Partida Rol por web

  Rió ante tu primer comentario— Vale. Cambiemos lo de vistoso o vistosa por algo como "un cuerpo que haga que me ponga cachonda con solo imaginarle desnudo o desnuda" —afirmó con una sonrisa— ¿Te parece algo menos amplio? —preguntó divertida.

  Suspiró sin quitarte la vista de encima tras notarte algo incómoda con el tema del asesinato.

  —Mira, corazón. —dijo en un meloso tono asintiendo con suavidad— Hay situaciones en las que te ves obligada a decidir entre tu vida y la de otro. Y no hay otra opción, ¿eh? porque si no le pegas tú el tiro, te lo va a pegar él o ella. Es lo que tiene el mundo en el que nos movemos. —se encoge de hombros— Yo, por alguien de mi confianza, puedo llevarme un tiro tranquilamente. Pero, de la misma manera, alguien que intente joderme le pegaré ese tiro yo misma. —explicó— Puede sonar frío y cruel, sí, pero soy así. Odio a los traidores y a los falsos.

Sigue sin restringirme demasiado ¿no crees? digo riendome por el comentario de Carla. Multiples opciones sin duda. Digo traviesa.

Yo prefiero evitar esas situaciones, si alguien me molesta simplemente desaparezco. Soy realmente buena en eso, te garantizo que si quiero desaparecer dificilmente me vas a encontrar. Digo con una risa algo nerviosa ya que no me acaba de convencer el hablar tan a la ligera de matar a alguien. No dudaría en matar a alguien en defensa propia pero nunca de manera tan fría como lo plantea Carla.

  —Tienes razón. —rió— Y cuando alguien tiene razón, hay que dársela. No hay más —sonrió mirándote— Ojo, que yo también las evito pero, y espero que no te ocurra nunca, igual alguna vez te ves obligada a ello. —confesó con, dirías, cierto pesar en sus palabras.
  La sirena comenzó a sonar. Te habría parecido lo más normal del mundo, de no ser por la cara de extrañeza de tu nueva compañera— Juraría que aún quedaba un rato para terminar con la hora de desayuno —dijo mirando alternativamente a las chicas que tenía a su lado.

Nunca se sabe. Digo encogiendome de hombros ante su último comentario, si tuviera que elegir matar a alguien para salir de aquí no lo dudaría.

Aun no había acabado mi desayuno cuando suena la sirena, me alarma el tener que acabarlo al correr pero me alarmo más la reacción de mis compañeras.

¿A que puede ser debido? Busco a Prince con la mirada. Espero que Prince vuelva rápido. Digo que esto se deba a alguna situación excepcional que impidan nuestros planes de fuga.

  —No lo sé, la verdad. —contestó con gesto extrañado mirando hacia todos los lados al tiempo que se levantaba de la mesa.

  —Sea lo que sea, desde luego, tienes que ver a Prince si estáis los dos en la misma celda —mencionó encogiéndose de hombros. Tras ello puso una mano en tu hombro y te guiñó un ojo— Nos vemos más tarde, encanto. —sonrió tras el cumplido echando a caminar seguida de aquellas otras tres chicas.

  Prince no parecía dar señales de vida, no obstante, tiempo después, de camino a la celda, le viste aparecer.
Se puso a tu lado, en silencio, asintiendo varias veces. Desconocías si dándote a entender, sin que preguntases, que tenía lo que le hacía falta o, por el contrario, solo era otro de sus tics.

Si Carla no lo sabe tiene que ser algo de verdad inusual me encuentro con Prince de camino a la celda y sonrío triunfal cuando asiente, no necesito nada más. Son muy buenas noticias ahora el plan puede empezar a rodar.

Carla es más simpática de lo que me dijiste, creo que me cae bien. Le comento de manera despreocupada ya que no puedo decirle mucho más hasta llegar a la celda.