Partida Rol por web

El Señor de los Tempanos me habia dado el honor de dirigirle palabras en soledad. Mi miedo era el reflejo mas puro de mi amor por él y por su baluarte. La vida del Roble no importaba en lo absoluto si se le comparaba con la hoja mas pequeña del arbol mas insignificante que habiatase aquella floresta.

Cuando el Señor del Trono del Equinoccio se alejo un poco a mi lado para recibir mis palabras, la expresion de mi cara se endureció y mis ojos llamearon de pena por mi cometido fallido, luego mi voz rasposa brotó de entre la corteza que formaba mis labios con un tono digno de la Elegía mas triste compuesta por un hada:

 - "Le he fallado, mi Señor. Mi poder no es suficiente para crear un proteccion digna de este hogar. Con todo mi esfuerzo he logrado hacer una proteccion minima contra nuestro enemigo, el Fuego. Mas aquella no es capaz de defendernos si no es contra una insignificante antorcha."

Volví a tomar aire para continuar con mis palabras, pero esta vez mi expresion era de firme resolucion. La resolucion de quien se para frente a su verdugo y espera su castigo mientras se declara culpable de todos los crimenes que cometio. Crimenes de negligencia, crimenes de ineptitud, crimen de ser tan debil que otros sufrirán por sus carencias. Era un crimen que ya habia cometido, y que no permitiría que volviese a ocurrir.

 - "Amo y Maestro, mi magia infantil no es capaz de crear verdaderas protecciones para un reino. Mi magia es la de un hada ignorante y aun los griegos del pueblo humano podrian crear obras de una ingeniería superior a la que mi estupido ser es capaz de aspirar. Pero no he venido solo para deciros esto, pues si bien mi proteccion actual no es nada, si lo es mi espiritu de superlas y de hacerlas digna de Tí, oh Señor mio. Os pido el permiso de apartarme un tiempo, en el cual entrenaré mis habilidades y mi magia crecerá. Para cuando vuelva, crearé una proteccion poderosa, que asegurará la seguridad de este pueblo. Mas no olvideis, oh Señor, que mi verdadero don no radica en las proteccion que cree para usted, sino en la sangre enemiga que derramaré en la batalla que llegué, pues no repararé en vaciar mis propias venas por vuestra causa, si asi puedo ser digno otra vez de miraros a los ojos."

Aparto de mi vista a mi Señor y me quedo mirando el suelo frente a él, inamovible y perenne. Luego de unos segundos, hablo por ultima vez, antes de sellar mi destino proximo, pero con el orgullo de ser un digno sirviente, si no es por habilidades, he de serlo por devocion.

 - "Mas si a su excelencia se le apetece castigarme por mi ineptitud y considera que mi vida es un pago digno por la deshonra de tenerme en tan alta estima a pesar de mis pobres aportes a tu causa. Pideme que me quite la vida y con el mayor de los placeres obedeceré tu ultima orden hacia mí."

Me quedé en esa posicion, de frente al poderoso Señor de los Tempanos, con la cabeza baja, sin mirarle a los ojos y con las manos en la espalda. Esperaba una respuesta, mas aun esperaba se me concediese el permiso, pues de esa forma pagaría la deuda de mi sangre con tres veces esa cantidad de la sangre de los enemigos de mi Señor.

Los ojos crepusculares de Noderoth se desicieron en la más dulce de las mieles tibias que un atardecer pudiera haber hecho brillar, cuando miraron a su fiel guardaespaldas con tanto cariño como compasión:

-Me arancaría mi propia vida, Shigraat, antes de solicitar la tuya, mi buen siervo. La intención de tu acto pesa más que mil triunfos en mi corzón, mi fae, pues salvar a mi fronda de los fuegos de la consunción es uno de los mayores regalos que podría tener ahora que el verano se acerca. Evitaremos al menos los fortuitos incendios inevitables con las volátiles brasas de desbroce en la estación seca, y eso asegurará el sustento a nuestros griegos protegidos. Tu labor no es nimia ni desdeñable, compañero.- animó el soberano a su guerrero, siempre dispuesto a velar por el bienestar del débil ánimo que templaba su imparable fuerza.

Subrayando sus palabras, el primonato se acercó al monstruo de madera petrificada a sangre y acarició su rugosa superficie un delectable ensoñación:

-He descuidado tu formación, mi senescal, y es un hecho imperdonable. ¿Quién podría proteger un territorio cuya profundidad apenas comprende? Ha llegado la hora de que leas conmigo; de que compartas mi sabiduría. Las enseñanzas de Korkasse anidan ahora en mi alma, y no puedo dejar de compartir el júbilo del que me llenan con mis más allegados y queridos. Vendrás conmigo a mi biblioteca, a mi despacho de retiro y mimarás las páginas del antiguo conocimiento que destiló el senescal más grande que el otoño haya conocido. Con dicha comprensión, la foresta se abrirá a tus pies como tierra fértil en que arraigarte. Comparte conmigo el crepúsculo y revive la llama de mi amado protector perdido, que aún templa mis entrañas.- añadió el regente con la más brillante de las sonrisas.

Entonces, comenzando a caminar hacia el sotobosque, con un gesto que invitaba al troll a seguirlo, Noderoth guió a su lugarteniente hacia sus estancias, donde los pergaminos del conocimiento traído del Bosque Otoñal esperaban al aprendiz, con todos los secretos que otrora engrandecieran la Marca Sdersath.

El Señor de los Tempanos me bendecía una vez mas con su gracia y su perdón, y por aquello mi admiracion e infinito amor por él inundaban mis expresiones al momento de seguirle hasta sus estancias. La belleza de sus aposentos era digna de su belleza propia y la elegancia de aquella estancia dilucidaba de manera propicia el alto rango de aquella decoración, dedicada a acomodar al mas grande soberano. Los pergaminos se veían por montones y su cúmulo demostraba la cantidad insondable de conocimientos que se albergaban entre las memorias de papel empolvado.

Me senté en un lugar, el lugar mas miserable de aquel salón, que solo por pertenecer, era mas bello que todo el resto del dominio. Me sentía miserable ante aquella belleza y aquel esplendor. Era como una mancha es una tela de manufactura perfecta. Desteñía y ensuciaba aquel lugar. Mi Señor recogío pergaminos y se sentó a mi lado. Tan alto y hermoso era, que sabía que un maestro así solo podía enseñar secretos poderosos y misterios divinos. Bajé la mirada de verguenza ante tal grandeza e intente esconder mi alma entre mis hombros.

Las lecciones comenzaron y con sucintas lecturas fluía un manantial de conocimiento que me abrumaba, mas deseoso de aprender, de él bebía con ardor, como si aquella corriente que manaba del papel hasta mis oidos no fuese sino la vida misma que se arranca de entre mis carnes. Bebí una y otra vez, hasta que la abundancía sobresaturó mis sentidos y colapsó mi conciencia. El Señor de los Tempanos me despertó con un suave llamado, mientras yo en el suelo recuperaba el sentido de mi ser. Me permitío un paseo junto a él en el bosque, para refrescarme con la naturaleza salvaje, aquel estado puro de la vida que más me acomodaba desde el comienzo de mi existir.

El ocaso nos encontró caminando por la floresta y nos baño con la suave luz del final del dia. Me quede contemplando aquella grandeza. El fin de la luz y el comienzo de las sombras. El final de un periodo y el comienzo del siguiente. Cuando algo muere y a su vez algo nace. Ese principio y final eterno en una gran rueda infinita significaba la puerta. Esa puerta, esa guarda que significa el crepusculo, es el filtro por el cual la vida y sus ciclos perduran y se mantienen en la belleza infinita que significa ser y existir.

Volvimos ya entrada la noche y reanudamos mi estudio hasta altas horas de la madrugada. La cantidad de conocimiento acumulados por el que fuera otrora el Senescal del Señor de los Tempanos era inconmesurablemente amplio. Desde las sutilezas del movimiento y la voz, hasta el detalle más importante de lo que eran fuerzas poderosas y escenciales. Tomé un pergamino y aunque los simbolos me eran legibles, el contenido era casi completamente ininteligible. Solo pequeños fragmentos de lo que eran sistemas de flujo energetico entendí, mas las implicancias y razones de un proceso descrito como tan natural me eran completamente ajenas.

El Señor de los Tempanos me asesoró a cada instante, en cada detalle me guió y en su sabiduría encontré el camino de la iluminación. Aquellas clases me nutrieron de conocimiento y sabisuría como desconocia hasta ese entonces. Cuando la voz de mi Señor disparaba notas de melodia condimentadas con saber, mis oidos se deleitaban con ese exquisito sabor, el sabor de vencer mis cadenas y superarme a cada nota de su composicion docente.

Descansé esa noche con los sentidos excitados y no pudé conciliar el sueño, pues mi mente aún repasaba esa información arrolladora y aquellas lecciones que hicieron en mí una diferencia enorme entre no saber y conocer.

El proceso se extendío por unos dias, hasta que mi Señor creyó que yo estaba listo para continuar solo. El peso del abandono del que fuera para mi el maestro iluminador me provocó miedo, mas el orgullo de que él creyerá en mi capacidad de aprender por mi mismo me inflamó de responsabilidad y honor. Proseguí la lectura y la mezclaba con practica. Las energias manejadas eran cantidades pequeñas que se desarrollaban en mi dominio a medida que el tiempo fluía. Mis paseos de descanso me dejaron observar las sutilezas del atardecer. Me enseñaron como gracias al crepusculo la vida de los animales diurnos terminaba y nacian a la noche los animales nocturnos. Como las flores de vivos colores cerraban sus petalos y se escondían de la oscuridad mientras otras, de tonos oscuros y violetas se abrían a las sombras para recibir el frio abrazo de la noche. Es ahí cuando aprendí que la puerta del Ocaso mantenía mas que la relacion de la luz con la oscuridad, sino mantenía separadas distintas formas de vida, dandole su espacio a cada una. Era una madre que permitía y un padre que negaba. Era la vida misma, aquel paso entre estar y no.

Mantuve mis sesiones de lectura por toda la estación. Los paseos me demostraban en la vida misma el significado de las enseñanzas del papel y como era que las cosas ahí descritas se mostraban presentes ante los ojos de quien quisiera verlas. Mi conexión con ese periodo del dia se fortaleció conforme mi devoción por aquel momento en que los rayos del sol caen como cuchillos de tonos rojizos sobre la piel de las criaturas, devocíon por aquella belleza, devocion por aquel guarda de los ciclos, aquella devocion, crecía en mi interior como lo hace el brote de un arbol destinado a mirar la cúpula del bosque desde arriba.

Salí al atardecer para saludarle y clamé por su poder una y otra vez. Esta vez me respondió y sus palabras las sentí en mi interior como la luz calida de su mirada. Me inundó y me contó de belleza y poder, de responsabilidad y dignidad, de cargo y honor. Esas canciones susurradas al oido eran las palabras que siempre necesité saber por mi cargo en el Bosque Otoñal, fallido y reseco ahora por la fé muerta de los hombres mortales. Pero esas palabras eran aún de utilidad para mí, pues mi cargo actual en el Bosque del Invierno, hogar de mi Señor y de todos aquellos a los que amo por el hecho de existir y honrar a esta floresta, nuestro hogar, es un cargo en el que no puedo desfallecer y mi determinacion es aun mas grande que en otra epoca ya olvidada.

 - "Mi poder es ahora mas grande que antes, Oh Señor mio y de las Gelidas Sombras. Con él te serviré aún mejor y no desfalleceré, pues en mi esta la alta estima de quien no puede darse el lujo de decaer. Os honraré hasta que mi savia se sequé y mi corteza se descascaré. Asi lo quiera el Otoño."- Dije a los cuatro vientos a un Señor al que amo y que no estaba presente.

Ingresé en la estancia y recogí los pergaminos, ordené el lugar como si nunca un bicho horripilante de madera los hubiese mancillado con su contacto. Borré absolutamente todo rastro de mi presencia en aquel maravilloso aposento. Enderecé mi posura y me dispuse a salir al bosque, a enfrentar mis responsabilidades y mis miedos.

RESULTADOS DE PRIMAVERA: SOMBRAS GELIDAS:

- Señor de los Témpanos:
1) Aprende un Cantrip del Crepúsculo de hasta nivel 4 (debe especificar cuál). - Sólo es posible aprender un único Cantrip por Acción Estratégica, y debe empezar por su Dominio natural, el Crepúsculo.
2) Consolidar Poder: Lealtad a 4.
3) Reclutar Lugarteniente: Irhacus Cabeza de Cabra.

- Shigraat el Portador del Odio:
* Entrena Crepúsculo.

- Elion Urakbólerdo:
*Sale de Viaje en Dirección a Oreadea. Deberá ocultarse pues es un Primonato y no tiene forma humana.

- Malgorzata Sheil Aerell:
*Consolidar Poder: Aliados a 1 (un hada débil se apresta a defender el territorio si fuese necesario).

- Irhacus Cabeza de Cabra: Su Acción Estratégica de esta Estación es: "Ser Reclutado".

- Taliesin el Portador de la Tristeza: Dado que es un Fae PNJ se sume en un estado de Ensoñación. No puede llevar a cabo ninguna clase de Acción Estratégica o Normal. (Exclusivamente puede defenderse a él o al territorio en el que está si resulta atacado).

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y UNO.

ESTACION DE VERANO.

MESES DE JULIO, AGOSTO Y SEPTIEMBRE.

Todo tuyo, Director III.