Partida Rol por web

Livia se queda pálida ante el aluvión de nuevas noticias, no todas ellas buenas, ni todas malas, pero todas impactantes e inesperadas. Desde luego no dudaba de la última voluntad de Camilia pero saber que Mars también era testigo de aquella petición sin duda le aportaba mayor fuerza a sus palabras.

Las primeras instrucciones de los cambios en el régimen de los esclavos no la pillan desprevenida del todo, era evidente que ha ría castigos y sólo esperaba que no cayeran sobre cabezas inocentes, que las había.

No puede evitar un respingo ante la excepción a su persona y baja un poco la cabeza, sin saber cómo sentirse, si aliviada por saber que por ahora su vida no corría peligro o entristecida porque su futuro como gladiadora se mostraba incierto. Ya tendría tiempo de preguntar a la nueva domina qué planes tenía para ella en el futuro pero ahora no era el momento.

-Domina Cornelia, si me permite hablar.- empieza dejando una breve pausa- Yo estoy dispuesta a hablar en defensa de Brinda y de Alina, como ya hice antes ante el señor Gallio cuando las interrogó en mi presencia. No dudo de su inocencia, si es que sirven de algo mis palabras.

- El niño tiene un abuelo y pater familias, él es quien debería dar las órdenes y tomar las medidas como normalmente es costumbre en Roma, enseñada e inculcada desde tiempos inmemoriales y es quien tiene la patria potestad aunque hayan sido deseos expresos de Camilia, señora sacerdotisa, con todo respeto. El deseo es una cosa y la legalidad otra y la gente mal podría ponerse en su contra por verla como a alguien que desea apropiarse de lo ajeno. Hablaré con el abuelo, mi amigo personal y también senador y le expresaré la última voluntad de su hija y buscaré darle legitimidad legal a su último deseo. No dudo de sus buenos oficios, señora Elia. Por lo demás, le agradecería esperarle para tomar cualquier determinación y dar cualquier orden. La ley es muy dura cuando la legalidad de un acto se considera ilegal pese a las mejores intenciones. Ese es mi parecer y de momento limítese a actuar como nodriza, encargada o lo que sea del chico, por favor, así como ya he dicho se evitan problemas innecesarios y potenciales cargos por apropiación ilícita, secuestro, rapto, violación de las costumbres romanas, etc. que podrían terminar en su crucifixión o algo peor. Espero ser claro y evitar malos entendidos. De momento la responsable del bienestar del joven es usted, como ha dicho, y si le sucediese algo, eso agravaría los potenciales cargos que tendría. Por lo demás, nos retiramos a mi humilde residencia y estamos a las órdenes para cualquier asesoramiento legal o lo que necesiten. Y tú, Manius, aguarda a las decisiones de tu abuelo porque sino, el podría castigarte severamente porque tiene derecho hasta sobre tu vida. Volveremos más tarde para los servicios fúnebres. Hasta luego - concluye sonriente, intentando mejorar el pesado ambiente que reina tras la muerte de Camilia, su socia de negocios.-      

-Agradezco sus buenas intenciones y consejos legales Senador. Solo recordarle que ya exprese anteriormente que cualquier decisión debe ser refrendada por el Senador Donicus, el pater legal de Manius, y que me plegaba a lo que decida. Igualmente consultaré a los abogados de mi padre, el senador Cornelio, y a los míos propios.. pensaba que secuestro era llevarse a alguien en contra de su voluntad de su casa, todo lo contrario a mis esfuerzos porque Manius se quede en su casa esperando a su abuelo - 

Me levanto indicando a Sekhmet que acompañe al senador a la puerta. -Sekhmet, despide a nuestros invitados. No se preocupe, tengo su petición presente.. Los mejores gallos para honrar el alma de Camila. Pase un buen día senador-

- Nos vemos más tarde, no lo olvidaré. Hasta luego - marchándose con el par de hermanos.-

Livia asiste en sosegado silencio al intercambio dialectico entre el senador y la sacerdotisa, torciendo el gesto sin poder evitarlo ante algunos comentarios del primero y asintiendo finalmente con la cabeza, casi en un movimiento que podría ser interpretado como una reverencia, al término de las palabras de Cornelia. Mas se abstiene de decir nada pues no goza de la categoría ni de la condición para atreverse a intervenir. Únicamente se aventura a hablar cuando Mario se dispone a abandonar el ludus, momento en que la romana le ofrece al hombre y a su acompañante un respetuoso gesto de despedida.

-Que los dioses guíen su camino, señor Flavio, pase una buena noche.- le desea Octavia con una tensa sinceridad que mantiene hasta que el senador se pierde de vista.

Luego se gira de nuevo y se encara con el joven Manius, la gladiadora clava una rodilla en el suelo ante él y posa también una mano en el piso bajando la cabeza.

-Domitor Manius, su pesar es el mío, hubiera dado la vida por proteger la de su madre, debe saberlo, mi corazón y mi mente están con Roma y mi alma es uno con esta casa, estaré a su servicio en la tarea que desee encomendarme hasta que mi señor me libere, o la muerte me lleve.

Que tenga una buena noche Senador, descanse, lo merece.

Dice con fingida calma, pese a que su estado estaba bastante alterafo internamente, ña fomina daba todo su apollo al doctore, pero no estaba seguro de que el niño le diera el apoyo a el.

Debo decir con mucho pesar que lamento no haber protegido a su señora madre, no haberlo previsto es un pecado que no me puedo perdonar... Joven Manius, me pongo a su disposición para que me castigue cómo crea conveniente, y disponga cómo crea conveniente de mi.

Le dijo de todo corazón al chico una vez que Mario Flavio Fuñgurator

Los hermanos se fueron con Mario, con Fausto mirando un momento a Elia y Manius. Entonces Tras que Memmia despida al joven con un abrazo partieron posiblemente hacia afuera del ludus.

Al ocurrir eso las sirvientas parecieron verse comodas de moverse. Marcia yendose apurando un poco el paso mientras buscaba al centurion. Sekhmet por su paso acompaño al senador con un andar seductor se fue de ahi junto a este.

Manius pronto se sintio abrumado con la discusion que tenian Elia y Mario, aunque su decision fue quedarse en el lugar parandose firme mientras eso ocurria. Obviamente saludo cuando mario y sus parientes se fueron. Aunque finalmente vio a los recien llegados y escucho sus palabras pareciendo mostrar dolor ante la mension aunque fuera discreta de lo que habia pasado.

Primero a Livia. "Mi madre algo me hablo de ti y tambien Sek. Te creo cuando dices que roma sigue en ti y creo que es por eso que...." empieza a hablar y se queda pensando de repente como si cubriera un error. "Que es por eso que te convoque aqui."

Luego va con Duilius. "Mi madre tambien me hablo de ti, sos un hombre fiel. Esto que paso no se hasta cuanto es tu culpa..." dice y mira a Elia. "No sabria como castigarte ahora mismo o si deberia. Pero como Domitor presente debo localizar un culpable de todo esto que esta pasando. Por mi madre." dijo con firmeza apretando su puño, que en si no era intimidante por ser un niño pero se notaba que algo de lo dicho por todos los presentes habia quedado.

Su derecho a la justicia.

-Ahora que se ha restablecido el orden hay que avisar al senador Donicus. Me gustaría hacerlo en persona, pero creo que no debo ausentarme. Redactaré una nota y enviaremos un mensajero. También pondré al corriente a mi padre. Lo que ha pasado pronto será conocido en el senado y llegará a oídos del emperador, podéis estar seguros-

Pongo una mano protectora sobre el hombro de Manius. Mi expresión sería y adusta cambia a otra de cansancio y pena. Yo no quería esto, pero no abandonaré al chico. He superado la primera batalla contra todos y les he derrotado, pronto vendrán otras. 

- juntos encontraremos la verdad, Manius...Livia Octavia, sabemos de tu lealtad y por eso estás aquí, se te encomendaran labores acordes a esa lealtad... Ahora no hablamos de castigos Doctore, ahora queremos saber porque se desobedecierón las órdenes de Camila-

La romana alza un pco la cabeza ante la frase inconclusa del joven Manius, como si el chico hubiera estado a punto de decir algo...tal vez no fuera nada, pero Octavia se quedó un poco confusa e intrigada con aquel giro de sus palabras.

Se levanta despacio desde su posición tras haber jurado su fidelidad ante el nuevo domitor pero no regresa al mismo lugar que hace un momento, sino que se ladea un tanto para ya no estar situada junto a Duilius. Ahora, al incorporarse lo hace quedando más cerca de Manius y de Elia, en un significativo gesto que tenía dos vertientes; uno, apartarse de la línea de responsabilidad que imaginariamente se había marcado entre la sacerdotisa y el doctore ya que en realidad esa parte de la conversación no iba con ella ni podía ni debía hablar en favor ni en detrimento de nadie. Y la segunda razón era, ni más ni menos que mostrar que elegía bando y que ahora era el galo quien debía dar las explicaciones pertinentes sobre lo ocurrido.

Desde luego que, a la manera de ver de Livia, la responsabilidad de Duilius comprendía mantener el orden entre los gladiadores y la disciplina...y este asesinato no podía quedar impune, por mucho que el gladiador hubiera muerto, alguien debía saber algo y si no se sabía, también era una falta de atención a su trabajo.

Livia echa un vistazo alrededor, Elia daba la situación por zanjada pero la romana no se fiaba, aún había notado mucha tensión en las celdas de los gladiadores. Busca con los ojos si hubiera algún arma o tal vez una vara que pudiera usar para defenderse llegado el momento.

Armas encuentra en la habitacion del joven, unas cuantas de madera que seguro usa para practicar o jugar.

Cada fibra muscular en su cuerpo se tensó en ira, ante aquellas palabras, cómo si hubiera esperado más condecendencia de parte de los amos.

Para comenzar, acepto toda la responsabilidad por el crimen, más me es imposible saber que pasa por la mente de mis hombres a la hora de obrar, se que fueron castigados por el jefe de la guardia, por alguna razón, pero los castigos recaen en mi, no en los guardias, si Spurius decidió cometer tamaña locura, pues pagó con su vida por ello... Ahora, ¿desean a un culpable? Aquí me tienen...

Sabía que no lo espaban culpando directamente, pero parecía que no había nadie más a quien culpar, y esta gente es muy obtusa, y buscarán un culpable incluso cuándo este ya fue muerto.

-Aceptar la responsabilidad te honra Duilius, pero no estás aquí por eso. Es obvio que no sabes qué pasa por la mente de tu gente, pero sin duda puedes explicar que pasa por la tuya. La pregunta es clara y concisa, pero por si hubiera alguna duda, te la formuló por segunda vez, y ya basta de esquivar la respuesta. ¿Porque no se cumplieron las órdenes de Camila Donicus? - 

La romana se tensa notoriamente, volviendo su atención a la conversación. El doctore parecía esquivar la pregunta de Elia, tal vez porque no considera que deba darle explicaciones a ella, pero también Manius estaba al frente de esta reunión y era el primero que había pedido justicia para su madre y eso no debía olvidarse.

-Doctore, con todo el respeto.- empieza Livia con un tono cortante pero contenido- Vos no podéis librarnos de la responsabilidad que os atañe por vuestro cargo. Os pagan por mantener el orden y la disciplina, esto no se trata de que vos aceptéis o no la responsabilidad de lo que ha ocurrido. La realidad es que la tenéis. Pero todos sabemos que esto no es tan sencillo como usted pretende mostrar. Este ataque de hoy viene dado por algo o alguien que ha instigado una revuelta...y han ocurrido muchas cosas ante sus ojos y también ante los míos...y no habéis querido o no habéis sido capaz de detener la inmensa avalancha que has culminado con la muerte de la domina Camilia. -​​​​​​-hace una breve pausa y clava su mirada en la del galo.

-Ahora Elia os está dando la oportunidad de dar cuenta de todos los errores cometidos, ya no por mitigar vuestra responsabilidad, sino por evitar que la espada de Damócles caiga sobre alguien inocente. Pues ahora mismo se sospecha de Brinda y de Alina por estar en el momento más inadecuado en el lugar más inoportuno...y si no colaboramos como es nuestro deber y nuestra obligación...la sangre de inocentes volverá a manchar las paredes de este ludus y también las vuestras. Y tal vez vos podáis vivir con la sangre de las gladiadoras y de la domina en sus manos, pero yo no. Y si tengo que hablar sobre irresponsabilidad...lo haré, Duilius.- añade con un tono tajante y significativo, tal vez con alguna información que pudiera leerse entre líneas.

Mientras los tres hablaban y Manius observaba con gran atension todo, este joven no tardo en tomar de la mano a Elia para llamar su atension. Lo que queria señalar a unos cuatro guardias de la casa que venian avanzando rapido trotando.

Pronto se encontraron junto a ellos dandoles unas miradas a todos antes que uno de adelantara cerca de Manius. "Joven Domitor, venga con nosotros por favor. Es por su seguridad que tiene venir y quedarse junto al jefe de guardia." dijo el que se habia acercado, ignorando a los demas ofreciendo la mano al joven que no la tomo. "Joven Domitor como es menor de edad tengo la autoridad de llevarlo conmigo rapidamente hacia donde esta el jefe de guardia." expreso sin decir algo que quedaba claro que lo llevaria a la fuerza.

Con Manius de la mano dirijo mi atención al guardia -¿Que ocurre ahora?-de toda manera tengo que hablar con el centurión y ya he perdido demasiado tiempo aqui. -Estas bien, llevanos con el jefe de la guardia-

Antes de salir, dirijo un gesto de la mano a Livia para que nos siga -Livia...y unas palabras al Doctore -No pienses que esta conversación ha acabado. Si no quieres responder ahora, lo haras más tarde, y esta insoburdinación no ira a favor tuyo..Y si no es ante Manius será ante el senador. Veremos como reacciona ante esta muestra de falta de lealtad-

Sin más, seguimos al guardia.

La romana se cuadra y aprieta los dientes por la tensión de ver aparecer a los soldados, parece una fiera a punto de saltar pero las sosegadas palabras de Elia parecen pillarla desprevenida, se gira con una expresión ligeramente incrédula pero baja la barbilla comprendiendo que igual lo más prudente era calmarse, después de todo ellos eran cuatro soldados y ellos sólo dos combatientes, eso sí el Doctore se animaba a mostrar algo de iniciativa propia. 

Livia entrelaza las manos al frente y se sitúa tras el heredero en actitud protectora y con suavidad para no asustarle le posa la mano en el hombro.

-Te protegeré, domitor Manius, no tengáis miedo. Mostrad valor y todo irá bien. - le asegura con el gesto serio, le hablaba como a un adulto aunque el chico no lo era, pero había un fondo de afecto en su voz- Les protegeré a ambos con mi vida.- asegura mirando luego a Cornelia.