Partida Rol por web

No le terminó de gustar que Baron decidiera por su cuenta adelantarse, sobre todo cayendo el sol como estaba y habiendo recorrido tan corta distancia. Pareciera que el joven Guardia estaba demasiado ansioso por demostrarles a ellos y a sí mismo lo que valía.

- Uhm - masculló, viendo cómo se alejaba - Por Elmoss pues.

El pequeño ratón se colocó bien sus lentes, mirando hacia el cielo. No eran pocas las veces que al enfrentarse a un camino desconocido el mal tiempo les había hecho jugarretas. 

Una vez, recordaba, intentando cruzar un puente colgante, el viento era tan fuerte que casi se lo lleva volando. Tuvo que clavar sus zarpas en la madera con toda la fuerza que le fue posible para poder llegar al otro lado.

-Esperad un minuto, por favor -comentó a los demás-. Antes de seguir voy a intentar observar las señales del cielo. Quizás llueva en poco tiempo, o haga mucho frío. Eso a veces la Naturaleza nos lo cuenta, y nos conviene escucharla. ¿Os parece bien?

Le habían nombrado"jefe" de la patrulla, pero consideraba todavía que era algo de puro trámite. Como dijo el capitán, solo en los papeles. 

Dain era un ratón muy dado a la sensatez y a dejarse aconsejar. Y por supuesto, a dar él mismo consejos, cosa que era más fuerte que su propia voluntad.

Pag. 262... "Sugerencias de ayuda para Superviviente:
Cazador, Meteorólogo..."

Yo tenía ambas... ¿No debería haber sumado +1d?.

La he sacado, pero pregunto por saberlo.

Esas sugerencias de ayuda, es decir, para la ayuda de un compañero. No puedes autoayudarte con un +1D de Habilidad a menos que sea una de Conocimientos.

Busca de la pag. 93 a la 96. Ahi explica como funcionan algunos dados extra.

El poste se erige como esperando una respuesta a una pregunta sin formular. La senda se divide en tres y no parece haber duda alguna en vuestra decisión. Tomáis el camino de la derecha directos a Elmoss. Preferís compensar el tiempo perdido en la búsqueda de suministros a costa de dormir todas las noches al raso.

La patrulla comienza a verse como un conjunto cuando Dain comienza a ver signos de una mejora próxima del clima y sus dos compañeros arriman el hombro para hacerle la tarea más sencilla. Le dejan concentrarse y pronto podéis deducir lo que os depararán el cielo y los vientos.

Por otro lado Baron, que parece más distante, prefiere ser de utilidad desde una perspectiva pragmática. No tardando en encontrar un lugar donde construir un refugio improvisado.

Bajo un saliente pedregoso y con la ayuda de ramas y hojarasca que corta el viento, pronto tenéis un lugar dónde encender un fuego.

La noche cae finalmente sobre las copas de los abedules. La luna creciente deja una pícara sonrisa en cielo estrellado. Las nubes se alejan parsimoniosas y el frescor de la tarde comienza a volverse un frío que os cala.

La hoguera no tarda en encenderse gracias a las herramientas que trae el joven zarpa tierna en su zurrón. El frio desaparece de vuestros peludos cuerpos al ritmo del crepitar de las llamas, que llena los silenciosos espacios entre trivialidades.

-Ya está..-comentó  Dain satisfecho, mientras colocaba las últimas hojas en los que serían sus lechos-. Ésto es lo más parecido a un hogar que tendremos cada vez que patrullamos -dijo a sus amigos una vez que ya tuvieron su improvisado refugio-. Supongo que tendrás que acostumbrarte, Robin.. Los demás ya tenemos más experiencia en dormir al raso.

Se acomodó junto al fuego, frotándose las manos. A pesar de ser primavera, los retazos del invierno aún hacían mella en sus huesos, y notaba el frío. Pero el dicharachero ratón no consideraba el silencio como una opción.

-Esta noche.. creo que podremos dormir tranquilos, aunque no viene mal hacer guardia por turnos. Ya sabéis que llevamos cosas importantes y es mejor no arriesgarse a que ocurra algo malo. Yo haré la primera guardia. He traído mi lira -cómo no.. le acompañaba a todas partes-. Os puedo tocar alguna tonada mientras conciliáis el sueño.Pero ahora mejor cenamos algo y podemos hablar un poco hasta que el sueño nos venza, ¿os parece? 

Aunque era su primera misión, no era su primera acampada, cuando la comida estuvo repartida, y calentando su cola con sus manos mientras le tiraba el aliento caliente y daba algunos bocados al alimento ofrecido, sonrió ante la propuesta de escuchar una tonada.

- de hecho, he dormido muchas veces al raso, cuando hacíamos acampadas en los entrenamientos, mi compañero de litera un poco menor que yo llevaba siempre un pequeño tamborcito y tocaba algunos golpes para que bailáramos alrededor de las grandes hogueras que nos hacían. Nada que ver con esta, pero allí éramos decenas de ratones reuniendo hojas y ramas secas, las comidas eran más elaboradas, y era en un entorno controlado, pero dormir era igual, nos hacían dormir sin mantas y sobre piedras, para que nos acostumbráramos a las peores circunstancias posibles, incluso destapados y sin hoguera algunas veces, pero tal como digo aquello era entrenamiento, si algún ratón no podía aguantar mucho más esas condiciones, los tutores no se lo pensaban y les entregaban una buena manta.

Comió unos cuantos bocados antes de seguir.

- como por tozudez, me negaba a admitir que no podía soportarlo, algún que otro constipado he cogido, pero lo veía necesario si de verdad quería acostumbrarme a las malas situaciones. Algunas veces fue duro, pero ahora que estoy aquí creo que valió la pena.

Dain dijo;

-Ya está.. Ésto es lo más parecido a un hogar que tendremos cada vez que patrullamos

La palabra hogar arrancó una lágrima de Barón. Se aprestó a frotarla, como quien se frota el sudor de la frente mientras se decía amargas palabras para desviar la emoción que contenía esa palabra. "¡Míralo!. Ahí el archivista habla como si hubiera construido el refugio él solo.", se dijo mentalmente.

Baron estaba fatigado. En lugar de mirar a los cielos había construido un refugio para sus compañeros. Solo faltaba que Dain o Quentin dijeran que deducir si iba a llover o hacer buen tiempo los habías dejado doblado por la mitad. Ante aquel pensamiento, el carácter compasivo de Barón lo reprendía. Pues sabía lo importante que era saber el tiempo antes de emprender cualquier tarea. Pero en aquella ocasión era fútil pues lloviera o hiciese sol, tenían que entregar las sacas como fuera. Y Barón se sentía seguro de sí mismo como para deducir el tiempo por si mismo en menos tiempo del que se tarda en chasquear la cola.

Si, Barón estaba molesto. Muy molesto. Y no sabía el por qué ni el mismo. Tal vez fuera porque nadie había reconocido o agradecido el hacer el refugio ni vagamente, o porque nadie le dirigía la palabra. Sea como fuere, él ya no tenía muchas ganas de hablar con nadie hasta el día siguiente. Si acaso, agradecería una comadreja coja para hablar junto con su bastarda de dolores y quejas.

Dain dijo:

-Esta noche.. creo que podremos dormir tranquilos, aunque no viene mal hacer guardia por turnos. Ya sabéis que llevamos cosas importantes y es mejor no arriesgarse a que ocurra algo malo.

Aquello sonaba a una retórica que ponía la cola como una escarpia de tiesa y dura. "¡Por supuesto! ¡Es de sentido común!", se dijo sin decir nada sabedor de que de hacerlo empezaría una discusión de la que se arrepentiría

 Dain dijo:

- Os puedo tocar alguna tonada mientras conciliáis el sueño.Pero ahora mejor cenamos algo y podemos hablar un poco hasta que el sueño nos venza, ¿os parece? 

— ¡Oh, si, si!. Nada como el sonido de una lira para atraer depredadores y despertar a los ya hambrientos por el invierno. — Dijo, arrepintiéndose al instante de decir en voz alta su sarcasmo. — Lo... lo siento Dain. Mejor me voy a dormir. Estoy demasiado tenso. Necesito un descanso.

Un camino corto y fácil de seguir, con un cielo descubierto que les permitiera centrarse en los obstáculos que se plantearan ante ellos, y una tarea que les alejara de un destino violento. Era una buena manera de empezar la Primavera, cuando los músculos están aún entumecidos y los dedos desacostumbrados a la espada, al arco y al escudo.

- Buen sitio - dijo, lacónico, a Baron, cuando les enseñó el lugar donde acamparían. Ya habían aprendido que el Guardia era ratón de pocas palabras, como si soltar cada una de ellas le costara horrores - Pero es mejor que no explores en solitario. Un hocico amigo en tu espalda puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Era extremadamente exagerado considerando lo cercanos que estaban de Lockhaven pero Quentin no dijo mucho más y se limitó a examinar desde cerca los alrededores para reconocer el terreno, olisquear la tierra aún dura y examinar la noche que se cernía sobre ellos. 

Sentados alrededor del fuego y dejando que sus patas se calentaran hasta que aguantase más, Quentin asistió al arrebato de ira de Robin en silencio, con una ceja arqueada y un lento parpadeo. El joven Guardia tenía muchos demonios en su cabeza, y seguramente necesitaría tiempo para acostumbrarse a un nuevo grupo, por lo que decidió no reprocharle sus palabras. Por el momento.

- Pero tiene razón - le dijo a Dain, como si siguiera una conversación que hubiera dejado a medias - Noche de poca luna, unas sacas de correo y demasiado licor de cereza. ¿Recuerdas esa noche, Dain? ¿Cómo se llamaba ese grandullón que tocaba el flautín? ¿Roger? Tú y yo éramos más ingenuos y peor entrenados.

Quentin se rascó detrás de la oreja con parsimonia, mirando al fuego como si en él pudiera ver una imagen.

- ¿Sabes lo que es una Sombra Asesina, Robin? - dijo, finalmente, a su protegido.

Una noche más, un campamento distinto. 

Dain se recostó en el refugio que construyeron entre todos, degustando las semillas de la frugal cena, y sintiéndose a salvo entre amigos.

-¡Has encontrado un buen lugar para pasar la noche, Baron! Buen trabajo, amigo. Si quieres dormir, adelante. Cuando toque tu turno de guardia te despertaremos. Por la lira despreocúpate*.. Una tonada suave, y a dormir. Suele relajar los ánimos..

El nuevo ratón aún no estaba muy integrado en la patrulla, y eso le preocupaba al ocasional capitán. Intentaba tratar a todos los miembros de la patrulla por igual, pero Baron tenía un carácter poco abierto a conversaciones y alegrías.

No es extraño, dado que aún le duele el ataque a su patrulla, y no seré yo quien le pregunte por ello. Hay cosas que se hablarán cuando el alma quiera contarlas. Ojalá llegue a sentirse bien entre nosotros -pensó Dain.

Las palabras de Quentin le recordaron otra escena. Otra patrulla y otro lugar.. 

-Es verdad.. ¡Lo había olvidado! -dijo, emocionado. Los años no pasaban en balde, y cuando los recuerdos venían lo hacían en tromba-. Roger.. ¡menuda cabeza! ¿Qué será ahora de él? ¡Él sí armaba escándalo con el flautín!

Dain dijo:

-¡Has encontrado un buen lugar para pasar la noche, Baron! Buen trabajo, amigo. Si quieres dormir, adelante. Cuando toque tu turno de guardia te despertaremos. Por la lira despreocúpate*.. Una tonada suave, y a dormir. Suele relajar los ánimos..

"¡Claro! ¡Una vez vistos, todos listos!". Se dijo Baron consciente de que en su cara se podía adivinar la causa de su mal estar. 

— ¡Por el majestuoso cetro de Gwendolin!. ¿Cómo piensas que pueda dormir si tocas tan solo un poco esa harpa sabiendo que las primeras notas pondrán al acecho hasta el mismo amanecer búhos, serpientes y otros depredadores?. — Dijo golpeándose la sien con un dedo.