Partida Rol por web

Manius sonrio facil. "Gracias. Si es mejor que estemos juntos, si madre confio en ti entonces hare lo mismo." comento Este viendo como la puerta volvia a abrirse de nuevo pasando Faustos, con un rostro serio. El joven a pesar de todo se quedo ahi, mientras las sirvientes terminaron su trabajo ya dejando todo mas arreglado.

"Disculpame sobrino, sacerdotiza. Esperaba otro comportamiento." comento este con una simple inclinacion.

"Sobrino no solo estamos aqui, sino que estamos aqui para apoyarte por la sangre que compartimos." dijo este. "Recuerda eso. Ademas de que los donicus somos creyentes de todos los dioses no solo uno." agrego y miro a la mujer.

Cuando sales para afuera notas al primo de la ex domina algo molesto y tras pedir permiso se mete por su lado a la habitacion.

-Y yo esperaba que los Donicus hubieran cerrado filas alrededor de Manius. No parece que Mario te tenga en mucho aprecio, pero sigues sus instrucciones en vez de defender la voluntad de tu prima. Si Manius hubiera abandonado el Ludus sin haber ninguna amenaza habría quedado en entredicho para siempre. Tu ves en él un niño y yo veo al Domitor de este sitio, y el Domitor ha de dar ordenes serenas cuando nadie sabe que hacer- Miro a Faustus fijamente mientras le respondo. 

-Yo sirvo a Roma, a sus dioses, y entre todos ellos a Mercurio, su mensajero, no se a que vienen esas absurdas insinuaciones. Si realmente estás aquí para apoyar a tu sobrino, entonces haz como él. Respeta la voluntad de su madre y su buen criterio. Voy a protejer a Manius y su derecho de cualquiera, lleve el apellido que lleve. Si tú quieres lo mismo entonces estamos en el mismo lado, si eres una amenaza para Manius tendrás que enfrentarte a mi, y no soy un rival fácil de derrotar - 

Quedo afuera de la habitación con Memmia a esperarle. Aprovecho para besar a su hermana, abrazarle y acariciarle el rostro y cabeza, de forma tierna, sin segundas intenciones.

- ¿Tú crees que Manius y Elia son amantes? - le pregunto por lo bajo a modo de broma pero en un tono serio.-

"Quien dice que no queremos cerrar fila con Manius?" pregunto y miro al chico un segundo antes de volver contigo. "Él es nuestra sangre no la tuya por eso estamos aca ahora. La decision de la madre se ha respetado ya que estas aqui ahora con él, en vez de afuera. Pero como sus familiares deberia tocarnos a nosotros elegir donde esta este, ya sea aca u en otra casa." comento el hombre en un tono diplomatico.

"Manius con todo respeto eres un donicus, pero eres aun joven para decidir tu futuro y el de la casa." le dijo simplemente a lo que el joven parecio molestarle. "Creo yo nuestra sacerdote te ha hablado con dulces palabras y te convencio ahora de quedarte con ella y no tu familia." le dijo pareciendo algo de decepcionado.

Entonces se enfoco en el chico ignorando las demas palabras de la sacerdotiza. "Recuerda la sangre pesa mas que todo lo demas. Tienes el poder y mi ayuda si quieres de echar a todos lo que no compartan nuestra sangre de este ludus."

-Por desgracia la sangre a veces no es garantía de lealtad. Manius es libre de ir donde quiera, pero mi consejo es que se quede aquí. También puede pedirme que me vaya y me iré, pero mi consejo es que siga la voluntad de su madre. No puedo, ni quiero obligarle a nada, él lo sabe pues ya hemos hablado de ello. El Ludus le pertenece a él, y lo dirigirá con mi ayuda si la quiere hasta que sea mayor de edad. Entonces ya no me necesitará-

Me colocó junto al chico poniendo una mano en su hombro. -Lo que ha pasado hoy es una aberración. Voy a descubrir porque no se siguieron las órdenes de Camila, voy a poner orden en este sitio.. Quizá es eso lo que tanto temen algunos.. Quizá temen que la verdad salga a la luz. ¿Sabes que es más fuerte que la sangre, Faustus?.. La lealtad. La lealtad no se compra, se gana y se da libremente. Manius tiene mi lealtad, porque yo odio este sitio. Si me quedo en él, es por lealtad a Manius y a Camila-

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Mientras Mario se encontraba pagado a Memmia, vio acercarse a un grupo de personas. Uno de ellos era uno de los guardias del ludus. pero los demas eran el doctore del ludus (Duilius) y la gladiadora a la que habia dado su libertad al menos con sus palabras.

Por su lado la pareja vio como los patricios se encontraban casi pegados acariciandose entre ellos por lo que veian. Mario estaba con la prima de Camilia. No muy lejos de ellos estaba la habitacion de Manius, aunque eso solo lo sabia el doctore que algo de conocimiento tenia de como estaban ordenadas la habitaciones en el ludus.

"Puedo imaginar que al estar aqui en su habitacion que no desea dehacerse de ti..." dijo faustos mirando a las demas presentes. "Tampoco de la sirvientas." continuo sonriendo con cierta diversion. "No esta mal y estamos dispuestos a aprovar sus deseos. Pero mi consejo es que saque a los demas que no pertenecen a snuestra sangre." comento uniendo sin mucha verguenza a la sacerdotisa con las hermosas sirvientas.

Eso no parece importarle al joven que se deja acercar por Elia y la complementa acercarse tambien. Mientras las sirvientas se quedan en un costado de la habitacion.

"Odias este sitio pero sabes poner un orden en este?" pregunto el hombre incredulo. "La leatad esta en la sangre. Acaso dudas de la lealtad de los donicus?" pregunto esta vez parecia esperar tu respuesta a ello. "Sacerdotisa, a pesar de tu respuesta debes de saber que no estamos en lados contrarios. Hay otros que desean controlar este lugar y no respetar las ordenes del joven." dijo mirando a Manius, no para señalarlo ya que era obvio que hablaba de él. Sino porque queria hacerle entender a Manius.

-¿Estáis dispuestos a aprobar sus deseos? Repito sus palabras en tono de burla. 

-No creo que tengáis autoridad para aprobar nada. Lo único que podéis hacer es aceptar.. Si quieres echar a los que no son Donicus, empieza por los que están fuera, por los que querían llevarse a Manius, por los que tú estabas siguiendo. No he visto preocupación antes, ni siquiera has hablado cuando querían llevarse a Manius. Yo sola he tenido que enfrentarme a todos. Tú lealtad llega tarde.. Si fuera perversa pensaría que primero te has puesto del lado de Mario porque pensabas que iba a ganar, y ahora intentas buscar una salida... Incluso has venido aquí con él.. ¿Esta esperando fuera, a ver si tienes éxito en tu intento de sembrar discordia entre Manius y yo? - 

-Senador.- dice la esclava romana a modo de saludo formal en primer lugar al hombre de más alto rango presente en el lugar, le mira a los ojos mostrando su altivez y orgullo propio de su nacimiento, para luego hacer una reverencia sincera y vuelve a alzar la vista. Sus ojos azules como el hielo muestran determinación y serenidad, a pesar de su menuda apariencia, se aprecia su fortaleza de carácter y de espíritu, tan inquebrantable ahora como hace unos minutos en la arena cuando se alzó para interponerse entre los gladiadores y los patricios.

-Señora.- refiriéndose a la mujer que acompaña a Mario, la prima de la domina, pero Livia desconoce el nombre de.la mujer, por lo que su saludo se queda en la formalidad, repitiendo la breve inclinación de cabeza ante ella.

-Me gustaría saber el estado de la domina Camilia, ¿Han conseguido estabilizarla?- pregunta con preocupación sincera- Si hay algo que pueda hacer por ayudarla...cualquier cosa.- se ofrece sin reparos, dando un paso más al frente.

- Livia, tu lealtad a tu señora me conmueve, razón por la que te agradezco tu preocupación aunque las noticias que debo darte a ti y a Duiluis son muy tristes, Camilia ha muerto - hace una pausa, visiblemente consternado.- La verdad no tengo palabras para su hijo ni para su padre. No comprendo los motivos que habrá tenido el gladiador para tal acto y no puedo emitir un juicio de opinión por tal razón, ¿pero qué le habrá llevado a tomar esa decisión? ¿Tuvo un comportamiento extraño en las últimas semanas o había resentimiento entre ambos? Me gustaría saber de los trasfondos, si fuesen tan amables de responder, por favor, amigos.    

-Las guerras no las gana el musculo, sino el cerebro y el vuestro falló desde el principio. Estaba claro que no había ninguna rebelión, solo había que escuchar a los guardias reduciendo a los esclavos y mantener la sangre fria. Aqui tiene sus guardias, y tendrá los míos. Yo no tengo musculo, pero tengo más cerebro que la mayoría. Esta discusión a terminado, a no ser que Manius quiera cambiar de opinión - 

Sin decir nada más, abro la puerta al oír voces fuera. 

Abro la puerta de la habitación con rostro serio. -Doctore, Livia Octavia, el Domitor os ha convocado hace rato. Quiere escuchar lo que tenéis que decir y daros instrucciones sin más demora.. Cualquier cosa que queráis decir a los invitados puede esperar. Primero es la obligación que tenéis con el señor de esta casa, Manius Donicus-

La romana se encoge ante el terrible anuncio de la.muerte de Camilia y siente por breves momentos como sus ojos quieren arder, encenderse en rabia, ira y tristeza, pero logra mantenerse firme apretando los puños.

Clava la vista en Mario y suspira largamente antes de contestar.

-Con todo respeto, señor senador, tales preguntas ya las he contestado con el domitor Gallio y no creo que...- su tenso y peligroso discurso de negativa se ve cortado por la apertura de la puerta del fondo y Livia se queda muda con la boca abierta al ver que se allí emerge Elia Cornelia; no solo es que estuviera allí, sino que estaba ¿Dando órdenes?

Octavia parece algo confusa pero presente sacude la cabeza e inclina la cabeza ante Mario.

-Si me disculpa, senador... El domitor Manius me reclama, espero verle después.- dice en su mejor tono cortés, el mismo que hubiera empleado en sus tiempos de Patricia para despachar a un invitado y poder acudir a una tarea de mayor calibre sin resultar irrespetuosa.

Sin esperar al silencioso Doctore, Livia da una serie pasos rápidos y enérgicos para plantarse ante la sacerdotisa de mercurio.

-​​​​​​-Señora Cornelia, siento la pérdida de su amiga Camilia, me alegra ver que se ha quedado en el ludus. Esperemos que todo se aclare.

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Junto a Elia se encontraba el hijo de camilia, si bien la mayoria ahi lo conocia Livia lo vio por primera vez desde que esta aqui. Era un joven dormitor, no muy grande aunque pronto podria terminar sirviendo en ejercito. Siu ropa lamentablemente no era la mas presentable pero imaginaban que esa suciedad roja era la sangre de su madre.

A pesar que se paraba con firmeza todos notaban que sus ojos estaban algo rojos, marcas claras de que estuvo llorando antes. Aunque por las noticias que recibieron antes imaginaban bien la razon.

Atras en la habitacion notaron a un par de personas. Unas sirvientas. Marcia y Sekhmet, ambas con el rostro para bajo no viendose bien las expresiones de cada una.

Ante las palabras del senador, el galo marcó la mandíbula en señal de malestar y desconcierto, se queda en silencio mientras comienza a sentir cómo el mundo se desploma ante sus ojos, escuchando al senador y la gladiadora, hasta que la puerta del fondo se abre y entra y sale Elia, que tras sus palabras, avanza en silencio a donde se encontraba el muchacho, que ahora debía cargar el peso del mundo en sus hombros.

Joven amo... Yo... No tengo palabras para expresar algo que pueda brindar alivio a vuestra merced, sin embargo, aquí me tiene, para servirle.

Ese aspecto del chico lw perturba un poco, más habia visto cosas peores en el pasado, así que no le sorprendía, ahora queda esperar que depara el destino.

-Agradecemos vuestras palabras, que aunque mitigan nuestro dolor, no calman nuestra ira- ​​​​​​

Señaló la ropa manchada de Manius antes de seguir hablando. -Se ha cometido un acto abominable, que atenta contra el orden de Roma de la manera más abyecta. Esa sangre será lavada con sangre.. Antes de morir, Camila me ha confiado la custodia de Manius ante testigos, podéis preguntar al sacerdote de Marte si necesitáis confirmación. Manius Donicus me ha otorgado su confianza, para estar a su lado y aconsejarle en la dirección del Ludus. Os he convocado para escuchar lo que tengáis que decir y para daros instrucciones.. Habrá represalias, esto no va a quedar así-

Acompaño al joven Donicus para sentarnos antes de seguir hablando. -Para garantizar el orden y la disciplina y evitar confusiones, desde este momento solo se seguirán las instrucciones que de el Domitor o yo misma. Los esclavos permaneceran en sus celdas cerradas, no saldrán bajo ningún concepto. Se suprimen todos los privilegios que pudieran tener. Las dos esclavas de la arena, la africana y la otra, serán encerradas aparte e incomunicadas hasta que las interroge.. Dejo estas medidas en tus manos Duilius-

Me giro y señaló a una de las dos esclavas -Tu.. Marcia.. Ve a buscar al Centurión, dile que venga de inmediato a recibir instrucciones del Domitor- Vuelvo la atención al Doctore y Livia y aguardo un momento antes de seguir hablando.

-Livia Octavia queda fuera de estas medidas, se quedará con Manius y conmigo. Ha dado muestras sobradas de lealtad.. Más adelante ya hablaremos de las medidas disciplinarias que recibirá aquel que profirio amenazas. Espero que todo esté suficientemente claro.. Ahora Doctore, nos gustaría saber el motivo de la discrepancia.. Por lo que sabemos el asesino había sido condenado a muerte y en lugar de morir en la arena, se dio el combate por acabado, según recuerdo por ti. ¿Como puedes explicar eso? - ​​​​