Partida Rol por web

Pequeños pecados

Hampton University

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16/09/2025, 22:32
Lucía Bianchi

25 de Agosto,
Día de la presentación: Mediodía.
Coche de Emma.


Se había colocado en la zona de copiloto, pues en la parte trasera se encontraban Andrea y Alex, a quienes intentó evitar con la mirada.

Observaba a Emma con atención mientras esta hablaba, sin entender lo que había hecho mal. Estaba claro que se había acercado a Andrea, pero no le había requerido nada, solo estaba protegiéndolo de aquella golfa rubia. Había sido un impulso, ella sabía lo que la costaba reprimirlo, pero en estos días desde la noche que estuvieron conversando, se había comportado manteniendo la palabra, no lo busca, pero en aquella ocasión se había encontrado de cara con la situación, ¿qué se supone que debía hacer?¿Quedarse de brazos cruzados?

Estos pensamientos se disiparon al sentir que la hablaba directamente, si bien había asentido ante la primera pregunta sobre el respeto y estuvo a punto de quejarse ante la reprimenda a Andrea. La había tratado duro, pero seguro lo hizo para no crear una escena peor, a pesar de su frialdad, era un gesto de amor, como tantos otros seguía teniendo hacia ella en su forma de ser.

- Sé que me pasé, pero esa rubia lo estaba acosando... - Espetó en ese momento, un giro de cabeza clavando la mirada en Alex hizo entrever que tenía pensado aprovechar su turno para atacarla, pero decidió callar. En su lugar, miró a su novio.- ¡qué guapo estaba! - Y le pidió una sincera disculpa.- Perdonami se ti ho fatto vergognare in quel modo Caro. Ti ho già detto, quando ci siamo scritti nel fine settimana, che non vedevo l’ora di rivederti.* - Y Andrea no la había dicho que no quisiera verla.

Luego se giró a Emma para continuar.- Le dije de vernos hoy para hablar de ello, sé que me pidió tiempo y distancia, ma sono passate molte settimane. - Sonó algo impaciente al ver que esa conversación no se daba.

Su mirada se volvió intensa e interesada por la siguiente reprimenda, pues recordaba la conversación donde Emma la había perjurado que Alex nunca actuaba con maldad, y ella sabía de sobra que lo había hecho... ahora vería lo sincera que era aquella malnacida. Lo hizo entonces y lo había hecho ahora, y solo esperaba que Emma supiese verlo.

- De echo andaba buscando a Beatrice para disculparme cuando me hiciste venir. - Corroboró. - Y era mi intención hablarlo con Andrea cuando Alex decidió intervenir en nuestros asuntos.

 

Notas de juego

*Perdona haberte avergonzado de ese modo cariño. Ya te dije cuando hablamos por mensaje el fin de semana que estaba deseando que nos volviéramos a ver (según un traductor)

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16/09/2025, 23:58
Alexandra Valencia

 

Imaginé algo así de parte de ella, aunque jamás admitiría lo mucho que me dolió. De algún modo estábamos los cuatro metidos en este auto, compartiendo más aire del que deberíamos, miraba algo impaciente a Andrea y clavaba la vista en cualquier lado menos en Lucía o Emma, era incapaz de verlas porque sentía que eso solo me haría molestar más. Emma habló, Lucía se repartía entre hablarle a ella, acuchillarme con la mirada y hablarle en ese tono condescendiente a Andrea. Mis ojos buscaban el foco de lo que fuera para no tener que sufrir el martirio de estar aquí escuchando nada. No hablé, no dije nada en todo el rato, solo me dediqué a escuchar sin decir más, no tenía que explicarme nada. Abrazo a Andrea porque quiero, él lo permite y no le faltó el respeto a la pareja de nadie haciéndolo, mientras una de esas tres cosas no cambié, yo seguiré siendo así con él.  Solo puedo mirar a Emma cuando viene y me regaña a mi, mis ojos se nublan y oscurecen a la vez que la mandíbula se me aprieta, con mil cosas que decir, no digo nada.

Me quedo ahí viéndola fijamente pero no digo nada, al final esto es asunto de Andrea y Lucía, si él insiste en hablar con su ex loca pues yo no planeo meterme más en esto, si con eso consigo que Emma me deje en paz, pues que así sea. No quiero hablar más de lo necesario, por lo que solo suspiro amargamente ante esta situación. Mi móvil vibra, en la pantalla de notificaciones veo un nombre, un solo mensaje.

Genovesa: Salimos esta noche? 

Acepté en mi cabeza sin pensarlo dos veces, luego respondo el mensaje. Volví a suspirar.

–Por mi parte no voy a meterme más, a ver si así me dejas tranquila – le eche un vistazo a Andrea dándome por vencida con esta mujer y su maldita amistad con la italiana chiflada, de alguna forma Andrea debería encontrar la forma de ser más directo con ella y si lo que dice es cierto y aún se hablan y así, pues ni chiste hay en que yo me meta en algo que él mismo se está buscando. Yo por otro lado solo quiero irme de este maldito auto, me apesta el sitio y Lucía trae la sangre bien correosa, con ganas salía corriendo de aquí. con mi última sentencia me dispuse a sentarme ahí en silencio hasta que el sonido del seguro indicará mi libertad.

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17/09/2025, 19:26
Andrea Baglieri

Andrea permaneció sentado en el asiento trasero, apenas tocando el respaldo, los dedos entrelazados sobre sus rodillas con un gesto mínimo de autocontrol. Alexandra estaba junto a él, lo abrazaba y él no se apartaba del contacto; el abrazo era un ancla silenciosa que lo mantenía en equilibrio mientras la conversación avanzaba. Aun así, su mente trabajaba a mil por hora, cada músculo alerta, cada emoción medida para no desbordarse. Respiró hondo, casi sin ruido, concentrándose en no dejar que la tensión le ganase terreno.

Cuando Emma le reprochó el gesto hacia Lucía, Andrea ladeó apenas la cabeza, los ojos azules fijos en la suya, con un hilo de incredulidad mezclado con irritación contenida:

—¿Desprecio? —preguntó, la voz baja, firme, cortante; sus dientes se apretaron apenas, como si medir cada palabra requiriese fuerza física— Le dije que se detuviera, que me soltara, que no soy il suo ragazzo... ¿Dónde ves el desprecio ahí?

Pateó ligeramente el asiento delantero, sin mirarlo, un resoplido escapando por la nariz, medida mínima de frustración. Su mandíbula tensó un segundo más; un dolor fantasma en las encías pareció acompañar la presión de la emoción contenida.

Al escuchar a Lucía, su frente se frunció apenas y sus labios se movieron en un susurro casi automático:

—¿Acosando? —como si repitiese la palabra para analizarla— Incluso aunque tuvieras razón, no pedí ayuda.

Giró el rostro hacia ella, azul contra fuego, con la expresión neutra pero la tensión del cuerpo delatando lo difícil que era mantener el control.

—Te dije que no era con conmigo con quien tenías que hablar.

Replicó, sus ojos buscando los de Lucía por un instante, y luego Emma, preguntando en silencio si era que no veía lo imposible que era hablar de otro modo con ella, y aun así ella hacía lo que le daba la gana.

Volvió la mirada hacia Alexandra, apenas inclinando la cabeza, intentando descifrar cada palabra que ella decía, comprendiendo la intención pero sin alcanzar del todo lo que su amiga quería transmitir. Luego, nuevamente, a Emma: la tensión se acumulaba en sus hombros, la respiración contenida. Sus ojos le preguntaban con calma medida, apenas perceptible:

—¿Ya? ¿Se finito?

Permaneció ahí, rígido en su asiento, respirando entrecortado, concentrado en no dejar que las emociones externas hicieran mella en él, aferrándose a Alexandra, a ese contacto mínimo que le recordaba que, al menos, había algo estable en medio del caos del coche.

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21/09/2025, 13:11
Emma Valentina Ramírez De la Vega

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


 

Lucía se mostraba afligida, confusa y dolida. Alex miraba impaciente a Andrea. Buscando centrar su atención, posiblemente incómoda, en cualquier punto que no fuésemos ni la italiana ni yo. En cuanto al Baglieri —dedos entrelazados sobre las rodillas y con un gesto mínimo de autocontrol—, parecía guardar más tensión de cualquiera de ellas dos juntas. Como si se tratase de una bomba a punto de estallar al menor movimiento brusco.

Mal asunto.

Desde fuera se vio otra cosa, Andrea. Se vio duresa, se vio... resquemor. Despresio incluso. Ojo. No estoy disiendo que esa fuese tu intensión. Te digo lo que me paresió ver desde donde estaba y sin haber presensiado toda la película al completo. —expliqué, testigo de cómo al Baglieri se le escapó un resoplido por la nariz.

Estaba tensando demasiado la cuerda.

Aunque Lucía buscó justificar su mala pata achacándolo a que la rubia lo estaba acosando —algo que tampoco me resultaba nada extraño— reconoció haberse pasado. Normalmente sólo se justificaba y no reconocía su error. Por lo que aquellas palabras me parecieron un buen y acertado avance.

Otra cosa que no esperé —dada la personalidad tan orgullosa de la pelirroja— fue que se disculpase delante de Andrea y Alex. Gesto que me hizo abrir los ojos, con grata sorpresa, de par en par. Seguidamente dirigí la atención hacia el italiano. Al que le dediqué una mueca cómplice y cordial: "Se está disculpando. Sería buen momento para aceptar sus disculpas": intenté decirle con la mirada.

Como bien dije hase un momento, ahí Andrea sheva rasón. Nunca pidió ashuda. Ni para lidiar con la rubita —dije mirando a Lucía— ni tampoco para separarse de Lusía —añadí mirando a Alex.

Luego de eso, la italiana se giró hacia mí y me contó que había quedado con él —unilateralmente, por lo que entendí— para hablar de ello. La miré fijamente con calidez, sosiego y comprensión, cogiéndole las manos con la intención de rebajar un poco la tensión, la culpa y el nerviosismo que pudiera tener la intensa muchacha. No quería que sintiese que estaba siendo atacada o juzgada. Porque ni era ni pretendía que fuese así. Era más bien como una especie de regañina de bajo impacto para ir puliendo una conducta inadecuada.

Lo primero de todo, Lusía, quiero que sepás que estoy orgushosísima de vos por las disculpas. —dije con una sincera y escueta sonrisa— Viste el error y lo reconosiste. Ahora sólo quedá el no repetirlo, ¿sí? Y esta ves en serio. —remarqué, esperando un feedback de ella antes de proseguir.

Sho sé que vos sos súper intensa, sentida, sensible y romántica. Sha nos conosemos como de hase tres años y vos y sho hemos compartido mucho. —compartí con todos los presentes mientras daba suaves caricias sobre la mano de la italiana— Pero... debés de entender que si vos le desís a alguien de veros y esa persona no te contestá o te dise que no... es que no. Y por muchas ganas que tengás de ver a esa persona, debés respetar su desisión. La pasiensia es una virtud, bebé. —dije con un sutil toque cariñoso.

Su afirmación sobre estar buscando a Beatrice para disculparse me sacó una conciliadora y sorpresiva sonrisa. Asintiendo varias veces, suave, antes de tomar la palabra.

Contá conmigo cuando vashás a haserlo, ¿vale? —no es que no me fiara de Lucía. Simplemente prefería estar delante para limar cualquier tipo de aspereza que pudiera surgir entre ambas. A Beatrice no la conocía. Pero a Lucía sí. Y era consciente que aquello no sería más que un parche. Una manera de tolerarse, como les pedí a ellos minutos antes, con educación y respeto.

Me conformaba con eso.

La deportista se mantuvo callada en todo momento. Y aunque soportó mi intervención sin replicarme, fui plenamente consciente de la nublada y oscurecida mirada que me dedicó mientras le echaba la bronca. Comprobando cómo su mandíbula se tensó antes de responderme aquello.

¿Vos podés entender que me encuentro en medio de los tres y que cuando uno de ustedes hiere a otro también sho lo paso mal? ¿Eso podés alcansar a comprenderlo? —le pregunté a Alex con la vista fija en ella y el ceño fruncido, visiblemente molesta, en respuesta a su comentario de "a ver si así me dejas tranquila".

Entre la tensión de Andrea, que sentía al límite, y las malas formas que parecía estar acumulando Alex, me vi en la necesidad de quitar el seguro del vehículo antes de que aquello estallase del todo y fuese peor el remedio que la enfermedad.

Quien querá podé salir. —dije, seria, antes de sentarme bien en el asiento del conductor y la mirada hacia delante.

Si bien la conversación no había sido —ni de lejos— todo lo productiva que me habría gustado, sí esperaba que hubiese servido para que cada uno, como mínimo, ignorase al origen de sus problemas. No obstante, y al menos para mí, aquella conversación no había acabado. No todavía. Pero desde luego, y en vista del escenario, abordaría la continuación de otra forma muy distinta.

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24/09/2025, 01:16
Andrea Baglieri

Andrea permaneció en su asiento trasero, con los dedos entrelazados sobre las rodillas, respirando con cuidado. Alexandra seguía a su lado, y el contacto del abrazo era un ancla mínima que le ayudaba a mantener la calma. Por dentro, la tensión bullía; pero afuera, solo había un gesto medido, casi impasible, un italiano elegante que contenía la tormenta.

Escuchó a Emma y, con un ligero fruncir de ceja, ladeó la cabeza.

—Sí, fui duro. El resto de interpretaciones no son asunto mío.

La voz de Emma, aunque firme y clara, no conseguía alterar su autocontrol. Resopló por la nariz, un sonido casi imperceptible, y apretó los dientes un instante.

Cuando Emma mencionó estar en medio, Andrea alzó una ceja y su mirada azul se volvió directa: seria, sin doble filo.

—Al igual que les recriminas a ellas que yo... no pedí ayuda —dijo, con la voz baja, medida—, tampoco Lucia dijo que le molestase mi actitud. Y ahora le defiendes como si fuera el caso.

Sin juicio, solo constatando la realidad, intentando que ella lo vea.

Asintió apenas cuando Emma quitó el pestillo. Su cuerpo, aún rígido por la tensión contenida, se permitió un pequeño gesto de consentimiento: abrió la puerta, bajándose con cuidado, ajustando la chaqueta.

Una vez fuera, respiró el aire que ya no olía a rencor encerrado. Miró la cara de Alex, apenas un instante, evaluando su impaciencia y enojo. Luego esperó a que Emma saliese también. Sus ojos la buscaron con calma medida, como diciendo "vamos", y juntos se alejaron del vehículo, dejando atrás el aire viciado y las emociones a punto de estallar.

Andrea caminaba junto a ella, elegante y contenido, con esa tensión mínima que aún se percibía, y sin embargo con la certeza de quien sabe que, a veces, lo que importa no es lo que digan los demás… sino cómo eliges moverte entre ellos.

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24/09/2025, 08:42
Lucía Bianchi

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


Brindó una ligera sonrisa ante el cumplido. Era de agradecimiento, pero tenía tintes amargos por la situación en la que se encontraba.

En su interior, se estaba conteniendo. Alex era una provocación constante y seguía mostrando muchos gestos de cariño inapropiados en su presencia. Intentaba, en lo que podía, desviar la vista para no verlos, pero no podía. Era imposible que Emma tuviera razón; y estaba el asunto de que no había negado sino eludido responder a que la trataba con maldad para provocarla, por el simple hecho de disfrutar haciéndola sufrir.

Sacó su móvil y enseño algo a Emma.

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24/09/2025, 08:47
Lucía Bianchi

Era la conversación mantenida la noche del sábado y mañana del domingo tras la barbacoa. Haciendo recordar a Emma que en el coche había escrito algo, la hora del primero de los mensajes cuadraba:

Cariño, cuanto lamento haberme tenido que marchar así. Tenía muchas ganas de verte... te pasó a buscar tras la ceremonia inaugural.

Te amo. Tu Luchi

No soy yo a quien tienes que pedir perdón, Lucía. Lo que has hecho está mal, y lo sabes. Precisamente porque te conozco mejor que nadie sé lo pasional que puedes llegar a ser… pero también por eso me duele. Aun así, espero que logres arreglarlo. 

Cierto. No creo que sea la única que tiene que pedir perdón, pero lo haré... lo haré por tí. Nos vemos mañana, extraño tus besos. 

La conversación quedaba ahí, si bien el mensaje último de Lucía estaba marcado como leído.

Si bien no había aceptación de que se verían, tampoco negación. Para Lucía eso era equivalente a un sí. 

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24/09/2025, 08:50
Lucía Bianchi

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


- Si no desease verme, me lo diría... si no quisiera verme, me ignoraría completamente.- Dijo mostrando que no estaba de acuerdo en la lógica usada por su amiga. Lo comentó como si Alex y Andrea no estuvieran en el asiento trasero. Luego guardó el móvil tras bloquearlo sin que ellos pudieran ver que le había mostrado, aunque lo pudieran intuir. - Iba a ir ahora, agradezco que quieras ayudarme, pero no es necesario que vengas. - Dejo caer, para que Emma pensase si realmente quería entrar en aquella tensa conversación que se iba a suceder con Beatrice.

A diferencia de Alex que fuera de ser provocadora, le era indiferente, con su cuñada tenía confianza para conversar acaloradamente y sin contención. Alex era un cachorro de loba en comparación con Beatrice.

Lucía se mantuvo en su sitio. Observando por el retrovisor interior del coche como estos salía, y tratando de fingir que no veía como se mantenían muy "acurrucados" incluso fuera antes de marcharse.

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24/09/2025, 08:55
Lucía Bianchi

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


En cuanto se quedó a solas con Emma su barrera se quebró.

- Dirás lo que quieras, Em... pero esa esa no es completamente bombera.- Su tono sonaba vibrante por el temblor y las lágrimas emergían a cuentagotas.

Los amigos no se manosean constantemente como ellos lo hacen.- Dijo usando el mismo tono pero conteniéndose de no romperse más.- Y ves, tenía razón... todo lo que hace frente a mí es provocarme adrede, no lo negó. - Esos fantasmas volvían una vez más como la noche del sábado sobre su cabeza, y cada vez era menos capaz de controlar sus emociones.

- La mia vita non ha senso.- Empezaba a estar fuera de sí.- Dirò a mio padre che Andrea mi ha lasciato, che non voglio più andare all'università, lui mi troverà un lavoro lontano da qui.

No estaba pensando claramente, y Emma sabía lo suficiente para saber que aquello podría ser peligroso. Lucía era el tesoro más preciado para su padre, y su reputación era algo oscura.

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25/09/2025, 10:57
Emma Valentina Ramírez De la Vega

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


 

Andrea reconoció haber sido duro. Aunque también añadió que el resto de interpretaciones no eran cosa suya. En otras circunstancias le habría dado la razón sin dudar. Pero, ¿ser duro no incluía frialdad en aquellos casos donde el amor... se había intoxicado o se había visto comprometido? No buscaba alargar el quilombo. Menos aún con la enorme tensión que se respiraba dentro del coche. Por lo que no añadí nada más sobre eso. Cuando sí lo hice fue en el instante en el que el italiano me trató de hipócrita por haber defendido a Lucía sin que esta lo pidiese.

Es sierto que Lusía no dijo nada. —reconocí sosegada y con la atención puesta en el italiano— Pero contener las lágrimas mientras vas al cuarto de baño me parese una muestra inequívoca de molestia o dolor. Asi que, y a menos que ahora afirmés que sí que nesesitabas ashuda, no es lo mismo. —expliqué sin acritud. 

¿Cómo podía no ver el dolor que le causaba a la pelirroja con algunos de sus gestos?

Lucía me regaló —aunque empañada con algo de amargura— una ligera sonrisa en respuesta a mi apoyo. Sacando poco después el teléfono móvil y enseñándome algo en él. Leí con atención lo que me mostró. Acabé por mirarla a los ojos, comprensiva y cálida, negando con cierto pesar.

Hay veses, bebé, que la gente dise las cosas entre líneas. Y esta fue una de esas. —concluí en un tono cercano y conciliador como el de una madre a una hija pequeña— Andrea no dijo que no quisiera verte. Pero tampoco dijo lo contrario. Y mientras tú le dises que tenías muchas ganas de verle, que le amas y le desís cosas cariñosas y bonitas; él solo deseó que pudieses arreglar tu quilombo con su hermana. Nada más.

Finalmente le dije de acompañarla a hablar con Beatrice. A lo que ella me agradeció la ayuda pero la declinó. Prefiriendo ocuparse personalmente de hablar con su antigua cuñada. Aquello me pareció una pésima idea. Una que, desde luego, no iba a acabar nada bien. Pero bueno. Allá ella.

Instantes después de quitar el pestillo, y casi como si el carro oliese a vómito o algo peor, tanto el Baglieri como Alex no tardaron en abandonar el vehículo. Quedándonos Lucía y yo en su interior. Ambas acompañadas de un penetrante, denso y pesado silencio.

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25/09/2025, 10:58
Emma Valentina Ramírez De la Vega

Suspiré maternal ante el vibrante temblor y las tristes palabras de Lucía, girándome y fundiéndome con ella en un cálido y cercano abrazo. Acariciando la espalda de la pelirroja con suavidad y dulzura.

Es bombera, Lusía. En serio. —insistí en voz baja— He conosido a hombres gays que se comportaban así de pegajosos con sus amigas. Y creéme. Eran sien por sien de la otra asera. —le expliqué tras, al rato, romper el abrazo y el silencio.

De lo que sí que dudo ahora es... de lo otro. —comenté preocupada mientras, pensativa, extendía la mano hacia la guantera del coche, sacaba un par de pañuelos y se los extendía a la chica— Porque como bien desís, ni lo admitió ni lo negó... —añadí antes de un pesado suspiro.

¿Era posible que Alex no fuese tan buena persona como me pareció a mí en un principio? ¿Debería, quizá, poner distancia con ella?

¿Y si le ponés un detective? —le propuse a la pelirroja— Que la siga, vea lo que hase... así podrías salir de dudas. No sólo eso. Si no que, en caso de estar tras Andrea, si fuera de estas "picaflores" se le podría haser shegar las pruebas anónimamente para que vea el tipo de persona que es.

Nada más escucharla decir que su vida no tenía sentido, me saltaron todas las alarmas. Advertencias que se agravaron aún más cuando dijo que iba a decírselo a su padre y dejar la universidad. Aquello era un problemón muy gordo. Lucía se estaba aturullando. Y eso siempre acababa mal. Por no hablar de su padre. Una persona con una reputación de lo más implacable y oscura. Y dado el origen de la fortuna de los Baglieri, estaba segura que bastaba una palabra de la italiana para hundir a la familia de Andrea en la más absoluta y total miseria.

Paráte, paráte... —la corté con suavidad mientras cogía sus manos entre las mías— Lusía, no estás pensando con claridad. Y ambas sabemos que cuando eso ocurre, la cosa se tuerse aún más. Así que respirá, inspirá y repetí hasta que te relajés. 

Esperé un poco a que siguiera mis instrucciones. A ver por dónde me salía después de aquello. Y entonces busqué darle una pequeña dosis de realidad.

No podés dejar la universidad por un hombre, bebé. Por muy enamorada que estés y por mucho que valga. Un hombre siempre será un hombre. Van, vienen, se quedan... pero tu futuro no. Tu futuro siempre estará ahí con vos. Y echarle a perder por un posible —remarqué la palabra— desamor o un tiempito que os habéis dado... como que no. —opiné, cercana y con calidez— Vos... os pedí tiempo para arreglar esto. Y aunque me desís que sí, que me lo das, no lo estás hasiendo, Lusía. —afirmé, no a modo de reproche. Si no de realidad.

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26/09/2025, 14:39
Lucía Bianchi

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


En menos de tres días había tenido que recurrir a esa guantera en dos ocasiones. Ese coche empezaba a ser un entorno que le producía tristeza solo por los recuerdos que se estaban creando alrededor de él.

Negó con la cabeza mientras se secaba algunas lágrimas, justo antes de aquel arrebato en el que había decido acabar con esto de raíz.

La escuchó con rabia contenida. Se podía sentir su tensión en la rigidez de su postura mientras la escuchaba, en como la evadía con la miraba puesta su vista en un foco confuso en el exterior del vehículo. Solo cuando su amiga le prometió que ella lo solucionaría, parecía que reaccionó.

Con ese característico e impredecible carácter que tenía, se calmó. ¿Sería la calma que precedía a la tempestad? Eso solo el tiempo lo diría.

- Me voy a fiar de ti, y esta vez te prometo que los dejaré en paz.- Habló de ellos como si fueran uno solo, pues así los veía en estos momentos. - Te daré tiempo para hablar con Andrea. - Giró la cabeza para mirar a su amiga, y en un gesto no demasiado rápido pero que pudo pillarla por sorpresa, la abrazó con fuerza susurrándola al oído.- Grazie, Amore.

Que hubiese dado su promesa en un idioma distinto al suyo natal, era indicativo de que meditaba las cosas, cuando era impulsiva usaba el italiano.

- Hoy no hay clases, y no me apetece estar en el campus, ¿me llevas a casa? - Podría llamar a su chofer, pero le gustaba la compañía de Emma.

Esperó la respuesta y solo en caso de ser afirmativo, cambiaría el tema a uno mas neutral.- ¿Te llegó algún mensaje de una tal V.? Strani, ¿no?

 

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30/09/2025, 17:10
Emma Valentina Ramírez De la Vega

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


 

Mis palabras —un claro intento por que se lo tomase con menor intensidad y no actuase a la ligera— no surtieron el efecto esperando. Saltando a la vista en cómo la pelirroja evitaba el contacto visual, en su rabia contenida y en la tensión que la postura de su cuerpo —muy rígido— presentaba sobre el asiento del copiloto del coche. Sólo cuando le prometí que me ocuparía del problema —o más bien lo solucionaría— cambió su actitud. Calmándose —aparentemente— justo después.

Lucía era una persona increíble: amable, dulce, sincera, generosa, se desvivía por sus amistades... Pero pecaba de impulsividad e imprevisibilidad. Y aunque pudiese parecer calmada —como ahora mismo— cualquier suceso posterior podía hacerla estallar con la violencia de una bomba atómica. Por lo que había que saber cómo tratarla.

Aseguró que se iba a fiar de mí y me prometió dejarles en paz a los dos. Y si bien lo dijo en su idioma no natal —lo que, después de tanto tiempo juntas, era sinónimo de meditar bien las cosas— no era garantía plena para descartar que , llevada por su impulsividad, no metiese la pata de alguna forma. No obstante, quise hacerle creer que tenía mi pleno voto de confianza.

Te tomo la palabra, bebé. —afirmé antes de, por sorpresa, verme abrazada fuertemente por mi amiga. Sacándome una cómplice y tenue sonrisa al tiempo que le devolvía la muestra de afecto y acariciaba su espalda con mis manos.

Para eso estamos las amigas, ché. —dije muy cerquita de su oido, dándole a continuación un suave beso en la mejilla antes de romper el abrazo.

Nesesito, por favor, —insistí con una leve pausa— que no hablés con ninguno de eshos, ¿sí? Y si te mandán algo, lo que sea, antes de contestarles me pasás a mí el mensaje, ¿de acuerdo? Que sho, con lo que sea, te voy disiendo.

Al tratarse del día de la presentación, no había clase después. Por lo que teníamos el día libre. Así pues, y algo choff, Lucía me pidió si la llevaba a su casa. Algo que por descontado acepté hacer.

¿Lo dudás? —pregunté con una leve sonrisa, cálida y cómplice, y la atención puesta en la italiana.

Antes de arrancar el vehículo, miré fugazmente por mi ventanilla hacia Andrea y Alex —viendo cómo se alejaban—. Centrando mi atención sobre esta última. Con quien tenía una charla pendiente. Pero dado que la chica parecía correrle mucha prisa abandonar el coche sin siquiera dignarse a despedirse, no me molesté en decirle nada. Estaba descubriendo facetas de la deportista que no me gustaban nada. Y eso, obvio, acabaría pasando factura a nuestra relación.

Lucía me preguntó si me había llegado algún mensaje de una tal V. A lo que asentí volviendo la vista al frente. A la calzada.

Dos, de hecho. —respondí a la italiana al tiempo que, con un poderoso aunque elegante rugido, sonó el motor del coche— Al prinsipio pensé que sería algún pelotudo con mucho tiempo libre. Pero después de escuchar de la desaparisión de aquella niña y resibir el segundo mensaje de ese... quien sea, fui directa a hablar con el inspector y enseñarle los mensajes.

Metí segunda y el vehículo se puso en movimiento. Dirección: la mansión de Lucía.

El segundo de los mensajes hablaba presisamente de esha. Que si se había fugado con algún amor prohibido o que sé sho. Tampoco es que me importe la vida sentimental de alguien que no conosco, ¿sabés? Pero me vi en la obligasión de contárselo todo a este tipo. Lo que sí me parese re raro es que no le shegó a todo el mundo en la universidad. Si no a Daniel, Andrea, Alex y a mí. Ahora sé que a vos también. Lo que me hasé pensar que igual tené algo que ver con la fiesta a la que fuimos en Copper Beach. Mismo lugar donde, supuesta y casualmente, desaparesió Elektra. Y si estoy en lo sierto, significa que Nali, Zoey, Lusy, Bea, Mena y el Backstreet Boy también lo han resibido.

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01/10/2025, 08:18
Lucía Bianchi

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


En su mirada había sinceridad cuando asentía. Aunque era cierto que ya había hecho y roto esa promesa en el pasado.

- Esta vez lo haré, ¡promesso!Dijo mientras se acurrucaba en el asiento del coche y buscaba a ciegas el cinturón para colocárselo.

Echó mano a su móvil y, tras desbloquearlo, se fue a la parte de mensajería. Era un gesto muy familiar para Emma, salvo que esta vez Lucía no tecleaba, solo buscó los mensajes para refrescarlos en su memoria.

- El primero no me dice nada.- Dijo tras revisarlo. Una amenaza que se le antojaba algo infantil de alguien que quizás querría asustar a los novatos de primer año. Sin embargo, el segundo si era más conciso. - ¿Te refieres a Elektra? - Leyó el nombre en la pantalla.

Trató de recordar si la sonaba de algo, pero no. Ni siquiera de haber sido mencionada por algún conocido, y Elektra era un nombre tan inusual que de haberlo escuchado le sonaría. - Ni idea, ¿tú sabes quién es?

El escuchar la mención de la fatídica fiesta la tensó. Apretó los dedos a ambos lados de su celular hasta dar la sensación de que pudiera hacerlo crujir si seguía, aunque estaba claro que eso no iba a suceder. - ¿Puede que fuera una amiga de la... - Paró la frase, se tomó unos segundos de respirar.- hermana de Andrea? - Ese término la había costado demasiado verbalizarlo. No por no haberla llamado "anoréxica" como acostumbraba, sino el decir la hermana de Andrea en lugar de llamarla "cuñada". Era un primer paso de su desintoxicación hacia su gran amor.

La vista se movía de lado a lado de la pantalla leyendo el mensaje.

- ¿Sebastián Mejía... y... la otra... Jessica Mena? - No cuadraba con las iniciales.- Era un apellido latinoamericano, no es Mena... - Trataba de hacer memoria. - ¿Estarán liados? Esa era la que llamó gorda a Laineli en la fiesta. - Hablaba casi consigo misma mientras Emma conducía.- Recuerdo haberla respondido con toda la educación que a ella la faltaba. - Y con la paciencia que no tuvo con Alex.

Suspiró bloqueando la pantalla del móvil y posando este sobre sus piernas. Luego apoyó su cabeza sobre la palma de su mano y miró por la ventana de copiloto.

- He decidido apuntarme al gimnasio... boxeo. - Dijo cambiando de tema.- Recogeré un par de cosas de casa y, tras comer, iré... no quiero demorar el primer día o no iré nunca. - Se giró en una posición curvada que ponía a prueba la elasticidad del cinturón. Elevó una pierna para apoyar su pie sobre el asiento tras remover su calzado.- Te invito a comer en casa si quieres, aunque te aseguro que desde que Andrea no está la comida no es la misma... tenía mano para la cocina mi amore.- Y de nuevo estaba ahí, esa risueña Lucía que no acababa de desprenderse de su ex-pareja, y a la que lo reciente de la ruptura hacía que todo le evocara a momentos con su amado.

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08/10/2025, 03:54
Alexandra Valencia

 

Poco más que decir, solo podía oír las palabras de Emma, sin embargo se sentían lejanas ya jeans, un eco raro al fondo de mi cabeza que no retumbaba más que un par de veces para desaparecer del todo. Quisiera poder decir exactamente qué es lo que me pasa, ni siquiera puedo decirme a mí misma que es este amargo sabor que se forma en mi boca, me da náuseas y me anuda dolorosamente la garganta, pero no puedo. 

El sonido del seguro en el auto fue seco, rompiendo levemente el silencio y aunque fuese por un leve instante; el ambiente se sintió un par de gramos más liviano. Andrea dejó claro que se iba, yo me iría con él sin duda alguna pero me quedé solo un instante mirando fijamente esos preciosos ojos que me devolvieron una inconclusa mirada de vuelta, unos ojos que eran muy expresivos y fríos al mismo tiempo.

Estaba aburrida y mis ojos se lo dejaron claro a Emma. Se que volveremos, se que hablaremos después, se que hay mucho que tendremos que decirnos, pero habrá tiempo para esto, será después, ahora solo quisiera irme. Tome mis cosas y me fuí, siguiendo por el camino a Andrea con poco o nada que decir de principio, sin embargo más que hablar preferiría escucharlo a él y dejarle saber que yo siempre estaré de su lado. Igualamos el camino por el parqueadero sin un rumbo fijo, pesé a que deseaba con todas mis fuerzas voltear con una absurda idea en mi cabeza, no lo hice, sabía que no pasaría y supongo que aunque decepcionante, era lo más lógico.

– No quisiera tratar mal a tu ex ni nada parecido, pero en serio a esa mujer le urge ir a terapia–

Lo dije al aire, la ironía amarga de salir de ese auto después de ser confrontados por las reacciones de alguien más me resultaba hasta cierto punto surrealista, nadie puede obligarlo a él o a mí de hacerse cargo de los sentimientos ajenos, nadie en general debería estar forzado a cargar con el peso de lo que otro siente, no me imagino dejando de ser cariñosa con Andrea solo porque a la chiflada se le suelta otra tuerca. Definitivamente no pasará. 

–¿Al lugar de siempre? – A lo largo de nuestra amistad Andrea, Elijah y yo hemos encontrado pequeños lugares a los que los estudiantes casi no van, los llamamos “oasis” y cuando necesitamos un espacio solos o como amigos en un lugar que parece tener ojos en todos lados, vamos allí. Nuestro último oasis de la temporada era el kiosco aledaño a la biblioteca, la gente casi no lo visita porque en temporada de verano los mosquitos y otros insectos son insoportables, sin embargo por alguna razón cuando nosotros vamos no parecen interesarse en picarnos, yo tengo la fuerte teoría de que la loción que usa Andrea los espanta, ojala hiciera lo mismo con desequilibradas mentales.

Notas de juego

Una disculpa por la ausencia, todo mi trabajo se descontorlo en poco tiempo y estaba muy metida, hace pocos días retome mis turnos normales (trabajo en hospital) asíq ue salí viva de esto. Ire poniendome al día con todo. 

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14/10/2025, 12:16
Emma Valentina Ramírez De la Vega

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


 

Lucía me prometió que haría caso. Claro que no era la primera vez que me hacía esa promesa y, por un motivo u otro, acababa rompiéndola. Yo desde luego deseaba con todas mis fuerzas que en esta ocasión fuese cierto. Ya que dudaba poderosamente que la italiana pudiera permitirse más errores con Andrea antes de que no hubiese reconciliación posible.

No. El primero no dise gran cosa. —reconocí con una suave negación— Sha te dije. Lo primero que pensé fue que se trataba de un pelotudo con mucho tiempo libre.

Luego asentí cuando me preguntó si me refería a Elektra. Y posteriormente negué cuando me dijo si la conocía.

Ni idea de quién es. Ni de cara ni de oídas. Sho me enteré de todo este quilombo en la presentasión. —le dije a la chica mientras, sin prisa, seguía conduciendo.

Lucía pensó que podía tratarse de alguna amiga de Beatrice, la hermana de Andrea. Posibilidad que se me antojó sumamente improbable.

Nah. No lo creo, bebé. —opiné, bastante segura de mi negativa, segundos después— No paresía afectada por su desaparisión. Y tampoco paresía esperar a nadie más el día de la fiesta. Ni ella ni ninguno de los que fuimos ashá. —aclaré, adelantándome a que la pelirroja pudiese decirme que quizá otro invitado sí que la estuviese esperando.

¿Sebastián Mejía? ¿Quién es ese? —pregunté extrañada.

Claro que cuando mencionó a Mena, imaginé que podría tratarse de él.

¡¿Te referís al Backstreet Boy...?! ¡No jodás...! —exclamé asombrada.

Lo cierto es que las iniciales S.M, de llamarse el chico así, casaban con las siglas del mensaje.

No, bebé. Mena, supongo, viené de Jimena. —le corregí, cuadrándome todo algo más ahora que Lucía había preguntado si estarían liados— Fijo que sí. Sho se lo dije a la pedante de su novia, ¿sabés? A Paula. Porque me dijo que su "Bastian" era solo susho ¡Já! Como si tuviese el más mínimo interés en un sobreactuado y descastado personajillo de sesta. Y ahora resultá que lo compartía con su secretaria sin saberlo. —opiné entre risas.

Ffffuah. Como sea sierto es carne de meme... —mencioné por lo bajo, más para mí que para mi acompañante. Y es que yo también podía ser una zorri-grandísima hija de las re mil putas cuando me lo proponía.

Y pensar que la vi buena pareja para Alex. Claro que, y viendo cómo se comportó hoy en el carro, igual no hasen tan mala pareja. —opiné ligeramente molesta.

La deportista me había decepcionado muchísimo. Y rara vez daba segundas oportunidades a la gente que me decepcionaba.

Lucía me dijo que había decidido apuntarse al gimnasio —noticia nada extraña— para practicar boxeo. Detalle que sí que me llamó poderosamente la atención.

¿Boseo? ¿Y eso? —dije con un mohín de asombro— ¿No te sentís protegida o qué? —le pregunté, curiosa por si la italiana tuviese algún tipo de información que yo desconocía.

Me dijo de comer en su casa. Invitación que provocó que me erizase y sintiese un vuelco en el corazón y un fuerte, cálido y agradable cosquilleo entre las piernas. Viniéndome a la cabeza lo que por supuesto jamás ocurrió el sábado pasado, por la noche, en su casa. Suceso que en absoluto me tuvo confusa todo el finde, ni hizo que me masturbase pensando en ello. No. Claro que no. Porque yo no hacía esas cosas tan sucias e impropias de alguien de mi categoría.

Como fuese, y a pesar de aquel delicioso acto que jamás ocurrió, conseguí mantener el tipo y actuar como si realmente nunca hubiese pasado nada entre ambas.

Bueno. Si querés puedo preparar algo típico de mi país. Unas empanadas argentinas, un choripán... o si preferís, hasta una Picada. —sonreí con cierta complicidad ante este último plato. Conocedora que tenía influencia italiana.

Jamás lo admitiría. Pero no era el hecho de comer juntas lo que me más me atraía de ese plan... y eso sí que empezaba a ser verdaderamente preocupante.

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15/10/2025, 08:38
Lucía Bianchi

Lunes, 25 de Agosto.
Día de la presentación. Mediodía.
Coche de Emma.


- Ese mismo, ¿has visto su Instagram? - Dijo rebuscando en el móvil y mostrando una imagen. - Volgare.

- Mmmm, Jimena, pues tiene más sentido.- Confirmó sus sospechas, que no sabía si eran acertadas, pero parecían bien encaminadas. - ¿Qué puede ver una mujer en un tío así?

Seguía pasando storys, leyendo reels sin detenerse en nada en concreto mientras Emma conducía.

- ¿Sabrías hacer uno? - Preguntó. Ella misma montaría uno si no fuera porque era tan buena en las artes clásicas como torpe en las tecnologías. - Podríamos intentarlo. Imagina esa story con Jimena de fondo, sería desternillante. - Rio con cierta maldad. - Nah, pobre chico, bastante tiene con lo que tiene.

Desechó la idea de inmediato. Una cosa era bromear y otra ser mala. Ella odiaba a quien se dedicaba a hacer bulling a otras personas, en ese sentido tenía unos modales intachables.

- Quizás ves demasiadas bomberas a tu alrededor... - Dijo en un leve suspiro, pues no veía a Alex tan lesbiana como Emma decía, y al parecer la tal Jimena tampoco lo era tanto.- Quizás solo sean depravados... escuché que existen enfermedades mentales que provocan confusiones cuando se confunde el amor por la pura lujuria.

Estaba claro que para Lucía lo pasado el sábado anterior estaba fuera de todo aquello. Aquello no era lujuria ni sexo, tan solo dos amigas jugando para aliviarse. Su punto de vista siempre había estado muy sesgado a lo que la interesaba creer. Era por ello, que si bien no sacaba ni sacaría el tema salvo que Emma lo hiciese, no se sentía incómoda compartiendo momentos en privado con la argentina.

- Escuché que es bueno para la relajación... - Dijo sin darle demasiada importancia.- Ayuda a sacar el estrés y a calmarse... es justo lo que necesito si voy a pasar un año más con mi cuñada cerca tratando de hacerme saltar a cada paso que doy. - Había mencionado solo a Beatrice pues no quería echar más leña al fuego con el tema de Alex, pero era esa mujer la que realmente la sacaba de sus casillas. - Y quien sabe, quizás conozca a gente nueva... últimamente he estado demasiado centrada en mi caro, puede ser bueno conocer otra gente. - Lo dijo sin emoción alguna, casi como si fuera una obligación autoimpuesta el crearse un mundo fuera de Andrea.

Un pequeño respingo de ilusión llegó ante la propuesta culinaria.- Eres la mejor, cara... ti amo.- Dijo de manera inocente dejando el móvil sobre su regazo y ladeándose para posar sus manos sobre la de emma que se mantenía en la palanca de cambios. Una sonrisa llenaba su rostro. - Desde que Andrea se marchó como mucho congelado.- Y eso se había notado en su figura, algo más ancha de lo normal, si bien siempre tuvo muchas curvas. - Aprovecharé entonces para mostrarte los trapitos que me he comprado para el gimnasio.

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22/10/2025, 08:01
Lucía Bianchi

Lunes, 1 de Septiembre
Media mañana


Con la primera semana de clases pasada, Lucía decidió que era el momento de hacer más vida en la Universidad.

El suceso del día de la presentación la había avergonzado, y por ello se había limitado solo a acudir a clase y pasar el menor tiempo posible en sus pasillos o cafetería, sentía que era la comidilla de muchos de los grupos que se congregaban deseosos de salseo. Solo el gimnasio se había convertido en un lugar de asistencia en aquella semana, y era en parte a lo agradable que se le hacía hablar con Daniel.

La campana sonó indicando que la clase había concluido. Cerró el libro de historia del Renacimiento mientras el profesor les gritaba unas últimas directrices, biografía a leer y prácticas a entregar. Se mantenía un tanto ausente mientras volvía a su bandeja de entrada y releía el mensaje:

"A.V estuvo liadísima con una de las profes favoritas en su primer curso..." - No tenía idea de quien podría ser esa A.V pero era una mujer por como era referenciado*, y su mente voló en la inmensa cantidad de lesbianas que asolaban el campus... imposible saber quien era.

Resopló mientras guardaba el libro en un bolso bastante grande y despidió a los más rezagados de sus compañeros de clase mientras el profesor recogía su material y borraba la pizarra antes de marcharse.

- Ci vediamo domani, professore. - Dijo al recorrer el pasillo lateral del extremo pegado a los ventanales y tener que cruzar por la zona del estrado para encarar la puerta de salida.

Caminó sola, con la mirada alta y llena de orgullo pero tratando de no mirar a nadie en concreto mientras iba rebasando grupos. Pensó en las "nuevas amistades" que estaba creando, Daniel y Leinali. También pensó en que debería tratar de intentar quedar con la pareja adorable de la fiesta de los Baglieri: Zoey y Lucy, la habían causado una buena impresión.

Fue en uno de los giros rumbo a la cafetería para coger una botella de agua con gas antes de la próxima clase que lo vio. Era el hombre con el que Emma había estado hablando el día inaugural.

El detective llevaba días dejándose ver por las zonas comunes del campus, hablaba con unos y otros tratando buscar información sobre esa joven... Elektra, se recordó tras un pequeño ejercicio de memoria. Hasta el momento, no había mantenido ni una conversación con él; y pensó que era el momento idóneo.

¡Buona sera! - Dijo tras acercarse con pasos firmes que hacían repicar el tacón grueso de sus zapatos. Para Lucía, pasadas las 12 era ya horario de tarde. - El detective... - "Snow" calló al no estar segura de su apellido.- Lucía Bianchi, encantada. - Le tendió la mano de manera muy rigurosa mostrando los modales bajo los que se había criado. - Escuché que está investigando un suceso, quizás pueda ayudarle en algo... - Se ofreció sin saber bien que investigaba o que información pudiera necesitar, pero abierta a dar las respuestas que pudiera aportar.

Notas de juego

*En inglés esto podría ser bastante neutro en género.

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22/10/2025, 20:00
Detective Snow

Lunes, 1 de Septiembre
Media mañana


Snow había estado toda la semana trabajando con aquel caso, sin descubrir nada, lo que había hecho que su jefe le llamase personalmente para exigirle resultados.

Una chica ha desaparecido. El FBI dice que no puede intervenir sin más pruebas. Mueve el culo y descubre algo.

Y dicho y hecho, había decidido investigar a fondo su vida, conocidos, amigos y enemigos, algo de lo que estaba seguro abundaba en el campus universitario.

Estaba sopesando cuál debía ser su siguiente paso, cuando una voz que le recordó a una opereta, le asaltó desde atrás. Snow se giró y vio a aquella chica sonriente y llena de energía.

-Snow es el nombre. Encantado, señorita Bianchi.

Al oír que quizás pudiera ayudarle, Snow adoptó gesto pensativo.

-Claro, me vendría bien saber dónde y con quién iba Elektra Varnay. Si conociera a alguno de sus novios o amistades, quizás podría descubrir algo. Supongo que usted no sabrá nada sobre ello, ¿verdad?

Y es que la chica parecía ser un completo enigma. Nadie parecía conocerla en realidad.

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23/10/2025, 08:56
Lucía Bianchi
Sólo para el director

Lunes, 1 de Septiembre
Media mañana


- No, lo cierto es que no... - Dijo de manera directa quizás demasiado para las esperanzas del detective.- No la conocía y por lo que he estado preguntando en la Universidad, nadie parecía hacerlo.- Eso no era del todo cierto, solo se debía a que el círculo de amigos de Lucía era demasiado limitado, tanto que en esa cuestión se había limitado a una persona... Emma.

- Pero...- Un pequeño respingo como si hubiese recordado algo que vino sucedido por una larga pausa para dar interés a su conversación. En el fondo, la gustaba ser el centro de atención y era en esos detalles donde ganaba sus segundos de protagonismo. - Están llegando mensajes de una persona misteriosa que se hace llamar V. Son semanales, quizás algo más frecuentes. 

Sacó su móvil donde se pudo ver una imagen de bloqueo en el que la pelirroja posaba abrazada a su dulce Andrea; y luego otra de fondo de pantalla donde estaba solo Andrea posando mientras elaboraba uno de sus platos.

Rebuscó entre mensajes hasta dar con el último de V. si bien en la cadera se veía los otros dos anteriores. - Éste llegó recientemente. - Dejó que el detective tomara el móvil. Lo miraba con una medio sonrisa alegre. En silencio y con un pequeño contoneo de cuerpo en un ligero pendular horizontal de su cuerpo que movía toda sus curvas ligeramente de manera algo provocadora. - El primera es obvio que alude a la chica desaparecida... y el segundo al Colombiano que se cree un sex simbol y la amiga de su novia... - No dio nombres, pero intuía que el Detective Snow tras una semana ya hubiera descubierto de quienes se trataban.- Si descubre quien es esta tal A.V. ya tienes tres potenciales víctimas o sospechosos, depende del punto de vista que tenga. - Continuó diciendo sin mostrarse impaciente por recuperar su móvil o dejar que el detective indagase más de la cuenta, no tenía nada que ocultar.

- No es un mal lugar para ser destinado.- Dijo para romper el silencio.- Quiero decir los Hampton... el motivo de su presencia no es agradable, pero al menos esto no es Baltimore.- Dijo dejando ver un pequeño atisbo de racismo y a su vez de repudio a las clases sociales bajas. - Si necesitase alguien que le enseñe la zona, podría hacerle de guía... incluso podría venir a cenar a mi casa si lo desea para hablar con calma, podría organizar un pequeño encuentro con alumnos de la universidad.