—Esclavo musculoso y gratuito. —añade siguiendo con la broma finalmente riendo junto a Kate.
Arquea una ceja tras las palabras de Kate, dibujándose en un rostro un gesto de lo más incrédulo.
—¿No has pensado que quizá eres tú la que no se ve como es realmente? —pregunta dando otro bocado al burrito.
—¿Irritante? ¿Tú? —dice en un tono claramente de broma, tras tragar, riendo con el comentario de Kate haciendo un ademán con la mano. —Para nada. Nunca. —afirma riendo de nuevo.
—Kate, ¿cuántos años llevamos juntos? —dice negando varias veces— Pocas cosas pueden sorprenderme ya de ti. Y menos aún, alejarme. —confiesa guiñándole un ojo y dando otro bocado al burrito.
Después de la deliciosa cena se levanta y te ayuda a recoger la mesa, pasándote los platos.
Asiente a tus palabras abrazándote la cintura, desde atrás, apoyando su frente en tu cabeza.
—Eres demasiado dura contigo misma. —dice en un susurro— y vales mucho más de lo que tus ojos ven. —carraspea tras ello, instantes después, retirándose lentamente.
—¿Algo en especial? —pregunta saliendo de la cocina mientras se encamina al salón.
Era cierto, Donovan me conocía bien, cuatro años trabajando juntos había logrado que tras discusiones y peleas nuestros caracteres y personalidades se complementaran bien, si había alguien en quien podría confiarle mi vida es a él y creo que él también confiaría su vida a mi.
Sentir su abrazo por la cintura, no hizo mas que acentuar lo a gusto que me sentía con el en casa, tenerle cerca, me hacia bajar la guardia y dejar de estar alerta siempre, aunque no podría dejar de lado lo ocurrido en el operativo, pero no quería que aquello arruinara la noche de pelis que tendríamos.
-Creo que esta disponible Wonder Woman 84, ¿podríamos verla?... ¿te parece?- le propuse mientras, continuaba lavando losa, cuando termine fui directo al sillón, no sin antes tomar una manta que había en otro sofá.
-Listo!!- se sentó junto a Donovan mientras servía una segunda ronda de wisky... -el bajativo...- dijo riendo.
-Al menos mañana tenemos libre... a menos que nos llame el jefe... ¿Qué harás?-
—¿Qué dices? ¿En serio? —preguntó sorprendido— Sí que me apetece, sí. Y mucho. —añade. Tras ello coge el mando del televisor, enciende la tele y busca en la programación en qué cadena es la película y la hora a la que empieza.
Al rato apareces tú, cogiendo una manta que había en el sillón de al lado.
—La película empieza en quince minutos. —dice cuando te sientas junto a él, examinándote, dedicándote una cómplice mirando cuando sirves la segunda ronda de whisky.
—Esperemos que no lo haga, la verdad. Te hace falta descansar. —afirma asintiendo— ¿Que qué haré? Pues principalmente cuidarte, molestarte, asaltar tu cocina y hacerte compañía. —termina por reír— ¿Y tú? ¿Qué planes tienes para mañana? —pregunta mientras se posiciona en el sofá de tal manera que puedas apoyarte o acurrucarte en él de una manera totalmente cómoda.