Partida Rol por web

El se irguió con imponencia ante la mujer y el niño, ahora entendió mejor la pregunta de la susodicha, le acusaban de algo de lo que el no estaba a cargo, haciendo retrospectiva se dio cuenta de había una gran falacia en todo eso.

Miró a Livia cómo quien mira a un enemigo que busca cortejar a la muerte, literalmente la romana se está ganando ser el objetivo de toda la furia del doctore, antes de volver la vista a la mujer noble.

Mis ordenes dadas por mi domina en persona especificaban que...

No pudo terminar de decir nada cuándo los 4 guardias aparecieron, y la mujer comenzó a increpar falacias otra vez.

No quiera acusarme ni calumniarme de esto, de lo cual no tengo nada que ver, pues yo tengo el deber de enseñar, y esta insubordinación debe ser sofocada, deme a dos de sus guardias e iré inmediatamente, soy el único que puede detenerles...

Dijo el galo con cierto apuro, tenía que llegar a dónde estaban los esclavos.

Me detengo bruscamente al oir las palabras del galo -¿Si Doctore? las ordenes dadas por la Domina en persona especificaban... acabe la frase

Que solo debía arbitrar la lucha, nunca me imaginé que uno de nuestros mejores gladiadores sería usado para la batalla de iniciación de las mujeres, razón por la que ellas son inocentes, esa fue la sorpresa que había preparado, no intercedí a favor de Spurius pues la domina lo había castigado y por alguna razón... Detuve la pelea y cuestioné la orden de la domina por que aquel hombre era todavía un gladiador, y aún tenía mucho que dar, sus acciones fueron veloces, no me dio tiempo a nada... Alguna otra pregunta?

Sonó algo despectivo mientras sutilmente se marcaban las venas de su cuerpo, casi haciendo un esfuerzo sobrehumano para no desenvainar su gladius y matarlos por ofender su honor y palabra, la domina había dicho que las mujeres serían encadenadas, pero solo dijo que el enfrentamiento seria una sorpresa, si no le creían tal vez comience a correr sangre en el recinto.

-No, no hay más preguntas. Yo vi lo que paso, se que nadie pudo intervenir a tiempo. Puedes volver con tus gladiadores y restaurar el orden- ya hemos oido suficiente, Manius y yo ya podemos hacernos una idea clara de lo que ha pasado. Sin más demora, acompañamos. a los guardias.

Los guardias miran a Elia y niegan, ignorando la conversacion que habia tenido con el doctore. "Disculpe señora, pero el jefe solo pidio por el joven Domitor. No es necesario que venga con nosotros." se apuro a decir.

-El joven Domitor esta bajo mi custodia por orden directa de la Domina. Yo juzgare que es necesario y que no- respondo al guardia mirandole fijamente. -¿vas a cuestionar esas ordenes, o quiza piensas tu tambien que tu criterio es mejor que el de Camila, Manius y el mio?...ahora, llevanos con tu jefe-

Livia atiende a la explicación del doctore y suspira aliviada casi imperceptiblemente. Se alegraba que de que Duilius se hubiera mostrado colaborador. Se dispone a continuar la salida de la habitación junto a Elia y los guardias pero de nuevo sufren una interrupción.

-Me parece que no es apropiado que el joven domitor vaya en estos momentos sólo por ahí a las pocas horas de que se haya registrado un ataque contra su madre. No sabemos qué otras amenazas se ciernen sobre su vida y no queda nadie de su sangre en esta casa que vele por sus intereses. De manera que sólo se puede confiar en aquellas en quien Camila ya había depositado su confianza; en nosotras dos, y también el chico confía en nosotras. -la romana da un paso al frente, parecía decidida a no separarse de Manius- No creo que sea un problema para Herius que la tutora legal del domitor le acompañe, es algo a lo que todos deberán acostumbrarse, ya que de otra manera, cualquiera podría intentar aprovecharse de él. Y nadie desea tal cosa.-añade entrecerrando un poco los ojos mirando al guardia y su gesto era firme y seguro, daba a entender que irían con Manius o nadie iría.

"Pero la domina..." empezo a decir pero se lo guardo para si. "No mi señora, no pense nada."

Claro que tambien escucho las palabras de Livia y le miro mal por hablar no mas. "Ese ataque lo hizo un gladiador, gladiadora." le señalo. "El ludus esta en orden, no hay mas ataques ni nada. Pero el jefe dijo que es mejor que esten todos juntos o al menos los patricios de la casa." comento tanto a Livia como Elia.

"Puede seguirnos. Pero el chico lo llevaremos nosotros a la oficina del jefe."

Se que es inutil razonar con un guardia, tiene unas ordenes y no las cambiará.

- cumple con tus órdenes. Solo te pido un favor- señalo al guardia la mano de Manius cojida a la mia. -El joven domitor acaba de perder a su madre, ¿vas a separarle de mi también?, tendras que ser tú quien separe nuestras manos-

Se queda mirando la escena con evidente tensión en su mandíbula cambia el peso de una pierna a la otra y mantiene su posición junto a Manius, con la mano en su hombro:

-No me parece apropiado que se pretenda tocar al domitor para arrastrarle por los pasillos como si fuera un esclavo. Nadie se está negando a acompañarles, escóltenos adoptando la formación que consideren más apropiada, pero estamos perdiendo el tiempo. Si Herius quiere que las cosas se hagan a su manera, que venga él mismo a dar las órdenes porque tu no tienes ninguna autoridad para tocar a ninguno de estos patricios.- le advierte, poco le faltaba a la romana para gruñir, furibunda y hastiada de las maneras de aquellos hombres. Su mirada se vuelve un poco en busca de la de Elia, sus ojos lucían sombríos y circunspectos, algo estaba terriblemente mal en todo aquello y Octavia no se fiaba nada de todo lo que ocurría, su mano se ciñe con fuerza pero sin hacer daño sobre el hombro de Manius.

-Nosotras le llevamos y vosotros nos escoltáis. Y si no tendréis que dar explicaciones al centurión sobre porqué vais con tanto retraso. Y sé que no es un hombre comprensivo con la falta de competencia. -añade frunciendo un poco el ceño.

El guardia se quedo pensando en la respuesta para Elia, pero finalmente las palabras de Livia lo terminaron decidiendo para un lado. En este caso afirmo mirando con duda a la gladiadora y retrocedio rapido con el resto del grupo. Entonces empezaron a andar hacia una direccion que seria la oficina del jefe de guardias.

La romana se encamina tras los guardias, intentando no separarse en ningún momento de Manius ni de Elia. Echa un vistazo atrás hacia el Doctore, en parte por mantenerlo vigilado, era evidente que la conversación lo había desagradado, se notaba la tensión antes de responder...¿quién sabe de lo que sería capaz si le daban la espalda?. Por otro lado, también le interesaba en cierta medida si les acompañaba a dar la cara ante el jefe de lo guardias o si prefería quedarse solo. 

Aún sin saber lo que haría el galo, Livia vuelve la vista al frente y se acerca a la sacerdotisa para susurrarle algo que tal vez sólo el joven domitor podría llegar a escuchar.

-No me fío del Doctore...en el mejor de los casos es un ignorante y en el peor, un traidor.- acusa atrevidamente la romana.- Era su resposabilidad saber si se estaba preparando una revuelta, según he podido saber, a Spurius se le condenó por tener armas en su celda...un acto muy arriesgado para un esclavo sólo...alguien debió ayudarle, tal vez un guardia, o tal vez el propio galo.- reflexiona pensativa con los ojos entrecerrados- Sea como fuere, ese acto no es un hecho aislado, es la chispa de algo más grande...había un ambiente de tensión en la grada durante el combate, creo que el resto de gladiadores estaban esperando algún tipo de señal o acto para iniciar las hostilidades. Así lo pensé entonces y así lo pienso ahora, por eso hice lo que hice.- dice, recordando el momento en que cogió una de las armas de las mujeres que estaban por finalizar el combate y se puso de cara a sus supuestos hermanos para frenar una posible acometida.

-No me cabe duda de su traición, ya que el mismo la ha reconocido- Respondo a Livia en un susurro. Cuantos más detalles conozco más clara es la traición y la implicación del galo. Todo eso, sumado a lo que he visto y oído en el palco no deja lugar a dudas. 

-Es fundamental que el senador Donicus venga lo antes posible, es fundamental que Manius no se separe de mi.. Si la guardia de este sitio no es capaz de acabar con la revuelta, convocaré a la guardia de Palacio, aunque prefiero no hacerlo. Si se da el caso, quiero que busques a Quinto Marco Tulio, es un buen amigo. Dile que llame con urgencia a nuestro amigo común, él ya sabrá que hacer-

Me inclino hasta poder mirar a Manius frente a frente, intentando mostrar una expresión lo más tranquila posible, miéntras continuo cojiendole la mano. -Hemos superado el primer ataque, han intentado separarnos por la fuerza, y después apelando a los lazos de sangre, y les hemos vencido. Vendran más, y necesito que seas mi guardaespaldas, Manius. Miéntras peleo debes estar atento y atacar si ves que me superan, como si fuéramos una pareja de gladiadores. Yo les mantendre a raya y tú cuidaras mi espalda. Livia tiene toda mi confianza, nos protegerá desde ahora-

​​​​​

-Quinto Marco Tulio. Lo recordaré.- asegura con gesto serio y atento, bien centrada en recordar el nombre- ¿Donde podría encontrarlo cuando sea necesario, señora Cornelia?- pregunta manteniendo el tono bajo y confidencial- Nunca he caminado por Roma en libertad pero daré mi mejor esfuerzo llegado el momento. 

Escucha con atención las palabras de aliento que Elia le dedicaba al chico y siente como algo se remueve en su interior y la romana siente la necesidad de suspirar largamente como si tratara de mantener la compostura.

- ​​​​​Así es, domitor. Esta casa me dio dignidad y una razón para vivir. Su madre fue la primera en confiar en mí, y los dioses me han puesto aquí para cuidar de vos. De los dos. Y eso voy a hacer.

Algo intranquila, Livia vigila cada esquina y cada rincón, como esperando lo peor.

-No se si el pater aún estará disconforme con mi valía debido a lo ocurrido hace unas semanas, aunque sin duda ha tenido cosas más importes en qué pensar, pero no quiero que por hablar de mi perdáis credibilidad ante él. Tened cuidado en ese sentido.- le recomienda, dubitativa a la sacerdotisa.

-Llegado el momento tengo mucho que hablar con el senador, pero lo recordaré- Hay muchas cosas que desconozco de este sitio. Estoy librando una batalla a ciegas en medio de una revuelta. Mercurio ha cegado a mis rivales hasta ahora, mostrándome sus trucos con claridad, mi confianza en el señor de las sombras es absoluta. 

- Cerca del foro, Quinto es mi abogado. Aunque estas muy lejos de tu Liguria natal lo encontrarás. Sólo debes preguntar en el foro- un ligero movimiento de cabeza para remarcar mis palabras, una mirada algo más fija en Livia. -Mis oídos llegan muy lejos, y mis palabras llegan muy arriba, Livia Octavia-

La romana alza la cabeza súbitamente al darse cuenta de la elección de palabras de la sacerdotisa. ¿Realmente había sido una mención sin importancia el lugar de donde Livia venía? La gladiadora no estaba segura de haberle dicho a la sacerdotisa de dónde era, aunque Camilia si lo sabía, la domina lo sabía todo de ella. Tal vez se lo hubiera contado a su amiga...¿Pero con qué fin? 

Podría ser sólo imaginación de la esclava, pura casualidad...

-Si...desde luego Roma es más grande que Liguria, pero está por ver si es más o tan sólo igual peligrosa que aquella tierra.-  responde, sosteniendo la mirada de la patricia por un momento, no con aire altivo, más bien impregnado de curiosidad por saber cuánto realmente sabría la sacerdotisa sobre ella y su pasado.

-​​​​​​-​​​Además de palabras y oídos, necesitaréis manos y ojos para gobernar este lugar. Permitidme ser parte de vuestros sentidos, Domina Cornelia.- responde con un tono firme y convencido- Apartadme de la arena si es vuestro deseo, pero no me apartéis de la lucha. Se lo ruego.

-Aún está por ver si al final del día habrá un Ludus que dirigir, y quién lo dirigirá. Me estoy esforzando en que así sea, y que sea su legítimo heredero quien lo haga. Si es voluntad de los dioses y Manius me permite seguir a su lado, tendras tu recompensa-

-Sabes que soy clemente por naturaleza y me causa malestar provocar sufrimiento- digo con tono de resignación -Pero también soy médico, y este lugar está enfermo. No me temblará el pulso si debo amputar para salvarlo, y necesitaré un cuchillo afilado- Miro a Livia con una determinación que quizá contradice mis emociones, pero como le dije una vez, lo que no empeora al paciente le beneficia. -y también necesitaré una daga bajo mi almohada - 

La esclava asiente firme con la cabeza, brillando sus ojos por la posibilidad, aunque no fuera segura, de poder seguir llevando las riendas de su destino.

La mirada de Livia se centra en el frente, guardando unos segundos de silencio antes de volver a hablar.

-Camilia fue una gran mujer, una gran líder, pero tal vez fue demasiado magnánima y confiada en su hacer. Pienso que algunos esclavos tenían demasiada influencia sobre ella, yo misma vi como el Nórdico manipulaba su voluntad como una serpiente que susurra al oído de su víctima. Y hablando de serpientes, ya os di mi opinión sobre Sekhmet... Sus artes son útiles pero no por eso se debe confiar en ella ciegamente. De mi padre aprendí, ten a tus amigos cerca y a tus enemigos aún mas cerca... lástima que él no sabía distinguir amigo de enemigo. - comenta.

-La impunidad con la que obran algunos esclavos y algunos trabajadores de este lugar es la enfermedad que nos hace peligrar a todos. Y que ya se ha cobrado la vida de una patricia. La vida de la más importante de todos nosotros. La muerte de Spurius solo ha cortado la punta del moho pero la enfermedad sigue debajo de la piel.

El joven se mantuvo cerca de ellas calladito, pero escuchando paciente. De vez en cuando mirando adelante a los guardias que guiaban el camino. Entonces Elia termino hablandole de frente sorprendiendole un poco.

"Yo...si. Actuare como tu guardaespalda, lo siento si no hable antes pero me parecio que los demas no pudieron con vos. No sabian como discutirte o como separarnos, los venciste." comento sonriendo contento que fuera asi. Luego miro a Livia asintiendo. "Si Elia y mi madre confiaron en ti, entonces tambien lo hare." acepto sin decir mas. "Aunque luego quiero preguntarte algo." expreso rapido pero pareciendo no darle mucha importancia para que sigan hablando entre ustedes.

Pero pronto si le prestaban atension notaron como su rostro se volvia incomodo ante algunas de las palabras que usaban. "Te equivocas. El nordico no controlaba a nadie y cuando vuelva acabara con todos esos que enferman el ludus. Bajo mi orden." expreso el joven defensivo con el nordico, seguro de sus palabras pero tambien molesto. "Igual las serpientes no son malas...he tenido a la serpiente de de sekhmet en los hombros y no me hizo nada. Hay que saber cuidarlas y ellas te ayudaran." Expreso tambien mirando a ambas mujeres. "Eso ultimo me lo dijo ella."