Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 3. Nuevos horizontes

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25/11/2021, 15:28
Einar Andersen

Mes 3. Día 2. Hora 19:35 p.m. Alaska. Pasillos de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

El piloto se cruzó de brazos mientras escuchaba con atención la explicación que le estaba dando su compañera de tarea, asintiendo asertivamente a medida que la muchacha iba extendiendo su razonamiento.

-No, yo también estoy de acuerdo con eso- añadió al comentario de Tessa al respecto de que sus conjeturas podían ser fruto de un error.

-Dudo mucho que un 3% pueda deberse a un simple factor de caos. Si el porcentaje fuese mayor, cercano al 20 o al 30% me parecería probable, pero... ¿Un tres por ciento?-negó con la cabeza-Yo también apuesto por una intencionalidad.

Tessa no solo se mostraba completamente preparada para aquella tarea, si no que además demostraba inventiva a la hora de aportar opiniones intrépidas, como la de ser necesario investigar aquellas zonas de forma presencial.

-Una vez más estamos de acuerdo, señorita Bintel. Dadas las circunstancias nuestra mejor opción sería la de enviar una expedición a las coordenadas para recabar datos... Desconozco si la Comandancia puede aportarnos semejantes recursos humanos o materiales, pero yo mismo podría ir, no se necesitaría mucho más que una nave de clase patrullera con el equipo necesario...-divagó mientras se mesaba la línea de mandíbula imberbe.

Volviendo a dedicar su atención en su partenaire, le dedicó una mirada directa y cargada de decisión.

-Sea como sea, creo que esto es lo suficientemente prometedor como para que redactemos un informe detallado y elevemos una propuesta.

Ante el ofrecimiento de salir del laboratorio tecnológico para tomar un café y despejarse un poco, el muchacho asintió, levantándose de la silla-Dejemos que mientras la IA siga minando información probabilística por si sacamos algo más.

Por pura cortesía hizo un gesto de mano hacia la señorita Bintel para que ella abriese camino, invitando a que ella saliese primera por la puerta que daba al corredor.

-Pues si dijese que sí me temo que le estaría mintiendo-bromeó ante la pregunta a cerca de su acomodación en la base.

-Nada más llegar pedí ir directo al laboratorio, y no tengo ni idea de cual es mi dormitorio... ni se donde está la zona de dormitorios, en verdad-añadió fortándose la nuca algo avergonzado

-Yo soy Gunpeyano de segunda generación. Mis padres se mudaron allí cuando la Comandancia activó la iniciativa Tecno-colonos. Allí se conocieron-respondió con naturalidad.

-A la segunda pregunta no tengo una respuesta tan clara o contundente... Supongo que por una parte por la típica rebeldía adolescente de no querer seguir los pasos de tus padres... Ambos eran ingenieros técnicos y creo que se suponía que yo seguiría los mismos pasos. Por otro lado la industria aeroespacial en Gunpe es puntera. Cualquier chaval con un mínimo interés académico es inevitable que se sienta atraído por ese mundo. Sumadas ambas cosas al cariz cuasi bucólico de la figura de los pilotos de combate... pues bueno, aquí estoy, supongo- dijo encongiéndose de hombros y no pudiendo evitar una inocente sonrisa.

-¿Y que hay de usted, señorita Bintel?- preguntó siguiendo el hilo de la conversación, si bien había genuina curiosidad por conocer el trasfondo que podía situar a una chica como esa en un lugar como aquel.

 

 

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25/11/2021, 16:19
Einar Andersen

Mes 3. Día 2. Hora 20.00 p.m. Alaska. Cafetería de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

Siguiendo los pasos de aquella bonita muchacha, Einar se adentró en el comedor de la base, momento en el que se cruzaron con la pareja conformada por Duncan y Grey lo que en primera instancia provocó que el recluta espigado y rubio abandonase por un instante la pose relajada para ponerse firme ante su superior, con el consiguiente saludo marcial, si bien sabiéndose en una instalación alejada del ámbito militar relajó en seguida la postura, para estrechar la mano que le había ofrecido Duke.

-Sargento, Doctor, permitid que os presente a la especialista Tessa Bintel. Ha sido asignada como mi asesora tecnológica. Estos son la Sargento Dune Grey y el Doctor Duncan MacCarthy, ambos miembros de mi pelotón.

Presentó a ambas partes con la corrección formal que le identificaba.

-Suscribo tus palabras, doctor-respondió sonriendo al comentario a cerca de lo afortunado que había sido.

-Apuesto a que la especialista Bintel querrá restarse importancia pero lo cierto es que parece que empezamos a tener algún resultado prometedor. Nada definitivo pero sí un hilo del que tratar de tirar; y una parte importante del mérito es de la señorita Bintel. Su capacidad en el campo del análisis de datos está fuera de toda duda-reconoció con sinceridad. 

-Como digo aún nada definitivo, pero estoy esperanzado. Por tus palabras intuyo que tu investigación aún no ha arrojado resultados, pero es que eso es lo que tienen este tipo de investigaciones, ¿no?- Le palmeó el hombro en gesto amistoso.

-Seguro que acabas encontrando algo-añadió en tono convencido, sin embargo tras haber dicho eso no pudo evitar fruncir algo el ceño-¿De nuestros compañeros se sabe algo...?-Aquella pregunta era lo suficientemente imprecisa como para abarcar todo el rango de preocupaciones que atribulaban al piloto en aquel momento. Preocupación por el estatus de las misiones actuales de sus camaradas, preocupación por las pruebas de embarazo y sangre y preocupación más específica y específica por reclutas concretos, como eran Daya y especialmente Yum.

 

 

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25/11/2021, 18:56
William P. Thompson

Disfrutó del café con sus nuevos compañeros, mostrándose amigable, despreocupado y algo indiferente por la autoridad, a fin de cuentas tenía una imagen que cuidar. Le caía bien Seok, hubiera agradecido tenerlo en el Domo 12, aunque la comparación con dos de los tres tecnólogos que habían tenido era ridícula. 

Durante la comida, en el momento de dar la nota para tomar su papel, se fijó en la reacción de los compañeros. Algo extraño, pues de buen seguro no era el único díscolo de allí, al menos de primeras. En seguida comprendió el porqué. Iban a castigarlos a todos, por un mal comentario de Thompson. Bueno, eso haría más difícil la labor, pero tenía que hacer lo que había venido a hacer. Cuando el sargento se encaró con William, la mirada que recibió fue de indiferencia, sin ser todavía consciente de las consecuencias que acarrearía su respuesta. Aunque la preocupación mostrada por Seok le podía haber dado una buena pista, no era algo que fuese a amedrentar a Billy. 

Agradeció muchísimo el ofrecimiento de Hwan, aunque lo rechazó con tranquilidad - Gracias, pero no te preocupes, bastante vas a pagar ya porque no tenga claro a quien castigar - afirmó manteniendo bien clara su disconformidad con el castigo elegido. Entendía que le hubieran castigado duramente, pero extender la pena a todos los reclutas le parecía no sólo injusto, sino excesivo. Además, ya tenía un plan preparado. Como tenían dos horas antes de partir hacia el lugar en el que les abandonarían durante una semana, aprovechó para acercarse a hurtadillas a la cocina, donde trataría de aprovisionarse lo mejor posible. Se centraría sobre todo en alimentos no perecederos y con un alto valor energético. Barras de vitaminas, paquetes de frutos secos en forma de pasta, pastillas potabilizadoras para el agua, carne seca y alimentos deshidratados. Todo lo que pudiera lo llevaría debajo del uniforme. Así lo tendría oculto y además podría aumentar la carga que podría llevar. Viendo como se comportaban aquí, no tenía pensado hacer partícipe a nadie de sus intenciones. 

Durante el vuelo, decidió pasar desapercibido y poner cara de circunstancias, para que el mando que fuera quien los llevara, pensara que había aprendido la lección, algo que aunque fuera cierto en la realidad, no mostraría. Una vez llegado al destino, a pesar de las esperadas caras de mosqueo que pudiera encontrar, Thompson se mostraba sonriente. Esperó el tiempo prudencial a que la nave se hubiera perdido de vista hasta que se abrió la boca - Bueno, entonces tenemos una semana sin mandos, habrá que aprovechar - Esperando que aquel comentario pudiera no caer demasiado bien, decidió acercarse a Seok con cara de incomodidad y se apoyó en el hombro de este - Dame un momento anda - Dijo al tiempo que empezaba a sacar distintos tipos de alimentos que había conseguido escamotear de las cocinas. - Aunque he traído bastantes provisiones, estaría bien buscar un buen sitio donde pasar estos días - Sentenció mientras con una sonrisa de suficiencia lanzaba al aire y cogía uno de los paquetes de pastillas potabilizadoras que daba un par de vueltas en el aire. Desde luego una cosa esperaba haber dejado clara, las normas no eran para él y un lugar tan estricto como el ejercito quedaba patente que no podía encajar con alguien como él, lo bueno, es que esperaba que todos prefiriesen comer de manera habitual durante esa semana, antes que hacer algo al respecto, aún así consideró oportuno decir algo, que también le vendría bien - Debo decir que siento que os hayan castigado a todos por mi culpa... - Dejó un momento de pausa, antes de agregar un sutil - ...Cabrones - Había decidido utilizar el plural a la hora de referirse a los mandos a propósito. No sólo encajaba con la imagen que podrían tener de él, sino que reafirmaba su desprecio frente a la autoridad. 

Pasó los días tratando de colaborar para traer algo más de alimento, incluso trataba de ubicar el lugar en el que estaban con los mapas que había estudiado en su momento. Si alguien preguntaba, confirmaría que en su primera semana en el otro Domo se había colado en los archivos codificados del Domo y había descargado unos mapas con una amplia zona. Aunque la supervivencia no era el punto fuerte de William, desde luego tampoco era un punto débil para él, así que colaboraría ayudando a sus compañeros, mostrando por actitud que para él, ellos eran tan víctimas como él, pero siempre mostrándose contrario a los mandos. También había llevado las cartas, para tratar de echar algunas partidas durante la noche. Quería llevarse bien con la mayoría, demostrar que él no sería su enemigo, incluso dejar caer (a ser posible cerca de la persona apropiada), que deberían estar unidos, que el enemigo era el sargento y compañía. 

También trataría de acercarse a Seok, se había mostrado amistoso y le caía bien, un buen chico de los que quería que las cosas fueran a mejor, se preocuparía por él y porque tuviera siempre provisiones suficientes, escuchando lo que tuviera a bien compartir con él sobre el Domo 19 y sus mandos, algo por lo que le preguntaría de manera habitual. 

- Tiradas (3)

Motivo: Sigilo

Dificultad: 0

Habilidad: 16

Tirada: 2 7 7

Total: 7 +16 = 23 Éxito

Motivo: Cartografía

Dificultad: 0

Habilidad: 10

Tirada: 1 4 8

Total: 4 +10 = 14 Éxito

Motivo: Supervivencia

Dificultad: 0

Habilidad: 11

Tirada: 2 6 9

Total: 6 +11 = 17 Éxito

Notas de juego

(En caso de que estuviera cerca la zona que Billy sospecha que es la del tráfico, me gustaría saberlo para intentar hacer algún tipo de incursión aunque sea más adelante)

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25/11/2021, 19:30
Jim Foster

Mes 3. Día 1. Hora 20.30 p.m. En algún lugar del planeta Tierra

 

En ausencia de los planes del viejo proyecto de construcción del Mech, seguramente en posesión del recluta Evan Smart, la sargento Naomi Corlett había planteado construir una maqueta de menor tamaño para probar la resistencia de los materiales, así como poder mejorar el diseño - me parece bien, así podemos ver en qué se puede mejorar a mayor escala - empecé a anotar en una libreta cosas que se me ocurrían que debería de tener el mini-mech, no fuera que luego se me olvidasen.

Habíamos estado viajando hasta Acme y Yum no había abierto la boca, ahora que íbamos camino de la tienda para comprar víveres, aquella actitud autista persistía, no sé si era porque ella sólo se relacionaba con los pilotos o qué, pero sin duda aquella forma de comportarse era sumamente extraña. Normal que Corlett la tuviera cruzada, no era para menos, algo escondía.

Una vez ya en la tienda, mi popularidad estaba emergiendo a una velocidad increíble - vaya, así que todo el pueblo sois fans? Es increíble - no me habían reconocido en el Pec ni en el Domo 12 pero habíamos ido a un pueblo remoto y todo el mundo sabía quién era, cuanto menos paradójico. 

La señora que se había quejado porque habíamos aparcado junto a la tienda se comportaba como si fuera la presidenta de mi club de fans. Además el dueño de la tienda, no paraba de llamar por teléfono para avisar de mi presencia allí - a ver, tranquilas, voy a pasar una temporada aquí, así que, podemos organizarnos para tener una convivencia saludable - hubo un momento en que parecía que me estuvieran rifando, todo el mundo quería que yo fuese a su casa. Y eso a pesar de que, a priori, aquella gente por lo que había comentado la tal Margaret, odiaba a los extranjeros, probablemente fueran los responsables de "los incidentes naturales" que cualquier extranjero tuviera en aquel pueblo - tranquilas, tranquilas, paz - Margaret me tenía cogida del brazo para que no la rehuyera y a la vez me fijaba la actitud del resto de mis compañeras: Vera se lo había tomado con humor, Yum estaba apartada en una esquina sorprendida por la reacción de aquellas mujeres, Becky miraba y Naomi parecía que iba a tomar cartas en el asunto ante el caos de aquella situación.

Previendo que la sargento intentase imponer orden y surgiera el conflicto, decidí dar un paso adelante y tratar de reconducir la situación - escuchadme, escuchadme... - esperé a que aquella gente se fuera callando para poder hablar, en cierto modo parecía estar en una guardería, se comportaban como niños - voy a estar aquí unas semanas y no he venido sola - indiqué las demás mujeres que habían venido conmigo, las presenté una a una, dando más importancia a Naomi, advirtiendo el rango que tenía - para mí es una nueva vida, así que, tengo que ajustarme a las normas de la SF pero... Estoy segura de que la sargento, no se opondrá a que realicemos algunos actos comunitarios con la gente de Acme - tenía un plan, quizás aquellas gentes podían sernos de ayuda, igual podían abastecernos de enseres y víveres, a la vez que participaba en algunos eventos de cara a promover cierto turismo, aprovechando que estaba allí - trabajo en común. La SF os necesita, podéis sernos de ayuda, colaborar, participar de un modo activo - sí, miré a Naomi, tratando de convencerla de que aquella gente, aunque por rango de edad estuviera muy pasada, también podrían aportar su granito de arena - vamos, ¿Quién quiere trabajar codo con codo conmigo? Hay muchas cosas que hacer en Acme, podemos mejorar la vida de este lugar con muy poco. Yo hoy estoy aquí, pero podría en el futuro traer a más pilotos, si adecuamos el pueblo... Quién sabe, igual podríamos hacer una etapa aquí ¿Os gustaría? - había que darle perspectiva al plan, quizás aquella gente fuera como René Carracci, gente muy cerrada, abiertamente hostil al turismo pero a la vez tenían proyectos, querían cosas - Llevo unos meses en la Space Force y me he dado cuenta que, el trabajo en común sortea muchos obstáculos - me acerqué a Yum, me puse a su lado - Ella es Yum Ziam, mecánico. Os puede ayudar, se le da bien reparar cosas. Es muy tímida, no habla mucho - igual Yum se soltaba si hacía cosas que guardasen relación con su trabajo, y en caso contrario con aquella gente siempre estaría controlada. Después me acerqué a Becky - una gran pastelera y confitera... además tiene una gran voz ¿Quién canta aquí bien? - avancé hasta Vera, aunque veía las miradas que me echaba la sargento, quizás porque preveía que ella sería la siguiente, pero la calmé con un gesto, negando que siguiera con aquella dinámica - lo que os quiero decir es que tenemos cosas que hacer, no hemos venido de viaje de placer pero... nuestra estancia aquí puede ser provechosa.

Me dirigí de nuevo hasta la zona central de la tienda, allí parecía que se dominaba todo el espacio - me han dicho que ha habido ataques de skullreps aquí, quizás se pudieran mejorar las defensas - dudaba que las hubiera, pero aún así, por muy poco que se hiciera, siempre sería mucho más de lo que había - con poco, podemos hacer mucho... mucho bien - traje a Margaret a escena, la coloqué junto al resto para que tratase de conducir a sus vecinas - y a cambio quizás si me dais un vehículo, podríamos hacer un circuito de exhibición - en el viaje hasta Acme, Naomi no me había dejado correr y aquella gente me admiraba por ello, quizás podría contentar a todo el mundo si lograba organizarnos - pero también tengo que hacer tareas, así que, si colaboramos... puede que la sargento acepte que en el tiempo libre, podamos hacer actividades en común, os podría contar mis experiencias, me podríais enseñar el pueblo, presentar a la gente, ayudarnos con los trabajos que tenemos que hacer...

La cosa era que en vez de molestar, aquella gente nos pudiera ayudar e incluso facilitar nuestro trabajo de construcción del Mech a cambio de participar en actividades recreativas y quién sabe si con todo aquel pueblo podría cambiar la imagen que había proyectado hacia los extranjeros.

- Para todo hay que organizarse, tener un orden... - esta vez me acerqué adonde se encontraba la sargento - ella es quien nos dirige a nosotras, le debemos respeto y obediencia, es la jefa. Ella decide - la miré y tras hacer el saludo protocolario militar, le cedí el turno de palabra.

 

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26/11/2021, 02:18
Eylo Yilmaz

Mes 3. Día 17. Rust Walker

Eylo no se permitió discutir demasiado con Eugene acerca de si se había acostado o no con Daya, si se pasaba o no, era consciente que tarde o temprano se acomodarían la una a la otra.. o se matarían. Prefería lo primero, y seguramente sería eso, pero se preparó como apagafuegos de ser necesario. A pesar de las aparentes puyas, estaba contento de tener a Eugy a su lado y se lo demostraba metiéndose con ella menos de lo que ella se metía con él.

Cuando el momento llegó, se mantuvo más tiempo del habitual frente a la esclusa de la pasarela, escuchando los sonidos metálicos que acompañaban al acoplamiento. El corazón se fue acelerando a medida que notaba que los movimientos de las naves se detenían, cuando se escuchó el bufido de la compresión anunciar que la pasarela era practicable, Eylo los nervios le aquejaban los músculos. Procuró mostrar cierta solidez, y cada paso que daba de vuelta a la Rust era como si alguien pretendiera que rememorara todas las experiencias contenidas en apenas unos segundos.

Cuando el interior del viejo carguero ET se abrió finalmente, revelando detrás de la compuerta a los suyos, esperando recibirlo.. Eylo se emocionó. No sabía si era obra del cristal, si era él mismo, pero sintió como su aura reverberase rebotando en todas las paredes hasta golpearle a él. Se marchó de allí queriendo ser Soldado Espacial, asumió que quizá no los vería en años, pero apenas tres meses después había vuelto, sin ser Soldado Espacial, pero con una responsabilidad propia de uno.

Gracias, capitán.. —se sentía rígido, debatiéndose entre lo que se esperaba de un militar y lo que deseaba con todas sus fuerzas. Pero Kimball lo conocía como solo un padre podía conocer a un hijo, le abrazó y allí se rindió la resiliencia de Eylo a tratar de aparentar algo que no deseaba aparentar —. Gracias.. me alegro de estar de vuelta.

Miró a Kimball a los ojos, emocionado, aun con el peso de culpas que se resistían a marchar, pero ver cómo lo veía orgulloso fue suficiente para ahuyentar sus miedos. Eylo sentía genuina devoción y respeto por Cade Kimball, lo quería y sentir que estaba orgulloso de él le alivió. No hubo tiempo para más, Diana se lanzó a sus brazos causándole una genuina risa al recibirla.

Sí, sí, soy de carne de hueso. Cuidado.. auch.. —fingió quejarse, pero correspondiendo al abrazo con igual intensidad. Tessa fue la siguiente, la mamá de la Rust, una mujer huraña y recta, aquella que mantenía la nave de una pieza.

Tess —sonrió abrazándola. Sabía que la mujer no era mucho de abrazos, pero se tenía que aguantar dadas las circunstancias —. Echaba de menos escuchar el ronroneo —respondió refiriéndose al característico zumbido que emitían los generadores de la Rust, algo absolutamente desapercibido para un profano, pero nítido para el habitual.

Gina —ante la oriental se sentía una profunda admiración de Eylo por ella, no parecía gran cosas, pero Daya podía sentirla familiar por su experiencia con Lesly. Eylo no abrazó a Gina, le dirigió una inclinación mientras la miraba a los ojos, quería contarle cosas que le habían pasado. De todos los de la Rust, Gina era quien mejor podría entenderle.

La calma que acompañó los saludos a Tessa y Gina desapareció cuando el enorme Dwayne irrumpió. El cocinero de la Rust atrapó a Eylo como si fuera un muñeco, le permitió el estrujamiento porque enseguida sintió cuánto echaba de menos esa sensación. Incluso se permitió a contraatacarle con un abrazo igual de fuerte, una empresa inútil, y es que Dwayne hacia pequeño a todos los presentes.

¡Dwayne! ¡Cuánto de menos he echado tus gachas! —le repuso picajoso, y es que Dwayne odiaba que llamaran a su guiso gachas. El forzudo cocinero de la Rust Walker era un sibarita, siempre buscando innovar en su perfectamente cuidada, ordenada y vigilada cocina. Probablemente la pulla se saldaría con un pescozón tan típico de Dwayne, pero es que incluso ahora, en ese momento, un pescozón de Dwayne era una caricia.

El encuentro con Carter fue más frío, pero emotivo a su manera. Nunca se había terminado de llevar bien con él, especialmente cuando Carter perdió la pierna en la operación que dirigió Eylo. Las personalidades de ambos eran como agua y aceite, pero se habían aprendido a respetar y a admirar mutuamente, cuando repetía tantas veces que una familia se mantiene unida y no significa que todos deban llevarse bien tenía siempre en mente a Carter. Eylo siempre había guardado culpa, sentirse responsable de lo que pasó, pero para él también tuvo un asentimiento y una leve sonrisa sincera.

Ante tal encuentro, la última, y más nueva, miembro de la tripulación de la Rust Walker le pasó desapercibida. Cuando Eylo reparó en ella toda la emoción condensada se puso en pausa, y el eridiano la miró fijamente como si hubiera visto un peligroso intruso. Faith saludó y Eylo experimentó un vaivén emocional que iba desde la indignación más absoluta a la comprensión, pero emocional como estaba, enterarse de que le habían sustituido, a pesar de que la lógica así lo exigía, no lo encajó del todo bien. Aun así intentó ser amable, pero quedó algo francamente artificial.

Hola Faith. Sí, encantado —lanzó una mirada furtiva a Diana, comprendiendo en el acto porque la piloto había evitado hablar de su camarote. Volvió la mirada hacia su sustituta, analizándola, como si intentara evaluar en el acto si estaría a la altura de la Rust. No lo iba a conseguir, uno no puede estar a la altura de la nostalgia.

Os presento al capitán Frank Kepborn de la Space Force y a mi compañera Daya Banerjee, recluta y compañera de promoción —los introdujo aunque todos se fueron presentando debidamente. Movió la cabeza hacia la pasarela —. En la Nightingale hay cuatro tripulantes más y.. —hizo una pausa, y habló por el comunicador —. Todo bien, tranquilos.

Sintió que estaba traicionado su confianza con aquel gesto, pero esperaba que Kimball comprendiera que se tenía que adherir al protocolo. Una vez hechas las presentaciones, Eylo se dirigió al capitán de la Rust.

Han pasado cosas importantes, capitán.. —Eylo rara vez usaba el nombre o el apellido de Kimball, quizá el más avispado vería que para el eridiano llamar capitán a Kimball era parecido a llamarlo padre. Miró a Kepborn unos instantes, al fin y al cabo era su superior, pero iba a tener que contarle detalles de la operación. Luego pensó que Thyndall había confiado en él, por lo que eso le dio confianza —. Nos vamos a tener que poner al día.

Había muchas cosas que contar aun, e imaginaba que contarlo al pie de la pasarela no era lo mejor. Miró de soslayo a Faith, aun envenenado por aquel sentimiento de sustitución, pero procuró fijarse principalmente en los demás.

Daya podrá daros las coordinadas de donde nos dirigimos. Pero.. seré directo. Han atacado y destruido un PEC.. —hizo una pausa asumiendo que la noticia podía causar una conmoción —. Nos dirigimos allí para buscar supervivientes y recuperar la caja negra, o cualquier información que podamos encontrar, del PEC..

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26/11/2021, 23:32
Daya Banerjee

Travesía y Mes 3. Día 17. Rust Walker

Aquel viaje estuvo marcado por Eugene por dos razones. Primera, porque el cabo dio a torcer su cabezonería y, aceptando los comentarios de Eylo, concedió una oportunidad a Daya, oportunidad que se materializó en una visita conjunta y a solas de ambas mujeres a la cabina. Vieron las tres galaxias en conjunción y Daya aprovechó para dejarle claro a la mujer que deberían intentar mantener cierta cordialidad entre ellas en vía de hacer que Eylo disfrutara de aquel viaje y de su reencuentro con la Rust. Y, segunda, porque provocó una charla seria entre Frank y ella en la que le recordó al capitán lo que habían hablado en su primer encuentro y le pidió que la considerase solamente una recluta más delante del resto del mundo, dejando a un lado su faceta de pareja cuando no estuvieran solos.

La llegada a la Rust fue emocionante para Eylo y para ella. Por fín conocía a quienes eran como una familia para él. El capitán, cuatro compañeros más y una sorpresa para Eylo, una sorpresa guapísima, por cierto. Una pequeña pero compenetrada familia que hicieron sonreír al eridiano libremente, como no lo hacia durante tres meses. A la distancia, Daya observaba todo el encuentro, saludó a cada uno de ellos, aceptando un café del más enorme de la tripulación y, posiblemente, el que había parido el guiso que Eylo les cocinó en la cabaña, encajó con sorpresa la mirada curiosa de Diana a Frank y terminó sentándose en la mesa circular de la Rust para que Eylo pusiera al día a todos de lo que había sucedido y pudieran decidir si los acompañaban a ellos y a la Nightingale a las coordenadas del PEC.

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27/11/2021, 01:33
Daya Banerjee

Conversación con el cabo Eugene Brezos.

Miró con suspicacia a la muchacha pero no dijo nada, temiendo liarla más de lo que ya estaba aquel intento de acercamiento. Había accedido a ir a cabina y ahora tenía que llevarla aunque las ganas habían descendido por debajo de lo apetecible para la innumita.

Cuando se dio la oportunidad de visitar la cabina, Daya procuró que estuvieran a solas, no quería testigos ni nadie que actuara de colchón en aquella mini conversación que pretendía tener. Cuando ambas entraron atenuó la luz en cabina para que el exterior se percibiera mucho mejor. Dijera lo que dijera el cabo, a ella aquella visión le parecía preciosa.

-Cabo, solo quiero que sepa que la invité a venir aquí en un intento de ser amable, no hay más intención que esa-le dijo con educación, como correspondía a un mando, mientras estaba junto a ella mirando por el enorme ventanal-Entiendo que para usted esto sea aburrido, a mi me entusiasma. Somos diferentes y… puede que choquemos en algunas cosas pero quiero que sepa que estimo a Eylo. Es la persona en la que más confío de nuestra promoción, lo considero mi amigo. Ha hecho mucho por todo el domo, es muy especial y tiene un gran futuro en la Space Force. No quiero que se vea afectado por…-hizo un pequeño gesto señalándose así misma y al cabo-…quiero que disfrute este viaje y su reencuentro con la Rust, los echa de menos.

Después de unos segundos de silencio, añadió mientras veía en la lejanía el maravilloso espectáculo de las galaxias-Después ya habrá tiempo para pensar en lo que hemos venido a hacer... En el caso de que tengamos un enfrentamiento cuando lleguemos a destino, ¿ha pensado en alguna táctica evasiva o de ataque? ¿alguna posibilidad o estrategia que podamos adoptar o prever de antemano? No se si ha tenido oportunidad de comprobar el armamento con el que cuenta la nave… Eylo me dijo que la Rust no va armada como para enfrentarse a una gran amenaza, así que le tendremos que dar cobertura. Pondré siempre a la Nightingale entre ese carguero y la amenaza si es posible, pero me gustaría conocer otras posibilidades según su experiencia.

Había escuchado, y como para no hacerlo, que ella dirigiría si se presentase un problema, aunque Frank tenía jerarquía superior. Si ella podía darle algún consejo o qué esperaba de ella se sentiría con más seguridad a la hora de mover a la Nightingale en mitad de una posible situación de combate. Si no quería hablar con ella sobre esa tema, Daya lo aceptaría con normalidad. Se había propuesto que aquella relación se mantuviera en equilibrio por Eylo y haría lo que fuese por mantenerlo hasta que aquella misión terminase.

 

 

Conversación en privado con Frank Kepborn.

Se sentó junto a él en uno de los grandes sillones de una de las salas de esparcimiento. Era tarde ya y todo el mundo se había retirado a descansar así que, considerando que aquella sala no era muy concurrida porque no disponía de accesorios adicionales de ocio como mesa de billar, realidad virtual, o acceso a la base de datos de la nave, no esperaban visitas inesperadas. Aquella sala estaba más pensada para la lectura o la meditación, pero su enorme cristalera panorámica al exterior la hacia una de las preferidas para la innumita porque, para ella, la visión del espacio y la compañía de Frank era más que suficientes para disfrutar de unos momentos de tranquilidad maravillosos.

Se volvió hacia él y lo miró con seriedad aunque le costaba no sonreírle, más que nada porque la sonrisa le salía sola nada más que con mirarle, pero quería tratar un tema serio aquella noche-Frank… quería hablar contigo de una cosa…-le resultaba difícil pero tenía que hacerlo-¿Recuerdas lo que hablamos en el Domo? Sobre nosotros, sobre mi futuro-lo miró fijamente, captando su atención. Aquella conversación empezaba de forma diferente al resto de las que habían tenido, aquella tocaba un tema delicado, sobre todo para ella, bueno, realmente era importante para ambos-Hablamos de que sería mejor que no se supiera lo nuestro para que yo no me viera afectada. Ahora sé que estando juntos es difícil. Hemos intentado ser discretos pero con tan poca gente alrededor es complicado pasar desapercibidos y creo que todos intuyen lo nuestro a estas alturas. Pero eso es una cosa y otra bien diferente es que intentes cubrirme usando esto-levantó su mano hacia el pecho del capitán y acarició sus galones de capitán con su dedo índice-Se cuidarme sola. Debo cuidarme sola. Lo digo por el cabo Eugene. No quiero que estés pendiente de mi cuando la cabo este cerca. La has alejado varias veces estos días cuando no te ha convencido como se ha dirigido a mí…yo lo he notado, ella lo sabe, no es tonta, los demás se habrán fijado...-sonrió. Le había gustado su gesto, se sentía protegida, pero estaban haciendo justo lo que no debían hacer-No me ayuda que hagas eso. Cuando estemos delante de los demás somos capitán y recluta, nada más. Y a los reclutas no se les anda protegiendo, tienen que aprender. Te va a costar tragarte más de una, lo sé, pero debo vadear ciertas aguas yo sola. O pasará lo que hablamos...

Difícil. Complicado. ¿Cómo separar ahora de forma sencilla intimidad y rango?

-Yo estoy aquí por una razón y no es por vocación. Hay gente en Innum que dependen de mí y de mi sueldo aquí, ya lo sabes. Tengo que conseguirlo y no cerrarme puertas, tú mismo me lo dijiste aquel día. Y no quiero perderte… Ahora sé lo complicado que va a ser conjugar las dos cosas, pero tenemos que buscar el equilibrio. Ignora a Eugene, es su carácter, estoy aprendiendo a convivir con él. Es parecida a Anne al hablar, pero mucho más sencilla de llevar, no busca bronca continuamente-sonrió tristemente al recordar a su compañera.

Se acercó a él y lo besó con ternura. Confiaba en que entendiera su postura, pero necesitaba que nadie de la tripulación de la Nightingale pensara en ella evaluando que se podía y no podía hacer para que el capitán no apareciera enseguida esgrimiendo el mando detrás, sino que la trataran como a uno más, sin miedo, sin filtros. Ella quería, necesitaba, ser un recluta a los ojos de los demás, aunque en la intimidad fuera la pareja de Frank. ¿Imposible? Tenía que intentarlo.

 

Mes 3. Día 17. Rust Walker

Siguió a Eylo y al capitán Kepborn por la pasarela que los llevaba a la Rust.

Tenía mucha curiosidad por conocer a la tripulación de esa nave por lo que, cuando el capitán la nombró para acompañarles aún rompiendo el protocolo que indicaba que el piloto debería quedarse en su nave, se alegró. Iba a conocer a la familia de Eylo y, más importante aún, iba a vivir el reencuentro después de esos meses separados. Era como si acabaran de llegar a Innum y ella fuera a reunirse con su familia. Emocionante para Eylo y para ella solo de empatizar con él y cómo podía estar viviendo aquellos momentos.

Como era de esperar, el primero que les recibió al otro lado de la pasarela fue el capitán de la Rust a quien Eylo se abrazó después de unos segundos de duda en los que Daya intuyó que el eridiano había luchado entre comportarse como un soldado espacial o como un miembro de la tripulación del carguero. Miró curiosa al capitán Kimball, sintiendo que entre ambos hombres fluía la confianza y la estima.

Ella permanecía un paso por detrás del capitán Kepborn, desde donde asistieron a la llegada vibrante de aquella muchacha que logró sacarle una sonrisa a la innumita al verla colgada del cuello de Eylo. Después vinieron una mujer más mayor y otra más joven a la que saludó Eylo de forma muy similar a como saludaban los dos a Lesly en los entrenamientos. Apuntó aquel dato que podía darle mucha información sobre la joven. Observó con atención al grandullón que se acercó reclamando su abrazo y el otro hombre que se acercó pero con menos ímpetu, guardando casi las distancias, dubitativo. La atención de Daya estaba en todos ellos, una burbuja de cariño rodeando a Eylo. Pero había alguien más, alguien que se mantenía fuera de ese círculo pero que estaba atenta a lo que sucedía en la habitación.

En Innum se decía que el planeta había hablado cuando el silencio se hacía y el aire se volvía denso y pesado en donde estabas. Eso fue lo que sucedió cuando le llegó el turno a saludar a aquella muchacha a quien la innumita miró con curiosidad, más a que al resto, porque le resultó espectacularmente bonita. Detectó el cambio de actitud en Eylo y no pudo de dejar de mirar al resto de la tripulación en busca de gestos o miradas que le explicasen qué sucedía entre ellos, situación que la propia muchacha morena se encargó de aclarar al presentarse ella misma al eridiano. Entonces, Daya entendió.

Después del momento de tensión, que duró solo un pestañeo si al caso, Eylo presentó al capitán Kepborn y a ella a todos los presentes. Daya estrechó la mano de Cade Kimball cuando este se la tendió-Encantada de conocerle, capitán.

-Igualmente-saludó a la más joven del equipo cuando se acercó a ella a darle la bienvenida, sin poder evitar fijarse en la mirada que le lanzó a Frank, nada discreta y que hizo que levantara una ceja, sorprendida por el desparpajo de aquella reacción, sin apenas disimulo por parte de la muchacha. Pero la llegada de la otra mujer, Tesa, hizo que dejara aquello a un lado y la saludase al igual que hizo Carter y con el enorme Dwayne-Encantada de conocerles. Ahora conozco a la persona de la que Eylo copió la receta del guiso con el que nos ha deleitado hace unos días-le indicó con una sonrisa, sintiéndose atrapada por la forma en la que había recibido a su amigo de vuelta en la Rust. Saludó en último lugar a la que entendía que podría tratarse del relevo de Eylo en la nave y la miró con detenimiento pero con discreción, curiosa.

Aceptó un café por parte de Dwayne y se sentaron todos en una mesa circular desde donde tenía visual de todos los miembros de la tripulación. Ella no tendría que intervenir o, sí lo hacía, sería muy escuetamente, porque entendía que entre Eylo y Frank llevarían la voz cantante. Eso le permitiría estudiar a cada uno de sus anfitriones, ver sus reacciones cuando fueran conociendo lo sucedido y ver la predisposición que tenían en acompañarles sin tener que estar pendiente de si tenía que intervenir o no.

Cuando Eylo comentó que ella podría darles las coordenadas del PEC, Daya asintió. Las sabía, pero no podía comunicarlas sin la previa aceptación de la Rust a acompañarles en aquella misión. Ella no dudaba de que les acompañarían por dos razones: porque era Eylo quien se lo iba a pedir y porque ellos podrían también sacar su beneficio recogiendo todo lo que encontrasen a la deriva hasta llenar la bodega del carguero. Eran unas opciones redondas. Pero, quien sabe. Quizás no era todo tan sencillo y se encontraran con un no.

Miró de refilón a Carter, quizás era el que menos buenas sensaciones le había dado, pero por lo demás, todos parecían muy en sintonía. A ver qué sucedía cuando Eylo los pusiera al día.

Revisó en su comunicador las señales y los baremos de la Nightingale que había programado antes de hacer el trasbordo a la Rust. Desde allí tenía controlados los principales parámetros de la nave y había activado el barrido de sensores y el iónico de forma que si algo se acercaba no pasaría inadvertido. Los escudos estaban levantados salvo en el lateral que ahora se unía a la Rust, punto flaco ahora de las dos naves como ningún otro.

Y, solo cuando comprobó que todo seguía en orden, aún sabiendo que el mecánico la avisaría si hubiera aparecido alguna contingencia, solo entonces, miró al capitán Kepborn a su lado, recordando la mirada de la joven Diana al verlo. Aquella mirada le había hecho ser consciente de algo en lo que había reparado la innumita de forma secundaria hasta ese momento. Frank la había enamorado por su forma de ser, pero no podía negarse que era muy atractivo.

Desvió su mirada hacia su líder cuando este comenzó a hablar, directo y sin paños calientes. La destrucción de un PEC no era una tontería. El capitán de la Rust ya tenía que olerse que lo que le iban a plantear no era una mera operación de rescate.

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27/11/2021, 05:46
Sargento Dunne Grey

Mes 3. Día 2. Hora 19.30 p.m. Alaska. Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

Dunne debía reconocer que la compañía con Duncan estaba siendo mucho mejor de lo que inicialmente había supuesto. Ella estaba allí con tal de servir a la Space Force, pero tras varias charlas con el médico se encontró cómoda a su lado y las conversaciones fluían, a pesar del comunicador. No podía quejarse, estaba a gusto, y consideraba este momento como una oportunidad para descubrir algo importante que quizás pudiera hacerles ver el mundo desde otra perspectiva.

McCarthy se descubrió como un hombre de convicción moral que llevaba el peso de la muerte de Noor sobre los hombros, pero que, más allá de ella, quería detectar a los asterianos para evitar de que surgieran más conflictos entre la propia humanidad. El test de Joyce. Así se llamaría la prueba que discerniese quien era o no de fiar, un nombre que a la sargento pareció agradarle, pasando la mano por la espalda del médico en un gesto que venía a indicar, que no podía haber elegido una denominación mejor para ese análisis.

Las peticiones sobre hacer una ecografía a Narel y una ecografía a los asterianos era algo que Dunne había apuntado entre los pedidos que hacer a Thyndall, asegurando que muy probablemente les dieran los resultados nada más fuesen efectivas las pruebas. Lo que sí sorprendió mucho a Grey fue la opinión de Duncan sobre la Space Force, asegurándole de que ella, jamás, había visto que se hubiera ejecutado a un inocente por tener una información comprometida. Pero claro, que Grey no lo viese no quería decir que no existiera, porque al fin y al cabo, ella solo era un eslabón más de la cadena que conformaba la Space Force.

La importancia de todo el proyecto de Duncan radicaba en las diferencias. ¿Cuánto porcentaje separaría a los asterianos de los humanos como especie? Y si eso sucedía, ¿dónde radicaban las diferencias? ¿Las tendrían sus compañeros? ¿Podría el error absoluto de la muestra afectar a los resultados del experimento? La sangre seca tenía los enigmas que los soldados ansiaban a modo de respuestas, y bajo ese conocimiento comenzaría la criba para discernir quien era de fiar, siendo Yum y Einar los primeros que descubriesen su ADN.

Una colonia agrícola. Ese era el deseo de Duncan a la larga, una idea que no aberró a Grey, quizás ella misma en el fondo, quisiera ser otra cosa, y no la sargento que movía informaciones y materiales de dudosa procedencia. Pero allí estaba, escuchando y sin juzgar, intentando aportar un ánimo que en aquellos momentos, era labor de todos mantenerlo en un punto álgido de elevación.

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27/11/2021, 06:17
Tessa Bintel

Mes 3. Día 2. Hora 19:35 p.m. Alaska. Pasillos de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

Tras la conversación con la experta en tecnología quedó claro que en la Anomalía había intencionalidad, y que existían tres ubicaciones en el universo que había sufrido ese fenómeno, sin ser una región donde hubiera algún planeta humano, y por tanto, se descartaba la presencia de su propia especie.

Tessa Bintel había sugerido ir a revisar aquellas localizaciones, saber qué sitios eran, qué informaciones tenían y poder conseguir algo de luz sobre las brumas de la ignorancia.

- Desde el BICOM tenemos potencialidad de flotar una nave, no es una de las más rápidas y preparadas para ir al espacio pero puede hacer el trayecto sin fallar en el intento. Aunque también está la posibilidad de esperar más días a que nos traigan una astronave de viaje, quizás un modelo starliner o algo más pequeño con camarotes individuales incorporados - Comentó para conocer la opinión del piloto - Yo podría acompañarle, tengo permiso para poder hacer exploraciones espaciales, siempre y cuando me acompañe alguien especialista, y usted es piloto. No creo que mi superiora niegue la posibilidad. ¿Le parece una buena idea o prefiere ir solo?... - Preguntó a Andersen, pendiente de su respuesta -Yo misma puedo elaborar el informe de petición para efectuar la salida...

La mujer era muy correcta en formas, pero aún así se sorprendió de que Einar no hubiera llegado a acomodarse - Eso es una falta de cortesía por nuestra parte. Primero deberían haberle acomodado y luego llevarle al puesto de trabajo. Si lo desea, después de tomar un refrigerio, puedo mostrarle el dormitorio que le ha sido asignado. Son estancias individuales, con lo básico para descansar adecuadamente y con un baño privado. Se encuentran en uno de los extremos del edificio, alejados de las zonas de ocio, para no interferir en el descanso - Explicó detallando el sitio, respondiendo a la pregunta de que Andersen no conocía su localización.

- ¿Gunpeyano? Vaya, es un sitio donde prepondera la innovación tecnológica. Admiro mucho a los científicos que van desarrollando nuevas vías de mejora para la calidad de vida social - Comentó la mujer con una amplia sonrisa - Así que sus padres fueron colonos y usted rompió la tradición familiar de la tecnología - Ante la sonrisa del varón ella se le quedó mirando, haciendo a la par el mismo gesto - Piloto de combate, ¿es ese su sueño, señor Andersen?... No me cabe la menor duda de que podrá conseguirlo - Confirmó una vez estuvieron en la puerta de la cafetería - ¿Sobre mí? Pues... - El encuentro con Grey y Duncan interrumpió la conversación.

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27/11/2021, 07:17
Sargento Dunne Grey

Mes 3. Día 2. Hora 20.00 p.m. Alaska. Cafetería de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

Y allí estaban los cuatro. Dunne Grey con una sonrisa divertida en los labios, tras haberle dicho a Duncan una frase por lo bajo "No mientas, hasta yo sé cuando he perdido", con cierta dosis de humor. Y es que la sargento no iba a competir contra la evidencia, aquella espectacular mujer de finos rasgos y modales exquisitos, tenía muy asumido de que en el ejército habían mujeres que le daban mil veces la vuelta en todos los sentidos posibles, así que no tenía el ego excesivamente dañado, eso sucedía a base de costumbre.

- ¿A qué está mal repartida la genética?... Yo siempre lo he dicho... Por cierto, tú eres médico, ¿no deberías inventar algo para solucionarlo? No sé, meterme el gen de la silueta en forma de botella, o el del pelo rubísimo, creo que el castaño es un color mejorable. ¡Qué maldita! Me gusta su nariz... Uhmmm, Duncan, ¿haces cirugías estéticas? - Preguntó manteniendo el toque de diversión, jugando un poco a auto inmolarse a pullitas - Ya somos amigos, puedes hacerme un descuento y así ganar una compañera buenorra...

Cuando se juntaron con Andersen y Bintel la sargento tuvo la prudencia de callarse, pero las risas con el médico ya no se las quitaba nadie, gestionadas de manera discreta, y no podía ser de otra forma cuando la mujer tenía por especialidad el espionaje.

- Descanse, Andersen - Indicó la mujer cuando el piloto se le cuadró, devolviendo ella el gesto como señal de cortesía - Recluta, será mejor que minimicemos formalismos mientras estemos en la BICOM, es un sitio donde nos podemos encontrar muchas veces en el día, invirtamos los esfuerzos en avances de información mejor que en saludos... - Era una forma de relajar el trato entre ambos, Grey nunca había sido muy convencional y el exceso de atención y parafernalia militar le sobraba.

- Encantada de conocerte, Tessa. ¿Puedo llamarte así? - Preguntó la sargento, denotando que no conocía a la rubia y que desde luego, no la consideraba como militar - ¿Llevas mucho tiempo trabajando para la BICOM? - Las palabras de Einar habían descubierto la especialidad de la bonita rubia - Tecnología, qué interesante.. Supongo que podría ponerse en contacto con cualquiera de fuera de esta nave, e incluso de este planeta... ¿No es así?... - Grey iba desplegando sus tentáculos y aprovechaba la ocasión para conocer más de la mujer y sus posibilidades. Sin duda, Duncan eligió bien a su compañera.

- ¿Algún resultado prometedor? ¿De qué se trata? - Miró curiosa al piloto, el cual no había especificado nada de sus avances y sinceramente, se moría de curiosidad por saberlo.

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27/11/2021, 07:48
Tessa Bintel

Mes 3. Día 2. Hora 20.00 p.m. Alaska. Cafetería de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

La rubia mujer parecía ir charlando con el piloto cuando se encontraron de frente con dos desconocidos a los que el rubio y espigado varón, saludó de manera marcial. Aquello atrajo la curiosidad de Tessa, la cual se quedó mirando a la sargento con mucho interés, durante unos instantes.

- El placer es mío, señora...- Tendió la mano hacia Grey en primer lugar, quizás porque tenía claro el rango que ostentaba. Seguidamente hizo lo propio con el doctor, sonriendo a ambos en el proceso - Íbamos a tomar un refrigerio y luego a mostrarle al señor Andersen su dormitorio. Me temo que el protocolo de recepción no se ha aplicado correctamente con ustedes, algo que lamento profundamente. ¿Necesitan que les lleve a sus habitaciones de descanso para saber dónde se encuentran? - Era muy amable, actuando más como una recepcionista que como una ingeniera en telecomunicaciones.

Las preguntas de la sargento recibieron una clara respuesta por parte de Bintel - Llevo trabajando aquí durante cinco años. Casi toda una vida... - Los ojos claros de Tessa enfrentaban al verdor de los de Grey. Bien era cierto que el piloto había valorado los esfuerzos de la rubia mujer, pero ella no parecía querer achacarse méritos - Sí, señora. Tengo posibilidades de hacer comunicados desde aquí a cualquier punto del universo donde haya un receptor de señales. ¿Necesita alguna conferencia holográfica? El único inconveniente es que para eso hay que pedir permiso a mi supervisora. Pero si lo concede yo les facilito el contacto - Determinó la fémina de manera amable, mostrando lo buena anfitriona que era.

Tessa permaneció en silencio mientras Einar preguntaba a Duncan por sus amigos. Había ofrecido la posibilidad de tomar algo y llevarles a sus dormitorios, aunque quizás lo que debieran, era hablar un poco más sobre los posibles avances que cada uno había procurado. Lo que no tenían claro es de si la rubia mujer era o no de fiar, en sus manos quedaba si hablar ampliamente sobre el tema, o dejarlo estar para otro momento.

Notas de juego

No os avanzo por ahora por si sacáis más miga a la charla ;P.

Duncan te conservo todas las tiradas hechas. Sabrás las informaciones en su momento ^^

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27/11/2021, 13:27
Ambientación

Mes 3. Día 1. Hora 21.00 p.m. Acme. Tienda de alimentos

Corlett y Foster habían ya pactado hacer una recreación en miniatura del mech, un diseño minimalista que pudiera darles información de si el proyecto podía o no, llegar a ser viable. La sargento se encargaría de solicitar los materiales, una vez hubieran tenido un diseño básico, así que no iban a aburrirse en aquel pueblo perdido de la mano de Dios, Acme.

Yum por su parte se mantenía callada, ya no en un segundo plano como Vera, casi relegada al olvido del silencio, mientras su presencia menguaba frente a los presentes, hecho que se acentuó cuando estuvieron rodeados de aquellas ancianas cacatúas que no dejaban de hablar, discutir y enfatizar quién de ellas iba a "quedarse" con la campeona intergaláctica.

Los fans de las carreras de vehículos terrestres podían estar en cualquier parte. Bien era cierto que, por donde Jim se había movido hasta la fecha, no había surgido persona alguna que le reconociese sus proezas al volante, pero tampoco era de extrañar, ya que los Soldados Espaciales tenían poco tiempo libre, y quizás cada cual tuviera aficiones más variadas. O al menos así había sucedido en el PEC 12.

- ¡Claro que somos fans! ¿Qué íbamos a hacer si no? - Exclamó la protestona Margaret, como queriendo expresar que si no la seguían, no había nada mejor que hacer por esos lares - Convivencia saludable....¡Paparruchas!.. Muchacha, no tengo tiempo para que se organicen eventos, quizás me muera mañana.. ¡Hay que vivir! - Curioso que le dijera alguien que casi vivía en un pueblo fantasma

Naomi Corlett iba a intervenir pero las reacciones de Foster, más rápida en actuación, dejó que la sargento suspirase incómoda. ¿De verdad estaba pasando aquello? - Sí, por todas las estrellas, que te escuchen - Dijo por lo bajo la mujer, la cual ya tenía los nervios crispados - ¿De verdad soportas esto de manera habitual? - Corlett tenía claro que de estar en la piel de Jim, no aguantaría ni la mitad.

Las mujeres mayores dejaron de hablar momentánea y milagrosamente, cuando la conductora tomó la palabra y les explicó que iba a estar allí unas semanas.

- Perfecto, te vienes a mi casa a dormir y mañana comeremos pollo asado. Tengo a Godofredo en el corral, que ya se ha puesto bien gordo... - Margaret continuaba parloteando cuando fue interrumpida por Mary Anne.

- No, no, no, si se va a dormir a tu casa, se viene a comer a la mía. ¡Es lo justo!... Además, ¿quién quiere comer pollo habiendo cordero?... ¡mañana cordero asado! - Estaba claro que daba igual el tipo de animal que ingiriesen, iba a ser asado el menú.

Naomi se encogió de hombros cuando la recluta comentó aquello de hacer actos comunitarios en Acme, por su parte no había problema alguno y las ancianas parecían emocionadas. Linda asintió con la cabeza, secundando Emily, Lucy y las dos ancianas conflictivas que se enfrentaban continuamente, Margaret y Mary Anne.

- ¿Trae más pilotos?... ¡Me pido a Ringo Montoya! - Exclamó Mary Anne con emoción.

- Tu lo que quieres es que te meta la... - Comenzó Margaret.

- Shhhh.... ¡No sean ordinarias! - Intervino Lucy mientras Jason ignoraba a las señoras, casi era una alegría que no se dirigiesen a él.

Hubo finalmente consenso. Las ancianas aseguraron querer trabajar con Jim por y para la Space Force, lo que no tenían claro es qué diablos debían hacer, aunque lo de terminar celebrando una etapa de la carrera sería algo que compartían, iba a ser increíble.

Las reclutas Yum y Becky fueron presentadas en sociedad. Linda aseguraba que ella cantaba bien, mientras que Emily decía que nadie hacía pasteles más ricos que los de Lucy en toda la región. Cualquier cosa era digna de un comentario adicional, algo que podía parecer infructuoso, al menos hasta que salió el tema de los skullreps a colación, las señoras no defraudaron, explicando lo que de esas criaturas sabían.

- ¿Qué tipo de trabajos tenéis que hacer? - Fue la primera pregunta curiosa de Margaret - ¿Habéis venido para acabar con esos monstruos?... Son odiosos, a veces aparecen de noche y matan los animales de las granjas. Han desaparecido personas y siempre que vienen extranjeros ocurre alguna desgracia. De verdad, la Space Force hasta la fecha no nos ha ayudado lo más mínimo... - Se veía cierta esperanza en sus ojos - Pero vosotros representáis al ejército. Vais a cambiar la situación, ¿a qué sí? - Voz ajada, desgastada por los años y por recuerdos que, indudablemente, asolaban su mente - Será maravilloso ver cómo manejas un coche en circuito. ¡Jason! ¡Déjale tu jeep! - Ordenó la vieja señora.

El hombre refunfuñó, pero no debía ser estúpido. Tener a las ancianas ocupadas hacía que le molestasen menos a él, así que le lanzó la llave a Jim desde el mostrador de la tienda.

- Ahí tienes, espero que no lo desarmes - Indicó el varón con cierto tono de sorna en la voz, comprendería posteriormente Foster el porqué, el vehículo ya estaba bastante deteriorado.

Finalmente, Jim presentó a Corlett como el mando más elevado de la Space Force en Acme. La mujer suspiró y tomó la palabra. No le gustaba mucho dar charlas a multitudes, ella tenía otras habilidades, no siendo muy destacada en oratoria.

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27/11/2021, 17:01
Sargento Naomi Corlett

Mes 3. Día 1. Hora 21.30 p.m. Acme. Tienda de alimentos

Tras todo aquel altercado entre viejas, dependiente y Foster, la sargento recibió el turno de palabra para dar indicaciones. Y aquello era lo más complicado de todo, organizar un pueblo para investigar cuándo fue el inicio de la llegada de Skulls, pero si esas gentes no se reunían y hacían memoria, nunca llegarían a conclusiones claras.

- Mi nombre es Naomi Corlett, represento a la Space Force y créanme que pondré en conocimiento de mis superiores las necesidades que tienen ustedes en Acme - Comentó de buen grado, intentando convencer a los ciudadanos de que independientemente de la ayuda que les prestasen, no estaban desamparados del ejército.

Las ancianas parecían confiar más en Foster que en la mujer de color, pero en cierto modo era normal en un pueblo de mentalidad tan retrógrada y cerrada como era aquella zona de Canadá.

- Nos alojaremos en casa de Margaret, pero no estamos aquí por ocio. Vamos a precisar una serie de materiales y herramientas para poder llevar a cabo un proyecto que nos permita luchar contra los skullreps. Les haré una lista para que puedan facilitárnoslo, los numerarios no serán un problema... También pediremos material para arreglar ese Jeep y cualquier cosa que tengan en sus hogares que no hayan podido poner en funcionamiento. Solo pedimos a cambio toda información fiable sobre los skulls en esta región, dónde han sido vistos cada vez y todos los ataques y desgracias que han sucedido en estas tierras - Miró a Foster por si tenía algo más que indicar, pues aquel era el momento oportuno para ello.

Notas de juego

Tu siguiente post cierra escena, a no ser que tengas algo importante que hacer o decir, si es así, dame indicaciones para la siguiente actualización. Si no, sigo el proceso de la historia ^^

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27/11/2021, 17:34
Ambientación

Mes 3. Día 2. Hora 22.30 p.m. Protect. Ubicación incierta

Hwan tras el ofrecimiento poco más tuvo que decir. Él siguió comiendo el plato de alimento que, a pesar de no ser una delicia, al menos quitaba el hambre, y bien sabía Seok que no existía cafetería de 24 horas en ese Domo, los horarios eran bastante más estrictos y el acceso a alimentos fuera de horarios, complicado. No obstante, William se las ingenió para colarse en las cocinas y buscar alimentos energéticos que poder llevar a ese incierto viaje que tenía como fin la supervivencia.

Encontró barritas de vitaminas y frutos secos, el problema era transportarlo porque no les iban a hacer entrega de mochila alguna, así que ni corto ni perezoso, comenzó a esconder las bolsitas de alimento por todo su cuerpo, teniendo la precaución, ya que era inteligente, de que al moverse no sonaran las bolsitas de plástico. Eso sí, el movimiento le iba a resultar muy incómodo y, probablemente, tuviera que hacerlo con cuidado, de lo contrario el sargento podría percatarse de que algo raro le sucedía, motivo suficiente como para husmear.

En el vuelo, William pudo percibir las miradas desagradables que le dedicaban el resto de sus compañeros. Althais jugueteaba con la manga de su camisola, pensativa, ausente, mientras que Seok intentó en un par de veces comenzar una conversación, para ver si se animaba el personal, algo que desde luego, no sucedió. La tensión podía cortarse con cuchillo.

Una vez la nave descendiera y dejara a los 16 reclutas en la superficie del planeta, les darían indicaciones básicas. El sur era la ruta a seguir si querían llegar al Domo 19 en menos de una semana. Y así fue cómo la nave abandonó a los cadetes a su suerte, sin importarles lo más mínimo si serían o no capaces de regresar.

- ¿Pero de qué coño vas, gilipollas? - Evidentemente el comentario de Thompson no había caído nada bien y uno de los combatientes, se encaró contra él, pero eso sí, no le tocó, guardando un palmo de distancia - Hemos tragado TODOS por los comentarios de listillos que han venido a la Space Force de paseo. Si no quieres ser soldado, pírate de Protect, date de baja pero no perjudiques a los que sí queremos juramentar.

Estaba claro que el hombre era un defensor de la causa, pues no hablaba en primera persona sino que en todo momento, hacía referencia al grupo y en lo mucho que le podía perjudicar la actitud de William a todos los demás.

Billy se acercó a Seok y se apoyó en su hombro. El oriental le miró extrañado, sobre todo por las confianzas que el muchacho nuevo se tomaba, mostrando incomodidad, pero esto no fue nada comparado con la cara de extrañeza y estupor que el resto de sus compañeros le pusieron.

- ¿De verdad has logrado robar esto de las cocinas? - El tipo grandullón no parecía impresionado, más bien sorprendido y molesto - ¿Sabes que cuando hagan repuesto de alimentos nos sancionarán de nuevo? - Apretó el puño pero se contuvo. Si hubiera sido Kurik, le habría golpeado hasta reventarle el cráneo - ¿Crees de verdad que traer unas bolsitas de comida minimiza la putada que nos has hecho? ¿Piensas que vamos a tumbarnos en cualquier gruta infernal de éstas para pasar el tiempo hasta que vengan a buscarnos?... ¡Es increíble!... Expulsan buenos hobres y mujeres, dignos de un uniformen y nos mandan a un niñato boy scout - El desagrado del combatiente era muy marcado. 

Las disculpas de Thompson provocaron la negación de cabeza del recluta que le encaraba - No lo sientes. En absoluto. Y cabrones o no, ellos me están enseñando mucho más de lo que jamás habría aprendido fuera del ejército. Chaval, yo de ti me plantearía que volvieras a casa, el ejército no está hecho a tu medida - Miró al resto de sus compañeros, pues parecía que esperasen sus órdenes, aún sin ser mando - Vamos, chicos, es de noche, mejor caminar con la hora fresca a hacerlo a media mañana, acordaros de la última vez... - Y sin hacer caso a Billy, comenzó a caminar en dirección al sur, todos los demás le seguían.

Tan solo Althais se posicionó al lado de Billy y le quitó de las manos una bolsa de frutos secos. La abrió y comenzó a comerlos con gusto, por lo visto le gustaban bastante.

Notas de juego

He tenido en cuenta tu destreza para que el sargento no se percate de que llevas alimentos debajo. Tira 1D20+ 10 esas serán las bolsitas de alimentos que lleves encima y que dan energía para un día.

No conoces el planeta y no eres experto cartógrafo, no podrías orientarte bien sin haber recorrido la zona varias veces. Es como si todo el escenario te resultase monótono y repetitivo.

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27/11/2021, 18:02
Althais Townhall

La muchacha iba comiendo una de las bolsitas de frutos secos al lado de William mientras que Seok se movía un par de pasos por delante de ellos, aún así podía escuchar perfectamente la conversación. Estaba claro que él pasaba mucho tiempo al lado de Townhall, incluso fuera de la sala tecnológica.

- ¿Por qué no abandonas? - Fue la pregunta directa que le hizo la muchacha, justificando posteriormente el motivo por el que había decidido seguirle - Ya nos van a castigar por el robo de comida, al menos que sea con razón y no me lleve una sanción sin motivo - Comentó la muchacha relajadamente, como si nada de aquello le alterase - Odio las salidas de supervivencia, no son lo mío... - Suspiró, ya se estaban alejando los combatientes de los que tenían menos potencial físico, aunque parecía que no deseaban dejarles atrás del todo, como si no quisieran abandonarles.

Althais se tomó un tiempo antes de decir una evidencia - Lo que intentas promover aquí no tendrá éxito. Adam es un cabeza cuadrada, un recluta excepcionalmente serio, y el resto le sigue. Tiene muy metido el marketing de la Space Force en el cerebro, y cualquier idea que vaya contra lo militar, según él, debe de ser erradicado desde la raíz... Así que yo de ti me plantearía dos cosas, o bien joderte y formarte... - Sonrió, estaba claro por sus palabras que no era lo que iba a hacer - O abandonar... No es difícil, tan solo debes verbalizarlo y ya está. Si estás aquí por tu familia, tu padre se enfadará contigo un par de meses y bueno, asunto resuelto...

Seok giró la cabeza hacia atrás y negó con la cabeza mirando a Billy - Oye no... No sé porqué actúas así pero si quieres irte, piénsalo bien, porque en la vida solo haya una oportunidad como esta. Ya estás en el tren, no es inteligente tirarte de él mientras está en marcha... Fórmate, prueba unos años y luego decide... Has llegado lejos como para abandonar, ¿no?... Aún puedes ganarte las simpatías del resto, yo puedo ayudarte...

Notas de juego

Tirada de percepción a dificultad 15

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27/11/2021, 18:22
Ambientación

La convivencia con Eugene no era del todo sencilla, para Brezos ir a la cabina fue un acto de cariño hacia Yilmaz, pues no tenía el más mínimo interés de lo que allí se gestaba. Ella era práctica, ¿para qué vale una nave? ¿Para moverse? Pues si le llevaba y traía ya no había más al respecto que debiera preocuparle. Ver estrellitas no era un entretenimiento de su devoción.

No obstante, ambas mujeres parecían llegar a un acuerdo y no matarse vivas por un elemento que tenían en común, Yilmaz. Aunque no era que Eugene la tuviera tomada contra Daya por ser mujer y amiga de Eylo, se pudo comprobar al poco tiempo que era igual de desagradable con toda alma habitable en la nave, incluso con los mosquitos que, furtivamente, se habían colado como polizones.

¿Había pensado Eugene en alguna táctica evasiva o de ataque? ¿En estrategias para salvar la vida en caso de verse en entre dicho? La mujer negó asegurando, que cada escenario de guerra era único, y eso sólo podía preverse en el momento. Además, añadió que ella era mejor estratega en tierra que en el espacio, pues había que tener en cuenta la tridimensionalidad de los posibles ataques, si tenían conflictos astrales más le valía a la piloto estar ágil, para poner las armas de la SFF Florence justo en el punto de mira del enemigo. Dependería más de Daya que de ella misma el éxito de la posible misión.

Daya tuvo aparte otra conversación privada, una más íntima y dónde debía solicitar que le dejase espacio, sobre todo en los instantes en que los conflictos se cerniesen sobre ella. Las reacciones de Kepborn fueron varias, la sorpresa por la petición, el disgusto de no poder hacer lo que realmente sentía en el instante que deseara tomar iniciativas y, sobre todo, malestar por tener que tragar una petición lógica, a pesar de que sabía, iba a pasarlo mal en cada encontronazo de la piloto con cualquier otra persona.

Transigió, pero no sin refunfuñar lo suficiente como para hacer notar que si alguien se pasaba mucho, quizás no pudiera controlarse. Quizás por eso, cuando se veían venir los problemas de lejos, el médico buscaba alternativas para retirarse, pues en aquella nave su palabra era la última que se aceptaba como válida, y no podía actuar con parcialidad, pues eso era un problema para Daya, para la otra persona e incluso para él mismo.

La separación de la intimidad y el rango funcionaba, pero a Frank le costaba mirar hacia otro lado. No obstante, respetó las peticiones de Banerjee, resultándole curioso el motivo por el que la piloto estaba en el ejército. Ella no quería ser soldado, tan solo necesitaba el dinero. Frank parecía que iba a decir algo, pero al final consideró prudente callar. Tenía algo en mente, aunque quizás, fuese prematuro para eso. Lo que sí le aseguró es que si necesitaba dinero, en esos instantes no tenía inconveniente en cubrir las necesidades de su familia, a la cual estaba deseando conocer.

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27/11/2021, 19:43
Cade Kimball

Mes 3. Día 17. Rust Walker

Una vez que Eylo, Frank y Daya entraron en la Rust Walker, fueron recibidos por el capitán y la tripulación, sucediéndose un emotivo momento que los amigos, o mejor dicho, la familia no consanguínea de Eylo, protagonizó por medio de gestos afectivos y abrazos. Era muy querido, y aquella imagen que Daya presenciaba, evidenciaba esa realidad.

Cade Kimball estuvo muy atento a los movimientos que entre unos y otros sucedía, quedando callado cuando Yilmaz se quedó mirando a la muchacha nueva, permitiendo que Faith fuese quien le diera la noticia, pues ya en otras ocasiones había dado buena muestra de su personalidad, y era bastante marcada.

- Faith lleva con nosotros un mes, ayuda con las señales tecnológicas, pero es mucho mejor comerciando, saca buenos porcentajes por los materiales que rescatamos - Explicó el hombre con un tono de voz tranquilo, pausado - Si te plantearas dejar el ejército, seguro que os entendéis bien - Fue un comentario muy Kindall, suavizaba los ánimos y dejaba información por debajo. En caso de que Yilmaz regresase, su plaza en la Rust estaba claramente reservada, pero la muchacha, la cual llevaba muy poco tiempo trabajando, debía ser muy capaz como para no plantear dejarla en el planeta más próximo.

Diana evitó durante esos instantes mirar a Eylo, pero hizo un comentario que dejaba a relucir que la idea propuesta por el capitán le encantaba - Faith y yo podríamos compartir camarote. A las dos nos gusta jugar a las cartas - Como si esa afición fuese suficiente como para aguantar una convivencia.

Una vez finalizaron las presentaciones oficiales, llegaba el momento de sentarse y hablar. Yilmaz tomó la palabra y planteó la situación, explicando que un PEC había sido destruido. La información pareció caer como un jarro de agua fría en todos los presentes, pues nadie abrió la boca durante unos instantes. Y es que no era normal. Los grandes colosos construidos por la humanidad, las naves todopoderosas de la Space Force no podía haber sufrido un accidente.

- ¿Estalló la central de energía? ¿Fue un fallo mecánico? - Tessa había tomado la palabra, pues la mecánica no podía salir de su asombro, interpretando que alguien debía haberla fastidiado muy profundamente como para acabar con un resultado tan devastador.

Cade permanecía aún en silencio, mientras que el resto de su tripulación miraba con más curiosidad, si cabía, a los recién llegados y las intenciones que deseaban llevar a cabo.

- ¿Cuándo sucedió eso? Es la primera noticia de este tipo que recibimos. Aunque debo reconocer que tampoco he estado últimamente muy atento a los informativos terrestres - Indicó el capitán, llevándose la mano derecho a la barbilla, estaba evaluando posibilidades, Eylo lo sabía - Y supongo que nos habéis llamado para echaros una mano. Tenemos experiencia en esto... - Miró a Kepborn con interés, entendiendo que era el superior de aquella misión - ¿Cuáles son las condiciones? Si la Space Force nos pide buscar vidas humanas, de entrada ya tienen mi confirmación de que acudiremos para ayudar. Pero dejo claro que mi profesión es recoger y restaurar materiales abandonados en el espacio. ¿Nos permite la Space Force apropiarnos de lo recogido? Siempre y cuando no sea una información sensible que, evidentemente, cederemos a los Soldados que custodien el proceso - Estaba claro que Kindall era un hombre experimentado en el trato con el ejército, y sabía dónde estaban los límites de lo correcto, por eso quería estipular antes y por escrito, el posible contrato que forjarían entre ambos capitanes.

Kepborn tomó la palabra, asegurando que cualquier material que pudiera ser recogido y no tuviera informaciones confidenciales del ejército, así como posesiones personales de los fallecidos, podrían quedar a disposición de la Rust Walker de manera oficial y que no habría inconveniente en desarrollar el contrato para declarar los términos por escrito. Solo entonces, cuando el acuerdo verbal fue realizado, Kindall hizo una señal a Diana.- ¿Por qué no le enseñas a la señorita Banerjee la cabina y tomas notas de las coordenadas? - Tras esas indicaciones miró a Faith - Te necesito en la radio, quiero que estés continuamente conectada con la SFF Florence Nightingale y pon el sónar, por si tenemos visitas en los alrededores - Miró a Eylo - ¿Vas a tu nave o te quedas en la nuestra? ¿Tienes alguna idea de cómo proceder o lo dejas completamente en mis manos? - Yimaz sabía el protocolo de la Rust, por lo que Cade le indicaba si éste no iba a chocar con el de la Space Force. El antiguo líder del Domo 12 tenía que tomar la decisión de los siguientes pasos a dar o bien ceder todo el poder a su antiguo capitán.

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27/11/2021, 20:45
Diana Makri

Mes 3. Día 17. Rust Walker

- ¡A la orden, capitán! - Exclamó muy alegre Diana, la cual jamás hubiera dicho una frase de ese estilo, pero estando delante de militares se había venido muy arriba, así que le salió la vena marcial mientras se aproximaba a Daya y se cuadraba antes de decirle - ¿Me acompaña a la cabina? - Estaba claro que no diferenciaba a un soldado de un recluta por el uniforme.

Ambas mujeres se retiraron, mientras Kimball y Kepborn se dedicaban a redactar el contrato que les uniría en la misión que tenían por delante, momento que la joven aprovechó para decir un par de cosas - A Dwayne le ha encantado que le hayas dicho lo del guiso, si te quedas a cenar te pondrá ración doble. ¡Seguro!... Y bueno, estaremos conectadas durante todo el trayecto a la zona del siniestro, Faith, tú y yo. Si tienes el más mínimo problema no dudes en decirlo, a veces por la zona hay piratas espaciales y hemos tenido unos cuantos detrás de nuestra preciosa nave hace unos días, pero soy muy buena dando esquinazo - Una sonrisa amplia y sincera.

Diana llevó a Daya hasta la cabina de la nave, la cual no era nada grandiosa. Se veía pequeña, muy mecánica y con poca tecnología de última generación. Después de haber estado en la SFF Florence cualquier otro vehículo quedaría en comparación muy perjudicado en impresiones.

- ¡Este es mi feudo! - Dijo la muchacha con alegría - Ven por favor, dime las coordenadas que las voy incorporando - Dijo la joven solícitamente - Oye, en el ejército... ¿Todos están tan... tan...? ¿Cómo decirlo?... ¿Son todos como Kepborn?... Es impresionante... - Dijo mordiéndose el labio, no quería ser muy incorrecta diciendo una burrada mayor, pero es que físicamente era un portento de hombre - ¿Llevas mucho en el ejército? ¿Es muy duro? ¿Eylo lo hace bien? - Suspiró, le echaba de menos, y en el fondo deseaba que regresara con ellos a la Rust - Él es muy especial para mí, quiero que sea feliz, aunque le preferiría en la Rust. Aquí hacíamos muy buen equipo...

Notas de juego

Os dejo un turno más por si queréis ahondar conversaciones, si no, pues en la siguiente actualización damos salto temporal...^^

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28/11/2021, 07:35
Einar Andersen

-Claro, Sargento-respondió, para luego adoptar una postura mucho más relajada e informal.

Pese a su fachada intransigente, Andersen era mucho más racional de lo que la mayoría de sus compañeros de pelotón parecían creer. Si trataba a todo el mundo de manera formal era por pura cordialidad, puesto que la otra parte no le había conferido el permiso expreso de tuteo.

-Pues justo lo estábamos comentando ahora mismo la señorita Bintel y yo. Hemos estado revisando y cotejando los datos disponibles de la Anomalía de Eilodón y empezamos a tener resultados. Por un lado queda descartado el factor casual-empezó a explicar, tratando de no perderse en los detalles-Eso era algo que cabía esperar, pero al menos ya podemos refrendarlo con datos. Hasta aquel momento aún había existido la posibilidad de pensar que la anomalía era un fenómeno fortuito aprovechado por sus enemigos, pero aparentemente los datos rechazaban aquella idea.

-Y por otro lado, si bien hemos observado que la anomalía ha sido dirigida prácticamente siempre hacia enclaves humanos, existen únicamente tres localizaciones de las que no se tienen datos ni existe presencia humana, por lo que la señorita Bintel y yo estábamos barajando la posibilidad de encabezar una pequeña expedición para investigar estas regiones y poder añadir datos que nos lleven a resultados más concluyentes.

Einar no veía razón alguna en omitir datos a Grey puesto que no solo era su superior directa en aquel lugar si no que además era su enlace con el Alto Mando, por lo que cuanto antes la pusiese al día antes podría proceder con los avances en su investigación.

-Aún no hemos abordado el asunto del origen de la... fuerza enemiga-su lengua trastabilló un momento al darse cuenta de que desconocía por completo el nivel de clasificación de la información a cerca de la existencia de los asterianos, pero en seguida cayó en cuenta de que no le habrían facilitado una asistente para encontrarlos de no ser una información de dominio público en la base o, al menos, entre los que estaban asignados a las investigaciones relacionadas-Porque he considerado que al haber obtenido resultados prometedores con al Anomalía, sería interesante centrarnos en ella por el momento.

 

 

 

 

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29/11/2021, 17:18
William P. Thompson

La situación de inicio de William estaba siendo por un lado ideal y por otro desastrosa, algo a lo que posiblemente se debería acostumbrar si le destinaban a más misiones de infiltración en el futuro. Hwan le caía muy bien, sin embargo estrechar relaciones con él sólo podía dar pie a que su misión acabara en fracaso o en ocasionarle problemas al recluta, algo que tampoco pretendía. Mientras se preparaba para el viaje le estaba dando vueltas a eso, una situación desde luego que poco le gustaba pero que es lo que tocaba. 

Aceptó el comentario del combatiente que le confrontaba, sin variar su mirada ni un instante. Thompson era desafiante y alguien difícil de amedrentar a pesar de sus escasas cualidades físicas. - Quizás es porque soy capaz de ver que hay más maneras de hacer las cosas, no sólo esto. Es muy fácil para los mandos ponernos cartelitos. Este castigo lo ha ordenado un mando no yo. Es él, quien decidió que este sería el castigo. Si fuera justo me hubiera castigado a mi, no a todos vosotros, así que me estás diciendo que lo que debería hacer es callarme y aceptar algo que es a todas luces injusto. ¿Por qué? Porque lo dice la Space Force... Bueno... pues discúlpame si prefiero pensar por mi mismo, vengo con ese defecto de base - Sabía que se jugaba unas ostias, que estaba metiendo cizaña y creando malestar, pero por desgracia esa era su misión, ese era el papel que tenía que representar. 

- ¿Nos van a sancionar por no querer morirnos de hambre? Hasta donde recuerdo nos han dado dos horas para prepararnos, si sólo fuera coger el equipo que nos han dado y a sobrevivir no hubiéramos necesitado dos horas... Pero está claro que no te gusta salirte del camino de baldosas amarillas - La actitud desafiante de Billy tenía que ser total, tenía que asumir su papel por completo si quería que saliera bien, no podía basarse sólo en los mandos. Incluso aunque no estuviera Althais delante, no podría abandonar su papel, aún así hacía lo que debía... Sabía que estaba creando problemas y dificultados, sabía que no estaba haciendo amigos precisamente, pero había demasiado en juego. - No sé porque te molesta a quien te manden... Si para ti, todo lo que hace el ejercito está bien deberías aceptarlo y callar la boca ¿No? - Tenía que ir donde dolía, tenía que ir a hacer daño. Estaba minando la autoridad de alguien que tenía madera de líder, aunque debía admitir que era demasiado cuadriculado para el gusto de William, entendía que había misiones para las que alguien así podía ser el líder perfecto. Pero a fin de cuentas ese no serían su tipo de misiones, por desgracia debido a sus aptitudes sería fácil que le tocase misiones donde incluso debiera dañar a la Space Force o a personas que no lo merecían para conseguir un objetivo aún más valioso e importante... Se preguntaba si era algo que podría llegar a soportar. - ¿Te enseñan más de lo que aprenderías fuera del ejercito? Has debido viajar mucho para tratar de aprender para poder decir algo así - Comentario acompañado de sonrisa sarcástica. En otras circunstancias podría llegar a respetar a alguien así a pesar de ser demasiado obtuso, pero ahora mismo era casi una delicia tener a alguien así. Una confrontación así resultaba ideal para su objetivo... Quizás cuando todo pasase pudiese visitar a los reclutas del Domo 19, se dio cuenta que le importaba lo que la gente pensara de él. No sobre si caía bien o no, pero si sobre su código moral... aunque temía que posiblemente no tendría dicha posibilidad. 

Finalmente se pusieron en camino. Ambos tecnólogos iban a su lado. En otra situación, ni siquiera habría sido tan tocapelotas y agradecería con mucho la ayuda de Seok. Pero ahora no era él lo que importaba. Haciendo de tripas corazón respondió - No es una opción para mi... Mi padre es un militar de alto rango. Si por él fuera estaría en la cárcel aunque por desgracia para él llevo su apellido y no va a permitir que alguien con su apellido no esté en la Space Force. No estoy aquí por voluntad propia - Dijo con cierto pesar - Lo único que trato de promover es que la gente piense por si misma. Ya he visto lo que potencia el ejercito, lo que defiende y lo que le interesa... no es para mi - Si algo tenía claro, era que cualquier misión de este tipo no podía basarse en mentiras pues entonces estaría condenado, tenía que usar sus propias experiencias... En ese momento es cuando comprendía de verdad lo que significaba este tipo de trabajos. Todo era susceptible de ser usado, incluso su alma y sus propias emociones. Usados para conseguir un objetivo, aunque eso le hacía parecer que le restaba valor a esos sentimientos - En mi anterior Domo, un recluta trató de violar a otra recluta. No fue amonestado el que lo hizo, no fue expulsado... ni siquiera le abrieron expediente. Trataba a todos los demás como si fueran poco más que la mierda de sus zapatos porque era hijo de un miembro de la Space Force. En un combate contra unos skulls ella le atacó y él le disparó a la cabeza - Su rostro mostraba dolor y rabia a partes iguales, aunque no tenía claro si la rabia era hacia aquel momento o hacía si mismo por sentir que estaba usando ese dolor, ese recuerdo para transformarlo en una herramienta útil - Entonces le maté para salvar la vida de la otra chica. Estoy a la espera del juicio por asesinato. Así que no, no tengo opción a tener una vida civil tranquila y desde luego no puedo defender a una organización que permite que algo así pase. No tengo más interés en la Space Force que el que tiene ella en mi te lo puedo asegurar, pero irme no es una opción para mi, al menos no puedo abandonar... quizás si me expulsan de otro Domo lo consiguiera, pero seguro que me preferirían en una cárcel o ante un pelotón de fusilamiento - Levantaba la mirada para ver las reacciones de sus dos compañeros, finalmente como si meditara algo las palabras de Hwan le respondió - No te preocupes, te agradezco el ofrecimiento pero mejor que no intervengas. Ni me importa ganarme las simpatías de tipos cerriles con la cabeza cuadrada ni quiero arrastrar a nadie al abismo que se abre ante mi. Me caes bien, por eso no te voy a arrastrar conmigo, pero también te diré... No pierdas el tiempo tratando de "corregirme" Pues tengo claro que pertenecer al ejército implica dejar de pensar por mi mismo... y eso es algo que tampoco haré - Una sonrisa cargada de tristeza iba dirigida a su compañero, mientras le ofrecía unas cuantas provisiones más, para después mantener el ritmo que le convenía a él. No iba a hacer por ir al ritmo de nadie, no quería forzar las situaciones... Había mostrado suficientes cartas, se había mostrado, aunque sin buscarlo como un candidato perfecto al reclutamiento. 

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Dificultad: 15

Habilidad: 10

Tirada: 3 4 9

Total: 4 +10 = 14 Fracaso