Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 4. El legado de Némesis

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23/04/2022, 17:47
Nyria Irid Villshem

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Para los soldados era sorprendente la presencia de la niña, así como las cualidades que acababa de demostrar, dejando entrever que no era una cría cualquiera. No obstante, la joven no parecía ser un peligro ni alguien particularmente problemática, ahora eso sí, sabía lo que quería y así se lo hizo constar a las personas que allí estaban congregados. Deseaba salir de la prisión Natgrewniana, y parecía que cualquier destino le iba bien.

La presentación de Duncan provocó en la niña una suave sonrisa. No era tan amenazadora la criatura cuando emitía ese gesto, quizás fuera el primer momento en que lo hacía.

- Du...Ke... Duke... - Dijo con diversión señalando al hombre. Seguidamente puso su dedo índice sobre su propio pecho y les recordó el suyo - Nyria... - Las presentaciones parecía que estaban hechas.

Las conversaciones se iban sucediendo y la joven estaba algo confusa. Astor traducía parte de las palabras de los extraños y por sus gestos, algunas cosas le quedaban claras, como la negativa de que les acompañase. La niña se retiró a su cama cuando le dijeron que no podía ir, mientras que cada uno de los extraños se dedicaban a asuntos variados. Althais miraba a través de la puerta. Duncan se aproximaba a Bintel. William discutía con Astor y Dunne visualizaba la estancia, con el fin, seguramente, de obtener más información.

Tras la liberación de Bintel, McCarthy se acercó a la niña para hablar con ella, y le dio una explicación larga que no podía comprender del todo, así que miró a Astor, el cual le sirvió de traductor, así pronto sabría Duncan que la pequeña llevaba ya mucho tiempo sin ver a sus padres y que no tenía amigos en ese planeta extraño.

- Sola... - Dijo mostrando un aprendizaje rudimentario de su idioma, mientras la cabeza del doctor tocaba la de la joven asteriana, pidiéndole que desactivase el collar de Tessa, pues aquel artefacto le hacía daño y la cyborg era buena - No... Ciandir il marvy... - Comentó mirando a su coterráneo, el cual tradujo que podía intentar hacerlo, pero que no les daba seguridad de que fuera a salir bien. Se denotaba por su lenguaje no verbal que estaba insegura por si le dañaba.

Finalmente, y tras muchas dudas por parte de los presentes, William le dijo a la niña que podía ir con ellos, recibiendo la sonrisa más radiante y bonita que hubieran observado en mucho tiempo. La gran duda sería cómo llegar a hacerlo sin arriesgar su vida y la de los demás.

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23/04/2022, 17:49
Sargento Dunne Grey

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Cada cual parecía estar encargándose de una labor, Althais vigilaba el pasillo tras habérselo indicado ella, mientras que Duncan y William se habían movido para interactuar con las criaturas vivas de la prisión, así que a ella le correspondía controlar el espacio de piedra que hacía de estancia, buscando cámaras, micrófonos, conductos de huida o cualquier cosa que fuera potencialmente preocupante o pudiera causarles problemas.

- Nada, no veo nada... - Fue su primera afirmación hasta que se posicionó cerca de Duncan - Es una posibilidad, que Tessa pudiera cuidar a la niña, pero claro eso nos llevaría a mentir sobre dónde se encuentra Bintel. Ten en cuenta que es propiedad de la Space Force - Dijo la mujer sacando ese detalle a colación, completamente de acuerdo con lo dicho por William, la cyborg tendría problemas para desaparecer y que no la localizaran, ya fuera el ejército o las fuerzas asterianas - Duke, tú sabes que si hay que hacerlo, yo no tengo problemas en dar la cara, pero la capitán y el teniente que nos están buscando, no son personas que disfruten de que se les oculte la verdad de las cuestiones importantes. Podríamos jugarnos la permanencia en el ejército...  Tenemos la opción de hablar con ellos y contarles todo lo sucedido aquí, o buscar una alternativa que no sea Bintel, pero claro, ¿a quién le dejas una asteriana con poderes psíquicos para que te la cuide?... Hay un riesgo enorme y no sólo para los civiles que pudieran estar cerca, también para la criatura... - Grey no parecía muy convencida, y aún así, miraba a Nyria con pena, como si quisiera encontrar, al igual que el doctor, una mejor posibilidad.

Fue entonces cuando William hizo una sugerencia, la de que la niña les acompañara dejando allí a la hormiga y, siempre y cuando, guardase su secreto, no mostrando en público sus habilidades.

- No es mala cosa que pueda venir y más adelante, si vemos que encarta, poder decir quién es. Aunque no veo problema en que la hormiga venga con nosotros - Comentó Dunne cuando Nyria apretó más contra sí a su mascota - Muchos niños de Natgrew tienen hormigas obreras de mascota, no es una novedad...

El plan de Thompson a Grey le parecía bastante interesante, dejar a Nyria al cuidado de Narel era una buena manera de mantenerla alejada del ejército y, a la par, de los agentes de la rebelión asteriana.

- Pero, ¿tú sabes dónde está Narel? ¿Tienes idea de dónde encontrarla? - Y es que eso podía llegar a ser complicado, el universo era amplio, así como las colonias terrestres, pudiera ser que tardasen incluso meses en localizar a Dotter.

Dunne Grey suspiró, no dudaba de que William iba a poder dar parte de su paga para cuidar a la joven asteriana, pero aquel tema iba a ser un hilo suelto que quizás pudiera darles problemas en el futuro. Grey era experta en liarla parda y se temía, que integrar a la asteriana entre los humanos pudiese tener consecuencias fatales.

- Yo no sé si casi sería mejor hablar con nuestros superiores, pero mientras lo maduramos y decidimos, deberíamos salir de aquí. Cada minuto que pasamos en este sitio es jugárnosla para que nos atrapen - Miró a Bintel - O tendemos una trampa a la asteriana que sabe de tecnología, o buscamos un ingeniero especialista humano, pero debemos tomar decisiones cuanto antes - Miró a la hormiga - Y sobre el animal también... Yo votaría con que saliésemos ya de aquí. No me gusta estar tan expuesta y sin esconderme en territorio enemigo.

Y en eso tenía razón, eran seis personas pululando en un sitio donde podían salir enemigos por doquier, nada recomendable seguir jugándose el tipo. Ningún ladrón se tomaba unas pastas con té en el banco que atracaría, por muy confiado que estuviera del golpe.

Ya sólo faltaba que tomaran decisiones para seguir avanzando

Notas de juego

Cerramos estos roles con vuestra siguiente respuesta y las decisiones que toméis, de manera que mi siguiente post pueda ser de avance...^^

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23/04/2022, 17:51
Diana Makri

Mes 5. Casiopea

Banerjee no entendía que pudiera haber alguien tan sumisa como para aceptar vivir entre cuatro paredes y ser el objeto de divertimento de un amo que, nunca se sabía, cuáles podían ser sus designios. Makri tampoco era a lo que aspiraba, pero Diana había visto mucho al viajar tanto con la Rust Walker, y sabía que existían mujeres que vivían en una miseria tan profunda que la oportunidad de ser mantenidas ya era para ellas un triunfo. 

- Lamentablemente, hay de todo... - Y ojalá se equivocara de afirmar aquello.

Daya no llegaba a comprender a Lord. Aquel tipo era un completo puzle mental, que no parecía acogerse a las normas habituales de conducta. La obligaba a desnudarse, a tocarse y la repudiaba. La dejaba en un sitio como si fuera un tesoro, pero no la controlaba de manera constante. Parecía que cualquiera de sus acciones tenía una contra reacción asociada, cuya finalidad era confundirla.

Diana afirmaba que Reginald tenía interés en ella, algo que la innumita negaba, haciendo hincapié de que Makri era un menor foco de problemas para Lord, alguien más recomendable para dejarla cerca y mantenerla viva. Sin embargo, Daya era, en aquel preciso instante, un dolor de cabeza, pues si en algún momento de su existencia escapaba, podría poner a la Space Force en su contra. Era sólo una recluta, pero tenía suficiente rango como para que el ejército no perdonase su secuestro.

- Escaparemos, Daya. Ya verás como ambas lo conseguiremos - Dijo la muchacha intentando animar a su compañera, la cual cerraba conclusiones, explicando que su futuro era mucho menos esperanzador que el de cualquiera que habitase en aquella casa, quizás incluso pudiera compartir destino con Eylo, un nombre que a Makri, le seguía haciendo mucho daño. Su recuerdo aún estaba presente para la piloto.

Hablar del guardia que estuvo con ella le hizo elevar los hombros a Diana - Sí le gusto, estoy convencida de eso. Y fue cariñoso conmigo, pasional también... - Sonrió, no quería faltar a la verdad - Y el problema es que me ha gustado estar con él. Sé lo que es el Síndrome de Estocolmo y tengo miedo de acabar conformándome si sigue dándome atenciones. Así que tendré que usar un poco más la cabeza a lo que estoy acostumbrada... - Y se mordió el labio, signo de inseguridad. No sabía lo que sentía y eso era malo, le podía llevar al conformismo - Nadie que trabaje para Reginald puede ser bueno. Hipotecan su alma por dinero y no ven más allá de sus propios intereses... Quien aquí esté por trabajo y no contra su voluntad, no debe ser alguien de fiar... - Dictaminó. Era sumisa pero mantenía la mente fría.

Hubo un momento para compartir risas. Cuando Makri comentó que podría hacer cabriolas en el momento del salto si lograban escapar de allí, y es que conseguir una oportunidad así, debía ser el sueño de ambas pilotos. Las dificultades eran muchas, la ausencia de Lomber, el no saber dónde estaba el hangar y el control continuado de los centinelas de la muralla. A todo esto, los reclutas y soldados secuestrados habían sido disgregados. Quizás no volvieran a verles jamás.

- Tendremos que probar preguntando. Sentadas comiendo no ganaremos nada, cuestionando algo averiguaremos - Ante la pregunta del guardia que tenía a Makri por favorita, ella no sabía nada, al menos por ahora, pero si aparecía de nuevo, no iba a dudar nada en intentar sonsacarle información, algo que le había hecho constar a Banerjee - Cuídate tú también y descuida por mi parte. Por mucho que me pueda encariñar, amo más mi libertad. Esta vida no es para mí... - Y con dicha seguridad en sí misma, Diana Makri se movió para obtener información de las personas que trabajaban en la casa.

Notas de juego

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23/04/2022, 20:08
Ambientación

Mes 5. Casiopea

Una vez Daya estuvo en el exterior se percató de la complicación del escenario. Muros altos, once guardias y una única puerta. Por más que pensara, a simple golpe de idea era complicado que tuviera claro cómo actuar, y más si pretendía ser sutil. Lo primero que podía idear era crear una distracción. Un fuego sería sencillo de provocar, así como estampar uno de los coches sobre la puerta de acceso a la finca. Puede que lo más complejo fuese adivinar era qué había al otro lado, ¿desierto? ¿algún poblado cercano? ¿Y si daban con los hangares? Su desconocimiento quizás invitase a la improvisación.

Banerjee tuvo una idea fugaz. ¿Y si había algún acceso dentro de la casa que comunicase con el exterior de la propiedad? Lord no parecía ser idiota y tener una única puerta de acceso, si tenía enemigos, sería una locura usarla, pues podría caer fácilmente en cualquier trampa. Le quedaría pendiente el rebuscar en el interior del hogar, para ver si era capaz de encontrar una vía para escapar de allí de manera sigilosa*

No era difícil que Daya sintiera sobre su nuca las miradas de los guardias, y es que entre sus funciones estaba el controlar a todo el personal de servicio, especialmente las esclavas. Los tres centinelas de la puerta se tensaron cuando la vieron acercarse, uno de ellos incluso encañonando el arma en dirección a la fémina.

- ¿Qué se supone qué haces? - Recriminó uno de los guardias, el jefe se mantenía cruzado de brazos - ¿Vienes para ponerte en bandeja? Si quieres hacerme una mamada que no sea cuando estoy de servicio... - La cordialidad no iba con el tipo, eso estaba claro.

- Está intentando despistarnos... - Fue la breve respuesta del jefe, comentada por lo bajo.

La piloto intentaba mientras tanto mirar hacia la puerta, para ver si el mecanismo de apertura era compleja o sencilla de abrir en caso de impactar sobre ella un vehículo. La capacidad de percepción de la mujer era suficiente como para que intuyera que era un mecanismo bastante simple, un portón clásico que podía abrirse con llave o con mando a distancia y que además, era posible echar la verja abajo en caso de colisión, siempre y cuando el coche se estampara de frente y no haciendo ningún ángulo raro**

Daya saludó cordialmente, dando las buenas tardes. El jefe de los custodios se la quedó mirando, con los brazos cruzados, como si observase un insecto insignificante. No obstante, y a pesar de que la mirada se posicionaba en ella y alrededor, decidió responder.

- Dudo que el mecánico regrese por ahora. Tiene mucho trabajo - Comentó con seguridad, como si supiera lo que decía - Es probable que dentro nadie os diga nada hasta que Lord informe si formáis parte de Casiopea o sólo estáis de paso. Así que yo de ti, no esperaría a nadie para la cena. Chica haz tu vida mientras puedas disfrutar de ella.

- Mírala, quiere hablar... - El otro guardia intervino riendo - Podemos darle un poco de lo que ha venido a buscar... - Y por su mirada lasciva, dejaba claro que hacía referencia a tomar posesión de sus cuerpos.

El jefe levantó la mano, un gesto que mandaba callar al tipo que había tenido la idea de darse un homenaje con la esclava - Muchacha, tenemos potestad absoluta para cogerte, ponerte sobre la mesa y metértela tan profundamente que te salga hasta por la garganta. Si no temes que podamos dispararte, cosa para la que también tenemos licencia, ahórrate todas las pollas que estamos de guardia, que no son pocas... A no ser que sea eso lo que busques... - Y es que el comentario de Banerjee sobre el tema de la distancia al muro, le parecía una provocación, aunque ella indicase que no quería crear problemas ni generar ninguna situación incómoda.

El centinela jefe le miró con interés por unos instantes, Daya era lo suficientemente inteligente como para intuir que si le provocaba lo más mínimo, podría tomar la determinación de intimar con ella. Se controlaba esperando la reacción femenina pues quizás, la joven y bonita piloto, quisiera actuar como Makri, intentando coquetear para conseguir una vía de escape usando sus armas de mujer, y es que el jefe podía tener las llaves de la verja encima. O quizás no. Pero eso sí, más conocimiento sobre Casiopea portaba e inicialmente no dijo nada al respecto de si estaba en un desierto o no, reservando la información para sí mismo.

- Daya Banerjee... Bonito nombre. Para ti yo soy "señor"... Y sí, eres una maleducada, si quieres te llevo dentro y te enseño modales. ¿Es eso lo que quieres? Pídemelo... - Y le miró con seriedad y seguridad en sí mismo. Según como ella actuara, así interpretaría él las señales de lo que aquella "hembra" quería.

Un segundo repaso visual indicó a Daya que los hombres tenían pistolas y fusiles, todos, sin excepción, portaban una pequeña radio sujeta a la solapa de su chaqueta. Estaban comunicados, no parecía que fueran militares pero como mercenarios, sabían cómo actuar en su trabajo.

Notas de juego

*Si en algún momento quisieras ir al interior tendrías que tirar: Forzar cerradura (Dif 15) y Buscar acceso oculto en la vivienda (Dif 15)

** Esto quiere decir que si lo intentas tirarás dados, y con tu habilidad de conducción que está al 13, si no pifias lo consigues.

 

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23/04/2022, 21:20
Sue McHillgraw

SF121 Airways Commander. Gimnasio

De todas las personas con las que Einar podía haber contado en el Domo, Sue era una de las más adecuadas para pedirle un favor. La pelirroja siempre se había mostrado desenfadada, desenvuelta y completamente carente de buenas maneras, pero sus pocos defectos eran compensados por una capacidad de querer ayudar que tan sólo podía compararse con la de Sara Castle, con la marcada diferencia de que la fallecida rubia encima era educada.

Sin reservas, así se ofrecía McHillgraw a Andersen, aceptando que en algún momento de su historia, recuperarían a la niña de Yum Ziam, una criatura que estaría perdida en algún punto del cosmos.

- ¿Agradecer? No lo hagas, Einar... Tú harías lo mismo por cualquiera de tu escuadrón... - Respondió mientras dejaba que el piloto la tomara por la nuca y juntasen mucho sus rostros. La pelirroja disfrutaba el contacto, era algo de lo que había disfrutado durante toda su vida, rompiendo completamente con el convencionalismo social. Quizás ese fuera uno de los motivos por los que siendo tan dulce con la gente, no se le conociera una pareja estable.

- Sí, tú pásame la información, yo la transmitiré nada más la tenga, a mis hermanos de Ignis. Y esto acabará solucionándose, Einar, ya verás como damos con la pequeña y conseguimos que tenga una buena calidad de vida. Es más, cuando rescatemos a nuestros compañeros en Natgrew, deberíamos contarles esto para que ellos también tengan conocimiento sobre la hija de Yum. Si somos convincentes, quizás incluso pudiésemos pedir a nuestros superiores que nos dejen dar con ella... - Sugirió la mujer no quedándose en la superficie del conflicto, queriendo dar una  solución final.

Sue asintió cuando Andersen determinó que su propia madre podía hacerse cargo de la pequeña, quizás no fuera alguien emocional, pero era viable que la educase e hiciera de ella una joven civilizada y conocedora de la legislación pertinente. Un miembro útil para la sociedad. Además, se podía pedir ayuda a los Thompson y a los Lartrem para facilitar la logística adecuada y con ella conseguir su objetivo. Mover todos los hilos disponibles le haría aumentar sus posibilidades.

Y llegó el momento Sue, instante en que la pelirroja deslizó la mano por la entrepierna masculina, con el fin de darle sosiego carnal, un placer que la muchacha daba con toda la naturalidad del mundo, como si aquel tipo de actividad física desestresara, sonriendo pícaramente y recibiendo de buen grado el beso del piloto, aunque éste hubiera sido un gesto superficial.

- Oh vamos... Estás empalmado y te estás conteniendo... - Dijo la mujer sin enfado, quizás más lamentando que Andersen se controlara - No te pido que me des nada, tan solo me ofrezco a hacértelo yo, si no me quieres tocar, tengo dos hermosas manos para acabar mis propias faenas... - Risa divertida - Te sentirás mejor, dicen en mi pueblo que un polvo al día te hace ser menos arpía... - Refranero popular igniano - Si el cuerpo disfruta, el alma se calma... - Insistió inicialmente, aunque ante la explicación de la negativa, le volvió a besar, más como un gesto de cariño y retiró la mano de su entrepierna.

- Cuando quieras estar conmigo, no necesitas pedirme permiso, solo métete en mi cama y ya nos entenderemos bajo las sábanas... - Le guiñó el ojo, al menos la pelirroja no era una insistente acosadora y sabía aceptar de buen grado las negativas - ¿Zampabollos?... Malbone es buen militar, pero no tiene ojo para las personas. Tú estás estupendo, Einar, yo te lo comería todo... El bollo eres tú... - Y dicho esto se lamentó - Maldita sea, tanto hablar de comida y ahora tengo hambre... Más me vale que suba mi culo celulítico a la elíptica si no quiero que la nave caiga por su propio peso - Un comentario divertido pues en el espacio ninguna cabe era afectada por la gravedad, a no ser que estuvieran cerca de algún considerable cuerpo celeste. Cualquiera lo sabía.

Notas de juego

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23/04/2022, 21:22
Ambientación

SF121 Airways Commander. Cabina de pilotaje

Tras un viaje sosegado y contra todo pronóstico, con calma entre las personas que componían el escuadrón. Se podía divisar desde la cabina de la nave el planeta verde. 

Natgrew era un sitio donde el agua y la vegetación abundaba, y visto desde el espacio podía parecer que incluso los mismos mares alcanzasen una coloración acorde al del resto del planeta, aunque en su cercanía, el azul profundo sería más adecuado como para definir su tonalidad.

Shally Emem miraba con interés el cristal, se encontraba situada al lado del piloto, asistiendo a Andersen, el titular para realizar las maniobras de aterrizaje.

- Es precioso, comprendo perfectamente que Tim y Becky adoren su planeta... - Comentó la bonita mecánica observando el universo y el bonito cuerpo celeste que delante de sí se mostraba - Últimamente se les ve muy juntos, casi podría haber afirmado que eran pareja, si no fuera porque ya sé que ella tiene a alguien a quien quiere mucho... - Suspiró y se puso más a modo profesional - Voy a llamar al teniente para que nos dé las indicaciones oportunas, mientras tanto buscaré un sitio seguro donde poder aterrizar la nave... - Comentó la mujer de manera eficiente.

Y así fue como West apareció en la zona de cabina, dando unas precisas instrucciones y coordenadas. Iban a descender a una zona del planeta verde muy poco habitada, una región que incluso parecía tener escasa vegetación, un lugar que para un natgrewniano podía considerarse como terreno yermo y hostil, siendo en comparativa terrestre como la misma Galicia. Irónico que lo mucho para unos fuera escaso para otros.

Andersen estaría al mando en el descenso y, una vez que la nave tomara tierra, todos recibirían órdenes para ponerse el equipo de combate y que tomaran el armamento de asalto. No todos los miembros del escuadrón bajarían en la misión de rescate. Irían en calidad de mandos West y Malbone, así como reclutas como Sue, Becky y Einar, siguiéndoles otros compañeros con los que el piloto había tenido menos relación y que eran considerados soldados espaciales.

Siendo un total 10 soldados activos y preparados para cualquier situación que pudiera planteárseles.

Notas de juego

Tienes algo de tiempo para interaccionar con cualquiera de ellos antes de recibir órdenes precisas.

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24/04/2022, 19:50
Duncan "Duke" McCarthy

William también saltó cuando Astor se las dio de especie superior, no como los humanos, que destruían como si fueran plagas bíblicas. Le hubiera dado un puñetazo que le habría roto los dientes. Los asterianos eran una raza prepotente, arrogante y con nulo sentido de la autocrítica. Ellos eran monstruos, animales, poco menos que autralopithecus, mientras que los asterianos eran hermanitas de la caridad, hermanitas que hacían cosas como pervertir la naturaleza infantil de una niña para usarla como un arma. Sonrió con cinismo, si aquello seguía así hasta el mismo William le rompería la cara. No era una arma, la niña no quería ser un arma, pero quien no viera la capacidad destructiva que tenía la niña estaba ciego, totalmente ciego. Le dejó hablar, discutir con un prisionero sobre aspectos morales era estúpido, a no ser que estuviera intentando ganar tiempo, como él mismo había hecho con Teller. Lo miró para atajar la conversación y le dijo

- Dejemos algo claro. Si William no te hubiera quitado el arma, si hubiera sido más lento le habrías disparado. Somos enemigos, somos soldados y el hecho de saber cual era nuestro destino y no hacer nada no te convierte en inocente, no eres inocente, inocente es esta niña. Los humanos tenemos nuestras miserias y nuestras grandezas, y no sois superiores, no en esto... Así que cierra el puto pico, o te lo cerraré yo.

Y hasta allí había llegado su paciencia con la arrogancia asteriana. Todo iba bien hasta que se le ocurrió meter las manos en los bolsillos y aquello hizo que se tensara. William le pedía que estuviera tranquilo, Duncan no lo miró, solo tenía ojos para Astor, así que le dijo

- Estoy tranquilo, y te pegaré un tiro tranquilamente si lo repites. No sería la primera vez que un asteriano saca algún artilugio del bolsillo.... Hagámoslo fácil para no tener ningún disgusto. - Miró a William - Puede tener algún tipo de comunicador intracorpóreo, activable con una presión... Son más avanzados que nosotros, así que tener un extra de precaución no nos hará daño.

La presentación con la niña fue bien, ella parecía más curiosa que asustada y él no quería asustarla. Correspondió a su sonrisa y asintió cuando acertó con su nombre

- Duke, sí, tú, Nyria - Y le volvió a tocar la punta de la nariz con una sonrisa antes de levantarse a atender a Bintel. Tras el examen ocular y la formulación de preguntas habituales para saber su grado de desorientación Tessa comenzaba a responder.

- Correcto, el viejo Duke y su escuadrón chiflado. - Empezó a retirar agujas, cables y electrodos mientras ella le dedicaba la típica mirada que dedicaría la Bella Durmiente al Principe Encantado, así que soltó lo primero que se le ocurrió, algo de lo que habían hablado antes y que tenía que ver con feromonas. Al verla reír comprobó que sus bancos de memoria no estaban dañados, porque sino no habría cogido la broma. Sonrió y le dijo

- Tranquila, seré fuerte por los dos y trataré de no enamorarme, no me atrevería a chafarle a Grey una historia que quiere sacarme a base de tequilas. - Sonrió - Entiendo, supongo que han hecho algo así para facilitar el transporte, pero no te preocupes, no son funciones básicas y de hecho más de uno se cambiaría por ti.... No te preocupes, te miraremos de quitar el collar y todo volverá a su sitio.

Dejó que William revisara un collar demasiado complicado con él para centrarse en Nyria. Explicándole que era mala idea que fuera con ellos porque dejaría atrás todo. Cuando dijo que estaba sola, Duncan le dio una palmadita en el hombro suave - Oh, ¿No tienes papás? Entiendo...- Miró a William - Puede que ser huérfana, y por eso a nadie le preocupe lo que le puedan hacer....

Preguntó por el collar pero no lo tenía claro, podía intentarlo, pero era una responsabilidad demasiado grande para tomar por una niña. Le sonrió y le dijo - Gracias, no tienes que hacerlo. Encontraremos la manera de ayudar a Bintel, y el tío Billy tiene razón, delante de la gente nada de usar los poderes, ¿Vale? - Miró hacia Billy - Podemos decir que tiene afasia, nadie dudará de lo que diga un médico.

En cuanto Billy preguntó a Astor como se quitaba el collar Astor contestó escuetamente que él no sabía de tecnología. Duncan alzó una ceja. Había algo allí que no le encajaba. No sabía lo que era, pero algo en aquella afirmación había algo que no estaba bien. Parecía que lo de la visita nocturna de la especialista era cierto, pero Astor no estaba diciendo la verdad, y eso solo podía decir una cosa, que era capaz de quitar el collar él, que sabía de tecnología más de lo que decía.

Nada dijo, por el momento, mientras pensaban quien podía ser más adecuada. Para Duncan Bintel era perfecta, no había mejor ejemplo para una niña, pero para William la más adecuada era Narel. Duncan abrió los ojos de la sorpresa y pensó en Narel. Hacía como mil años de la última vez que habían hablado. La había atacado, tratando de encontrar el culpable del asesinato de Noor. Narel era una fanática, llevaba sus ideas sobre la comunidad a un extremo que podía ser malsano para una niña, pero si conseguían que ella se involucrara, que la niña fuera su causa, no habría nadie que la defendiera con mayor ferocidad. No le gustaba la idea, seguía pensando que la pureza del corazón de Bintel era una mejor opción. Dunne anunció que allí no habían micros, lo cual era tranquilizador, y dio su opinión sobre si Bintel o Narel eran más adecuadas. Negó con la cabeza

- Si reportamos a Nyria a los mandos se la llevarán, e intentarán hacer lo mismo que ellos, convertirla en un arma. ¿Podrías dormir por las noches si lo hicieran? Para eso es mejor que se quede en Natgrew con Bintel, que la esconda en un sitio donde no la encontremos....- suspiró y entonces recordó algo y negó - Narel debe estar en la cárcel. Renunció a la Space Force y encerraron a todos los que salieron del PEC 12 hasta que mi investigación no los exculpara - Se rascó la cabeza - A no ser que Heather la haya concluido.... deben seguir en la cárcel, ella, Keira... Aunque tal vez las soltaron....

Lo que decía Dunne tenía mucha razón. Estaban allí muy expuestos, cada minuto que pasaban allí corrían riesgo. Duncan dijo

- Tenemos que salir de aquí, y no creo que podamos esperar a la especialista. Tendremos que arriesgarnos a irnos así.... Salvo.... - Miró a Astor con una sonrisa - ¿Sabes Astor? Las personas que son muy inteligentes suelen cometer el mismo error, pensar que los otros son estúpidos. Has mentido, sabes más de tecnología de lo que dices saber.... mucho más.... y eso me duele, creía que eramos amigos - dijo con una sonrisa irónica - Pero podemos hacer un acuerdo, un acuerdo que te puede ser beneficioso.... Si por algún casual recuerdas como quitarle el collar a mi amiga, podría verme inclinado a dejarte vivir... y dejarte aquí, sano y salvo... Habría que atarte, encerrarte, esas cosas.... pero salvarías el pellejo, y no tendrías que mantener esta amistad tan bonita que tenemos.... - Sonrió - ¿Y bien Astor? ¿Que me dices? ¿Te empieza a sonar algo de lo que te digo? Puede que no hayas sido tú quien ha puesto el collar, pero tal vez sepas quitarlo....

- Tiradas (1)

Motivo: Empatía

Dificultad: 15

Habilidad: 9

Tirada: 4 9 10

Total: 9 +9 = 18 Éxito

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25/04/2022, 13:48
William P. Thompson

Después de la reacción de Astor, William hizo un gesto con la mano como si abanicara hacía delante para restarle importancia - Quizás yo también he reaccionado de manera exagerada... Pero deberías darte cuenta de que no son los humanos - Para a continuación indicar en dirección de la niña con la mirada - Igual que yo no creo que esto lo hicieran todos los asterianos... - O al menos eso quería pensar. Desde luego si su sociedad estaba dispuesta a eso, en términos generales, quizás no fuera tan malo que fueran destruidos, pero no podía concebir que una civilización tan "adelantada" estuviera dispuesta a algo así. Después vinieron las respuestas de Astor, aunque esta vez cuidó mucho de reaccionar de manera visceral - Es cierto que entre los humanos hay de todo, pero también es cierto que estamos en una situación extremadamente complicada... - Elevó las manos al tiempo que se encogía de hombros - Como si dice en mi planeta... Recoges lo que siembras - 

El collar de Bintel desde luego iba a ser un problema. No tenía ni idea de que tuvieran una tecnología tan avanzada en el ejercito, bueno en realidad ni la humanidad en general. La hubiera observado con más detenimiento, pero por desgracia la situación no lo permitía. Seguían estando en territorio hostil y había demasiadas cosas que hacer y de las que ocuparse. La sonrisa de la niña era un problema. A Thompson le salió al menos brevemente una sonrisa cargada de ternura al ver la reacción de la pequeña, comprendiendo en ese momento que se implicaría más de la cuenta, algo que ya le había traído problemas en el pasado y que esta vez, estaba casi convencido de que volvería a tenerlos. Resignado, le revolvió el pelo de modo juguetón y regresó su mente a las preocupaciones del momento actual. 

La voz de la razón provino de Dunne, dando a mayores un detalle que le extraño, al parecer, allí ese tipo de hormigas son mascotas de manera habitual - Bueno, mientras no llame la atención no debería ser un problema... - Aunque tenía muy claro que para él nunca serían una opción como mascota, sobre todo después de ver de lo que son capaces. - Localizarla no debería ser difícil, ya le pedí que siguiéramos en contacto cuando nos despedimos, seguro que ha dejado algún modo de contactar... - argumentó. Además que debía de haber una manera de poder localizarla, de hecho iba a ser testigo en la situación de Lizza, alguien a también quería visitar llegado el momento. 

Al ver la reacción de Duke, su primer instinto era interponerse. El médico estaba últimamente con la mecha muy corta, sin embargo, que el joven no supiera de tecnología le parecía algo raro, de hecho, su primera opción era él, porque asumía que tendría que saber usarlo y además que alguien en el lugar debería saber como usarlo. Además que le parecía raro que no hubiera algún sistema de seguridad, o control o desactivación en aquel sitio por si hiciera falta. Observó a Grey a ver como reaccionaba, ella era bastante más perceptiva que los demás y Billy muchas veces debía basarse en sus suposiciones y su inteligencia antes que en sus percepciones ante estas situaciones. Dejó en este caso que Grey determinará según su percepción la veracidad del joven. 

Una vez resuelto el caso habría que esperar el transporte, aunque sería necesario aportar las coordenadas correctas de la recogida, pues ahora mismo sólo tenían las de la prisión. - Mientras informemos de las nuevas coordenadas, por mi podemos esperar donde queráis, no me apetece tampoco estar aquí más tiempo del estrictamente necesario - 

- Tiradas (1)

Motivo: Empatia

Dificultad: 15

Habilidad: 8

Tirada: 2 3 8

Total: 3 +8 = 11 Fracaso

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26/04/2022, 09:51
Daya Banerjee

Mes 5. Casiopea

 

Había pensado que la iban a dejar acercarse sin problemas. Al fin y al cabo, ella no era peligrosa en su situación y se estaba acercando sin ocultarse y directamente, pero uno de los soldados la encañonó cuando vio que no detenía sus pasos. Cuando vio que el cañón del arma la apuntaba, la innumita se paró en seco, no queriendo tensar aquella cuerda pues no sabía lo que podía esperar exactamente de aquel trio. Aquella era la distancia mínima que podía rebasar, perfecto, había tomado nota de aquel límite.

Levantó un poco sus manos en un claro gesto destinado a infundir tranquilidad, no venía buscando problemas, no avanzaría más... y el gesto se quedó congelado en el aire y sintió que palidecía al escuchar la pregunta de aquel guardia. Los detalles siguieron después. Solo con aquellas pocas insinuaciones, Daya ya supo que el estatus que Lord le había intentado inculcar durante aquellos días eran los que aquellos hombres le asignaban por defecto. Era el peor de los escenarios, el de que ella no tenía opción a darse a conocer por lo que era, sino que traía una etiqueta invisible que todos conocían y sobre la que iban a tratarla. Ni más ni menos.

Su mirada se alejó de aquel cretino y miró al jefe. Su comentario había sido dicho en voz baja, pero no lo suficiente como para que ella no lo hubiera escuchado. ¿Despistarlos?. ¿Era posible aquello?. ¿Despistarlos sobre qué?. No replicó al comentario sino que tomó nota de él, fijándose discretamente en la puerta llegando a ciertas conclusiones, hasta que el hombre respondió a su pregunta. Al contrario que el tipo del arma, la contestación fue normal, añadiendo a la vez de ciertas cosas que le dieron más información sobre cómo funcionaba aquel lugar y, además, confirmándole que Lomber no volvería en breve. Si es que volvía allí en algún momento, cosa que ella dudaba que sucediera.

-Entiendo. Se lo comentaré a mi compañera, aunque era lo que estábamos suponiendo al no saber nada de él y...-se lo quedó mirando, turbada, al escuchar su última frase. Había resultado demasiado...¿cómo decirlo?. Daya se encontró buscando una definición para lo que le habían provocado esas palabras y no encontrando un adjetivo que le sirviera. ¿Qué hiciera su vida?. ¿Aquel hombre no se daba cuenta de que allí ya no tenía vida?. Quizás se pensaba que estar allí eran unas vacaciones pagadas para Diana y para ella. Cogió aire e intentó pasar sobre el comentario como si no fuera con ella, tenía que poner distancia con ciertas cosas y hacer que no le afectaran.

Se volvió a mirar al tipo que se estaba riendo y provocándolos a todos en aquel momento con lanzarse sobre ella, y se encontró con una mirada que, lo único que encendió en ella, fueron unas ganas de echar a correr enormes. Instinto primario de supervivencia animal. La gacela delante de tres leones hambrientos. Rodeada. Sin más.

Dio un paso atrás sin darse cuenta mientras notaba el gesto del jefe deteniendo los comentarios de aquel tipo y como este reducía la intensidad de sus palabras, que no así su mirada hacia ella. Contuvo sus ganas de dar media vuelta y alejarse, tenía que aguantar el tipo si quería conseguir lo que había venido a buscar. La información que vertió entonces el jefe hizo que Daya no pudiera evitar mirarlo intentando esconder su estupor y su malestar total por estar en presencia de aquellos tipos. ¿En serio estaba insinuando que lo que buscaba es que la pusieran en una mesa y la reclamaran por turnos?. ¿Pensaban que había ido allí buscándoles para eso?. Su esperanza de que hubiera alguien normal dentro de aquellos muros se esfumó como el humo de una vela en mitad de un huracán. Era lo que había hablado momentos antes con Diana, nadie que estuviera trabajando allí por propia voluntad era de fiar, todos eran de la misma calaña. Era mejor intentar pasar desapercibida como aquellos dos días y que nadie sintiera aquella necesidad para con ella, aunque dudaba que no sucediese tarde o temprano. Y eso que la primera impresión con el jefe no había sido mala del todo y, por un instante, había pensado que se libraría de meterlo en el saco.

-No he venido a molestar... Siento si lo he hecho... No volveré a acercarme tanto.

Reculó y se dispuso a irse antes de que aquello pasara al siguiente nivel, no sin antes lanzar una segunda mirada a los tres para quedarse con el cante de los equipos de radio que usaban y las armas que portaban. Todo lo que había averiguado en aquella corta visita le hacia comprender que todo estaba dispuesto para que su huida fuera casi una misión suicida. Había echado una mirada a la puerta de cerca, a las armas, a los equipos de radio, había visto cuantos guardias en total debería sortear para salir de allí y sabía que tenían dos coches que, si tenían las llaves puestas, las podrían sacar de allí. Pero, ¿cómo burlar la vigilancia de once guardias armados?, ¿siempre habría once, incluidas las noches?, ¿los coches tendrían las llaves puestas?, ¿tendrían tiempo de arrancar uno de los coches y lanzarlo hacia la puerta antes de que ninguno de los once guardias acertase a disparar al coche o a la que condujera el vehículo? y, lo más importante, ¿a donde conducía aquel portón principal?. No habían picado el anzuelo ninguno de los tres y su comentario no había sido correspondido sacándola del error o confirmándole si allí detrás solo había desierto. Seguro que era una información que sabían que no podían dar a nadie de aquella casa ni por casualidad. Pero aquello lo complicaba todo. ¿Y si lograban hacerse con un coche, tirar la puerta abajo sin recibir un tiro y, al cruzar, solo había desierto?. ¿Hacia donde ir?. ¿Cuanto tardarían los guardias en ir tras ellas?. Deberían ocuparse del otro coche para evitar que les siguieran pero, ¿tendrían tiempo de eso sin ser descubiertas?. Y, además, tenía que contar con que conociendo el terrero cómo seguro lo conocían las alcanzarían sin dificultad, quizás incluso tenían a gente fuera que les cortarían la huida, que las estarían esperando en algún lugar más adelante. Tenían comunicación, no debía descartar ayuda en el exterior adicional para ellos. Y si era una ciudad, ¿podría atropellar a alguien al salir de allí a toda pastilla?, podría dar un volantazo y todo terminaría allí mismo, en las puertas de Casiopea. O, peor, que detrás del portón hubiera una calle estrecha y al salir impactaran con una pared, o un desnivel lo suficientemente grande para volcar el coche o miles de situaciones desconocidas e imprevisibles.

Había tantas posibilidades que bullían en la mente de Daya en ese momento que solo sabía una cosa. No iba a lanzar a Diana a la muerte sin tener claras las posibilidades aproximadas que tenían haciendo aquello. No podía olvidar que mientras que estuvieran vivas habría una posibilidad de escapar, de Casiopea o de donde estuvieran. Muertas ya nada tendría sentido. Y solo existiría una oportunidad de salir de allí. Una. Solo.

Antes de irse, lanzó su último anzuelo, su propio nombre, por si el destino quería que se pronunciara fuera de aquellos muros y alguien que la conociera escuchara en aquel momento. No recibió menos de lo que esperaba, sino mucho más. Algo de lo que nunca había hecho alarde, pero de lo que su familia estaba muy orgullosa de ella, era de su educación. Ella había comentado que era una maleducada como una forma de hablar simplemente pero, escuchar que aquel hombre la llamaba maleducada en serio le revolvió el estómago y escuchar a continuación que se ofrecía a enseñarle modales le hizo quedarse sin oxígeno y sentir un asco absoluto al saber sin duda a lo que se estaba refiriendo. Pero lo peor fue escuchar que era ella misma quien debía de pedírselo, casi que debía rogarle, que entrara con ella en la casa para que le diera una clase de buenos modales. Aquello hizo que sintiera lo que probablemente todos querían que sintieran. El concepto que tenían de ella, cómo la veían, para qué la tenían en cuenta. Era como si ella estuviera deseando estar con ellos, como si fuera su único propósito en la vida y tuviera que ir allí a arrastrarse y pedirles que la acompañaran, que estaba húmeda y vibraba por que la poseyeran, dándole igual uno, que dos, que los tres, incluso al mismo tiempo. Ella no era así, no entendía aquello así, no entendía aquellas mentes sucias. Y no iba a permitir que pensaran aquello de ella. Estaba allí por voluntad ajena, la estaban convirtiendo en una puta entre todos. Pero no iba a arrastrarse y pedir aquello sin más. Aún le quedaba amor propio y orgullo aunque sabía que, si pasaba mucho tiempo en aquel sitio, no tardarían en eliminarlo como si nunca hubiera existido. 

Se sintió abrumada por la vergüenza y por la rabia. Apretó los puños y se esforzó en que su rostro no transmitiera ninguna de las emociones que la abrumaban en aquel momento. No les iba a dar aquella satisfacción.

Daya... piensa en Diana... no estás sola aquí dentro...

Percibió que sentía calor, mucha calor, por la vergüenza que le produjo aquella orden, por el menosprecio que contenía y no por el sol que acariciaba su piel. Supo que su rostro posiblemente no fuera discreto y estuviera proclamando lo que sentía en su interior y eso le hizo recordar el comentario de Lord Success cuando la vio ruborizarse por primera vez en su presencia. Pero le dio igual. No podía controlar aquella reacción de su cuerpo, tampoco pensaba que tuviera energía suficiente para hacerlo, aunque si mucha de romperle la cara a alguien. Le daba igual cual de aquellos tres sinceramente. Estaban sacando lo peor de ella, lo malo era saber que no debía dejarse llevar por sus instintos primarios o tendría su vida en entredicho en cuestión de segundos

Piensa en Diana... Daya... Diana...

¿Podría adivinar así qué hay tras la puerta?. ¿Lo habrá averiguado ya Diana?. La duda flotó en el aire. Piensa fríamente Daya, tranquila, trágate tu orgullo. Trabaja en equipo. 

No puedo... No puedo... 

-No quiero distraerles más de su trabajo, señor... disculpen la intromisión...-le contestó al jefe, sosteniéndole la mirada llena de turbación, sabiendo que no podía contestar lo que realmente le venía a la mente aunque sentía el dolor de sus nudillos al apretar sus puños fuertemente, sus uñas clavándose en sus palmas sudorosas. Gracias al universo que, teniendo los brazos cruzados, ellos no se podían percatar de aquel gesto de impotencia y rabia. Sintió el impulso de darse la vuelta, dispuesta a retirarse al interior de la casa, aunque comenzaba a dudar de si estaría dejando pasar una oportunidad de conseguir más información.

Su cabeza funcionaba al mil por cien barajando posibilidades de las dos opciones que ahora tenia ante ella, las que estaban en su mano. Una le asqueaba, la otra podía dilatar su estancia en aquel lugar para ambas hasta lo indecible. La primera podía sentar precedentes y complicarle la existencia mucho allí dentro, la otra posiblemente las llevara a actuar a ciegas si Diana no conseguía cierta información del personal de servicio y el tiempo pasaba sin más oportunidades.

El servicio de la casa no va a hablar con Diana ni conmigo hasta que Lord les confirme nuestro destino y, mucho me temo, que solo hablarán con nosotros si nuestro destino es quedarnos aquí para siempre. Pero, ¿y si no?, ¿y si nos separan?, ¿de cuanto tiempo hablamos?. Soy demasiado problemática para Lord y quizás Diana decida lanzarse aunque sea a ciegas, quizás ahora que somos dos tengamos más oportunidades que estando solas si nos separan en breve. Estaremos aquí hasta que Lord dictamine cual es nuestro destino y no tardará mucho en hacerlo. Necesito saber que demonios hay al otro lado de esa pared antes de tomar una decisión sobre qué hacer y no llevar a Diana a la muerte... Y si me separan de ella, que por lo menos ella juegue con ventaja y pueda idear qué hacer para salir de aquí... Y que a esos once les de por el culo Lord cuando sepa que Diana se les ha escapado delante de sus narices.

Quizás aquel hombre era la única persona de la que ahora mismo podrían sacar información. De los tres, era el que más respetuoso se había comportado aunque le había removido las entrañas con sus comentarios. ¿Podría hacerlo?. Le había dicho a Diana que sí. Tenía que sacarla de allí. Tenía que hacerlo por ella si podía darle una mínima oportunidad. Y, si la muchacha obtenía también la información del personal, podrían completarla o ver si era cierto o no comparando ambas versiones. Solo había cosas positivas en tomar aquel camino... si se dejaba a parte ella misma.

Sintió ganas de llorar pero, a la vez, un frio interior que la asustó cuando fue totalmente consciente de él. Una vez tomada la decisión su mente se movió hacia el siguiente paso y comenzó a pensar en cómo mantener las distancias cuando estuvieran a solas. Había una posibilidad. Quizás con un poco de suerte, pudiera conseguirlo. Miró al cielo un instante, un cielo sin estrellas que la protegieran. Cogió aire.

Suavizó su expresión que sabía tensa, y se volvió levemente, mirando hacia la casa primero y mirando después al jefe a los ojos y, sosteniéndole la mirada, le hizo un gestó inequívoco que lo invitaba a seguirla-Le sigo, señor. Necesito que me instruya para saber comportarme-lo miró de arriba a abajo lentamente con una tímida sonrisa-Tengo algo que mostrarle también si me lo permite...

Ganas de vomitar, sí. Ganas de correr, todas. Desilusión, infinita. Vacío... uno insondable en su interior. 

Nunca se imaginó haciendo aquello, pero no podía dejar pasar aquella oportunidad, si es que podía llamarla así. Si la dejaba pasar, quizás no tuviera forma de poder llegar a él de nuevo si no conseguían nada desde dentro de la casa. Tenían que jugar todas las cartas posibles. Del precio ya se ocuparía en el futuro.

¿Podré hacerlo realmente?. ¿Podré dejar que...?

No se le daba bien aquello de insinuarse, nunca se le había dado bien ni por asomo. No tenía experiencia suficiente y, si aquel hombre y Lord hablaban, quedaría al descubierto que, de mujer casada, poco o nada. Aunque realmente eso ya no importaba en absoluto. Curiosamente, todo aquello había quedado muy atrás en el tiempo. Diana le daba miles de vueltas, estaba segura. Si aquel hombre consentía en venir al interior le propondría un trato, le plantearía un escenario, uno que se estaba forjando en su mente en aquel mismo momento aunque, que lo aceptara o no, tendría el mismo valor que el humo pues él tendría toda la potestad para romperlo en cualquier momento. ¿Y qué haría después si no aceptaba?. El esperaba algo muy diferente a lo que ella podía dar en una habitación, no cumpliría las expectativas y ¿eso qué podría significar allí?. Quizás eso no importaba realmente, él le quería enseñar modales, lo que implicaba que él tomaría las riendas de la situación. A su manera y, por la forma de decirlo, de plantearlo y de exigirlo, no iba a ser cómodo. En aquel momento, la innumita se sintió caminando por una breve senda abierta entre dos precipicios. Mantener el equilibrio era difícil, pero era lo único que le podía salvar la vida. Cualquier pequeño despiste, cualquier pequeño fallo, la lanzaría al vacío. No había línea de vida en aquel mundo.

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26/04/2022, 18:22
Einar Andersen

Si algo tenía Sue era la capacidad de subir el ánimo de cualquiera, por abatido que estuviese. Y a Einar, además de eso le ayudó a poner algo de perspectiva en todo lo aquello que le atribulaba. Lo hecho hecho estaba y no podía cambiarse; de nada servía regodearse en los errores o en las decisiones no tomadas. Eso él era capaz de comprenderlo y racionalizarlo, de eso no había duda. Lo difícil iba a ser convencer a su corazón de aquello. Quizá si vivía lo suficiente lo lograse aunque aquello era algo secundario en aquel momento puesto que aún había mucha gente a la que salvar para ir preocupándose de uno mismo.

Aquel acercamiento con la pelirroja realmente resultó balsámico para el piloto, puesto que podía apoyarse durante la travesía en alguien más que en Becky, quien podría encontrarse tan anímicamente hundida como el espigado piloto, lo que podría haber acabado en una espiral de autocondescendencia mutua para nada positiva para ninguno de los dos. Además de con sus dos antiguas compañeras, Einar se esforzó en tratar de conectar con el resto, si bien sus muchas horas en la cabina le dificultaron algo el proceso, logrando una mejor conexión con las dos militares con las que se turnaba en la cabina, así como con Timothy.

Además de las interacciones en el comedor con los mencionados, el muchacho cumplió a rajatabla con su rutina física adoptada en su época en el calabozo y la cual empezaba a mostrar algunos resultados evidentes en cuanto a su capacidad de resistencia e incluso en su aptitud física.

Y fue precísamente  en su momento de gimnasio, cuna vez se aseguró de estar solo, cuando mantuvo una conversación con otra persona más. Yum Ziam.

Como si de un comunicador se tratase, Einar empezó a hablar a las chapas de su compañera muerta. Había tantas cosas que se quedaron sin decir que sintió la necesidad de dejarlas salir y, sin darse cuenta de cómo empezó, en un momento dado se encontró hablando solo, como si ella se encontrase presente frente a él. Aprovechó para disculparse varias veces por haberla convencido para no desertar cuando se encontraban recluidos a su llegada del PEC, pues probablemente de haberlo hecho se encontraría cautiva pero viva. También se disculpó por haberse callado sus sentimientos hasta haber sido demasiado tarde. No pudo evitar llorar mientras lo hacía, pero esta vez de una forma más controlada y racionalizada, puesto que entendía que era bueno para él hacerlo. Una vez pasadas las cuentas oportunas, le prometió que le devolvería a su hija o perecería en el intento, y que de lograrlo la criaría como si fuese su propia hija, y que le hablaría de la madre tan increible que había tenido.

Tras aquel ejercicio de introspección, y pese al mazazo emocional inicial, lo cierto es que se sintió mejor consigo mismo y con sus circunstancias, como si, al igual que con la conversación con Sue, se hubiese quitado un nuevo peso de aquellos que le arrastraban con fuerza hacia el abismo. Quizá aquel fuese el camino hacia su salvación.

Tras la dyra sesión de gimnasio, tanto en lo físico como en lo mental, se vio dispuesto a recibir algunas respuestas que quizá ayudasen a apaciguar algo más su mente o bien su alma, por lo que salió en la búsqueda de Becky, la cual se encontraba en una de las mesas del comedor. Pidiéndole permiso se sentó frente a ella.

-Quería hablar contigo sobre Yum, si te parece bien. Jim y tú dijisteis que ella dijo algo a cerca de mí y lo cierto es que te agradecería mucho el poder saber de que se trató- preguntó mirándola directamente con sus ojos azul eléctrico, más sosegados y claros de lo que habían estado desde que conoció el destino de su amor.

 

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27/04/2022, 09:35
Ambientación

 Casiopea

Los límites fueron interpuestos por los guardias de seguridad y Daya, prudente, obedeció los términos marcados. El trato que recibía en aquel lugar era el de esclava. Hasta el momento no se le había agredido físicamente, pero las palabras del jefe de aquel particular grupo iba una amenaza velada, si no actuaba conforme sus normas, acabaría actuando de lo que era para ellos, un objeto para satisfacer sus deseos.

Había poca empatía por parte de sus carceleros. Para aquel tipo el hecho de que Diana y Daya pudiesen estar todo el día paseando, comiendo y descansando era lo que, en cierto modo, quería para sí. El centinela sí creía que ambas mujeres estaban viviendo unas vacaciones pagadas y, el hecho de que fueran a estorbar en su labor, algo que le resultaba más molesto que satisfactorio, pues al fin y al cabo tenían las mujeres que querían, Lord se aseguraba de alimentar sus más bajos instintos.

- No ha venido a molestar, dice la puta... - Se burló uno de los guardias mientras le daba un codazo a otro - Esta chica es idiota, cada vez las traen más tontas... - Las faltas de respeto eran notorias y decadentes pues, en la mentalidad de aquellos tipos, ninguna esclava que hubiera pasado por el trato habitual que se les daba, normalmente vejaciones de toda índole, se atrevería a acercarse a ellos y probar suerte echando una distendida charla. Para aquellos centinelas Daya era retrasada, posiblemente una niña rica que no conocía lo más mínimo de mundo.

La mente de Banerjee bullía con tanta información que podía llegar incluso a explotar. Por un lado, contó a los guardias, conoció sus métodos de comunicación y las armas que portaban. Además, se fijó en la presencia de los vehículos aparcados, pero el desconocimiento sobre el medio exterior hacía que todo plan que pudiese pensar fuera incierto e imprudente. Daya no se veía lanzándose a la aventura junto con Diana Makri. No merecía la pena perder la vida, ni la de su compañera, ni la propia.

Modales. Aquel tipo que tenía pinta de jefe le indicaba que podía llevarla dentro para enseñarle buenas formas, pero para eso la fémina debería de pedírselo a pesar de la vergüenza que podría hacerle pasar. Quizás la piloto podría haberse ido en ese momento, pero sólo de pensar en su situación, determinó que era mucho mejor entregarse, conseguir información que pudiera aventurarles a salir de Casiopea y escapar. Una vía a la libertad era por medio de los guardas de la puerta y quizás la única que pudieran encontrar.

Fue así que la fémina dijo unas palabras que en su boca sonaban increíbles  "Le sigo, señor. Necesito que me instruya para saber comportarme". Quién le hubiera dicho a Daya Banerjee que pediría aquello a un completo desconocido, y más sin saber las consecuencias que sus palabras podían provocar en él, a pesar de que fueran fácilmente intuibles.

- Si, zorrita, sí que necesitas que te enseñe a comportarte... - Aseveró el hombre con una risa torcida de medio lado - Donson, quedas al mando de la puerta. Permaneced atentos según las indicaciones de Lord... - Dijo antes de coger a Daya del brazo izquierdo y darle un tirón para llevarle dentro de la casa.

Muchas de las habitaciones del hogar no tenían puertas, y guardaban intimidad por medio de telas que cubrían las aberturas de acceso. El hombre llevó a la piloto con firmeza hasta alcanzar el sitio deseado, una estancia que tenía un muro bajo que conectaba con el pasillo por el que habían venido, allí se  encontraba una cómoda cama y varios sillones, así como mesitas con frutas de temporada. Sería un lugar idílico si la compañía fuera otra persona y lo que fueran a hacer tuviera un toque de romanticismo.

- Bien, Daya... - Suavizó el tono, seguía siendo autoritario pero al menos ya no la insultaba. Estaba claro que remarcaba a sus hombres cómo había que tratarla - Tú eliges cómo quieres que te castigue. La primera opción es que te pongas sobre mis rodillas para que te azote con la mano. La segunda posibilidad es que lo haga con mi cinturón. Y la tercera es que te folle por el culo. En cualquiera de las tres opciones voy a acabar follándote. Así que elige cual... - Y se cruzó de brazos en espera de que Banerjee le respondiese, quizás fuera buena cosa sugerir algo distinto a dichas posibilidades*

Notas de juego

*Tirada de persuasión: Dificultad 15

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27/04/2022, 17:18
Ambientación

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Las discusiones con Astor finalizaron. No porque Duncan y William no tuvieran nada más que decir, sino porque el asteriano, después de las réplicas que le dieron, consideró que era mucho mejor guardar silencio y asentir a lo que sus captores querían a rechistar y mostrar sus propias opiniones. Estaba claro de que eran de especies distintas y las perspectivas de unos y otros, excesivamente marcadas.

McCarthy, además, le instó a cerrar la boca y el joven cumplió con su deseo, teniendo claro que meter las manos en los bolsillos era considerado como una de las mayores afrentas interestelares. Aunque en realidad, el doctor estaba siendo muy prudente, y bueno era desconfiar si se tenía en cuenta la historia vivida hasta la fecha con los asterianos. Ninguno de los ejemplos anteriores podía darles la más mínima confianza. William, sin embargo, volvió a actuar como mediador, intentando que no hubieran más afrentas entre los presentes, comprendiendo que en ambas especies habían personas buenas y malas. Todos tenían su dosis de culpa.

La niña, la inocente criatura que había sido secuestrada, se mantenía callada mientras hubo aquel desencuentro verbal entre Astor y los recién llegados. La presentación con ella había sido sencilla y la joven no aparentaba ser un foco de problemas, gesto que mostró al sonreír, justo en el momento en que Duke le tocó la nariz, aparentando ser una criatura dulce y encantadora. Comprendía los juegos que tanto el escocés como William le hicieron, respondiendo a ellos con una mirada brillante llena de simpatía. Había estado allí sola y encerrada mucho tiempo.

Parecía ser que la niña no tenía padres. Había dicho que estaba sola y eso implicaba que nadie iba a reclamarla. Era una pena que así fuera, y más teniendo en cuenta que estaba en un planeta extraño con gente a quien tampoco era capaz de comprender. Su soledad debía haber estado excesivamente remarcada desde que la encerraron.

La que realmente tenía un problema era Bintel. El collar del cuello podía ser un instrumento para que la localizaran y quitarlo conllevaba riesgos. El médico intentaba calmar a Tessa; la cual miraba a su amigo, pues creía firmemente que la relación con Duncan estaba encaminada en dicha dirección, con cierto grado de miedo; actuando de manera tan humana que si no fuera porque sabían que era cyborg, jamás podrían haberlo deducido por sus propios medios.

Nyria negó con su cabecita a quitarle el collar a Bintel, pues se mostraba insegura, pero cuando Ástor dijo que tampoco sabía hacerlo provocó que la niña le mirase con seriedad y entornase la mirada, como si intuyese que sus gestos y palabras no iban a la par, de alguna manera la criatura sabía que mentía, a pesar de que no entendía exactamente el significado de todas las palabras.

La pequeña aceptó no hablar y mostrar sus poderes delante del resto de la gente, mientras su destino se fraguaba. ¿Bintel o Narel? Cada uno de los reclutas defendía a su candidata, aunque aún había tiempo para tomar esas decisiones, pues tenían otros asuntos inmediatos que atender.

Dunne Grey fue la que, finalmente, metió prisa a sus compañeros. Debían tomar determinaciones porque conforme más tiempo pasaran allí, mayor era el riesgo que corrían. La sargento no había creído a Astor bajo ningún concepto y, cuando Duncan indicó al asteriano que mentía dejó que el joven tomara su propia determinación pues, después de ésta, cada uno movería ficha y continuarían su camino.

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27/04/2022, 18:19
Astor Lightnor

Natgrew. Prisiones de la rebelión

Cerró los ojos con actitud cansada cuando el médico, aquel imbécil arrogante y violento según su perspectiva, le dijo que sabía más de tecnología de lo que había asegurado. Y sí, en eso había mentido, porque los humanos no entendían ni querían entender que si fallaba en sus habilidades podría dañar a la mujer. Eso supondría su sentencia de muerte.

Por eso había querido evitarlo, pero ahora le estaban mirando todos, esperaban que le quitara el artefacto. A lo mejor no era una mala idea, satisfacerles y dejar que se marchasen. O que acabara todo. Al fin y al cabo aquella espera estaba siendo agónica para él. No confiaba en los humanos, posiblemente muriese tras liberar a la cyborg, pero quizás ese fuera mejor destino que enfrentarse ante su padre como un fracasado. No le gustaba su vida y el futuro no era mucho más alentador.

La muerte puede ser una liberación...

- Le quitaré el collar - Decidió acercándose a una estantería que estaba posicionada en un lateral, no sin avisar antes - Voy a coger las herramientas que están allí en esa caja. Abridla antes de que yo lo haga, para comprobar que no miento - Grey se adelantó e hizo lo propio, asegurar a sus compañeros visualizando su contenido. Cuando estuvo segura de que nada de lo que allí se guardaba podía superar al tiro de un fusil, dejó al joven proceder.

Quince minutos fueron necesarios para que Astor, el cual se mostraba nervioso y sudoroso, consiguiera quitar el collar que le habían puesto al cuello a Tessa. El joven tembló incluso cuando la pieza metálica le fue retirada, dejándola con suavidad sobre la cama donde Nyria había estado sentada minutos antes.

- He cumplido mi parte... ¿Os marcháis dejándome vivir? - Y era una de las veces que pedía una cosa deseando otra, en el fondo quería morirse, había traicionado a su familia y a los de su raza. Su conciencia no estaba siendo magnánima - Me gustaría poder escapar de aquí. Acabo de traicionar a los míos y por ello la condena es la muerte - Quería la muerte pero era cobarde como para pedirla. Su padre ya se lo había dicho en más de una ocasión, era la vergüenza de la familia y jamás sería un digno militar de la rebelión.

Astor los miró. La decisión ya no estaba en sus manos.

- Tiradas (1)

Motivo: Quitar el collar a Bintel

Dificultad: 25

Habilidad: 17

Tirada: 7 8 10

Total: 8 +17 = 25 Éxito

Notas de juego

*Ha habido mucha suerte en la tirada. Si llega a fallarla, Bintel habría tenido una tara crónica.

Decidid en privado qué hacéis con él e incorporarlo en vuestra actu ^^

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27/04/2022, 18:43
Ambientación

Natgrew. Un punto indeterminado del planeta

El piloto había pasado de estar hundido a charlar con Sue sobre el tema que más le preocupaba, lo que pasaría con la hija de Yum. Tener a la pelirroja a bordo ayudaba a Einar a calmar su alma, comenzando un proceso de duelo que conllevaba incluso el hablar con las chapas metálicas que colgaba al cuello, siempre en privado por supuesto, pues de lo contrario West podría determinar que no estaba apto para el servicio, mandándole de vuelta a la Comandancia para que un psicólogo lo tratase.

Mientras el escuadrón bajaba de la nave para pisar el verdor del planeta Natgrew, Einar se acercó a Becky para charlar sobre Ziam y así poder hacerle una pregunta que no dejaba de rondarle la cabeza.

- Claro que podemos hablar sobre Yum - Dijo Baker con una bonita sonrisa en los labios, caminando al lado de Andersen mientras se movía con su equipo de combate por una pradera de hierba particularmente amarillenta, era una de las regiones más secas del planeta.

La simpática Becky atendió la duda de su compañero antes de darle la explicación que solicitaba - La misión encomendada según la sargento Naomi Corlett era tener vigilada a Ziam, pues se pensaba que era asteriana, así que fuimos a Acme, un pueblecito cerca de Canadá donde había habido ataques de Skullreps con anterioridad. Yum no se mostraba muy comunicativa con nosotras. Yo intenté acercarme a ella porque estaba siempre sola y callada, llegué a saber que tú eras su mejor amigo y bueno, después de eso decidió escapar saboteando un vehículo de la Space Force - Comenzó a contar con algo más de detalle - El caso es que conseguimos atraparla después de movilizar a las gentes del pueblo y cuando se le pidieron explicaciones contó lo de su hija, así como que tú eras la única persona en la que había confiado para que le ayudase. Quiso escapar porque no tenía sus datos de nacimiento registrado y temía que por eso se la encarcelase. Ella quería ser de la Space Force porque su único objetivo en la vida era recuperar a su pequeña... - Suspiró con mucha pena al recordar a la fallecida oriental - ¿Sabes? Yo creo que en el fondo ella estaba enamorada de ti. Sólo contigo habló de lo más importante de su vida y eso era porque al final, tú también le importabas...

Y conforme el escuadrón caminaba por aquel precioso lugar, las confesiones fueron realizándose. Becky Baker le había contado su versión de la historia, sincerando incluso lo que creía. Quizás fuera verdad o mentira pues la realidad, Yum Ziam se la había llevado a la tumba consigo.

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27/04/2022, 19:06
Ambientación

Natgrew. Un punto indeterminado del planeta

Los prisioneros de Natgrew tardaron no demasiado tiempo en salir de la prisión donde habían estado retenidos. Tras la liberación de Bintel, quitándole aquel collar que la denigraba a modo de mascota, salieron de aquellos fríos muros de piedra que los retenían.

No tuvieron muchas más dificultades, estaba claro de que la franja horaria en la que habían escapado era la ideal para no encontrarse de frente a ningún enemigo extra. Además, no se molestaron en registrar más salas de la prisión, pues aquella posibilidad, según Grey, era una actuación suicida, mejor salir de allí cuanto antes.

Salir al exterior fue muy gratificante, respirar aire puro siempre era de agradecer. El sol se estaba poniendo, los reclutas debían caminar por una extensa pradera para poder llegar a algún tipo de refugio que, a simple vista, no se podía adivinar en el horizonte.

Para ellos habían pasado dos días hasta que dieron con una cabaña abandonada, lugar ideal para tomar un descanso y hacer algo que Bintel llevaba tiempo solicitando, resetearse en muchas de sus funciones, algo que les llevaría tiempo.

Durante el tiempo que Bintel necesitó su reseteo, concretamente veinticuatro horas más, Althais salió a cazar para poder alimentarse, mientras que Grey fue a recoger algunas hierbas comestibles de las que se alimentaba cuando era niña. Nyria se mantenía sentada en la puerta de aquel improvisado hogar mientras observaba, curiosa, las mariposas de gran tamaño que sobrevolaban las flores, mientras su hormiga agujereaba el suelo, una costumbre muy de su especie.

Tres días les separaban de las mazmorras, momento ideal para que viniera una buena noticia por parte de Bintel - Aquí tengo cobertura - Comentó con toda la naturalidad del mundo - No es amplia, no puedo atravesar la atmósfera, pero sí ponerme en contacto con comunicadores privados de la Space Force.

Y así fue como durante un día más, Bintel se dedicó en cuerpo y alma a buscar señal alguna hasta que interceptó los comunicadores abiertos del escuadrón donde Einar se encontraba. La bonita cyborg amplificó el sonido, de manera que los presentes pudieran hablar con sus compañeros que venían al rescate.

- Si alguno quiere hablar, hay señal activa. Podéis comunicaros... - Indicó ella mirando especialmente a William y Duncan, pues eran los más próximos a su persona.

Notas de juego

En este post se incorpora Einar, por eso lo dejo abierto para que él lo lea y sepa más o menos la ambientación donde os movéis. Este turno hablaréis por medio de los comunicadores, en la próxima actualización, os encontraréis.

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28/04/2022, 21:45
Daya Banerjee
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Persuasión

Dificultad: 15

Habilidad: 11

Tirada: 5 8 10

Total: 8 +11 = 19 Éxito

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28/04/2022, 22:00
William P. Thompson

Finalmente Astor quitó el collar de Bintel, con muchos nervios, eso estaba claro. Cierto es que William ahora se fiaba un poco menos... - Vienes, claro... Nada ha cambiado, seguimos necesitando entender a tu especie, apenas sabemos nada de vosotros... - Se mostraba pensativo y dubitativo... - ¿Por qué mentiste al respecto de tus conocimientos tecnológicos? - Preguntó. Era una pregunta directa y sincera, tenía sus propias sospechas, pero quería ver la respuesta. - Si no estabas seguro de conseguir hacerlo bien... hubiera sido mejor decirlo directamente... Creo que hasta ahora, cuando has sido sincero todo ha ido mejor y entendemos la complejidad de las situaciones... - Tenía que admitir que le había decepcionado esa mentira, creía que estaba dando pasos adelante con aquel chico, pero puede que se estuviera equivocando... 

Finalmente salieron de aquel lugar, al menos habían conseguido armarse, una vez fuera Thompson tomó la iniciativa indicando que iría delante para ir explorando el lugar, moviéndose en silencio por delante del grupo esperaba poder atisbar cualquier posible peligro. Cuando encontraron la cabaña fue un alivio, además no parecía estar suficientemente bien cuidada como para que se usara de manera habitual. Billy comprobó el polvo y distintos indicativos que podían indicar si era visitada de manera regular o no. Cuando sus sospechas se calmaron se empezaron a instalar en aquel lugar, turnándose para vigilar a Astor. 

William permanecía en silencio la mayor parte del tiempo. Sentía que había vuelto a equivocarse... era demasiado confiado como ya le había pasado con Seok. Estaba claro que ese era uno de sus principales fallos. Decidió alejarse un poco. Salió a ver si podía cazar algo también. Necesitaba esos momentos de soledad e introspección. Analizar todo lo realizado hasta ahora, comprobar que podía salir mal y en que ya se había equivocado hasta ahora. Finalmente parecía que la cyborg había conseguido establecer conexión. Podrían comunicarse con el escuadrón de Einar que venía al rescate... aunque aún había muchas cosas por hacer, como encontrar a Eris. Y además estaba el asunto de el "prisionero" y la "invitada" que llevaban. 

Se acercó a la pequeña una vez terminada la conversación que dejaría en manos de los demás, no se sentía con el ánimo demasiado alto ahora mismo. - Recuerda intentar no hablar y que nadie vea tus capacidades hasta que puedas estar a salvo. Será un secreto - le recordó al tiempo que le guiñaba un ojo cómplice. Esperaba que la historia de que la niña estaba en la cárcel y la habían rescatado queriendo hacerse cargo de ella, fuera suficiente para que no levantara demasiadas preguntas... Sin embargo el ánimo de Billy estaba algo bajo, no para de analizarse con cierto ojo crítico nada benevolente... 

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28/04/2022, 23:16
Duncan "Duke" McCarthy

Recoges lo que siembras había sentenciado Thompson, aunque aquello no era siempre verdad. Sus padres eran buena gente, trabajadores, enamorados de sus tierras y nada habían hecho para perecer bajo las extremidades afiladas de los skullreps, nada tenían que ver con princesas espaciales ni extraterrestres. A veces, simplemente, te tocaba una mala cosecha, por muy buenas semillas que hubieras puesto. Se quedó mirando a Astor. Aquel chico lo había tenido todo mientras que él había mal vivido en orfanatos. Miró a la chica y le sonrió, estaba sola, como él, podía sentir empatía con ella, viéndola como algo más que el enemigo.

Astor había mentido en cuanto a su pericia en tecnología, pero al proponerle la posibilidad de conseguir su libertad se animó a intentarlo. Duncan sonrió sarcástico y le dijo

- Que curiosa la memoria, nada como una recompensa para que se refresque....

Astor pidió las herramientas y Grey se las dio, comprobando que no hubiera nada con capacidad de dañarles. El chico parecía nervioso, sudaba y Duncan permaneció en silencio. Aumentar la presión lo único que podía causar es que se pusiera nervioso, le temblara la mano y que Tessa muriera, o cualquier otra cosa peor. Aguantó los nervios mientras intentaba calmar a Tessa diciéndole tonterías, tomándole el pelo

- Tranquila Tessa, dentro de nada podrás hacer todas esas cosas tan maravillosas que ahora no puedes, como sudar o defecar.... tranquila... Astor está haciendo un buen trabajo. - Unos minutos después la androide estaba libre y Duncan le dio un ligero abrazo antes de decirle - Me alegra de tenerte de una pieza, ya acabó todo Tessa, ya acabó.

Astor había cumplido su parte y él cumpliría la suya, así que cuando preguntó si lo dejarían allí y vivo Duncan le dijo

- Un trato es un trato, aun puede haber honor, incluso entre enemigos. - Y entonces dijo que quería irse con ellos porque se había condenado a muerte. Se quedó mirándolo. Los asterianos eran seres extraños, y tal vez como decía William debían conocerlos para entenderlos, muy al estilo del Bushido, conocer al enemigo para conocerse a uno mismo, o una cosa así, pero Duncan miró a la niña y le dijo - Claro que puedes venir, nos vendría bien un intérprete para la niña. Mientras no hagas tonterías no te pasará nada, además, William quiere conoceros, de hecho, os parecéis mucho, su padre también es un jefazo de la Space Force, creo que os llevaréis bien, si supera el hecho de que le hayas mentido en la cara y que no se haya dado cuenta de ello.

Poco más se dijo, había que huir de allí de forma perentoria si no querían verse atrapados en un fuego cruzado enemigo. La salida de la cárcel hizo que toda la energía que había mostrado se apagara, y que poco a poco se fuera sumiendo en un silencio melancólico. Era curioso, Duncan había sido un modo por obligación, y ahora que podía, lo era por convicción. No podía dejarse ir, todavía no, porque todavía no estaban a salvo, pero pronto, pronto lo podría hacer, mientras tenía que apretar los dientes y dar lo poco que le quedaba dentro. El paisaje era agreste, pero la puesta de sol y el frescor del aire valía la pena, ahora solo hacía falta encontrar un refugio y cruzar los dedos para que los encontraran. Dos días tardaron en encontrar refugio, una cabaña abandonada, un lugar perfecto para que Bintel pudiera resetear sus funciones. Eso le dio un momento a Duncan para bromear y decir

- Ojalá la mitad de mis ex hubieran tenido la función de reseteo... Unas horas de tranquilidad, creo que eres la mujer perfecta... - El reseteo no fue rápido, pero mientras que ella estaba reposicionando los ceros y los unos en su sitio, Althais cazaba, Billy se mostraba taciturno y Grey recogía hierbas para dar de comer a la niña. En una salida Duncan la seguiría, la llamaría por su nombre y daría un par de pasos hacia ella para abrazarla. Estaban a salvo, podía desahogarse. Él podría haberlo hecho, pero el peso en su corazón era tan pesado que ni la calidez de Grey abrió la compuerta de las lágrimas. Tras el abrazo la acompañó a buscar hierbas en silencio y siguieron consolidando su precaria situación.

Al tercer día Bintel les dijo que tenía cobertura y que podía comunicarse con personal de la Space Force. Lo intentó, pero solo fue hasta pasado un día más cuando recibieron buenas noticias. Einar estaba por el barrio, William hablaba con la pequeña, así que se acercó a Bintel y le dijo

- Andersen, hemos decidido darte una segunda oportunidad como rescatador, zampabollos. La primera no te salió demasiado bien, espero que te esmeres con la segunda - Entonces se quedó callado antes de romper a reír. Probablemente Einar no le reconociera hablando, así que le aclaró - Soy Duncan, por cierto, he tenido mucho tiempo para practicar mientras me pudría en la celda y he tenido que mejorar mucho si no quería que la sargento Grey me volviera loco. - Miró a Dunne con una sonrisa de complicidad - Estamos todos bien, pero ya que estás por el vecindario, si pudieras venir a buscarnos a lomos de tu caballo blanco.... Digamos que te podría llegar a invitar a un café, sí, digámoslo así. - Miró a Bintel - Tessa está bien. ¿Heather?

No quiso preguntar, no se atrevía. Por un lado Einar parecía tener gafe, y la gente que estaba cerca de él moría o le pasaba algo malo, por otro, parecía tener imán con las mujeres, y temía que Heather hubiera podido caer por él. No es que estuviera interesado, interesado, pero no podía negar que le seguía atrayendo, y tenían una conversación pendiente. Sonrió al recordar una cosa y le dijo - Einar, si tuvieras a mano algo de tequila, hay una sargento que me tiene que interrogar. No es un bar, pero en tiempo de guerra hay que hacer de la necesidad virtud.

 

 

 

 

 

 

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29/04/2022, 21:19
Einar Andersen

El descenso al planeta fue según lo previsto. No hubo complicaciones más allá de las turbulencias durante la entrada en la atmósfera natrewnita que Einar pudo domar sin ningún problema haciendo gala de su destreza a los mandos.

Asistido por la ingeniera Emem, quien demostró ser de lo más capaz como copiloto pese a no ser especialista, el recluta rubio marcó las coordenadas ordenadas por West en el navegador subatmosférico, activó todos los sistemas de sigilo disponibles y llevó aquel pájaro metálico hasta la zona de aterrizaje, donde besó el suelo con suavidad.

Una vez en tierra, sin perder un instante se pertrechó con el equipo de combate reglamentario, se agarró nuevamente a las placas que llevaba al cuello a modo de oración pidiendo suerte para poder sacar a sus compañeros sanos y salvos de aquel planeta y se unió a la pequeña columna comandada por el Teniente y por el Cabo del 12.

Durante la marcha, pudo tener una conversación pendiente con Becky a cerca de Yum, la cual le confirmó cosas que ya sospechaba por si mismo. Aparentemente la muerte de Yum había sido indirectamente causada por la Fuerza Espacial, a través de la Sargento Corlette. Einar no pudo evitar aplanar los labios, pero contuvo cualquier otro gesto de disgusto agarrando con el puño cerrado las chapas de su cuello durante unos pocos segundos en los que guardó silencio.

Yum, aconsejada por él mismo había desvelado su situación irregular a los mandos cuando volvieron de la tierra, precísamente para evitar que ocurriese lo que finalmente ocurrió: que la tomasen por una Asteriana y actuasen en su contra. En su cabeza aquella era la opción más lógica; obviamente airear a los mandos su pasado incierto y dificil de rastrear pondría el foco de la duda sobre ella, pero Einar confiaba que con ese gesto de buena voluntad, los superiores decidirían situar a la recluta un cordón sanitario y la apartarían hasta poder confirmar su procedencia humana. Y en lugar de eso la enviaron a una misión en territorio hostil de Skulls donde no solo se tendría que enfrentar a los despiadadas criaturas alienígenas si no también a la sospecha y vigilancia de sus propias compañeras, desembocando en la desgracia que, a ojos del muchacho, habría sido del todo previsible. Aquella torpeza no iba a perdonarla nunca. Y si algun día estaba en su mano los causantes pagarían por ello, pero al fin y al cabo él era alguien brutalmente pragmático y sabía que su mejor opción para alcanzar aquel fin era la de tratar de prosperar en la Space Force, ganar el suficiente poder en la misma para poder resultar relevante y entonces actuar. No tenía prisa.

Dada su experiencia en comunicación remota derivada de su capacitación de piloto, se ofreció voluntario para encargarse de la función de operador de radio. Por ello, al escuchar aquel característico crepitar del altavoz alzó la mano con el puño cerrado para solicitar a la escuadra que se detuviese, echando la rodilla al suelo para reducir la silueta como mandaba los manuales de marcha de combate.

-Señor, creo que alguien acaba de conectar con nuestra frecuencia- informó, manipulando rápidamente los contorladores de la radio buscando estabilizar y depurar aquella aparente conexión, la cual enseguida arrojó una voz que resultaba a la vez familiar y desconocida, la cual se identificó supuestamente como Duncan, añadiendo el apodo de Einar, lo que le daba bastante veracidad a aquella identificación.

El espigado recluta echó una mirada hacia West buscando su permiso para responder, lo que vino en forma de asentimiento de cabeza.

-Doctor, aquí Valkiria-bautizó la misión con aquel nombre en aquel preciso momento. Había quedado pendiente otorgarle un nombre y la inesperada conexión le obligó a improvisar para facilitar la comunicación, pues ese era el principal motivo por el cual a los comandos en misión de combate se les otorgaban nombres clave. ¿Y que mejor nombre para aquella misión que el de las Diosas aladas del panteón nórdico encargadas de reclamar a los soldados caídos en combate?

-Te recibimos alto y claro. Y jamás pensé que me alegraría tanto de oirte-reconoció sin tapujos.

-La ayuda está en camino. No te preocupes por la Doctora Heather. La dejé a buen recaudo en casa. Gracias por cuidar de Tessa. Te debo una-Suspiró aliviado al saber eso. Pese a ser una cyborg, la conexión que había establecido con Tessa Bintel era superior a la que había logardo con muchos de sus compañeros de promoción.

-¿Cual es vuestro estado? Intentaré establecer un canal asegurado para que nos transmitáis vuestra posición con garantías y sin exponeros demasiado. ¿Quienes estáis ahí?-preguntó para ir recabando información que pudiese ser útil para preparar el rescate

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30/04/2022, 01:20
Daya Banerjee

Mes 5. Casiopea.

Escuchaba los insultos manteniendo una máscara aséptica de emociones que no dejaba exteriorizar lo que sentía, pero cada uno de ellos le dolía más que el anterior. Observaba a los dos tipos de menor rango y solo pensaba en cómo era posible que personas como aquellas existieran. No llegaba a entender cómo era posible que se encontraran, que se juntaran a las órdenes de alguien mucho peor como era Lord, que las estrellas permitieran todo aquello. Criaturas como ellos no deberían existir.

Cuando aquel hombre la cogió del brazo, hincándole sus dedos y tirando de ella hacia la casa, la Space Force, Innum, Frank y todos sus compañeros quedaron tan lejos en su memoria que se sintió huérfana de todo y de todos. Anestesiada emocionalmente. Así se sentía mientras era empujada hacia una habitación que realmente era preciosa, sorprendentemente. Tan fuera de lugar que deslumbraba y lo hacia parecer todo aún más irreal aún porque no era lugar para vivir una pesadilla.

Aquel tipo la empujó dentro de la habitación y ella dio unos pasos dejándose llevar por el impulso antes de volverse hacia él, que se había detenido en la puerta, cruzado de brazos, y que le estaba planteando directamente sus opciones para los siguientes minutos en voz alta y firme, aunque en un tono más normal dentro de lo que cabía. Iba realmente a pegarle y a tomarla de aquella forma. La innumita se sintió palidecer al escuchar lo que aquel tipo pensaba hacerle, sintió unas ganas increíbles de correr y salir de aquella habitación, pero él estaba entre ella y la puerta y más allá no había nada, estaba en una ratonera donde no había ningún sitio en el que esconderse. ¿Cómo conseguir lo que se proponía con un hombre como aquel? Estaría acostumbrado a todo, nada le sorprendería, ella era solo un objeto más, una entre tantas que habrían estado allí antes que ella, no una persona por la que sentir algo, aunque fuera solo curiosidad. Y, para ella, él era solo escoria. Pero eso no contaba para nada.

¿Cómo conseguir cambiar su percepción de ella?. ¿Cómo atraer a alguien sin alma, sin sentimientos, sin empatía?

Daya creyó notar una ligera diferencia en su tono de voz al hablarle, aunque reconoció que podía ser debido, simplemente, a que era capaz de hablar sin insultarla y aquello parecía un pequeño logro muy grande para ella. ¿Un pequeño cambio de actitud?, ¿quizás solo que no tenía que demostrar nada delante de sus subordinados?, ¿quizás no era tan desalmado como quería aparentar?, ¿o solo quería que ella se confiara?

-Pensaba que iba a instruirme, no a castigarme... ¿qué he hecho mal?-le preguntó lentamente y con un hilo de voz, mirando alrededor mientras su cabeza era un maremagnum de opciones, posibilidades y arrepentimientos. Necesitaba tiempo, como fuera, ¿cómo actuar a continuación?. ¿Cómo evitar lo que él quería hacerle?. Las opciones habían ido empeorando conforme eran dichas, las tres eran denigrantes pero aumentaban en intensidad. Sabía cual no quería, eso lo tenía claro, pero más claro tenía que no lo quería así. No podía ser así el final porque entonces sería una más. ¿Cómo se comportaban las mujeres que llegaban a estar en aquel dormitorio con un hombre como aquel?. ¿Cómo se sentía ella?. Se acercó lentamente a la mesita y miró la fruta casi con devoción. Era la misma mezcla que tenían en la sala de estar donde había estado con Diana. Algunas frutas conocidas, otras no. Se centró en cada una de ellas como una forma de concentrarse en ella misma. Todos los sentimientos que la invadían eran malos, generaban rechazo, inferioridad y miles de cosas más en las que no quería pensar. Pero ella tenía un fin en mente, ¿qué hacer para conseguirlo?. Sentía la mente embotada intentando encontrar algo que pudiera serle de utilidad, pero se sentía lenta pensando, era una situación muy violenta y sin visos de terminar bien para ella.

Haz algo que él no se se espere... algo diferente...véndete como algo único...algo que no quiera compartir con nadie más ni perder... 

-Es una habitación muy bonita, tiene muy buen gusto para elegir... No sé que tipos de frutas son estas, son extrañas para mi. ¿Le importa acompañarme mientras pienso en las tres opciones?-Se sentó en uno de los cómodos sillones, cogió una pieza de fruta de la que no sabia ni el nombre y lo miró directamente a los ojos, invitándole a acompañarla-Tenemos tiempo, ¿verdad?

 

La fruta era diferente a cualquier cosa que ella hubiera visto antes. Acarició los filamentos verdes, suaves, distraída y concentrada a la misma vez en sus posibilidades directas y en las armas que tenía a mano. Eran pocas o nulas para luchar contra aquel hombre, pero tenía que intentarlo, tenía que conseguir algún tipo de información útil para sobrevivir a aquel sitio y poder dejarlo atrás. Para Diana y ella, o solo para Diana. Y para ella. Sintió que un nudo se le formaba en el estómago. Tenía que luchar también por ella misma, por salir de allí con vida. Tenía que volver a casa. No podía desaparecer en la nada, causaría demasiado dolor que su familia no tuviera un cadáver que llorar. Tenía que ser fuerte. La necesitaban.

-Tengo que elegir una de las opciones... -comenzó a decir con aire pensativo, mordiéndose el labio en el proceso, sintiendo la mirada masculina sobre ella.

Algo diferente, algo nuevo para este tipo, piensa Daya, piensa, algo que no espere, ignora esas opciones y da otras que generen expectación. El quiere castigar, follar y largarse... venga, busca algo totalmente diferente... venga, tú puedes... hazlo. Mierda, le gusta hacer daño, le gusta pegar, no le va a cuadrar nada de lo que yo pueda proponerle... Intentaba pensar en algo coherente, pero sentía pasar el tiempo demasiado rápido y no quería enfadarlo. Se dio cuenta de que tendría que actuar, tendría que ser alguien diferente a ella misma. Lanzó a las estrellas una pequeña petición de ayuda y... dejó de pensar en el futuro para centrarse solo en aquella habitación.

No... eres especial... quizás hay otra opción... no pierdo nada por intentarlo...

-Antes le dije que quería hablar y era cierto...-lo miró intensamente-venir aquí era la única forma de hablar con usted a solas... se que usted es inteligente y que me escuchará. Tiene un buen puesto y estoy segura de que es por algo, no se llega a tener el puesto que usted tiene aquí sin más...y, además, creo que es con el único con el que puedo hablar, es el único que me ha tratado bien ahí fuera... -hizo una pausa para que toda la atención del hombre estuviera en ella, ¿tratarla bien?, ¡por todo el universo! pero tenía que hacerle creer que era así, que lo había sentido y visto de forma especial-Durante el viaje hasta Casiopea nadie me ha tocado, creo que Lord me tiene reservada para algo en especial. Si usted me toca quizás mi precio baje y haga enfadar a Lord. No creo que sea buena idea, para ninguno de los dos, usted lo conoce mejor que yo... Nos matará a ambos... a mi por dejar de servirle para lo que tenga en mente y, a usted, por fastidiarle el negocio aunque sea sin querer.

Dejó un instante para que aquello fluyera en la mente de aquel tipo-Le ofrezco un trato dentro de mis posibilidades... respéteme y le serviré como esclava en estas cuatro paredes. Le traeré la comida, le serviré lo que necesite, le acomodaré aquí, le acompañaré a la ducha y le bañaré si quiere, le vestiré... y le enseñaré qué me ha enseñado a hacer Lord para mi futura ocupación. Solo a usted y para usted. No hay ningún riesgo así, lo sé, porque es lo que ha sucedido en la travesía hasta aquí, y sé que le gustará lo que voy a mostrarle. Lord no ha permitido que nadie me toque, no se lo permitió a ninguno de los guardias que nos custodiaban...ellos han estado muy cerca de mi, han mirado, han observado, pero nunca me han tocado. Lo único importante es... que usted solo puede mirar. En eso consiste la magia de lo que puedo enseñarle. Y ya imagina de qué se trata-hizo una pausa de nuevo, dejándole que su imaginación le diera forma a lo que ella hacia- Incluso podría... ayudarme a mejorar y quizás Lord lo valore si eso le ofrece mayores ganancias. Así usted solo gana... y yo intento mantenerme con vida... y a mis amigos... ¿puedo incluirles en el trato? A Diana, a Lomber. No quiero que les pase nada...

Su mirada se intensificó aún más, ¿tenía la atención de aquel hombre?.

-Son lo único que me quedan. Han matado delante mía a mi mejor amigo, han separado de mi para siempre a la persona a la que quería, quizás ya esté muerto, y al resto de mi grupo los han enviado a... a ese sitio llamado El Coliseo o los han vendido, quizás no los vuelva a ver en la vida... Tengo que cuidar de ellos dos todo lo que pueda. Aun aquí, en mitad del desierto lejos de todo, aunque no sé donde se han llevado ya a Lomber con la excusa de arreglar las naves de Lord, quizás esté ya en la otra parte de Coltanium... No quiero perderlos también a ellos... Ya he perdido a mi familia, no volveré a verlos en la vida... En mi casa, mis siete hermanos nunca sabrán ya que les ha ocurrido a su hermana mayor que salió un día de casa para buscar trabajo y poder enviar dinero para darles de comer. Mis padres no sabrán que le sucedió a su hija y se sentirán culpables por haberme dejado marchar en busca de un sueldo para ayudarles y de mi sueño, sueño que cortó de cuajo una partida de piratas espaciales que consideraron que venderme como puta era su mejor negocio...

Lo miró expectante, ¿sería buena idea tensar más aún la cuerda?-Podría... podría... enviarles un mensaje para decirles que les quiero... Se lo agradecería tanto...por favor...

Podría ser parte del teatro o no, pero no pudo evitar que, al hablar de su familia las lágrimas fluyeran naturales, por que las sentía, se le rompía el corazón al acordarse de su familia y saberlos tan lejos y tan ignorantes de lo que le había pasado y sin poder ayudar, sin saber nunca nada más de ella. Ese vacío era demasiado grande y llevaba ya demasiado en su interior. Rompió a llorar lentamente.

Se concentró de nuevo en la fruta, partiendo una de ellas y sacando el suave interior que probó con cuidado. Era dulce. Pero le supo amargo y le costó una inmensidad tragar el pequeño trozo que había cogido, por un instante pensó incluso que sería incapaz de hacerlo y que se ahogaría, pero finalmente lo consiguió.

Las propuestas hechas por el hombre solo auguraban dolor, castigo físico, denigración. Esta tensa a la espera de su reacción a su propuesta. Cogió de forma automática otra de aquellas frutas y le quitó la cáscara, sacando su jugoso interior de dentro. Le temblaban las manos lo suficiente como para que él se diera cuenta si se fijaba. Daya estaba avergonzada por su comportamiento con aquel extraño. No quería pensar en qué estaba él pensando de ella, cuantas cosas se le estaban pasando por la cabeza, cuantos insultos burdos y miradas lascivas tendría que aguantar a plena luz del día en breve, pero no podía evitarlo, y eso hacía que se cohibiera aún más, que sintiera que, lo único que iba a sacar de aquello era una paliza y una posterior violación. 

¿Colaría que Lord la había reservado para algo especial y que, si él la tocaba, iba a jugársela con su jefe? ¿Haría aquello que se incrementara la curiosidad hacia ella? ¿Lord ya había hablado sobre ella y lo sucedido en la nave y sobre lo que le tenía reservado? No, casi seguro que no. O eso pensaba inicialmente a raíz de haber comentado el hombre que aún no se sabía si ella se quedaría en Casiopea o sería destinada a otro lugar. Se agarró a aquella idea. Con un poco de suerte, eso podría mantenerlo pendiente de ella sin tocarla. ¿Estaba pidiendo demasiado a aquel capullo?. Seguramente. ¿Le sorprendería verla masturbándose llegado el momento? ¿Guardaría las distancias y no la tocaría como habían hecho los guardias de la nave aun cuando quería follársela como castigo o sería peor incluso? ¿Lo pararía la duda de que Lord no aceptase ese comportamiento?

-Esta deliciosa, ¿quiere comer un poco de fruta...?-le tendió la fruta pelada en su mano en una invitación a que la cogiera y probara. Le tembló la voz en ese momento, pero lo intentó remediar de inmediato haciendo que sonara firme en sus siguientes palabras aunque podía haber sido más que evidente para aquel hombre. Quizás era demasiado evidente que no tenía experiencia, que aquello era superior a ella y que no estaba disfrutando, pero tenía que seguir adelante. Había mucho en juego-Puedo prepararle más si le gustan, después de tanto tiempo ahí fuera al sol quizás le apetezcan, no puedo ofrecerle nada frio a no ser que vaya a cocinas a por algo, han puesto frutas pero no han traído nada de beber.