Partida Rol por web

>>Centro de Mando DN-2. Antiga Prime.

Una misión incompleta, múltiples traiciones con varias barajas, y una cadena de mando arrasada por la locura de la guerra. La historia de las Revueltas continúa.

Te giras rápidamente, apuntando con ambas pistolas a la oscuridad titilante tras de ti. La sangre continúa resbalando lentamente por la pared. Los destellos de luz de algún foco que oscila colgado de un cable deshilachado iluminan un escenario con varios cadáveres, desmembrados cruelmente. Los sigues automáticamente con la vista sin detenerte apenas en cada uno de ellos al evaluar rápidamente lo que hay en el interior de la sala. Solo entonces un chisporroteo de cables segados te permite ver un rostro animal, reptiliano de amenazaodres ojos rojos. Otro destello proviniente de otro punto de la habitación, revela otro rostro reptiloide repleto de dientes algo más a la derecha del primero, ambos acercándose.

Ambas criaturas se lanzan en tu dirección, cubriendo en dos brincos la distancia que os separa. Alzan sus afilados miembros delanteros para atacarte, dos peligrosos pares de guadañas quitinosas cubiertas de sangre y vísceras.

El piloto se ha girado brusca y repentinamente, apuntando al agujero de negrura que se abre a una sala que se hallaba a su espalda, a unos 15 metros de tu posición en el lado izquierdo del luminoso pasillo.

Aparte de él no hay nadie más. Los pasillos, que cuando Razcjenko os acompañó a la sala de oficiales rebosaban de vida y actividad, ahora se encuentran vacíos y solitarios. Dentro de tu carcasa aún muerta apenas puedes oir más que tu respiración fatigada, aunque soportarás un rato más el esfuerzo sin muchos problemas.

Dejo atrás toda la movida y llego al pasillo del centro de mando jadeando. No comprendía qué demonios estaba ocurriendo, quién estaba de mi lado y quién no, y encima dejo atrás al firebat y al marine con pintas de saber pelear muy bien.
Espero que estén bien...

Corro hacia el pasillo y me encuentro a escasos metros del proclamado piloto, cuando me detengo a cierta distancia.
Diablos, ésta armadura me está imposibilitando el movimiento fluído, casi me sentiría menos pesado con mi buen Goliath. Pero...qué hace ese ahí ?

Me centro en el piloto que paree haber encontrado una especie de agujero en la pared. Miro alrededor aún jadeando y los sudores recorriéndome la frente y el rostro.
Si al menos tuviera a mano un trago, es todo lo que necesito.

Enojado y malhumorado por la escasez de algún trago de whisky en el lugar, espero a ver cómo reacciona el piloto frente al curioso agujero que no alcanzo a comprender muy bien qué es ni de dónde ha salido.

De repente dos extrañas criaturas se plantan delante mía. Doy un salto atrás para alejarme lo suficiente de ellas y disparo ambas armas a cada una de las criaturas.

- Joder, ¿de donde habéis salido vosotros ahora? - digo acompañando al eco del sonido de ambas armas.

Inmediatamente después del disparo camino hacia atrás sin perder la vista de las criaturas.

- ¿Queréis jugar, eh? Pues vamos a jugar todos - pienso mientras intento atraer a las criaturas hacia el lugar donde está el resto del grupo.

Rugiendo, el par de bestias que aparecen brincando de la oscurecida sala lanzan sus guadañas contra el piloto, que salta para evitarlos, retrocediendo por donde vino.

Cruzando las manos al disparar contra ambos objetivos, el humano efectúa un par de disparos. La criatura a su derecha emite un chorro de sangre verdosa tras de sí al recibir el impacto, que desvía su trayectoria estrellándose a un lado de su asesino contra la pared. La otra criatura parece que también ha sido alcanzada, y que debe poseer un caparazón realmente resistente, pues desvía el tiro. Aterrizando en el punto donde hace un instante se encontraba el piloto, la criatura se retuerce apoyada en su extremidad delantera y lanza un golpe lateral para alcanzar al esquivo piloto.

Mi mirada se ilumina tras el disparo a la criatura. Se notaba el disfrute que la acción había despertado.

Casi sin darme cuenta la otra criatura me lanza un zarpazo pero, con un rápido movimiento hacia atrás logro esquivarla.

- ¿Eso es todo lo que sabéis hacer, bichitos? - pregunto con una media sonrisa que iluminaba aún más el sádico gesto.

Orienté las dos pistolas hacia el xenomorfo

- Ahora te toca a tí, "Sultán" - digo antes de disparar ambas pistolas

Parece que hay invitados inesperados tras el baile de gala en la sala de los oficiales, y al piloto le ha tocado bailar con las dos más feas. A pesar de todo se muestra diestro en rechazar a las pretendientes a sus entrañas.

El pasillo recto e iluminado, se pierde tras vosotros por el lugar que os trajeron. De frente se prolonga unas decenas de metros donde se bifurca hacia ambos lados, dejando a medio camino el hueco de una compuerta abierta en el lateral que os queda a la izquierda. El hueco está oscuro, pero ocasionalmente algún destello de luz tembloroso lo abandona; y un par de criaturas del tamaño de un perro grande brincan desde su interior abalanzándose contra el piloto, que ágilmente se aparta en vuestra dirección disparando en cruz ambas pistolas contra las reptilianas criaturas que extienden sus garras en forma de guadañas óseas con intenciones claras. La escena es terriblemente veloz, y poco más véis que a uno de los seres salpicando sangre estamparse como peso muerto contra la pared que tiene en frente. El otro clava uno de sus brazos en el suelo, y falla al intentar segar la cabeza del humano cuando éste se recuesta más en el suelo. Por escasos centímetros va a poder disparar de nuevo, y parece dispuesto a hacerlo.

Me quedo estupefacto viendo la destreza del piloto con las pistolas y la certeza de sus disparos contra las criaturas. Viendo que Marron está debatiendose contra uno de los xenomorfos me coloco en primera línea viendo el espectáculo sin poder hacer nada dada la distancia existente entre las criaturas y yo y con cierta rabia por no poder alcanzarlas.

El sargento marine levanta su arma. Ni siquiera el hecho de tener varios kilos de chapa entorpeciendo cada uno de sus movimientos es capaz de desviar una puntería entrenada a lo largo de numerosos combates. Rugiendo, una andanada parte del rifle Gauss hasta alcanzar a la criatura. Varios chispazos saltan de la placa protectora de su cabeza y rostro al impactarle las balas. Al concluir la andanada de forma automatizada, la criatura lanza una mirada fugaz al marine, amenzazante, pero devuelve su atención a su objetivo más cercano.

Disparando tumbado desde el suelo con la criatura rugiendo sobre él, Jonas abre un boquete importante en el pecho exoesquelético de la criatura xenomorfa. Pero esta no está muerta y levanta sobre él las guadañas delanteras para asestar un golpe doble, mientras ruge entrecortadamente de rabia.

llego algo desorientado y me encuentro con la escena de lucha.

.JODER; ¿DE DONDE COJONES HA SALIDO ESE BICHO?

Grito como contrapartida de mi nuevo problema mientras apunto con mi arma a la criatura y aprieto el gatillo sin pensármelo ni dos veces.

Como ese bicho se coma al piloto la cagamos...

Con el sudor cubriéndole el rostro, Teddy Connor aparece con los ojos desorbitados ante la escena que en apenas unos segundos a su alrededor se sucedía, y una vena hinchada le recorre parte de su ancho cuello.
Unas asquerosas criaturas aparecieron del extraño agujero amenazantes y dispuestas a todo. El bravo piloto esgrimaba sus armas con habilidad y Connor disparó contra ellas con rabia y escupiendo todo tipo de maldiciones.
Por suerte, pronto aparecieron el firebat y el otro marine sin cuero cabelludo, y entre todos consiguieron eludir los xenoformos que amenazaban al piloto.

- Ya os echaba de menos, chicos ! - ruge en un grito - Acabemos con esas putas bestias, ya preguntaremos después eh !!

Gruñendo mientras sus placas frontales desvían la mordiente lluvia de agujas lanzada sobre él, la criatura se abalanza sobre el piloto, su víctima más cercana.

La criatura se abalanza sobre mi. En un primer intento acaba por tirarme al suelo pero, en el último instante consigo interponer una pierna en lo que podría ser su pecho lo que evitar que sus enormes fauces acaben con el bonito pañuelo que cubre mi cabeza.

- ¡Eh, ten cuidado! Puedes hacerte daño - digo mientras muevo la mano delante de la boca del xenomorfo - y cuida ese aliento.

La criatura vuelve a la carga y, una vez más, consigo apartarme de su camino. Miro desafiante a la criatura adornando mi gesto con esa burlesca media sonrisa tan ensayada.

- ¿Me toca? - le digo a la criatura mientras volteo ambas pistolas en el aire.

En el suelo con la criatura encima Jonas logra defenderse sin mucho esfuerzo, ya que al parecer la pérdida de sangre y otras distracciones merman la capacidad de combate y los reflejos de la criatura. Girando en el suelo a un lado, evita que 40 cm de hueso se hundan en su pecho, pero el segundo golpe corta la armadura produciendo un simple arañazo al piloto.

Miro extrañado la herida que la criatura me ha causado antes de mirarla fijamente negando con la cabeza y chasqueando rápidamente la lengua.

- Te dije que podías hacerte daño - acierto a decir mientras coloco más manos por encima de los hombros, sobre el suelo y levanto los pies. Utilizo el impulso para propinar una patada en la cabeza de la criatura a la vez que me pongo de pies.

Una vez de pie me acerco lentamente a la criatura aturdida. La observo un instante y hago un gesto despectivo con la mano.

Me giro desprotegiendo completamente mi espalda. Confío plenamente en que he noqueado a la criatura así que no me preocupo de un posible ataque.

Camino seguro hacia la posición del resto del grupo.

- Todo vuestro, chavales - les digo con una medio-sonrisa en la comisura de los labios.

La criatura recibe el golpe en pleno pecho al lanzarse el piloto hacia arriba. Mientras éste completa su acrobacia, la aturdida bestia rebota hacia abajo enganchada en el suelo por la garra que clavó en el suelo, estrellándose en mala postura de cabeza, con un chasquido crujiente y desagradable que acompaña el golpe al caer.

Ambos seres, desconocidos para vosotros, yacen ahora sangrando en el pasillo frente al umbral de una sala iluminada a intervalos irregulares por la luz que sale de ella.