Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 2. En honor a la verdad

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31/07/2021, 19:18
Duncan "Duke" McCarthy

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Cada vez le gustaban más los reclutas del tres porque encarnaban lo que él esperaba de la Space Force. No sabía si habían empezado a recibir instrucción antes que ellos, o es que simplemente ellos eran un desastre y en los otros domos las cosas eran más normales. Poniéndolo todo en perspectiva, que tenían ellos? Un piloto borracho, una sargento y ex-sargento con líos de faldas, un cabo brutal y un teniente con problemas conyugales. Eso era lo que había, y de aquellos polvos venían aquellos lodos. Todo venía torcido desde arriba, así que no era de extrañar que llegara hasta abajo, y que fueran la tropa más disfuncional de hijos de puta de todo el ejercito, lo más bajo, pero tampoco era una novedad para él, estaba acostumbrado a ser el más bajo desde casi siempre. Sonrió al recluta y le escribió

- Siendo así consiga a un compañero y trate de no dormirse... - Lo acompañó de una sonrisa y le hizo un gesto para que se pusiera en marcha.

La pregunta de Jim sobre los números y la ocurrencia sobre el desfibrilador le hizo sonreír, siempre tenía buenas ideas Jim, algo locas pero divertidas. Negó pero escribió

- No pensaba tratar el tema pero puede ser buena idea. Lo trataremos en próximas sesiones... es fácil, siempre que se sigan las instrucciones y no se aplique a nadie con el corazón en marcha.... buen apunte!

A Duncan parecía que enseñar le gustaba, aunque no iba de creído y escuchaba a todo el mundo con una paciencia a prueba de bombas. Pidió un voluntario para su primera prueba y vio varias manos, sonrió, un poco en general, pero cuando vio a Carl y la ilusión que le hacía no pudo evitarlo. Le hizo una señal para que se acercara y escribió

- Gracias, iré pidiendo voluntarios, todos podrán colaborar. Gracias Carl, va a ser un poco sucio pero necesario. Túmbate y cierro los ojos y la boca hasta que te avise, de acuerdo? Tengo que enseñaros algo.

Mientras la cobaya hacía lo que tenía que hacer Duncan se fue hacia un estante y enseñó a la clase dos latas de tomate de un kilo. Cogió un cubo y abrió las latas, volcando el contenido dentro. No parecía muy conforme así que abrió un botellín de agua y fue echando agua hasta que la mezcla fue satisfactoria. Sonrió y escribió

- Ahora Carl cierra los ojos y la boca, y por si acaso tápate la nariz.... es hora de pringarse.

Y hacia él se fue Duke y le volcó el contenido encima, que se derramó y acabó en el suelo formando un charco bastante grande. Les hizo una señal para que se acercaran y comenzó a escribir.

- Esto son dos litros de sangre. Memorizad el tamaño del charco. Acercaos....

Esperó a que todos se acercaran y según iban acabando les señalaba que volvieran a sus lugares y les dedicaba una sonrisa de circunstancias. Cuando todos hubieron acabado les escribió

- Gracias Carl, has sido de gran ayuda. - Miró a la clase y escribió - Vuestro trabajo como médicos improvisados es evitar ver ese charco, si veis un charco así es la señal de que no vale la pena arriesgar la vida o dedicar más tiempo.....Os servirá para tomar buenas decisiones, y es mejor verlo ahora que es tomate a verlo en el campo de batalla. Así pues, que hacemos para evitar ver este charco? A eso le dedicaremos esta clase.

Empezó a pasear marcando dos dedos, dos puntos a los que tener en cuenta.

- El sistema circulatorio es como un sistema de tuberías, la sangre está dentro y sale de él cuando hay un agujero. Para evitar ese charco se pueden hacer varias cosas. Primero tranquilizar al paciente, porque cuanto más nervioso esté más rápido sangrará. Un hombre normal tiene entre 70 y 80 , los atletas pueden tener entre 40 y 50, pero vuestro papel es tranquilizar al paciente, 5 latidos menos por minuto es la diferencia entre la vida y la muerte, y si no se calman sacudidles, una persona inconsciente tiene menos latidos.... - Sonrió, era verdad, no era una verdad muy ortodoxa pero mejor una mandíbula desencajada de un puñetazo que un bonito funeral. Siguió escribiendo para que escucharan - y si se quejan decidles que son órdenes de Duke. Está claro?. Bien, ralentizar el ritmo cardíaco es el primer paso, el segundo es reducir el tamaño del agujero. Agujero pequeño, escape pequeño. Alguna duda hasta aquí?

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31/07/2021, 22:31
Ambientación

Mes 2. Día 3. Hora 11.00 a.m. Gimnasio

FIN DE ESCENA

Las intenciones de Eylo en el gimnasio era llegar a puntos de acuerdo, que el Domo funcionase como una unidad, pero si bien la actitud de los combatientes no era del todo clara, la de algunos no luchadores, como Noor y Jim, tampoco parecían alinearse con la ideología del eridiano. Había veneno desde el punto de vista de Yilmaz, Jim lo destilaba y Anne también, así como Joyse era alguien con tendencia a manipular, comenzaba a ver a cada cual con sus más marcados defectos, los que él creía, tenían.

El líder del Domo tuvo que reiterar sus intenciones. Estaba allí para preocuparse por ellos, para ver cómo estaban y brindarles apoyo. También planteó algo interesante, que quizás necesitasen una reflexión sobre el cómo se relacionaban entre todos. Remarcando que allí, habían muchos culpables. Hizo sugerencias, los luchadores siempre podían enseñar a pelear al resto de sus compañeros, doctores, pilotos, mantenimiento, cada una de las personas que allí convivían tenía una valiosa misión.

Noor se erigía líder combatiente, al menos lingüísticamente hablando y nadie decía nada para contradecirla, el más espabilado de los tres restantes parecía Stealer y él tenía una clara atracción por la muchacha, la cual, sabía jugar sus cartas y decir palabras precisas en momentos oportunos. Para ella solo había bandos, para Eylo, posibilidades de crear lazos y construcción entre todos. Distintas perspectivas de vida, el eridiano chocaba con la terrícola, ella creía que él tenía intereses de poder, y el hombre justificaba su honorabilidad, asumiendo con tristeza, que esa guerra parecía muy complicada de lidiar.

Las actuaciones de Foster parecía en primer lugar que iban contra Yilmaz, pero tras observar la conductora cómo se desarrollaba la escena, se posicionó en romper una vara por el diálogo, cada cual tenía su perspectiva y era sano no convertir las opiniones de cada cual en una guerra abierta. Diversidad de posibilidades y capacidad de elección conjunta, esa era su propuesta.

Jim comenzó a hablar entonces de cohesión, pues hacía un mes, comenzó a moverse entre sus compañeros para conseguir cierta unidad de grupo y bien era cierto que en algunas ocasiones, muy contadas a decir verdad, se había llegado a conseguir, la pena era que en ese momento parecía quebrarse de nuevo.

La conductora no tiraba la toalla. Quería integrarse y que de alguna manera se pudiera trabajar para que todos se beneficiaran, pero conservando cada cual su libertad, un modo de opinar que hubiera sido muy adecuado si no fuera porque de alguna manera la brecha se marcaba cada vez más.

Y Kurik volvía a salir en escena, para unos era malo, para otros bueno, y para Jim, diferente. El ruso era del tipo de personas que pasaban por la vida dejando huella, pues a pesar de su muerte, no acababa aún de marcharse del lugar, a pesar de ya no estar el cuerpo presente en Protect.

Noor contaba con Jim y con sus compañeros combatientes. Aquel grupo opinaba que la ley debía actuar sobre William con todo su peso y que ante los problemas del Domo, ellos se posicionarían como una unidad independiente del resto. Al menos esa era su primera determinación, todo fuera que las circunstancias cambiasen y el líder, el que en ese momento se encerraba en sí mismo con cierto grado de tristeza, sacara la fuerza que había que tener para ejecutar el mando y ser quien llevara las riendas de tanta insurrección.

FIN DE ESCENA

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31/07/2021, 22:32
Ambientación

Mes 2. Día 3. Hora 11 a.m. Cocinas

FIN DE ESCENA

René hablaba con Narel sin complicaciones, como si entre ellos fluyese un entendimiento natural que abarcaba desde pensamientos sencillos, tales como charlar sobre los tipos de mieles de Natgrew, como otros más profundos, rompiendo el joven su timidez natural para comentar quién era su madre, a qué se dedicaba y el porqué él tenía aquellos conocimientos sobre productos locales. Dotter escuchaba y aprendía, aportando bienestar y relajación  en aquella distendida charla, así como preocupación por los males físicos que portaba Carracci, y más aún, por el dolor de lo que no se veía.

El conjunto de recomendaciones del catador oficial, que resultaba no ser Carl puesto que a él todo le parecía bueno, hizo que Zack tomase anotaciones sobre su receta ya escrita. Dalerianas y jenjibre, aunque habría que testar las nuevas proporciones, algo para lo que Norris quedaría con Carracci en el futuro.

Aquella particular escena que se había desarrollado en la cocina determinaba muchas cosas. Narel, de manera silenciosa se movía por el Domo, haciendo y deshaciendo, acercando a personas y dándoles qué hacer, como si aquella motivación fuera suficiente como para tenerles ocupados. Harold parecía encantado por aquella destilería ilegal que se estaba gestando en el 12, mientras que Carl, se sentía como un niño grande, siempre dispuesto a echar unas risas con sus compañeros. Era alguien que quizás pudiera sacar de los nervios a los demás, pero qué diablos, al menos no emanaba maldad.

Hubo unas últimas palabras entre Narel y René, ambos en la intimidad mientras salían de la cocina, él le sugería que no debía permitir comportamientos que no le agradasen, pues estaba cargando su mochila de excesos de responsabilidad, a lo que ella tuvo a bien responder - Supongo que con algo más de tiempo iré guardando algunas distancias y marcando más los límites, pero ahora mismo comprendo que hay mucha necesidad de afecto. Carl siempre ha estado sobre protegido en su hogar por su familia, aquí solo busca caer bien, agradar, encontrar su sitio, al final no lo hace de forma distinta al resto, intenta llamar la atención porque necesita afecto. Algunos lo hacen golpeando, como Anne; otros callándose, como Jean; y él solo muestra una despreocupación por la vida que en realidad, no tiene. Él es más de lo que muestra. ¿No tienes la sensación a veces de que estás solo aún rodeado de gente?... - Dejó la pregunta en el aire antes de añadir - Esa duda me la ha enseñado él y me ha hecho abrir los ojos. Yo minimizo mis fantasmas ayudando a los demás. No soy bondad, René, tan solo necesito tener la mente ocupada... - Y sonriendo, se mezcló entre sus compañeros en la sala de esparcimiento, había dicho mucho de sí.

FIN DE ESCENA

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31/07/2021, 22:32
Director

Mes 2. Día 3. Hora 18.00 p.m. Barracones

FIN DE ESCENA

Eylo comenzaba a ver que el funcionamiento del Domo no iba como debería. Daya estaba buscando personas que pudiesen cubrir a los mecánicos mientras arreglaban los Eagles, una labor necesaria y productiva para todos, pero Anne se negaba a prestar el servicio, por lo que Yilmaz consideró tomar cartas en el asunto, sacando un carácter firme y que asemejaba el de un mando militar, dando unas órdenes concretas y oportunas.

Las directrices eran sencillas los reclutas Zumbert, Durrell, Trump, Stealer y Joyse se unirían, bajo obligación, al equipo de ingeniería, dejando a Noor al mando de la escuadra. La mujer miró con fijeza al líder, con un gesto serio en el rostro, aquella orden no le había gustado porque en el fondo, sabía que no podía ignorarla, así que solo le quedaba sonreír levemente y decir un "a la orden" que sonó débil y desgastado en sus labios.

Lo curioso de aquello era que tras la aceptación de Noor Joyse, no hubo ninguna negativa más por parte de los combatientes, como si admitiesen el hecho de tener que cumplir con el pedido. Milena, por su parte, observaba la escena en silencio, no dijo nada porque aún no tenía la suficiente confianza como para gestionar la broma que a la cabeza le venía, pero el rictus de seriedad de Yilmaz le recordaba precisamente a su padre, y no era un momento oportuno como para hacerse notar. En su inteligencia, lo sabía

La explosión entre Anne y René se hizo muy patente, hubo insultos cruzados y un vocabulario nuevo e innovador, que sería las delicias de un filólogo. Una suerte fue que Alvin se interpusiera y que Anne estuviera tan ocupada en quejarse abiertamente del mundo, de lo contrario, aquel comité de bienvenida habría tenido un espectáculo digno de un emperador romano acomodado en su coliseo particular.

Daya mantuvo una charla con Durrell antes de dirigirse hacia la biblioteca, aunque la combatiente no estaba en su momento más razonable, y es que cualquiera que la hubiera estudiado durante esos dos meses, sabría que la mujer era de poca mecha y de carácter tendente al agrio.

- ¿Quieres hablar? Hablaremos - Le dijo, aunque el tono no implicaba que fuera a ser de buenos modos y tomando un refresco - Sí hay gente perfecta que se preocupa por todo y todos, pero a la hora de la verdad no dicen la realidad, que a Thompson habría que lincharle - No escuchaba, su problema era que deseaba hablar y decir, pero no atender los comentarios de quienes le rodeaban, tan solo parecía ser medianamente influenciable por los miembros de su grupo, un bando que inevitablemente, se había formado.

- Daya está bien, ve tranquila... - Le dijo Noor a la piloto cuando la nombró, de alguna manera deseando quitarla de en medio de aquella confrontación - Hablaremos, pero no ahora, no es el momento, pero entenderás al final el porqué de nuestro posicionamiento. No es algo personal contigo, pero al final vamos a hacerlo. Nos lo ordena el líder del Domo - Su tono de voz fue muy neutro, estaba claro que evitaba poner sus propios sentimientos en aquella afirmación, como si quisiera suavizar las aguas tras las marejadas de fondo que se habían creado.

Tras un momento de distensión, Eylo se acercó a Lesly, indicando que le gustaba su forma de pensar. Ella como respuesta hizo un saludo marcial a modo de gratitud, tal y como le habían enseñado en estos últimos dos meses, anteriormente habría hecho una leve inclinación de cabeza, una costumbre que habían reconducido en su formación.

- Los chakras son centros de energía distribuidos por nuestro cuerpo. Hay siete y determinan la totalidad de la persona - Explicó de manera sencilla e informativa - Cualquier bloqueo o disfunción de éstos provoca trastornos físicos, psicológicos o emocionales. Por eso es importante estimularlos y equilibrarlos.

Había sido escueta en su argumentación, comprendía que no era momento para mucha dialéctica, tras responder volvió a sumirse en silencio y a permanecer callada al lado de Milena.

La conversación de Eylo llevó a informar a los nuevos de que él era el líder del Domo, y éstos nada más ser conocedores de dicha información, inmediatamente, y con una rigurosidad marcial, se cuadraron ante Yilmaz, reconociendo su cargo y justificando su falta de modales hasta el momento.

- Desconocíamos esa información, señor - Elon era el que hablaba, dejando de lado sus formas desenfadadas por las formales que se solían ejecutar ante los mandos, considerando a Eylo como tal.

Jim en aquel instante mantenía una conversación con Milena, la cual asintió cuando dijo que había nacido en el PEC 3 y quizás, como consecuencia de eso, no conocía Australia, era muy complicado aprender todas las regiones de los planetas humanizados. Tras los malos comentarios de Foster a Eylo sobre su familia, la mujer se disculpó, indicando que se había equivocado en su elección de palabras. Milena ante eso no dijo nada, guardando un respetuoso silencio, ya su comentario fue dicho en su momento.

Parecía que la calma volvía de nuevo al Domo tras el conflicto de René con Anne, pero no, allí nunca había descanso. La recién llegada, Milena, tras haberse cruzado con uno de los reclutas del 12, sintió cómo las fuerzas le fallaban, su piel empalidecía y tuvo la necesidad de sentarse. Cualquiera habría dicho que era un mareo, pero la reacción de sus compañeros se mostraba desproporcionada. Elon echaba la culpa al bizcocho y Lesly, miraba a todos con clara desconfianza. Estaban preocupados y quizás hasta mostrasen cierto terror en sus rostros.

- Ha sido envenenada - Fueron las primeras palabras de Elon, que rompían el silencio de manera angustiosa, haciendo una afirmación que distaba mucho de una alergia alimentaria.

Jim saldría de allí corriendo, dando tumbos hacia donde el doctor se encontraba para que fuera a asistir a la joven, haciendo la carrera más frenética de toda su existencia, y ya era decir, para localizar al doctor del Domo, el hombre que tras llegar y ver a los reclutas nuevos tuvo pensamientos vampíricos, pues tan solo pensaba en conseguir su sangre, fuera como fuese. ¡Cuánto daño había hecho Dunne!

- Estoy bien, estoy bien... - Milena estaba pálida, como si algo le hubiera impresionado mucho. Pero no era solo un mareo por un exceso de emoción, su palidez, sudoración y debilidad indicaba que su estado de salud no era óptimo.

- No hemos tenido tiempo para presentarnos debidamente, pero teníamos orden de ir a la enfermería nada más llegar...- Se justificó Elon delante de Yilmaz y Duncan - Nuestro cambio de destino se debe a que la recluta Kawalski ha sido envenenada en el Domo 3, según muestra este informe - Mostró el documento guardado a Duncan, el cual comprendería que la joven había sido sometida a una diálisis de urgencia tras haber ingerido una abundante cantidad de glucósido cianogénico, una sustancia que podía transformarse en cianuro y haberle dado la muerte si no hubiera sido intervenida de urgencia. Aún parecía estar débil y la exaltación al ver a Thompson había sido demasiada impresión para ella.

- Estoy bien, de verdad... - Dijo la joven sintiendo mucha vergüenza, no le agradaba ser el foco de atención

- Tenemos orden de no separarnos de ella en ningún momento. Uno de los dos siempre estará donde Milena se encuentre - Dijo Lesly con seguridad, no había alma en aquel mundo que pudiera obligarles a separarse - Sobre lo del reconocimiento médico no será problema, doctor, aunque nuestros expedientes están activos por la plataforma de intranet, según nos indicó nuestro comandante.

Y con esto decían algo más, era un comandante quien estaba en persona en el Domo 3, no un teniente. Motivos había para ello.

FIN DE ESCENA

Notas de juego

Si sobre esto alguien quiere añadir algo, puede, pero yo no responderé a nada más si no es en línea atemporal

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31/07/2021, 22:35
Brigada Lee Joe

Mes 2. Día 3. Hora 21:00 p.m. Comedor

FIN DE ESCENA

Durante la cena, el líder del Domo determinó levantarse y emitir unas palabras hacia sus compañeros, así como a los mandos allí presentes, entre los que destacaban Townhall, Joe, Quest y Kepborn, aunque este último en realidad, era un invitado, nadie que pudiera tomar determinaciones en el funcionamiento interno del 12, a pesar de ser capitán. En cuestión de instrucción no existía el intrusismo profesional.

Se hizo el silencio y Yilmaz explicó que habían fracasado, asumiendo él parte de la culpa. Había indicado que habría un cambio porque por el camino que iban, ninguno terminaría superando la instrucción. Como curiosidad los únicos que estaban levantados de todos los presentes eran los tres cadetes nuevos del 3, los cuáles se miraron entre ellos brevemente, visiblemente preocupados. Quizás nadie entendiera el porqué, pero allí estaban, en posición de descanso pero no sentados.

Eylo apelaba a la unidad de grupo, la humanidad no trabajaba seccionada y nadie era mejor que sus compañeros, al fin y al cabo, siempre habría alguien en todo el mundo que superase a cualquiera de ellos. No debían haber competiciones personales si no una lucha conjunta y un objetivo por el que moverse, a la par, sacrificándose por los demás y siendo disciplinados frente al enemigo. Aquellas palabras provocaron una primera reacción, el asentimiento de cabeza de Elon, el joven creía fervientemente en los comentarios de quien ya sabía, era su líder.

La continuación de la charla fue alabar las actitudes de los tres nuevos reclutas, y ellos, lejos de sentirse superiores, miraron al resto de los cadetes de manera seria, pues en esos instantes, eran sus compañeros de armas y de alguna manera, todos debían adaptarse y comenzar a llevarse bien si querían avanzar.

Hubo varias órdenes por parte de Eylo, se acabaron los enfrentamientos verbales, y los físicos debían ser gestionados en el ring, pasarían un chequeo psicológico y se organizarían en escuadras de trabajo. El líder denotaba seguridad y firmeza, explicando que todo lo que no se ajustara a ello sería sancionado. Las normas del juego estaban expuestas, ya los demás solo tendrían que cumplirlas, una labor fácil de entrada.

Cuando Yilmaz mencionó los artículos 97 y 100 de las Reales Ordenanzas, hubo alguno que pestañeó, como si no tuviera idea de lo que estaba hablando el líder, y es que el temario a estudiar era bien amplio. No obstante, no se hizo comentario alguno al respecto, aunque quizás sí sucediera algún orgasmo mental por parte de un piloto. Los artículos buscaban el bienestar del prisionero, y para ello Eylo determinó que era necesario restringir la movilidad de William al aula de formación, teniendo derecho a entrenar (un castigo adicional), comer apartado del resto de sus compañeros y dormir al final de los barracones junto con el guardián asignado. Estaba claro que empeoraba su calidad de vida.

De los mandos el que hizo un comentario a Townhall fue Lee Joe, el cual parecía tener mucha más capacidad de mando que la sargento o que el propio teniente. Se levantó, Quest le acompañó en el gesto, y miró a los reclutas, señaló a los tres nuevos.

- Mirad una diferencia significativa de ellos conforme a ustedes. El líder se levanta, ellos se levantan - Lee Joe observó peligrosamente a los reclutas, y por si no lo habían entendido remarcó - Yo me acabo de levantar - Y pobre del que no lo hiciera como muestra de respeto. Ese hombre imponía más que cualquiera de los presentes y con diferencia. Su aspecto duro, su mirada fría y su voz seca, directa y tenaz marcaban órdenes incuestionables. Hubiera podido someter a Kurik sin problemas y, de hecho, el teniente dejaba en sus manos la potestad de decisión - El líder Yilmaz está preocupado, si él lo está, todos lo estáis porque señores, algo aquí va a cambiar. Estoy cansado de ver desidia y falta de educación básica. Cuando los mandos entran, ustedes se levantan y saludan. Eso es de obligado cumplimiento. Cuando un mando habla, ustedes se callan. Cuando un mando decide, ustedes cumplen. Las sanciones pueden ser de reclusión, castigo físico o expulsión. Y la intensidad de la misma dependerá del grado de infracción y del estado de humor de quien lidera. ¿No les parece justo? Cojan sus pertenencias y márchense. Aquí queremos Soldados Espaciales, gente que proteja a la humanidad, no que la destruya. Trabajen, endurézcanse y demuestren sus capacidades, de lo contrario será mejor que abandonen ahora y no nos hagan perder el tiempo. Ni el suyo - Señaló a Yimaz - Ni el nuestro - Hizo referencia a la cadena de mando.

- Recluta Yilmaz, tiene poder absoluto en el Domo, queremos resultados a finales de año. Estamos satisfechos con las pruebas de legislación, pero no deseamos que vuelva a suceder nada como lo ya acontecido - Miró al resto de los cadetes, todos en pie - Si alguien cree que el líder se extralimita o es injusto en su proceder, que argumente por escrito sus actuaciones y aporte testigos para resolver la causa con justicia. Llevan ya dos meses dentro, es hora de ir sacando a todo aquel que no valga para el ejército - Y más claro no podía decirlo, quien no encajara en aquel lugar, sería castigado o expulsado.

- Respecto a su petición de tener el prisionero en el Starliner, denegado. Dormirá en la cama al final de los barracones - No explicó el porqué, tampoco tenía la obligación de hacerlo, pero no era muy adecuado dejar un prisionero en una nave espacial y menos teniendo en cuenta que su hermano era el piloto.

Tras sus comentarios, Lee Joe se sentó, y con él los reclutas tenían permiso para hacer lo mismo y comenzar a cenar.

FIN DE ESCENA

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31/07/2021, 22:36
Ambientación

Mes 2. Día 3. Hora 18.20 p.m. Biblioteca

 

Los rostros de Narel y Becky mostraban la misma preocupación y estupor que el de Daya. Las tres féminas habían entrado en la biblioteca justo después de que lo hicieran Alvin y René, el primero tirando, literalmente, del segundo.

Alvin no es que no comprendiera a Carracci, de hecho era un hombre bastante cabal y empático, pero el cariz que tomaba la situación le llevaba a estar preocupado de manera extrema por su amigo.

- Lo sé Daya, está mal. Todos lo estamos, pero así no llegamos a ningún lado... - Estaba convencido de eso.

La piloto tomó la palabra tras Zemit, y explicó cómo ella había estado el día anterior. No difería al resto. La palabra dimisión era la más valorada en las últimas horas, pero Banerjee había encontrado consuelo en las personas que le rodeaban, las mismas que ahora mismo estaban pendiente del Natgrewniano.

- Escúchala René. Haz caso a lo que dice Daya... - Pidió Alvin a su coterráneo - Míranos, yo sé que no podemos compararnos a como era Castle. Pero aquí estamos y hacemos lo que podemos. Aprenderemos...  - Lo vio muy claro - Sarah siempre ayudaba a los demás y se molestaba en que las cosas fluyeran. Aquí ahora mismo somos cinco personas que podemos seguir sus enseñanzas, su ejemplo... Te necesitamos para eso, formamos equipo. Míranos, amigo, míranos bien porque estamos a tu lado - Tenía un nudo en la garganta y los ojos se anegaron en lágrimas. ¿Quién decía que los hombres no lloraban? Alvin lo hacía, sin vergüenza, por dolor.

- Daya lo ha dicho. Yo me he sentido siempre fuera de lugar, René - La voz tímida de Becky rompía el silencio. Ella siempre estaba en segundo plano, callada, diciendo algo que hasta la fecha, jamás habría admitido - No soy tonta. Sé que hay compañeros que me desprecian o piensan que soy inferior por estar gorda. Lo he sido toda mi vida. No se me da bien pelear o correr, pero creo que puedo aportar a la Space Force. Siempre que hay ataques alienígenas deben haber agentes dispuestos a coger a los niños huérfanos, a abrazarles, darles seguridad y llevarles a orfanatos donde les cuiden y formen. Yo misma valgo para formarles... La Space Force me necesita, quizás no en primera línea, pero soy útil y puedo mejorar. Por eso no me voy, por eso lucho y sé, René, que necesito gente como tú al lado, personas distintas a mí con otra perspectiva, diferentes habilidades que compaginen las mías. No es cuestión de valer más o menos, si no de querer aportar, de sumar y de no mirar solo por tu dolor, fijarte en el ajeno para ser parte de la solución - Nunca nadie le había escuchado hablar tanto.

Narel caminaba nerviosa de un lado a otro. Ella había tenido una conversación más o menos similar con William hacía no mucho tiempo y ahora sentía la necesidad de enseñarle a Carracci hasta qué punto le importaba.

- La fortaleza se consigue cuando te centras en el dolor de los demás - Dijo la joven como respuesta a René - Ve a por Anne y pelea, libérate. Pero cada vez que lo hagas, yo pediré lo mismo, iré detrás y le insultaré de igual modo - Le miró seria - No sé pelear pero cada golpe que te de a ti, yo quiero tener la réplica - Levantó el mentón decidida, todos recordarían algo, ella entrenaba con Kurik y tenía el cuerpo marcado por él. Sus motivos personales le habían llevado a eso, ahora haría lo mismo con Anne. Si él accedía a una pelea, ella le secundaría - Si me quieres de algún modo dejarás de pelear. Si no, descargaremos la ira de nuestra compañera juntos. Y aquí no hay negociación válida - Y por eso Narel era jodidamente buena haciendo tratos, apostaba fuerte y no sabía farolear, o al menos Harold había dicho eso en un par de ocasiones.

René parecía reaccionar y atentar contra las palabras de Alvin, ante lo que él tenía una clara respuesta - Yo no puedo hablar por Grey, ni por Malbone, ni por Townhall. Puedo hablar por Alvin Zemit, el que jamás pegó a Becky, el que nunca olvidará a Sarah. Nosotros no somos ellos y nosotros podemos ser Space Force, quizás lo que la institución necesite sea más gente como nosotros. Yo quiero ayudar y desde el ejército puedo. No me preocupa lo que hagan los demás, sí lo que yo puedo hacer, y ahora mismo René, quiero hacer que reacciones y que seas parte del cambio, no que te acomodes a quejarte porque las cosas no te gustan. Si no te agrada algo, lo cambias, pero no te sientas a lamentarte. Por todo el nat* de nuestro planeta joder, espabila y piensa en los demás, no te centres solo en ti

Hubo un comentario que dijo René que dolió tremendamente a Narel y sus ojos pudieron reflejarlo - ¿Nadie te espera en Hydria? ¿Me mentiste en las cocinas o mientes ahora? No voy a juzgarte por tus palabras René, pero a mi me importas lo suficiente como para lo que estás diciendo me duela, y si mueres, me estarás matando en vida - Los ojos verdes de la muchacha se clavaron en él - ¿Eso no te importa? Si es así, permíteme que vaya a decirle a Anne unas palabras, ¿cómo era? Comemierda e hija de un camión lleno de putas... Sí algo así le dijiste, creo que no le gustó - Y valientemente la joven se dirigió hacia la puerta de la biblioteca, si no la paraba, iba a liarla parda. Dotter solía ser muy tranquila, hasta que claro, se ponía en acción.

Sobre las palabras de Daya, hubo un silencio prolongado de Alvin y Narel. No parecían querer hablar con libertad sobre el tema de Lizza y Kurik, como si la sola mención de eso les incomodase. Y sus motivos tenían.

Notas de juego

*Nat= licor de naranja

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31/07/2021, 22:39
Brigada Lee Joe

Mes 2. Día 3. Hora 11.20 a.m. Camino del aula

FIN DE ESCENA

Lee Joe era un tipo duro, de esos que veías y estimabas la magnitud de la hostia en la escala de Richter. Pero en aquella charla mantenida con el doctor del Domo, el hombre parecía haber sido capaz de sincerarse y mostrar su lado más humano. Pudiera ser que sus decisiones fueran más o menos acertadas, pero tenía su manera particular de demostrar cuando algo no encajaba dentro de sus planes, como tirar de un cable.

Duncan y él se habían mantenido la mirada con seriedad, para el placer de Joe, el doctor no había reculado, demostrando su hombría con valor. Los soldados no retrocedían, se enfrentaban a los problemas y esa actitud tenía su valor.

El médico comenzó a teclear su propia historia. El brigada escuchaba con respeto y seriedad, el gesto que se esperaba de alguien que sentía el dolor de la realidad de los demás, para escuchar posteriormente las quejas que Duncan tenía en mente y que le hacía valorar que la Space Force estaba envenenada.

- En este Domo has encontrado un reflejo de lo que hay en la calle Duncan McCarthy. Gente violenta con armas de fuego, personas a las que tendrás que parar y seguramente quieras detener por las buenas, pero llegado el momento, sabrás que no podrás hacerlo como te gustaría. El mayor problema que tiene la humanidad son los alienígenas, pero la Space Force jamás indicó algo que se supone, ya se sabe, el propio ser humano es enemigo de sí mismo. Sois 31 cadetes y uno era violento. No me digas que no teníais forma de reconducirlo, porque en la calle, ahí fuera, antes de ser soldado espacial debes adquirir la categoría de agente terrestre. ¿Cómo lo vais a lograr si cuando hay un problema miráis hacia otro lado o buscáis directamente la ayuda de los mandos? - Estaba muy serio - ¿Sabes lo que hubiera hecho yo a un tipo como Kurik? Le habría partido la boca. Una vez, dos veces, las que hicieran falta. ¿Treinta no pueden contra uno?... Otra opción, hacer un escrito formal firmado por todos buscando su expulsión y exponiendo hechos especificados que pudieran probarse. Solo hubo dos manifestaciones verbales de los problemas que daba, dos de treinta que sois. El error ha sido falta de acción, conforme con eso, pero si queréis ser soldados, no podéis esperar a que venga otro a solucionar vuestros problemas. ¿Los amigos de Kurik quieren vengarse? Genial, ¿cuántos son? ¿diez? Aún sois veinte... Para luchar contra alienígenas primero hay que demostrar que puedes formar equipo con otras personas, buscamos escuadrones sólidos, personas que vayan a apoyarse. Si eso no se consigue, todos estaréis fuera. Absolutamente todos.

El brigada asintió a una cosa que dijo el doctor, más serio que antes si cabía - Hay más, no voy a mentirle, pero hasta que no sea juramentado no podré especificarle, lo tengo prohibido. El mayor problema de nuestra especie no son los skulls. Ojalá todo fuera tan sencillo... La Space Force necesita gente resolutiva, McCarthy. Yo podría acabar con todos vuestros problemas con una simple orden pero entonces, vosotros no aprenderíais nada - Y con esto aceptaba que opinase mal de la cadena de mando, pero era algo que no iba a cambiar la manera en que el Domo funcionase - Por cierto, no voy a vivir eternamente, espero morir en una media de tres años, peleando, espero ver su cara en último lugar cuando caiga, tiene un puto expediente impecable... - Y dicho esto continuó caminando, dejando a Duncan con sus propias tribulaciones

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31/07/2021, 22:39
Teniente Harry Townhall

Mes 2. Día 3. Después de cenar. Starliner. Charla con el teniente y los mandos que estén presentes

Townhall recibió al recluta en la cafetería del Starliner, a su lado estaban Joe y Quest, ambos mandos en silencio y pendientes del líder del Domo. El teniente le hizo una señal a Eylo para que tomara asiento y explicase con libertad lo que había venido a decirle, pues suponía, era importante.

El punto de inicio era el hecho de que las niñas llegasen al Domo en aquel preciso instante de inseguridad que vivían. Se habían formado bandos y quizás la llegada de las pequeñas, en tales circunstancias, fuera potencialmente contraproducente no solo para la formación de los cadetes, también para la seguridad de la jóvenes criaturas.

- Bueno, para eso está usted, Yilmaz, para solucionar esos problemas internos. El brigada ya le ha dado permisos, puede sancionar y expulsar. Si ve algo potencialmente dañino para ellas, elimínelo - Dijo Quest minimizando el problema, estaba claro que ella no veía inconveniente alguno en la toma de decisiones futuras.

- Señor, si fueran mis hijas yo me lo pensaría - Indicó Joe, contrario a las decisiones de Quest - Hay armamento y ha habido un ataque skull, no pueden haber condiciones menos deseables para que estén aquí unas niñas tan jóvenes e inexpertas. Y tiene opciones, el orfanato militar es un sitio donde podrían acogerlas temporalmente - Sugirió el brigada, por su mirada estaba claro que no le agradaba nada la idea planteada por la sargento.

- No puedo llevarlas al orfanato militar, lo planteé en su momento y ni mi ex mujer está de acuerdo ni Eris tampoco. Hacer eso me va a alejar mucho más de ella, y ya su actitud es bastante rebelde como para seguir poniéndole leña al fuego - Comentó el hombre, claramente no tenía poder alguno y ya no solo con su antigua pareja, parecía que la opinión de la niña pesaba tanto como para que las decisiones las pudiera tomar la joven muchacha - Me planteé alquilar un piso para ella en la Tierra, pero es menor de edad y debe estar acompañada.

- ¿Será verdad? - El brigada negó con la cabeza, estaba claro que tenía opiniones muy distintas a las barajadas en aquel contexto - ¿Desde cuándo una niña de dieciséis años decide lo que es mejor para ella?

- Necesita mano duda, los mejores sitios para eso son los orfanatos militares. Pero en su defecto, siempre pueden venir aquí y formarse como reclutas en miniatura - Sonrió la sargento mirando al teniente, haciendo que el la mirase y sonriera a la par - Yilmaz controlará la situación porque de lo contrario, no debería ejercer el rol de líder, y a la par, se encargará de conseguir que las niñas mejoren. Yo controlaré su evolución cada cierto tiempo. No tienes nada que temer.

El teniente miró a Eylo, valoraba su sinceridad pero era un hombre atrapado sin opciones, así que el hecho de que las pequeñas fueran al Domo, redondeaba la hermosa cifra de una probabilidad del 100%.

- Tienen que venir, Yilmaz. No me queda otra. Y sobre autoridad, le concedo la tutela total de ellas, como si fuera su propio padre, por mi parte no tendrá confrontación alguna por las medidas que haya dispuesto. Edúquelas como considere correcto. Usted se crio en un orfanato militar, allí se genera disciplina y usted es de la confianza de Grey - Quest torció el gesto cuando Dunne fue nombrada, un detalle que le pasó desapercibido a Townhall, el cual conocía perfectamente el expediente de a quien dejaba a sus hijas como protector - Ella suele equivocarse poco en sus selecciones... Y tiene permiso para que sea formada en cualquier habilidad militar, siempre con supervisión, por supuesto.

A continuación vino una queja directa sobre los culpables de la situación del Domo, y ante esto el brigada tomó la palabra, indicando su opinión personal sobre lo acontecido.

- Este Domo es un reflejo de lo que hay en la calle. Sois 31 cadetes y uno era violento. No me digas que no teníais forma de reconducirlo. En el mundo, ahí fuera, antes de ser soldado espacial hay que adquirir la categoría de agente terrestre. ¿Cómo lo vais a lograr si cuando hay un problema miráis hacia otro lado o buscáis directamente la ayuda de los mandos? - Estaba muy serio - ¿Sabes lo que hubiera hecho yo a un tipo como Kurik? Le habría partido la boca. Una vez, dos veces, las que hicieran falta. ¿Treinta no pueden contra uno?... U otra opción, hacer un escrito formal firmado por todos buscando su expulsión y exponiendo hechos especificados que pudieran probarse. Solo hubo dos manifestaciones verbales de los problemas que daba, dos de treinta y uno que sois. El error ha sido falta de acción, pero vuestra. Si queréis ser soldados no podéis esperar a que venga otro a solucionar vuestros problemas. ¿Los amigos de Kurik quieren vengarse? Genial, ¿cuántos son? ¿diez? Aún sois veinte... Para luchar contra alienígenas primero hay que demostrar que se puede formar equipo con otras personas, buscamos escuadrones sólidos, personas que vayan a apoyarse. Si eso no se consigue, todos estaréis fuera. Absolutamente todos. Tienes poder Yilmaz, si alguien no encaja, haz que encaje, sácale la piel a tiras o directamente señálale como no válido. Pero los que deben resolver sus problemas sois vosotros.

El teniente levantó la mano para que el brigada no siguiera hablando, estaba claro que era un hombre muy duro y con una perspectiva propia que venía basada en sus propias vivencias.

- Un soldado espacial siempre está pagando precios elevados, líder Yilmaz. Siempre. Es algo que deben asumir. Agradezco su valentía por hacer constar la reflexión que ha hecho, pero comprenda que en la formación de reclutas, siempre hay accidentes y muere gente. ¿Duele? Por supuesto que sí, pero lo que hay que valorar es que no se repita, y el poder lo tenéis vosotros. Hay gente por encima mía que me ordena, lo mismo que yo a ustedes les puedo dar órdenes, pero al final la posibilidad de hacer las cosas bien y tomar determinaciones está en vosotros. Yo no puedo expulsar a alguien del Domo si éste está protegido, pero sí puedo hacer la vista gorda si ha recibido una buena somanta de palos por extralimitarse con una compañera. ¿Comprende Yilmaz? Hay que saber diferenciar entre justicia y legalidad...

Tras aquella conversación que llegaba a su fin habría una última afirmación.

- Lo hará bien Yilmaz. Yo confío en usted. Y le aseguro algo, no a cualquiera del Domo le dejaría a mis hijas a cargo.

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31/07/2021, 22:40
Capitán Frank Kepborn

Mes 2. Día 3. Hora 11.20 a.m. Enfermería

El momento en el almacén era muy íntimo. El hombre había acercado con suavidad a Daya, tomándola por la cintura y aspirando su aroma, sintiendo el calor de su cercanía y la tranquilidad de saber que estaba bien, pues aunque no hubiera dicho nada al respecto, tras el ataque de los skulls, no podía dejar de pensar que ella podía haber sido dañada. Era humano alegrarse de que no había recibido un rasguño, a pesar de que otras personas, no habían tenido tanta suerte. ¿Y cómo estaría ella ahora? Lo intuía, devastada y soportando un peso que no le correspondía, todo por demostrar de que era capaz de todo, aguantar sobre sus hombros la moral de sus propios compañeros. Admiraba su fortaleza y lo mejor que podía hacer era alejar de sus pensamientos esas vivencias ya pasadas.

- Si no hago esto delante de todos es más por ti que por mí - Dijo el hombre razonando sus acciones - Todos hemos sido reclutas, eso no es malo a decir verdad. Hay soldados que se casan con civiles, al final lo único que importa son los sentimientos... - Acarició el cuello de la muchacha con afecto - El problema es que tus méritos y logros lo achaquen erróneamente a tu relación conmigo. Yo no pierdo, tú si podrías perder - Razonaba con ella, tanteando su respuesta - ¿Sue? ¿Cómo es ella? Parece que la tienes en estima, ¿si nos viera diría que hay magia entre nosotros?

Kepborn sonrió cuando la mujer dijo que no le gustaba a Joe, definitivamente la percepción de ella y él diferían un tanto - Lee valora lo que haces, créeme, es un soldado muy completo. Se alistó tarde al ejército y ya ha llegado a brigada porque se ha metido en más berenjenales de los que le correspondían. Es combatiente y aún así, hace unos torniquetes muy precisos, por eso te digo que le caes bien, él tiende a hacer lo mismo, ayudar donde hace falta. Y ser lianta no es nada malo. A mí me divierte - Y su sonrisa evidenciaba precisamente eso, mientras de manera discreta su mirada se fijó en las manos de Daya, fijándose que realmente, no llevaba anillo de tipo alguno - ¿No te gustan los anillos?... - La aproximación femenina era una bendición, así como sentir la iniciativa de la mujer, que besaba sus labios con la delicadeza que le caracterizaba, jugando, rozando, hasta que la intensidad del gesto les embargaba a ambos, haciendo que la piel del varón se erizase por el deseo que ella le provocaba. Suspiró con profundidad tras su separación, si seguía así iba a necesitar mucha fuerza de voluntad.

- Puede pasar, Daya - Asintió Kepborn sincerándose - Habéis sido seleccionados como reclutas, pero una de las principales pruebas para ser juramentados es la capacidad para formar parte de un escuadrón. No queremos lobos solitarios, ni personas incapaces de convivir juntas. Los PECs son naves, muy grandes pero naves, albergan familias enteras y si hay un mal vivir eso se vuelve insoportable. Sin ir más lejos las hijas de Townhall tienen prohibido quedarse a vivir en el PEC por su incapacidad para portarse bien, tendrían que demostrar una buena disciplina para que les admitieran un año completo

El hombre miró a los ojos a Banerjee y supo que ella no se esperaba aquella información, así que decidió orientarla - Claro que podéis hacer cosas, la primera construir y no bajo lamentos. A vosotros se os complican las vivencias, ya sea porque las situaciones así lo requieren o porque los mandos os imponen dificultades, pero lo que se pretende es vuestra capacidad de reacción, de unidad y de solventar momentos críticos. Lleváis dos meses, aún es pronto para actuaciones magistrales pero si tardáis mucho más en poneros de acuerdo, os estaréis jugando el futuro. - El médico se pasó la mano por la cabeza pensativo - Lo de Grey es cuestionable, el problema no es si salió o no bien, es que no la defendisteis delante del teniente, no de la manera que quizás debieseis. Sois cerca de treinta reclutas, ni diez dieron la cara por ella. Sé lo que pasó, me lo han contado, y no, ahora mismo por aquello no te juegas el puesto, asumiste una orden y cumpliste, eso habla bien en tu favor. Pero no solo se miran las acciones individuales, también están las conjuntas y ahí, falláis bastante.

Un nuevo beso que sellaba una promesa. Frank no iba a dejar que Daya volviera a Innum después de su período de formación y más tras observar lo valiosa que era, y no solo para él, pues las acciones de la cadete eran de las más brillantes de todo su domo, y aunque no lo dijera, lamentaba que no hubiera sido elegida por el 15 y tenerla bajo su mando, aunque quizás así jamás hubiera surgido esa chispa, pues la distancia que debía tomar en su puesto laboral no era el mismo que allí podía consentirse.

- Harry es muy buena persona, aunque a veces comete errores, como todos - Suspiró y asintió con la cabeza - El hermano de Lizza estará bien atendido y si quieres saber más sobre ella, puedes preguntar a cualquiera de tus mandos o directamente a mí. No tengo problemas en interesarme por su evolución, aunque seguro Dunne también lo hará... Ella fue apadrinada por Townhall cuando era una adolescente y tiende a cuidar a las personas que tienen historias parecidas a la suya... No te será difícil saber de Jacobs... - Aseguró el hombre para darle tranquilidad.

Kepborn jugaba en el Domo con ventaja. Él no podía percatarse de todo lo que allí sucedía, pero los mandos hablaban y algunos de los reclutas que convivían en el lugar, también, dando informaciones variadas que permitían averiguar cómo estaban sucediendo las cosas entre los cadetes.

- Dunne estuvo hablando con el hermano de Billy, y según me ha contado Steven, le está haciendo de mensajera. Sé que le van a permitir un encuentro entre ambos antes de ir al PEC, para que puedan hablar y buscar formas de ayudarle. Buscaremos un buen abogado que pueda defenderle, solo espero que esto vaya bien y... Bueno... Se solucione... - Acarició a la mujer, estaba preocupado, la situación no pintaba bien para el joven, pero su especialidad no era la legislación, solo esperaba que su abogado, fuera muy bueno o podía jugarse la vida en el intento.

- Daya, en su momento querías hablar con Kurik y Lizza, pero tenías otras cosas pendientes. No puedes arrepentirte de ello, a veces no tenemos el don de la ubiquidad - Le acarició la mejilla con delicadeza - Posiblemente no habrías podido cambiar nada. No te tortures ahora por eso, solo piensa que en el futuro, hagas lo que hagas, debe ser siempre algo que no te haga arrepentirte - Quiso cambiar de tema y aprovechó el comentario sobre el arma que se le cayó, intentando sacar la parte divertida a dicho accidente - No se cayó el arma, querías disparar desde abajo - Sonrisa divertida, algo que mudó en su rostro cuando le vio el moretón de su hombro - Vaya... Está claro que no te pusiste hielo... - Comentó y se acercó a besar el cardenal con mucha delicadeza y apenas sin presionar.

La historia narrada sobre Lizza y William parecía entristecer al hombre, más por la manera que la piloto lo narraba, denotando con sus palabras y tono de voz que lo vivido le importaba, le dañaba y que, de alguna manera, no podía olvidarlo - No cuentes tu versión de los hechos a nadie hasta que habléis con el abogado, Daya. Conforme más se extiende una historia, más real se vuelve, y si parece que William actuó con saña o maldad, podría ser una condena muy dura. Lo mejor es no dar pie a eso y guardar silencio hasta que llegue el momento para estructurar la defensa - El doctor estaba muy serio, más cuando la muchacha describía la psique de Kurik, el hijo de un sargento de su propio domo, alguien a quien tarde o temprano tendría que volver a ver, y escuchar el cómo le habían arrebatado a su hijo de manera injusta, no encajando las versiones de familiares y reclutas.

Frank quedó pensativo durante unos instantes. ¿Cómo podía Daya ayudar al joven Thompson? Era complicado - Yo hablaría con los reclutas del domo y anotaría sus versiones de los hechos, eso es lo primero que hará el abogado, entrevistarse con todos y ver por donde poder orientar la defensa. Si todos tuvieseis una única versión unificada, todo se simplificaría mucho - Comentó el médico, aunque él no tenía muy claro de qué más poder hacer - Yo podría hablar con el padre de William, quizás para que hubiera algún tipo de acercamiento...

Estaban en un momento de alerta roja y quedar fuera del domo era imposible - Podemos vernos pero tiene que ser aquí dentro. Si el teniente me ve saltando sus normas no le va a hacer nada de gracia y hasta es posible que me despache, podemos vernos en cualquiera de las estancias de aquí, donde tú quieras...  - Le miró a los ojos y le dio un beso en los labios marcado de afecto. Estaba preocupado, la conversación le había dejado un tanto incómodo. ¿Cómo podía ayudarla? No tenía ni idea, pero se asesoraría, buscaría la manera de hacerle sonreír, pero no podía prometer nada que no fuera verdad - Si encuentro alguna manera Daya, si existe alguna forma de ayudarle, lo haré. Tienes mi palabra. Pero tú por favor, cuídate, promete que pase lo que pase, vas a estar bien - Le dio un sentido abrazo mientras recordaban que fuera del almacén, había dos pacientes y una que como despertara, les iba a hacer sentir vergüenza. Mucha.

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31/07/2021, 22:40
Sargento Dunne Grey

Dunne negaba con la cabeza. No quería agradecimientos por parte de Thompson, ella hacía lo que hacía por convicción, creyendo firmemente que era lo mejor que podía hacer por el bien general, y concretamente por alguien que había demostrado ser de fiar, un activo importante que ayudaba a sus compañeros. No, Grey no iba a dejarle tirado.

- Tu hermano está enterado de todo y muy enfadado con el teniente, quiere verte y ayudarte. No va a dejarte en la estacada, Billy. Ninguno lo haremos. Y no sufras, estamos moviendo hilos para ayudarte, no puedo negarte que la primera idea fue sedar a los mandos, montarte en el starliner y hacernos fugitivos, pero claro, si hacemos eso tu padre os matará personalmente si os atrapa, eso si no lo matáis en el proceso... - Sonrisa divertida, no se sabía si la afirmación era de verdad o mentira, Dunne era capaz de plantear aquello - Y yo tendría que darle las explicaciones a Eylo, y eso me da últimamente más miedo que otro ataque skull, así que tendremos que hacer bien las cosas y comportarnos... 

Grey sorprendería a Thompson con un último gesto, abrazaría al recluta, estaba contenida pero de alguna forma, las palabras que el dijo sobre el desenlace, avivó el fuego interno de la mujer.

- Lo sé, Billy, lo sé... - Suspiró despacio antes de decirle algo suyo, muy secreto e íntimo - Yo maté a mi padre... Y no debí haberlo hecho. Me arrepiento, pero qué bien que está muerto y que malo es vivir con esa condena sobre el alma. Te queda un camino muy largo, Billy, pero no vas a recorrerlo solo. Te lo juro - Le dio un beso en la mejilla, no parecía Grey, sin todas sus máscaras puestas, era como otra persona, quizás la Dunne que Eylo había llegado a conocer.

FIN DE ESCENA

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31/07/2021, 22:41
Director

Para mañana roleo solo en enfermería.

Os pediría que si algún tema va a alargarse mucho lo pasemos a atemporal, si queda poco que comentar, se acaba ya aquí estimando que el miércoles no pueden mezclarse las escenas, si no es un caos...^^uuuu

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01/08/2021, 00:46
Martín A. Ruiz

Mes 2. Día 3. Hora 21:00 p.m. Comedor

En todo lo que quedaba el día, estaba distraído en mis cosas... Algo que no había hecho, simplemente pasarme casi toda la tarde en el gimnasio o los barracones, absorto de todo incluso de los nuevos reclutas, aunque perfectamente pude escuchar algunos gritos y Carracci Llegando con Alvin llegando al gimnasio*, algo que me sacó de mi escondite.

A la hora de la cena, finalmente fue cuando me reuní con el mismo grupo de la mesa de siempre, donde finalmente conocía  lso nuevos reclutas, aunque de nuevo, no tenía muchas ganas de nada. Los saludé, me presenté y les di una bienvenida, aunque del resto dejé que Daya fuera quien hablara con ellos y le enseñaran como eran las cosas por aquí. Fue cuando Eylo se levantó, que luego del inicio de su discurso volví a distraerme, comiendo en silencio y con la mirada en él, aunque aún en silencio.

Fue cuando el Brigada Joe y Quest se levantaron, cuando volví a la realidad, y con ver como apuntaba a los nuevos reclutas y ver como estaban de pie, fue que a mitad de la frase me levanté con firmeza, ahora tratando de "actualizarme" un poco de lo que dijo Eylo con la charla de Joe, sintiendo algo de alivio al ver como básicamente estaba plantando sobre sus pies a todos. ¿Por mi Parte? Ese comentario no me causó ningún pensamiento de duda ni de temor: Había superado las pruebas físicas y la de legislación con unos excelentes resultados, y los "choques" que haya tenido con los demás eran solo provocaciones leves, nada comparado con lo de Anne, y aún así trataba de llevarme bien con todos, incluso pensaba tratar de hacerme amigo de Vera por más difícil que eso pareciera.

Al final me senté, nuevamente en silencio y desenchufando mi mente de cualquier enfoque en ese momento, antes de terminar de comer e irme a dormir como los demás.

Mes 2. Día 4. Hora 10:10 a.m. Enfermería

Finalmente había llegado a la enfermería para la clase de primeros auxilios, solo que a diferencia de los demás, había llegado tarde. Abrí con delicadeza y silencio la puerta, de seguro alertando a unos pocos de la última fila y a Duncan si acaso mirara en el momento de cuando entré. No dije anda, simplemente eché un vistazo adentro, y cuando pasé por el lugar donde estaba Grey, al parecer volteando para ver a René, fue cuando nuestras miradas se cruzaron y le sonreí, sonrisa que se borró en el momento que la vi al lado de Eylo y esta se convirtió en una ligera mueca, antes de pasar finalmente por la puerta. -Perdón por la tardanza, ¿Puedo pasar?-

Si acaso Duncan me dejaba entrar, pues simplemente miraría a mi alrededor, tratando de buscar un lugar en donde sentarme. Las personas se notaba que estaban en pareja, y al dar otro vistazo pude ver a Carl empapado con algo rojo y viscoso encima y un charco grande en el escritorio y mayormente en el suelo, donde mostré una clara sorpresa en mi rostro. -¿Que es esto? ¿Trataron de recrear Carrie?- Puede que nadie o muy pocos hayan escuchado de esa película que era vieja de cojones y que luego de varias maratones de películas de terror tuve la oportunidad de verla, pero aún así no pude evitar hacer la broma. Con un paso decidido y libreta en mano di unos pasos, antes de encontrarme un asiento vacío junto a Elon, el nuevo. Con calma me acerqué y me senté a su lado, antes de levantar un poco la barbilla en forma de saludo. -Hey, espero no te moleste si me siento aquí.- Y así abrí la libreta y traté de prestar atención, no sin antes voltear sobre mi hombro y mirar en dirección de Grey, con una mirada que expresaba... Nada, neutralidad a simple vista, pero los más perceptivos pudieron notar tal vez una pizca de tristeza oculta en todo el exterior tranquilo. Pero eso duró poco, como una mirada de un par de segundos antes de mirar al frente.

Notas de juego

*No recuerdo si Alvin se llevó a René al Gimnasio o algún otro lado, pero igual, en algún punto Martín salió de allí xD

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01/08/2021, 01:19
René Carracci

Mes 2. Día 3. Hora 18:20. Biblioteca

Lo vapulearon. Aquello fue una auténtica emboscada llegada desde cuatro flancos. Lo derribaron y lo vapulearon. Aquellos compañeros le pusieron delante de la cara una verdad inapelable: estaba siendo un egoísta. Se escondía detrás de su dolor, pero estaba siendo egoísta. Él no era el único que sufría. El dolor no era suyo. El dolor era compartido. Sí, era cierto, había parte del dolor que tenía que era sólo suyo, que pertenecía a su vida pasada... pero ahora ellos le estaban intentando mostrar que tenía que poner fin a esa actitud egoísta.

Él había tratado de no involucrarse en lo que ocurría en el Domo, había tratado de mantenerse distante, pero era cierto que aquello ya era imposible: después de la muerte de Sarah, ya no podía decir que no le importaba lo que ocurría en ese lugar. Y ahora ellos le estaban dejando claro que tenía que salir de su solipsismo, que dejara de pensar únicamente en su dolor, que participara del dolor de los demás, que participara de la comunidad que ellos ya estaban formando y a la que él se había opuesto a pertenecer desde que llegó. Pero ellos ya lo habían incluido a él, aunque él no hubiera querido.

Tenía que entrar por esa puerta. Ahora o nunca. Ya no había marcha atrás. Se dio cuenta de que en ese momento sólo tenía dos opciones: o avanzar con ellos, avanzar hacia ellos, o mandarlos a la mierda y marcharse de allí. No había más. Y esos rostros... Esos rostros, esas palabras, esos gestos, sólo le dejaban una opción: avanzar con ellos, entrar con ellos.

Se sintió abrumado. Y avergonzado. Muy avergonzado. Por ver de pronto su egoísmo plasmado en las palabras de aquellos compañeros. De aquellos buenos compañeros. Ellos se preocupaban por él mucho más de lo que él se había preocupado por ellos.

Vio las lágrimas de Alvin, escuchó las dulces palabras de Becky y Daya, las reprimendas de Narel. Tendría que ser un verdadero cabronazo insensible para que todo aquello no hiciera mella en él. Y no era un cabronazo insensible, por más que a veces transmitiera esa impresión. Aquella artillería pesada de palabras y emociones agujereó sus defensas.

Iba a entrar con ellos, iba a dar un paso adelante. Sintió vértigo. Mucho vértigo.

Yo...

En su rostro se podía ver que la rabia que tenía hacía un momento se había disipado y había dado paso a una inconmensurable vergüenza.

Yo... Perdonadme... Lo siento... Chicos... Yo... He sido un egoísta... Perdón...

Después de eso, les habló uno a uno. Les habló con cierta timidez, con la timidez habitual en él, pues no le gustaba exteriorizar sus sentimientos, pero aquellos cuatro compañeros habían propiciado el ambiente perfecto para que René pudiera dar rienda suelta a esas emociones que siempre ocultaba. Era inusitada en él la forma en que se iba a expresar, pero todo en los últimos días estaba siendo inusitado para él, incluida la forma en que minutos antes se había dirigido a Anne Durrell.

Miró a Daya, quien le dijo que se fijara en quienes tenía alrededor y a quienes les importaba, ellos sufrían por él. 

Daya... Tienes razón, sí, ellos sufren por mí, conmigo, y... soy un gilipollas... por creer que estaba sólo... Gracias... Por no rendirte conmigo... aunque he sido un gilipollas contigo... Perdóname...

Miró a Alvin, a quien le puso el brazo en el hombro mientras todavía le caía alguna lágrima:

Alvin... Yo también quiero llegar a ser como Sarah... Sí... Está bien, quizá... —Los miró a todos ellos—. Si la Space Force puede llegar a ser lo que sois vosotros... —¿Era posible eso o se estaba engañando? Eran muchos años odiando la Space Force y ahora... Pero sólo había una forma de saberlo: intentarlo. Tenía que avanzar, tenía que entrar, tenía que soltarse—. Con vosotros... Sí, con vosotros es posible... Contigo, Alvin Zemit, quizá podemos hacer un cambio... Sí... Cuenta conmigo, Alvin... Seamos como ella, como Sarah. Intentémoslo...

Ante las palabras de Becky, René se sintió muy culpable: él mismo no había acudido a ayudarla al comienzo, sino que había pensado que ella debía irse. Había intentado razonar con Anne, a su peculiar manera, pero después se había desentendido del problema, dejándola a su aire. Y ahora ella estaba ahí para él.

Becky... Perdóname por no haberte apoyado... Yo... Yo creo que eres hermosa y... joder, esos niños serán afortunados de tenerte a su lado. Y yo voy a estar a tu lado a partir de ahora, te lo juro, para que ellos puedan tenerte a ti.

Miró a Narel moverse de un lado a otro, nerviosa pero decidida. Era una mujer con coraje y mucho amor. La vio tratar de salir corriendo para gritarle a Anne los mismos insultos que él le había dicho. René se levantó del asiento, salió corriendo tras ella y la agarró del brazo antes de que saliera, impidiéndole hacerlo.

Narel... Sí me importas. —La miró. Miró esos profundos ojos verdes, verdes como la albahaca, como el trigo de Natgrew, como el limón en el árbol aún no madurado—. Sí me importas. Yo... Perdona... Perdona, por mentir, por ocultar... Hay tantas cosas que contar... Perdona...

Y entonces sintió la obligación de sincerarse con ella, ahí mismo, en ese momento. Se lo debía. Los demás también lo escucharían, pero ahora ya eso daba igual. Si iba a entrar con ellos a formar parte, realmente formar parte, del Domo 12, entonces estaba bien. Volvió a sentir vértigo, pero se dejó guiar por aquellos ojos que parecían contener una galaxia entera dentro de ellos, se dejó guiar por esas luminarias verdes. Mientras la agarraba aún del brazo, le dijo:

Esta es la verdad: Mi madre está en Hydria y sufre por mí. Ella acepta que yo me haya marchado; lo acepta porque es toda bondad, porque jamás rechistaría por nada... pero yo soy todo lo que le queda en esta vida y se moriría de pena si muero. Por todos los dioses, debe estar muerta de pena de que la haya dejado allí, muerta de pena de que no la haya llamado en todo este tiempo para decirle cómo estoy... ¿Y sabes por qué no lo he hecho? Porque me duele de una forma insoportable pensar en mi tierra y en la gente que he dejado atrás: yo no me fui de Natgrew con la esperanza de unirme a una buena causa. Vosotros habláis de la Space Force con esperanza, con la ilusión de ayudar. Yo me fui de Natgrew huyendo de un dolor y un desengaño muy profundo, me fui de mi tierra porque los cimientos de algunas de mis creencias más profundas se tambalearon y se rompieron bajo mis pies y tenía que salir de allí. Esos son mis «fantasmas», usando la misma palabra que tú me dijiste días atrás, Narel. Esos son mis fantasmas o al menos algunos de ellos, algún día te los contaré con más detalle y tú deberás contarme cuáles son tus fantasmas, si quieres que pueda ayudarte a ahuyentarlos. Yo me fui huyendo de fantasmas que, sin embargo, aún me persiguen hasta aquí y no me han dejado avanzar... El corazón no olvida, como ha dicho Daya. Porque yo no creo en la Space Force, hace años que dejé de creer en la Space Force... Pero... Pero si la Space Force sois vosotros... —dijo mirando a los ojos a Narel, cuyo brazo todavía tenía agarrado, y después dirigiendo su mirada a cada uno de los presentes; a Alvin, en cuyo rostro aún veía los restos de las lágrimas; a Becky, que era un pedazo de tierno bizcocho; a Daya, quien había insistido como una guerrera para vencer las barreras que él se había empeñado en levantar—. Si la Space Force sois vosotros... entonces, quizá... quizá pueda volver a creer. Con vosotros... puedo.

Finalmente, René escuchó anonadado la historia que Daya le contó sobre cómo Lizza y William habían matado a Kurik. Se dio cuenta de la incomodidad que sentían los demás y, por ello, prefirió no decir nada. Asintió a la historia de Daya en silencio, sorprendido. Tenía su opinión. Y, según esa opinión, acababa de cambiar su impresión acerca de William Thompson, a quien ahora respetaba más por no haber dudado en eliminar a aquel cáncer que era Kurik. Pero sabía que no debía exteriorizar eso delante de Narel. Él desconocía todo el dolor que debía estar arrastrando ella. Y eso, a su vez, hizo que la admirara aún más, que admirara su entereza, su coraje, su entrega a los demás.

Notas de juego

Máster, porfa, ¿no se puede hacer alguna trampa para que Narel no vaya a que Anne le rompa la cara después de que René haya ido el día 5? Es que queda un poco feo que René le esté diciendo esto ahora y dos días después vaya a que Anne le parta la cara... pero eso lo hice antes de saber que Narel diría esto, de lo contrario no lo habría hecho... ToT

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01/08/2021, 12:45
Vera Zumbert

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

En la parte de atrás de la enfermería se habían situado algunos de los reclutas, por un lado y cerca de la puerta estaban Grey y Eylo, formando pareja. En otra parte René y en un lateral, justo donde había una columna, Jim Foster, teniendo de compañía cercana un esqueleto, un gran amigo con el que conversar sobre las técnicas sanitarias, al menos hasta que llegó Vera, la cual nada más acomodarse al lado de la conductora le pasó la mano por la espalda en actitud cariñosa.

- Esta clase me interesa - Dijo por lo bajo la mujer, y es que ya había visto que destruir era fácil. Reconstruir un cuerpo no tanto, y por el cariño que le tenía a Foster, no quería siquiera pensar qué si ella era la caída en el próximo ataque, no poder  salvarla sería un motivo para no desear seguir viva. La quería.

El problema de Vera se parecía al de legislación, no sabía la técnica ni de como poner una tirita, y las palabras específicas como "desfibrilador" se le antojaban extrañas, carentes de sentido y utilidad.

Con lo fácil que sería que todos tuviésemos un médico al lado. Por cada tirador, un doctor. Así nadie moriría...

Estaba claro que Zumbert no era experta en logística tampoco y sus soluciones para salvar la vida de los compañeros, probablemente no fueran ideas a tomar en cuenta por el elevado coste que tenía, y lo inviable de hacer un escuadrón casi todo de médicos.

Jim tomaba apuntes a modo de esquemas e hizo un dibujo muy mono del esqueleto y la clase.

- Dibuja a Eylo, últimamente tiene un palo metido en el culo - Dijo Vera en voz baja con ganas de divertir a su compañera, y es que no gozaba ella de una gran capacidad de atención.

Cuando el médico pidió voluntarios, Vera no se molestó en levantar la mano. Ella no era buen ejemplo de nada, mejor seguir al lado de la seguridad de Foster mientras ella aprendía a dibujar.

- Mira, ¿qué es esto? - Dibujó un punto en el papel - Es Duncan... Tan bajo como ancho... - Sonrisa divertida.

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01/08/2021, 12:46
Benedict Dickens

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Grey tras preguntar a René por su estado anímico, y conseguir que dejara su mundo de ensoñaciones para regresar a la realidad, volvió a atender a su pareja, centrándose de nuevo en él mientras Carracci conseguía una perspectiva sobre lo que le rodeaba, haciendo un marco general de sus compañeros.

El natgrewniano se fijó en Benedict, su compañero más próximo sin pareja. El hombre había sido casi un completo desconocido para todos los allí presentes, al menos hasta una noche que cogió el micrófono en telecomunicaciones, justo la primera tras el ataque de los skullreps, y mandó un mensaje de esperanza a sus compañeros. 

- Pu...pu....puessss... - Comenzó a decir cuando Carracci comenzó a hablarle, siendo muy irónico que tartamudease cuando trataba a las personas de manera directa, siendo todo un galán de la voz cuando era quien estaba detrás del micrófono. Posiblemente se hubiera podido ganar muy bien la vida como locutor de radio.

- Haaaaaaa....y.... que....que....que....po...po....po....nerse en pa....pare.....jas - A pesar de todas las trabas en su desarrollo del lenguaje, esta última frase la dijo bastante rápida, quizás tardaría un minuto que para él, no estaba nada mal - Ha....haaaaaa....y....que....que...que.... es...cuuuu....char... y....y.... han... pe....pe....dido... un...vol....volunta....rio... - Si seguía así quizás hasta terminara la clase antes de que finalizasen sus explicaciones, pero Carracci tenía suerte, si le hubiera preguntado una chica, habría sido una explicación más larga en tiempo, con menor cantidad de información debido a los bloqueos y con sudoraciones de por medio.

Dickens sonrió, se mostraba amable, estaba claro que quería ayudar, agradar, aunque le costaba mucho el trato personal con la gente a la que no conocía, ganando en confianza conforme más conversaciones se desarrollaran.

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01/08/2021, 12:46
Milena Kawalski

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

La realidad de William había dado un giro de 180 grados en tan solo un par de días. De ser alguien despreocupado y libre, había terminado siendo considerado como alguien peligroso, detenido y privado de libertad. El muchacho picaresco, rebelde y de buen corazón que había conocido en el pasado Milena, había matado a alguien, según le habían informado los cadetes con los que convivía, siendo su primera reacción ante aquellas afirmaciones un "imposible" que partía del fondo de su alma.

La joven había rehuido la mirada con Thompson cuando entró en el comedor durante la cena, a pesar de que sabía exactamente dónde estaba sentado y con quien, mientras los reclutas nuevos eran informados por Daya de todas las informaciones generales de dominio público, tales como los nombres de sus compañeros, sus habilidades y los últimos sucesos que habían tambaleado los cimientos del Domo 12.

Banerjee se daría cuenta de algo, los nuevos reclutas eran bastante sociables de trato, especialmente Milena y Elon, mientras que Lesly era mucho más reservada, pero se denotaba muy buena sintonía entre ellos. Observaban, escuchaban, aprendían y no prejuzgaban, al menos hasta que Daya mencionó a Eylo y a Milena le salió un comentario que surgía desde el fondo de su alma.

- ¿Cómo ha conseguido ser el líder? Era el más rebelde de todo el orfanato - Una bonita sonrisa, inocente a decir verdad, por edad se podía considerar casi una niña, pero una con la cabeza muy bien centrada - Y resistente, no creo que nadie haya recibido más azotes que él - Por su tono de voz, había un elevado grado de admiración por él.

Los nuevos cadetes no fueron parcos en explicaciones. El motivo por el que estaban allí había sido por seguridad. Milena había sido envenenada dentro del Domo 3, y de ahí su traslado, las dos personas que le acompañaban eran sus mejores amigos y reclutas que en sus expedientes se consideraban "de confianza". Supo así Banerjee que la joven había estado una semana ingresada, le habían practicado una diálisis y que aún precisaba atención médica, no podía sobre esforzarse.

La charla de Yilmaz cuando trató el tema de los artículos, Milena no sabía a lo que se refería. Ella en su domo no había dado tanta legislación, pero pronto supo que se referían a William, fue entonces cuando la mirada de la joven se posó en Billy y sintió unas repentinas ganas de llorar e ir hasta él, a pesar de todo, lamentaba cómo la vida había podido cambiar tanto, en tan poco tiempo.

Observó lo rápido que comía para tomar distancia e irse del comedor, haciendo que la muchacha quedara sumida en un espeso silencio, cuando ya no pudo seguir observándole.

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En la enfermería Milena estaba atenta a las explicaciones de Duncan, teniendo muy presente que debía coger apuntes para no perder el hilo de las explicaciones, así que se sorprendió cuando su voz, la de William, rompía el silencio tan cerca de ella, pidiendo un bolígrafo y erizando su propia piel.

- Oh... sí... Espera, tengo uno... - Dijo con voz bajita, como si fueran a reñirle por perder un segundo de atención del docente.

Así fue como el bolígrafo de Milena pasaba a William, y cómo el útil caligráfico le era devuelto al poco tiempo, haciendo que ella, tras temblar levemente, se llevara las manos a los bolsillos, tragando saliva con dificultad.

Elon no despreció que Thompson decidiera elegirle de compañero, aceptando de buen grado su disposición, a pesar de todo. Estaba claro que Demarco no era un tipo que excluyese a nadie, pero eso sí controlaba de manera habitual dónde estaban las manos del joven detenido y el cuello de Milena, y es que tras lo vivido no estaba dispuesto a arriesgarse más de lo necesario. Sabía que ambos se conocían del pasado, aunque no los pormenores de aquella relación, la cual, tenía claro, deseaba conocer.

- William, ¿verdad? - Tanteó - Vaya, ¿te va el voluntariado? A mi también - Dijo cuando el recluso levantó la mano ante la petición de Duncan, haciendo que Demarco le secundara - Siento lo tuyo... - Comentó intentando empatizar con Thompson y en realidad, así era, no le juzgaba, pero quería romper un poco el muro incómodo que era establecer diálogo con alguien en esa situación tan particular.

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01/08/2021, 12:47
Yum Ziam

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Yum no había dudado ni un instante en ser la sombra de Einar. Su compañero y amigo era en aquel instante de su vida, quien más sabía de ella, su pasado y expectativas de futuro, siendo consciente de que tras el desafortunado accidente de hacía unos pocos días, había quedado afectado, algo que en su moralidad no podía permitir.

- Vamos a sentarnos allí, Einar, cerca de Duncan, así prestaremos más atención y aprenderemos más - Siempre responsable y trabajadora se mostraba la oriental, la cual, al igual que muchos de sus compañeros, estaba deseando aprender cómo curar, para que nunca jamás tuvieran que perder un amigo en el campo de batalla, y menos, por acciones propias.

Ambos se cruzaron con Daya y Ziam sonrió a la piloto, al igual que su compañero lo hizo, mientras que la mirada dirigida a Thompson era más fría, ¿dura quizás?

- ¿En qué piensas, Einar? - Preguntó Yum tras percatarse del sutil cambio que experimentaba el piloto al mirar a William - ¿Estás bien?... -Los rasgados ojos de Ziam quedaron prendidos durante unos instantes en los nuevos reclutas y en Thompson, parecía que estaban conociéndose - ¿Tú crees que William tiene posibilidades? Recibe la misma formación que nosotros, quizás el castigo que le den no sea demasiado duro... No sé qué dice el código militar al respecto y según sus acciones... - ¿No era acaso una consulta legal? Ziam demostraba que incluso tras aprobar legislación, realmente sabía poco de las Ordenanzas, o que tenía poca memoria retentiva.

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01/08/2021, 12:47
Sargento Dunne Grey

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

Grey se contuvo, la negativa del eridiano a seguir tonteando públicamente, junto con su explicación, era razón suficiente como para que la fémina no solo se tranquilizara, sino que pusiera un poco de cordura en sus propias formas y acciones, comprendiendo a la perfección de que sobrepasarse en aquel contexto, perjudicaba a su pareja.

- Me contendré, pero que conste que no deseo estarme quieta... - Le dedicó una bonita sonrisa, le gustaba mucho el juego, provocar y lamentablemente, ganar. Algo contra producente por la conversación privada que iban a comenzar y que ya había empezado mal, mintiéndole ella, indicando que no estaba tensa cuando claramente sí lo estaba, casi como una liebre deslumbrada por los faros de un coche.

El suspiro de Yilmaz puso en alerta a Dunne, ella le intuía tanto como él y supo que no la creía. Bajó la mano hacia su regazo y tomó discretamente la de Eylo, la acarició con suavidad.

- Perdona... No quiero herirte... - No hacía falta indicar porqué, ambos sabían que su falta de sinceridad había sido notable - Me importas de verdad... - Y así era, a pesar de que en ocasiones, pudiera resultar ser una mujer un tanto difícil.

- No he tenido problema alguno con Duncan... Bueno yo no, él sí... - Leve sonrisa, al menos ahí no había mentido - Me citó en la enfermería porque mi expediente sanitario se ha... perdido... - Un cambio en su voz, te resultaba tan sencillo saber que ella había sido causa de ese accidente, tanto como que le gustaba el café con poca leche y sin azúcar - Y quiere hacerme pruebas, sacarme sangre de nuevo... Pero eso no es necesario, que vaya al PEC y le pregunte a Teller por mi expediente, seguro que tiene alguna copia guardada...

Hizo un silencio mirando al doctor. No se sentía muy bien con aquella conversación. ¿Culpabilidad? Decía lo que le convenía, no daba amplias explicaciones al respecto.

- No me gustan las agujas. Me da tanto respeto como volar. Las odio... - Dunne pareció palidecer cuando Eylo dijo que Duncan iba a dar parte de ella, estaba claro que sus superiores más directos eran Quest, que la odiaba, Joe, que se mostraba como un tipo muy duro y Townhall, alguien a quien quería. Parecía estar nerviosa, quizás una de las pocas veces que no parecía controlar la situación - Si habla con Teller le dará mi expediente... Por favor que no hable con los mandos de aquí, ¿podrás convencerle?...

Y aquí su dulce pareja le ponía en una tesitura moral. ¿Qué hacer al respecto? ¿Por qué evitar la extracción de sangre? Todos los grises de Grey, irónicamente se iban mostrando a cada día que pasaba, pero si Yilmaz tenía algo claro, es que ella pocas veces le pedía algo y de forma tan directa. ¿Le manipulaba o estaba desesperada? Sus ojos verdes le buscaban, no era nítida, él lo sabía, no estaba siendo sincera al 100% y para obtener el relato, debía ser mucho más duro preguntando, sin dejar hilos sueltos.

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01/08/2021, 12:49
Carl Brinstom

Mes 2. Día 4. Hora 10.00 a.m. Enfermería

 

¡Cuánta emoción había en el ambiente! Carl llevaba unos días eufórico, por un lado la presencia de Narel en su "pequeño proyecto conjunto"; la presencia de reclutas nuevos con dos verdaderas preciosidades, donde una al menos no daba miedo y le había sonreído ¡a él!; y la clase de primeros auxilios en dónde no iba a tener problemas, pues tenía conocimientos previos. Iba a ser un soldado espectacular, con su sobresaliente en legislación y la nota que ya estimaba buena, en aquella sesión.

Su ánimo estaba por las nubes. Estaba haciendo más amigos que nunca, hasta los combatientes se pararon a escuchar su relato sobre los sucesos acontecidos durante el ataque, cuando William disparó a Kurik tras el fuego cruzado entre Lizza y el ruso. Había sido como una verdadera historia de gansters.

Ciertamente para algunas cosas, Carl Brinstom parecía un completo idiota. Un hombre inmaduro que precisaba atención constante y que se le escuchara, pero al menos nadie podía afirmar que tenía maldad de fondo. Ni mucho menos, no siendo nunca cruel con quien pretendía pasar un rato con él, a pesar de que a veces, no le tratasen como correspondía.

- No me molesta mancharme - Que el médico le hubiera seleccionado de entre todas las manos levantadas era un completo honor. Y allí iba él, con la espalda tiesa, su porte seguro, y tras levantarse, el primer tropezón que casi le hace caer de boca. Se escuchó de fondo algún suspiro de exasperación, Anne Durrell, cómo no. Al menos estaba calladita.

Carl se tumbó y cerró los ojos, así como la boca durante unos instantes. Cuando le dijo Duncan que se tapase la nariz, lo hizo pero se le ocurrió una duda.

- ¿Por cuánto tiempo?.... - Maldición, había abierto la boca y buena parte del contenido del cubo invadió su paladar, haciendo que escupiera restos de tomate y agua, salpicando con sus propias babas al doctor. No s ele podía pedir más, era Carl. Hubo alguna risita discreta en la sala y algún que otro gesto de preocupación por el compañero.

Los reclutas se acercaron para memorizar cuánto era dos litros de sangre. Lesly asintió con la cabeza, silenciosa, ya tenía tomada la medida, mientras que Becky arrugaba la nariz, a pesar de ser un simulacro, la idea de lo que veía, le resultaba incómodo, pensando que aquello, era demasiada sangre.

Carl hizo espasmos en el suelo, como si el hecho de estar desangrándose fuera real y Elon no pudo evitar sonreír por las ocurrencias de Brinstom. Eso en el Domo 3 no pasaba. Tras hacer un rato el idiota, se levantó como si de un héroe se tratase, volviendo a su sitio y manchando a todos sus compañeros a su paso, eso sí, sin querer. Milena observó un rastro de tomate en sus apuntes, que intentó quitar sin mucho éxito, tendría que pasar a limpio las anotaciones.

Siguió la clase y con ello más preguntas, esta vez sorprendería Noor Joyse, que levantó la mano para hacer una cuestión y que además, tenía un mensaje encriptado.

- Señor... - Se levantó y actuó como los nuevos reclutas, evidentemente, intentando ser tan buena como ellos - Según usted, los atletas tienen un ritmo cardíaco más lento, por lo tanto menos posibilidad de morir desangrados. Por lo que es importante que los reclutas hagan deporte por la mañana, como correr... ¿No lo cree? ¿No debería prescribir como medida sanitaria que nos dejaran salir al exterior para entrenar? Podíamos hacerlo en grupo... - Le miró a los ojos fijamente, en cierta medida era una petición a seguir corriendo, y de manera sutil, implicarle a él, con ella, como hacía unos días, no practicaban. ¿Lo extrañaba?

La parte de golpear y dejar inconsciente a alguien parecía animar a Donner, el cual comenzaba a prestar más atención en la clase que en la de legislación. Estaba siendo divertido.

- Dejar inconsciente, eso es fácil.... - Tras esa frase era como si ya dominara los primeros auxilios.

La que parecía estar un poco pálida era Yum, hablar de tanta sangre, a la mecánica no le agradaba absolutamente nada

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01/08/2021, 14:34
René Carracci

Mes 2. Día 4. Hora 10:00 a.m. Enfermería

René escuchó con paciencia a Benedict. Carracci no tenía ninguna prisa, no tenía ningún lugar al que ir, así que ni le desesperó el ritmo de Dickens ni le urgió a que fuera más rápido. Al contrario: concentrarse en las largas y morosas frases de aquel hombre le ayudó a seguir desperezándose, a seguir saliendo de su confuso mundo interior.

Además, entendía a Dickens, pues en cierto sentido era como él: tenía problemas para tratar con la gente, aunque fueran distintos problemas.

Al terminar sus dos largas frases, Benedict le dirigió una sonrisa. Le agradaba ese hombre.

Bueno. Veo que tú no tienes pareja. Yo tampoco. ¿Te pones conmigo? Lo de escuchar... —René puso cara de resignación y se le acercó para hablarle en voz baja—. Yo puedo escuchar, pero otra cosa es que me entere de algo. Soy un poco bruto, no me entran las cosas a la primera. Bueno, ni a la segunda... —Después volvió a separar su rostro del muchacho, quizá la cercanía lo agobiaba—. Pero tú pareces inteligente. Sabes de maquinitas. Siempre es bueno estar con alguien inteligente, mi nonno siempre me lo decía... «Te sentirás gilipollas, pero al menos no lo serás del todo si los escuchas». Eso me decía... Él no era ningún gilipollas, ¿sabes?

Parecía que el estado de cansancio de Carracci lo había llevado ahora a recuerdos aún más lejanos en el tiempo. Y además su estado de confusión parecía también haberle soltado algún cable en la cabeza, pues de pronto se ponía a hablar más de lo habitual.

Entonces, escuchó ruido de escupitajos. Era Brinstom escupiendo tomate que le había tirado encima Duncan. Todos se levantaron para mirar, también Benedict. René se levantó detrás de él, pero no se había enterado de qué era lo que estaban mirando. Le preguntó de nuevo a Benedict mientras estaban allí de pie mirando, esta vez un poco avergonzado de haber vuelto a perderse la explicación por haber estado sumido en los recuerdos de su abuelo.

Oye, no me he enterado. ¿Qué ha dicho el médico del tomate? Joder, perdona, estoy en las putas nubes... Yo sí que estoy un poco agilipollado últimamente... Soy un puto lastre. Si quieres, puedes buscarte una pareja que esté más espabilado, lo entiendo, yo estoy en otra galaxia ahora mismo...

Le decía todo esto mientras volvían a los asientos. En ese momento, pasó por su lado Brinstom, manchándoles con tomate a su estilo. René suspiró, pero no le dio mayor importancia. Desde el día anterior, cuando Narel le explicó algo más sobre Carl, había comprendido que lo mejor que él podía hacer con ese hombre-niño era simplemente soportarlo en silencio, pues era inofensivo. Pero seguía pareciéndole un idiota.

Volvieron a sus asientos y esta vez consiguió poner algo más de atención a las explicaciones del médico. Lo último que dijo le llamó la atención: reducir el agujero de una herida para curar. De nuevo acudieron recuerdos recientes a su mente y entonces preguntó, casi de forma automática, sin levantar la mano, desde el fondo, en voz alta para que Duncan lo escuchara:

Pero no entiendo, ¿cómo hago eso? ¿Cómo podría haber reducido el agujero de sus heridas?

De forma inconsciente, la última pregunta le salió en tiempo pasado. Era evidente en qué estaba pensando al hacerla.