Partida Rol por web

 - Gracias - la miro pensativa mientras me voy despidiendo de ella - ha hablado en plural, entiendo que ira con alguien mas... y no ha dicho nada de mi sire... en fin... - bajo por las escaleras con gracilidad y vuelvo a mi mesa.

Me quedo un rato observando a los demás y busco con la mirada a alguien en concreto...

Después de haber desaparecido un rato y bajar por las escaleras con gracilidad, vuelvo a mi mesa.

Me quedo un rato observando a los demás y busco con la mirada a alguien en concreto... Acto seguido salgo a cubierta a disfrutar de las vistas...

Jerome termino la llamada y tras ello recorrió la cubierta por algunos minutos más antes de volver a ingresar al salón donde todo lo demás parecía estar ocurriendo, sus pasos calmos acompañados del bastón parecían tener una melodía oculta. Cada paso y punta del objeto que usaba para mantenerse en pie le llevaron nuevamente hasta su lugar de reposo, la mesa en la que había elegido sentarse. Observo a los presentes con cierto aire ausente ya que esta reunión parecía obtener su auge de las calumnias y destrezas de otros.

Fue allí que se percató que su lugar estaba ocupado – Quizás debí quedarme fuera un poco más para que terminaran sus charlas – sonrió de lado, busco como acomodarse allí.

Cuando tomo asiento arrimo la silla y desde saco del traje de color marrón a cuadros extrajo una libreta en conjunto con una pluma con cartucho de tinta, con ella comenzó a escribir un par de datos relevantes que habían llamado su atención para luego cambiar de página y escribir algo más sobre el encargo que había llegado a sus manos hacía pocos minutos.

A medida que los acontecimientos se desarrollan y los desafíos y amenazas dan lugar a los intentos de diplomacia, me relajo; parece que no llegará la sangre al río, después de todo… Al menos por el momento. Aliviado, busco otros ojos a lo largo y ancho de toda la sala. Es entonces cuando me doy cuenta.

No está.

Todo el alivio que pudiera sentir se esfuma en cuestión de segundos, y toda clase de terribles posibilidades cruzan mi mente. ¿Cómo he podido perder de este modo la consciencia de lo que me rodeaba? ¿Es por Angélica, quizá? ¿Es este el efecto que ella tiene sobre mí?

—Bueno, parece que finalmente las palabras han acabado por imponerse a las acciones. —Sonrío, aunque parezco ligeramente distraído. Tomo la mano de Angélica para besarla delicadamente—. Ha sido todo un placer bailar con usted, pero me temo que debo ausentarme un momento. Espero verla en el próximo divertimento. Hasta la vista, señora Blake.

Cuando me doy la vuelta para marcharme, siento como si una fuerza invisible tirase de mí, impidiéndome moverme. No obstante, después de un momento de duda, logro desembarazarme de la incómoda sensación y abandono el salón de baile en dirección a la cubierta.

Busco con la mirada a Shane... necesito hablar con el... Estoy nerviosa.

- Eh tu. ¿Qué quieres, matarme aquí mismo? o ¿qué demonios?

Miro divertido al joven cachorro y me acerco con una sonrisa mientras meto las manos en el bolsillo de mi cazadora. Le miro de arriba a abajo.

- No Pete... no voy a matarte. ¿Te llamas así? ¿no?
Escucha, solo vengo a preguntarte... alguien os ha mandado a estropear la fiesta del principe - Alzo los hombros en un gesto de que me importa poco y miro sonriente hacia los vampiros de cubierta, esperando que ninguno nos pueda oír.

Más bien al contrario...
Yo una vez fui joven como tú, también creía que me podía comer el mundo con la inmortalidad y las disciplinas recién despertadas... Y también fui utilizado por antiguos para servir a sus propósitos.

No te voy a engañar... corres peligro aquí. Coge a tus compañeros y marchaos antes de que vengan a por vosotros cuando los demás no miren. Refugiaos fuera de la ciudad unos días.

Pero me gustaría hablar con tu líder más adelante.
Hay cosas sobre el cambio de príncipe que no están muy claras y me gustaría saber que pasó exactamente. Estoy seguro que la opinión de alguien que no tiene la lengua demasiado metida en el culo de Marcel, puede darme una visión más amplia de lo que ocurrió... ¿lo entiendes?

Saco una tarjeta de la cazadora con un número de teléfono y se la tiendo con dos dedos...

Dile a tu líder que soy Shane y que quiero hablar con él.
 

Entro dentro del salón y vuelvo fijamente los ojos a mi mesa aburrida de estar en cubierta y no ver a nadie. Me acerco a mi mesa y voy a sentarme veo a Jerome sentado en el sitio donde antes estaba Mihail. Me siento junto a Jerome...el que pasó junto a mi en cubierta pero no me vio y justo cuando quería acercarme para hablar con alguien el ya se iba al salón. Me sentare en mi sitio junto a Jerome y conversare con el.

Me siento elegantemente y observó a Jerome y le digo - Buenas noches... Estaba en cubierta disfrutando de una perspectiva única de la ciudad...

Miro impaciente y muy nervioso al amo y señor de esta gentuza. No padezco tics, pero uno me iba a empezar a pasar factura. Tenso los músculos, cierro el puño, enderezo mi espalda sintiendo el roce de mis gemelas en la espalda. este tipejo de la cara rajada me está empezando a tocar los cojones, y nadie ignora a Babylon Mink.

Oigo un comentario sarcástico por parte de la vaquita cachonda, pero sería mejor ignorarlo y tan solo mostrarle una suave sonrisa con colmillos afilados y amenazadores. Hay un tiempo para el placer y otro para la acción, y no podía pesar en placer por mi llamativa que fuera la mujer artífice de la velada.

De pronto Marcel, aún ignorándome parece que por fin hace un gesto humano y responde ante sus agresores. Siento un escalofrío, un aura hipnótica que emana de él y que me hace ver que no es alguien o algo, a lo que deba o pueda enfrentarme o encararme. Hoy no.Y puede que mañana tampoco.

me quedo impasible viendo la escena, siendo ignorado y cabreandome y tensándome más que un toro español ante la capa roja que lo acabará matando. Al igual que él, volvería a mi tumba sabiendo que le clave mi asta a una buena dama o atravesando a alguno con mi puño. Pero no puedo moverme, no debo, siento miedo. El mismo que de seguro esos irresponsables que han osado sacarme de mis casillas, y por lo visto, al propio príncipe.

Veo guardias dispuestos a derramar sangre. No tendré que mojarme los colmillos esta noche. Se mantienen. Vuelvo la mirada a la espalda de Marcel, hay que tener cojones de rajarle la cara a este tipo. Quisiera saber si aún vive.

Los gilipollas abandonan el barco y salgo tras ellos a ver si soluciono mis inquietudes con el gilipollas que me molestó.

Evito al príncipe y su aura, pero no puedo evitar mirarla a ella. Impresionante el parecido, y también tiene carácter.

Esta noche no, me repito. ¿Y mañana?... Es otro día

Salgo de la sala

Salgo para encontrarme con Pete y largarnos, cuando está hablando con uno de los vampiros que le ha increpado. Escucho la conversación a medias. Nos tenemos que largar. 

Helmut,nuestro líder se llama Helmut, pero la persona que nos pidió que viniéramos aquí hoy es Raymond. 

Cojo a Pete de la manga y damos un salgo a la zodiac para marcharnos. 

Y por fin, el aburrimiento sale ganando. Estas riñas entre gallitos me aburren infinitamente. Aspiro aire profundamente por la nariz mientras escucho las palabras de Sebastian y me doy cuenta de que nuestro momento en esta noche ha pasado. -El placer ha sido mío -confieso sonriendo -Hasta la próxima -y dejo que me bese la mano como se la debe besar a todas, después de todo es un caballero. Estoy tan satisfecha que hasta me he olvidado del tal Jasper y su afrenta, meh... No voy a gastar mis cartuchos en castigar al pequeñín.

Apenas Sebastian se aleja me doy la vuelta para continuar con mi itinerario hacia otras partes del barco, no estoy de humor para muñecas de sangre todavía, pero sí hastiada... Quizás me vaya temprano.

Al ver que no presta aun demasiada atencion pues soy una desconocida y nueva en la ciudad me presento - Las vistas de esta ciudad son realmente bonitas... Me presento... disculpe mi despiste - sonrío haciendo gala de mi antigua educación y espero que buena - mi educación es de antiguos orígenes pero no por ello deben ser malos... Mi nombre es Parker y es un placer compartir este presente con usted y con todos los demas invitados...

El revuelo causado por los últimos invitados hace la mayoría de los comensales se hayan levantado de sus asientos, muchos han aprovechado para salir fuera e iniciar charlas privadas. Los nuevos invitados han sido escoltados fuera con educación por el shérif.

Las arpías empiezan a criticar la seguridad de la fiesta, cualquier excusa es buena para obtener carnaza. Sin embargo Marcel parece tener la situación bajo control. 

Rosalie vuelve a entrar a la sala, el resultado de la decisión del concurso el humano perfecto es comunicado y la ganadora el la cainita Ashanti, este vástago recibe como premio un favor del príncipe. Ha elegido a George, el criado favorito de esta vampira que además es un antiguo familiar. 

Se anuncia que en breves instantes dará comienzo la nueva prueba organizada por la señorita Baker en el Paddlewheel Lounge, y se ruega a todos los que vayan a participar que acudan allí para su explicación, a las doce en punto. 

La chica rubia de carácter coge a su amigo y me responde con más valor que el que muestra Pete.
La observo curioso aunque tienen prisa por ahuecar el ala. - Gracias señorita... así que Raymond.

Me asomo a la barandilla apoyado sobre mis codos y les miro mientras arrancan.
- Decidle a Helmut que quiero hablar con él, por favor. Pero por ahora manteneos unas cuantas noches lejos de la ciudad, chicos.

Suerte.

Apoyado en la barandilla del barco asiento hacia Nadia cuando los cachorros se alejan con la lancha.
No es mucho pero es menos que nada. Un nombre es pista suficiente para tirar de un hilo, y es todo cuanto necesito ahora.

Me giro hacia la fiesta de nuevo.
La música vuelve a sonar y la hipocresía social, una característica más necesaria entre vástagos que incluso entre la canalla, vuelve a reiniciar su danza hipnótica y acompasada en la reunión.

Meto las manos dentro de mi chaqueta de cuero y me dirijo serio al interior de la sala.
Una de las muñecas de sangre se detiene delante de mi, es una mujer mulata de innegable belleza, con labios carnosos, mirada penetrante y desde luego una carencia total de instinto de supervivencia. Lleva un vestido que pide a gritos ser arrancado, me sonríe e inclina mostrándome su cuello y generoso escote, donde cualquiera de nosotros puede apreciar los surcos debajo de la piel por donde discurren los palpitantes vasos...

- Apártese, no me interesa. - digo apartándola con una mano como quien aparta una cortina y centro mi atención en la mesa donde están mis objetivos.

Me acerco a la mesa de nuevo, aparto la silla y me siento con el ceño fruncido, un poco desilusionado al ver que tanto Helena como Christopher se han levantado. Por otro lado un caballero delgado, con arrugas y un bastón curioso con cabeza de serpiente ha sustituido a la pareja (*) sentándose al lado de Parker.

Lo estudio con curiosidad e inclino un poco la cabeza a modo de saludo - Buenas noches caballero

Tiendo la mano hacia el caballero, un poco suspicaz, pero suponiendo que en caso de estar senatdo en la mesa, ser un simpatizante de nuestro clan. - mi nombre es Shane, Shane Saunière.

Soy un recién llegado a esta ciudad... pero vengo por asuntos más lejanos en el tiempo que la efímera participación en el Mardi Gras. Espero quedarme... algún tiempo.
Solo busco que el príncipe acepte unas tierras que pertenecieron a mi familia hace... mucho tiempo. 

Es inevitable que al pronunciar las palabras mi mente se vaya divagando hacia momentos de mi memoria, momentos en esta ciudad cuando aún podía ver la luz del sol, momentos cuando la inocencia todavía era una palabra conocida para mi y mi familia.

Sacudo la cabeza al ver como Parker y Jerome me miran. - Lo siento... tengo muchos recuerdos de esta ciudad que me vienen asaltando poco a poco desde que he llegado.

¿Con quien tengo el placer?

Finalmente salgo al exterior a través de una de las puertas laterales del comedor, que hace las veces de salón de celebraciones, y dejo atrás el desagradable ambiente que se ha creado con toda esa absurda pantomima. Cerrando momentáneamente los ojos, inspiro innecesariamente el fresco y húmedo aire nocturno, dejando que llene la base de mis pulmones huecos. Siento un alivio inmediato y palpable, una sensación casi física de distensión, de expansión. Permanezco completamente inmóvil durante unos instantes, como una estatua de escayola enfriándose con la brisa del río, hasta que siento que algo vuelve a colocarse en su sitio, algo que ni siquiera me había dado cuenta de que estaba fuera de su lugar. Me examino a mí mismo, extrañado. A pesar de mi general desprecio por la violencia, una singular turbulencia estaba creciendo en mí mientras estaba ahí dentro, una marejada febril y desprovista de toda empatía que había empezado a susurrarme ideas aberrantes, contrarias a mi mente racional, y me animaba a disfrutar del espectáculo.

La Bestia.

Con un leve resoplido por la nariz, ahuyento esas ideas de mi mente para recomponer mi máscara de indiferencia. Hay alguien a quien debo encontrar, alguien con quien he de hablar más pronto que tarde.

Al abrir los ojos e inspeccionar la zona de la cubierta a la que acabo de salir, no tardo en ver una figura conocida recortada contra el cielo nocturno: un rostro de rasgos amplios y oscuros que parecen relucir, reflejando la luz ambiental. No sé por qué, me viene a la mente una curiosa mezcla entre caramelo y chocolate fundido. Sonrío con cierta aspereza.

—Señor Fowler —llamo su atención con mi voz clara y liviana como una campana de plata, acercándome a él por la cubierta de madera con una actitud claramente relajada, carente de toda hostilidad—. Veo que usted también se ha hartado de ese amago de quema de brujas. Me alegro de verlo.

Para mi propia sorpresa, es cierto.