Partida Rol por web

- Nunca he participado en ninguna - al llevar poco tiempo en Roma desconozco como son, aunque estoy totalmente curiosa en saber en qué consisten.

Sonrío cuando escucho su nombre y la saludo con un gesto de leve inclinación de mi rostro - saludos, Marcia - me quedo sorprendida cuando afirma ser sirvienta personal de la Domina - no me molesta, es un placer para mí poder sentarme a comer con alguien como tú - a través de Marcia podría aprender mucho sobre los gustos de la Domina, así como también sus manías y lo que aborrece. Desde ese momento decidí hacerme amiga suya.

Veo al Doctore con los guardias pasar, pero sigo al lado de Marcia prestándole atención a lo que me dice.

El Doctore escuchó lo que el guardia dijo, se rio en su mente por la explicación del hombre y el asentimiento de los demás, ellos estaban cometiendo un error, pero quería escucharles para ver que había pasado.

Lo que quiero saber, ¿es cómo y en qué circunstancias ocurrió el golpe?

Preguntó al guardia, con un tono inquisitivo pero tranquilo

“Nunca? Es una lastima creeme que son fiestas muy divertidas con muchos festejos de todo tipo.” comenta y te mira. “Aunque a veces se llama a los gladiadores a pelear en las fiestas. Por lo que tal vez no lo disfrutes del todo.” comenta mirándote con algo de pena, viendose preocupada por ti.

Sonrio grande y con cierta inocencia cuando le dijiste que no le molestaba. “Me alegra mucho. Podriamos comer juntas otras veces.” propuso pareciendo ir al plan de la egipcia por ser amigas.

“Sabes te note cuando entrenabas, estabas muy hermosa.” comento ella, pareciendo no nombrar la casi caida. “Son la verdad muy extraordinarias, no me imaginaba que existieran mujeres asi.” comento impresionada, dandole una mirada a la griega pero volviendo con Sekhmet enseguida.

Los guardias se miraron, sin decir nada pero parecieron decidir que el que habia hablado antes debia seguir hablando. “Bueno sabe como lo primero que se hace con un esclavo recien comprado es bañarlo. Ya sabe por las posibles enfermedades que podria tener.” dijo algo que no era extraño y vos sabias que todos o casi todos los romanos hacian eso con los nuevos esclavos.

“Cuando estaban bañando a la germana, nosotros nos quedamos vigilando charlando entre nosotros.” dice y se nota que oculta algo ahi. “De repente ella usando como arma el jabon, que usaban para lavarla. Lo tiro con toda su fuerza contra nuestro compañero.” informo y miro al compañero con la cara rota. “Era un jabon nuevo, de los que aun son tan grandes como ladrillos.” aclaro por si el galo pensaba en las pastillas chiquitas de jabon.

Al cabo de un tiempo bastante largo Soenya regresó caminando junto al Nórdico, iban hablando en su lengua y la germana parecía bastante relajada. No había que ser muy perspicaz para percatarse que habían estado dándose lo suyo y, aunque cansada, la germana parecía mostrar una actitud más abierta y relajada.

Las marcas en el cuerpo de ambos eran algo evidentes, sobretodo algún que otro arañazo o mordisco que el cuerpo del Nórdico podría mostrar. Parecía que era salvaje, y no solamente en la arena...

Cuando vio al resto de sus compañeras las saludó con calma, como si nada raro hubiera sucedido, y se sirvió un poco de agua que aprovechó para primero refrescar sus labios y después relamerlos con cierta sensualidad. 

Parecía moverse ahora con un aire más salvaje y sensual, un aire que la hacía peligrosa, exótica e irresistible...

- ¿Cómo vais? ¿Conseguisteis descansar? - Dijo mientras miraba por si Livia había regresado de su "sesión" con el Doctore... 

Volviendo junto a Soenya mucho mas relajado y con evidentes marcas de algún arañazo y mordisco en su piel busco con la mirada ver si están todos, entre ellos el doctore y la romana. Llegando al agua para beber dos vasos seguidos del tirón.

Por curiosidad mire a Sekhmet sabiendo que se quedo sola con la loca de la griega, era la esclava mas loca que ha recibido la domina en mucho tiempo y he visto a muchas venir.

- Sí claro, podemos coincidir más veces, Marcia, al fin y al cabo somos esclavas y vivimos en el mismo lugar - sería fácil coincidir fuera de las horas de entrenamiento u otras en las que estuviera ocupada - ¿podrías enseñarme el ludus? fuera de la celda y donde entrenamos apenas conozco las estancias - una visita turística guiada por Marcia estaría justificada y no comportaría preguntas.

Veo que se fijó en el entrenamiento - el sudor y el sol provocan una combinación muy seductora en los cuerpos. ¿Te gustaría conocer a mis compañeras? si quieres puedo... - igual quería un encuentro privado.

Cuando vuelven Soenya y el nórdico les veo que tienen bastante afinidad entre ellos - veo que hacéis patria común - aún no habían regresado el galo y la romana, otra pareja que se había formado de la manera más inesperada. 

Miré a Adonia, no sabía si dormía o estaba despierta y suspiré por el círculo social que tenía en el ludus.

Nuestra patria son los compañeros, independientemente de nuestro origen nuestra vida es el ludus y los luchadores. Respondo a la egipcia con amabilidad e ir a sentarme a su lado, haciendo un gesto a la rubia para que se una a sentarse con nosotros. Buen entrenamiento Sekhmet, añado guiñando el ojo a la egipcia con una sonrisa.

Un poco más tarde que el resto, llegan Livia y el Doctore. La romana exhibe un gesto altivo e impasible, tal vez incluso molesto, caminando a largas zancadas pero no por prisa, sino por impaciencia. Ya estaban todos allí, esperando por ellos y chascó la lengua, disgustada. Veía que el nórdico y la germana debían de haber pasado un buen rato a juzgar por la tranquilidad que exhibía la rubia. Tuerce el gesto y aparece un pestañeo involuntario en su ojo, sólo una vez, otro tic difícil de controlar. 

La romana mira a todos a la cara cuando llega y les saluda con un gesto de la cabeza. Desde luego su aspecto no se parecía en nada al de una mujer satisfecha, en ningún sentido. Lo que si tiene es sed, mucha sed, pues toma una jarra de agua y bebe a grandes tragos.

Había ido y vuelto a por la romana a la celda de aislamiento, más debía seguir el entrenamiento, junto a él estaba Livia, y ahora tocaba la segunda tanda del entrenamiento.

Livia va por una jarra de agua, mientras que Sekhmet estaba ahí sentada, donde la había visto en charla con la esclava de la domina, y Adonia, bueno, estaba en el suelo durmiendo.

-Sekhmet, despierta a Adonia, seguiremos con la segunda parte del entrenamiento-

Dejasteis a Adonia comiendo como un animal hambriento. Y fuisteis saliendo. AL volver no esta en la sala. 

Si asomáis a la arena, la veréis pegada a una pared, en un poquito de sombra, roncando. Es más probable que la oigáis antes que verla de echo. 

Pareja ajena a toda la debacle sexual. Al menos durante el día. También era cierto que había sudado y andado con aquel madero como una bestia de carga. 

Ella sonrie contenta. “Bueno no en todos lados. Ustedes tienen sus celdas y nosotras las nuestras. Pero aquí en el comedor podriamos encontrarnos mas veces.” propuso ella viendose entusiasmada.

Ante tu pregunta se quedo pensando un rato. “Podria mostrarte un poco de este, tal vez si usamos este momento de comida para que te enseñe. No estoy segura que podriamos en otros momentos, digo el nordico y otros tienen algo mas de libertad porque se han probado en la arena. No se ustedes hasta cuanto pueden.” le explico parecia dispuesta a ser guia, pero notabas ese temor a que haria con la autoridad con ella si hacia algo de mas.

“Me gustaria, parecen entretenidas al menos...” dijo ella con sus mejillas algo coloradas y luego mirando a la griega. “Al menos algunas.” dijo mas bajo. “Podrias?”

Argumentaron que había sido la mujer del este del Rin, pero sabía bien que la guerrera era indomable, más se lo tenían bien merecido, no hizo otra cosa que tocar el hombro del guardia y fingir pena por el. Más dejó una advertencia, que si volvia a suceder algo por el estilo, fuera avisado de inmediato.

Se quedó observando un momento más antes de marcharse a buscar a Livia, la cual aún estaba encerrada en la celda. 

- La patria ahora mismo está demasiado lejos... Simplemente, apetecía tratar con un hombre de verdad en una lengua conocida... 

Bebió un poco más de agua mientras ésta volvía a colarse por entre sus ropas. Claramente lo usaba para refrescar al mismo tiempo su cuerpo, pues se la notaba poco habituada a estas temperaturas. 

- Sí, mujer - sería cuestión de buscar el momento de que todas estuvieran juntas para presentárselas a Marcia. Tal y como mira a Adonia, no sé si es porque le gusta o la aborrece; de todas maneras, cuando le presente a todas sabré por cuál siente predilección.

Parece que duda un poco en cuanto a qué lugares podríamos visitar y cuáles no - no te preocupes, le pediré permiso a la Domina y así no correrás ningún riesgo - no quiero perjudicar a Marcia, así que, igual mostrando interés a la ama, me permite que Marcia me enseñe el lugar.

- De acuerdo, en el comedor - también le comento que soy buena dando curas y masajes, por si ella también quisiera recibirlos.

A raíz de su comentario sobre la patria me surgen dudas - Soenya si fueras libre ¿adónde irías: regresarías a tu tierra o te quedarías aquí? - si todo su pueblo había ardido, tenía la incertidumbre de que se fuera, también de que no acabara guerreando a los romanos donde sea.

- Si, regresaría sin duda alguna a mi Tierra... Allí está mi hogar, o lo que quedé de él... ​​​​​

Calló unos segundos - Y lo que queda de mi familia... - Pensó para si y después volvió a mirar a la egipcia.

- ¿Y tu? ¿Regresarías o te quedarías?

- Creo que me quedaría - encontraba hasta el clima mucho más agradable, aunque tenía pensado mejorar de estilo de vida - aún siendo extranjera ahora Egipto es una provincia más del Imperio - no tenía sentido guerrear por algo que era inútil - apenas hemos llegado ayer a este lugar y me encuentro cómoda - dentro de un orden, dependiendo de las circunstancias - hay techo, un lugar donde dormir y por el momento el trato es bueno, creo que podría llegar a acostumbrarme.

“Gracias.” decia ella pensativa, tal vez esperando el proximo momento donde encontrarse.

“Oh, podrias hacer eso?” pregunto algo sorprendida, se veia que no sabia tu asunto con la domina pero pronto podria descubrirlo. “Hablalo con ella, tal vez podria estar en esa reunion.”

Al escuchar de las curas y los masajes se puso mas colorada y se te acerco con la cara. “Por curas te refieres a hierbas? Cosas contra el embarazo tambien?” pregunto mirandola con lo que parecia como una suplica. “Es para una amiga.”