Partida Rol por web

El Ocaso me sonreía de manera calida, mientras su luz escarlata acariciaba los nudos de mi rostro. Una esplendorosa brisa me comunicaba que el momento en que la primavera se ausentaba para dar paso al caluroso verano ya estaba aqui. Caminé por entre los arboles y estos me hablaron con el ulular de sus hojas al viento, me decían palabras de paz y gratitud para quien cuidaba de ellos y les respetaba. La vida misma me inundaba el alma al momento de sentir la fuerza de aquel maravilloso baluarte al que llamaba hogar.

Mis pasos me dirigieron al Trono del Equinoccio, que en ese momento se hallaba vacio. Mi hermoso Señor se habia marchado a atender algun asunto importante y habia dejado, en toda su belleza y esplendor, aquella estancia magnifica, coronada en hojas y decorada con maravillas. Los reflejos de luz emitidos por sus contrastes eran de una pureza sublime y el aire que inundaba aquel salón era tan fresco como el canto de las montañas.

¿Por que mi Señor no se encontraba en ese momento en su Trono coronado de pino?

Debía de estar en algun lugar cercano, preparando la defensa de la inminente batalla que se avecinaba. La muerte y la destruccion tocaban a nuestras puertas antes de intentar derrumbarlas, mas habiamos recibido noticias con anticipacion y no esperariamos sentados a que el sucio hielo de las botas invernales desfilará por nuestro hogar sin derramar antes su sangre. Luchariamos como poetas, y aclamariamos como guerreros, pues es en nuestro espiritu en donde las voces resuenan una y otra vez recordandonos quienes somos y porqué jamas nos rendiremos sin luchar.

Mi corteza se estremeció al pensar en la batalla, mis ojos se llenaron de un rio de llamas, que junto a su rojo natural, los tornó completamente del tono de la sangre fluyendo. Esa sangre que derramaré del cuerpo de los enemigos de Otoño y que no dudaría ni un segundo en vaciar de mi propio cuerpo para proteger a todo lo que amo. Mi hogar, el bosque y a mi Amo.

Un pensamiento horrible asaltó mi mente...

"¿Como serle util a mi Señor si muero en las primeras refriegas? He luchado mil y una vez para defender lo nuestro, mas la Bruja Aerell auguró la muerte y la ruina de toda la corte. ¿Como puede ver eso si en verdad estamos preparados para recibir a la muerte y a su gelido aliento?"

La respuesta llegó a mi mente de forma fugaz mas era la unica que tenía...

"Aun no estamos listos. Aun no estamos listos para recibir a nuestros adversarios. Aun soy muy debil para luchar como el Señor de los Tempanos merece que luchen sus hombres, sobre todo los de su mas alta estima."

Levanté levemente la vista hacia el Trono del Equinoccio. Le contemplé en su esplendor y me fijé de forma irremediable en su belleza y en la seguridad que emitía el significado de que un ser tan grande y poderoso como era el Señor de los Tempanos cuidase de simples hadas como yo. Aquel respaldo de quien es demasiado grande para ser uno de nosotros me brinda la seguridad y la calma necesaría para sentir paz, aun cuando la miseria y la pestilencia del invierno se agrupa sobre lo que esperan sea la tierra que recubra nuestras tumbas.

Me pierdo en el bosque con un paso rotundo, caminando hacia donde me espero yo mismo.

El corazón del Bosque del Invierno me recibió como a un hijo prodigo cuando me adentré en sus entrañas. El ruido de sus hojas bailando al viento me sonaba como una canción que hablaba de mi deber y mi honor, y de como debía nutrirlo con mi mayor esfuerzo, como no debía fallarle jamas a quienes contaban conmigo y de como debía pagar con honores el amor y la confianza que me profesaba mi Señor.

Sabía que me había ausentado de la Corte sin el permiso de mi Señor, pero el hecho de fallarle al no presentarme a su presencia era insignificante ante la sola idea de fallarle cuando su preciada existencia se viera en peligro. Mi desempeño en combate debería ser ejemplar y como poco, inspirador.

"No puedo fallarle a todos aquellos que confían en que los defenderé. No puedo fallarle a los debiles que siguen a mi Señor y por sobre todo, no puedo fallarle a mi Señor mismo. El Señor de los Tempanos solo merece que se le honre."

Los dias pasaron mientras yo me refugiaba en el seno de la floresta, mi mente se llenaba de imagenes de la posible batalla que se avecinaba y de como yo debía actuar. Las inseguridades nacían en mi pensamiento como una mancha negra en la seda mas esplendorosa que se ha tejido, avanzando y corrompiendo sin nada que la detenga.

Aclaré mi conciencia y sentí la vida a mi alrededor, reptando y buscando un lugar en la existencia. Mis sentidos se despejaron y me permitieron percibir hasta el ultimo movimiento a mi alrededor. Los insectos, los pequeños mamiferos y las aves que se movían en el claro. Todo aquello era sentido por mi vigilia perenne, mi estado de alerta era maximo y estaba a flor de piel en mi meditativo estar.

 - "Bosque, te siento. No puedes ocultar la vida en tu interior ante quien te vigila con los ojos del alma."

Me levanté y busqué una presa, la seguí con mis sentidos hasta que la encontré refugiada estre unos arboles, la ataqué con toda mi destreza sin darle la oportunidad de defenderse. Despues deregocijarme con mi cacería , me concentré en mi forma de luchar. Una y otra vez practiqué mis golpes y en todas esas ocasiones me decepcioné de mi tecnica. Mas aun asi no desfallecería en mi disciplina y rigor, pues eran mis pasiones mas importantes las que me impulsaban a poner hasta el limite mis capacidades en mi intento de superarme.

Las jornadas pasaron y mi entrenamiento autoimpuesto proseguía con rigurosa formalidad, un tercio de mi jornada buscaba y sentía a absolutamente todas las formas vivas que me rodeaban. Los otros dos tecios me concentraba en mi forma de luchar e intentaba mejorar mi tecnica.

Despues de un mes mi entrenamiento definitivo se presentó ante mi: Tejiendo las nieblas, llamé al viento a mi alrededor, de pie sobre una hermosa alfombra de hojarasca caduca. Una vez el viento llegase, y las hojas saliesen despedidas a mi alrededor, mis garras las atacarían a todas y ninguna de ellas debía llegar al suelo enterá.

Nuevamente me decepcioné en mi primer intento. Pero aquel entrenamiento se transformó en cada vez mas facil, hasta que la destreza de mover mis garras se transformó en un acto tan natural como el reflejo de mamar de un recien nacido. Los cortes vibraban de forma silenciosa, rasgando el viento con la suavidad del terciopelo pero la dureza del hierro mejor forjado. las hojas cayeron muchas veces mas cortadas en diferentes combinaciones y formas.

Mi pensamiento se llenó en varias oportunidades con los recuerdos que aún guardaba mi mente de las Hadas Invernales, enemigos ancestrales mios y de nuestra Corte y proximamente los invasores de nuestro hermoso santuario. Me llené de una ira ciega y fulminante que me obligó a luchar con todos mis recursos. Esa furia potenció mi odio y aquello me tornó aún mas terrible.

La estación pasó lentamente conforme me sumía completamente en mi entrenamiento, el que me permitía conocer los limites de mis capacidades y verme a mi mismo superandolos. Las jornadas transcurríeron y hasta el ocaso me contempló admirado por mi determinación, bendiciendome con el calido abrazo de sus rayos escarlatas. El orgullo inflamó mi pecho cuando me sentí listo, cuando sentí que mis practicas me habían traido el fruto de capacidades potenciadas.

Ahora me adentraba en el Bosque, a la zona del Trono del Equinoccio, para presentarme una vez mas ante mi Señor, dispuesto a protegerle con mi vida una vez mas, como lo he hecho desde que le he conocido y lo haré hasta mi muerte.

SUCESOS DE VERANO:

- Los colonos griegos abren un pozo de agua potable para beber, dar agua a sus animales y regar sus huertos. Agradecen esta bonanza al diose del bosque.

Las ramas se cerraron detras de el y de la escolta que le acompañaba, escolta puramente simbolica, solo una compañia adecuada para hacer la salida debida de las salas de su amigo. Una vez cerca de los confines del bosque me separo de ellos

Cierro por un momento los ojos, concentrandome en los detalles del viaje mientras dejo que mi cuerpo encoja hasta la forma de halcon que tantas veces he empleado para viajar, mis ideas mientras tanto estan claras, alejarme de las ciudades, no me interesa que me vean humanos.

Poco a poco voy recorriendo con la mente el recorrido preparado empleando los mapas del señor de los tempanos, pasare cerca de la ciudad de Slatina, dejandola al sur, no me gusta demasiado la idea, preferiria dejarla al norte, pero quiza seria demasiado tiempo, me conformare con evitar la zona cercana a la ciudad, despues seguire al norte, por el paso de montaña, y despues me escorare hacia el oeste para evitar Deva y alejarme lo mas posible de la zona llana poblada, y llegar rapidamente a mi destino, el insulto de ese sacerdote debe ser subsanado lo antes posible

Con las ideas claras en mi mente y una vez terminada la transformacion, alzo el vuelo, sin mirar atras, decidido a solucionar este problema cueste lo que cueste

Noderoth contemplaba fascinado el nacimiento de la extraña maravilla… una reina entre villanos podría decirse. El portento únicamente visible en las cumbres más altas del lugar nacía de entre la nieve en el corazón del Bosque Invernal, creciendo del indómito dominio que el Rey de los Témpanos ejercía sobre el territorio. La flor de edelweis sonreía a su progenitor con el esplendor de una estación ajena al amor de su creador; un capricho del poder desmedido, ni más ni menos... un capricho futil: la temperatura en la zona siguió aumentando hasta que la nieve y escarcha que rodeaban al bello tesoro botánico comenzó a disolverse en charcos alrededor de la preciosidad albina. Luego se volvió aún más intenso, hasta que la frágil planta se comenzó a secar y adoptó un enfermizo tinte crema. Entonces comenzó a soplar el viento, y aunque la temperatura descendía con su soplo, el microclima de otoño terminó por desbrozar los pétalos y marchitar a la otrora impresionante creación:

-El invierno a muerto, y la primavera se regodea, abriéndole una mullida alfombra al implacable verano... mas el otoño volverá, y entonces el poder de las Sombras Gélidas estará completo. He nadado en aras de la palabra de Korkasse, aprendiendo más y más de mi mentor en las nieblas profundas, al tiempo que veo crecer su sonrisa en el rostro de este pequeño que llevo en mis brazos.- dijo a los arrullantes árboles de su bosque, mientras seguí acunando al infante de ojos plateados en sus brazos, para algarabía de éste.

En los días anteriores el regente había seguido destilando Tejido de los ancestrales pergaminos de su senescal en el Bosque Otoñal, recuperados de aquel lugar vejado. Ahora su conocimiento estaba completado y su saber podía rivalizar con el de las hadas de leyenda.

Terminada su labor, se había reservado unos instantes para agradecer a la diminuta reencarnación de su buen amigo el conocimiento dejado atrás en su muerte.

Pero ahora había llegado el momento de dejarse caer como una hoja seca y rodar con los vientos del crepúsculo. Sus raíces estaban prontas; ahora había que extender las ramas. Dejar al principito en su cuna natural y comenzar a hilar la hebra que enredaría el poder feérico a su voluntad fue casi un mismo acto. El llamamiento fue como un pulso mental avanzando cuan espumosa ola psíquica por las mentes de todos los seres del otoño en varias millas a la redonda. El Señor de los Témpanos demostraba su dominio del crepúsculo, en la hora bruja en que la luz del día muere en el horizonte, teñido de sangre.

Una llamada al pasado; una llamada a sus siervos y aliados de antaño. Una llamada a un imperio sin rival en Transilvania. El Rey llamaba a los válidos, pues la guerra podía olerse en lontananza.

SUCESOS DE VERANO:

- Los colonos griegos abren un pozo de agua potable para beber, dar agua a sus animales y regar sus huertos. Agradecen esta bonanza al diose del bosque.

SEÑOR DE LOS TEMPANOS:

- No estás seguro de qué clase de Aliados lograrás reunir. Es posible que los antiguos linajes de Cambiados se hayan extinguido o estén demasiado lejos como para escuchar tu mágica llamada.

- ¿Cómo pueden haberse extinguido siendo inmortales?, te preguntarás. La respuesta es que (además de por acción de enemigos armados con hachas y espadas) pueden haber aceptado el cristianismo. El rito de bautismo cristiano destruye por completo toda la parte feérica de un Cambiado, convirtiéndole en un humano normal y corriente a todos los efectos. Te parece incomprensible que un Fae, aunque sea tan menor como un Cambiado, desee volver a ser mortal, y sin embargo eso ha pasado antes, muchas veces.

- ¿Qué otro tipo de aliados es posible conseguir? Antaño, viejos y poderosos trolls de hielo protegían las fronteras del Bosque del Invierno. Es posible que alguno no fuera destruido, sino que yazca profundo bajo el suelo del bosque, sumido en un sueño eterno. Esas criaturas eran demasiado agresivas y estúpidas muchas, y demasiado orgullosas el resto, como para servir u obedecer a ningún Señor Feérico, sin importar su nivel de poder. Pese a ello, como guardianes de una de las direcciones del bosque (Norte, Este, Oeste, Sur), serían bastante útiles.

Eilion Umbral de Sombras se transforma en halcón e inicia su viaje, dirige su vuelo hacia Slatina.

- Aunque pueda parecer parecido, no es lo mismo tener un protector en una zona del bosque, que tener una protección mágica que desorienta a los intrusos, aunque ambas cosas sirvan para defenderse.

- Se sabe que la Reina Bruja tenía grandes Trolls de Hielo defendiendo su antiguo reino, aunque el Portal de Korkasse sobrecargó las defensas mágicas del bosque y los destruyó o puso a dormir.

- El vuelo en forma de halcón es bastante rápido, pero no meteórico. Pensamos que según lo que se entretenga en cada zona puede viajar entre 4 a 6 territorios por estación (a pie son 2, y a caballo 3 como mucho).