Partida Rol por web

Mes 2. Día 3. Después de cenar. Starliner. Charla con el teniente y los mandos que estén presentes

—Gracias por recibirme, señor —se cuadró frente a Townhall y, tras recibir el descanso, relajó los hombros. Tenía varias cosas que decirle al teniente, probablemente la mayoría serían denegadas, pero se sentía obligado a hacerlo. No sabía qué otros oficiales estaban ahí, o quienes iban a escuchar, pero.. como reza el dicho.. de perdidos al río.

—Señor, ¿puedo pedirle que reconsidere la posibilidad que sus hijas estén en el Domo 12? —habían tenido esta conversación anteriormente, pero no así, no con las circunstancias que atravesaban ahora —. Lo que ha sucedido ha provocado una división interna en el Domo, señor. El grupo de reclutas, amigos de Kurik, han decidido desentenderse del resto del Domo, asegurando que por ellos mismos se bastan con superar la formación como Soldado Espacial. Aunque he intentado disuadirlos, por ahora la situación es así —apretó los labios recordando la conversación del lugar que no nombraré —. Ha habido enfrentamientos verbales, casi físicos, entre miembros del Domo, y la moral está por los suelos —esto último no era una novedad, saltaba a la vista —. No es una queja, señor. Ha escuchado mis palabras en la cena, lo que he dicho lo mantengo, puesto que si por nosotros mismos no somos capaces de reconducir esta situación, nuestra graduación como Soldados Espaciales no prosperará —miró al teniente a los ojos, sin desafío, pero con la clara intención de que entendiera que era grave —. Le cuento esto porque quizá no es el lugar idóneo para traer a sus hijas. Temo por su seguridad y por los objetivos que se propone con ellas. Y no me malinterprete, señor. Pienso dar lo mejor de mi mismo para mantenerlas a salvo, instruirlas como buenamente pueda, y a pesar de que cuento con compañeros muy válidos y que comprenden la situación, como la recluta Banerjee, no sé si puedo confiar del todo en muchos de los compañeros del Domo ahora mismo —respiró hondo —. Comprendiendo que si la cosa sigue adelante, quiero saber con qué autoridad efectiva tendré sobre ellas mientras no haya otro oficial del PEC presente, señor. No quiero excederme en mis funciones —esto podía sonar.. feo.. Eylo no pretendía, en absoluto, practicar ninguna clase de castigo físico, pero se veía en la tesitura de tener que castigarlas si cometían infracciones. Quería tener claro que él tenía esta autoridad, renovarla, si acaso —. La recluta Banerjee, que está al tanto de la situación, me ha pedido que le pregunte si tenemos su autorización para que Eris sea formada como piloto y pueda pilotar los Eagle, siempre bajo supervisión, está claro.

Las cosas estaban dichas. Eylo confiaba en el Domo como entidad, quería que todos sus compañeros superaran el período de formación. Otra cosa muy distinta es que fuera imbécil y tuviera una venda en los ojos para ver que habían compañeros que podían ser realmente nocivos si tenían influencia en las niñas. Lo cual le llevó a otro punto, uno mucho más escabroso, pero Eylo había tomado carrerilla y las medias tintas ya no servían.

—También quiero hacerle una reflexión, señor —dijo lentamente, buscando cómo vehicular lo que quería decir —. Quiero que sepa que el principal culpable de la situación en el Domo, al menos quien ha agravado la situación, ha sido PEC. O, bien, quien decidió no realizar una mínima investigación en lo sucedido entre la recluta Jacobs y el recluta Kurik —Eylo era consciente que se estaba metiendo en un cenagal de aúpa, pero quería dejar claro lo que pensaba, no culpaba a Townhall en absoluto, sabía que el hecho que no se había hecho nada venía de por encima de él —. Que puedo entender que al recluta Kurik se le ha protegido por tener lazos familiares en el PEC, porque, y lo diré claro, el recluta Kurik era una persona con un claro desequilibrio mental que le hacia incapaz de estar a la altura de lo que se supone que debe ser la Space Force —respiró hondo —. Soy muy consciente de la necesidad de soldados competentes, señor, estamos en guerra. Pero el precio a pagar ha desgarrado esta promoción, promoción que quiero intentar reparar, pero me veo en la obligación de levantar esta queja. Entendí la función del cabo Malbone poco después de su llegada: alguien a quien odiar, algo que nos uniera contra un enemigo en común y exterior. Salió mal, ¿verdad, señor? Por eso el cabo no ha vuelto, porque trató de forma favorable a Kurik, refrendando su actitud destructiva y desencadenando lo que ha terminado pasando —todo eran hipótesis, observaciones, veneno que quería sacarse de dentro —. No quiero que crea que el cabo hizo un mal trabajo, al contrario. Creo que he aprendido de él mucho más de lo que me creía capaz en un principio. No pongo en duda mi lealtad hacia usted o el PEC, pero por esa lealtad creo que debo señalar las cosas que creo que se han hecho mal, porque quiero hacer que las cosas sean mejores y no se repitan cosas como las de ayer.

Eylo mantuvo la mirada al frente, en ocasionales miradas a los ojos del teniente, confiaba en él, se le notaba en la forma que tenía de mirarle, y quizá aquella era la forma de liberarse de toda esa tensión y rabia acumuladas a lo largo del día. Al terminar, se cuadró de nuevo, por la inercia tantas veces ensayada en el orfanato.

—Siento si me he excedido, señor. Seguiré dando lo mejor de mi mismo por el Domo 12, señor —saludó .

Había un regusto amargo en todo lo que había dicho. Una duda que pesaba sobre él y que, inexorablemente, debería plantearse. Había criticado a Kurik y el nepotismo que lo acompañaba, pero él.. ¿sería capaz de ser ecuánime con Grey? No, ella es distinta, ella busca lo mejor para todos, no es Kurik.. pero.. si uno lo reduce a los hechos es lo mismo, sería lo mismo. Y la pregunta que lo seguía era.. ¿hasta dónde estaría dispuesto él para protegerla a ella y proteger a los suyos? 

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Los reclutas se fueron posicionando, algunos de ellos se mantuvieron en una respetuosa espera mientras el médico del Domo miraba su ordenador, como si estuviera clasificando informaciones, para a continuación, indicarles que se pusieran en parejas, una orden que provocó lo propio, que las miradas de unos y otros se dirigieran, inconscientemente hacia las personas que más confianza tenían. Tan solo los tres recién llegados se levantaron de sus asientos y se cuadraron ante Duncan, demostrando unos modales marciales completamente impecables, antes de proceder

Emory Mott con Jean Harris

Becky con Alvin

Anne con Donner

Milena con Lesly

Grey con Eylo

Elon estaba solo

Alvin asintió a Eylo cuando éste le dio las gracias por sus actuaciones con René, estaba claro que con gusto había actuado y no necesitaba siquiera la gratitud, consideraba a Carracci su amigo.

- Me encuentro mucho mejor, gracias Eylo - Respondió la joven recién llegada, quitando hierro al problema del día anterior - Fue solo un mareo - Sus dos compañeros estaban cerca de ella y la miraron con gravedad, pero nada añadieron a sus comentarios.

Grey, en el fondo del aula y cerca de la salida, esperaba a quien sabía, sería su pareja. Sonrió a Eylo e hizo algo que quizás, no esperase, darle un suave beso en los labios como saludo, rompiendo cualquier acción de protocolo militar, no había mando alguno, en su ausencia, ella actuaba con cierta horquilla de libertad.

- Ya no estoy sola, ya vino mi pareja - Comentó con un brillo en su mirada, era la primera vez que se mostraba completamente natural, y a pesar de estar muy tensa en aquel sitio donde estimaba, podía encontrar problemas - Claro que seré suave contigo, ¿no lo soy siempre? - Amplió su sonrisa y él recordaría que según el momento podía ser más o puede que menos - Y yo a ti también te extraño... Mucho... He soñado esta noche contigo... - Bajó la voz - Hoy voy a colarme en tu cama. Tengo ganas de ti.... - Declaración de intenciones -... Me da mucho morbo jugar al paciente y la enfermera... Me encanta que quedes en mis manos....

Dunne decía aquellas palabras con cierta picardía, pero bien era cierto que miraba a Duncan con preocupación. ¿Se la jugaría o no llegaría a eso? Ciertamente estaba tensa como si fueran a atacarle.

- ¿Tensa yo? No por favor...  ¿Por qué iba a estarlo? - Mentía y él que tan bien la intuía, sabía que así era.

Faltaban algunos reclutas que aún no habían decidido con quien ponerse y tardarían lo suyo en encontrar pareja de baile, pero a la hora indicada, Duncan comenzó su labor, presentándose convenientemente delante de los compañeros e indicando que nadie debía burlarse de quien formulase preguntas, de lo contrario, sería expulsado del lugar. Guardaron unos instantes de silencio en memoria por los caídos mientras que Anne cerraba el puño con fuerza, en actitud de que aquella hipocresía, le generaba molestia. No obstante, nada dijo.

Las explicaciones sobre cómo se podía morir hizo que Milena, la cual había sonreído y agradecido a Yilmaz cuando se preocupó por ella, tomara apuntes para no perder detalle de aquellas informaciones. Parecía ser una chica muy responsable. Su estado físico era bueno, quizás más delgado del recomendable para su edad y altura. Tenía un rostro bonito, pero las ojeras marcadas le daban un aspecto algo cansado, a pesar de que la actitud era muy alegre. Su compañera, Lesly, no se dignaba en escribir pero escuchaba de manera activa, manteniendo un respetuoso silencio.

- ¿Siete días sin beber? ¿Tanto? Yo pensaba que eran tres días... - Comentó Elon tras levantar la mano y cuando le dieran permiso para hablar - ¿Qué efectos produce la deshidratación durante ese tiempo? ¿Es recomendable beber agua aunque sea salobre en caso de tener disponible?

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Duncan sonrió al ver cuadrarse a los recién llegados ante él, pero manoteó como si estuviera quitándose una mosca pesada de encima en un claro gesto de cortad el rollo, que aquí yo no soy nadie. Probablemente no lo sabían, así que trató de explicárselo en pocas palabras mientras tomaban sus lugares.

- Os habéis equivocado, el líder del domo en ausencia de los mandos es Yilmaz. Yo solo soy el puto médico... Duncan, Duke para los amigos...tomad asiento, gracias por venir...

Poco a poco la gente se fue poniendo por parejas y entre ella la de Grey y Eylo, que ya no se ocultaban. Duncan miró a Grey, luego a Eylo. No dijo nada, todo estaba dicho y cumpliría con su promesa. Estaba harto que la gente se saliera con la suya, ignorando las normas, pasándoselo todo por el forro. No podrían ser uno hasta que las reglas no fueran iguales para todos y sin una buena explicación no veía motivos para hacer excepciones. Se jugaba su carrera, no sería la primera vez que lo hacía, pero no había contrapartida, no había confianza, y no le iba a expender un cheque en blanco a Grey para que hiciera con su carrera lo que le diera la gana. Ya le había dado uno para su carrera militar, no le daría otro para su profesión.

Algunos reclutas parecían tomarse la clase muy en serio, otros no tanto. No tenía mucho sentido romperse los cuernos, ni desgañitarse, mientras les quedara algo en la mollera ya se podía dar por satisfecho. La primera pregunta llegó y Duke empezó a escribir

- Siete, incluso hay personas que han aguantado hasta diez, pero eso es un máximo y estamos hablando de conservar la vida. Esto se ve muy bien en caso de un terremoto, la gente puede quedar sepultada y aguantar esos días sin beber. Hay que tener en cuenta que a partir del tercer día el rendimiento baja, a partir de ahí cansancio, dolor de cabeza, tensión baja, somnolencia y desorientación es lo más común,y  a partir del tercer o cuarto día cuando podéis sufrir los famosos espejismos, después queda el coma y finalmente la muerte. Para una plena salud solo tendréis tres días y contad de que vais a perder entre un 20 y un 30% de vuestras aptitudes por cada día que tardéis en encontrar agua, pero eso ya os lo explicarán en supervivencia. El caso del agua salobre, o de la orina, - dijo mirando a la clase - os lo explicarán seguro en supervivencia, pero, desde el punto de vista médico el agua salobre es siempre una mala idea. La sal deshidrata, así que si bebes agua con sal engañas a la garganta, pero no a tu cuerpo. Morirás antes porque tendrás menos agua. El caso de la orina o del agua de un charco es un caso en el que hay que balancear entre morir de sed o morir por envenenamiento de la sangre. Os recomiendo evitar beber aguas no tratadas si no lleváis al menos 4 o 5 días sin beber, y si solo tenéis acceso a agua salada que la hirváis poniendo algún tipo de tapadera o casco para recoger el vapor de agua, que si es potable. Por cierto, la gente piensa en la deshidratación como no beber, pero es más probable morir deshidratado por diarrea que por falta de bebida. Tenedlo en cuenta, nada de comer porquerías... pero volveremos a ello cuando hablemos del agua y la comida. Nos vamos a centrar en la sangre en primera instancia... hay más preguntas?

Una vez agotadas las preguntas recorrió la clase con la mirada y dijo.

- Para el siguiente ejercicio necesito un voluntario al que no le importe mancharse un poco.

Mes 2. Día 4. Hora 10:00 a.m. Enfermería

René entró en la enfermería sin mucho ánimo. Aquella noche apenas había conseguido dormir y, cuando lo había logrado, había tenido pesadillas constantes, de las cuales despertaba agitado en mitad de la noche. Se había saltado el desayuno. No tenía hambre y tampoco tenía ganas de socializar después de la tensión del día anterior.

Se sentó al fondo, aunque eso no evitó que viera la intimidad que parecían tener Eylo y Dunne Grey. Frunció el ceño. ¿El líder del domo y la exsargento eran novios ahora? Movió la cabeza, negando. Le parecía obvio que esa mujer se traía algo entre manos, siempre conspirando y engañando. Esa relación seguro que le permitiría ejercer una posición de poder como consorte. Una arpía, un buitre carroñero. Y Eylo atrapado en la red de esa araña, para perjuicio de todos allí. ¿Por qué seguía allí esa mujer? Otra de las arbitrariedades de Townhall, una más.

Si ya venía agotado de pasar una noche espantosa, aquello le terminó de quitar las ganas de clases e instrucción. No escuchó nada de lo que dijo el médico. Permaneció sentado al fondo, con la mirada perdida en algún punto de la silla que tenía delante. Lo único que escuchó fue que McCarthy dijo «puto médico» en dos ocasiones. Eso le trajo recuerdos a René: «¿Dónde está el puto médico?», había preguntado él dos días atrás, mientras Sarah era atacada por dos skullreps y él trataba de ayudarla. Dónde está el puto médico. Dónde. Está. El. Puto. Médico.

—Dónde está el puto médico —se le escapó, con voz suave, mientras seguía con su mirada perdida, ajeno a lo que decían Duncan y el resto.

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Daya llegó a la enfermería un poco antes de que la clase empezara. En situación normal hubiera venido bastante antes, pero no sabía muy bien a que atenerse ahora después del enfado de Duncan el día anterior, así que decidió llegar como un alumno más e ir viendo como se desarrollaba la clase.

Entró mirando a todos los presentes y dedicándoles los buenos días con una sonrisa a los que estaban en primera fila conforme pasaba a su lado, saludó también con un gesto a los nuevos que necesitaban más que nadie sentirse un poco parte de aquello, aunque fuera solo con pequeños gestos. Estaban ya casi todos allí. Eligió un sitio en primera fila pero en una de las esquinas, un sitio discreto desde el que escuchar y poder ver como se desarrollaba la clase, sin buscar a nadie en concreto para sentarse a su lado. Venía a una clase y a aprender.

Cuando Duncan pidió que se formaran parejas ella miró alrededor a ver como se iba distribuyendo la gente. Las parejas se fueron formando casi de forma natural. Se fijó en el chico nuevo que era de los que se iba quedando solo sin pareja, algo normal, pero no se atrevió a decirle nada porque no sabía si Duncan necesitaría a alguien para enseñar las practicas que quería hacer en clase. Tampoco sabía si a él le agradaría su ayuda porque, simplemente con escucharlo hablar, sabía que aún seguía enfadado. Aquello le hizo suspirar a la vez que decidía esperar a ver cómo se desarrollaba la clase sino, en cualquier momento, podría unirse a quien se quedara solo.

La primera diapositiva apareció en la pantalla. Inmediatamente escuchó los susurros a su alrededor haciendo cábalas sobre qué significaba. Ella lo sabía, había sido la primera clase que había recibido de Duncan, así que guardó silencio y esperó a que él diera las explicaciones. Miró a su alrededor fijándose en las parejas formadas, escuchando las suposiciones que hacían unos y otros sobre los números en pantalla, sonreía al escuchar ciertas cosas, asentía en silencio cuando alguien se aproximaba, pero no pudo dejar de volver a mirar a Duncan cuando lo escuchó decir aquello de "el puto médico" por segunda vez con aquel tono con el que lo había dicho. Se recostó en su asiento y siguió asistiendo a la clase, pero sin escuchar mucho lo que Duncan decía, simplemente mirándolo y ensimismada en sus propios pensamientos. Había dormido mal, se había despertado varias veces sudando, intentando recordar su sueño, así que ahora, al estar escuchando algo que ella ya sabía, su mente la estaba transportando a otros momentos del día anterior sin proponérselo casi. Momentos no todos buenos, tenía muchas cosas en las que pensar y que la preocupaban.

Echó de menos no ver las diapositivas que había preparado el doctor para aquella clase, pero ella sabía, de hecho fue la que le indicó, que quizás de lo sucedido no fueran demasiado apropiadas. Si el ataque de los skullreps no se hubiera producido, todos se hubieran reído y hubiera sido una clase fantástica, pero después del ataque la percepción de todos había cambiado y era mejor una clase normal que la ingeniosa clase que Duncan había preparado. Cuanto más aséptica fueran la sesiones, mejor.

Cuando lo escuchó pedir voluntarios, volvió a enfocar la imagen de Duncan delante de ella. Pedía un voluntario que no temiera ensuciarse…

Levantó la mano, ofreciéndose voluntaria.

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Elon se sorprendió ante las palabras de McCarthy, ya no solo era raro que hablase por medio de un comunicador, cosa que hasta la fecha, no había visto algo igual, además, les decía que era el puto médico, una denominación que de haberlo dicho de donde venían, habría tenido consecuencias.

- Señor, con su permiso, no ha habido confusión. Usted es quien debe enseñarnos primeros auxilios y ya nada más por eso se merece nuestro respeto - Indicó el joven añadiendo algo más - En el Domo 3 todas las formaciones implican que los docentes tienen potestad de mando, señor. A sus órdenes estamos

Pudiera ser que más tarde Elon acabase teniendo encontronazo con Duncan o con cualquiera de los presentes, pero si había alguna enseñanza a recibir, se pondría claramente bajo sus indicaciones. Estaba claro que el rigor del Domo 3 era más estricto que el del 12.

Elon estaba sorprendido por la información sobre las consecuencias de la ausencia de agua. Escuchaba fascinado, mientras Milena seguía tomando apuntes y Lesly, en su línea habitual, permanecía callada, expectante.

- Vale, agua salada un error... - Dijo en voz baja, memorizando aquella información y arrugando la nariz cuando se explicó que se podía beber orina si llevaba cinco días sin beber - Porque me gusta estar vivo que si no... - Comentó por lo bajo, aunque Milena se giró y le hizo un gesto de que se callara temiendo que pudieran reñir a su amigo.

Cuando Duncan pidió un voluntario que no le importase marcharse un poco los tres nuevos levantaron la mano a la vez, era como haber traído reclutas de élite frente a los esperpentos que en el 12 habitaban, una comparativa de lo mal que quedaría cualquiera de ellos si eran cambiados de Domo.

No fueron los únicos, Daya en actitud discreta y silenciosa se ofreció voluntaria, así como Becky y Alvin también levantaron las manos. Sorprendería Carl, especialmente motivado desde la llegada de las nuevas féminas tenía más ganas de sobresalir que nunca "Yo, yo, yo, yo", decía mientras daba saltitos desde su sitio.

Grey sentada en la última fila junto con Eylo no se dignó a levantar la mano, sabía que cuanto menos destacase, mejor sería para ella, aunque no pudo evitar escuchar a René comentando una frase de manera autónoma, como si estuviera ido.

- Carracci... ¿Estás bien? - Dunne le miró preocupada, movió su mano hacia el joven, no para tocarle, sí para ver si reaccionaba

Mes 2. Día 3. Hora 18.00 p.m. Barracones

- Encantada, Milena, Elon... - y la otra chica, que así de primeras no me había quedado con su nombre. La observé un poco, aquella sonrisa me gustaba, a ver si por fin el buen humor y la alegría invadían de una vez por todas el domo doce.

Asocié el hecho de que el chico nuevo probase antes el pastel que Milena a la rapidez con la que se había adelantado a su compañera, para nada creí que hubiera un protocolo de seguridad o de escolta. Lo importante fue que recibí la aceptación indirecta - sí, está rico... hay que darle las gracias a Narel, es una gran repostera - seguro que Buck también había ayudado.

Me quedé en un segundo plano mientras Daya saludaba, estabamos revocando el recibimiento que había propiciado Anne. Aunque aquella circunstancia de que Eylo y Milena ya se conocían, atrajo toda mi atención. Aquella coincidencia en una galaxia tan enorme era un hecho insólito.

- ¿Naciste en el PEC? Vaya... - no me imaginaba el escenario pero ya de aventurar posibilidades quizás fuera el fruto de amor entre dos reclutas, o entre mandos. Aunque eso de que había crecido en orfanatos apuntaba más a una madre soltera que muriera en el parto? O alguien que no se pudiera hacer cargo de ella, quizás por una expulsión o un fallecimiento, dejarla atrás por un destino lejano sonaba muy inhumano. Ya le preguntaría más sobre aquello, que ciertamente era un misterio para mí. Aún con todo, parecía bastante sociable, no se lo había callado, además tenía iniciativa, también se interesaba por conocer - ¿Yo? Soy de la Tierra, ¿conoces Australia? Es una isla enorme - aunque claro, dependiendo con qué se la comparase igual no lo era tanto - si no la conoces, tranquila no eres la única aquí, os llevaré a todos a enseñárosla cuando haya ocasión - ¿qué más me había dicho? Ah, la especialidad, cuando hablaba de mi origen a veces me venían a la mente imágenes pero me centré de nuevo en lo que me había preguntado - furia al volante jajjajjaja, conductora - vaya, aquella chica era como Quest y Sue, francotiradoras, un refuerzo no cabía duda - qué bueno, tras el último combate, se necesita gente que acierte con el blanco - me salió sin más, sin miradas acusatorias.

Intervino el chico, sonreí, había hecho un juego de palabras con su especialidad - jajajaja, la bomba, qué bueno.

Luego es verdad que se me había escapado aquel comentario sobre los abuelos de Eylo y caray, no cabía duda que aquella chica lo conocía bien pues no sólo el propio Eylo me lo había reprochado sino que ella también - vale, vale... es verdad, lo siento, se me escapó - no había ido con esa intención de reprocharle que no tuviera abuelos sino que la caricia que le quería hacer en la mejilla era propio de los abuelos, pero caray, se había malogrado todo, al final había quedado como alguien cruel - ha sido desafortunado, no iba con esa intención, en la Tierra es una expresión... da igual, me equivoqué - mil explicaciones por un comentario que se había interpretado mal, me dio mal sabor de boca, yo que había comenzado tan bien y sin embargo lo había echado todo por tierra parecía.

Eylo remarcó que aceptaba las disculpas, allí parecía que se había formado una especie de tribunal que quería juzgarme y mandarme a la hoguera pero, no quiso meter más leña al fuego y trató de disculparme describiéndome como una acelerada que no sabía lo que decía. Aunque no me gustó, tampoco era el momento para discutirlo. Es más, dudaba de si me lo había dicho de verdad o porque convenía decirlo y suavizar aquella situación que se había vuelto todo un polvorín.

Para colmo la otra chica, la silenciosa abrió la boca y también me reprendió aunque lo hizo soltándome un comentario que no entendí muy bien después de advertirle que René no estaba bien, que no se acercara - ¿Qué víbora? - Allí no había, nadie se había topado con reptiles, así que, supuse que era uno de esos dichos de cada planeta con un sentido propio que sino eres de allí no lo captas, como mi referencia "a los abuelos" que se había malinterpretado - en mi tierra, lo que hay son cocodrilos, también hay otros reptiles pero... - igual formaba parte de una religión con aquello de que si tal especie era "vil" y yo no estaba muy puesta en creencias. Aparte me miraba raro aquella chica, igual no sabía de lo que hablaba - cocodrilos - simulé su boca alargando las manos y haciendo la pinza.

Luego dimos varios pasos para presentarle todo el domo y nos topamos con Billy, no sé si es que la cosa ya se había torcido que con el esposado tampoco se enderezó, mi comentario de broma no fue tomado como tal.

Y si la cosa no iba bien, en los barracones se fue a tomar por el culo definitivamente. Algo le sucedió a la chica que se sentó en una cama y le cambió hasta la cara, se sentía mal. Su compañero alertó de lo sucedido, había que llamar al médico, Duncan tenía que venir ¡¡ya!! o aquella chica se nos moría allí mismo - ¿¡El bizcocho!? ¡¡JODER!! - lo tiré al suelo - ¡¡ostia puta!! - igual estaba envenenado, igual habían querido matarla añadiendo alguna toxina y yo se lo había dado, me culparían a mí. ¡¿Cómo podía haber hecho algo así Narel o Buck?! Maldita sea, había sido una estúpida por confiar en ellos. Eylo me mandó a buscar al médico y eso era lo que había que hacer, ir a buscarlo y traerlo lo más rápido posible o sino aquella chica se moría - Sí claro ¡¡VOY, VOY!!

- ¡¡PASO, ABRID PASO, Joder!! - salí dando tumbos, apartando a la gente y dando unas zancadas impresionantes. ¿Dónde cojones estaría Duke? Esperaba que estuviera en la enfermería y no hablando con Noor a saber en qué esquina del domo ahora que no se podía salir a correr al exterior. Así que fui directa a la enfermería, evitando chocarme con la gente que me encontraba en los pasillos - ¡¡cuidado, cuidado!! - la velocidad era lo mío, sin embargo me daba la sensación de que no corría lo suficiente por allí dentro, aunque también podía ser una sensación porque ya estaba casi en la enfermería.

Vi la puerta, en dos pasos, tres me ponía enfrente. Claro era la enfermería, y si estaba operando o haciendo alguna cura? Bueno, la pregunta me la planteé pero para cuando iba a responder ya mi mano estaba empujando la puerta. Entré, miré a todos los lados y a ninguno hasta que vi la bata blanca. Respiré aliviada porque reconocí a Duke - ¡¡HEY, te necesitan, es urgente!! - caminé hacia él, explicándole un poco más - la nueva, envenenada, se está muriendo... yo, yo... - yo era más de correr sentada, los vehículos adoptaban grandes velocidades, pero hacer los 50 metros obstáculos en pleno domo, casi me había generado hasta asma. Me costaba respirar y hablar al mismo tiempo, estaba super acelerada, tampoco las circunstancias eran para menos - se lo dí yo, Narel ¡¡MIERDA, JODER!! vamos, déjalo todo, ésto es urgente, necesitan al médico, ven... BARRACONES... YA!!!

Mes 2. Día 3. Hora 11.20 a.m. Enfermería

Sintió la caricia de las palabras tranquilizadoras de Frank en su oído y el roce de su mano en su espalda, lento pero delicado, pero suficiente para encenderla, más aún recordando el comentario de Sue de minutos antes. Se le erizó el vello y sintió la necesidad de alejarse de Sue para poder ser ella realmente sin temor a verse envuelta en una oleada de cariño desmedido que podría acabar en algún comentario demasiado bizarro para ella y un Frank que desconocía el carácter de su amiga.

Esquivó contestarle a Frank allí, simuló hacer su trabajo con el gotero de Sue y lo reclamó en el almacén cuando pudiera, retirándose a él con la necesidad de escuchar tras ella los pasos del capitán.

No tardó en hacerlo y se volvió hacia él, buscando su contacto tan rápido como él lo hizo. Sus manos en su cintura, como la atrajo hacia él lentamente pero con deseo, aquel primer beso del día, tan cálido y sentido como los de dos días antes la removieron de nuevo por dentro porque le confirmaban que lo que había sucedido bajo las estrellas seguía anidando en el corazón del médico.  Sus manos acariciaron los brazos del hombre lentamente, pasando a sus hombros y terminando en su nuca, donde sus dedos juguetearon con su pelo lentamente mientras sus labios se perdían en los de él. Cuando la respiración los obligó a separarse, solo dejaron entre ellos los milímetros necesarios para que el oxigeno pudiera entrar en los pulmones de ambos pero sus cuerpos permanecieron juntos como si una vez unidos no pudieran separarse.

-¿Delante de todos? Hubiera sido muy divertido, pero no hubieras venido. Tenías buena compañía y solo soy un recluta, un capitán no hubiera hecho eso-le dijo con picardía sintiendo los dedos del hombre recorrer su mejilla. Sonrió cuando recibió por sorpresa un beso en la nariz-Vale, vale, ya me rio… Solo tienes que pedírmelo. Pero ahí fuera no podía, no conoces a Sue. Si ella se da cuenta de algo, la noticia correrá como la pólvora en el Domo y, créeme, no será en plan creo que entre Daya y el Capitan hay algo… no, será algo así como... -se dio cuenta de que iba a decir una bordería estilo Sue. ¿Sería posible? ¡Esa chica era una mala influencia! Pero no pudo evitar pensarlo para ella.

Sería algo así como… Daya ya tiene quien la empotre y la haga gritar de placer, pero creo que no es suficientemente cachas para que grite todo lo que da de sí ella, tengo que hablar con un amigo de Ignis.

O algo así por el estilo.

-…algo más de su estilo.

Le acarició el pelo mientras lo miraba a los ojos-Gracias por intentar animarme antes. Te has dado cuenta de que algo me pasaba-le asintió lentamente, no quería tener secretos con él, así que no temió comentarle sus impresiones-No, no le gusto. Ya has visto como me ha hablado. En parte tiene razón, quizás no entiende qué hago yo aquí en la enfermería habiendo venido como piloto. Pero lo de lianta sobraba… es por algo que pasó el otro día con él y creo que se llevó una imagen equivocada de mi. Y lo de "O lo que sea"… ya lo has escuchado, no es muy agradable que te digan algo así. Soy piloto hasta que nadie diga lo contrario, seré lo que se estime oportuno que deba ser en el futuro. Piloto, enfermera, mecánico o limpiadora si es necesario, no me asusta nada, nada es más que otra cosa. ¿Capacidad de adaptación? Puede ser, no te lo niego, estoy abierta a lo que se necesite, no se me van a caer los anillos, de hecho no llevo, así que difícilmente se me van caer-dijo con una sonrisa-pero no se si me está tanteando o simplemente me tiene entre ceja y ceja, tengo la sensación de que espera cualquier equivocación mía para saltarme al cuello. Es el único mando del Domo 12 que conozco por ahora que me produce…  me intimida, mejor dicho. Se ha dado cuenta de que nos hemos mirado… por cierto, se ha reido y creo que se ha quedado con ganas de hacer algún comentario jocoso, pero la explosión de Duncan lo ha evitado.

Se acercó un poco, reduciendo las distancias, rozando levemente con sus labios los de él. Pero muy, muy sutilmente, jugando con las sensaciones, con la expectación. Sintió como su cuerpo respondía, quería almacenar todas aquellas sensaciones para cuando él no estuviera a su lado. Dos días, solo dos días. Y después, la incertidumbre. Finalmente dejó que surgiera un nuevo beso profundo y apasionado, antes de separarse y que él le comentase lo que había pasado durante la noche. Se retiró un poco para poder mirarlo bien y asimilar lo que acababa de decirle.

-¿Quieres decir que lo que ha pasado puede hacer que digan de disolver el Domo y enviarnos de vuelta a nuestros planetas como civiles de nuevo?-preguntó, no queriendo creer lo que estaba escuchando. Es algo que nunca se hubiera imaginado y pensar en aquella posibilidad la hacía que la habitación diera vueltas a su alrededor, por lo que se tuvo sostener en Frank-¿No podemos hacer nada a nuestro nivel? Estoy segura que sí. ¿Qué opinas con tu experiencia? Que suele mantener al Domo activo aún a pesar de cosas como las que han pasado aquí… No es culpa nuestra lo que ha pasado, ni la misión que le han asignado al Teniente, ni la decisión de traer a Quest a sustituir a Grey. Ella actuó bien, no podíamos volar con Icaro, nos hubiera matado a todos. Su fallo fue quizás no comentarlo, no pedir autorización, o quizás simplemente decir lo que pasaba y pedir más tiempo en pista en la Tierra hasta que él…-se calló un instante en el que miró a Frank con la duda en sus ojos. Suspiró- Dime que sabes lo que pasó y no tengo que explicarlo, porque formé parte de lo que sucedió y me siento un poco responsable de la actual situación de Grey. Teóricamente era muy factible que no estuviera aquí hoy, hubiera entendido que me enviaran de vuelta a Innum después de pilotar la Starliner sin formación previa y saltándome varios puntos del reglamento, igual que mi compañero. Dime que tenemos alguna posibilidad de que eso que me has dicho no ocurra, de que sigamos aquí...

El primer día ya había sentido el miedo a que la hicieran dar media vuelta y volver a casa. Ahora volvía a sentirlo de nuevo. Se daba cuenta de que no dependía solo de ella el seguir allí, no dependía solo de hacerlo lo mejor posible y aprobar todas las pruebas que dispusieran, había muchas más cosas a su alrededor, cosas que desconocía que jugaban con su futuro, más y mejor que ella misma.

-Ojalá no tengas que hacerlo… Pero si llegado el caso sucediera… te agradecería la oportunidad de seguir de alguna forma, en cualquier Domo. Si tengo que volver a casa, que sea por que no merezco estar aquí, no por cosas que están fuera de mi alcance.

El robó otro beso de sus labios, al que Daya respondió con pasión, agradeciéndole la distracción. Acarició su nuca lentamente con la yema de sus dedos mientras le daba las novedades de Lizza que ella había pedido.

-Eso honra al Teniente, me sorprende, no lo imaginaba así aunque es cierto que no lo conozco apenas. Solo diecisiete años y solo y sabiendo la suerte que ha corrido su hermana. Tiene que estar bastante mal, pobre muchacho. En la academia estará bien, pero no la tendrá cerca…-se hacía una idea de cómo podría sentirse el muchacho, aun a pesar de la deferencia que había tenido con él el Teniente-Me alegra saber que podremos saber de ella, a mucha gente le tranquilizará conocer su estado y los avances que vaya haciendo con el tiempo. Ya me dirás como puedo preguntar por ella y que alguien me conteste aunque no sea familia.

Sin dejar de estar abrazados y juntos, Frank le preguntó por Billy. Le sorprendió que él supiera que sentía algo especial por el recluta, no pensaba que fuera tan evidente de cara a una persona que llevaba solamente horas junto a ellos.

-Sí, es muy importante para mi. Digamos que él me ha adoptado como hermana mayor y yo a él como hermano pequeño-escrutó los ojos del capitán para ver como se tomaba aquella información-Ahora mismo me siento culpable por no poder estar a su lado, sé que me necesita, pero no voy a poner en una situación incómoda a la persona que lo está custodiando. Ya tendré mi guardia junto a él y podremos hablar…-Suspiró y se abrazó a Frank, apoyando su frente en su pecho-El y su padre no tienen la relación normal que pueden tener un padre y un hijo. Su padre vive para la Space Force y nunca se ha dado cuenta de que un niño pequeño sin madre necesitaba algo más que militares y reglas a su alrededor, necesitaba cariño y una familia unida. No se si él va a ser la ayuda que William necesita ahora…exactamente. Su hermano sí, necesita hablar con él, le hubiera venido bien tenerlo a su lado en el hangar pero entiendo que quizás es más inteligente que se tranquilice-se detuvo un momento y suspiró-Quizás no debería contarte todo esto… pero quiero que entiendas porque es importante para mi. Porque hemos congeniado bien, porque necesita una hermana mayor que cuide de él y…me necesita.

Cerró los ojos, pensando bien que contestar a continuación. Elevó su rostro y dirigió sus labios al cuello de Frank, besándolo lentamente allí, en su piel suave y templada, mientras organizaba las pocas ideas que tenía de lo que había ocurrido.

-Presuntamente Kurik violó a Lizza o, por lo menos lo intentó, no lo sé bien. Yo no sabía nada hasta que hace un par de días todo se aireó en el comedor, pero medio Domo ya lo sabía. Desde que llegue y vi como era Kurik, no es que lo evitase, pero no lo buscaba, no es el tipo de persona que me atrajera tener a mi lado y con Lizza me ha pasado algo similar, no hemos coincidido casi nada, apenas un par de frases. Es imposible coincidir con todos en tan poco tiempo más cuando hemos estado casi encerrados en los hangares intentando poner a punto las Eagles. Todo me pillo por sorpresa…-iba haciendo repaso desde sus primeros dias en el Domo para intentar ser objetiva, todo lo objetiva que pudiera-Después, cuando lo supe, cogí la noticia con prudencia. Me gusta escuchar las dos versiones de una historia para poder adoptar una postura justa pero, en esta ocasión, no hice por hablar con ninguno de los dos. Decisión no tomada… decisión de la que me arrepentiré siempre-le comentó, haciendo referencia a sus anteriores conversaciones en el exterior del Domo-El grupo de gente con el que Lizza habló, los que sabían por ella qué había pasado, quisieron ayudarla. William estaba entre ellos, la quería con locura y quería ayudarla, se sentía en la obligación y no entendía que los mandos no quisieran ayudarla, que Kurik siguiera aquí en el Domo sin que le pasara nada, absolutamente nada. Durante el ataque de los skullreps yo no vi lo que sucedió. Fui a disparar a uno pero es la primera vez que cogía un arma y se me cayó en el primer disparo… -dijo con vergüenza, aunque sabiendo que no podía hacer mucho más- De hecho… mira… -se separó de él y se apartó un poco la camiseta del uniforme dejándole ver donde el rifle le había golpeado el hombro en su retroceso y que ahora marcaba su piel con un amplio cardenal de un todo morado oscuro que seguiría creciendo en los próximos días.

-Cuando todo pasó lo busqué. Sabía que igual que yo había pasado miedo, él también. Para mi ha sido el segundo ataque skullrep que he vivido, pero intuí que para él sería el primero… lo vi abrazado a alguien en el suelo, me acerqué intentando ver si estaba herido, hacerle saber que estaba junto a él. Se abrazó a mi como si le fuera la vida en ello y entonces fue cuando vi a quien estaba abrazado en el suelo. Era Lizza. Y sus heridas no eran de skullrep, eran de un arma, de una de las nuestras. Entonces llegó Quest y… solo recuerdo el cañon de su arma dirigida a William y a mi al estar abrazados, ver venir a su hermano corriendo y como era detenido por el Teniente y llevado a rastras al Starliner… Duncan llamándome para que lo ayudara… y todo se aceleró a partir de ese momento. Mientras que atendíamos a los heridos, mientras que los subíamos a las camillas, comencé a escuchar comentarios. Entre todos fui construyendo lo que había pasado. Lizza parecía haber disparado a Kurik, Kurik devolvió el disparo. William vio como él disparaba a Lizza y no pudo permitir que le hiciera más daño y le disparó a su vez, con tan mala suerte que ya vistes las heridas. Si hubiera fallado o hubiera dado en otro sitio… -Daya cogió aire lentamente, negando a la misma vez-No puedo ayudar mucho más, no vi nada… Si me piden que testifique en el juicio, no puedo decir nada realmente porque no puedo dar por válidos los comentarios de los demás, solo puedo hablar por lo que vi y eso es nada.  Solo sé que William no quería que Lizza sufriera más y que no quería a Kurik. De hecho, William me advirtió sobre él. No quería que yo me quedara a solas con él de ninguna de las maneras, temía que pudiera sucederme lo mismo que a ella. Yo muchas veces me había planteado si sería capaz de salir, no se, de salir al exterior en una expedición de supervivencia con él… se me hacía muy difícil verme en esa tesitura, siempre veía que él me consideraba un estorbo y me dejaba atrás o no sé, cualquier otra cosa. Desde que estamos aquí, Kurik siempre ha destacado. Por su carácter, por sus gustos…disfrutaba haciendo daño, pegando, insultando. Sus miradas helaban la sangre. Mientras que estábamos en la enfermería el día que nos conocimos, en el gimnasio se estuvo enfrentando a varios reclutas. A Einar, el otro piloto, lo dejó inconsciente por ejemplo. Se creía el mejor golpeando, lo era de hecho, no tenía rival, lo sabía y lo usaba… Yo tenía claro que en el momento en el que yo me atravesara en su camino por una razón u otra mi vida en el Domo cambiaría. La suerte es que eso nunca pasó. Me despedí de él esta mañana en el transporte antes de que se los llevaran porque ha sido un compañero más pero creo que estaremos mucho mejor sin él aquí. No puedo confirmar que agrediera o no a Lizza, porque no lo sé, no hablé con ella, solo sé lo que se dice… pero no era alguien sicológicamente estable. No creo que fuera a ser un buen Soldado Espacial. Sería el mejor luchando y disparando, pero si tienes aterrorizados a tus propios compañeros no tiene sentido nada más. Yo creo que lo que ha pasado aquí hubiera pasado tarde o temprano. No era estable, no podía terminar bien, más con un arma en la mano. Pero no puedo juzgar, es todo demasiado subjetivo. Solo quiero que esta ola de despropósitos pare y que no pague más gente. William se merece seguir aquí, lo único que ha intentado ha sido proteger a una compañera, pero ha tenido la mala suerte de que tuvo suerte con su disparo. Pondría la mano en el fuego porque él no quería matarlo, solo hacerlo desistir de su ataque hacia Lizza… pero dio de lleno… -cerró los ojos recordando la imagen de la herida de Kurik, los daños internos que tenía que haber provocado-Quiero ayudarlo, Frank, merece seguir aquí, créeme que lo merece. Ha hecho cosas pensando en el grupo que no cualquiera hubiera hecho. Sería un buen Soldado Espacial y debe tener su oportunidad. Intento pensar como poder ayudarlo ahora, en el juicio, pero solo soy un recluta y no se hasta donde puedo hacer o llegar… ni tan siquiera tengo claro por donde empezar...

Miró a los ojos azules que no habían perdido detalle de ella desde que se habían acercado. Sabía que no los vería de nuevo reflejar las estrellas aquella noche, sabía lo pequeño que era el Domo, pero necesitaba aprovechar cada segundo que tuvieran disponible-Tenemos prohibido salir fuera, pero luego me gustaría verte...

Mes 2. Día 3. Hora 18.00 p.m. Barracones

Después de la conversación algo subida de tono con Daya y Eylo había pedido que lo dejaran tranquilo, un poco de calma antes de la siguiente toma de medicamentos. Cuando Duke necesitaba evadir la cabeza hacía cosas rutinarias, inventarios, pruebas de sangre, cosas que no necesitaran mucha concentración pero que le mantuvieran la cabeza ocupada. Empezó por las vendas, contando las cajas y luego las unidades, una a una, cuando llevaba ya cerca de 500 o 600 se detuvo y suspiró. Por qué estaba tan furioso? Era solo por lo de las muertes  o el beso, para ser más exacto los besos de Jim con Vera tenían algo que ver? No la había vuelto a ver desde la batalla o poco después de la batalla, aunque él había estado ocupado y ella, bueno, era un poco espíritu libre así que seguro que habría estado ocupada también a su manera. Era un imbécil, un imbécil, hasta una niña de 22 tenía más luces que él.... suspiró y siguió contando vendas cuando los pasos de alguien corriendo resonaron en el umbral de la enfermería, alguien que gritaba.

Se quedó mirándola y suspiró. Ahora no era un buen momento para alguna de las locuras de Jim. No estaba preparado para subir en el coche y ponerse a dos ruedas, explorar o a dibujar en la arena, tampoco era buena idea hacer lo que hacían en la parte atrás de un vehículo, uno especial. Empezó a negar y le escribió

- Jim, tengo trabajo, no estoy para bromas.... - Pero parecía angustiada de verdad, y hablaba de nuevas, y que alguien se estaba muriendo, aun se quedó mirándola por si era alguna de sus bromas y chasqueó la lengua mientras la escuchaba y empezaba a meter material en una bolsa de forma poco cuidadosa. Antídotos, un torniquete por si podía ralentizar el veneno, pero entonces habló de Narel. Alzó una ceja. Narel? Narel había envenenado a alguien? Como no fuera con una de sus comidas.... Aquello le dio una idea, una intuición. Jim era una persona imaginativa, así que igual y solo igual no estaban envenenando a nadie, y no había nadie nuevo, pero por si acaso, cogió lo más probable: El desfibrilador portátil, adrenalina, el estetoscopio, algo para bombear oxígeno, una sonda gástrica, jeringuillas, antibiótico...

Asintió y salió corriendo a toda velocidad en dirección a los barracones. La verdad es que se notaba el entrenamiento con Noor, y esa distancia la recorrió en apenas unos segundos y llegó sin jadear, como si fuera un mero estiramiento, no comparable con la tortura que le infundía el cachorro. Entró en los barracones y empezó a mirar y entonces los vio, a los tres, destacaban como un faro en la noche. No sabía quien coño era ni que hacían allí, pero si se quedaban quería su sangre, ya. Se acercó a la que parecía ser la enferma y se arrodilló para mirarla a los ojos. Parecía estar pálida, respiraba, pero parecía mareada. Duncan empezó a escribir rápidamente

- Alérgica? Donde te duele? Te ha picado algo? Por cierto, después de esto los tres nuevos si os vais a quedar os venís a la enfermería, reconocimiento médico obligatorio.

Empezó a sacar material esperando haber llevado lo que necesitaba. Era el mal del médico, siempre necesitabas justo lo que no habías llevado.

Observaba a Grey. Le agradecía profundamente esas palabras, sin embargo aunque quería creerle, pensaba que sólo por haber confiado en ella, ella se arriesgaría y mentiría por él. En realidad confiaba en que si conseguía ese apoyo, saberse inocente realmente, en lo más hondo de su alma, le ayudaría a realizar el papel que debería hacer en caso de finalmente considerarse inocente. - Te lo agradezco. De verdad - Ojalá pudiera asumirlo tan fácilmente, pero en realidad necesitaba tener la certeza de que había hecho lo correcto... y desgraciadamente esa certeza no podía venir de él y tampoco de ella, pues entendía las labores que había llevado a cabo Dunne o al menos creía entenderlas, pero para él, a pesar de ser Kurik, todavía era algo que pesaba... arrebatar una vida, por cruel y vil que fuera, no dejaba de ser un peso que sentía en ese momento y creía que era más importante quitarse ese peso que librarse del castigo. 

Grey sacó a su hermano a colación... oohhh bien jugado... - ¿Cómo está? ¿Sabe lo que ha pasado? ¿Sabe... el por qué? - Eso si que era importante... su hermano... al final si que iba a ser cierto que Billy no era más que un problema y una carga como bien decía su padre. 

Los comentarios de la última conversación que habían tenido al respecto de Kurik recibieron un asentimiento de cabeza por parte de William - Lo sé... te puedo asegurar que jamás quise que este fuera el desenlace... y no hablo del juicio que pesa sobre mi - agradeció nada más que con un gesto la intención de conseguir que Steven pudiera hablar con él - Dile que le he echado de menos y que no haga ninguna estupidez por favor... y gracias, a él y a ti... - respondió al contacto del antebrazo con el mismo gesto. Estaba claro que Grey no era de abrazar y que tampoco era el momento... 

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Era una de esas clases que no me podía perder, nada que ver con legislación, la de primeros auxilios era algo práctico. Así que acudí con la suficiente antelación a reservar sitio, además como buena alumna fui con una libreta y un lápiz para dibujar tomar notas. Atrás había un asiento espectacular para echarse una siesta, justo detrás de una columna. Estuve tentada a escoger en el centro, pero ésta vez quería pasar desapercibida, así que, escogí una esquina atrás. Con tan mala suerte que me tocó de vecino el esqueleto, podría haber sido peor, estaba René en las cercanías.

El aula improvisada se fue llenando de gente, por suerte apareció Vera y tras hacerle señas se vino a sentar a mi lado. El chico nuevo estaba sentado solo y tentada estuve a sentarme a su lado, pero había visto a mi amiga y no era plan de dejarla sola.

Duncan estaba un tanto raro, no había hablado desde antes del combate y quizás estaba enfadado por eso o era otra cosa, lo cierto es que empleaba unas palabras que explicitaban bastante que estaba de malas pulgas - pues no sé porqué, habrá tenido un mal día - además estaba de un intolerante, avisando de que si se hablaba expulsaría a la gente. Hice un gesto de desagrado pero acepté los requisitos - mutis totalis.

Y empezó la clase con preguntas, aquello de los números me sonaba a chino, nunca lo había visto y eso que yo había hecho cursos de primeros auxilios ya, pero ni idea. Cuando dio opción a contestar, levanté la mano probando suerte - ¿eso es del desfibrilador? - igual eran los pasos que había que seguir, tres toques, cinco segundos y volver otra vez, pero no.

La explicación que dio fue super interesante, aunque rápidamente me vinieron casos de gente que había superado esos números - pues yo conozco... Perdón - se me había pasado que no dejaba hablar fuera de cuando él permitía las preguntas. Empezó a explicar que sí, había gente que podía superar esos plazos pero que aún así, las circunstancias eran de peligro de muerte.

Apunté la explicación en el cuaderno, lo intenté. Hablaba demasiado rápido y al final sólo me dio tiempo a hacer un esquema. Hacía tiempo que no escribía a mano y me costó al principio volver a hacerlo bien, sí que me salió mejor el dibujo de la clase, el esqueleto había quedado muy realista, prueba de ello fue la sonrisa que le saqué a Vera.

Las diapositivas era como estar en el cine, me relajé un montón sentándome más cómodamente. Atendía tanto a las explicaciones de Duke como a los cuchicheos que se producían. Jim siempre con la antena puesta, nada escapaba a mi rádar cotillil.

El médico apuntó a que habría también clase de supervivencia - vaya no lo sabía, sí? Genial - al principio creí que se me iban a atragantar las clases, legislación había sido un plomo de los gordos, pero veía que en primeros auxilios la cosa estaba entretenida, y si encima habría clase de supervivencia, aquello iba a estar interesantísimo. 

Ahora Duke pedía un voluntario y ya avisaba que iba a mancharse - sangre, sangre - igual le cortaba para enseñarnos algo, aunque tampoco esperaba que utilizase la sierra, quizás el bisturí con un corte controlado - ahora es cuando el médico pierde la cabeza y empieza a rajar a la gente.

Estaba expectante a ver qué nos enseñaba ahora y qué le pasaba a Daya. Recordaba la primera vez que había visto a Duncan en la oficina de selección, con aquella bata ensangrentada como si hubiera matado a un cerdo.

Mes 2. Día 4. Hora 10:00 a.m. Enfermería (continuación)

—Dónde está el puto médico —se le había escapado en voz baja mientras su mente volaba a los recuerdos de dos días atrás, obnubilado.

Entonces, vio por el rabillo del ojo algo que se le aproximaba: la garra de un skullrep. ¿Un skullrep? ¿Allí? Se sobresaltó en el asiento. Miró asustado. Era una mano, no era un skullrep. Se tranquilizó. La mano de Dunne Grey, que se movía mientras le preguntaba si estaba bien. René se quedó mirando un rato a la exsargento, todavía desconcertado. No le respondió, sólo puso cara de extrañeza.

Miró a su alrededor, prestando de pronto algo más de atención a lo que le rodeaba. Vio que la gente parecía estar colocándose en parejas por alguna razón. Suspiró. Vio a una de las chicas nuevas, la jovencita Kawalski, tomando apuntes con diligencia, mientras el chico nuevo, Demarco, hacía comentarios por lo bajo; parecía estar contento. Después vio que varios levantaban las manos, vaya usted a saber por qué, chicos aplicados, de los que disfrutaban en el colegio. Vio a Brinstom desesperado por ser elegido para algo.

Miró a su lado y vio a Benedict sentado junto a él. Lo miró con curiosidad. Aquel chico era un absoluto desconocido para él, como tantos otros; sólo había tenido una mínima interacción con él cuando había defendido tímidamente a Lizza Jacobs, aquel día que ella había hablado de lo que Kurik le hizo. Parecía un buen tipo. Aunque René estaba agotado y le era imposible concentrarse en nada de lo que estaba diciendo el médico, hizo un esfuerzo para hablar con Benedict:

—Ey —le dijo saludándolo con la cabeza—. ¿Por qué se ponen en parejas? No me he enterado. ¿Qué hay que hacer?

Esta última pregunta, sin embargo, le salió más con cansancio y fastidio por el hecho de tener que hacer algo, antes que con curiosidad.

William había llegado al aula y se sentó en una mesa observando el cielo. Ojalá fuera de noche para poder observar cuantas estrellas había en la lejanía, en un universo que decían... era infinito. Y justo, había tenido que venir a parar aquí. Desde luego no era muy creyente, pero si existía un dios, su sentido del humor era raro de cojones. ¿Qué podía hacer? Ni siquiera tenía claro lo que pasaría dentro de una semana, si seguiría vivo... y aquí estaba con todo su mundo dando vueltas sin cesar. 

Mes 2. Día 3. Hora 21:00 p.m. Comedor

En la cena, Thompson no dejaba de mirar hacía los tres nuevos que estaban sentados con Daya, con gran curiosidad, como si intentara comunicarse de manera telepática... pero había demasiado que quería decir y ni siquiera sabía si sería capaz. Eylo, estaba bastante enfadado, o al menos eso parecía. Billy había intentado pasar desapercibido todo lo posible hasta el juicio, pensaba que sería mejor para todos. Ya había notado que Anne tenía algo en mente para con él y lo último que quería era arrastrar a nadie a aquello o provocarla más de la cuenta. A fin de cuentas, tenía derecho a estar enfadada con él, eso no podía negárselo. 

El discurso de Eylo, era acertado, aunque a fin de cuentas, era lo que William trataba de decir sin mucho éxito desde el primer día. La única pena, es que ahora mismo ya había muchas cuentas pendientes y podía resultar muy complicado alcanzar una situación de paz y concordia en el Domo. El rostro de Billy al momento de ser señalado era un poema, el rostro se tornaba de color rojo al tiempo que desviaba ligeramente la mirada durante un momento hacía la zona de los nuevos reclutas. Querría haber tenido la capacidad de desaparecer en ese momento. ¿Artículo 100? Así fue como sospechó que posiblemente Yilmaz también sospechara de las intenciones de Anne y por eso quería hacer referencia a ese artículo, aunque por desgracia Durrel había suspendido legislación y estaba prácticamente convencido que no tenía ni idea de lo que le estaba hablando. 

Decidido a que la cena acabara cuanto antes, Thompson pasó a agachar la cabeza y empezar a comer a toda prisa, tratando de salir de allí lo antes posible, en busca de un boli y un papel. 

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Había llegado muy justo de tiempo a la clase de la enfermería ya que tenía muy claro donde se quería sentar y como ese sitio no dependía de la localización, si no de donde se sentara cada uno, era mejor llegar con el tiempo justo, para que Milena ya se hubiera sentado pero no le quitaran un sitio adecuado. Se percató de que los sitios contiguos estaban cogidos por sus dos compañeros que la flanqueaban tratando de protegerla así que optó por sentarse detrás. Con bastante timidez se acercó para pedirle un bolígrafo - pe... perdona, me dejas un bolígrafo - para devolvérselo poco después al haber terminado de hacer alguna anotación rápida. Escuchaba la lección de Duncan de fondo, aunque entendía cuan importante era todo esto, tenía la mente demasiado atribulada como para prestar la atención necesaria. En el momento de organizar parejas se levantó para buscar con la mirada a Daya o a Narel, aunque después lo pensó mejor... hasta saber que iba a ocurrir en el juicio, casi era mejor no relacionarse demasiado con nadie, al menos de manera abierta, pues quien sabe que consecuencias podría tener. Se ofreció como compañero de Elon extendiendo las manos lo poco que podía con las esposas y abriendo los ojos dejando que fuera el chico quien tomara la iniciativa. 

Había escuchado preocupado los comentarios al respecto de que se había sentido indispuesta. Lo anotó mentalmente para tratar de saber que es lo que había pasado. Luego pidió voluntarios, lo cual hubiera sido un poco ridículo para William estando esposado, pero le hizo gracia la actitud de Carl. De todos modos Thompson estaba algo distraído entre la elucubración de lo que pudiera pasarle en breve así como observando el pelo de quien tenía delante. Aún así levantó la mano, ofreciéndose, más por apoyo a la clase que por que corriera el riesgo de que le eligieran. 

Para Elentari:

  Sé que no es el mejor momento, no sé que pasará conmigo en unos días cuando me juzguen... pero hay ciertas cosas que quiero que sepas. Hace meses que no he podido enviarte ninguna carta, pues mi padre lo descubrió y puso todo de su parte para impedir que pudiera enviar nada fuera de la casa. He vivido prácticamente recluido y las veces que podía escaparme me ha sido imposible contactar contigo. 

  Te he echado mucho de menos.

  Quiero asegurarte que no soy mala persona a pesar del juicio. Me gustaría que pudiéramos hablar a solas antes de subir al Pec. Si puedes y quieres. 

 

Suli

 

Mes 2. Día 3. Hora 18. Barracones

La seca respuesta que recibió por parte de René la dejó un instante en suspenso. Quizás René había estado solamente delirando en la enfermería con cosas de su pasado que ya había dejado atrás, que ya no existían o que nunca habían existido salvo en su mente confusa con el estrés y los sedantes que le había administrado Duncan. Pero no era posible que todo aquello fuera un invento. El sentimiento de las palabras de René, su mirada, todo eso le había hablado de que su corazón estaba en Natgrew, aún, en el presente. Pero allí lo tenía, delante de ella, negando que tuviera lazos ya con su planeta origen.

-Te admiro si no tienes miedo a la muerte...-le dijo quedamente, con verdadera admiración, sin ninguna intención de agradar, solo comentando lo que ella sentía-Yo preferiría que nadie hubiera muerto, nadie, pero no elegimos el orden en el que suceden ciertas cosas... -se lo quedó mirando fijamente, con su oscura mirada evaluándolo en silencio, evaluando lo que empezaba a gestarse en su propio interior-Te equivocas, René. Y cuando entiendas eso, quizás todo vaya a mejor, empezando por lo que sea que ocurra aquí-le dijo poniéndole una mano sobre su pecho un instante, para después pasarla a su cabeza. Un toque leve y casi inapreciable-y después aquí. ¿Sabes por qué te equivocas? Dices que nadie está sufriendo por tí... ¿No has escuchado a Alvin? ¿No sientes a Narel sujetándote la mano? ¿No ves a Becky?-su tono de voz subió de escala, nombró a sus tres compañeros, pero evitó nombrarse a ella porque sabía que ella no era importante para René, pero eso no quitaba que él no fuera importante para ella. Por que era uno más y así lo consideraba ella, aunque no hubiera tenido demasiado contacto con él, aunque no fuera de su grupo cercano. Era de su Domo y eso lo hacía parte importante del equipo. Pero él no lo veía-Les estás haciendo sufrir tú, ellos no quieren verte así-le espetó fríamente, intentando hacerlo ver la realidad.

-Quizás creas que tus palabras son verdad, quizás quieres obligarte a pensar eso por alguna razón. Pero yo no creo que sea así, nadie abandona su hogar sin dejar nada atrás-no quería decir nada exacto de lo escuchado. Aún tenía muy presente la petición de René de que ella olvidara. Pero, ¿como olvidar esa mirada anhelante, esas palabras llenas de cariño y amor?-El corazón no olvida...

¿El qué? ¿Qué es lo que pasa?

Daya pensaba que nunca lo preguntaría. Sabía que había cosas que él desconocía y que necesitaba saber cuanto antes.

Miró a Alvin, pidiéndole soporte con la mirada por si René lo necesitaba en cualquier momento. Intuía la amistad que los unía, esa relación que nacía de la pertenencia a un mismo planeta, unas mismas costumbres, una misma cultura-Tenemos dos heridos graves en la enfermería, ya las has visto. Sue que se va a recuperar rápido y a quien le encantan las cicatrices que va a lucir a partir de ahora-comentó con una sonrisa recordando la conversación con ella- y Keira que está peor pero saldrá de esta. Ambas heridas por skullreps… -cogió aire, dispuesta a contarle a René todo lo que había pasado y estaba provocando ciertas reacciones en muchos de los reclutas-A partir de aquí voy a contar lo que sé, objetivamente, porque no vi directamente nada de lo ocurrido, quizás vosotros vierais más…-miró a todos los presentes, Alvin, Narel, Becky-… y podáis completar lo que voy a contarle a René. Lizza se ha llevado un disparo en la cabeza. Esta muy grave. Ayer Duncan y al Capitán del Domo 15 la operaron, pero el pronóstico es grave y parece que tendrá muy complicado llevar una vida normal a partir de ahora. Por eso la han trasladado esta mañana en la nave, para que un especialista en neurología la pueda tratar. El disparo que le impactó parece ser que fue de Kurik. Digo parecer ser, porque yo no lo vi disparar-dejó unos momentos para que René procesara aquella parte antes de proseguir-Ya sabes que Kurik cayó también en el combate, pero no por el ataque de ningún skullrep… cayó por otro disparo de los nuestros. Parecer ser que fue William quien disparó, por eso está detenido, esposado y bajo vigilancia. Va a ser sometido a juicio por ese disparo y las perspectivas para él tampoco son buenas…

Miró a los presentes con la duda en la mirada-Yo no vi que nadie disparara a nadie, estaba bloqueada por el ataque, me impactó ver como Keira era atacada por ese skullrep... -negó lentamente-He escuchado comentarios sueltos, de unos y de otros mientras ayudaba a los heridos en el hangar… lo que se dice es que Lizza disparó a Kurik y él le devolvió el disparo, William lo vio disparar contra Lizza y disparó a su vez a contra él, dándole de lleno. ¿Los demás visteis algo de lo que sucedió?  ¿Fue así? ¿Sabéis de alguien que lo viera todo? Estoy preocupada por William, él no se merece lo que le va a pasar si lo consideran culpable en el juicio… sé que si él fue el que disparó a Kurik es por una buena razón y nunca lo haría con el ánimo de matar, solo querría detener el ataque, llevar la atención sobre él, pero nunca matar a nadie, no, no lo creo, él no es así. 

Miró expectante a los presentes. ¿Alguno podía aportar más información a lo sucedido?

Mes 2. Día 4. Hora 10:00 a.m. Enfermería

El aparente cascarón en el que se había convertido el piloto se desplazaba por el domo como una suerte de alma en pena. Pero un alma muy disciplinada puesto que pese a su actitud carente de emoción seguía cumpliendo con todos y cada unio de los protocolos y exigencias del recluta con tanta pulcritud como le era posible.

Cierto era que se había podido notar un pequeño cambio en su actitiud. Leve pero manifiesto a lo poco que uno se fijase en él. Sus ojos ya no parecían irremediablemente enrojecidos y en su rostro las escasas sonrisas que se dibujaban, principalmente por cortesía, ya no parecían tan sumamnete falsas. Pero de ahí a poder decir que emnpezaba a estar bien había todo un mundo de distancia.

En sus rutinas se había añadido o más bien ampliado el hábito acadmémico, puesto que pasaba más horas que antes en la biblioteca y siempre que lo hacía era para leer y estudiar manuales de legislación aplicada o publicaciones similares.

Por otro lado, parecía haber sido "adoptado" hasta cierto punto por Yum Ziam, a la que mostraba absoluta docilidad y obediencia ante sus preocupadas atenciones, aparentemente para tratar de preocuparla lo menos posible. Fue por eso que entró a la enfermería siguiendo a su compañera, la cual le había ido a buscar hasta la biblioteca para que ambos fuesen hasta la clase de medicina práctica. El piloto se adentró en el aula con la mirada gacha, si bien la levantó al notar un suave tirón de la mecánico.

Al levantar la mirada se cruzó con la de Daya, dibujándose una incómoda sonrisa en sus labios. Su mirada parecía estar disculpándose con ella. Con ella y con cualquiera que cruzase mirada con el abatido piloto. Con cualquiera excepto con William. Al ver entrar al recluta esposado, una chispa de determinación pareció instalarse en aquellos ojos azules y fríos, provocando a su vez que los labios se aplanasen y la mandíbula se apretase. Algo le rondaba por la cabeza y ese algo parecía implicar aThompson de algún modo.

Aquel pequeño empujón anímico se vió multiplicado al contemplar la actitud de aquel nuevo recluta respectoa  Duncan. Una actitud marcial, respetuosa... acorde al código. No pudo evitar que su cabeza asintiese de forma inconsciente, como aprobando sin reservas aquella forma de dirigirse hacia Duncan.

Mes 2. Día 3. Hora 21:00 p.m. Comedor

Los tres recién llegados habían aceptado su invitación a sentarse con ella y sus compañeros. Los había ido a buscar al barracón minutos antes de la cena y los había llevado al comedor, sabiendo que, después de la bienvenida que les habían dado, necesitaban sentirse un poco arropados por alguien.

Les explicó un poco de cada uno de los miembros del Domo. Nombre, a que solían dedicarse, cosas superficiales de dominio público para que ellos se fueran situando en quien era quien. Les indicó cómo se sentaban siempre para comer, grupos hechos por afinidades que se habían ido puliendo durante aquellos dos meses en el domo. También les introdujo el nombre de los mandos según fueron llegando a la sala y sentándose para la cena. Les habló también de Gleason, que no estaba presente esa noche, de su carácter y de sus menús tan queridos por todos.

-¿Tenéis alguien como ella en vuestro Domo? Bueno, sobre todo los menús sorprenden. Entendemos que tengan alguna finalidad formativa pero es complicado encontrársela cuando pareces tener una losa de cemento en el estómago...

Y, solo si ellos preguntaban directamente por lo sucedido durante el ataque de los skullreps, ella hablaría de lo sucedido.

En un momento de la cena, Eylo se levantó y les habló a todos. Daya escuchó en silencio y atenta cómo siempre, pero sin evitar observar las reacciones de los recién llegados. El discurso de Eylo tenía sentido para todos ellos pero entendía que para los nuevos sonara un poco diferente a lo que esperaban oir, a lo que quizás estaban acostumbrados a oir. No habían ido a parar al mejor Domo, de eso estaba segura, pero tampoco quería que pidieran el cambio al día siguiente de llegar, quería que se pudieran integrar bien. Quizás eran el soplo de aire fresco que necesitaban, alguien de fuera que había visto otras formas de proceder, de actuar, de enseñar durante esos dos meses de formación y que pudiera servirles a ellos a orientarse.

-Lo está intentando de verás, pero nos está costando trabajar en la misma dirección, todos unidos. Es un buen líder de Domo, lo iréis conociendo. Entiendo que tengáis preguntas, puedo intentar responder a lo que necesitéis. Preguntad sin miedo-les pidió con una sonrisa, sabiendo que podía ser complicado preguntar sin confianza por temas que ellos podían considerar privados de ese Domo. Pero Daya sabía que si se querían integrar, tenían que conocerlos poco a poco. En dos meses habían pasado muchas cosas y ellos tenían que pisar el acelerador para ponerse a la altura aunque, realmente, parecia que ellos estaban muy por encima de todo el Domo 12.

Cuando Eylo comentó la idea de hacer escuadras pensó en ello. Era una buena idea, tenía sus riesgos, pero podría resultar. Pero para hacerlo bien tenía que ser atrevido. Tendría que dividir grupos y mezclarlos y esperar que funcionara, que todos fueran responsables. Y estaba segura de que, dependiendo de lo que él hiciera, algunas de esas escuadras tuvieran más o menos problemas para trabajar unidas. Más de una persona, si no todas, se iban a ver arrastradas fuera de su zona de confort o, al menos, es lo que Daya esperaba de esa reorganización.

No pudo dejar de mirar a William cuando Eylo habló de él. No le había pasado desapercibida la atención que el muchacho estaba dando aquella noche a su mesa, quizás provocada por la aparición de los nuevos en ella. Era extraño verlo allí, aparte, esposado, señalado por todos. ¿Era necesario? ¿Qué pensaban los mandos que podía hacer para tener que tratarlo así? No tenía sentido que fuera a hacer nada, era más un acto de formación y entrenamiento para todos, para que vieran que sucedía y qué podían esperar tras ciertos actos. Pero eso no quitaba que se sintiera mal por ver a William en aquella situación y, tras escuchar a Eylo, fue peor. Se le quitaron las ganas de seguir comiendo la magnífica cena que habían preparado sus compañeros, así que la dejó aparte e intentó no pensar en las razones que había tenido el líder para tomar aquellas decisiones, intuyendo cuales eran.

Devolvió su atención a sus tres invitados.

-¿Os puedo preguntar porque estáis aquí? Es decir, ¿pidieron voluntarios en vuestro Domo para venir a este, os obligaron a venir? Os veo tan unidos que no creo que la selección fuera a dedo por algún mando de forma casual. O quizás justo por eso os pidieran venir aquí… -hizo una señal al comedor, en general-Visto lo que habéis visto, entiendo que sea así. Cualquier aliciente que veamos del exterior nos puede servir y venir bien. No hay tantas diferencias como parece, realmente. Pero las que hay, hacen mucho daño, es cierto, no os lo puedo negar.

Mes 2. Día 4. Hora 10:00 a.m. Enfermería

Eylo estaba sentado mientras observaba al resto de sus compañeros, que Grey se hubiera puesto un tanto apartado le permitió gozar de una visión más amplia de quienes estaban ahí. Cuando los tres recién llegados se cuadraron tuvo un deja vu inmediato, reconocía esa disciplina espartana tan bien que miró hacia donde estaba Duncan y no le veía a él, suspiró un poco. Una nueva lección aprendida, otra que debía aprender o, en esta ocasión, recordar.

—Ahora no, Dunne.. —le pidió asertivo, aunque sí, estaba deseando echar un polvo con el que descargar toda la tensión acumulada, Eylo se mantuvo firme, no sin dirigirle una sutil mirada a Dunne de que, ni de lejos, la rechazaba —. Las cosas en el Domo están.. tensas.. no quiero que te usen para justificar sus mierdas.

Recordó la charla que tuvo en el gimnasio el día anterior, como los combatientes le echaron en cara que él no sería igual de firme con ella o con las personas a las que apreciaba como con las que no. No, no se trataba de ser firme o no, a juicio de Eylo podía ser flexible con todos los suyos, incluso los combatientes, siempre que la ocasión lo fuera. Pero esa flexibilidad se iba agrietando poco a poco en las últimas horas.

Atendió a las explicaciones de Duncan con la mirada seria, pero comentaba algunas cosas con Grey por lo bajo. No aparentaba ser una charla acaramelada como pudo haber empezado.

Mes 2. Día 4. Hora 10:00 a.m. Enfermería

No le había pasado desapercibida la reacción de Dunne, la miró de reojo con esos ojos que bien conocía ya la de Natgrew y venían a decir que la tenía calada.

—Ya, nada.. —suspiró un poco antes de proseguir —. ¿Me puedes contar qué problema has tenido con Duncan? ¿Por qué no le quieres dar sangre? —su tono de voz era suave, teñido de esa asertividad que necesitaba para enfrentarse a Dunne. Antes de que respondiera, el eridiano añadió —. Está cabreado, ya lo estás viendo, y no es por ti. No te creas, pero contribuyes a eso y, encima, me ha dicho que si antes del PEC no tiene su sangre va a informar de ello. Así que, por favor, cuéntame qué problema tienes con eso.