Partida Rol por web

La llegada de Valdis hace que los dos den un paso atrás, aunque mantienen su pose de agresividad y odio. Ambos aprovechan para evaluar el calado de sus heridas mientras mantienen silencio, bajando de cuando en cuando la mirada al suelo para instantes después alzarla huidizamente hacia Valdis y hacia su adversario alternativamente. Ninguno de los dos habla. Se nota que no son soldados, y que aún no han entrado en la dinámica de una fuerza militar.

El silencio se sigue manteniendo tras la pregunta de Valdis, mientras los que no estaban implicados en la pelea comienzan a regresar a sus posiciones y continúan con su entrenamiento como si nada hubiese pasado.

Poco a poco el círculo que se había formado va dispersándose. En ningún momento Valdis quita su severa mirada de los dos "problemáticos" reclutas. una vez todos están en su sitio relaja su mirada e inspira profundamente.

-Que no vuelva a ocurrir. La próxima vez que ocurra un altercado de este tipo os enfrentaréis a mi.- dice en voz lo suficientemente alta para que le oigan casi todos los presentes. Su mirada desde luego indica que no está de broma.- Ahora sois guerreros. El hombre que tenéis ante vosotros es vuestro compañero, vuestro hermano de armas. Quiero que tengáis esto muy claro. Las heridas que podáis recibir en los entrenamientos sólo os harán más fuertes, porque nadie más volverá a pasarse de la raya. Tenéis que confiar en vuestro compañero, es lo más importante de lo que puedo enseñaros. En el campo de batalla lo tendréis hombro con hombro mientras delante vuestra se alzarán las huestes de los magiares. Esas huestes estan compuestas de bárbaros deseosos de mataros, arrasar vuestras tierras y violar a vuestras mujeres e hijas. Y  a parte de vuestra espada y vuestro escudo, lo único en lo que podréis confiar en el campo de batalla será en vuestro compañero. Si no lo hacéis probablemente moriréis sin remisión. No lo olvidéis. La voluntad de vivir, la necesidad de proteger algo serán vuestra fuerza, y la confianza en vuestros hermanos de armas será la clave para la victoria. Un ejercito unido es imparable.- el silencio reina en el patio durante unos segundos después de terminar el discurso. Si de verdad seguían sus palabras no tendrían nada que temer.- Ahora seguid entrenando.

Haekor, al oir las palabras del interior de la casa, niega con la cabeza y piesa: el se lo ha buscado... con lo bien que iba la mañana.

Sin pensarlo dos veces desenvaina su puñal y cuando se gira para dar órdenes a los dos guardias ve que Cosmin se acerca a la puerta y habla con el del interior. Tras esto se aparta un poco de la puerta y del Chaval y les dice a los dos guardias bajo, casi al opido, pera que los de dentro no les oigan:- Si nuestro amigo se niega a entregarnos el dinero por las buenas no nos quedará más remedio que entrar y arrestar al hombre. Vosotros intentaréis derribar la puerta a patadas y yo intentaré colarme por la ventana trasera.- Les dijo improvisando un sencillo plan de ataque que les pudiera dar acceso a la casa del hombre. Cuando se retira un poco, mira la actitud de los dos hombres, negando con la cabeza, se acerca otra vez a ellos y les da una fuerte palmada en el pecho para enardecerles y les dice.- Y no me seais mujeres, que vais a entrar al servicio militar de Satu Mare, así que no solo tenéis que ser milicia... sino que tenéis que parecerlo. Vamos somos más y mucho mejor preparados. Devolved la confianza que os ha otorgado el señor Vladimir. Quizás os den la capitanía de la milicia si os comportáis como debeis.- Dijo volviendo a la puerta para ver si el tal Rascha entraba en razón. Mientras, por lo bajo le dijo a Cosmin.- ¿Cuántos son en la casa? y ¿Qué oficio tienen?

La práctica de todos los futuros soldados de Baja Mare continúa en un silencio que no había ocurrido antes, sobre todo después de la abierta amenaza de Valdis si volviese a pasar algo así.

Los dos que habían generado el problema agacharon la cabeza y comenzaron a mirar al suelo, dejando de retarse y bastante acobardados.

Al empezar a profundizar en su discurso todos dejaron de entrenar y comenzaron a acercarse. Aquello era algo interesante y que estaba llenando de coraje los corazones de aquellos que algún día sería posible que tuviesen que entregar su vida por Satu Mare.

Los hombres se miran entre ellos viendo algo más que enemigos potenciales, comienzan a ver realmente compañeros de armas, gente que juega en el mismo equipo y en el que todos dependen unos de otros, y sus vidas son una sóla.

Tras las palabras de Valdis se escucha resonar un grito que suena como si fuese el de un solo hombre y los hombres vuelven a su entrenamiento con brío renovado.

Parecía que aquel incidente había sido mucho más útil que una semana de entrenamientos.

Cosmin se muestra muy inquieto por el plan que acaba de trazar Haekor, y solo acierta a balbucear.

-Vive sólo... la peste se llevó al resto de su familia... el Knezi llegó demasiado tarde para salvar la vida de los demás, pero no para salvar la vida de Rascha... desde entonces es otra persona, siempre está triste y meditabundo, y no habla con los demás... es agricultor, como casi toda la totalidad de los habitantes... y... encima la cosecha no fue buena... Por favor, no le hagais daño... no está en su mejor momento.

Los dos milicianos se miran nerviosos entre si, y uno acierta a hablar tras lo que ha dicho Cosmin.

-Señor... pero... somos... llevamos poco tiempo... y... ¿derribar la puerta? Luego tendremos que repararla, o pagarla, y no tenemos dinero para eso..

Haekor piensa en lo que el muchacho le acaba de decir y asiente con la cabeza.

Tal vez Cosmin tenga razón y la gente se merezca otra oportunidad, sobre todo después de lo que han vivido. Recuerdo que Vladimir dijo que no consintiera que alguien no me pagara, que actuara con mano ferrea. También tiene razón, pero la gente necesita que se la escuche y entiendan sus problemas... también necesitan saber quien manda y a lo que se expone. Un dirigente tiene que ser ferreo... no solo tiene que serlo tiene que parecerlo.

Ante tales pensamientos Haekor no sabe que hacer. Finalmente se da cuenta que él es un hombre de pueblo y no le hubiera guatado que un forastero, a la fureza le hubiera quitado su dinero. Asi que decide darle otra oportunidad... más aun, que se implique en el crecimiento de du pueblo. Haekor se acerca nuevamente a la puerta, da unos golpes en ella y le habla al de dentro.

- Está bien Rascha. No se fia usted de mi, lo entiendo, pero sabe que, para que el pueblo crezca se necesitan recaudar impuestos. Le propongo una cosa.- Dijo Haekor con un tono más conciliador.- Como usted no se fia, le dejo que nos acompañe para que vea que todo va correctamente ¿que le parece?.- Dice Haekor, mientras se le viene a ala cabeza que puede ser una buena idea, que cada vez que se recaude alguien del pueblo acompañe al recaudador, así siempre habrá un testigo de que todo vaya bien.

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y DOS

TERMINO EL OTOÑO Y HA TRANSCURRIDO EL FRIO INVIERNO.

PRIMAVERA.

Resumen de acciones estratégicas.

Vladimir Dravescu:

• Consolidar poder.
• Entrenar trato con animales (intención de aprender nuevas disciplinas)

Haekor:

• Recoger impuestos.
• Explorar el territorio para planificar la posible defensa y conocer el territorio.

Valdis:

• Entrenamiento de la milicia.
• Entrenamiento de la milicia.

Mayordomo Ruschesku:

• Construcción de barracones.
• Construcción de barracones.

RESULTADOS:

1) Caballero Vladimir Dravescu: El cuerpo del caballero parece volverse más grande y fuerte noche a noche. A menudo sale de noche a recoger los campos, incluso en lo más crudo del invierno, cuando nadie en su sano juicio lo haría. Está aprendiendo mucho sobre los animales.

Progresivamente, va siendo aceptado como el señor "de facto" del Feudo de Satu Mare, si bien legalmente la Tirsa actualmente no tiene Señor.

2) Haekor: Los impuestos recogidos son pírricos, apenas da para cubrir gastos. Ha sido un año especialmente malo debido a la maldición del Ensartaojos.

La exploración del territorio revela funestas noticias: Las Colinas de Maramunes están en llamas, y es un fuego que no se acaba. Lo mismo ocurre en el Bosque Otoñal.

Docenas de refugiados llegan del norte y del oeste y siguen su camino hacia el interior del país, sin detenerse en Satu Mare.

Las noticias no podrían ser peores: Oradea ya no existe, Deva está bajo asedio y no hay noticia alguna de Esita, lo que es mala señal. Todo el mundo coincide en que Satu Mare y Baja Mare serán los siguientes territorios en ser atacados, tal vez en menos de un mes.

Se habla de millares de bárbaros magiares, guiados por una poderosa cábala de chamanes capaces de invocar a los espíritus del fuego y del rayo para obrar su maligna brujería.

3) Valdis alza a una penosa leva campesina. Los esfuerzos por convertir a los campesinos en una fuerza organizada de combate fracasan estrepitosamente. Como mucho será posible establecer puestos de centinelas para avisar conforme se vaya acercando la horda magiar. Pero en estas circunstancias, Valdis no puede ignorar la dura realidad: la región es indefendible.

4) Mayordomo Ruschesku: Ha hecho grandes esfuerzos y progresos con la construcción del Barracón de la Milicia. Si tuvierais otros cinco meses lo veríais terminado. El problema es que no os queda tanto tiempo...

Comunico las malas "nuevas" a los demás con un sentimiento de apatía. Los esfuerzos que hizo para que las familias que vinieron con él se asentaran en un lugar nuevo y empezaran desde cero a forjarse su futuro, en breve iba a quedar todo eso como ceniza de una hoguera. No, no posía creerlo. La paz que en su ser tanto ansiaba se le escapaba como agua entre sus dedos.

Algo habría que pudieran hacer. Algo que, aun si no sobrevivían, ayudase a sobrevivir a mucha más gente. Algo que, dentro de mucho, contasen los trovadores y narrasen las leyendas. Era su hora, era su lugar, era su momento, no había nada más.

Haekor pensaba cómo podrían detenerlos. ¿Cómo se detiene a un ejército? Las ideas se le arremolinaban en lamente, pero todas ellas eran borradores confusos de tácticas impracticables. No era un estratega, pero sí un superviviente.

Lo que sí tenían que hacer y rápido, era mandar la noticia al Voivoda. Él sabría lo que deberíamos hacer... y en su defecto, le daríamos tiempo para organizarse y preparar un ofensiva.

Qué hacer, ese era el dilema. Deberían juntarse y hablarlo entre todos. Y si nadie movía un dedo, él mismo iría a decirselo al Voivoda. Pero tenía que ser ¡YA!

Vladimir comienza a recibir oscuras noticias de todas partes, particularmente de Haekor, que gracias a su intervención permitió que nos preparasemos para lo que venía, y las gentes que huyen hacia el interior del pais. La población de Satu Mare no es ajena a esto y cuesta mantenerla tranquila mientras se prepara todo. La decisión era clara, pero aun así había que organizarlo todo. Todo debía ser dispuesto para salir de Satu Mare cuanto antes, y avisar a Baja Mare para que dispusiesen todo para unirse a la comitiva de Baja Mare, aunque todo esto solo generaría problemas más adelante... Iba a ser un auténtico caos. Haría falta un gran ejército para contener las hordas magiares, o al menos una fuerza bien entrenada para poder plantarles cara. Cosas de las que carecían, pero esos 500 exploradores eran otra cosa... y tal vez se podría detener o al menos retrasar y asustar a los magiares. Aunque la mera idea de asustar a los magiares le haría gracia en otras circunstancias.

Las asambleas se habían sucedido cada día y de la esperanza se pasó al miedo y al desánimo. Nada podía hacerse en aquellas circunstancias salvo calmar los nervios de la gente y tratar de que no huyan desordenadamente.

Todo debía ser preparado para la partida, y si se podía hacer algo de daño a los magiares antes de huir mucho mejor. Y él no podía organizar sólo todo. Ni nada. Por eso había convocado a todos los de su confianza aquella noche tras la asamblea. Tras pasear taciturno unos instantes por la sala levanta la mirada perdida del suelo y escruta los rostros de sus compañeros.

Valdis había hecho todo lo posible para elevar una fuerza de combate que pudiese proteger mínimamente a Satu Mare con poco éxito. Eran una fuerza cohexionada, pero sus habilidades de combate eran, cuanto menos, lamentables. Entre el duro invierno que había pasado y las desalentadoras noticias del norte poco o nada habían conseguido avanzar. Aun así serían un apoyo muy valioso para lo que tenía que venir. Estaba claro que no había otra opción que replegarse… Es mejor vivir para combatir mañana, que morir hoy de una forma estúpida. Haekor había hecho un buen trabajo y había conseguido recaudar todos los impuestos en un tiempo record, ganándose la confianza de todos los ciudadanos con su cercanía y sus francas palabras, y además había tenido tiempo de explorar el territorio para preparar una posible defensa… un trabajo hecho en balde en ese sentido pero que había servido para alertarles de la que se les venía encima con suficiente tiempo como para poder reaccionar. Por otra parte el viejo Ruschesku maldecía cada momento todo el duro trabajo que se había desarrollado para lograr construir algo que, en el peor de los casos serviría para ayudar al enemigo. Por su parte su prima seguía extrañamente recluída en su estancia y no había aportado demasiado hasta aquella época.

El desánimo colmaba el cuerpo de Vladimir, y se sentía libre de expresarlo delante de sus hombres de confianza.

-Amigos... estoy absolutamente destrozado por dentro... ni en la peor de mis pesadillas podría haberme planteado que pudiese llegar a suceder algo como esto... Nunca había puesto tanto ímpetu en nada, y por dos veces mis sueños y mis esperanzas han chocado contra la dura realidad.

-Una vez creí que Baja Mare podría convertirse en una joya digna del Voivoda, y la muerte de mi primo acabó con ese sueño. Y ahora, tras seis meses de duro trabajo, la destrucción y la muerte se ciernen sobre nuestros sueños.

-Nada podemos hacer, tan sólo poner terreno de por medio para no morir de una forma estúpida, o al menos esa es la única opción que contemplo en la actualidad, y espero que esa sea la visión que tenéis vosotros también.

Vladimir sigue paseando por la sala.

-Una retirada a tiempo no es de cobardes, es la posibilidad de poder luchar mañana y no morir como estúpidos, y es lo que haremos hasta que encontremos un lugar desde el que poder luchar.

Vladimir despliega un mapa sobre la mesa.

-Satu Mare está perdida, eso es indiscutible, y no tardará mucho en ser aislada en caso de que pudiésemos aguantar. Oradea ha caído, y Baja Mare también... rezo porque sus habitantes hayan logrado escapar y podamos reunirnos con ellos en algún momento... - aferra su mano al hombro de Haekor tratando de transmitirle su afecto y tras esto vuelve al mapa para acompañar sus palabras con signos. - Veamos, Oradea al sureste ha caído, Baja Mare al este también... y los bosques del norte están incendidados... nos queda tan sólo Zalau como posible vía de escape... Todo debe ser dispuesto para la partida. A menos que alguien tenga una idea mejor.

-Creo, con gran pesar, que lo mejor será que... no, esto es una orden, Mayordomo Ruschesku, su tarea será preparar el castillo para evacuarlo. No podremos llevarnos todo, y no debemos. Nuestra marcha debe ser inmediata para aprovechar para estar todo lo lejos posible el mes que tenemos antes de que estemos bajo asedio... Esa será tu tarea, que comenzará tras la asamblea de mañana. Nada de esto puede salir de esta sala, si se filtra tendremos un caos entre manos. Ahora puedes retirarte, mañana será un día duro en el que quiero que tengas todas las órdenes preparadas para disponer la evacuación. Hasta pronto.

Vladimir espera a que el Mayordomo salga de la sala.

-Bien, los que quedamos aquí conocemos las... aptitudes especiales de los demás, y que espero que nos den alguna ventaja sobre nuestros enemigos, a los que espero no tener que enfrentarnos sin refuerzos. Aún así había pensado que tal vez podríamos cargarnos sorpresivamente a algunos de esos malnacidos... ójala que a toda la avanzadilla... pero quinientos es un número imposible. Ahora debemos decidir como hacer las cosas nosotros.

-He pensado que Valdis debería preparar a la guardia para lo que ha de venir, y Haekor debería seguir en el monte para estar seguros de que no llega ningún visitante antes de tiempo... Vladana y yo podemos dedicarnos a esa tarea por la noche y llegar incluso más lejos que durante el día... Aunque es sólo una idea. Si alguien tiene algo mejor que decir...

-Los campesinos no deberían tardar demasiado en recoger sus cosas... al fin y al cabo no tienen prácticamente nada, y del castillo no debemos llevarnos más que lo justo, por lo que iremos ligeros. Lo bueno es que tenemos alguna familia que ha vivido recientemente un éxodo y estará preparada. Pero debemos tomar otras decisiones... tal vez deberíamos destruir la fortaleza para que no pueda ser utilizada por los magiares, pero no son una cultura que haga mucho uso de edificios... Y había pensado en abrir el pozo demoniaco para tratar de causarles daños, pero creo que los demonios se acabarían poniendo de su lado... ¿alguien tiene algo que aportar?

Vladimir se sienta pesadamente en una silla esperando que los demás tengan algo que decirle.

Haekor escucha atento las palabras de Vladimir, asintiendo en cada una de sus exposiciones. Sabe que a lo que se enfrentan, les supera ampliamente. El hecho de huir para sobrevivir, es un acierto. De hecho él lo lleva practicando casi desde que nació. Es hora de partir, de nuevo.

Pero las últimas palabras de Vladimir le subieron el ánimo. Intentar hacerles algo. Se podía lograr. Con esfuerzo sepodría hacer algo, pero ¿qué? Haekor se quedó pensativo... qué podían hacer 5 hombres contra 500. Una relación de 100 a 1... si sxalían de esta serían unos héroes... si salian. De momento esran algo más que intrépidos y valientes... locos diria yo. Además ya lo dice el refrán "el cementerio está lleno de valientes".

Haekor le daba vueltas a los mismo, una y otra vez, y en vista que nadie hablaba, se decidióm a tomar la palabra.

- La única manera de para al tremendo ejército invasor, es la sorpresa y el conocimiento del terreno. Lo primero ya lo tenemos conseguido, pues nadie en sus sano juicio esperaría que le hicieramos frente.- Haekor esperó algunos segundos para continuar. Sabía que eran momentos difíciles, pero arengar y dar valor a los presentes nunca era en valde en estos momentos.- Y la segunda tiene que ver con la primera y la primera con la segunda. Nosotros dominamos el terreno. Aprovechémoslo en nuestro beneficio. ¿cómo? Eh ahí la cuestión. Yo lo veo por fases y pautas que hemos de planificar concienzudamente y sin margen de errros. Si alguna de estas no saliese bien estaríamos perdidos.- Haekor dejó la advertencia bien marcada para que vieran el peligro y la importancia que tenía el tema a tratar.

- Lo primero del plan es buscar una zona que nos convenga para que el número no cuente, sino otros factores, como la posición, la hora del día...o noche y el miedo. De esto me encargo yo y mis exploradores.

- Lo segundo es conseguir que el enemigo siga el camino o vaya por donde nosotros queremos y no por otro que ellos elijan. Supongo que también tendrán batidores, espías y desertores que le habrán puesto en conocimiento de la zona circundante. Ahí tenemos un punto afavor y uno en contra. A favor: que no somos un pueblo muy grande, con lo que no somos muy conocidos. En contra: que estamos en la frontera natural y somos los priemros en ser avistados y ojeados. Para conseguir este segundo paso se me ocurren 2 formas: 1 mediante fuego y murallas. Si hacemos gfuego cuando intenten pasar por valles facilmente franqueables, además de matar aalgún magiar bastardo, conseguiremos que desechen la opción fácil. Y si bloquamos ciertos pasos fáciles, no podrán pasar por ahí. 2, infiltrandose o dejandose capturar y engañandoles... es arriensgado y sumamente mortal.

- Lo tercero es preparar el sitio donde pensamos atacar. Esto habría que hacerlo ya, pues no nos sobra el tiempo. Debemos colocar trampas, desplomes, fuego siempre ardiente, azufre, ballestas y arcos por doquier,... no sé, todo lo que sea en nuestro beneficio, y todo será poco.

- Lo cuarto será tener una previsión de lo que puedan hacer despues. Es posible que se replieguen y decidan marcharse, pero es posible que se replieguen y ataquen por otro lado. También es osible que sigan adelante. Ese puento no tengo solución. Se me ocurre que podemos poner una segunda emboscada si nos sigueran... ya se sabe "el magiar es el único bastardo que cae dos veces en la misma trampa".- Haekor deja un momento para que todos los reunidos se jacten. El buen humor inspirará a los presentes.

- Lo que podemos hacer también es practicar la guerra de guerrillas. Atacamos rapidamente aprovechando el terreno y nos marchamos sin dejar señal alguna. Esto creará el pavor entre nuestro enemigos y el miedo debe ser un factor que juegue a nuestro lado.- Haekor mira a Vladimir y a su prima.- Es ahí vuestro momento. Deben pensar uqe luchan contra demonios o contra seres sobrenaturales... vamos lo que sois. Nos deben temer y mucho.

Haekor, después de explicar su punto de vista, se sienta en la silla y dice.- No se me ocurre nada más, pero toda propuesta es bienvenida y por supuesto hay que criticar la que se exponga, para que no haya fallos, todo debe estar en orden, todo.

Valdis escuchó con aplomo las palabas dee Vladimir y Haekor. Sabía lo que les estaba costando articular esas palabrs, sobretodo al Caballero. Valdis no sabía que ya había intentado hacer algo parecido con Baja Mare, así que cuando lo escuchó, supo que sería doblemente doloroso abandonar Satu Mare para su señor. Costaba hacerse a la idea que, después de tantos esfuerzos en esas tierras tuvieran que abandonarlo todo y escapar porque eran totalmente incapaces de hacer frente a los magiares. Y por esto Valdis se sentía especialmente culpable. No había podido alzar a una milicia digna de llamarse así. Ni siquiera a un reducido grupo de combate. Todo lo que había conseguido era armar a unos pocos campesinos que no dejaban de ser nada más que eso: campesinos. Por eso le dolía tato lo que estaba ocurriendo. Llegóa a Satu Mare buscando fuerzas para defender la Oradea de los malditos magiares y terminó protegiendo las tierras que ahora pisaba. Incluso se enfrento cuerpo a cuerpo contra demonios venidos desde el mismísimo abismo del infierno. Pero aún así era incapaz de proteger Satu Mare de los magiares...Había fracasado otra vez.

Una vez terminaron con sus respectivas ideas Valdis, el Protector, se alzó para tomar la palabra y discutir lo que se había propuesto. Estaba totalmente serio.

- Como creo que sabéis, vine a Satu Mare buscando tropas para defender la Oradea del ataque Magiar, pues eso es lo que prometi a aquellos aldeanos. En ccambio me encontré con que esta tierra necesitaba incluso más ayuda. Digo esto para que comprendáis que soy  primero que desea enfrentarse hasta la muerte contra esos malditos bastardos. Es más si tuvieramos una pequeña fuerza de combate me quedaría encantado a luchar por los últimos resquicios de Satu Mare contra todo el ejército Magiar. Peo desgraciadamente eso no es así. Sólo estamos nosotros. Sómos los únicos que nos podríamos enfrentar con ciertas garantías contra los magiares. Pero somos muy poco. Nada en comparación a su ejercito, así que tenemos que pensar fríamente. El pueblo de Stau Mare necesita un líder que los dirija a lugar seguro si es que lo hay, y ese eres tú señor. - dice dirigiéndose a Vladimir.- El pueblo no se puede permitir perderos. No me malinterprete. Estoy seguro de que es un gran guerrero, pero tenemos que pensar si de verdad ganaríamos algo arriesgando su vida para matar magiares. Y luego entramos Haekor y yo. Vale, podríamos hacer la guerra de guerrillas. Podríamos atacar a pequeños grupos de magiares. La pregunta es ¿será suficiente para causar miedo?. En mi opinión apenas sería el picotazo de mosquito a una bestia enorme. Así que como ya he dicho tenemos que pensar friamente. ¿Merece la pena arriesgar nuestras vidas y parte de las de Satu Mare para saciar nuestra propia ansia de sangre matando magiares?.- pregunta a todos. Todo queda en silencio y sólo se escucha como Valdis vuelve a coger aire con fuerza pero lentamente.- En mi opinión si. Aunque lo más sensato sería marcharnos sin más y prenderle fuego a todo para retrasar su avance.- termina dejando claa su postura Ya había escapado mucho tiempo de los Magiares, y tenía que devolverlessel golpe, aunque no queeíaue nadie se sarificase inútilmente con él. Haría lo qque le mandaran.

Keakor escucho al valeroso Valdis. Sus palabras iniciales y sus preguntas no presagiaban nada bueno, pero al final, su decisión de enfrentarse a los magiares hizo que la expresión de su cara se le cambiara de un momento a otro. Los magiares deberán pagar por lo que han hecho.

- Tienes razón, Valdis. Somos mosquitos que casi no pueden hacer nada contra la "gran bestia2 magiar. Pero por todos es conocido que los mosquitos pueden llevar enfermedades... y nosotros debemos inocular una de estas a su ejercito... "el miedo".- Haekor hizo una pausa par que todos lo asimilaran y continuó.- El miedo debe ser nuestro factor para que el "demonio magiar" se desmorone en su interior. No saber con quien o contra quien luchas es uno de niçuestras ventajas.. otra es el terreno y o tra la sorpresa. Debemos usar estas 3 en nuestro propósito... y debe ser ¡ya!.- Sentenció Haekor para darle importancia al tiempo.... tiempo que se agotaba poco a poco.

Vladimir se dirige a la puerta y hace volver a entrar a Ruschesku para resumirle lo dicho en la reunión, le interesa saber la opinión del único que lleva toda su vida en Satu Mare, y sus raíces se asientan firmemente en aquella tierra.

-Vladimir, hijo, yo ya soy un anciano y he vivido muchas cosas al servicio de Satu Mare... cosas malas y cosas peores, puesto que esta tierra nunca ha alanzado la felicidad plena, y las tragedias se han ido sucediendo.

Ruschesku otea por la ventana de la estancia con gesto de agotamiento.

-A este viejo no le queda demasiado tiempo, los achaques de la edad me restan velocidad, y el ocaso de mi vida ya es visible. Nada hay que supere el deseo de que mis huesos descansen en esta tierra, junto a los señores que he servido y ya reposan para poder seguir sirviendoles junto a mi familia en el descanso eterno... pero no quiero ver al resto de la gente que mora en Satu Mare al otro lado tan pronto, y espero que algún día, cuando sea posible, cumplais mi ultima voluntad y retorneis con mis restos a esta tierra que me vio nacer.

-No se si alguno de vosotros ha padecido a los magiares, o si habeis oído las historias que se cuentan, que en su mayor parte aunque parecen exageradas no lo son. Nada se puede hacer ahora que pueda servir de algo para proteger a esta tierra, y, mis señores, recordad que Satu Mare más que una tierra, es un pueblo. Mientras el pueblo sobreviva Satu Mare seguirá viva en sus corazones, y en algún momento podrá regresar a tomar posesión de su legítima herencia.

-Si lo que piensan hacer es tratar de resistir... para mí es una locura que llevará a la desaparición de Satu Mare... Si pretenden salvar a su pueblo obedeceré las órdenes y prepararé todo lo relativo al castillo inmediatamente. Volveré fuera para que puedan tomar una decisión.

Ruschesku sale renqueante de la sala.

Vladimir escucha pacientemente la respuesta de sus compañeros y aguarda a que el mayordomo abandone la sala. La expresión de desánimo de su rostro no se ha borrado. Se aproxima a Haekor y apoya su mano en su hombro.

-Amigo, tus palabras te honran como guerrero y como defensor de aquello que juraste proteger... Me encantaría que pudiésemos llevar a cabo tus planes, pero a menos que sepas de donde sacar un ejército nada podemos hacer... No creo que seamos capaces ni en mil años de enfrentarnos en una proporción de más de mil contra uno... además tenemos el problema de que dos de nuestros efectivos tan sólo pueden luchar de noche. Creo que las palabras de Ruschesku son sabias, y que tenemos que seguir esa línea de pensamiento.

-Se que es duro abandonar aquello en lo que tantas esperanzas se han puesto. No es la primera vez que me veo obligado a hacerlo, y espero que sea la última, pero el permanecer aquí significaría nuestro final, y el del pueblo de Satu Mare. Como dije antes es momento de huir para poder luchar mañana.

-Cuatro guerreros es imposible que acaben ni tan siquiera con los quinientos magiares que suponen la avanzadilla, y el daño que podamos causar es irrisorio comparado con el número de fuerzas que llegan... Por otra parte la avanzadilla vendrá de forma desorganizada a modo de partida de exploración. Ese es un factor a tener en cuenta ya que si se moviesen como compañía una emboscada podría causarles muchísimo daño, pero ir eliminando partidas sería un trabajo para el que necesitaríamos años... y no tenemos ese tiempo. Para causar miedo tendríamos que causar un número de bajas significativas, lo cual es imposible dado nuestro número de efectivos. Hoy huiremos, ya habrá tiempo de luchar cuando podamos unir nuestras fuerzas a otros.

-Espero que todos acepteis esta dificil decisión, pero plantearos que en algún momento su avance tendrá que detenerse por problemas de logística, carencia de alimentos o simplemente porque tengan que ir estacionando tropas en la retaguardia, o el territorio a cubrir sea tan vasto que tengan que ir expandiéndose... al mismo tiempo nosotros iremos ganando aliados. Ese será nuestro momento.

-Esta noche después de esta reunión saldré a cabalgar para despedirme de Satu Mare. Espero que vosotros os despidais con presteza y prepareis la salida. Haekor, necesitamos tus ojos en el bosque para asegurarnos que de momento no estamos bajo amenaza, Valdis, deberás preparar a la milicia para que auxilie en el mantenimiento del orden cuando partamos. Nuestro destino es Zalau, el único corredor que tenemos para escapar. Espero encontrar allí a los ciudadanos de Baja Mare y a mi padre y a mi hermano... estoy preocupado por ellos. Partiremos pasado mañana al amanecer, el tiempo justo para que los campesinos se preparen. Nadie quedará atrás. Valdis, mañana tendrás que comunicar al pueblo la evacuación inmediata, y asegurarte de que no hay disturbios. Si se iniciasen tienes permiso para utilizar todos los recursos a tu alcance para sofocarlos, incluído el matar a los insurrectos. Que la milicia tenga claras esas órdenes. La salida será al amanecer de pasado mañana.

Vladimir mira a los ojos de sus compañeros esperando que respondan.

Haekor escuchó las sabias palabras del mayordomo y de Vladimir. Sabía que enfrentarse a los magiares era una temeridad, pero estaba preparado y decidodo si esa era la elección.

Al ver que su amigo Vladimir tomaba otros derroteros, asintió con tranquilidad y no mostró signos de enfado. Lo que es bueno para el pueblo es bueno para mi. Esto es lo mejor para todos, intentar llegar a Zalau y hacernos fuertes ante la orda magiar. Lo malo es si no llegamos o si es demasiado tarde.

Con ese pensamiento en la cabeza, Haekor se levantó de sus asiento y habló a los presentes.- Es cierto que la posición más favorable para Satu Mare es llegar a Zalau. Mi primero ay única visión siempre ha sido proteger y defender al pueblo, de una forma u otra. Es por esto que me parece correcto.- Haekor miró a los presentes y continuó.- Por ello mi intención será obtener tiempo para que podáis llegar a Zalau sanos y salvos. ¿cómo? casi ni yo mismo lo sé, pero no marchándonos sin más. Es cierto que necesitamos saber si vienen, cúantos, cuándo y por dónde. Pues bien, mi labor no será unicamente estarme quieto en un sitio y vigilar. Mi intención será, a la vez que vigilo, intentar montar trampas para que algún magiar caiga en ellas. Intentar que desechen algunas rutas directas por otras más complicadas. Intentar que no encuentren nada que les sirva de comida ni bebida en su camino. Mi intención, mi meta, mi deseo, es daros tiempo para que podáis llegar a Zalau.

Dejo un tiempo para que todos asimilen mis palabras y continúo.- Mañana empezaré, con ayuda de algún cazador amigo de este pueblo... si él quiere claro, a vigilar y montar trampas. Para ello buscaré por el castillo todo aquello que pueda necesitar... no sé, cuerdas, piedras yesquera, azufre si lo hay, varias hachas... no sé... ya me pensaré qué necesito para cada uno delos sitios que vea factible poner una de esas. Pero os juro que intentaré, por todos los médios, parar el avance magiar.

Dicho esto Haekor se sentó en su asiento, tranquilo, como si nada hubiera o estuviese ocurriendo. Pero sin dejar de pensar en qué podía hacer él contra un ejército.

-Amigo, no es la posición más favorable. Es la única opción... a menos que queramos encontrar nuestra muerte y la de todos los que nos rodean. Y a pesar de que confio plenamente en tí no creo que sea capaz de elaborar trampas  para matar a quinientos exploradores, y menos al resto del ejército que viene detrás... Y te aseguro que son implacables, no creo que conozcan el miedo, y esa es su mayor fortaleza y a la vez su mayor debilidad. Debemos darnos prisa para poder alertar al resto del país, incluso al Voivoda, y preparar un contraataque... puede que sea la oportunidad de eliminar a los magiares para siempre, si conseguimos debilitarlos lo suficiente y cruzar la frontera. Pero para eso tenemos que permanecer con vida y encontrar aliados fuertes. Partiremos pasado mañana, así que tienes tan sólo el día de mañana para preparar lo que te venga en gana, después vendrás con nosotros. Piensa que con el número de gente que tenemos que desplazar será imposible cubrir nuestras huellas, por lo que lo único que podrás hacer es asegurarte de que no nos siguen de cerca. No quiero que te arriesgues ni te quedes atrás. De tus palabras intuyo cierta disposición a quedarte atrás asegurando nuestra huída, y eso no es algo que vaya a permitir, no te separarás de nosotros y no te inmolarás por un imposible... ¿entendido? Tienes el día que tendrán los campesinos para preparar todo, pasado mañana al amanecer partiremos, y tú vendrás con nosotros. Piensa que no sabemos qué nos vamos a encontrar por el camino y que no podemos prescindir de uno de nuestros cuatro posibles guerreros.

-Todas las peticiones de material se las puedes hacer a Ruschesku, pero no lleves más de lo que podrás montar en un día, pues será desperdiciar fuerzas. Y que los Dioses nos asistan...

Ruschesku se aleja de la sala pensando en todo lo que queda por hacer, y convoca a todos los sirvientes del palacio. Es hora de trabajar durante todo el tiempo que sea necesario. Ya habrá tiempo para poder descansar.

Espera a que todos los sirvientes lleguen y formen ante él, la mayoría con ojos cuasi cerrados, aunque sabe que lo que tiene que decir les dará toda la energía necesaria para funcionar toda la noche.

-Si les he convocado no es por placer, es por necesidad. Esto es tan importante que si algo de lo que diga esta noche sale del castillo pagareis todos con vuestra vida y con las de vuestros familiares... y no lo haré yo, lo hará el caballero Dravescu. Espero que no le obligueis a llegar a eso.

El rostro del mayordomo es petreo, quiere que el miedo recorra las venas de los sirvientes y mantengan la boca cerrada.

-Abandonamos Satu Mare. Esta noticia será comunicada al resto del pueblo mañana al amanecer, y no antes, bajo ya sabeis que castigo. Partiremos pasado mañana al amanecer, lo que nos da esta noche y el día de mañana para tener todo listo para la partida. Debemos llevarnos todo lo que de valor encontremos y podamos portar, y el resto prepararlo para su destrucción y evitar que los magiares se hagan con ello. Esta fortaleza será pasto de las llamas con total seguridad para que no pueda ser aprovechada por los invasores. Vuestra labor es la que ya os he dicho, dejar todo listo para la partida. Por supuesto sobra decir que si tratais de huir sereis perseguidos y ejecutados, junto con el resto de vuestra familia... o tal vez encadenados para que sean los magiares los que os torturen. Quiero a todo el mundo trabajando hasta que esté todo dispuesto.Solo entonces podreis salir del castillo. La situación es lo bastante grave como para tener que tomar estas medidas. Espero poder confiar en vosotros como he confiado todo este tiempo. Algún día volveremos a ocupar estas tierras, y sereis héroes por vuestra ayuda... Algo que es el caballero Dravescu es justo, y sabrá valorar vuestro esfuerzo y dedicación. A trabajar todo el mundo, no tenemos mucho tiempo y cuanto antes esté todo hecho antes podreis ir con vuestras familias. ¿Algún comentario?