Isadora asiente a lo que le propone Alix y dice:
Si… creo que será lo mejor… yo seguire como hasta ahora con Cassian, no creo que sea prudente de todas formas cambiar mi forma de actuar con nadie.
Suspira profundamente, realmente todo lo que habían hablado le habia en cierta forma clarificado algo, pero también le habia hecho dudar de muchas cosas
Ya nos vemos, yo me quedare un rato y asi aprovecho y hago yo también mis ejercicios que no me vendrá mal después de haber calentado y para despejarme un poco la verdad
Dia D. En los exteriores de Harcote.
Ninna no soltaba mi mano, aunque intentaba tirar de mí con su paso juguetón, como si el mármol de Harcote fuese un campo abierto para correr. La sujetaba con firmeza, porque sabía que si la dejaba libre un instante más volvería a desaparecer entre la multitud como un rayo dorado. Y no me apetecía tener otro... encuentro como tal.
El bullicio de los salones quedó atrás cuando salimos hacia los jardines. El aire era más fresco, menos cargado de perfumes y discursos, y el lago brillaba bajo un cielo que parecía demasiado tranquilo para lo que realmente se estaba decidiendo dentro de aquellas paredes.
A lo lejos, distinguí la silueta de Sofía, junto a sus madres. Era imposible no reconocerlas. Las Del Valle tenían esa aura serena y, al mismo tiempo, una elegancia que imponía respeto. Y qué cojones... estaban bien buenas. Charlaban entre ellas, con la calma de quien sabe que no necesita alzar la voz para hacerse notar.
Ninna fue la primera en verlas. Dio un saltito y me apretó la mano.
-¿Es ella Cass?¿Es tu novia Sofia?- me dijo bajito, aunque su voz siempre tenía esa claridad que parecía traspasar cualquier discreción.
- Ninna no es mi... es solo... es una...- Casi prefería no continuar, porque si lo decía, Sofia pasaría a la Friend Zone de por vida, y el destino es muy hijo de puta y podría hacerme tragar esas palabras de la peor forma posible.
Asentí con una sonrisa contenida, esa que me reservaba solo para ella, y nos acercamos.
-Buenas tardes - dije, inclinando apenas la cabeza hacia las dos mujeres que estaban a su lado. La formalidad me salía casi automática-. Soy Cassian Voss. Es un honor saludar por fin a las señoras Del Valle.
Ninna, impaciente, tiró de mi brazo para ponerse delante.
-Y yo soy Ninna -anunció con la misma importancia con la que un general se presentaría ante un rey.
Aquello provocó una ligera sonrisa en mi rostro, inevitable. Entonces miré a Sofía, manteniendo ese breve instante de contacto visual que uno debe medir con cuidado en Harcote.
-Y ella -dije con un gesto suave hacia mi hermana- tenía muchas ganas de conocerte. Y yo de que os conocierais.
Ninna se escondió medio segundo detrás de mi pierna, como si de pronto le diera vergüenza, pero enseguida se asomó con sus grandes ojos curiosos hacia Sofía.
-Cass dice que eres muy lista y muy guapa. Y que te quiere mucho. -soltó, sin filtro, como solo un niño de cuatro años podía hacerlo. - ¿Os vais a casar? ¿Puedo llevar yo los anillos?
Sentí cómo la sangre se me enfriaba un instante. Ninna siempre encontraba la manera de decir más de lo que debía, aunque fuera con la inocencia más pura.
-¡Ninna… !-murmuré, con una advertencia disfrazada de dulzura en la voz.
Y volví a mirar a Sofía, buscando en su expresión si había captado algo más de lo que aquella frase inocente podía sugerir.
Dia D. En los exteriores de Harcote.
Sofia y su madre hacía un buen rato que se habían alejado de la multitud, y no era porque Lucretia no disfrutara de un baño de multitudes, pero aquello no eran unas aguas muy recomendables para bañarse, pues estaba infestada de tiburones. Después del numerito de los Alvens, Lucretia había notado como la ardía la sangre y como sabía que la contención no era lo suyo, la había parecido más que razonable salir de ahí ya que era consciente de que estaba atada de pies y manos. Cualquier cosa que ella hiciera, repercutiría en su hija y eso sí que no lo podía permitir.
Se habían sentado pues en unas sillas que habían dejado a la orilla del lago y charlaban de forma amena y alegre cuando hicieron aparición los hermanos Voss. No parecieron percatarse de su presencia de hasta que Cassian se presentó, entonces ambas se levantaron para saludarlos.
-Vaya, encantada de conocerte Cassian Voss - la voluptuosa mujer, de raíces claramente mejicanas, ofreció la mano al chico acompañada de una amplia sonrisa-. Mi hija me ha hablado mucho de ti, ya estaba pinchándola para que nos presentase. - Le revisó de arriba a abajo con descaro -¡Sofi, no me habías dicho que era tan guapo y apuesto!- la reprochó con un aspaviento mientras reía.
-¡Mamá!- Sofía sabía que no tenía nada que hacer más que meter la cabeza en el hoyo más profundo que encontrase y enterrarse en él. Tendría que haberle explicado a Cassian que su madre era, un poco "particular" pero había pensado que no llegarían a conocerse.
La californiana era consciente de que aquel día era para el Voss un momento muy tenso por muchas razones y no pensó que tuviera tiempo para ella ni para cosas tan banales como para presentarle a su familia. Por eso no le había querido molestar, ni siquiera cuando vio que había venido su hermana, a la que se moría por conocer.
Cruzó la mirada con Cassian y en ella transmitió la preocupación que sentía por todo lo que estaba pasando. Había escuchado como su madre le había regañado antes de que ocurriera lo de Peyton, después de eso ya no sabía qué había pasado, pero no pensaba que hubiera pasado nada bueno. - ¿Estás bien?- preguntó en un susurro mientras que su madre estaba entretenida con la pequeña.
- Oh, ¡por la virgencita! ¡Pero quién es esta niña tan guapa!- Lucretia, que amaba a los niños más que a cualquier otra cosa, se desvivió en gestos y sonrisas hacia la pequeña de los Voss.
- ¡Espera que me parece que se ha escapado una sirenita del lago! ¡Voy a atraparla y a echarla de vuelta al agua!- con un gesto fiero pero descaradamente en broma, la tomó en brazos y la dio una vuelta en el aire antes de bajarla de nuevo. Cuando estuvo en el suelo la hizo cosquillas en la barriga hasta que la pobre lagrimeó de la risa.
- Vaya, vaya, no sabía yo eso de la boda ¿Y para cuándo va a ser? ¿Me invitaréis, no? - se burlaba de su hija al tiempo que jugaba con la pequeña
-¡Mamá!- Sofia ya había adquirido el tono de un tomate maduro.
No era necesario decir nada. Su madre sabía que era todo broma porque una de las comidillas de aquel día era precisamente la relación incestuosa entre Cassian y su prima. Pero Lucrecia disfrutaba de todas formas sacándole los colores a su hija.
- Encantada yo también Ninna - le tendió la mano a la niña con una sonrisa.- Tu hermano me ha hablado mucho de ti. Se nota que te quiere un montón ¿Te gustan los peces? Si os vais a quedar por aquí más días podríamos ir un día al acuario si te apetece...-
Día D. En los exteriores de Harcote.
El lago tenía un reflejo extraño, como si la calma de la superficie ocultara la violencia que todos sabíamos que latía en Harcote. Quizá por eso entendí enseguida por qué Sofía y su madre habían decidido apartarse allí. Y, por un instante, agradecí que fuera en ese entorno y no en medio del salón que se produjera este encuentro.
La madre de Sofía fue la primera en reaccionar. Lucretia. Una mujer que no necesitaba presentación porque ella misma ocupaba todo el espacio. Extendió la mano con esa sonrisa amplia, el tipo de gesto que te obliga a corresponder aunque seas de piedra.
- Oh, em. Gracias, señoritas del Valle.- Porque era señorita, ¿no?
Sofía quería enterrarse en ese mismo instante, lo vi en sus mejillas encendidas y en cómo se llevó la mano al rostro. Esa parte de ella, la que huía del descaro de su madre, la que intentaba mantenerlo todo bajo control, me arrancó una calidez inesperada en mitad del hierro que arrastraba en el pecho.
Cuando nuestras miradas se encontraron, supe leer lo que había detrás: preocupación. Preguntas que no podía responder con palabras aquí, bajo la vista de todos. “¿Estás bien?”, susurró. Asentí, apenas, un gesto mínimo, para no abrir la grieta más de lo necesario.
Y entonces Ninna fue arrastrada al ojo del huracán. Antes de que pudiera reaccionar, ya tenía a mi hermana en brazos, girándola en el aire como si fuese ligera como una hoja, arrancándole carcajadas limpias. Ninna brillaba, literalmente brillaba, con las mejillas encendidas de tanta risa. Y por un instante… por un maldito instante, la vi como debería haber sido siempre: una niña, solo eso, jugando sin sombras detrás.
Eso me gusto y reí yo también, mirando a Sofia, como si esas cosquillas me las hicieran a mí también.
Yo, mientras tanto, no apartaba la vista de Sofía. Porque, aunque el momento estaba vestido de juego y de sonrisas, lo único que me martilleaba era esa pregunta suya que no había podido responder: ¿Estás bien? No, no lo estaba. Estaba tenso y con demasiadas cosas en mi cabeza. Pero al menos estar allí, en ese pequeño rincón del mundo, me hacía ser un poco más feliz. Al menos nadie me estaba juzgando, simplemente intentábamos disfrutar del momento, con bromas, juegos, o simplemente diciendo la verdad.
- Ojalá pudiera decir lo contrario, pero no podría casarme con Sofía. No creo merecerla...- La miré sonriendo, y le di un pequeño empujón al cargar el peso de mi cuerpo contra el suyo-... no aún, desde luego. Pero, tenga por seguro que su hija, es la segunda persona más importante de mi vida. Supongo que la primera tendría que ser mi madre, pero prefiero decir que es Ninna.
Día D. En los exteriores de Harcote
Aunque Lucretia pareciera estar centrada en la pequeña Ninna, tenía un ojo puesto en la interacción del Voss y su hija. Sabía que el chico era peligroso y no la hacía mucha gracia que hubiera entablado tanta amistad con Sofia. No era porque fuera un rebelde, eso era algo propio de su edad, ni siquiera lo de su escandaloso lio amoroso con su prima, pues Lucretia sabía que no se podía poner barreras al amor, lo que la preocupaba era que fuera un Voss. Cassian no tenía la culpa de haber nacido en la familia equivocada, pero arrastraba con él una carga de la que no se podría desprender fácilmente.
La había prevenido mil veces de no acercarse a los vástagos Voss, o Alvens. Esos, por encima de todos los demás, eran el puro mal. Podría ser que el joven heredero todavía no hubiera sido corrompido, pero terminaría siéndolo. Y su familia eliminaría a cualquiera que se interpusiera en los planes que tenían para él.
El chico mostraba el encanto natural de los Voss y su labia, lo que lo hacía mucho más peligroso, sobre todo para una muchacha adolescente con ninguna experiencia en la vida. Lucretia casi mascaba el drama antes de que este pasara.
- Uy, pero mira qué cosas tan bonitas dice tu hermanito - la exuberante mujer se puso de cuclillas para quedarse al mismo nivel que Ninna y así poder hablar cara a cara mientras la recolocaba el pelo que se había quedado desordenado con la sesión de cosquillas. -Pero pequeña, tienes que entender que las cosas no son tan bonitas como en los libros de princesas- aquello lo estaba diciendo más para su hija que para la niña- seguro que vuestra mamá ya tendrá planes para enlazar a tu hermano con una familia importante. No te preocupes, seguro que su prometida será también muy guapa y ya verás como te caerá muy bien y os hacéis amigas.-
Sofia estaba muy confusa porque tampoco se había esperado que Cassian dijera esas cosas y menos delante de su madre y de su hermana. Le estaba empezando a conocer bien y ya se había dado cuenta que era un conquistador, le encantaba darle coba a todos, sin distinción, y nunca se había tomado en serio sus flirteos porque sabía que le salían de forma natural. Pero una cosa era coquetear sin verdadera intención de hacer nada y otra decir aquello delante de los familiares ¿Qué pretendía?
Frunció el ceño hacia Cassian en una muestra de enfado por decir una cosa que ambos sabían que no era verdad. Por suerte, su madre parecía tener bastante claro que, aunque hubiera algo entre ellos no tenían ningún futuro juntos y le restó importancia.
- Mi mamá tiene razón - la voz de Sofía se suavizó para hablar con la pequeña.- Me temo que al ser de una familia tan importante como la tuya, tu hermano no puede elegir realmente con quien se quiere casar.- No quería decirla que ella tampoco, pero era mejor que esas cosas ya las fuera entendiendo.- Pero eso no quita para que nosotras seamos muy buenas amigas y vayamos al acuario juntas con tu hermano si él quiere*, ¡claro, está!- la revolvió el pelo que Lucretia la acababa de colocar.
Lucretia se levantó simulando enfado - ¡Sofi! ¡Que la acabo de peinar!- acto seguido fue a despeinar a su hija y a hacerla también cosquillas, y terminaron las tres chicas riendo y corriendo jugando al gato y al ratón para buscarse y despeinarse. Hasta que Sofía se refugió detrás de Cassian.
- ¡No, no, ya vale! ¡Sálvame de estas mosconas!- se pegó a su espalda y le usó de escudo.
Una posible escena de una visita al acuario en un futuro con tu hermana? *
Día D. En los exteriores de Harcote
Me apené por las palabras que tanto Lucretia como Sofía me "dijeron".
En realidad, el dirigirse a mi hermana, era una forma un poco sutil de decir "ya, así no funciona el mundo, Amigo. Olvídate de Sofia" Y tenían razón. Pero no por ello quitaba que quisiera que fuera cierto. ¿A quién coño no le gustaría igualar esta escena? ¿Una suegra pibón supermaja, una novia entregada y cariñosa, y una hija adorable, todo envuelto en un halo de felicidad inmortal?
- Dejadme soñar un poco despierto, ¿queréis?- Dije con una mueca fingida de enfado, primeramente mirando a Sofía, y después a su madre, terminado con una sonrisa.- Puede que no elija a mi esposa, pero sí a mi mejor amiga... a la cual llevaré a acuario cuando quiera.
Y eso ya era mucho decir, porque consideraba a Peyton y a Isa unas de las mejores, pero... se habían alejado. Era una lástima. Lo bueno que Sofía nunca me había abandonado desde el principio, y sin conocerme, apenas. Me incline hacioa Sofi y le toque la nariz con el dedo.
-Quizá esa sea una de las cosas que haga si algún día llego a... ya sabes.- La guiñé un ojo.- Que cada uno pueda casarse con quien le dé la gana.
Luego me giré hacia Lucretia. No pretendía faltarle el respeto, pero sí dejar algo mu claro. A ella y a Sofia. A cualquiera que me lo pidiera, se lo repetiría igual. Estaba cansado de ser lo que los demás querían. Ya solo llevar mi apellido era una carga. Y si así era, la llevaría como me diera la gana.
- Puede que sea un Voss. Pero nunca ha habido un Voss como yo.- Suspiré, no cansado pero sencillamente feliz y relajado de ser, de verdad, yo mismo. Al menos allí- ¡Empezando por ser un árbol!
Me quedé tieso con las manos hacia arriba mientras, perseguían a Sofía.
- ¡Soy un árbol, y los árboles no pueden moverse! Corre por tu pelo, Sofia- Bromeé.
Día D. En los exteriores de Harcote
- O también podrías coger a la chica que amas y con la que no te dejan casarte y escaparte con ella para empezar una vida desde cero. Luego le mandas la dirección a tu hermana y a tus amigas y ¡vamos a visitarte! - ambos sabían de quién estaba hablando y, aunque lo estaban diciendo todo en tono de broma porque estaban jugando, Sofia le estaba dando su opinión sincera.
Se había refugiado tras él esperando un poco de ayuda, pero cuando vio que se quedaba quieto, exhaló un quejido indignado. -¡Traidor!-
Como se había vuelto el blanco de las otras dos, no tuvo más remedio que salir corriendo, riendo y mirando para atrás para poder esperar si veía que sacaba demasiada ventaja a Ninna. Lucretia corría justo detrás de la niña para vigilar que no la pasara nada. Así, jugando, se fueron las tres y dejaron atrás a Cassian, que pronto las perdió de vista.
Un rato después las pudo encontrar al lado de Margaux Voss, estaban saludando a la madre y devolviéndole a la pequeña, pero no se quedaron mucho tiempo. Cassian pudo ver como entregaban a la niña y se metían en el edificio pues pronto sería la hora del almuerzo.
por mi cerramos aqui ^^
9 de octubre, mañana, alrededores de Harcote
Menos mal que estaba allí por Jordan, porque de ser por mí, no me habría acercado a aquel lugar ni con un palo de diez metros. Daba auténtico yuyu ver el imponente pero asqueroso edificio que parecía una aberración en mitad de aquel lugar, no tanto por lo que era, sino por cuanto representaba.
Tanto control, tanta lucha interna, que al final todos los vampiros que entraban salían cortados por el mismo patrón o no salían. Menos mal que Jordan había sentado la cabeza con la pelirroja porque si no... aquel lugar era capaz de acabar con ella.
Me había dado toda la prisa que había podido para que los documentos estuviesen listos. No quería que tuviesen problemas por mí culpa. Claro que ahora les quedaba lo más difícil, salir de allí de una pieza, pero estaba seguro de que Jordie tenía un plan. Creo que me había dicho que tenía uno, ahora no lo recordaba bien.
Pero bueno, veríamos.
Le mandé un mensaje rápidamente para decirle que estaba por el lago y esperé a que apareciese por ahí. Por lo que me había contado, lo había pasado mal, pero era una tía demasiado fuerte para dejarse vencer por un mal trago, sobre todo cuando tenía una motivación adicional para seguir adelante.
Joder, esa pelirroja debía ser toda una mujer para conseguir que hiciera todo aquello.
Te doy pie para cerrar esto y poder darle carpetazo a todo. Nos vemos en el lago ;)
El mensaje de Rowan había sido como el aire fresco cuando llevas mucho tiempo encerrado. Que era un poco lo que me había pasado a mi: estaba harta de mi habitación. Harta de aquel sitio en general. Y desde que sabía que Peyton y yo íbamos a largarnos pronto, menos paciencia tenía al respecto.
Cuando salí de la habitación, lista para salir al lago y reunirme. con mi amigo, no miré a nadie. No me interesaba absolutamente de aquel sitio que no fueran Peyton, Alix o Isa. El resto, para mi, eran puros figurantes.
Ya le dejo le vi, esperándome, y me asaltó de nuevo esa culpabilidad de no haber estado con él cuando seguramente me hubiera necesitado. Sin embargo, él sí que estaba; Rowan siempre había estado cuando le había necesitado. Y fue por eso, que terminé apurando el paso para prácticamente correr hasta él y abrazarle fuerte. Sólo ese gesto fue suficiente para sentirme en casa, aunque mi casa fuera a estar muchísimo más lejos de lo que jamás habría imaginado.
—Eres el mejor, ¿lo sabes? Creo que no te lo he dicho lo suficiente — murmuré, sin soltarle. Estaba también aprovechando porque ya no sabía cuándo podría volver a verle.
Sonreí nada más ver a Jordan acercándose, aunque no conté con aquel abrazo que hizo que no supiera cómo reaccionar durante unos momentos.
Me cogió con la guardia baja.
Pero me repuse con rapidez.
-Joder, Jordie, si llego a saber que vas a echarme tanto de menos, hubiera venido cada día -bromeé, intentando recuperar el ambiente relajado con el cual había venido.
Cuando se separó de mí, me soltó un halago que me hizo reírme escandalosamente.
-Por supuesto que soy el mejor, y por supuesto que no me lo dices lo suficiente. Tienes suerte de que ya lo sepa -respondí, guiñándole un ojo.
Venga, Rowan, vamos a ello. Tú puedes. Ella te necesita, solo eso.
Sin perder tiempo, se soltó la mochila, la abrió y sacó pasaportes, tarjetas de identificación y de la seguridad social, e incluso un par de teléfonos móviles nuevecitos, con sus tarjetas y todo.
-Aquí tienes. El pack de huída de Rowan, para amigas desesperadas. Vuestras fotos han salido bastante bien. Bueno, la de tu chica un poco mejor porque la verdad, al verla, la falsificadora me parece que se entretuvo más con ella. Y yo que creía que tendría suerte y mira, otra que cae en el otro lado.
Miró un instante a Jordan. Estaba hecha una mierda. Aún se le notaban algunos moratones y sus movimientos no eran tan ágiles como debían ser. La paliza le había pasado factura y era algo que solo el tiempo terminaría por curar. Pero había algo más en ella, seguramente, fruto del motivo por el que estaba haciendo todo aquello.
-Joder, esa chica te tiene completamente loca, ¿verdad? Se nota. No te había visto así desde que estábamos juntos y te volviste loca por aquella idiota de Meredith, que no te hacía puto caso. La muy zorra. En fin, que me alegro un montón. Y ella no sabe la suerte que tiene.
Ni que me cambiaría por ella sin pensármelo.
-¿Cuándo tenéis pensado marcharos?
9 de octubre, mañana, alrededores de Harcote
Alcé las cejas. ¿Meredith? Ni siquiera me acordaba de su nombre. Pero Rowan siempre se acuerda de todo, el tío. Supongo que tampoco importa demasiado porque ahora mismo sólo hay una chica en mi cabeza: Peyton. Todas las chicas anteriores no importan lo más mínimo.
Guardé en la mochila todo lo que me dio, sonriendo por cómo había cuidado cada detalle.
—Es un buen pack, podrías patentarlo — bromeé, guiñándole un ojo — Y claro que tu amiga se ha quedado loca con la foto de Pey, porque está tremenda, y eso que no le ha visto el culo — volví a bromear. A ver, que no era broma, que Peyton tenía un cuerpazo, pero no quería sonar como que vacilaba sobre ello o algo así — Y sí, Row, estoy loca por ella. Y por eso tengo que sacarla de aquí, pero — me eché la mochila con las cosas al hombro — No puedo contarte nada porque no quiero que te torturen hasta que sueltes lo que sabes, ¿entiendes? Cuanto menos sepas, mejor. Sólo...volveré, ¿de acuerdo? No sé cuándo ni cómo, pero volveré. Cuando sea seguro para ella y para mi. Y lo primero que haré cuando ponga un pie de nuevo aquí, será llamarte.
No iba a decir que lo prometía pero sonaba a promesa ya que lo dije mirándole a los ojos.
—Sé que las últimas semanas no me comporté como la amiga que debería haber sido pero tú sabes que eres y serás siempre mi mejor colega, ¿verdad? — añadí, cogiéndole la cara con mis manos. Sí, estaba despidiéndome de él — Y que si no fuera por ti, habría acabado muchísimo peor. De lejos. Te quiero. Cuídate. Y si las cosas no van como quisieras o necesitaras un cambio...tendrás un sitio en mi casa. Sólo llámame.
Suspiré y le abracé, apoyando la mejilla en su hombro.
9 de octubre, mañana, alrededores de Harcote
Patentarlo, dijo.
Aquel era un especial para Jordan. Podía hacer muchas cosas por muchos gente, pero algo como aquello, presionar a la tiparraca para que hiciera los documentos varios días antes de la fecha concedida, y que fuesen de verdad, no una de esas invitaciones que te echaban atrás en muchos aeropuertos, y venir a traerlo... solo por ella.
-Nah, que dices. Solo pensar en hacer esto más veces se me quitan las ganas. Esto es solo un especial.
Bromeé con lo de su chica, con Peyton, la reina de las vampiras, pero al hablar de ella distingui un brillo en los ojos de Jordan que me dejó muy claro que no era un capricho.
Era algo muy serio.
Y así me lo dijo.
En ese momento, quise que me cayese mal es pelirroja, pero no fui capaz. Nunca me había parecido gran cosa pero si Jordan estaba tan loca por ella, significa que había muchísimo más de lo que podía verse a simple vista.
-La verdad, nunca lo habría esperado. Tú y la Queen Bee, huyendo juntas.
Me dijo que no podía contarme nada y por un instante,fui a protestar. Pero casi mejor así, no por lo que me explico, sino porque era capaz de joderlo todo.
-Vale, pues no me cuentes nada. Pero asegúrate de hacer eso, ¿vale? Nos conocemos desde hace demasiado como para desaparecer.
Pero no me lo prometió. Quizás no lo hizo a posts pero pensé que no era ese el caso. Quizás pasará mucho tiempo hasta que volviésemos a hablar. ¿Años? ¿Décadas?
Y cuando me cogió la cara entre las manos, supe que así sería, que quizás no volviésemos a vernos jamás.
-Joder, Jordie. No irás a ponerte ahora sentimental conmigo, ¿verdad? Creo que no lo soportaría. Ya sabes, arruinaría mí reputación de tío frío y calculador y disminuiría mis posibilidades de ligar, que tengo ya una entre ceja y ceja.
Le guiñé un ojo desenfadado.
Pero no era un momento alegre. Jordan se estaba despidiendo de mi y ambos lo sabíamos, aunque fingieramos que no.
-¿En tu casa? Eso ni soñarlo. Me robarías los calzones todo el tiempo y ya sabes que eso es algo que me vuelve loco.
Me deje abrazar y la apreté contra mi, sintiendo que había perdido mi oportunidad, si es que alguna vez la había tenido. Los sentimientos eran unos cabrones porque te llevaban a sitios de mierda la mayor parte del tiempo. El único consuelo era que al menos, Jordan sería libre.
Me despedí de ella en silencio y cuando se alejo, sabiendo que ya no iba a volver, hablé de nuevo.
-Hey, ni se os ocurra no invitarme a la boda, que me encanta ponerme morado de Hema.
Adiós. No me olvides. Yo no te olvidaré.
Ufff, con móvil entre baches. Creo que ya está por Rowan.