruja, sea Miloslava o sea la extranjera. Y Timur, Timur es un hombre decente, honesto. Cuando da sus sermones habla claro, sin usar palabras raras, esas palabras con las que vosotros, las gentes educadas, tanto os pavoneáis.

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25/03/2022, 19:42
Ser Gherim van Wayden

Antes de llegar a la taberna de Izolda... 

@Heinrich: -¿Queréis matar a la protectora de brujas? adelante, hacedlo aquí y ahora, yo mismo os apilo la madera. ¿Queréis que la mate yo? No me supone ningún problema ni remordimiento, pero creo que no es la mejor acción ahora mismo de cara a nuestros intereses. Vuestras ganas de matar y de torturar os ciegan desde el mismo momento que nos reunimos con la Alta Inquisidora, y eso es más un problema que una ventaja, compañero. Aún así, no os he cuestionado en ningún momento hasta ahora, pues Gertrud tendrá sus razones para tan peculiar grupo.

-No me gustas, Rostro de Plata, pero me he callado hasta ahora por respeto al trabajo. Si en vuestro sádico sentido de la vida sois más feliz pensando que estoy aquí para librar a las brujas de sufrimiento, por mi bien, pero una de dos, os calláis la boca o formuláis una acusación formal y la resolvemos aquí y ahora. ¿He sido suficientemente claro, o os queda alguna duda?

El Ejecutor mantiene la mirada clavada en Heinrich mientras este le interpele. Su sonrisa se acentúa.

—¡Ja! Así que tenéis sangre en las venas, ¿eh? Creo que me tenéis miedo, Heinrich. Matar. Torturar. Calcinar. Me consideráis un asesino inmisericorde, es evidente —el enmascarado ríe sacudiendo la cabeza.— Erráis. Soy un cazador. El único que la Alta Inquisidora ha enviado aquí —dice con una mezcla de orgullo mientras sus ojos, desafiantes, destilan un aura de lacerante frialdad.— Cuidado con vuestra lengua, Von Bassenheim —advierte el Rostro de Plata dejándose de formalidades, apelando a algo que Heinrich no tiene contra él: un nombre.— No cometáis el error de pensar que solo sé matar hechiceras y otros herejes arrojándolos a la hoguera... Vos no me duraríais ni unos segundos... —amenaza estoico, sus palabras erigiéndose en grabados ungidos en piedra, aún sonriendo con ese deje salvaje que Heinrich intuye en su mirada esmeralda.— Aunque me resulta estimulante, casi enternecedor, este pequeño arrebato de orgullo de vuestra parte, sabed que no cambia mi percepción de vos. ¿Resolverlo, decís? Sea pues. Sabed que estaré encantado de contribuir a vuestro retiro permanente cuando la cacería, nuestro deber, concluya. Y tengo un presentimiento... Lo hará pronto.

Ser Gherim percibe que la hermana Laurien se les aproximaba con lo que parecían unos legajos en las manos y dedica un último comentario a Heinrich en voz baja:

—Id pensando en quién os llorará y en vuestras palabras de despedida, batidor —susurra, su sonrisa despiadada desapareciendo lentamente de su rostro marcado por el fuego.— Llegado el momento, seré rápido. Consideradlo... una cortesía profesional.

El enmascarado habla en serio.

Tan en serio como un ataque al corazón.

Ahora, su motivación personal por cazar y ajusticiar a la bruja se ha redoblado.

Si es que eso era posible...

@Laurien: - Estos pergaminos están escritos en la misteriosa lengua de la extranjera pero en este - le mostró uno - Hay una lista de siete nombres foráneos peor hay dos que son de estas tierras... La lista vendría a ser algo así como "Portadores" e imagino que será la lista de a quienes ha dado cobijo y ocultado, también la ciudad en donde fueron encontrados. - Sabía que él sabría qué hacer con toda aquella información - Y este libro - mostró otro - es propiedad del boticario. ¿Qué sabemos de él?

Ser Gherim tomó los documentos y los estudió con una ojeada al tiempo que escuchaba las palabras de Laurien con atención.

—Buen trabajo, hermana. Esto agradará sobremanera al Dicasterio —dice guardándolos en su morral para luego reparar en el libro que le mostraba.— ¿Del boticario, decís? —En los ojos del Ejecutor brilla tenue la llama de la sospecha.— Regresemos a la taberna. El Maestre pidió a la tabernera que hiciera llamar al boticario para... trataros... —Ser Gherim no encontró una palabra mejor para hacer alusión a las extrañas visiones que sufría Laurien desde su llegada a Novokovo.

—¿Habéis encontrado la manera de abrir ese cofre? —inquiere esquivando el tema con cierta habilidad para evitar incomodar a la profetisa.

* * * * *

En la taberna, durante las declaraciones de Heinrich...

El Rostro de Plata asiste impertérrito a las revelaciones cosechadas por Von Bassenheim. Sonríe escéptico cuando relata que ha disparado en una pierna al falso sacerdote, pero no le interrumpe en su narración. Tiene su propia opinión sobre ese desertor de Waldo y la descripción que el batidor arroja sobre Erik no le causan la menor impresión. En cambio, cuando llega al recuerdo sobre el granero y a su sangrienta conclusión, Ser Gherim, su rictus, ya de por sí siniestro, queda petrificado en una mueca de inquietante aversión.

—Refugiar al enemigo siempre tiene consecuencias —sentencia el Ejecutor en clara alusión al destino que aguardaba a Shadha al Qanan por dar amparo a hechiceros.

—Conozco la leyenda de los Colmillos de Hierro... Una bien distinta de las patrañas que difunden por aquí —añade después, focalizando su atención en Heinrich como si todo a su alrededor se oscureciese, el fuego del hogar de la taberna asfixiándose por la creciente y mortal enemistad que se estaba fraguando entre aquellos dos inquisidores en el calor de la noche.

—La primera en morir en una guerra es la verdad —espeta el Rostro de Plata, sumiéndose en un críptico y dramático silencio.— Quizás sea el momento... —dice de repente, como pensando en voz alta.— Creo que el boticario debería aparecer de un momento a otro. Ruego me perdonéis, pero considero que el Maestre se bastará sin mi presencia para acometer su interrogatorio —El Ejecutor se levanta y da una palmada amistosa (?) en el hombro a Cornelius.

—Voy a ver cómo están tratando a nuestros caballos.

Antes de salir de la taberna, obsequia a Heinrich con una peculiar despedida en voz baja.

—Vigila tu espalda de estos novokovitas, viejo. Tú y yo tenemos un asunto pendiente. Y seré yo quien te dé paz.

Notas de juego

@Lucius: Hacía mucho, pero que mucho tiempo, que no me divertía tanto roleando con un compañero una relación de enemistad/rivalidad entre dos PJs. Saltan chispas entre estos dos. Habrá final épico, lo presiento ;-D

Evidentemente, la respuesta de Ser Gherim a Heinrich antes de ir a la taberna y al salir de la misma es en privado (¡ESTO YA ES ÍNTIMO Y PERSONAL!), pero lo cierto es que no me molesta que Laurien y Cornelius se sumen al hype. Qué diablos, para eso estamos.

Nota mental: Debo releer las notas del último mensaje de Heinrich... Qué viaje de información, oiga.

@Baalis: Respondiendo a tu pregunta, y considerando que el boticario está al caer, Ser Gherim se dirige a los establos para... dar suspense al asunto.

Si alguien quiere venir conmigo, oiga, es un mundo libre.

Heinrich, tú no, que nos matamos a este paso, eh. ¡Que nos matamos antes de que llegue el encuentro con la bruja! xDDDDDDDDDD

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26/03/2022, 13:10
Dr. Cornelius Kotzträppus

Kotzträppus recordaba con añoranza tiempos pasados, cuando un joven Cornelius rebosante de energía tomaba sus votos como soldado de Fenre. Aun conservaba el sabor de aquellos días, de aprendizaje y descubrimiento, de duro trabajo y largos viajes. Su ansia de conocimiento y carácter predispuesto le habían sido de gran utilidad en su profesión, permitiéndole convertirse en el valioso investigador de campo que era y no un apergaminado teólogo de biblioteca más.

El poder del erudito no provenía de su agudo intelecto, ni del vasto conocimiento atesorado a lo largo de una larga vida de observación y estudio. No estaba en posesión de ninguna capacidad que le hiciera ser superior al resto de los mortales, ni contaba con aliado alguno digno de mención en este caso. Ni que decir tiene que su condición y educación física, pese a no ser en absoluto desdeñable para un hombre de tan avanzada edad, tampoco le hacían ser una persona extraordinaria.

La fuente del poder del hermano Cornelius era su espíritu. Y la energía que lo nutría, como un organismo que riega con su sangre los músculos, era su inquebrantable fe en Fenre, y por tanto, el compromiso con su Iglesia. El Santo Dicasterio. Dios entre los hombres, los embajadores de Fenre en esta tierra.

A lo largo de estos años, el fraile había podido observar la transformación que inexorablemente acompañaba a la expansión hegemónica de su bienamada Iglesia. Conocía sus orígenes, cuando se trataba de orientar, no de castigar. Creció leyendo las sagradas historias de los primeros mártires, que murieron llevando la palabra de Fenre a través de tierras salvajes, más allá de mares extraños, a todos los rincones del continente y más allá, con la única arma de su fe y la santa intención de iluminar las almas de los hombres.

Una historia tan vieja como el mundo, las almas de los hombres sucumben ante la corrupción del poder continuado. Es la naturaleza humana, y así Fenre nos lo dice. El Dicasterio, en manos de los hombres, se vio transformado por completo a medida que fue creciendo.
Las expediciones de la Iglesia se convirtieron en guerras (Santas), los pastores en guardianes, los obispos en políticos y nuestros hermanos en sanguinarios soldados. Y todos ellos luchan por mantener sus pequeñas parcelas de poder, a la sombra de una voz de Dios despiadada en la tierra, en boca de sus hijos, perdidos y fraticidas.

Ahora se encontraba aquí, en estas tierras gélidas, con esta gente desesperada, este frío intenso en los corazones, en los huesos.
Veía como el influjo hacía mella en las mujeres y los hombres que aquí permanecían, así como en los recién llegados, y esa misma desesperanza calaba en él, que se preguntaba si no sería así siempre, en todas partes. Al fin y al cabo, el viejo no había tenido nunca conocimiento de ningún lugar donde Dios se hubiera sentido a gusto alguna vez, quizá la venda la hubiera llevado él en sus propios ojos, y siempre la vida de los hombres había sido así, gris, yerma y vil y tan vacía e insulsa e inútil como una tripa sin cena a la hora de dormir o un libro en la oscuridad más absoluta.

Estos desesperanzadores pensamientos pesaban sobre el cansado erudito, que observaba a sus compañeros sin decir nada.

Tanya pasó junto a él, con una bandeja llena, y Cornelius se apartó con un gesto cómicamente exagerado, mirando a la hacendosa muchacha y dedicándole una cálida sonrisa. Aún quedaba pureza en el corazón de las personas, y es por esto que merecía la pena seguir esta lucha. Los caminos de Fenre eran un misterio, como la misma vida, así que debía apartar aquellas dudas de su mente, evitar la zozobra de su fe y continuar haciendo su labor.

Respiró hondo. Ahí notó el cansancio acumulado. Tenía la boca seca. Bebió un trago. Generoso.

Desde luego, por lo que relataba Heinrich, Timur no era trigo limpio en absoluto, pese a sus cualidades sociales era un impostor capaz de comerciar con cualquier información. Utilizar la confesión como él lo hacía era más que reprobable, incluso motivo de castigo. Pero parecía que Von Bassenheim se había hecho con él y podría manejarlo.

Se hacía patente la tensión que crecía entre van Wayden y Henrich, y cuando este remarcó al Inquisidor que matar inocentes genera esas reacciones, únicamente asintió, de acuerdo como había estado desde un principio en no utilizar la fuerza hasta que llegara el momento, dando a la investigación el carácter sutil que desde luego no tendría.

El Inquisidor se levantó de la mesa y salió a tomar aire fresco.

Cornelius le observó salir, y a punto estuvo de levantarse e ir trás él, deseaba cruzar algunas palabras con el enigmático joven, conocerle más, pero sus viejos huesos se quejaron y le recordaron de que por ese día, bastaba.

Miró el rostro de Laurien, la bella joven parecía tranquila, un poco ausente, como de costumbre. Pero su gesto se le antojaba más duro, más fuerte, más insondable su mirada. Se había convertido en la custodia de los documentos y objetos de la extranjera, y habría que investigar más aquella caja que parecía tan importante.

Después alzó levemente la jarra, mientras miraba directamente a los ojos del veterano, serios, graves, y con su mirada le dio un apretón de mano, y asintió al viejo soldado. Un hombre de honor, estaba convencido.

- Brindo por vosotros, jovencitos- Bebió en una sonrisa cálida. La cerveza de trigo en la casa de Isolda podía reconfortarte con apenas media pinta, y tres era el tope si querías seguir vocalizando. Las tres que llevaba Kotzträppus.

- Esperaré al boticario, tengo ganas de conocerle, y la historia de ese tal Osip me parece interesante, ¡Tanya, otra pinta, por favor!- El viejo, animado, ingirió otro generoso trago de la turbia cerveza, que alimentaba como un pan. Sus ojillos brillaban.

- Quizá el bueno de Stanichlav, hic!- Decía lentamente inclinándose hacia adelante en la mesa, entusiasmado, medio en broma medio en serio.
>> Él perdió a chu mujer, hic, entoncech trata de rechucitarla con ritoch nigromamánticoch... Por echo Ochip ve cochach en el chementerio.
>> Echta cervecha de trigo ech muy buena, chí.
>> Hic!

 

Notas de juego

Disculpad por tardar tanto en postear, me ha costado un poquito esta vez.

 

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26/03/2022, 16:52
Heinrich von Bassenheim

En capítulos anteriores:

@Rostro de Plata: ¿Resolverlo, decís? Sea pues. Sabed que estaré encantado de contribuir a vuestro retiro permanente cuando la cacería, nuestro deber, concluya. Y tengo un presentimiento... Lo hará pronto.

Heinrich se interpuso en el camino de Gherim al escuchar estas últimas palabras.

-Veo que no me estás entendiendo. Quizá no quieres entender. Te estoy diciendo que o dejas ya esas frases veladas que imagino dirás por intimidar, dudando sobre mi compromiso con la misión, o tu y yo nos batimos a muerte aquí y ahora, ya que tanto parece gustarte. No me gustas, pensamos muy distinto, y tus métodos no me agradan, pero puedo vivir con ello y hacer mi trabajo igualmente. No eres el primer hermano con el que no coincido en formas de hacer, y nunca he tenido problemas por ello para llevar a cabo mis misiones. Lo que no tolero, es que se dude de mi compromiso y es algo por lo que estoy dispuesto a morir. Ya toleré demasiado eso en el ejército. 

Llevándose una mano al arma y retrocediendo un paso, resumió:

-No vamos a dejarlo para luego. Es aquí y ahora y solo hay dos caminos. Dejarás de lado tus acusaciones veladas, o te jugarás la vida por continuar haciéndolas. ¿Qué va a a ser, hermano? 

El tono y la actitud de Heinrich no dejaba lugar a duda: no era una broma de mal gusto.

Notas de juego

Alea iacta est...

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26/03/2022, 16:59
Laurien Groote Stroek

Antes de la taberna:

El intercambio de palabras entre los dos hermanos había ido in crescendo, ambos parecían dispuestos a todo por ver quién de los dos tenía más razón que el otro, olvidándose de la verdadera misión que nos había llevado a aquel lugar, olvidándose de cuál era realmente el trabajo.

La joven dio un paso al frente con determinación.

- Hermanos... ¿Podríamos relajarnos un poco para que nuestras mentes piensen con claridad, por favor? Mírense... ¿Creen que estas son las formas de actuar para quienes defendemos al inocente de las maquinaciones de las brujas? Nuestros actos, nuestras acciones y conductas son la representación de Fenre, de la Inquisición... ¿Cómo quedaría a ojos del resto de la congregación que dos hermanos se peleasen o se matasen entre ellos antes de resolver un caso, atrapar a una bruja, salvar un pueblo e impartir justicia? ¿O no será acaso que la misma fuerza oscura que azota Novokovo está afectándoles también a ustedes? - Suspiró llevándose la mano a la cabeza, pues le dolía cada minuto más - Si ese es su deseo yo no se lo impediré pero... Deberían preguntarse si ese es el deseo y la voluntad de Fenre o por contra lo es del orgullo o de las fuerzas malignas que están operando en estas tierras... Si, una vez terminemos nuestro trabajo aún quedan rencillas entre ustedes seguro que podrás solucionarlas a ojos de Fenre.

Tras aquellas palabras se mantuvo quieta en su posición, espero ver qué decidían ambos. 

Notas de juego

Bueno, a ver qué sucede... 

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26/03/2022, 22:33
Heinrich von Bassenheim

Heinrich escuchó las palabras de Laurien. Tenía razón, pero tampoco podía permitir que sus motivaciones o intenciones fueran cuestionadas a cada momento. Sacó la mano del arma.

 

-Teneis razón, Laurien. Sin bien no puedo tolerar que se me ponga en duda a cada momento, menos viniendo de un hermano. Con la palabra de Rostro de Plata de que no volverá a cuestionarme en cuanto a intenciones me será suficiente. Es la única solución pacífica que estoy dispuesto a aceptar.

 

 

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28/03/2022, 20:05
Ser Gherim van Wayden

Fuego.

El fuego es el hijo del hombre, nacido en la noche de los tiempos para espantar el terror a la oscuridad.

El fuego es un ser vivo, primitivo en sus instintos, de apetitos impostergables.

Necesita respirar, alimentarse. Solo así consigue sobrevivir.

Al igual que un animal acorralado, cuando se prende una hoguera, esta devora con avidez gracias a sus lenguas llameantes todo lo que hay a su alrededor. No lo destruye, como erróneamente se cree, lo consume con su voraz apetito.

Y cuando no queda más que engullir en su abrazo ígneo, el fuego se marchita y muere.

Pero tarde o temprano, el fuego renace, porque late en el corazón de cada hombre, de cada mujer, de cada niño de Alurnia.

El fuego se prende por diversos motivos.

Amor.

Deseo.

Pasión.

Odio.

Rencor.

Venganza.

Mechas de una misma llama, una que al encenderse calienta las vísceras y la mirada. Cierra los puños y tensa la mandíbula. Te hace llorar y te hace sentir sed, una que no se apaga con agua, sino con sangre.

Fuego.

Ser Gherim van Wayden era un individuo difícil de considerar más allá de su impronta desafiante y autoritaria, regada por esa aureola siniestra y peligrosa que le acompañaba como un espectro a cada paso que daba. Se diría que tenía un don innato para hacer sentir incómodos a los demás bajo su lúgubre presencia y sus acerados ojos velados tras la placa de plata que ocultaba su horrible cicatriz. Pese a su relativa juventud, su descaro y su impavidez conocían pocos iguales entre los integrantes más cruentos de la Inquisición del Dicasterio.

No había un motivo aparente por el que el Rostro de Plata desplegase tal muestrario de inquina personal hacia Heinrich von Basseheim. Casi pareciera que eran dos viejos rivales de una contienda que había terminado demasiado tiempo antes de que pudiesen ajustarse las cuentas, a la manera de algunos duelistas que, pese a todo, se sobrevivían continuamente tras el entrechocar sus aceros, desmembrándose lenta, inexorablemente, como si de cinceles del Padre Tiempo se tratasen, el uno aplicándose en el otro. De ser una longeva rivalidad, esto podría explicar la escalada del enfrentamiento entre ambos si no fuese porque, a juzgar por la edad que les separaba, el enmascarado debía ser un joven aún incapaz de alistarse para cuando Heinrich blandió las armas en la Guerra de los Destronados.

Ser Gherim mantuvo esa sonrisa petulante y autosuficiente tan característica suya ante su rival cuando fue a buscarle al establo, deleitándose en el fuego que latía en los ojos del veterano batidor, su mano firme acariciando la empuñadura de su hoja, dispuesto a batirse contra él en aquel preciso instante. Para aquel entonces, tenía en mente el lugar perfecto para un duelo a muerte. Notó su corazón palpitar acelerado por primera vez desde que llegaron a Novokovo. Imaginó en qué escenario Heinrich von Bassenheim, fresco y entero, era capaz de eludir la primera de sus andanadas con sus hojas gemelas. Quería soñar con una oposición real, una confrontación a la altura, un verdadero desafío… Largo tiempo preparado, afilando las hojas, aguardando el momento propicio. Hambriento.

Lo cierto es que sus expectativas no velaron el único resultado que concebía posible: Heinrich luchaba por honor, una motivación legítima y predecible en un caballero. Él lo hacía por puro y visceral odio hacia lo que representaba aquel hombre. No podía perder. Los golpes del que odia suficiente tiempo devienen imparables, y hasta su mero roce cercena arterias. Si un hombre desea matarte con suficiente fuerza, lo conseguirá.

Supo que, en algún momento, quizás muy próximo en el tiempo, acabaría con la vida de aquel hombre, indigno de ser hijo de Herenhout.

De pronto, Ser Gherim alzó dos dedos y los clavó como si de espolones se tratasen en el pecho de Heinrich.

Esta actitud… Esta… —dijo con un ritmo macilento, las palabras hirviendo en su boca.— Nos habría hecho ganar la guerra. La indolencia de hombres como vos, de hombres como ese Waldo… —Rostro de Plata había borrado ya completamente la sonrisa de sus labios y su siniestra agarró con ansia la empuñadura de Crimen.

Entonces les salieron al paso Laurien y el Maestre.

Fenre salió a la palestra, claro.

Fenre, que todo lo ve, que todo lo puede.

Ser Gherim van Wayden sabía bien que el Fuego es hijo de los hombres. No de Fenre.

Escuchó con semblante mortuorio a la profetisa. Luego, tras un silencio capaz de ahogar la respiración, miró con frialdad a Heinrich.

—Vos no sois mi hermano —espetó, su mano aún firme sobre Crimen. Por la forma de decirlo, resultaba posible que Ser Gherim no se estuviese refiriendo a la afiliación común a la Inquisición. —Así lo haremos. Cazaremos a la bruja juntos. Ambos somos soldados. Sabemos cumplir órdenes —deslizó inclinando ligeramente el rostro, sus ojos verdes destellando. —Pero si no deseáis que cuestione vuestras inclinaciones, Von Bassenheim… —dio un paso al frente, su voz mutando en un susurro. —Dejad de cuestionar mis métodos. Cuando intervenga, y lo haré, se derramarán lágrimas y se astillarán los huesos. No tiene por qué gustaros, pero eso hará ver a estos aldeanos que lo mejor que pueden hacer cuando el Maestre o la hermana Laurien les pregunten, es contestar con toda la verdad. Toda.

>> Cuando demos con la bruja, no espero piedad de vos. Y si al terminar la cacería deseáis retomar esta… conversación, hay un páramo a las afueras de la aldea, idóneo para solventar con discreción un encuentro con el Creador —añadió el enmascarado como un rictus funesto.

Ser Gherim lanzó una larga mirada a Laurien al tiempo que bajo la máscara fruncía el ceño.

—Supongo que por eso os llaman la Voz de Fenre, ¿no, hermana? Algunos al escucharos tienen la oportunidad de ver un nuevo amanecer.

Inclinó la cabeza a modo de cortés saludo y despedida.

—Alguien debe acostar al Maestre. Creo que ha bebido demasiado —dijo con matiz desaprobador al ver el estado de manifiesta ebriedad de Cornelius.

Tras dar dos pasos en su dirección, el Ejecutor se detuvo en seco.

—Hay una mujer que resulta sospechosa a los aldeanos tras el comienzo de los incidentes. Vive en una casa de tejas negras, en la calle Séptima. Responde al nombre de Dina. Voy a interrogarla. Volveré en media hora. Quizás la extranjera quiera compañía… —dijo mirando de soslayo a sus compañeros.

Volvía a sonreír.

Notas de juego

Siguiendo instrucciones de Baalis, nos he ubicado en el establo a todos, Maestre tambaleante inclusive. ^^

Creo que entre todos hemos pacificado un poco este río de lava, ¿no? ;-). Ya se verá al final si hay DRAMA o DRAAAAAMAAAAAAA, que no está bien rolear predefiniendo la historia, hombre yaaaaa. xDDDDDD

@Lucius: Muy bien salvada la retahíla que te solté en el último mensaje, macho. Has sido fiel a Heinrich pero has dejado la puerta abierta para que siga la función. A este nivel de tiki-taka es muy fácil. ;-)

@Nini: Buena intervención ahí de nuestra Letrada religiosa, Hermana Lauri Mary Clarence. ¡Todo por el equipo inquisitorial! XD

@Kiko Mori: ¡PERO QUÉ CLASE DE INTERVENCIÓN TE HAS MARCADO! ¿Era algún tipo de versión extendida, oiga? ¿Necesitabas desahogarte, amijo? ;-D. Aplausos desde el otro lado del Mississippi.

Por cierto, he dejado ahí como quien no quiere la cosa una pista que saqué al llegar a Novokovo y que me reservaba para un momento dramático como este. Supongo que no habrá problema en atender al boticario primero y a la señorita sospechosa número UNO después, así que os comunico que Gherim, si se le insiste un poquito, acostará al Maestre (en el fondo es un cumplido) y se quedará a esperar al boticario. Si no, irá a ver a esta tal Dina, que le da mala espina.

Por supuesto, si alguien quiere apostar de nuevo por separar al grupo y hacer dos equipos de dos para cubrir más terreno lo hacemos, ¿eh? WE CAME TO PLAY!

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28/03/2022, 22:55
Heinrich von Bassenheim

Heinrich escuchó con todo el talante que pudo la retahíla de palabras que le dedicó el enmascarado. Apretó los dientes como pudo autoconteniéndose, por que sin duda, lo último que le apetecía ahora era guardar su estoque en la funda y la pistola en su funda. ¿Acaso aquel hombre era tan duro de entendederas como para no haber entendido ni un ápice de lo que le había dicho? No. Era un tipo inteligente. Lo que estaba haciendo era provocarlo, no otra cosa.

 

-Habláis mucho, pero decís nada. Os guste o no, somos hermanos inquisidores, al igual que tampoco me gusta a mi, pero lo asumo. Ni mi metodología os gusta a vos, ni la vuestra a mi, pero hasta ahora los dos hemos hecho sin interferencia del otro, y eso es un hecho irrefutable, ¿o acaso os he impedido hacer algo?. Es más, es obvio que no soy el único que discrepa de vuestros medios. Y espero que así siga, discrepar en cuanto a metodología no es malo, ocultar las discrepancias en este sentido lo es.

Heinrich suspira.

-O no entendéis o no queréis entender. Mi problema no es vuestra metodología, son vuestras acusaciones veladas de que no hago mi trabajo, o de que vengo aquí a salvar brujas, en vez de castigarlas. Eso, y os considero inteligente como para saberlo, no está a la altura de una discrepancia metodológica y es una línea roja. Si tan buen soldado presumís ser, seréis capaz de dejar a un lado estas acusaciones, por el bien de la misión. Creo que queda claro que no volveré a tolerar tal falta. La próxima vez que incurráis en tal ofensa, no seré yo quien hable - dijo mientras se llevaba la mano a la espada, enfatizando el significado de la última frase.- 

Heinrich se giró.

-A trabajar, ya hemos perdido demasiado tiempo. Os esperaré en la taberna dentro de esa media hora. Yo iré al ayuntamiento mientras. 

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28/03/2022, 23:22
Heinrich von Bassenheim
Sólo para el director

Notas de juego

Dire, mi idea es ir a hablar con la extranjera. La idea de esa despedida tan brusca es conseguir ir solo, aunque si se suma alguien más, no lo rechazaré.

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29/03/2022, 14:08
Dr. Cornelius Kotzträppus

Ni Von Bassenheim era tan pacífico, ni Ser Gherim tan irreflexivo ni Laurien tan inocente como se veían ahora mismo. Al menos eso pensaba Cornelius, que tampoco iba tan ebrio como su lengua desatada parecía sugerir. A buen seguro la resistencia del anciano a los efectos de diferentes sustancias habría sorprendido a sus jóvenes compañeros. 

El altercado entre Rostro de Plata y Heinrich parecía haber llegado a su fin, al menos por esta noche; Laurien como mediadora, había reconducido la atención de todos hacia su tarea, con ánimos renovados y un nuevo sentimiento de unidad. 

Éstos eran los pensamientos de Kotzträppus, que acrecentado dibujaba un sinfín de teorías más o menos fantásticas, dejándose llevar por el entusiasmo, que en el cerebro de Cornelius se traducía en un festival de simbiosis químicas que desataban su imaginación hasta puntos inmanejables.

Sus pensamientos trotaban libres por toda clase de posibles conexiones entre los hechos y las personas de Novokovo, aferrándose a la idea de que no hubiera una tal bruja, de la posibilidad de que otra clase de poderes intervinieran aquí, ya que la explicación más simple y suficiente es la más probable, mas no necesariamente la verdadera, solía pensar el viejo.

—Hay una mujer que resulta sospechosa a los aldeanos tras el comienzo de los incidentes. Vive en una casa de tejas negras, en la calle Séptima. Responde al nombre de Dina. Voy a interrogarla. Volveré en media hora. Quizás la extranjera quiera compañía… —dijo mirando de soslayo a sus compañeros.

En ese momento Cornelius dejó de divagar, recordó algo al oír el nombre de Dina, y se dirigió a Rostro de Plata.

- Hermano, al echcuchar, perdón... tal nombre me viene a la memoria... Dina, en efecto. En loch libroch... dichculpe, hermano... En loch libroch, como le decía, de viajech del hermano Crichtoff  che menciona a echa mujer, entoncech era tan cholo una muchacha que decheaba viajar a la ciudad para unirche a una compañía actoral. 

El anciano tomó una gran bocanada de ire y se dispuso a hablar sin interrupciones, al principio con cierto esfuerzo.

>> Le ...ruego... trate de utilizar echta información, achí como cualquier otra que pudiéramoch concheguir, para acercarnos a ella de una manera mách... mách... - El erudito eructó, ladeando la cabera y tapándose la boca con la manga de su sayo, dejando una alcohólica y casi visible nube de vapores de cerveza a medio digerir a su alrededor.

>> ¡Chutil!, Echa era la palabra que buchcaba, chutil - sonrió ufano el erudito, cuyos ojillos brillaban amistosamente.

>> Dichcúlpeme, hermano, piencho echo, que chi nos aproximamoch de una manera mách achtuta, ahora que tenemoch una acuchada encerrada, podríamoch chorprender a la bruja o a quien fueche, realizando chuch pecaminochas actividadech, quizá menoch alerta.

>> La detención de Chadha al-Qanán noch da pie para orientar nuechtrach pechquichach...

>> Puedo acompañaroch, hermano Rochtro de Plata, pero mientrach mi lengua y mi paladar no che pongan de acuerdo, me temo que habréich de cher voch la voch en el interrogatorio- A Cornelius le hizo gracia esto último.

>> Y chi preferích que me quede a conocer a Chtanichlav, no tengo problema, cheguro que dichfruto conociendo a otro ávido lector y amante de la botánica... quizá tenga alguna cholución rápida para este desagichado etílico, och pido dichculpach, hermana y hermanoch, penché que la noche llegaba a su fin y me vi chorprendido por el magnífico brevaje de trigo de nuechtra buena Icholda y...

Daba la impresión de que, si nadie interrumpía en su plática al erudito, éste no acabaría en toda la noche.

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29/03/2022, 19:09
Director

Afuera no hay estrellas en el cielo. Las nubes negras las ocultan. Tan solo el manto de niebla que difumina tus pies y un sempiterno silencio que abriga la aldea. Escuchas algunos sonidos provenientes de las casas, el maullido de un gato, un pájaro revoloteando por allí, y algún que otro trasnochado haciendo alguna visita de último momento.

El ayuntamiento está iluminado por unas lámparas de aceite. Hay un guardia apostado en la puerta con un mosquete en la mano. Al verte se envara y se apresura a abrirte la puerta. Te conducen al subsuelo, al calabozo. Allí no hay más humedad, oscuridad y mal olor. Escuchas el plac, plac, plac de una gotera. Por el rabillo del ojo ves una rata huyendo de ti.

Notas de juego

(sigue...)

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29/03/2022, 19:21
Shadha al-Qanan

La extranjera está detrás de los barrotes de una pequeña celda. Aguarda sentada en el suelo con las piernas cruzadas. Una vez que tus ojos se acostumbran a la oscuridad, puedes ver que ella te mira fijo. Dentro de la celda hay un cubo para que la mujer haga sus necesidades y un fino colchón de paja, que tiene toda la pinta de reventar la espalda de quien duerme allí.

—¿Y ahora qué? —pregunta Shadha, con su espeso acento foráneo—. ¿Debo ser estrangulada nuevamente? ¿Giraréis uno de mis brazos hasta que se rompa? ¿O acaso me ha llegado el turno de la hoguera? Nunca antes había conocido inquisidores pero había escuchado los rumores. Ahora que os sufro en carne propia, compruebo que todo lo que se dice de vosotros era verdad.

>>Ninguna muerte es suficiente, ¿no? Todo con tal de aplacar a Fenre. ¿Es eso lo que os enseña esa mujer? ¿Cómo era su nombre? ¿Gertrud? Me hablaron de ella, hace meses, en otra aldea. Veo que la tal Gertrud os ha creado a imagen y semejanza.

Notas de juego

¡Tu turno! Ten en cuenta que después del interrogatorio de tus compañeros y de cómo terminaron las cosas antes, la extranjera desconfía de todos vosotros. Las tiradas de Comunicación, con ella, van a hacerse con Desventaja.

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29/03/2022, 19:41
Tanya

Cornelius es conducido de vuelta al interior de la taberna. Rostro de Plata no puede acostarlo: Cornelius está decidido a hablar con el boticario. Así, volvéis a vuestra mesa, en medio del barullo de los comensales y bebedores del recinto. La camarera Tanya, al darse cuenta del estado en que está el profesor, se apresura a traerle una jarra de agua.

—¡Oh, disculpe, profesor! Sé que no es asunto mío, pero vi que está usted... está... está... alegre, y quizás quiera acompañar la alegría con una jarra de agua, y darle un descanso a la cerveza. Oh, mirad, ahí viene Stanislav, ¡por aquí!, ¡señor boticario Stanislav!, ¡están aquí!

La camarera os saluda con una reverencia, pero cuando se levanta trastabilla con la mesa de atrás. Acto seguido se escabulle como un ratón.

Notas de juego

(sigue...)

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29/03/2022, 19:43
Stanislav

El boticario es un hombre flaco y alto que ronda la cincuentena. Camina encorvado portando un maletín de cuero repleto de medicinas y utensilios. Viste una pulcra levita sobre una camisa blanca sin manchas. Detrás de las gafas hay dos ojos astutos que se enfocan en Laurien, su paciente. Os saluda con una leve inclinación de cabeza.

—Bienhallados —dice con cortesía—. Son pocos los días en que uno tiene la dicha de conocer a un hermano inquisidor. Conocí a algunos de vuestra orden hace... ¿treinta? Sí, treinta años, en la Universidad de Oldenburg, cuando yo era estudiante. Otra época, claro: antes de la Guerra de los Destronados, antes de los cortacaras, cuando reinaba otro emperador y otros reyes. Vos, hermano, seguro que recordáis aquellos días —sonríe con calidez a Cornelius—. Es lo que tiene ser viejos, ¿no? Nos abarrotamos de memorias del pasado y perdemos las esperanzas para el futuro.

>>Vos debéis la hermana que llora sangre. Permitidme, hermana —le dice a Laurien, antes de revisar sus ojos, su lengua, tomar el pulso de sus muñecas, y hacerle seguir con la mirada su dedo índice, que va de aquí para allá—. No noto daño aparente, hermana. ¿Qué son exactamente esos episodios? ¿Qué sentís al tenerlos? Os recomiendo tomar té de artemisa, mucho betabel, mucha zanahoria, y frijoles en cantidades abundantes para evitar los desvanecimientos. Si el malestar incrementa, puedo recetaros extracto de valeriana, o hierbazul. 

Notas de juego

Recordatorio: en los próximos mensajes no marcar a Heinrich, que se fue al ayuntamiento.

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29/03/2022, 20:09
Director

La hierbazul que menciona Stanislav es aquella fabulosa planta que tanto consumes y que calma tus ánimos. Parece que, si la quisieras, el boticario sería capaz de proveerla.

Notas de juego

No recordaba si habíamos puesto un nombre concreto a la plantita de Cornelius, así que me invento yo uno: hierbazul.

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29/03/2022, 21:30
Heinrich von Bassenheim
Sólo para el director

Heinrich caminó por la calle hasta el ayuntamiento, intentando dejar el mal humor de lado. No le iba bien para lo que tocaba hacer, y ya bastante lío causaba el joven guerrero como para seguir complicándolo él. Llegó a la celda de la extranjera y tras un rato de acostumbrar la vista, la localizó en aquel tugurio. 

La dejó hablar, y luego se sentó al otro lado de la acera a la misma altura. Suspiró.

-No, por lo que e a mi respecta, podéis estar tranquila, al menos en ese sentido. No tengo el más remoto interés en torturaros ni haceros ningún mal. En cuanto a lo que te hayan contado de la inquisición, te diré que hay tantos rumores como personas, y tantas maneras de hacer como inquisidores. Pasa lo mismo con las brujas, no todas recurren a los mismos métodos, ni todas son iguales, pero os aseguro que he visto el mal en las caras de muchas, ellas me convirtieron en lo que soy, pero sin duda, no todas corresponden con su fama. Así lo veo yo, vos vedlo como queráis. En lo que a mi respecta, la que está en este pueblo ha cambiado el clima, hecho nacer animales deformes y arruinado cosechas. Eso es un problema y una maldad que ha de ser corregida. De todas maneras no estoy aquí para discutir sobre la bondad o la maldad de las brujas o de la inquisición.

 

Se quedó un rato callado, dejando que las palabras de bienvenida del explorador calasen en la extranjera lo suficiente para darse cuenta de que él, no era Rostro de Plata, aunque no se fiase de él, al menos que no le tomase por el mismo patrón.

-En cuanto a mi visita, solo obedece a un único y sencillo objetivo...Como sabéis, yo llegué a "conoceros" cuando al parecer ya estaba todo "resuelto". Vengo a escucharos, todo lo que queráis decirme, ninguna otra es mi pretensión. Si no queréis hacerlo, igual que viene, me iré. ¿Y bien, que va a ser?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Como no tengo ni idea de cual es la tirada, si es que la hay, te he dejado dos que, por desgracia, no podían ser más extremas xD.

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31/03/2022, 09:27
Ser Gherim van Wayden

Cuando la torpe camarera de rasgos rubicundos se les aproximó portando una jarra de agua, Ser Gherim no dudó en rociar la calva del Maestre con ella para estupefacción del personal.

—A veces se le sobrecalienta la cabeza. Es preciso enfriarle de inmediato. Traed un paño para secarle. Y otra jarra de agua. Fría, a ser posible —comentó con una afilada sonrisa en sus labios mientras ayudaba a sentarse al Maestre.

—Una aproximación más sutil, ¿eh, Maestre? —le dio una palmada amistosa en el hombro, si bien su expresión resultaba ambigua, indescifrable.— Vuestra sapiencia no conoce límites, por lo que puedo comprobar. Se diría que habéis memorizado al pie de la letra ese libro del que habláis. Y resulta que conocéis también a la tal Dina. ¿Qué podéis contarnos de ella? Despejaos, Maestre. Despejaos. Os necesito sobrio...

En ese instante llegó Stanislav, el boticario, un hombre con un rictus que parecía cincelado por un escalpelo. Su oportuna aparición salvó a Cornelius de otro jarro de agua helada a traición. Hizo preguntas interesantes a Laurien sobre la naturaleza de sus visiones. El enmascarado aguardó intrigado la respuesta de la profetisa.

Al cabo, interpeló a Stanislav.

—Además de para atender a nuestra hermana, os hemos hecho llamar para hablar con vos sobre ciertos asuntos. Contadnos, pues. ¿Qué sabéis sobre los hechos que aquejan vuestra aldea desde hace unos meses? Nos interesa la perspectiva de una mente científica como la vuestra —dijo mirando de soslayo a Cornelius.

Cuando quería, el Ejecutor era astuto y comedido.

Cuando quería.

Se reservó la información sobre el arresto de la extranjera para después. No se le había olvidado que un tomo del boticario apareció en la vivienda de Shadha al Qanan.

Notas de juego

Mensaje rápido para darle brío al tema.

He dejado ahí el hueco para que Laurien replique ;-)

Maestre, creo que te he dejado en perfecto estado para regresar a la investigación por todo lo alto. XDDDDD