Partida Rol por web

RESUMEN DE LA PARTIDA POR SKYPE

Tras volver con sus compañeros Helen y Asher les explican lo que han hablado con las mujeres misteriosas. Tras una deliberación deciden entregarle a las mujeres un amuleto de protección +2 que les sobraba a cambio de información sobre el lugar donde están.

La mujer les acompaña por un túnel hasta un gran agujero en el suelo, de unos 1.000 pies (330 metros) de profundidad y otros tantos de altura, que parece formar parte de la antigua chimenea del volcán. De las profundidades del agujero salen unos terrible y constantes gemidos que nunca callan. Al borde del precipicio les explica la configuración del lugar.

Esas entradas a túneles naturales que veis aquí (en la que estáis y otra al este del agujero) llevan a nuestras cuevas. Esas que veis al norte, claramente artificiales, son la zona que hemos explorado con los ogros en busca de objetos mágicos. La entrada del sur lleva a una zona de no-muertos, guardada por gárgolas.
Mas abajo hay otras dos zonas, una al sur, infestada de demonios, y otra al norte, donde vive un mago loco.
Finalmente en el fondo del pozo es donde mora el dragón. No sabemos que hay tras la puerta de los golems, pero sospechamos que lleva a una habitación con un angel.

Las mujeres ofrecen a los héroes la posibilidad de ayudarles a desplazarse por la zona a cambio de mas objetos mágicos, pero estos la rechazan. Tras otra deliberación deciden ir a la zona norte. Asher y Helen trepan por las paredes del gran crater hasta alcanzar la zona norte, una vez comprobado que es segura, proceden a construir una guía con cuerdas y piquetas para ayudar a pasar a los mas torpes (Truvio y Aaron) por la parte mas complicada de la escalada.

Al poco rato todo el grupo esta en el norte y empiezan a explorar la zona. Encuentran una zona que parece el santuario de Muir, una vieja diosa de la caballería olvidada, que ha sido saqueada y desecrada. Encuentran abundantes símbolos del Imnombrable en una vieja capilla, junto al lugar donde debió estar el altar negro.

Abandonan la zona por una puerta que los conduce a una sala donde vuelven a encontrarse con el Angel guardián de las puertas doradas. Tras demostrarle el fracaso de su misión el Angel se dispone a abandonar la zona, aunque los heroes logran convencerle de que prolongue su misión un tiempo mas mientras exploran las profundidades.

<...continuara...>

Resumen partida por Skype, continuación.

Los heroes continúan explorando el lugar. En sala del ángel encuentran otra puerta que les lleva a una zona que deducen que estuvo habitada en el pasado: ya que encuentran restos de muebles, hogares y camastros. En ella Helen se chamusca intentando desarmar una trampa, y Asher se luce masacrando a tres arañas gigantes, mientras Aaron elimina a otra con una volea de rayos fríos y de energía. Lo mas interesante es que encuentran otra entrada a las profundidades, escondida en la falda de la montaña.

Dado que tanto Helen como Eyskhan estan hechos polvo deciden dormir en esta zona, confiando en estar protegidos por el ángel, pero olvidándose de la puerta a la montaña (*). Al levantarse empiezan de nuevo las deliberaciones, tras ello deciden ir a la zona de los no muertos, pero se encuentran con el problema de como cruzar el abismo, agravado por que esperan encontrarse con gárgolas que les podrían atacar desde el aire mientras escalan. Preguntando a las amables mujeres, estas se ofrecen a transportarlos a cambio de el símbolo sagrado del Imnombrable +3 que tenían guardado.

Las deliberaciones continúan un rato mas, hasta que se deciden por un plan. Eyskhan y Asher dejan la zona, mientras que la mujer llama a cuatro arañas gigantes (tamaño L, parecen entender el común sin problemas), en las que se montan los héroes restantes. A los 40 minutos, montados encima de arañas, y sin antorchas ni luz para no ser detectados, se acercan a la zona donde les esperan las gárgolas. Situados a los lados y por encima del hueco esperan a que la otra parte del plan se ponga en marcha...

Mapa de las Profundidades Susurrantes ya explorado:

Mapa del nivel de abajo de las profundidades susurrantes según lo han descrito las mujeres misteriosas, o lo habéis podido ver al escalar. La cifra en pies que esta al lado de cada entrada es su altura desde el fondo del cráter, que recordemos es el hogar de un bonito dragón.

- Asher , parece que ya le estás cogiendo el truco a esto de manejar al pollo - dice el dracónido agarrado con fuerza a las plumas del lomo del roc - ... ! Cuidado con esa rocaaaaa!

Esperemos que el bicho este se mueva menos cuando atravesemos el crater para aterrizar en la entrada de la caverna esa... Bah! seguro que pillamos por sorpresa a la gárgolas y estamos protegiendo la entrada para que lleguen el resto.

- Oye, esto de cabalgar un pollo volador...¿no te da hambre?

Un desconcertante batir de alas emplumadas quebró de pronto la quietud de la sima, llenando la oscuridad de ominosos ecos sibilantes. Un leve graznido ahogado seguido de un rápido -Chssst...- presentó lo que pronto sería una estampa inolvidable para los aventureros colgados de los farallones en medio de la nada oscura. De repente una luz se encendió en el último recodo de la zona trasera de la cámara del ángel guardián, envolviendo en una burbuja luminosa al draconiano y a Asher, ambos precariamente montados sobre el lomo de un enorme roc... posiblemente el padre de los que allí fuera habían encontrado... sujetos con una brida improvisada en torno al final del pico del gigantesco pájaro, para acallar sus estridentes llamadas.

El corzón de todos ellos se encogió ante la escena, cuando los dos aventureros dejaron resbalar al animal por el borde del precipicio, precipitándose hacia las profundidades. Instantes después, un chasquido en el aire anunció la apertura de unas alas que ya alzaban a las tres criaturas en el aire, aprovechando las corrientes de las profundidades.

Cuando la luz comenzó a acercarse a ellos velozmente, los escaladores supieron que su momento habían llegado y las araneas comenzaron el breve ascenso de la última etapa del camino. Apenas les quedaban ya unos metros cuando el temible animal cayó como una exhalación sobre la hoquedad de las gárgolas frenando tan solo en parte con un impulso de su envergadura y totalmente contra el plano muro de construcción de la cueva. Asher, medio arrodillado en el lomo del ave, ya se impulsaba sobre la pared, aprovechando la inercia, para tomar posiciones en el frío suelo del volcán apagado.

La luz ilumina un pasillo muy ancho, flanqueado por tres estatuas a cada lado que lleva hacia una gran puerta doble. Apenas Asher y Eyskhan bajan del Roc, una extraña chispa de vida se enciende en los ojos de una estatua.

Antes incluso de tomar suelo, el dracónido salta del lomo del roc y corre hacia las estátuas antes de que empiecena moverse plantando el escudo y preparándose para aguantar hasta que lleguen sus compañeros

Comprendiendo a la perfección la maniobra del draconiano, Asher avanza hombro con hombro con él y se prepara para que las monstruosas criaturas despierten:

-Dicen las historias de mi aldea que mi padre se enfrentó a doscientas de ellas en una antigua cueva, lo que posiblemente quiera decir que se enfrentó a uno o dos al menos... Son de piedra hasta que el calor las despierta. No las zurres mientras no estén en movimiento, o tus intentos serán futiles, Eyshkan.- indicó el explorador colocando su mágico acero en guardia -Además... se reparan a sí mismas, compañero. Esto no va a ser fácil.- terminó por admitir el guerrero.

Las estatuas cobran vida de forma repentina, alzan el vuelo y se lanzan contra Eyskhan y Asher. El draconido se cubre como puede y aguanta la envestida. Asher sin embargo decide ser mas ofensivo y cuando la primera gargola le ataca decide golpearla con su arma, rasgando la escamosa piel. La gargola se ensarta en la espada, y empuja al explorador al suelo, se libra del arma y le rasga la piel con sus garras y vuelve a emprender el vuelo.

Las otras dos gargolas alcanzan a Asher en el suelo sin piedad y le arrancan pequeños cachitos de carne mientras pasan a su lado en vuelo.

Helen se acurrucó contra la pared, intentando evitar las miradas de los engendros que revoloteaban sobre ellos. Reprimió el primer impulso de abalanzarse sobre las que habían atacado a su compañero.

Tranquila. Precipitarse nunca sirve de nada. Busca tu objetivo.

Vió por el rabillo del ojo como una de ellas se preparaba a hacer otra pasada, cogiendo impulso desde lo alto del pozo. Con un rápido movimiento, saco la ballesta y la disparó, alcanzandola en una de las alas. Mientras la gárgola, entre alaridos, caia en barrena hacia el vacio insondable del pozo, Helen volvió a fundirse entre las sombras preparando su siguiente ataque.