Enlaces para profundizar en la época del juego
Lista de películas del género napoleónico
Por afinidad con las naciones del juego
Francia
Napoleón, 1927. Abel Gance
Les Miserables, 1998. Bille August.
Napoleón, 2002 (Miniserie). Yves Simoneau
Vidocq, 2001. Pitof.
La Venganza del Conde de Montecristo, 2002. Kevin Reynolds.
Waterloo, 1970. Sergei Bondarchuik
Los duelistas, 1977. Ridley Scott
El húsar en el tejado. 1995. Jean Paul Rappeneau.
La certosa di Parma, 1981. Mauro Bolognini.
Adieu Bonaparte, 1985. Youssef Chanine.
Napoleon and Love, 1972. Jonathan Alwyn.
The emperor's new clothes, 2001. Alan Taylor.
Austerlitz, 1960. Abel Gance.
Inglaterra
Sentido y Sensibilidad, 1995. Ang Lee.
Orgullo y Prejuicio, 2005. Joe Wright.
Orgullo y Prejuicio (Miniserie), 1995. Simon Langton.
Sharpe, 1993-2006 (Serie TV). Tom Clegg
La locura del rey Jorge, 1994. Nicholas Hytner.
Poldark (Miniserie), 1996. Richard Laxton.
The young mr.Pitt, 1942. Carol Reed.
Hornblower (Miniserie), 1998-2005. Andrew Grieve.
El Hidalgo de los Mares (Captain Horatio Hornblower R.N), 1951. Raoul Walsh
Longitude, 2000. Charles Sturridge
To the ends of the earth (Miniserie), 2001-2005. David Attwood.
Master and Commander: The far side of the world, 2003. Peter Weir.
HMS Defiant, 1962. Lewis Gilbert.
St.Ives, 1998. Harry Hook.
Victoria & Albert (Miniserie), 2001. John Erman.
The History of Tom Jones: a Foundling, 1997. Herny Fielding.
Persuasion, 1995. Roger Michel.
España
Los fanstasmas de Goya, 2006. Milos Forman.
Volaverunt, 1999. Bigas Luna.
Esquilache, 1989. Joaquín Molina.
Goya en Burdeos, 1999. Carlos Saura.
Goya, historia de una soledad, 1971. Nino Quevedo.
Curro Jiménez (Serie TV), 1976-1979. Mario Camus.
Los desastres de la guerra, 1983. Mario Camus.
Rusia
Suvorov, 1941. Mikhail Doller.
Almirante Ushakov, 1951. Mikhail Romm.
Guerra y Paz, 1955. King Vidor.
Guerra y Paz (Miniserie), 1972. John Davies.
Miguel Strogoff. 1999, Fabrizio Costa
El arca rusa, 2002. Aleksandr Sokurov.
Estados Unidos
Jefferson en París, 1995. James Yvory.
La Amistad, 2002. Damian Aquino.
Algunos enlaces directos a Youtube
Películas
-Napoleón conoce a Josefina
-La batalla del puente de Arcole
-Defensa de las Tullerías
-Coronación de Napoleón
-Carreta rota
-Batalla de Austerlitz
-Batalla de Eylau
-Baile en Versalles
-Batalla de Waterloo
-Trailer
-Duelo Feraud vs hijo del mayor de Estraburgo
-Primer duelo entre Feraud y D'Hubert
-Segundo duelo (a espadín)
-Tercer duelo (a sable en un granero)
-Cuarto duelo (a caballo)
-Trailer
-Parte 1
-Parte 2
-Parte 3
-Parte 4
-Trailer
-Parte 1
-Parte 2
-Parte 3
-Parte 4
-Parte 5
-Parte 6
-Parte 7
-Parte 8
-Parte 9
-Parte 10
-Parte 11
-Trailer
-Parte 1
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-Parte 4
-Parte 5
-Parte 6
-Parte 7
-Parte 8
-Parte 9
-Parte 10
-Parte 11
-Parte 12
-Parte 13
-Parte 14
-Parte 15
Editaré para subir más
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Series
Capítulo 1 - Sharpe rifles
-Parte 1
-Parte 2
-Parte 3
-Parte 4
-Parte 5
-Parte 6
-Parte 7
-Parte 8
-Parte 9
-Parte 10
-Parte 11
Capítulo 2 - Sharpe's Eagle
-Parte 1
-Parte 2
-Parte 3
-Parte 4
-Parte 5
-Parte 6
-Parte 7
-Parte 8
-Parte 9
-Parte 10
Capítulo 3 -Sharpe's company
-Parte 1
-Parte 2
-Parte 3
-Parte 4
-Parte 5
-Parte 6
-Parte 7
-Parte 9
-Parte 10
-Parte 11
-Parte 12
Capítulo 4 -Sharpe's Enemy
-Parte 1
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-Parte 3
-Parte 4
-Parte 5
-Parte 6
-Parte 7
-Parte 8
-Parte 9
-Parte 10
-Parte 11
-Parte 12
-Parte 13
Editaré para subir más
-Me he tomado la libertad de poco a poco ir subiendo documentación sobre diversos aspectos para facilitarle la labor tanto a los jugadores que toquen el ámbito político como a los mismos master. La intención es únicamente orientar sobre el sistema de gobierno y los procedimientos o mentalidades de cada grupo de la época. Espero les vaya resultando a todos útil.-
REPÚBLICA FRANCESA:
(Período del Consulado)
El Gobierno:
Constitución del Año VIII:
El 15 de diciembre de 1799, Napoleón presentó la Constitución del Año VIII al pueblo francés, dos días después de su primera publicación oficial, y declaró que “estaba basada sobre los verdaderos principios del gobierno representativo, sobre los sagrados derechos de la propiedad, la igualdad y la libertad”, para añadir a continuación: “Ciudadanos, la Revolución se basa sobre los principios que la iniciaron. Ha finalizado”. Fue realizada el 13 de diciembre estableciendo formalmente el Consulado y legitimando el golpe de estado de Brumario. Oficialmente, la esbozaron los tres Cónsules provisionales (Napoleón, Sieyès y Ducos) en colaboración con las comisiones legislativas extraídas de los antiguos consejos del Directorio, pero Napoleón se aseguró de que todos los puntos esenciales llevasen su sello, al mismo tiempo que conservaba una parte sustancial de las propuestas originales de Sieyès. Si bien reafirmó la inviolabilidad de la propiedad privada en términos generales, salvo en el caso de los émigrés todavía nombrados en la lista de proscritos, sin embargo, no incorporó ninguna declaración de derechos ni ninguna disposición para sus propias enmiendas. Éstas fueron quizá las dos omisiones más destacadas, en comparación con las anteriores Constituciones revolucionarias. No obstante, la nueva Constitución coincidía con las precedentes en restringir desde el principio el principio a la “nación legal” efectiva. De hecho, se concedió el sufragio universal a los hombres, al menos nominalmente, pero solamente en el eslabón más bajo del proceso electoral indirecto. Como ha observado con lógica un comentarista, el requerimiento de sucesivas rondas de selección por décimos tenía el efecto de reducir el número de electores de unos 6 millones a 600.000 en el nivel comunitario, después a 60.000 en el nivel departamental y finalmente a los 6.000 que formaban la lista nacional de la que deberían ser elegidos los miembros del Parlamento.
Primer Cónsul:
El artículo 41, en concreto, especifica los considerables poderes de este cargo: promulgar leyes, nombrar y cesar a su antojo a los miembros del Consejo de Estado, a los ministros, a los embajadores y a otros altos representantes diplomáticos, a los oficiales del Ejército de Tierra y de la Marina, a los miembros de los gobiernos locales, así como a los comisionados gubernamentales adscritos a los tribunales y de nombrar a todos los jueces de lo civil y lo criminal, a excepción de los jueces de paz y los jueces del tribunal soberano de apelación, pero con el poder de cesarlos. Con la concesión de tantas competencias constitucionales, Napoleón pudo concentrar más y más poder en sus propias manos.
Segundo y Tercer Cónsules:
Se rechazó de manera despectiva la idea original de Sieyès de una gran autoridad, designada por el Senado y con poder para nominar dos cónsules, conjurando la imagen del “cochinillo cebado” viviendo con pomposo esplendor en el palacio de Versalles. En su lugar, el Título IV de la Constitución del Año VIII otorgaba el Gobierno a tres cónsules nombrados, los dos primeros para diez años, y el tercero (en el caso particular de Lebrun) para cinco. Sin embargo, cualquier sugerencia de un triunvirato equilibrado se contradecía con las cláusulas más importantes, que de hecho eran generalmente permisivas. El artículo 4º parecía indicar moderación “el Primer Cónsul tiene funciones y poderes específicos, aunque puede ser brevemente sustituido, cuando haya causa, por uno de sus colegas”. El célebre artículo 42 establecía que “en otros actos de gobierno, los cónsules segundo y tercero tienen voz consultiva, firman el registro de actos para establecer su presencia y, si así lo desean, pueden registrar sus opiniones, después de lo cual es suficiente la decisión del primer cónsul”.
Los Ministerios:
La Constitución del Año VIII dejó las manos libres a Napoleón, para elegir a sus ministros así como a sus consejeros de Estado, quienes presentaban normalmente las proposiciones de ley a las cámaras legislativas. Al hacerlo, y así demostrar su habilidad para infundir lealtad y obediencia, prefería hombres que tenían pasados políticos muy diferentes, incluyendo antiguos regicidas, simpatizantes monárquicos y republicanos. Muchos de ellos eran profesionales competentes, que al ejercer sus funciones se parecían más a serviciales tecnócratas que a hombres con iniciativa propia. A cada ministro le acompañaba un consejo administrativo consultivo, mientras que los asuntos de los ocho ministerios eran ejecutados por un secretariado estatal.
Consejo de Estado: 25 consejeros.
Senado Conservador:
Tal como se definía en la Constitución, no estaba previsto como Cuerpo Legislativo, aunque por supuesto tendría un papel importante a la hora de elegir a los miembros del Parlamento, y con el tiempo incluso se le otorgaron funciones propias casi legislativas. Sus dos primeros miembros serían los Cónsules provisionales salientes, Sieyès (quien se convirtió en su primer presidente) y Ducos. Deberían consultar con los nuevos segundo y tercer Cónsules nombrados en la Constitución, Cambacérès (antiguo ministro de Justicia) y Lebrun (antiguo miembro del Consejo de Ancianos), para elegir 29 colegas que se unirían a ellos. Estos 31 seleccionarían otros 29, completando el total inicial de 60 miembros. Estos designarían juntos a dos más, cada año y por diez, elegidos entre tres candidatos nominados por el Cuerpo Legislativo, el Tribunado, y el primer Cónsul respectivamente, para así constituir un cuerpo legislativo de 80 miembros. Los senadores debían tener por lo menos cuarenta años y fueron declarados inviolables; el cargo era vitalicio e incompatible con otro cargo público. Entre sus funciones constitucionales estaba la de designar a los cónsules (un detalle teórico), a los miembros del Tribunado, a los jueces de los tribunales de apelación y a los comisionados de cuentas. También se les dieron poderes para preservar la Constitución, y para asegurar el elevado prestigio que Napoleón siempre quiso para ellos, recibirían un sueldo anual de 25.000 francos cada uno.
Parlamento del Consulado:
Estaba estrictamente definido siendo bicameral. El Tribunado estaba compuesto de 100 miembros, mayores de veinticinco años, elegidos por el Senado en listas nacionales de candidatos que salían de cada departamento. La quinta parte sería reemplazada anualmente a partir del Año X, aunque condicionalmente se permitiría de nuevo la inmediata elegibilidad. Sus integrantes recibirían un sueldo anual de 15.000 francos y podían debatir proposiciones de ley, recomendar su inmediata aprobación, o remitirlas al gobierno para ser modificadas, pero formalmente no podían iniciar, enmendar o promulgar tales proyectos de ley. La misión oficial de votar a favor o en contra de las proposiciones de ley recaía en el Cuerpo Legislativo, por voto secreto, pero sin ningún derecho a debate. Una proposición de ley que era votada por mayoría se promulgaba como ley por el primer cónsul diez días más tarde, siempre que el Senado no la hubiese declarado inconstitucional mientras tanto. Los 300 miembros del Cuerpo Legislativo, también elegidos por el Senado a partir de listas nacionales, deberían tener más de treinta años, y recibirían un sueldo anual de 10.000 francos cada uno. La quinta parte era también renovable a partir del Año X, y siempre debería haber por lo menos un parlamentario por cada departamento. Los legisladores salientes podía ser elegidos de nuevo solamente después de un año, pero podían asumir otro cargo público. Cuando se trataba de la elección inicial a los dos cuerpos legislativos arriba citados, 69 habían servido en los consejos del Directorio, otros cinco en anteriores asambleas revolucionarias, y tan solo 26 carecían de experiencia previa. De manera similar, de los primeros 300 legisladores, solamente 21 nunca habían sido miembros de una asamblea revolucionaria, mientras que no menos de 240 fueron reclutados directamente de los difuntos consejos del Directorio.
Actualización:
-He añadido textos sobre los principales opositores del Consulado dentro de la República.
-He añadido un poco de texto sobre el gobierno francés. Indico algo sobre la Constitución actual (Año VIII) y sobre los Cónsules, los Ministros, el Senado y el Parlamento.
- Por el momento, únicamente hay información sobre el ministerio de policía pues parece ser que es el que corre mayor prisa por las tramas iniciadas.
LA OPOSICIÓN:
Napoleón heredó un Estado en el que las cuentas políticas se habían ajustado con frecuencia a través de medios violentos, o cuanto menos, irregulares, en las que él mismo, de hecho, había participado. Sin embargo, después del golpe, indicó enseguida que deseaba un nuevo tipo de reconciliación al arrebatarles poder a los que no habían sido capaces de enterrar sus antiguas enemistades, y al proyectarse a sí mismo como el gran pacificador de todos sus súbditos. Napoleón tenía la esperanza de que si todos los grupos se unían a su régimen, las destructivas facciones políticas de los años revolucionarios cederían el paso a un consenso leal y ordenado, un propósito que a veces se ha llamado su “política de fusión”.
Se puede descartar la amenaza de motín en el ejército de Napoleón. Disponía de su lealtad incluso antes de la victoriosa campaña de Marengo en junio de 1800, mientras que el general Hoche, en un tiempo considerado su mayor rival militar, había muerto en 1797. No obstante, aparte de los ejércitos aliados, se enfrentaba a por lo menos otras tres fuentes de posible oposición.
Monárquicos, èmigrès, sacerdotes y Chouanes:
Primero, se podía esperar resistencia por parte de los monárquicos y los sacerdotes refractarios, residentes en Francia o en el exilio, al suponer que estaban a favor de la restauración del legítimo monarca, como se había proclamado Luis XVIII, inicialmente con la aprobación papal. Los insurrectos esporádicos entre los Chouan, en Francia occidental, escenario de la guerra civil más larga de La Vendée en 1793, nunca habían sido totalmente erradicados ni por la Convención Nacional ni por el Directorio. A finales de 1799, esta área proporcionaba una posible base regional y la principal causa ideológica para una resistencia armada al Consulado a los que no estaban de acuerdo con su política.
Los Jacobinos:
Segundo, también se podía esperar oposición de los jacobinos, basándose en que la anulación de sus resultados electorales en 1798 había demostrado la impopularidad del Directorio, así como el apoyo a un republicanismo más radical, lo que la Constitución del Año VIII claramente no les ofrecía. Por otra parte, sin embargo, este era un grupo marginal y con una coordinación bastante pobre, cuya amenaza real para Napoleón se exageraba fácilmente.
La élite política:
Tercero, la élite política misma. Incluía a varios hombres que habían servido al principio en las instituciones centrales napoleónicas, sobre todo en el Tribunado, y que, por tanto, podían reclamar al menos algún derecho constitucional para desafiar su política. Encontraron una causa común con la intelectualidad, cuyos integrantes no tenían una participación directa en la política oficial.
Añado un punto más de contexto histórico. Aprovecho también para recomendar el primer grupo de oposición como el más jugable segúnm mi juicio. Pueden dar bastante vida a la partida y realizar acciones bastante entretenidas en tanto y cuanto no son sofocados. ;)
CONTEXTO PARA PERSONAJES CONCRETOS:
Ministerio General de Policía:
(Joseph Fouché y los opositores en potencia)
Poseyó siempre el toque personal de Napoleón a través de sus operaciones secretas. Aunque habitualmente utilizaba una plantilla de unos 120 funcionarios, sufrió altibajos como la mayoría de los restantes ministerios. Sus orígenes como un ministerio independiente se encontraban en la ley del Directorio del 2 de enero de 1796, que específicamente había separado sus funciones de las del Ministerio del Interior. Sin embargo, su impacto inicial había sido leve, y su papel como eficaz instrumento para la seguridad interna y la vigilancia, realmente comenzó en junio de 1799, cuando Joseph Fouché fue nombrado ministro, designación que fue confirmada unos meses más tarde después del coup d’etait de Napoleón. De hecho, bajo su Gobierno, el trabajo de este Ministerio se asocia sobre todo con Fouché, antiguo terrorista y regicida.
Aunque con frecuencia se sospecha de la lealtad de Fouché, su oportunismo era notorio, al contar con un sistema eficaz de informadores, a base de contactos bien establecidos en los bajos fondos, y algunas de sus técnicas tenían un cruel linaje que retrocedía al Antiguo Régimen. Asistido en el Ministerio por cuatro consejeros de Estado, cada uno presidiendo un distrito policial amplio que incluía muchos departamentos, le pasaba valiosa información a Napoleón, de la que no siempre hacía caso, y era experto en descubrir complots políticos contra Bonaparte. Sujeto el mismo a vigilancia por la policía secreta, sobre todo por L.N. Dubois, uno de sus inferiores a cargo del tercer distrito (prefectura de policía para París), la imagen pública de Fouché parecía simbolizar el lado sórdido del propio régimen de Napoleón.
EL CLAN BONAPARTE
Leticia, era la madre de Napoleón y sus hermanos. Llevaba ocho años viuda en el momento de la salida de su familia a Francia en 1793, y había aceptado estoicamente la pérdida de su casa familiar en Ajaccio. Después de haber establecido una base para sus hijos menores, primero cerca de Tulón, después cerca de Marsella, y finalmente en París, mantuvo un régimen de frugalidad y ahorro, hasta que ellos también se marcharon de casa para buscar fortuna. La guerra civil de Córcega le había obligado a Paoli, un nacionalista local, a entregar la isla a los británicos y a exiliarse de nuevo en Londres, en 1795. Sin embargo, la ocupación británica se hizo insostenible después de la conquista de Napoleón del norte de Italia, y en 1797 las tropas francesas volvieron una vez más a Córcega. Leticia pudo ocupar de nuevo la antigua casa familiar en Ajaccio. Digna y entregada a su religión, rehuía estar en el centro de atención, que cada vez más recaía sobre sus hijos que, según las crónicas, dudaban que tuviesen futuro en esa posición. Su comentario más famoso fue: “Ojalá dure” (et si ça dure).
José Bonaparte:
Después de su matrimonio con Julie Clary, se ocupó durante un tiempo de las finanzas, que mejoró considerablemente a través de inversiones juiciosas, a la vez que tenía dos hijas. Bajo el Directorio, tuvo un papel de mayor relieve en la vida pública, yendo a Italia en pos de Napoleón en 1796, para después ser enviado en una misión a Córcega. En 1897, tras un breve período en el Consejo de los Quinientos, y con la ayuda de Napoleón, hizo realidad su ambición de ser el embajador francés en Parma y Roma. Allí consiguió una valiosa experiencia diplomática para las negociaciones para el Concordato con Pío VII y los Tratados de Lunéville y Amiens.
Lucien Bonaparte:
Napoleón siempre se vio en deuda con él por el éxito del golpe de Brumaría gracias a su posición oficial en el Consejo de los Quinientos. Estaba allí en gran medida como reconocimiento a la creciente fama de su hermano bajo el Directorio y a su determinación de utilizarla en el interés de la familia. Antes de su elección al consejo Lucien ya se había beneficiado de la intervención de Napoleón, al conseguir destinos militares secundarios.
Luis Bonaparte:
De todos los hermanos, este fue el que más dependió de la tutela de Napoleón. Escogió la carrera militar y para colmo, en artillería, y al principio sus progresos no fueron excepcionales. Su primer nombramiento, a los quince años, como alférez en una guarnición bajo el mando de Napoleón, se debió enteramente a auspicios de consanguinidad. Acompañó a Napoleón como ayudante en la primera campaña italiana y estuvo presente en las batallas de Caldiero, Arcola y Rivoli, así como en el sitio de Mantua. Cuando se terminó la campaña, había ascendido al rango de capitán de caballería. También se unió a Napoleón en la expedición a Egipto, pero fue enviado a casa después de la victoria francesa en Alejandría en julio de 1798, y en junio del año siguiente trasladado a la caballería de nuevo. Sus más importantes ascensos militares llegarían en los años de profuso mecenazgo, posteriores a Brumario.
Jerónimo Bonaparte:
Era el más joven de la familia y quince años menor que Napoleón, había estudiado en el colegio oratoriano de Juilly (cerca de Meaux) y estaba destinado en la Marina, donde entró como oficial en 1800, en circunstancias favorables. En ese momento y aún teniendo en cuenta su carácter bullicioso, no se preveían sus romances en América.
Elisa Bonaparte:
Comenzó su educación como becaria real en Saint-Cyr, la cual se vio truncada por la Revolución, y a partir de 1793 había compartido los difíciles traslados de las mujeres del clan. En 1797 casó con Felix Bacciochi, un compatriota corso, con quien disfrutaría altos honores posteriormente.
Paulina Bonaparte:
Mujer cuya aclamada belleza es recordada por haber posado escandalosamente desnuda para la escultura Venus Recostada de Antonio Canova. Siempre compensó su falta de ambición con un ingenio espontáneo y generosidad. Su primer matrimonio, cuando tenía solamente dieciséis años y ofreciendo muestras de tener la moralidad laxa, se concertó con el general Leclerc en 1797 a petición de Napoleón. “Domada” hasta ese punto en el momento de Brumario, y ahora menos molesta para el nuevo primer Cónsul, su espíritu vivaz no había sido abatido todavía.
Carolina Bonaparte:
La hermana más joven, que también era guapa, pero con un carácter ambicioso, maquinador y básicamente despiadado. Su matrimonio con Joachin Murat tendría lugar unos pocos meses después de Brumario, cuando él era general. Ella también formaba parte de los planes de Napoleón, y estaba destinada para altos honores, aunque inmerecidamente, como quedaría tan palpablemente demostrado por sus traiciones.
Añado este texto sobre la familia de Napoleón. Hay varios personajes interesantes de llevar según mi opinión. Además, antes o después los master se verán obligados a crearlos para que interactúen con el resto de jugadores.